La figura histórica de Jesús

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296 LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS un significado que no tenían antes del desarrollo de la cristología de la Iglesia. Debido a esto, podemos ofrecer una mejor interpretación histórica del juicio y ejecución de Jesús, aun cuando aceptemos la narración de Marcos. 1) Durante su ministerio de enseñanza y curación, Jesús no se dio títulos a sí mismo; cuando se le preguntaba directamente, se negaba a decir quién era. 2) Jesús fue detenido porque amenazó al Templo. 3) Cuando los testigos no se pusieron de acuerdo sobre la amenaza de Jesús al Templo, Caifas no lo hizo azotar y luego lo soltó. En vez de eso, decidió intentarlo de nuevo. Esto demuestra que desde el principio se había propuesto la ejecución. 4) Entonces le preguntó a Jesús si era el Mesías y el Hijo de Dios. 5) Jesús dijo que lo era. 6) Estos títulos, en sí y de por sí, no constituyen una blasfemia. 7) El sumo sacerdote decidió denominarlos blasfemia porque ya había tomado la resolución de hacerlo ejecutar. 8) En vez de realizar una indagación ulterior sobre qué significaban esas expresiones para Jesús, Caifas llevó a cabo una manifestación exagerada de duelo y, de ese modo, convenció a sus consejeros para que se unieran a él en condenar al galileo. Una interpretación histórica de la escena marcana del juicio, tal como está escrita, es que los títulos fueron el medio de la ejecución, y la amenaza al Templo, su causa inmediata. Deseo distinguir entre mi opinión personal y los ocho puntos anteriores, que ofrecen una reconstrucción de lo que el relato de Marcos significaría si ofreciera una información literal sobre el juicio. Pienso que la escena marcana del juicio no es una transcripción y que debemos valorar los motivos de los diversos actores desde principios más generales. Si consideramos el modo en que los sumos sacerdotes desempeñaban sus responsabilidades cívicas bajo la autoridad de los prefectos y procuradores romanos, debemos concluir que Caifas estaba cumpliendo con su obligación según lo estipulado: Jesús era peligroso porque podía provocar un motín que las tropas romanas sofocarían con gran pérdida de vidas. El autor de Juan atribuyó a Caifas una afirmación totalmente apropiada: "¿No os dais cuenta de que es preferible que muera un solo hombre por el pueblo a que toda la nación sea destruida?" (Jn 11,50). 32 Aunque fue la escena del Templo la que decidió la cuestión, probablemente otros facto- 32 En el evangelio de Juan, naturalmente, esto tiene un doble significado: Jesús murió para salvar al pueblo en otro sentido. LA ÚLTIMA SEMANA DE JESÚS 297 res fueron causas coadyuvantes: la entrada de Jesús en Jerusalén y su enseñanza sobre el Reino. No sabemos hasta qué punto estaba Caifas al tanto de estos asuntos, pero resulta razonable pensar que, tras enterarse del ataque de Jesús a los vendedores de palomas y cambistas, y antes de ordenar su prendimiento, había buscado y obtenido más información sobre él. Como vamos a ver inmediatamente después, es probable que comunicara a Pilato el hecho de que Jesús pensaba que era "rey". Esta pretensión personal está implícita en la entrada de Jesús en Jerusalén, especialmente cuando ese acto simbólico se combina con la enseñanza de Jesús. Aunque dudo de la combinación marcana de "Mesías", "Hijo de Dios" y "blasfemia", no dudo de que Caifas y sus consejeros supiera que Jesús enseñaba sobre el Reino y reclamaba para sí un papel significativo en él. Mi propuesta es, pues, que Caifas sólo tomó una decisión: detener y ejecutar a Jesús. De ser así, no actuó movido por discrepancias teológicas, sino por su principal responsabilidad política y moral: mantener la paz y prevenir disturbios y derramamiento de sangre. Fue la autoafirmación de Jesús, especialmente en el Templo, pero también en su enseñanza y en su entrada en la ciudad, la que movió al sumo sacerdote a actuar. La decisión de Pilato ¿Por qué ordenó Pilato la ejecución de Jesús? Porque el sumo sacerdote se la recomendó y le ofreció una eficaz acusación: Jesús creía ser rey de los judíos. Pilato entendió que Jesús era un aspirante a rey sin ejército, y, por tanto, no hizo ningún esfuerzo en capturar y ejecutar a los seguidores de Jesús. Probablemente, lo consideró un fanático religioso, cuyo fanatismo había llegado a ser tan extremo que suponía una amenaza para el orden público. Los evangelios, especialmente Mateo y Juan, pretenden que Jesús fue condenado por el populacho judío, contra el mejor juicio de Pilato. Pilato estaba preocupado, recibió de su mujer el consejo de no hacer nada, consultó a la multitud, intercedió por Jesús; finalmente, como era cobarde, no pudo resistir el clamor de la multitud e hizo ejecutar a Jesús (Mt 27,11-26; Jn 18,28-19,16). Estos elementos del relato de las últimas horas de Jesús proceden del deseo de los cristianos de llevarse bien con Roma y de presentar a los judíos como sus verdaderos adversarios. Con toda probabilidad, Pilato recibió la acusación de Caifas, hizo flagelar a Jesús y lo interrogó brevemente, y, cuando sus respuestas no fueron completamente satisfactorias, lo envió a la cruz sin pensárselo dos veces. Filón, que era contemporáneo de Pilato, escribió una súplica al emperador Gayo (Calígula) que contenía una descripción de Pilato. Filón hablaba en ella de "los sobornos, los insultos, los robos, los atropellos y los daños sin motivo, las

