7. - Euskerazaintza

39>4 MANUEL DE LEKÚONA. OBRAS COMPLETAS
Orixe da nere gogoanean, Don Julio'ren lenengo-lenengo irudi ta imajiña.
Imajiña maitagarria; imajiña elegantea. Bere biotzeko "Andereño
kutun" zuan Euskeraren alde lantza bikain bat zatitutako zaldun elegantea.
Beste alderdi geiago ere izan ditu geroztik neretzat Don Julio'ren
imajiñak. Eta oietako batzuek —nere gogoanekoak, eta ez danak— ikutu
nai nituzte gaur, Don Julio'ren gogoangarri egiten degun jai etxekoi
ontan. Bañan, bizkaitar maiteok, barkatuko didazute, onez aurrerako
nere itzak —itz laburrak—> erderaz egiten baditut, erdaldun entzuleak
ere gogoangarri zerbait entzun dezaten.
Señoras : Señores :
* * *
He descrito en breves trazos mi primera impresión a distancia, de la
egregia figura del hombre vizcaino, cuyo centenario del nacimiento celebramos
en este acto.
Aparte de ella, mis primeras impresiones acerca de su figura, arrancan
de poco después de la fundación de la Revista Internacional de los
Estudios Vascos, allá a principios de siglo. Impresiones de admiración,
como es obvio en un muchacho de quince a dieciseis años. Para nosotros
Don Julio era una figura inaseqtiible en su puesto d.e caballero prócer,
creador con toda elegancia de un movimiento euskerológico serio y solvente.
Figura inasequible.
Mi primer contacto con él, sin embargo, destruyó aquella idea de
inasequibilidad en mi ánimo. Debió ser, que con toda timidez, le presenté
algunas páginas sobre los primeros textos impresos en lengua vasca;
algo que, aunque modesto, sin embargo, como fruto de una investigación
personal de primera mano, era interesante para su Revista. Su acogida
me rrecuerda muchísimo a la que, más tarde, en circunstancias un
tanto difíciles, me hiciera el Conde de Peñaflorida, patrocinador del
Boletín de la Real Sociedad de los Amigos del País, por alguna otra
colaboración mía, modesta y todo, acogida con igual aceptación por aquel
otro procer de nuestra cultura, que lo fue y muy destacado el buen Conde.
Acogidas cálidas ambas, que difícilmente se olvidan.
Dón Julio, desde aquella fecha, me trató siempre como amigo. Con
una simpatía franca, sin afectación, espontánea. Algún roce hubo de te-