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<strong>Lejos</strong> <strong>del</strong> <strong>nido</strong><br />
—esto gira sobre el asunto de haber vendido o dado una niña, que pasa por<br />
nieta de ellos, a un maromero, motivo por el cual se les ha sumariado.<br />
—Pues que vengan y lo veremos.<br />
Los indios comparecieron en el despacho cabizbajos, y con respeto saludaron<br />
a Arenas.<br />
—A ver qué es la bulla, les dijo éste, es buen primor quizque unos viejos en<br />
estas, dando que hacer a las justicias.<br />
—Calumias, compadrito, calumias, dijo el viejo Mateo, tanté quizque fueramos<br />
quizque a vender gu qué sé yo qué a Andreita, a la muchachita...<br />
—¡el señor nos valga!...<br />
—¡... ría santísima, mi madre, con la gente tan alevanta falsos!, exclamó<br />
Romana, llevándose las manos a la cabeza.<br />
—Y, a yo, por qué se me llama? preguntó Arenas.<br />
—Pues, compadre, busté ispensa la imprudencia, contestó Mateo, y diay<br />
que como sumercé nos conoce que somos de manejo pa cumplir la palabra y se<br />
nos desije un fiador pa salir de la cárcel, a ver si busté se digna...<br />
—Y a qué moda es la fianza?, dijo el cacique, interrumpiendo al indio y<br />
dirigiéndose al Alcalde.<br />
—son dos, dijo el empleado, una carcelera para quedar en libertad, y otra<br />
de policía, para que en lo que sucesivo dén buen trato a la niña, y no vuelvan<br />
siquiera a intentar el dársela al primer vagamundo que se presenta.<br />
—Y con qué me galantizan?, dijo Don Miguel volviéndose a los indios.<br />
—Compadre, no tenemos más amparo de alhajita que el ranchito, y en él,<br />
si sumercé es gustoso, le hacemos la seguridá apildorándoselo...<br />
es lo cierto, que después de pujas y repujas de aquellos compadres: encargos<br />
<strong>del</strong> uno para que cumplieran lo prometido, y promesas de los otros de que no<br />
comprometerían al fiador, se asentaron las dos diligencias de fianza, quedando<br />
los indios en libertad.<br />
Al despedirse, el Alcalde los amonestó en estos términos:<br />
—Ya saben, voy a dar orden para que la niña vuelva a la casa de ustedes, pero<br />
si sé que le dan algún mal trato, hago efectiva la fianza y la separo de ustedes,<br />
para entregarla a una buena persona.<br />
Además que aquí les queda abierto este sumario y de seguro que no se me<br />
escaparán, lo oyen?, pagándolas todas, juntas, pues quién sabe si se les descubre<br />
alguna otra pillería y entonces…<br />
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