La figura histórica de Jesús
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LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS<br />
las referencias <strong>de</strong> Juan a fiestas con las fiestas que tuvieron lugar si hubo<br />
tres pascuas durante el ministerio <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>:<br />
pascua (primavera) Jn 2,13<br />
semanas (pentecostés, principio <strong>de</strong>l verano) quizás Jn 5,1<br />
tiendas (tabernáculos, otoño) no se menciona<br />
pascua Jn 6,4<br />
semanas no se menciona<br />
tiendas Jn 7<br />
pascua Jn 11,55<br />
Aunque hay lagunas, el esquema general <strong>de</strong> Juan es perfectamente<br />
plausible. Pero también lo es el relato sinóptico. Proce<strong>de</strong> como sigue.<br />
Hacia el tiempo en que fue <strong>de</strong>tenido Juan el Bautista, surgió otro profeta:<br />
<strong>Jesús</strong>; predicó y curó durante algunos meses, suscitando un interés evi<strong>de</strong>nte,<br />
pero no un alboroto tan gran<strong>de</strong> que asustase a Antipas; marchó a<br />
Jerusalén para la pascua, realizó un gran gesto en el Templo, dijo algunas<br />
cosas provocativas sobre la autoridad y el "Reino" y fue rápidamente <strong>de</strong>spachado.<br />
Esto es perfectamente razonable. <strong>La</strong>s referencias <strong>de</strong> Josefo a otras<br />
<strong>figura</strong>s proféticas son compatibles con trayectorias muy cortas. Ofrecían<br />
"signos <strong>de</strong> liberación" en el <strong>de</strong>sierto, las multitu<strong>de</strong>s los seguían, y los romanos<br />
rápidamente mandaban tropas —que no tenían que esperar a un juicio<br />
judío formal para usar las espadas— (sobre esos profetas, véanse supra<br />
pp. 49s). Otros indicios hacen el ministerio corto <strong>de</strong> los sinópticos algo<br />
más probable que el <strong>de</strong> Juan. Al parecer, <strong>Jesús</strong> fue itinerante, y sus seguidores<br />
íntimos abandonaron sus ocupaciones habituales para estar con él.<br />
Sabemos que contaba con apoyo exterior (Le 8,1; infra p. 133), pero,<br />
pese a ello, no hay nada en el material que explique cómo vivía el<br />
pequeño grupo, dón<strong>de</strong> dormían sus miembros ni quién pagaba las facturas<br />
(Jn 13,29 presupone que recaudaban dinero <strong>de</strong> algún modo, sin concretar<br />
cuál). Al menos la ausencia generalizada <strong>de</strong> información resulta un<br />
poco más fácil <strong>de</strong> explicar en la hipótesis <strong>de</strong> un ministerio corto, basado en<br />
medios improvisados. Un ministerio más largo supone más organización, y<br />
esperaríamos encontrar más signos <strong>de</strong> ésta en los evangelios (sobre el estilo<br />
<strong>de</strong> vida itinerante, véanse infra pp. 131-134). El marco sinóptico es al menos<br />
tan plausible como el <strong>de</strong> Juan, y tal vez tenga una ligera ventaja.<br />
Este análisis tal vez parezca suponer que <strong>de</strong>bemos aceptar una cosa u<br />
otra: bien a Juan (tres pascuas; purificación inicial <strong>de</strong>l Templo; juicio<br />
extraoficial), bien a los sinópticos (una pascua; purificación tardía; juicio<br />
semioficial). Resulta tentador alternar ambas apoyándonos en su plausibilidad<br />
o probabilidad intrínseca, adoptando al mismo tiempo una solución<br />
intermedia en la cuestión <strong>de</strong> la duración: un ministerio <strong>de</strong> once a veinticinco<br />
meses (solución intermedia); purificación <strong>de</strong>l Templo próxima al<br />
LOS PROBLEMAS DE LAS FUENTES PRIMARIAS<br />
final (sinópticos); juicio extraoficial (Juan). Sin embargo, <strong>de</strong>bemos consi<strong>de</strong>rar<br />
