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I already knew that. - Sociedad Asturiana de Filosofía

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38<br />

BOLETÍN Nº 2<br />

tuyen un cuerpo común. El avance <strong>de</strong> uno está <strong>de</strong><br />

inmediato a disposición <strong>de</strong>l otro, y <strong>de</strong> la humanidad.<br />

Pero los <strong>de</strong> los pseudo-científicos son grupos cerrados,<br />

a menudo endogámicos. Los forman comunida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> creyentes que no investigan, sólo creen, y que<br />

a<strong>de</strong>más mantienen la mínima comunicación posible<br />

con ajenos a su sistema <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as. A menudo, incluso,<br />

las prácticas están sólo al alcance <strong>de</strong> los iniciados, a<br />

los que incluso pue<strong>de</strong>n requerírseles una serie <strong>de</strong><br />

aptitu<strong>de</strong>s especiales.<br />

La joven, que no había abierto la boca en todo<br />

lo que duró la perorata <strong>de</strong> David, <strong>de</strong>cidió entonces<br />

meter baza:<br />

- No voy a ponerme a discutir esa sarta <strong>de</strong> arg umentos<br />

egocéntricos, pero sí que te haré una pregunta:<br />

todo eso que has dicho, todos esos supuestos arg umentos<br />

<strong>de</strong>svalorizadores, ¿no podrías aplicarlos<br />

también a la religión?<br />

Quizá el científico hubiera asentido, quién lo<br />

sabe, pero don Luis se le a<strong>de</strong>lantó:<br />

- A veces las prácticas religiosas pue<strong>de</strong>n parecer<br />

prácticas mágicas, <strong>de</strong> acuerdo, pero existe una<br />

diferencia fundamental. La hechicería, todas esas<br />

herejías, conciben un ser superior, quizá, tienes<br />

razón, similar en cierto modo a un dios, pero su actitud<br />

hacia él es opuesta a la <strong>de</strong> los religiosos. Nosotros<br />

preten<strong>de</strong>mos alcanzar la salvación; vosotros, domin<br />

a r, controlar esa fuerza en vuestro provecho. La religión<br />

se basa en la admiración a dios, no el temor a Él<br />

o el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> su favor.<br />

- Siento tener que <strong>de</strong>cir esto –intervino A l o n s o ,<br />

por primera vez en un buen rato– pero religión y<br />

magia sí tienen, basándome en algo que David<br />

comentó, una cosa común. Se parecen en ese matiz<br />

<strong>de</strong> oscuridad, <strong>de</strong> sectarismo. No <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser algo<br />

injusto por tu parte, Luis, llamar fe a tus creencias y<br />

superstición a las <strong>de</strong> otros. Al cabo, no parece sino<br />

que sean caras <strong>de</strong> la misma moneda.<br />

- Ahí está –apostilló Idhiria, satisfecha–. ¿Por<br />

qué no atacar a la religión, pues? ¿Por qué sólo a las<br />

creencias que, con igual base, sostienen otros?<br />

- Por su peligrosidad –afirmó, tomando <strong>de</strong> nuevo<br />

el mando <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate, el científico–. A medida que<br />

su popularidad crece, las pseudo-ciencias se convierten<br />

en un auténtico y peligroso fenómeno <strong>de</strong>l nuevo<br />

siglo. Decenas <strong>de</strong> nigromantes se apostan, <strong>de</strong> un<br />

