Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
*<br />
Juan José Botero<br />
—Cómo nó, y muy pálida que se puso, ¡qué susto se dió!<br />
—¡Pobre mamacita!, continuó ésta, qué tal hubiera sido para ella este encuentro,<br />
cuando no hay niña que vea que se dé con nosotros algún parecido de<br />
familia, con la edad más o menos de la niña que vimos, que no la interrogue<br />
preguntándole quién es... Verdad: ¡Pobre de mamá!, llevándo fresca siempre<br />
aquella idea de volver a ver a filomena!<br />
Al pronundar este nombre, Antonio volvió a dar la misma sacudida<br />
que antes y dejando el ensimismamiento que llevaba, se dirigió a los hijos<br />
diciéndoles:<br />
—Pues verdad que el caso es curioso: una niña tan semejante a ustedes,<br />
darse tal sorpresa al encuentro con nosotros y a nosotros sucedernos lo mismo.<br />
—si anduviera en el paseo mamacita no hubiera salido hoy <strong>del</strong> Retiro, hasta<br />
persuadirse quién es la niña, créalo papá.<br />
—¿Por qué no preguntamos quien era?, dijo Jaime<br />
—Para qué, mi hijo, ni vio que allí iba con otras que de seguro eran madre<br />
y hermanas?<br />
—¡Quién sabe!, prorrumpió Rosa, suspirando y moviendo la cabeza con<br />
aire un tanto receloso. Y siguió dando en su cavilosa porfía.<br />
—Y, cómo decimos a mamacita, volvió ésta, que vimos a una niña parecida<br />
a... los de casa, que ella se sorprendió mucho al vernos y nosotros lo mismo al<br />
mirarla y que ni por curiosidad siquiera, preguntamos quién era?<br />
—Pues, sí, dijo Jaime, y que es bien parecida a Rosa. un poco más alta<br />
y más...<br />
—sí, bonita. Pero no dicen que un feo se parece a un bonito?...Y sobre todo,<br />
siguió Rosa, yo cuando he dicho que soy un pozo de hermosura? De raro nada<br />
tiene que se me parezca...<br />
el tono de Rosa daba a comprender que se había mortificado por aquello.<br />
Antonio ya no siguió tomando parte en la conversación de sus hijos y continuó<br />
más ensimismado y callado que antes.<br />
Los muchachos, sí, hasta llegar a la casa, no trataron de otra cosa que de la<br />
señorita <strong>del</strong> Retiro, aunque su padre, si dejaba el aire de embelesamiento que<br />
llevaba, lo hacía con el fin de encaminarlos a otros puntos para que no se hablase<br />
más de aquel encuentro.<br />
Mas todo fué en vano y el asunto tomaba cuerpo y se volvía al mismo cuento,<br />
a golpear sobre la misma cosa.<br />
*<br />
231