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LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS<br />

un significado que no tenían antes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la cristología <strong>de</strong> la Iglesia.<br />

Debido a esto, po<strong>de</strong>mos ofrecer una mejor interpretación <strong>histórica</strong> <strong>de</strong>l<br />

juicio y ejecución <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>, aun cuando aceptemos la narración <strong>de</strong> Marcos.<br />

1) Durante su ministerio <strong>de</strong> enseñanza y curación, <strong>Jesús</strong> no se dio títulos<br />

a sí mismo; cuando se le preguntaba directamente, se negaba a <strong>de</strong>cir<br />

quién era.<br />

2) <strong>Jesús</strong> fue <strong>de</strong>tenido porque amenazó al Templo.<br />

3) Cuando los testigos no se pusieron <strong>de</strong> acuerdo sobre la amenaza <strong>de</strong><br />

<strong>Jesús</strong> al Templo, Caifas no lo hizo azotar y luego lo soltó. En vez <strong>de</strong> eso,<br />

<strong>de</strong>cidió intentarlo <strong>de</strong> nuevo. Esto <strong>de</strong>muestra que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio se<br />

había propuesto la ejecución.<br />

4) Entonces le preguntó a <strong>Jesús</strong> si era el Mesías y el Hijo <strong>de</strong> Dios.<br />

5) <strong>Jesús</strong> dijo que lo era.<br />

6) Estos títulos, en sí y <strong>de</strong> por sí, no constituyen una blasfemia.<br />

7) El sumo sacerdote <strong>de</strong>cidió <strong>de</strong>nominarlos blasfemia porque ya había<br />

tomado la resolución <strong>de</strong> hacerlo ejecutar.<br />

8) En vez <strong>de</strong> realizar una indagación ulterior sobre qué significaban<br />

esas expresiones para <strong>Jesús</strong>, Caifas llevó a cabo una manifestación exagerada<br />

<strong>de</strong> duelo y, <strong>de</strong> ese modo, convenció a sus consejeros para que se unieran<br />

a él en con<strong>de</strong>nar al galileo. Una interpretación <strong>histórica</strong> <strong>de</strong> la escena<br />

marcana <strong>de</strong>l juicio, tal como está escrita, es que los títulos fueron el medio<br />

<strong>de</strong> la ejecución, y la amenaza al Templo, su causa inmediata.<br />

Deseo distinguir entre mi opinión personal y los ocho puntos anteriores,<br />

que ofrecen una reconstrucción <strong>de</strong> lo que el relato <strong>de</strong> Marcos significaría<br />

si ofreciera una información literal sobre el juicio. Pienso que la<br />

escena marcana <strong>de</strong>l juicio no es una transcripción y que <strong>de</strong>bemos valorar<br />

los motivos <strong>de</strong> los diversos actores <strong>de</strong>s<strong>de</strong> principios más generales. Si consi<strong>de</strong>ramos<br />

el modo en que los sumos sacerdotes <strong>de</strong>sempeñaban sus responsabilida<strong>de</strong>s<br />

cívicas bajo la autoridad <strong>de</strong> los prefectos y procuradores<br />

romanos, <strong>de</strong>bemos concluir que Caifas estaba cumpliendo con su obligación<br />

según lo estipulado: <strong>Jesús</strong> era peligroso porque podía provocar un<br />

motín que las tropas romanas sofocarían con gran pérdida <strong>de</strong> vidas. El<br />

autor <strong>de</strong> Juan atribuyó a Caifas una afirmación totalmente apropiada:<br />

"¿No os dais cuenta <strong>de</strong> que es preferible que muera un solo hombre por el<br />

pueblo a que toda la nación sea <strong>de</strong>struida?" (Jn 11,50). 32 Aunque fue la<br />

escena <strong>de</strong>l Templo la que <strong>de</strong>cidió la cuestión, probablemente otros facto-<br />

