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<strong>Lejos</strong> <strong>del</strong> <strong>nido</strong><br />
campo; a la madre que en el corredor de esa casa abrazaba cariñosamente al<br />
hijo, y vio carreras de niños por aquel llanito... y Andrea, la niña perdida, tornó<br />
a sus confusos recuerdos, representándosele, así como en sueños, lo de siempre:<br />
la hermosa mujer que abría los brazos y llamaba con cariñosa voz, y los niños,<br />
como lindos ángeles, que le sonreían y le invitaban a retozar bajo los árboles…<br />
¡Pobre huérfana!<br />
el confuso recuerdo de su perdido hogar, volvía a bullir en su aletargada<br />
memoria, y en seguida, involuntariemente soltó a llorar; mas cuando ya sus ojos,<br />
abiertos a la razón, miraban aquella escena de familia tan cordial, tan afectuosa,<br />
donde ella estaba además, sin derecho a tomar parte en esas alegrías....<br />
Por esta vez, fue tanta la fuerza <strong>del</strong> llanto, que no pudo contenerlo ni siquiera<br />
disimularlo, y como Luciano lo notara, le dijo a su hermana:<br />
—Camila, mira aquella niña, de seguro que se ha mortificado con la charla<br />
de los muchachos por el saludo que le dí. Procura desenojarla que no quiero ver<br />
hoy en casa semblante triste, siendo para mi, día de tanta felicidad.<br />
Camila, más <strong>del</strong>icada que la sensitiva, llamó a Andrea a enseñarle los regalos<br />
que por vía de anticipación les daba Luciano, tratando de desviarle sus tristes<br />
pensares; pero ésta, si pudo contener el llanto y disimular en lo exterior, en el<br />
interior le quedaba la amarga pena de quien vé gozar y no tiene derecho en el<br />
goce; de quien adivina, entre confusas nieblas, una cosa igual a la de aquella<br />
tarde, y a la cual si tiene derecho en el goce. Y últimamente de quien fue motivo<br />
de burla y sarcasmo en presencia de un desconocido joven, simpático y gallardo,<br />
pues en los oídos de la níña sonaba como continuo golpe de martillo, aquella<br />
irónica y amarga frase:<br />
—Ah! bobo, ¡si esa es la criada!<br />
XXXI<br />
Hay días muy felices en nuestra vida.<br />
Días de imperecederos recuerdos.<br />
Después de largo tiempo de penosos estudios, separado uno de la familia y<br />
volver al seno de ella….¡qué felicidad!<br />
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