09.05.2013 Views

Lejos del nido

Lejos del nido

Lejos del nido

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

*<br />

Juan José Botero<br />

No hubo que hacer; a tan obsequiosa gente nada se podía contrariar y Luisa,<br />

quedándose en cuerpo siguió para el horno, y las pandequeseras tras ella dando<br />

brincos de Contento...<br />

Misiá ignacia cogió por su cuenta a Andrea para iniciarla en los quehaceres<br />

de la casa; Camila le dió a la costura, anudando la interrumpida labor y todo<br />

volvió seguir su habitual orden en aquel hospitalario lugar.<br />

Por la tarde, Luisa, calculando la hora de no ser sorprendida por la noche,<br />

se despidió de “Guacimal”, dándole un cariñoso abrazo a Andrea, y con<br />

un sinnúmero “Dioselopague”, a la señora, por la buena acogida que daba a<br />

aquélla.<br />

Y, ¡qué feliz retornaba la viuda a su casa, dejando en seguridad a la débil<br />

pajarita!<br />

en <strong>nido</strong> ajeno, es cierto pero abrigado.<br />

XXVII<br />

Aprovechemos la seguridad de Andrea para dar un respiro, ya que hemos<br />

cobrado aliento, dejándola en “Guacimal”, libre de riesgos.<br />

en el ínterin, echemos una caminadita por otros trigales, a ver que hacen<br />

algunos de los viejos conocidos en esta historia, y qué es de su vida:<br />

Los padres de José Antonio, viejos y achacosos.<br />

Los de Matilde, muertos.<br />

el mayordomo Juan dando buenas cuentas, y por su buen manejo haciéndose<br />

rico a la sombra de tan buenos patrones.<br />

Y ya que vamos por estos lados diremos, que la casa de “san Pablo’ se conservaba<br />

en el mismo estado de como la conocimos al principio de esta narración,<br />

sin haberle cambiado un mueble, ni cortado un árbol <strong>del</strong> patio o llano fronterizo,<br />

ni echado por tierra la fatídica portada <strong>del</strong> camino real.<br />

Y ¡cómo! que hasta sus consejas corrían ya sobre esta habitación. Que como<br />

la camita en donde dormía filomena no se había tocado, encontrándose en el<br />

mismo estado de como se veía la tarde de la desgracia de “san Pablo”, las gentes<br />

supersticiosas contaban que, en las calladas horas de la noche, se interrumpía<br />

el silencio de aquellas soledades, con el dolorido llanto de un niño, llanto que<br />

salía <strong>del</strong> dormitorio en donde estaba la cama dicha.<br />

*<br />

119

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!