Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
*<br />
Juan José Botero<br />
—Cómo quieres hija, que venga en nuestra compañía, si ella tiene sus padres<br />
y de seguro no le permitirán?...<br />
—No, no, mira, papacito, si los abuelos convienen, ¿es cierto? dijo Olivia,<br />
dirigiéndose a los indios.<br />
—¡eh! sumercé, mi niña, ¡ajualá!, que por vela en su compañía ya quijiéramos<br />
nosotros. ...<br />
—Viva!, que viva!, que viva!, gritó Olivia dando palmaditas de contento,<br />
mira que sí quieren.<br />
—Pues a nosotros no nos hace falta la muchachita, siguió Mateo, pero sí<br />
podía el señor Deleitor llevársela... que no sumercé pa toda la vida sino por poco<br />
tiempo, mientras el señor Deleitor le hecha unos trapitos encima, que ella los<br />
vaya ganando con su trabajo...<br />
—No, buen hombre, la niña está célebre, es cierto, y yo le daría educación y<br />
buenos vestidos, devolviéndola a ud. hecha una gran señora; pero... no quiero<br />
que mañana se diga de la Compañía que dirijo, tanto así…<br />
—es decir, señor Deleitor... dijo el indio.<br />
—Que puede retirarse con su niña.<br />
—Y la despides así papá, dijo Olivia, lloriqueando, y yo que le había prestado<br />
tanta atención, y quisiera que no se fuera de nuestro lado... ¿sabes porqué<br />
papacito?... mira, allá por donde veníamos <strong>del</strong> Cauca, en... este pueblo… este...<br />
de nombre feo como el de la chica, en fin, no recuerdo… allá donde estuve en<br />
un hotelito tantos días enferma, iba a visitarme una señora hermosa, ¡mamá más<br />
encantadora! y llevaba una niña; así, más pequeñita que ésta, pero parecidísima,<br />
papá, tanto que la creo ver aquí copiadita, y ¡cómo me abrazaba la señora y!,<br />
la niñita que jugaba tanto conmigo me regalaba confites, y yo le dí mi cariño,<br />
y cuánto deseo ver de nuevo a aquella chica tan generosa, me hace falta una<br />
compañerita, una amiguita, y ¡qué tal si esta pobrecita se viniera, conmigo, la<br />
querría mucho…<br />
Papá, prosiguió la niña, variando de tono, y manifestándose preocupada,<br />
¿por qué sería por lo que aquella señora vestía de negro, siendo casada, y la niña,<br />
encantadora con su traje bonito... ¡Pobre señora!... que lloraba tánto y así tan<br />
rica… y me besaba y me hacía llorar a mí también, y me decía, ah!, no, sino que<br />
decía suspirando, y como conversando para ella: que si ella hallara a su hijita;<br />
que su hijita estaría con hambre; que su muchachita sin quién la viera; que<br />
*<br />
69