7. - Euskerazaintza

los a latigazos, y no se sabe que castigase
con su mano mientras vivió en
esta vida mortal más que a los que profanaban
el lugar sagrado • por aquí conocerás
el respeto y reverencia con que
deben entrar y salir de la Iglesia y el
fervor con que deben estar ante la Majestad
del Sacramento del Amor. Yo les
recomiendo que imiten a la Sanúsima
Virgen que debe ser para todos... Maestra
de todas las virtudes; Ella siempre
que entraba en el templo besaba con Ia
mayor humildad la tierra como çasa y
habitación santificada con la presencia
del Señor... Con mucha reverencia y
modesta compostura y con un corazón
humilde y lleno de reverencial amor,
considerando que aquel lugar es la morada
del Corazón de Jesús donde habita
con los ángeles y que en este Sacramento
de amor reparte el Señor sus
finezas y beneficios a los que le honran
a El y le piden perdón y misericordia
para sí y sus prójimos. No duden
que ante Jesús Sacramentado hay
multitud de ángeles que le adoran sin
cesar, y están esperando nuestros ruegos
y súplicas y como fieles mensajeros
y correos las llevan y presentan a nuestro
dulce Jesús para su feliz despacho.
Ya saben lo que dice San Nilo; que,
estando una vez en Misa, en el momento
de la consagración vió varias veces
que los ángeles se mezclaban por entre
los fieles y ofrecían a su Majestad sus
oraciones; por lo cual deben considerar
que siempre que estén ante Jesús Sacramentado,
están acompañadas de espí-
(11) Edic. 1912, pág. 259.
(12) Edic. 1912, pág. 260.
(13) Edic. 1912, pág. 272.
(14) Edic. 1912, pág. 27,3.
ESCHIIOS DE LA M. RAFOĹS 4i5'l
pecadores... sin embargo de tanta piedad
y misericordia, fuese tan formidable y
terrible con los profanadores del sagrado
templo arrojándolos a latigazos fuera
de la Iglesia; y no se lee... que nuestro
Señor castigase a los pecadores por su
misma mano mientras vivió en esta vida
mortal, sí solo a los que profanaron
el lugar sagrado, por donde conocerás
el respeto y reverencia con que debes
entrar y estar en el Santo Templo, atendiendo
a la Majestad de Dios... (11).
Y María Santísima, Maestra de las virtudes,
luego que entraha en el templo
besaba la tierra como cosa santificada
con la presencia y habitación del Señor...
(12).
...Con mucha veneración, modestia y
compostura y con un corazón humilde
11 lleno de temor reverencial, considerando
qu eaquel lugar es el palacio del
Rey del cielo, la morada de tu Dios
donde habita con sus ángeles, y que
allí reparte el Señor sus finezas y beneficios
a los que la honran en él y le piden
misericordia... '(13).
Y mira que los ruegos y súplicas y
oraciones que hacen los que asisten a la
Misa, «on los ángeles los mensajeros y
correos que las llevan a presentar a Dios
para su feliz despacho; pues dice San
Nilo, que estando en Misa vió varias
veces que los Angeles asistían a ella, y
que se mezclaban por entre los fieles y
ofrecían a Dios sus oraciones; por lo
cual te de&erás considerar acompañado
y cercado de espíritus angélicos.
(14).