You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
39<br />
“CONTRA TODO PRONOSTICO”<br />
Jake la miró fijamente en medio de un creciente silencio, su cuerpo estaba<br />
visiblemente tenso, la forma en que estaba inclinado revelaba una energía<br />
contenida que fácilmente podría estallar sin control.<br />
Oh, la forma en que la miraba, el brillo ardiente de sus ojos en su sombrío<br />
rostro... Podría jurar por su vida que él sentía algo más que simple deseo hacia ella.<br />
—Aún no —contestó con voz ronca.<br />
El corazón de Lydia empezó a latir con fuerza, golpeando contra sus costillas<br />
con espantosa violencia.<br />
— ¿Quién es ella, Jake? —logró susurrar.<br />
Él lanzó un suave gemido y se puso de pie, abrazándola con impaciencia<br />
contra su cuerpo.<br />
— ¿Quién crees tú que es? —dijo, dándole una pequeña sacudida. Después<br />
cubrió sus labios con los de él.<br />
Soltando las cadenas de autocontrol, la besó con tierna furia, mientras sus<br />
manos vagaban obsesivamente sobre su cuerpo, amoldándola y apretándola con<br />
fuerza contra él.<br />
—Adoro cada batalladora y terriblemente lógica pulgada de ti —dijo,<br />
arrastrando su boca por sus mejillas, su barbilla y su garganta—. Adoro que seas tan<br />
inteligente como el mismo demonio, y no me importa que <strong>todo</strong> el mundo lo sepa.<br />
Amo tus ojos verdes. Amo la manera en que te comportas con tu familia. Mi<br />
hermosa Lydia...<br />
—Has sido un tonto —dijo ella ahogadamente cuando apartó su boca de la<br />
él. Nunca se había sentido tan sobrexcitada—. ¡Has esperado a que sólo falten<br />
treinta y ocho horas para mi boda para decírmelo!<br />
—Treinta y seis horas y media.<br />
De repente, la locura de la situación le pareció a Lydia sumamente divertida,<br />
y empezó a reírse.<br />
—Yo también te amo —le dijo, superando lo absurdo de la situación.<br />
Jake la besó entonces más agresivamente, hasta que se sintió arder y <strong>todo</strong> su<br />
cuerpo le dolió por la necesidad.<br />
Ella le tocó un lado de la cara, donde su incipiente vello le raspó levemente la<br />
mano.<br />
—Nunca diste a entender que sintieses algo más por mí que desprecio.