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I already knew that. - Sociedad Asturiana de Filosofía

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<strong>de</strong> la fenomenología estos cien años. Simplificando la cuestión,<br />

podríamos hablar, en primer lugar, <strong>de</strong> una o rt o d o x i a<br />

fenomenológica que, confundiendo los textos y las cosas, ha<br />

pervertido el motto husserliano, transformándolo en el lema:<br />

a los textos mismos. Pero, si la actividad académica ya supone<br />

una cierta p e rv e r s i ó n, en el caso <strong>de</strong> la fenomenología, la<br />

ortodoxia, la pretensión <strong>de</strong> una creencia recta, frente a lo oblicuo,<br />

supone algo más grave, la <strong>de</strong> una perversión reduplicada,<br />

lindante con la contradicción en los términos.<br />

En segundo lugar la fenomenología, por la radicalidad<br />

<strong>de</strong> sus planteamientos, aparentemente c i e n t í f i c o s, ha significado<br />

un estímulo que, <strong>de</strong> modo o p o rt u n i s t a, ha sido aprovechado<br />

por numerosos filósofos a lo largo <strong>de</strong>l siglo: es el caso<br />

<strong>de</strong> Hei<strong>de</strong>gger, <strong>de</strong> Sartre, <strong>de</strong> Derrida, <strong>de</strong> Merleau-Ponty, y otros<br />

muchos. Es un fenómeno, menos en el caso <strong>de</strong> Hei<strong>de</strong>gger<br />

(aunque está la intermediación <strong>de</strong> Beaufret), específicamente<br />

francés.<br />

En tercer lugar, y por motivos que tienen que ver con el<br />

nivel <strong>de</strong> análisis en el que se instala la fenomenología, por su<br />

implantación hipercrítica, hay que <strong>de</strong>nunciar una curiosa<br />

d e r i v a t e o l ó g i c a, cuyo representante más caracterizado es<br />

Emmanuel Lévinas, pero en cuya nómina<br />

hay personajes muy apreciados, por ejemplo,<br />

por la ortodoxia <strong>de</strong>l país, como Jean<br />

Luc Marion. Ypor último habría que hablar<br />

<strong>de</strong> una segunda recepción <strong>de</strong> Husserl, a<br />

partir <strong>de</strong> las investigaciones stricto sensu,<br />

y que está dando lugar a una fenomenología<br />

que podremos calificar <strong>de</strong> no estándar.<br />

Puesto que la fenomenología escolar<br />

carece <strong>de</strong> interés, por redundante, fuera <strong>de</strong>l<br />

ámbito <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia, digamos algo <strong>de</strong>l<br />

grupo <strong>de</strong>l contagio o p o rt u n i s t a. Un<br />

comentario <strong>de</strong> Lévinas centra muy bien<br />

este fenómeno. Dice en su libro más importante,<br />

<strong>de</strong> 1974, A u t rement qu’être ou au<strong>de</strong>là<br />

<strong>de</strong> l’essence: “Nuestros análisis reivindican<br />

el espíritu <strong>de</strong> la filosofía husserliana,<br />

cuyo mensaje ha consistido en recordar<br />

a nuestra época que la fenomenología<br />

no es sino el método <strong>de</strong> toda filosofía... Nuestra presentación<br />

es fiel al análisis intencional, en la medida en que restituye las<br />

nociones al horizonte <strong>de</strong> su aparición, horizonte <strong>de</strong>sconocido,<br />

olvidado o <strong>de</strong>splazado ante la ostensión <strong>de</strong>l objeto, ante la<br />

mirada absorbida por la noción misma... Conviene reducir lo<br />

dicho al <strong>de</strong>cir más allá <strong>de</strong> su simple correlación...” (6).<br />

La gran novedad <strong>de</strong> la fenomenología ha sido re a c t u a l iz<br />

a r con su pareja conceptual re d u c c i ó n - c o n s t i t u c i ó nlo que<br />

siempre ha hecho la filosofía con su dialéctica re g re s s u s - p ro -<br />

g re s s u s. Pero algo tan aparentemente conocido resultó ser enormemente<br />

eficaz en las polémicas embrolladas <strong>de</strong> principios <strong>de</strong><br />

siglo. La fenomenología resultó ser así estímulo e inspiración<br />

para muchos pensadores <strong>de</strong>l siglo XX, fueran o no conscientes<br />

<strong>de</strong> ello. Se valieron <strong>de</strong> ella, pero siguieron su propio camino.<br />

Es el caso, por ejemplo <strong>de</strong> Sartre. Su trabajo básico <strong>de</strong><br />

1936, La trascendance <strong>de</strong> l’ego, escrito en Berlín en 1934<br />

mientras estudiaba la fenomenología <strong>de</strong> Husserl, es el arranque<br />

<strong>de</strong> sus trabajos sobre la imaginación y sus análisis sobre<br />

el ser y la nada <strong>de</strong> 1943. Proce<strong>de</strong> Sartre, con su característica<br />