tiempo a esta parte, en todas las esquinas, esgrimiendo<br />

títulos fantasma, y nunca mejor dicho, con los que<br />

embaucar a los incautos. Y mientras se trate sólo <strong>de</strong><br />

dinero, el problema es mínimo. Pero imagínate el<br />

alcance <strong>de</strong>l problema si un enfermo no va al médico,<br />

con su fe ciega en los curan<strong>de</strong>ros, y muere por no<br />

haber recibido un tratamiento a<strong>de</strong>cuado. Sin llegar a<br />

esos extremos, la pseudo-ciencia es aun más dañina<br />

en cuanto que aliena la mente humana, haciéndola<br />

permeable a todo tipo <strong>de</strong> engaño. Creemos ciudadanos<br />

que crean en la magia, empachemos a sus men-<br />

tes con embrujos pseudo-científicos, y lograremos<br />

una masa sumamente maleable a la que llevar por<br />

don<strong>de</strong> nos interesa.<br />

- Pero eso no es cierto –protestó la aludida–. No<br />

es cierto que sean frau<strong>de</strong>s, mentiras con las que no<br />

aprovechamos <strong>de</strong> las gentes. Yo creo profundamente<br />

en lo que hago. Sé que es cierto. Y beneficioso: la<br />

gente acaba <strong>de</strong> hablar conmigo, y está más tranquila<br />

<strong>de</strong> lo que estaba. Qué importa que una ley matemática<br />

no pueda <strong>de</strong>mostrar que lo que digo es cierto: yo<br />

lo sé, y me basta.<br />

- ¡No me hagas reír! No crees en nada <strong>de</strong> lo que<br />

dices. Sabes <strong>de</strong> sobra que no estás ahí por tener un<br />

karma especialmente dotado, sino por vivir en un<br />

cuerpo <strong>de</strong> infarto. Son esos ojos, esos a<strong>de</strong>manes, los<br />

que hipnotizan el entendimiento <strong>de</strong> tus clientes y les<br />

hacen creer en lo que quieres que crean. Simplemente<br />

consumismo, compraventa <strong>de</strong> carne una vez más.<br />

No sé si creíste algún día, pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego no ahora.<br />

Estás completamente vendida al sistema, sin valores<br />

ni verda<strong>de</strong>s. Casi me das pena...<br />

El <strong>de</strong>bate se <strong>de</strong>slizaba progresivamente hacia<br />

acusaciones personales. Eso no iba en el programa.<br />

Sacerdote y filósofo se entendieron con una mirada:<br />

-Se hace tar<strong>de</strong>... –intervino el primero– Deberíamos<br />

irnos... Manuela estará preocupada.<br />

En efecto, fuera oscurecía ya, y el camarero<br />

hacía un rato que les observaba, algo molesto porque<br />

permanecieran allí sin tomar nada más que un par <strong>de</strong><br />

míseros cafés ya hacía mucho reducidos a posos<br />

–quizá interpretables–.<br />

David e Idhiria se miraron. El primero se encogió<br />

<strong>de</strong> hombros:<br />

- Supongo que sí. Vamos si queréis. Pero me<br />

gustaría seguir esta conversación en algún otro<br />

momento, no creo que...<br />

Alonso no le <strong>de</strong>jó tiempo a quejarse:<br />

- Antes haréis una cosa. Mañana es mi conferencia<br />

para la radio. Hacedme un favor y escuchadla,<br />

todos. Es en una ca<strong>de</strong>na cultural. 106.2. Escuchadla<br />

– r e p i t i ó – .<br />

- ¿FM?<br />

- FM.<br />

Pagaron cada uno lo suyo, porque todos querían<br />

invitar, y salieron, subiéndose con frío los cuellos<br />

<strong>de</strong> los abrigos, <strong>de</strong>l bar. Jamás lo hubieran admitido,<br />

pero, mientras buscaban el lugar en que habían <strong>de</strong>jado<br />

aparcado el viejo Renault cochambroso <strong>de</strong>l sacerdote,<br />

los tres miraron atrás, cual Lot, un par <strong>de</strong> veces,<br />

hipnotizados <strong>de</strong> la manera más poco racional por el<br />

suave balanceo, péndulo <strong>de</strong> mago, <strong>de</strong> las ca<strong>de</strong>ras, la<br />

melena, el gesto, <strong>de</strong>l sortilegio estudiado <strong>de</strong> aquella<br />

postmo<strong>de</strong>rna pitonisa.

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