La figura histórica de Jesús
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LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS<br />
taban los animales y la leña para el altar. Parece que en total había unos<br />
20.000 sacerdotes y levitas (Apión 2,108). Estos oficios sagrados (que,<br />
como hemos visto anteriormente, eran hereditarios) no eran ocupaciones<br />
a tiempo completo. Cada sacerdote o levita <strong>de</strong>sempeñaba sus funciones<br />
sagradas sólo durante algunas semanas al año. Tanto los sacerdotes como<br />
los levitas estaban divididos en veinticuatro secciones <strong>de</strong>nominadas "grupos",<br />
cada uno <strong>de</strong> los cuales servía por turno en el Templo durante una<br />
semana. En las tres fiestas anuales estaban <strong>de</strong> servicio todos los grupos.<br />
Tanto los sacerdotes como los levitas se mantenían con los diezmos y primicias<br />
que los campesinos daban al Templo, pero cuando no estaban <strong>de</strong><br />
servicio en el Templo, trabajaban en otros oficios, excepto el laboreo, pues<br />
la Biblia les prohibía trabajar la tierra. Unos eran escribas profesionales<br />
(que redactaban documentos legales), pero otros se <strong>de</strong>dicaban a labores<br />
manuales. Cuando Hero<strong>de</strong>s reconstruyó el Templo, hizo adiestrar a algunos<br />
sacerdotes como albañiles para que pudieran construir las zonas más<br />
sagradas (Antig. 15,390). Había algunas restricciones especiales que afectaban<br />
a los sacerdotes: no podían casarse con prostitutas, ni con mujeres<br />
divorciadas (Lv 21,7), y tenían prohibido entrar en contacto con cadáveres,<br />
salvo los <strong>de</strong> parientes cercanos (Lv 21,1-3).<br />
<strong>La</strong> mayoría <strong>de</strong> los sacerdotes y levitas no estaban afiliados a un partido.<br />
Sabemos que algunos sacerdotes aristocráticos eran saduceos y que algunos<br />
sacerdotes ordinarios eran fariseos, 10 pero los sacerdotes y levitas pertenecían<br />
simplemente, en su mayor parte, al judaismo común. Compartían<br />
las creencias y prácticas <strong>de</strong> sus compatriotas y, a<strong>de</strong>más, seguían las<br />
leyes mosaicas especiales que se aplicaban solamente a los sacerdotes<br />
(véanse Lv 21; Nm 18).<br />
<strong>La</strong> escena evangélica <strong>de</strong>nominada "la purificación <strong>de</strong>l Templo", en la<br />
cual <strong>Jesús</strong> califica al Templo <strong>de</strong> "guarida <strong>de</strong> ladrones" (Me 11,15-19 y<br />
paralelos), ha hecho pensar a muchos que el sacerdocio era venal y<br />
corrupto. Ésta no es, sin embargo, un generalización exacta. <strong>La</strong> mayoría<br />
<strong>de</strong> los sacerdotes y levitas estaban <strong>de</strong>dicados al culto divino. No hay<br />
sistema en el que no existan, en alguna medida, abusos y falta <strong>de</strong> honra<strong>de</strong>z,<br />
y Josefo nos da el nombre <strong>de</strong> un sacerdote aristocrático corrupto<br />
{Antig. 20,213). También menciona algunos casos en los que un sumo<br />
sacerdote hizo mal uso <strong>de</strong> su autoridad. Pero estos casos <strong>de</strong>stacan por contraste<br />
con la regla general: los sacerdotes creían en Dios, le servían fielmente<br />
en el Templo y trataban <strong>de</strong> dar buen ejemplo con su adhesión<br />
escrupulosa a la ley divina.<br />
Volvemos ahora sobre la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que los sacerdotes eran tradicional-<br />
10 Para un ejemplo <strong>de</strong> un sacerdote ordinario que era fariseo, véase Vida 197<br />
ya citado. Para la conexión entre saduceos y aristócratas, véase infra nota 20.<br />
EL JUDAÍSMO COMO RELIGIÓN<br />
mente las autorida<strong>de</strong>s legales y religiosas <strong>de</strong>l judaismo. Según la Biblia,<br />
Dios entregó la ley a Moisés, pero, antes <strong>de</strong> su muerte, éste la confió a los<br />
