I already knew that. - Sociedad Asturiana de Filosofía
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ciencia a una pura construcción subjetiva y cultural,<br />
hasta llegar en algunos extremos a compararla con el<br />
m i t o. Esta visión <strong>de</strong>l conocimiento fomenta el que creencias<br />
y opiniones no fundamentadas racional y experimentalmente<br />
sean valoradas <strong>de</strong> la misma manera que<br />
otras que sí lo están.<br />
-La pseudociencia obe<strong>de</strong>ce también a razones <strong>de</strong><br />
tipo político siendo, a veces, utilizada para controlar<br />
y <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r los intereses <strong>de</strong> las clases gobernantes.<br />
Encontramos un ejemplo <strong>de</strong> esto en la creencia pseudocientífica<br />
<strong>de</strong> la supremacía racial aria y la creencia<br />
<strong>de</strong> la condición sub-humana <strong>de</strong> los judíos que sirvió <strong>de</strong><br />
soporte intelectual para el nazismo. Joaquín Medín<br />
afirma que “la pseudociencia como instancia <strong>de</strong>l irr a -<br />
cionalismo ha sido parte <strong>de</strong>l ropaje i<strong>de</strong>ológico <strong>de</strong> los<br />
regímenes totalitarios mo<strong>de</strong>rnos.” 5 Sin embargo, no<br />
sólo en los regímenes totalitarios encontramos una justificación<br />
i<strong>de</strong>ológica para el auge <strong>de</strong> las creencias<br />
pseudocientíficas, ésta se da también en las socieda<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong>mocráticas pues “los ciudadanos en una <strong>de</strong>mocra -<br />
cia se supone que forman sus propias opiniones en<br />
asuntos <strong>de</strong> interés público, las discuten en el espacio<br />
público y participan hasta cierto punto en el manejo<br />
<strong>de</strong> los asuntos públicos; lo que supone una capacidad<br />
y disposición para producir y apreciar arg u m e n t o s<br />
críticos y para tomar <strong>de</strong>cisiones bien informadas. La<br />
pseudociencia expulsa la ciencia <strong>de</strong>l conocimiento <strong>de</strong><br />
las masas favoreciendo <strong>de</strong> esa forma a la tecnocracia<br />
(gobierno <strong>de</strong>l pueblo por los expert o s ) . ”<br />
Este hecho nos alerta <strong>de</strong> los peligros <strong>de</strong> la pseudociencia<br />
que no sólo trae consigo problemas políticos<br />
(para algunos) sino que aporta una grave peligrosidad,<br />
estimulando la irresponsabilidad intelectual:<br />
mentalidad <strong>de</strong> algo a cambio <strong>de</strong> nada, la creencia <strong>de</strong><br />
que algo pue<strong>de</strong> ser cierto si se cree y se siente intensamente<br />
que lo es, que haya respuestas fáciles a problemas<br />
serios y que el pensamiento positivo pue<strong>de</strong> sustituir<br />
el trabajo duro, se produce un importante frau<strong>de</strong> al<br />
consumidor y un atentado contra la vida <strong>de</strong>l individuo<br />
al acudir a curaciones pseudocientíficas basadas en la<br />
fe y en la cirugía psíquica y no recurrir a la ayuda médica<br />
legítima.<br />
-Los medios <strong>de</strong> comunicación contribuyen en<br />
gran medida a la proliferación <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> fenómenos.<br />
Citaré dos <strong>de</strong> los más importantes e influyentes:<br />
Internet y la televisión.<br />
En los últimos tiempos, la televisión ha ido consi<strong>de</strong>rándose<br />
cada vez más un medio <strong>de</strong> recreación llegando<br />
a convertirse el entretenimiento en su mayor<br />
característica (y prácticamente única). Se ha consi<strong>de</strong>rado<br />
“atractivo” aquel programa que divierte y que se<br />
aleja <strong>de</strong> la reflexión o <strong>de</strong> la educación, por lo que es<br />
comprensible que la presencia <strong>de</strong> programas científicos<br />
esté prácticamente extinguida o marginada en la<br />
programación televisiva comercial.<br />
II Olimpiada. Segundo premio<br />
Por otra parte, la televisión (que se vale <strong>de</strong><br />
medios como la grabación <strong>de</strong> risas y aplausos para<br />
