7. - Euskerazaintza

454 MANUEL DE LEKUONA. OBHAS COMPLEIAS
sin razón de ser— el estribillo readmite el verbo "abrasar" que en los
demás casos está suplantado por "abrazar".
En las jaculatorias de la pág. 44, "peclio" y "entrañas" se hallan
cambiados en "alma" e "indigno pecho" quizás siguiendo un criterio de
un menor realismo de lenguaje. Lo mismo que al fin, pareciendo quizás
mal atribuir a Dios el arrojarnos en los mares de tribulaciones, se endosa
esta acción a las criaturas.
En la oración de la página. 45. "sangrientos cardenales" está mudado
en "sangrientas lesiones" con evidente tendencia a una mayor modernidad
de lenguaje.
En las recomendaciones de la devoción eucarística de la pág. 426 de
Profecías, hay algunos retoques al lenguaje con la misma tendencia a la
modernidad. Un "sí solo" está cambiando en "más que"; un "habitación"
de carácter verbal ("acción de habitar") en un "habitación" de
carácter sustantivo ("casa y habitación"), mudando así mismo para ello
un "cosa" del original en "casa; un temor reverencial" lo está en un "reverencial
amor"; y un "le honran en él" (en el templo) en un "le honran
a El".
Así mismo la preocupación piadosa actual por la reparación de los
pecados ajenos, está reflejada en la adición que se hace a un "misericordia"
del original, de un "para sí y para sus prójimos".
Aparte de esto, en el pasaje referente a San Nilo, se le atribuye a
este Santo Obispo un "en el momento de la Consagración" que no dice
el original de Contreras. Lo mismo que un "mientras la Sagrada Hostia
estaba expuesta" donde el original de referencia dice "hasta concluir la
Misa".
Tropezamos igualmente con la incoherencia de hablar del "Santísimo
Sacramento ...clavado en la Çruz" por haber cambiado el sujeto "Jesús"
del original en "Santísimo Sacramento".
En algunos pasajes de los Escritos y Profecías abundan detalles que
marcan esta misma tendencia a la modernidad, comprometiendo por
cierto no poco la autenticidad de aquellos. Trátase de verdaderos casos
de anacronismo. Los Escritos tienen que ser de principios del siglo XIX.
Los detalles que decimos, reflejan más bien un pleno siglo XX.
Y no nos referimos aquí al buen golpe de devociones y preferencias
religiosas propias de nuestros mismos días que quedan recogidas en los
escritos. En esto pudo haber profecía. Las devociones son objeto propio