32 En el evangelio <strong>de</strong> Juan, naturalmente, esto tiene un doble significado: <strong>Jesús</strong><br />

murió para salvar al pueblo en otro sentido.<br />

LA ÚLTIMA SEMANA DE JESÚS<br />

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res fueron causas coadyuvantes: la entrada <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> en Jerusalén y su enseñanza<br />

sobre el Reino. No sabemos hasta qué punto estaba Caifas al tanto<br />

<strong>de</strong> estos asuntos, pero resulta razonable pensar que, tras enterarse <strong>de</strong>l ataque<br />

<strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> a los ven<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> palomas y cambistas, y antes <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nar<br />

su prendimiento, había buscado y obtenido más información sobre él.<br />

Como vamos a ver inmediatamente <strong>de</strong>spués, es probable que comunicara<br />

a Pilato el hecho <strong>de</strong> que <strong>Jesús</strong> pensaba que era "rey". Esta pretensión personal<br />

está implícita en la entrada <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> en Jerusalén, especialmente<br />

cuando ese acto simbólico se combina con la enseñanza <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>. Aunque<br />

dudo <strong>de</strong> la combinación marcana <strong>de</strong> "Mesías", "Hijo <strong>de</strong> Dios" y "blasfemia",<br />

no dudo <strong>de</strong> que Caifas y sus consejeros supiera que <strong>Jesús</strong> enseñaba<br />

sobre el Reino y reclamaba para sí un papel significativo en él.<br />

Mi propuesta es, pues, que Caifas sólo tomó una <strong>de</strong>cisión: <strong>de</strong>tener y<br />

ejecutar a <strong>Jesús</strong>. De ser así, no actuó movido por discrepancias teológicas,<br />

sino por su principal responsabilidad política y moral: mantener la paz y<br />

prevenir disturbios y <strong>de</strong>rramamiento <strong>de</strong> sangre. Fue la autoafirmación <strong>de</strong><br />

<strong>Jesús</strong>, especialmente en el Templo, pero también en su enseñanza y en su<br />

entrada en la ciudad, la que movió al sumo sacerdote a actuar.<br />

<strong>La</strong> <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> Pilato<br />

¿Por qué or<strong>de</strong>nó Pilato la ejecución <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>? Porque el sumo sacerdote<br />

se la recomendó y le ofreció una eficaz acusación: <strong>Jesús</strong> creía ser rey <strong>de</strong> los<br />

judíos. Pilato entendió que <strong>Jesús</strong> era un aspirante a rey sin ejército, y, por<br />

tanto, no hizo ningún esfuerzo en capturar y ejecutar a los seguidores <strong>de</strong><br />

<strong>Jesús</strong>. Probablemente, lo consi<strong>de</strong>ró un fanático religioso, cuyo fanatismo<br />

había llegado a ser tan extremo que suponía una amenaza para el or<strong>de</strong>n<br />

público.<br />

Los evangelios, especialmente Mateo y Juan, preten<strong>de</strong>n que <strong>Jesús</strong> fue<br />

con<strong>de</strong>nado por el populacho judío, contra el mejor juicio <strong>de</strong> Pilato. Pilato<br />

estaba preocupado, recibió <strong>de</strong> su mujer el consejo <strong>de</strong> no hacer nada, consultó<br />

a la multitud, intercedió por <strong>Jesús</strong>; finalmente, como era cobar<strong>de</strong>, no<br />

pudo resistir el clamor <strong>de</strong> la multitud e hizo ejecutar a <strong>Jesús</strong> (Mt 27,11-26;<br />

Jn 18,28-19,16). Estos elementos <strong>de</strong>l relato <strong>de</strong> las últimas horas <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong><br />

proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> los cristianos <strong>de</strong> llevarse bien con Roma y <strong>de</strong> presentar<br />

a los judíos como sus verda<strong>de</strong>ros adversarios. Con toda probabilidad,<br />

Pilato recibió la acusación <strong>de</strong> Caifas, hizo flagelar a <strong>Jesús</strong> y lo interrogó<br />

brevemente, y, cuando sus respuestas no fueron completamente<br />

satisfactorias, lo envió a la cruz sin pensárselo dos veces. Filón, que era<br />

contemporáneo <strong>de</strong> Pilato, escribió una súplica al emperador Gayo (Calígula)<br />

que contenía una <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> Pilato. Filón hablaba en ella <strong>de</strong> "los<br />

sobornos, los insultos, los robos, los atropellos y los daños sin motivo, las

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