manipular las emociones, cambios <strong>de</strong> toma cada 3,5<br />
segundos para evitar que el ojo se canse y tenga algo<br />
nuevo que ver en cada momento o la utilización <strong>de</strong><br />
música que influya en el ánimo) tiene una gran aliada:<br />
la publicidad. La publicidad interrumpe la programación<br />
ofreciendo una visión fragmentada <strong>de</strong> la realidad,<br />
así el telespectador encuentra una dificultad para realizar<br />
una actividad intelectual rigurosa (ya sea científica<br />
o no) la cual requiere una atención sostenida y un<br />
po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> concentración. La pseudociencia, por ser<br />
fragmentaria y requerir <strong>de</strong> un nivel intelectual mínimo,<br />
se adapta perfectamente a las características <strong>de</strong> este<br />
m e d i o .<br />
Asimismo, la televisión también ha sido utilizada,<br />
como he podido leer en unos estudios <strong>de</strong> Harris,<br />
como medio <strong>de</strong> propagación <strong>de</strong> “sectas televisivas”<br />
don<strong>de</strong> se ajusta el mensaje a las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los<br />
telespectadores <strong>de</strong> los que muchos son viejos y enfermos,<br />
están aislados, se han empobrecido con la inflación,<br />
están <strong>de</strong>sconcertados por los cambios en las costumbres<br />
sexuales y familiares o sienten pánico <strong>de</strong> la<br />
<strong>de</strong>lincuencia callejera. En estas sectas, a diferencia <strong>de</strong><br />
en los cultos verda<strong>de</strong>ramente comunitarios, no es<br />
necesario que la persona abandone su vida (su hogar,<br />
su familia, su trabajo) sino que únicamente <strong>de</strong>be enviar<br />
una cantidad <strong>de</strong> dinero y encen<strong>de</strong>r el televisor <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
don<strong>de</strong> le hablan directamente. Y si tiene la necesidad<br />
<strong>de</strong> mantener un diálogo, pue<strong>de</strong> llamar a un número que<br />
le aten<strong>de</strong>rá las 24 horas <strong>de</strong>l día.<br />
Internet es el gran puente <strong>de</strong>l mundo. Gracias a él<br />
muchas personas se comunican y ofrece, a<strong>de</strong>más, la<br />
posibilidad <strong>de</strong> encontrar por sus páginas información<br />
<strong>de</strong> todo tipo. Sin embargo, toda esta información, en la<br />
mayoría <strong>de</strong> las ocasiones, no ha sido verificada antes<br />
<strong>de</strong> subirla a la red por lo que Internet se convierte en<br />
una gran tela <strong>de</strong> opiniones don<strong>de</strong> la pseudociencia tiene<br />
acotada una gran parte; lo he podido comprobar<br />
mientras realizaba este trabajo, únicamente se necesita<br />
escribir pseudociencia en un buscador y aparecen<br />
centenares <strong>de</strong> páginas y otras tantas con la superstición<br />
y la chamanería. Es el medio idóneo, junto con la televisión<br />
y las revistas (<strong>de</strong> las cuales se obtienen gran<strong>de</strong>s<br />
beneficios económicos) para la proliferación <strong>de</strong> estas<br />
creencias y es que en muchas ocasiones el cibernauta<br />
se siente confundido entre tanta cantidad <strong>de</strong> información<br />
(aunque a veces habría que llamarla <strong>de</strong>sinformación).<br />
A<strong>de</strong>más, Internet se pue<strong>de</strong> relacionar con la falta<br />
<strong>de</strong> control <strong>de</strong> la realidad <strong>de</strong> la que hablábamos anteriormente:<br />
<strong>de</strong> alguna manera produce <strong>de</strong>slocalización<br />
al eliminar las fronteras físicas y lo que es más importante,<br />
se ha pasado <strong>de</strong> una in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia local a una<br />
alta <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia mundial, se produce una vinculación<br />
con lo lejano y una <strong>de</strong>svinculación con lo próximo.<br />
¿Quién no conoce, por ejemplo, a Bush, a Blair o a<br />
Fi<strong>de</strong>l Castro? En cambio, ¿cuántos conocen al presi-<br />
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