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La figura histórica de Jesús

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302<br />

LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS<br />

Sobre el tema que ahora nos ocupa, sin embargo, no veo el modo <strong>de</strong> mejorar<br />

las pruebas ni <strong>de</strong> ir más allá <strong>de</strong> ellas. Tengo mis opiniones sobre algunos<br />

<strong>de</strong> sus elementos, como el movimiento <strong>de</strong> los discípulos: huyeron a<br />

Galilea y luego volvieron a Jerusalén. <strong>La</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Lucas, <strong>de</strong> que nunca <strong>de</strong>jaron<br />

los alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> Jerusalén, se explica por el carácter "jerosolimicéntrico"<br />

<strong>de</strong> su obra en dos volúmenes, Lucas-Hechos. Pero no pretendo saber<br />

qué vieron o quién exactamente lo vio. El lector que piense que todo está<br />

perfectamente claro -el <strong>Jesús</strong> físico e histórico se levantó y empezó a caminar<br />

por ahí— <strong>de</strong>bería estudiar con más cuidado a Lucas y Pablo. Los discípulos<br />

no pudieron reconocerle; no era "carne y sangre", sino un "cuerpo<br />

espiritual". No era un fantasma, ni un cadáver resucitado, ni un hombre<br />

malherido que anduvo con dificultad por ahí durante unas pocas horas<br />

más: así lo dijeron Lucas y Pablo, y Juan (20,l4s) coinci<strong>de</strong> con ellos.<br />

<strong>La</strong>s listas <strong>de</strong> quienes vieron al Señor resucitado son en algunos aspectos<br />

más intrigantes aún.<br />

Mateo<br />

Jerusalén<br />

Dos Marías<br />

Galilea<br />

Los once<br />

Lucas<br />

Jerusalén y<br />

alre<strong>de</strong>dores<br />

Dos discípulos<br />

Los once<br />

y otros<br />

(mismo día)<br />

Juan 20<br />

Jerusalén<br />

María<br />

Magdalena<br />

Los discípulos<br />

(una semana<br />

mis tar<strong>de</strong>)<br />

Juan 21<br />

Galilea<br />

Siete discípulos<br />

Hechos<br />

Jerusalén<br />

Los discípulos<br />

durante<br />

40 días<br />

1 Cor 15<br />

Sin información<br />

geográfica<br />

Cefás<br />

(= Pedro)<br />

Los doce<br />

500<br />

Santiago<br />

Todos los<br />

apóstoles<br />

Pablo<br />

Algunas <strong>de</strong> estas divergencias no son difíciles <strong>de</strong> explicar. El autor <strong>de</strong><br />

Lucas y Hechos era un escritor con talento artístico y pensaba que repetirse<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong>cía <strong>de</strong> un estilo elegante. 7 Por esta razón, el Señor resucitado<br />

estuvo con los discípulos durante sólo unas pocas hojas en Lucas y durante<br />

cuarenta días en Hechos. El segundo relato proporciona variedad y, a<strong>de</strong>-<br />

7 Que el autor <strong>de</strong> Lucas y Hechos evitaba la repetición exacta está claro en<br />

sus tres relatos <strong>de</strong> la conversión <strong>de</strong> Pablo. Por ejemplo, en una <strong>de</strong> las historias<br />

(Hch 22,17-21), <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> aparecerse el Señor por primera vez a Pablo, éste fue a<br />

EPÍLOGO: LA RESURRECCIÓN<br />

303<br />

más, preten<strong>de</strong> asegurar al lector que los discípulos sabían exactamente lo<br />

que <strong>Jesús</strong> quería: él lo habló todo con ellos amplia y <strong>de</strong>tenidamente. Jn 21<br />

es un apéndice, probablemente escrito por un autor posterior que quería<br />

tratar el dificultoso problema creado por el hecho <strong>de</strong> que, cuando él escribía,<br />

todos los discípulos habían muerto (véase supra pp. 20 ls). Una explicación<br />

más general <strong>de</strong> todos los evangelios es que sus autores tenían que<br />

dar relatos narrativos. Pablo hizo una lista, pero ellos necesitaban historias.<br />

A la hora <strong>de</strong> contar dichas historias, cada autor lo hizo a su manera.<br />

Pero, pese a éstas y otras explicaciones razonables <strong>de</strong> las variaciones, se<br />

nos queda entre las manos un problema insoluble. Los seguidores <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong><br />

estaban seguros <strong>de</strong> que éste fue resucitado <strong>de</strong> entre los muertos, pero discrepaban<br />

sobre quiénes lo habían visto.<br />

No consi<strong>de</strong>ro que el frau<strong>de</strong> <strong>de</strong>liberado sea una explicación digna <strong>de</strong><br />

atención. Muchas personas mencionadas en esas listas iban a pasarse el<br />

resto <strong>de</strong> su vida proclamando que habían visto al Señor resucitado, y varias<br />

<strong>de</strong> ellas morirían por su causa. A<strong>de</strong>más, un engaño premeditado habría<br />

producido una unanimidad mayor. En vez <strong>de</strong> eso, parece que hubo competidores:<br />

"Yo lo vi primero", "¡No!, fui yo". <strong>La</strong> tradición <strong>de</strong> Pablo <strong>de</strong> que<br />

quinientas personas vieron simultáneamente a <strong>Jesús</strong> ha llevado a algunos a<br />

sugerir que los seguidores <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> sufrieron <strong>de</strong> histeria colectiva. Pero la<br />

histeria colectiva no explica las otras tradiciones.<br />

Para muchos, los datos <strong>de</strong> Pablo resultan muy sugestivos. No distingue<br />

éste, en cuanto a la especie, entre la aparición <strong>de</strong>l Señor que él experimentó<br />

y las <strong>de</strong>más. Si tuvo una visión, pue<strong>de</strong> que ellos también tuvieran<br />

visiones. Pero entonces, ¿por qué insiste Pablo en que vio un "cuerpo espiritual"?<br />

Podría haber dicho un "espíritu".<br />

Que algunos seguidotes <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> -y más tar<strong>de</strong> Pablo- tuvieron experiencia<br />

<strong>de</strong> la resurrección es, a mi juicio, un hecho. Cuál fue la realidad que<br />

originó tales experiencias, no lo sé.<br />

Muchas cosas relativas al <strong>Jesús</strong> histórico seguirán siendo un misterio.<br />

Nada más misterioso que las historias <strong>de</strong> su resurrección, que intentan <strong>de</strong>s-<br />

Damasco y luego a Jerusalén, don<strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> se le apareció <strong>de</strong> nuevo. Fue en esta<br />

segunda aparición cuando el Señor encomendó a Pablo la misión <strong>de</strong> ser apóstol <strong>de</strong><br />

los gentiles. En Hch 9, sin embargo, la afirmación <strong>de</strong> que el Señor <strong>de</strong>signó a Pablo<br />

para ir a los gentiles llega en Damasco (Hch 9,15). El autor <strong>de</strong> Lucas y Hechos no<br />

era estúpido; sin duda, sabía que sus historias variaban. Podía haber contado la<br />

misma historia <strong>de</strong>l mismo modo, pero eso habría empeorado la narración. Como a<br />

muchos otros autores, tanto antiguos como mo<strong>de</strong>rnos, le <strong>de</strong>sagradaba la repetición;<br />

como otros autores antiguos, modificaba los acontecimientos para evitarla.

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