sacerdotes y ancianos (laicos notables) (Dt 31,9). Deuteronomio también<br />
exige que el rey, cuando lo haya, escriba para sí una copia <strong>de</strong> la ley que<br />
"guardan los sacerdotes levitas" (17,18). Josefo, que era sacerdote, consi<strong>de</strong>raba<br />
a<strong>de</strong>más a los sacerdotes como los gobernantes naturales <strong>de</strong> la<br />
nación. Al explicar la constitución judía, escribió que Dios asignó la administración<br />
al "entero cuerpo <strong>de</strong> los sacerdotes", que ejercían "la supervisión<br />
general" y a<strong>de</strong>más veían causas y castigaban a los malhechores (Apión<br />
2,165). A dicha constitución, que estaba vigente en Ju<strong>de</strong>a en su época<br />
(Josefo nació el año 37 EC), la <strong>de</strong>nominó "teocracia", gobierno <strong>de</strong> Dios<br />
mediante sus sacerdotes. Josefo y muchos otros preferían esta forma <strong>de</strong><br />
gobierno. El Nuevo Testamento hace <strong>de</strong> "hijo <strong>de</strong> David" una categoría<br />
esencial para compren<strong>de</strong>r a <strong>Jesús</strong>, y a veces esto induce erróneamente a<br />
pensar a los lectores que todos los judíos esperaban un resurgimiento <strong>de</strong> la<br />
dinastía davídica. Gran parte <strong>de</strong> la Biblia, sin embargo, es hostil al sistema<br />
monárquico, y esa hostilidad estaba ampliamente extendida en el siglo I.<br />
Los monarcas, en la experiencia judía (lo mismo que en la <strong>de</strong> otras naciones),<br />
tendían a convertirse en tiranos y dictadores. Muchos judíos pensaban<br />
que era mejor ser gobernados por una aristocracia teocrática (miembros<br />
<strong>de</strong> las principales familias sacerdotales) bajo la distante supervisión <strong>de</strong><br />
un gobernador extranjero. 11<br />
En el capítulo anterior vimos que este sistema estuvo vigente en Ju<strong>de</strong>a,<br />
y especialmente en Jerusalén, durante la mayor parte <strong>de</strong>l tiempo en que<br />
vivió <strong>Jesús</strong>. El gobernador romano no era tan distante como les hubiera<br />
gustado a la mayoría <strong>de</strong> los judíos, y podía entrometerse más que lo que<br />
<strong>de</strong>seaban, pero, mientras el gobierno estuvo oficialmente en manos <strong>de</strong> un<br />
prefecto romano, en la mayor parte <strong>de</strong> las cosas fue el sumo sacerdote<br />
11 Para la ten<strong>de</strong>ncia antimonárquica, véase 1 Sam 8,10-18. Dt 17,14-20<br />
representa el intento <strong>de</strong> restringir el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l rey. A<strong>de</strong>más (como hemos señalado),<br />
Moisés entregó la ley a los sacerdotes para su administración (Dt 31,9).<br />
Para la preferencia <strong>de</strong>l gobierno sacerdotal al gobierno regio, véase Antig. 14,41.<br />
Josefo, que era sacerdote, quizás era parcial, pero es un hecho que, en sus tiempos,<br />
los sacerdotes habían gobernado Israel tantos años como los reyes y que lo<br />
habían hecho con bastante éxito. Para la i<strong>de</strong>a personal <strong>de</strong> Josefo <strong>de</strong> que, si tenía<br />
que haber reyes, éstos <strong>de</strong>bían ser regidos por los sacerdotes y por un consejo, véase<br />
Antig. 4,186, 214-224; 12,138-142; 13,166. Los sectarios <strong>de</strong>l mar Muerto compartían<br />
esta opinión. Pensaban que en los últimos días habría un Mesías que sería<br />
hijo <strong>de</strong> David, pero también esperaban un Mesías sacerdotal, un Mesías <strong>de</strong> Aarón,<br />
que estaría <strong>de</strong> hecho al mando. A<strong>de</strong>más, según la <strong>de</strong>scripción que da la Regla <strong>de</strong><br />
la Comunidad, los sacerdotes eran los principales jefes e instructores <strong>de</strong> la secta.<br />
Véase P&B, p. 297.<br />
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