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Lejos del nido

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*<br />

Juan José Botero<br />

Lo que sobrevino a esta escena, durante el tiempo trascurrido, en tanto<br />

que volvían aquellos tres venturosos séres de la sorpresa, sólo puede pintarse...<br />

pasándolo en silencio, dejándolo a la consideración <strong>del</strong> lector.<br />

Mas, ya repuestos, y al José Antonio haber llamado a la niña con su verdadero<br />

nombre, filomena, ésta volvió risueña donde Luisa y le dijo:<br />

—ese... con ese nombre era como me llamaba la Virgen, esta Virgencita<br />

(besándola), que no era otra sino la que yo veía en sueños... mi madre.<br />

—Y, ¿vive ella?, preguntó filomena.<br />

—Vive y la aguarda.<br />

—¡Dios sea bendito!, y mis hermanos?<br />

—Lo mismo.<br />

—Muy lejos de aquí?<br />

—Allá en “san Pablo”...<br />

—¡san Pablo!, dijeron a un tiempo Luisa y filomena.<br />

—¡Ah!, y ¿por qué tal exclamación?, dijo Antonio.<br />

—eso… eso... tornó a decir filomena jadeante y atragantada, fué lo último<br />

que dijo aquella mujer al morir y que nosotras no pudimos descifrar...<br />

el contento de padre e hija crecía por momentos y lo mismo el de Luisa<br />

que, orgullosa, pero con el santo orgullo de quien ve terminada la sagrada<br />

misión que se ha impuesto, descansa, como descansa el peón carguero que<br />

ha terminado el viaje y deja en seguro puesto y sin avería, el pesado y frágil<br />

bulto de cristalinas bellezas, que desde muy lejos, y por un escabroso camino,<br />

traía a espaldas.<br />

Los cariños, agasajos y mimos se cruzaban por todo, en un solo alborozo.<br />

Pero cuando filomena trajo la pequeña bata, que hizo su desesperación<br />

en otro tiempo, y la presentó a su padre; indicándole las iniciales f. G. M., el<br />

albo rozo se cambió en llanto; así como al enseñarle el pañuelo que enjugó las<br />

lágrimas de una madre y de dos ángeles, aquel que Olivia envió a su amiga<br />

como un recuerdo de despedida, que también mostraba una marca borrosa<br />

M. M. de G. Aquí sí que se renovó el llanto, pensando en la angustiada situación<br />

de Matilde y en la dicha grande que se le aguardaba al saber lo sucedido.<br />

Y entraron los afanes buscando el medio de comunicarle esto; pero, cómo<br />

se le avisaba?, en qué términos se le decía lo que pasaba para que no muriera<br />

de felicidad?<br />

*<br />

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