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Lejos del nido

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<strong>Lejos</strong> <strong>del</strong> <strong>nido</strong><br />

Andrea, a medida que así hablaba Antonio, se animaba por grados y como<br />

que veía, como que oía alguna cosa desconocida.<br />

—señor, habló ésta, turbada, yo me desespero, yo me confundo, yo me ahogo,<br />

yo me pierdo en un mundo de recuerdos, que usted con su voz va despertando<br />

en mi memoria y a los cuales no puedo darles forma.<br />

—sí, sí, dijo Antonio, animándose cada vez más, vuelva atrás, haga otro<br />

viaje, yo la acompaño con el alma... vuelva y recuerde, y ponga en limpio ese<br />

recuerdo... un esfuerzo... uno solo que ya veo luz.<br />

Andrea, presa de una emcoción desconocida, prorrumpió retorciéndose:<br />

—Yo no sé lo que me pasa, porque este dolor en el alma es nuevo para mí...<br />

No sé que me sucede!...<br />

Y enseñándole el cuadrito de la inmaculada que siempre iba con ella exclamó:<br />

—sí, no sé, no lo sé... mire usted señor, esto es lo que me confunde, el no<br />

poderme dar razón de lo que aquí veo; si el eterno sueño de mi vida ha sido esta<br />

imagen, que vive en mi grabada tan hondamente, o es una mujer... sí, otra que<br />

yo he conocido antes, muy lejos de aquí… sí, muy lejos... quizás mi madre... mi<br />

verdadera madre… y esos niños...<br />

en aquel momento, Antonio, que contemplaba el cuadro que Andrea tenía<br />

en la mano, como notara en la hermosa madona tanto parecido a su esposa,<br />

llevando las manos a la cabeza, exclamó:<br />

—¡Matilde!<br />

—sí! sí! dijo Andrea, ese nombre! ese!... esa voz de usted, señor!... y esos...<br />

e... esos niños... yo los conozco... sí... yo... cómo nó... los niños... ellos...<br />

—ellos, sí, los que rodean a la hermosa mujer que les mira desde el corredor<br />

de una casa…<br />

—Que juegan en un llanito bajo los árboles... y que me llaman… que me<br />

llaman... Oigalos, usted, señor!...<br />

—sí, sí recuér<strong>del</strong>os, ¡filomena!, ¡Jaime!<br />

—¡Rosa!, dijo Andrea, como despertando de un sueño.<br />

—¡Hija!...<br />

—¡Mi padre!...<br />

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