7. - Euskerazaintza

. 386 MANUEL DE LEKUONA.—OBRAS COMPLETAS
mación personal en la humildad y seriedad de vida, sino también para
romper de una vez en la vida de las Ordenes Religiosas el molde tradicional,
que cerraba el paso para la Profesión Religiosa a las muchachas
que hubiesen sido alguna vez sirvientas. Nuestra Madre no solo fue Religiosa,
sino Fundadora de un Instituto Religioso, a pesar de su primera
condición de muchacha de servicio. Igual que San Ignacio... igual que
el propio Jesús que decía "No he venido a ser servido, sino a servir y
ser redención para muchos".
PARA TERMINAR
"Hoy, tal como están las cosas desde el punto de vista de la investigación
histórica, este parangón tan ilustrador al parecer, no pasa de ser
ima hipótesis de trabajo. Hoy la investigación histórica ha dejado en
claro el verdadero carácter del Iñigo de Loyola en el Palacio Ducal de
Arévalo, carácter de un "familiar" de la familia del Duque y la Duquesa,
"familiar", no criado y que convivía con los hijos de los Duques,
como un hermano más, que se sentaba a la misma mesa con ellos, y jugaba
a los mismos juegos y recibía lecciones del mismo maestro de Letras.
* * *
Y llegados a este punto, no nos queda más que decir por hoy.
Nos propusimos explicar "guipuzcoanamente" —con el faro del P.
Larramendi por guía— el doble hecho, del oficio manual del padre de
nuestra M. Cándida —Tejedor, Eule en la lengua del País—, y de la
condición de sirvienta, neskane, de la propia Fundadora; explicarlo
como doble hecho ciertamente no reñido con la nobleza nativa del guipuzcoano;
mas no porque creamos que la nobleza de sangre de nuestra
Fundadora importa nacla a su santidad, sino porque ello importa siempre
a la verdad histórica en la biografía de una persona.
Y, cumplido este cometido, ponemos punto final a esta nuestra Conferencia.