Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
—Yo nunca te he despreciado.<br />
—Siempre te has portado conmigo como un demonio y lo sabes.<br />
Él tuvo el buen juicio de mostrarse arrepentido.<br />
40<br />
LISA KLEYPAS<br />
—Sólo porque sabía que no tenía ninguna posibilidad de conseguirte. Eso me<br />
hizo estar un poco irritable.<br />
— ¡Irritable! ... —comenzó a decir Lydia con indignación, y él capturó sus<br />
labios una vez más. La pasión se encendió en ellos en una rápida y ardiente<br />
explosión. Jadeando, ella se abrió totalmente a sus demandas, dejándolo explorarla<br />
a voluntad. Su lengua jugó con la de ella, saboreando el sabor a vino junto con el<br />
íntimo sabor de su boca. Ella sintió el temblor que lo sacudió y disfrutó de la<br />
confirmación de que él la deseaba con una desesperación que rivalizaba con la<br />
suya propia.<br />
Terminando el beso bruscamente, Jake la sostuvo alejada <strong>todo</strong> lo que le<br />
permitía la longitud de sus brazos, como si su proximidad física supusiera un peligro<br />
mortal para él.<br />
Lydia cerró sus manos gentilmente alrededor de sus muñecas.<br />
— ¿Por qué estabas tan convencido de que era imposible para nosotros estar<br />
juntos?<br />
— ¿No es obvio? —Dijo él tenso—. ¿Cómo puedo pedirte que aceptes una<br />
vida que suponga para ti menos de lo que siempre has tenido? Como Lady Wray no<br />
te faltaría de nada, y tus hijos serían miembros de la nobleza. No puedes rechazar<br />
<strong>todo</strong> eso para convertirte en la esposa de un médico. A menudo tengo que<br />
abandonar mi casa en mitad de la noche para ir a atender a alguien, y durante el<br />
día el lugar está siempre lleno de pacientes. Es un caos. Y además de eso, no soy<br />
rico, ni quiero serlo, lo que requeriría que hicieses un sacrificio que tal vez más<br />
adelante lamentarías.<br />
—Tendría que sacrificar algo en ambos casos —puntualizó Lydia—. O me caso<br />
con un noble que no me ama, o me caso con un médico que sí lo hace. ¿Cuál de<br />
los dos me causaría más pesar?<br />
—Antes de esta noche, no tenías ninguna objeción a casarte sin amor —dijo<br />
él con sarcasmo—. ¿Por qué has cambiado de opinión?<br />
— ¡No sabía lo que tú sentías! Nunca me habías dado esperanzas. Y si no<br />
podía estar contigo, pensé que quizás estaría bien con Lord Wray —ella se frotó los<br />
ojos húmedos con las palmas de las manos—. Yo siempre me he sentido atraída por<br />
ti. ¿Por qué sino crees que estábamos siempre discutiendo?<br />
Él torció la boca irónicamente.