<strong>de</strong>senvoltura, a aplicar el análisis husserliano fundamental <strong>de</strong><br />

Conferencia sobre Husserl<br />

la percepción. Ante un objeto hay una inclusión efectiva d e<br />

las vivencias en las que se esboza, en mi conciencia, pero, al<br />

producirse la i<strong>de</strong>ntificación sintética <strong>de</strong> esa multiplicidad <strong>de</strong><br />

perfiles, “adumbraciones”, A b s c h a t t u n g e n, gracias a la actividad<br />

noética, el noema resultante queda incluido en mi conciencia<br />

<strong>de</strong> modo sólo intencional, no efectivo. En consecuencia,<br />

el objeto aparece ante mí como es, no representado, y en<br />

los límites en los que se da. Y, como quiera que nunca hay<br />

saturación intuitiva y, pese a que lo que yo efectivamente percibo<br />

son apariciones, perspectivas unilaterales, lo percibido<br />

es, <strong>de</strong> golpe (apercepción) el objeto mismo, concreto, no su<br />

re p re s e n t a c i ó n .<br />

Ahora bien, <strong>de</strong> la misma manera que el noema es el centro<br />

<strong>de</strong> esa i<strong>de</strong>ntidad (la trascen<strong>de</strong>ncia en la inmanencia), hay<br />

también, piensa Sartre, una trascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l ego, un yopolo,<br />

en el seno <strong>de</strong>l flujo <strong>de</strong> la conciencia espontánea. Esa es<br />

justamente la o p o rt u n i d a d, que buscaba Sartre: contraponer<br />

el ego trascen<strong>de</strong>nte a la autonomía <strong>de</strong> la conciencia espontánea<br />

que se autoconstituye. Y hablo <strong>de</strong> oportunismo, porque<br />

ese yo trascen<strong>de</strong>nte, que según dice Sartre “no está ni formal<br />

ni materialmente en la conciencia, sino que está afuera en el<br />

mundo, pues es un ser <strong>de</strong>l mundo como el<br />

ego <strong>de</strong>l otro”, se correspon<strong>de</strong> con el yo<br />

puro, el yo-polo <strong>de</strong>l análisis intencional<br />

e s t á t i c o (noético-noemático) que es abstracto<br />

con relación al análisis intencional<br />

g e n é t i c o, que Husserl ya domina en los<br />

años 30, y en el que hay que integrar en el<br />

yo los h a b i t u s, las disposiciones para apercibir<br />

en <strong>de</strong>terminado sentido y los sentidos<br />

intencionales sedimentados. Sartre está<br />

utilizando una fenomenología escolar, casi<br />

una caricatura en beneficio propio.<br />

Pese a las apariencias en contra, la<br />

habilidad sartriana en su operación <strong>de</strong> prestidigitación,<br />

al contraponer el yo-polo abstracto<br />

<strong>de</strong> la fenomenología estática al yo<br />

mundano, con el pretexto <strong>de</strong> su nexo como<br />

yo trascen<strong>de</strong>ntal, corre en paralelo con la<br />

contun<strong>de</strong>ncia germánica <strong>de</strong> Hei<strong>de</strong>gger al<br />

ignorar que el s e r- e n - e l - m u n d oya está constituido, convirtiéndolo<br />

sin más en plataforma m u n d a n apara proce<strong>de</strong>r al análisis<br />

<strong>de</strong> su sentido <strong>de</strong> ser. El giro o n t o - f e n o m e n o l ó g i c oque tiene<br />

lugar en ambos pensadores es paralelo; únicamente difieren<br />

las motivaciones. En el caso <strong>de</strong> Sartre la reivindicación <strong>de</strong><br />

la espontaneidad <strong>de</strong> la conciencia en la línea <strong>de</strong> la tradición<br />

psicológica francesa, y en Hei<strong>de</strong>gger, la facticidad como<br />

experiencia <strong>de</strong> raigambre religiosa.<br />

Lo que siempre reprochó Husserl a la analítica <strong>de</strong>l<br />

Dasein, pese a las apelaciones formales y solemnes <strong>de</strong> Hei<strong>de</strong>gger<br />

al método fenomenológico, en el parágrafo 7 por<br />

ejemplo <strong>de</strong> Ser y tiempo, es su “ingenuidad”, al tomar al<br />

D a s e i n como base <strong>de</strong> la indagación <strong>de</strong> su sentido <strong>de</strong> ser, en<br />

vez <strong>de</strong> indagar su constitución. Según la perspectiva husserliana,<br />

el análisis ontológico <strong>de</strong> Hei<strong>de</strong>gger es tan ingenuo<br />

como los análisis científicos, y toda su hermenéutica no es<br />

sino un trabajo <strong>de</strong> elaboración simbólica, una vez supuesta ya<br />

la constitución <strong>de</strong>l Dasein. Al confundir los dos planos, la reelaboración<br />

simbólica hei<strong>de</strong>ggeriana hace consistir su radicalidad<br />

en el arrasamiento <strong>de</strong> la tradición filosófica entera, en<br />

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