otra posibilidad <strong>de</strong> conjunto: quizás ninguno <strong>de</strong> esos autores sabía<br />
qué sucedió, ni cuándo (excepto, naturalmente, el juicio y la crucifixión).<br />
Pue<strong>de</strong> ser que contaran con fragmentos dispersos <strong>de</strong> información, a partir<br />
<strong>de</strong> los cuales construyeron narraciones creíbles que contienen una buena<br />
cantidad <strong>de</strong> conjeturas. O quizás <strong>de</strong>scuidaron la secuencia cronológica y<br />
dispusieron el material <strong>de</strong> acuerdo con algún otro plan (por ejemplo, por<br />
temas). Esto se habría traducido en que las pistas cronológicas estarían dispersas<br />
al azar y no podríamos sacar <strong>de</strong> ellas conclusiones válidas. Tal vez la<br />
escena veraniega <strong>de</strong> Me 2,23-28 no precediera a la escena primaveral <strong>de</strong><br />
Me 6,39; quizás pertenezca al verano siguiente, y no al anterior. <strong>La</strong> organización<br />
<strong>de</strong> esa sección <strong>de</strong> Marcos (2,1-3,6) es temática, y muy posiblemente<br />
Marcos colocó 2,23-28 don<strong>de</strong> está ahora sólo porque encaja con el<br />
tema <strong>de</strong> la sección (pequeñas disputas legales en Galilea).<br />
Al pasar <strong>de</strong> los esquemas narrativos a los contenidos, volvemos a comprobar<br />
que Juan y los sinópticos son muy diferentes.<br />
1) En los sinópticos, muchas <strong>de</strong> las curaciones <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> (<strong>de</strong> hecho,<br />
algunas en torno a las cuales gira la historia) son expulsiones <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>monios. En Juan no hay tales expulsiones. (Sobre expulsiones<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>monios y otros milagros, véase el capítulo 10.)<br />
2) En los sinópticos, cuando se le pi<strong>de</strong> un "signo" <strong>de</strong> su autoridad,<br />
<strong>Jesús</strong> se niega a darlo (Me 8,1 ls). Entre los aspectos más<br />
<strong>de</strong>stacados <strong>de</strong> Juan está una serie <strong>de</strong> "signos" <strong>de</strong> la condición<br />
y autoridad <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> (Jn 2,11.23; 3,2; 4,48.54; 6,2.14; 7,31;<br />
9,16; 11,47; 12,8.37; 20,30).<br />
3) El <strong>Jesús</strong> sinóptico pregunta a los discípulos quién dice la gente<br />
que es él (Me 8,27), pero no hace comentarios explícitos sobre<br />
ese tema. Cuando le interrogan acerca <strong>de</strong> su autoridad, simplemente<br />
pregunta por la autoridad <strong>de</strong> Juan el Bautista y se<br />
niega a <strong>de</strong>cir nada sobre la suya propia (Me 11,27-33). En<br />
Juan, por otro lado, el asunto principal <strong>de</strong> los discursos <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong><br />
es él mismo -su condición, su i<strong>de</strong>ntidad y su relación con Dios<br />
y con los discípulos—. Estas no son comunicaciones privadas a<br />
sus seguidores; son la esencia <strong>de</strong> su enseñanza pública.<br />
4) El tema principal <strong>de</strong>l material <strong>de</strong> dichos sinópticos es el Reino<br />
<strong>de</strong> Dios. En Juan, este término solamente aparece en 3,3-5.<br />
5) Quizás lo más sorpren<strong>de</strong>nte sea la diferencia en el estilo <strong>de</strong> la<br />
enseñanza. En los sinópticos encontramos dichos breves sobre<br />
temas diversos. Los únicos discursos importantes consisten en<br />
series <strong>de</strong> esos dichos. <strong>La</strong> otra forma literaria principal es la<br />
parábola, en la cual una historia simple sirve para establecer una<br />
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