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Lejos del nido

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*<br />

Juan José Botero<br />

Y todo se vuelve una bulla en el corredor, con reparto de los regalos que les<br />

ha traído Luciano.<br />

Y para todos vino algún presente, por separado, y a cada uno de su madre<br />

y hermanos y hasta las cocineras, les iba pasando “el niño”, lo que les<br />

correspondía...<br />

solamente hubo, aquel día en “Guacimal”, una persona que miraba de lejos<br />

aquella distribución, sin derecho a recibir un recuerdo porque no tenía quién se<br />

lo enviara ni quién viniera con él…<br />

XXXIII<br />

Antes de entrar de lleno en este capítulo, permítasenos hacer una aclaración,<br />

referente al anterior.<br />

Dijimos allí que a Andrea no le había alcanzado regalo y tal cosa no es cierta;<br />

pues si por parte de Luciano no le vino, como para que se le hiciera esto más<br />

sensible y como un escarnio de la suerte, el regalo le llegó por otra parte. Que<br />

el mismo día <strong>del</strong> reparto “Guacimal”, un chico de los menores de Celedonio<br />

Quirama, se le presentó a la niña, trayéndole de parte de isidoro, una dádiva<br />

que no se supo lo que fuera, porque ella indignada ocultó en breve, sin conocer<br />

su paradero, aunque sí se supo el de la carta que acompañaba el regalo, carta<br />

que hacemos conocer en seguida.<br />

señorita Andrea Blandón su mano.<br />

Mi recordada y nunca olvidada señorita.<br />

Mando tomar la pluma para por medio de estas mal trasadas linias<br />

dirigirle un paqueño saludo deseándole un millón de felisidades. Yo<br />

estoi sin nobedad grasias al onipotente soberano.<br />

Después de saludarla paso a manifestasle lo siguiente.<br />

no olbide aquella bentura de dicha que cuando erais niña aun busted<br />

estubo en el caneí de los limones con güestro amante cuando tu erais<br />

el incanto de güestra jobentud en aquellos trasportes de cariño.<br />

cuando yo a tu lado contemplaba con el estásis de la inosensia infantil<br />

con que en esa infansia me premiabais con tus melancólicas miradas<br />

i me indicabais que tenías un corason noble…yo a tus plantas<br />

*<br />

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