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Juan José Botero<br />
distintas, dejando el teatro de su naciente pasión. Por eso al fin, también salió<br />
de “Guacimal”, el excolegial, con todos los cuadrúpedos que pudieron recoger<br />
y a “Chontalito” fué a dar, “sin tocar orilla”, a purgar lo que sus padres creían<br />
un gran pecado, sin caer en la cuenta de que con tal castigo no hacían otra cosa<br />
que atizar la hoguera, pues bien lo dice el cantar:<br />
“Querer atajar el paso<br />
A dos que se quieren bien,<br />
es como echar leña al fuego<br />
Y sentarse a verla arder”.<br />
Porque la oposición no hace otra cosa que apretar más y más los lazos que<br />
pretende romper. La privación excita el deseo de la cosa prohibida.<br />
Ya satisfechos nuestros noblísimos señores, creyendo que con lo hecho quedaba<br />
cortado el mal de raíz y que por lo tan el Dr. Ruiz no volvería a pensar en<br />
la Blandón, en “Guacimal”, se siguió otra vez la vida arreglada; en los trabajos,<br />
notándose, sí, un inmenso vacío con la ausencia de la oficiosa sirvienta, que “con<br />
dificultad se volvería a conseguir otra igual”, como a voz en cuello lo pregonaba<br />
la familia de Ruices.<br />
sentida en verdad, fué la niña, cuando ya pasados algunos días, viendo que no<br />
tornaba a “Guacimal”, y que por los runrunes se supo que había sido expulsada,<br />
se comprendió que su vuelta sería tarde.<br />
Luisa la llevó a su casa, pero como, viéndolo bien, ningún derecho tenía para<br />
retenerla allí, resolvió devolverla a “el Arenal”, sacando, sí, el mejor partido con<br />
ña Romana, para no privarse de verla con frecuencia a su lado.<br />
¡Pobre Andrea!<br />
Después de probar las <strong>del</strong>icias de un hogar tranquilo, respetado y abastecido,<br />
volver a la miseria, quedar a la ventura de cualquier infame que<br />
quisiera irrespetarla, ya que le asediaban gentes de tan baja esfera, siendo el<br />
principal isidoro, pues desde la vuelta de Andrea a “el Arenal”, este indio,<br />
como los miembros de su familia y compañeros de crápula y juego, no salían<br />
de allá, sitiándola y vigilándola, de tal modo que ya ni la dejaban asomar por<br />
“Los Alticos”, alejándola de allí y ocultándole a Luisa todo paso que daban<br />
en el asunto <strong>del</strong> casamiento son sidorito, concertado con ña Romana, para<br />
“cuanto antes”.<br />
A Andrea menos le confiaban los pasos dados, para qué?<br />
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