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— ¿Qué? — pregunto débilmente, mirándolo perpleja.<br />
7<br />
“CONTRA TODO PRONOSTICO”<br />
Jake sabía que era un error, pero le importaba un comino. Inclinó su cabeza y<br />
tocó los labios de ella con los suyos, rozándolos suavemente, su largo cuerpo<br />
temblando por el esfuerzo de ser delicado. La boca de ella era tierna y dulce, su<br />
piel sutilmente suave cuando él extendió las yemas de sus dedos a lo largo del<br />
borde de su mandíbula. Percibiendo su sabor ligero y esquivo, buscó más,<br />
intensificando la presión de su boca. Las manos de Lydia se agitaron contra su<br />
pecho… él sintió su indecisión, su sorpresa ante la reverencia de su abrazo.<br />
Agarrando sus muñecas cuidadosamente, Jake las arrastró alrededor de su cuello.<br />
Su lengua buscando las calientes y sedosas profundidades de su boca, la leve<br />
penetración brindándole infinito placer. Quería satisfacerla de todas las maneras<br />
posibles, hundirse en ella hasta encontrar la liberación que había anhelado durante<br />
tanto tiempo.<br />
La indefensa respuesta de Lydia destruyó lo que le quedaba de autocontrol.<br />
Ella se apoyó con fuerza contra su pecho, una de sus delgadas manos deslizándose<br />
bajo su chaqueta para encontrar el calor corporal que estaba atrapado entre las<br />
capas de sus ropas. Su contacto excitó a Jake más allá de lo soportable, más allá<br />
de la cordura, y se dio cuenta con incredulidad de que no le haría falta mucho más<br />
que eso para explotar. Su cuerpo estaba tenso y duro por entero, sus venas<br />
vibraban de inagotado deseo. El esfuerzo de obligarse a dejarla ir provocó un<br />
gemido desde detrás de sus firmemente cerrados dientes. Apartó su boca de la de<br />
ella, respirando violentamente mientras luchaba por su au<strong>todo</strong>minio.<br />
Sarcásticamente admitió que, con toda su experiencia, nunca se había sentido tan<br />
deshecho por un simple beso… y uno de una virgen, además.<br />
Levantándose con dificultad, Lydia tiró de su vestido y se estiró la falda,<br />
mientras el aire nocturno la hacía estremecerse. Después de un largo momento, ella<br />
habló con la cara apartada.<br />
—Eso ha sido bastante instructivo, Linley. —logró decir entrecortadamente. —<br />
Pero de ahora en adelante, no necesitaré más lecciones que vengan de usted.<br />
Y lo abandonó con pasos precipitados, como si apenas pudiese evitar<br />
echarse a correr.