- Page 1 and 2: Selma Lagerlöf El MaravillosoViaje
- Page 3 and 4: muy bien leer en casa los sermones
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- Page 11 and 12: pajarillo que comenzó a piar y gri
- Page 13 and 14: pensaba que aun el. encontrarlo no
- Page 15 and 16: Desplegó sus alas y se elevó en e
- Page 17 and 18: que atravesaba al vuelo y no pudo m
- Page 19 and 20: sentirse fatigado. Intentaba respir
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- Page 23 and 24: Cuando ya estaba harto se avergonz
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- Page 27 and 28: patos silvestres, no abrigaba la es
- Page 29 and 30: servirse. Además, no veía nada en
- Page 31 and 32: silvestre, solitario. Parecía busc
- Page 33 and 34: actos que con palabras. Y he aquí
- Page 35 and 36: LLUVIA Era el primer día de lluvia
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- Page 39 and 40: Esto es lo que tenía intención de
- Page 41 and 42: doméstico. —Es una cosa muy extr
- Page 43 and 44: ojos. Desde que el sol se puso le h
- Page 45: —¿Será posible que no hayas vis
- Page 49 and 50: —Okka, si prometes entregarme a e
- Page 51 and 52: Finlandia o Rusia, siguen la misma
- Page 53 and 54: ajar? —gritó otro pájaro que pa
- Page 55 and 56: —¿Creen, acaso, que van a hartar
- Page 57 and 58: paradero de su amigo. Nils no lo ha
- Page 59 and 60: movimiento. —No tengas miedo —d
- Page 61 and 62: atormentaba el recuerdo de la patit
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- Page 65 and 66: sueño, fue atacada arteramente por
- Page 67 and 68: —No, no hay ningún medio a nuest
- Page 69 and 70: dos cornejas. Por muchos puntapiés
- Page 71 and 72: lleguemos te pedirán que ejecutes
- Page 73 and 74: muchacho, batiendo sus alas e impid
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- Page 77 and 78: Nils saltó a tierra y trató de ap
- Page 79 and 80: iba hacia él. Al verle correr con
- Page 81 and 82: —Espera un poco, Mats —gritó a
- Page 83 and 84: arrebatar a su madre un cervatillo
- Page 85 and 86: fuerzas para seguir lanzando su gem
- Page 87 and 88: hallaba descansando en su casa, Kar
- Page 89 and 90: —¿Es que piensas dejarte llevar
- Page 91 and 92: mostrado todo? Karr lo condujo a un
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- Page 95 and 96: —Si, ya es hora —respondió el
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—Ya estoy salvado —dijo Nils, e
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contento cuando sepa la muerte de l
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posible, porque tres cazadores se d
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pesado y a cada paso se hundía má
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terruños asomaban de trecho en tre
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no hay allí castillo ni parque. Do
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saboreaba como una espléndida cena
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verdad maravilloso, el bueno del ja
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—¿No crees que tengo motivos par
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eciente lluvia. Habían llegado cer
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dado cuenta de que la línea blanca
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Así continuaron durante media hora
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de aquellas tierras, se resistía a
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averiguaciones; pero así como fue
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gran oso que, muy irritado, decía:
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podría incendiar todo el bosque.
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advirtió la presencia de un hombre
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águila que, cogiéndome entre sus
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—Es posible que lo sepa —respon
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a los patos silvestres por mediaci
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—¡No vayan a imaginar que con es
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para desplumarle. El pato se defend
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persecución. El chicuelo corría b
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—Vamos a tu garita y te expondré
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familia al verla! Fue tan insistent
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siguiente: como se hiciese hora de
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sabía que de volver a su país ten
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¿No comprendes que se trata de un
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Esta perspectiva debió de desagrad
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esas viejas casonas; en ellas se ba
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nido de águilas colgando del salie
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Y no descubrió al águila macho ni
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Si aspiras a morir de hambre mientr
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algún rato en los aires, mientras
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contra Okka, mirándola con ojos ir
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oyó que le llamaban en voz baja, y
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esplandores de la aurora iluminando
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y se puso a su lado. —Yo sólo he
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entrevistarte con ese hombre —con
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llamados a tomar parte en esta cont
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presidida por un genio del bosque,
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habrá pasado después. Apenas Klem
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grullas dormían en pie. La noche d
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y miosotis. Mirando con más detenc
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muchacho se volvió hacia ellos:
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negros que se levantaron y abrieron
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que se había colocado de tal maner
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lamentar la falta de éstas. Al sab
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un arenal inmenso. Cuando los dos n
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eflexiones. Una vez, después, del
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Quedó convenido, en efecto, que a
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Con todo, el pequeño Mats murió u
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Al llegar la enfermera pensó más
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lo que pasaba. Al reconocer al obre
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pero apenas mejore el tiempo irán
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—¿Y es esa jovencita la que quie
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El lapón continuó diciendo: —Cr
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expedición. En cambio, iban con lo
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tardaba en sobrevenir alguna helada
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antes que tomarse la molestia de em
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odillas y todos se sentaron para ex
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—Cuéntame una —solicitó Nils.
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todo esto, no quería marcharse al
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momento en que Okka se había aleja
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abandonarte. —Esperaba de ti esta
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diciendo— que yo y un par de los
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demás, puedes continuar con nosotr
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amigo. Mi padre y mi madre son gent
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preferiría de nuevo ese viaje. Okk
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en Nils Holgersson. Continuaba sien
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uen aspecto? El caballo volvió la
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no pasa hambre ni frío por los cam
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que has puesto tanto trabajo —dij
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En este mismo momento lanzó un gri
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vacilaciones. Y atravesando el corr
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Se hallaba todavía sometido a una
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podido resignarse a abandonar a su