La figura histórica de Jesús

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09.05.2013 Views

268 LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS miento, tal vez entendieran ese título a la luz de las historias sobre Alejandro Magno o de su propia mitología: Zeus tomó la forma de un cisne, tuvo relaciones sexuales con Leda y engendró a Helena y Pólux. Los primeros seguidores de Jesús, sin embargo, cuando empezaron a llamarle "Hijo de Dios", querían decir algo mucho más vago: una persona situada en una relación especial con Dios, que lo eligió para llevar a cabo una tarea de gran importancia. He dedicado todas estas palabras a la idea de que Jesús era híbrido porque, para muchos —cristianos y no cristianos—, eso es lo que los cristianos creen. Mateo y Lucas, en sus narraciones sobre el nacimiento, siembran de hecho las semillas de esta opinión, pero ni siquiera esos relatos suponen de manera sistemática que Dios engendrara directamente a Jesús, puesto que las genealogías rastrean el linaje de Jesús desde David a través de José (Mt 1,2-16; Le 3,23-38). En cualquier caso, las narraciones sobre el nacimiento no moldearon el primer concepto cristiano de Jesús como "Hijo de Dios"; en el resto de la literatura cristiana primitiva -incluido el resto del material de Mateo y Lucas- el título es menos toscamente literal. Jesús es un "Hijo de Dios" especial, que vive en una nación de "Hijos de Dios". Debo también recordar al lector una idea establecida con anterioridad (pp. 157-158): los credos cristianos, una vez que los Padres de la Iglesia llegaron por fin a definir "Hijo de Dios", están en su totalidad contra la definición "mitad y mitad". Desde el punto de vista confesional, es una herejía. Los evangelios sinópticos aplican "Hijo de Dios" a Jesús en algunos contextos importantes, además de en los relatos sobre el nacimiento. Ya hemos señalado algunos de ellos, pero por razones de comodidad y claridad voy a reunir aquí todos los pasajes importantes: 1) la voz del cielo llama a Jesús "Hijo" en el bautismo (Me 1,11 y par.), declaración que se repite en la historia de la transfiguración (Me 9,7 y par.); 2) los demonios le llaman "Hijo de Dios" (Me 3,11; Le 4,41 y otros lugares); 3) en las historias de Mateo y Lucas sobre las tentaciones, el diablo se dirige a Jesús como el posible Hijo de Dios ("si tú eres el Hijo de Dios": Mt 4,3-7 // Le 4,3-9); 4) en el juicio a Jesús, el sumo sacerdote pregunta si él es el Hijo de Dios (Me 14,61 y par.); 5) el centurión que vio morir a Jesús confiesa que era Hijo de Dios (Me 15,39//Mt 27,54). El único pasaje que podría tener un significado "metafi'sico" —Jesús no era meramente humano- es la pregunta hecha en el juicio, pues tras ella el sumo sacerdote grita "blasfemia" cuando Jesús no rechaza el título. Volve- LA VISIÓN QUE JESÚS TENÍA SOBRE SU PAPEL EN EL PLAN DE DIOS 269 remos sobre este pasaje en el capítulo siguiente. Con respecto a los demás contextos, vemos que el título significa que Jesús tenía una categoría especial y el poder de expulsar demonios; eso no significa que no fuera plenamente humano. Además, sólo cabe preguntarse lo que otros pudieron querer decir al utilizarlo, pues Jesús no se llama a sí mismo "Hijo de Dios" (salvo en la escena marcana del juicio, analizada en el capítulo siguiente). El tercer título principal de los sinópticos es Hijo del hombre. En la Escritura judía, esta expresión tiene varios significados. En Ezequiel, "Hijo de hombre" es simplemente el modo en que el profeta se designa a sí mismo: Dios le habla como "Hijo de hombre" —que una versión inglesa (NRSV) traduce, muy adecuadamente, "mortal" (por ejemplo, Ez 12,2)-. En Daniel, la expresión "alguien semejante a un hijo de hombre" se refiere a la nación de Israel o quizás a su representante angélico. En las visiones de esta parte de Daniel, los otros reinos del mundo son representados por bestias fantásticas; Israel, por contraste, es representado por una figura con aspecto humano (Dn 7,1-14). En una de las partes que constituyen la obra apócrifa 1 Henoc, el Hijo del hombre es una figura celestial que juzga al mundo (por ejemplo, 1 Henoc, capítulos 46, 48 y 69,26-29). Esta parte de 1 Henoc, sin embargo, es la única sección que no se puede probar que sea precristiana. 8 Así, no podemos decir que la escatología judía había establecido ya la idea de que una figura celestial llamada "el Hijo del hombre" juzgaría a la humanidad al final de la historia normal, aunque cabe que fuera así. "Hijo del hombre" se usa en los evangelios de tres maneras principales: 1) A veces es un circunloquio para denotar "una persona" o el que habla, "yo": "El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado. Así que el Hijo del hombre también es señor del sábado" (Me 2,28). Aquí la expresión podría significar "yo mismo", pero es más probable que simplemente sea paralela de la palabra "hombre" que precede, de modo que significará "un hombre es señor del sábado". En otros casos, sin embargo, "Hijo del hombre" ciertamente significa Jesús mismo: Jesús dijo a uno que aspiraba a seguirlo: "Las zorras tienen madrigueras y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza" (Mt 8,20 // Le 9,58). Se trata de una advertencia de la dureza que entraña seguir a Jesús. 8 1 Henoc es una obra compuesta, constituida por cinco secciones principales. Los textos de todas ellas, salvo el Libro de las parábolas (caps. 37-71), se han encontrado en Qumrán, lo que establece que esas cuatro partes son anteriores al 70. Los especialistas andan divididos a propósito de la cuestión de la fecha del Libro de las parábolas. En mi opinión, en él se aprecia el trabajo de revisores cristianos.

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LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS<br />

miento, tal vez entendieran ese título a la luz <strong>de</strong> las historias sobre Alejandro<br />

Magno o <strong>de</strong> su propia mitología: Zeus tomó la forma <strong>de</strong> un cisne,<br />

tuvo relaciones sexuales con Leda y engendró a Helena y Pólux. Los primeros<br />

seguidores <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>, sin embargo, cuando empezaron a llamarle<br />

"Hijo <strong>de</strong> Dios", querían <strong>de</strong>cir algo mucho más vago: una persona situada<br />

en una relación especial con Dios, que lo eligió para llevar a cabo una tarea<br />

<strong>de</strong> gran importancia.<br />

He <strong>de</strong>dicado todas estas palabras a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que <strong>Jesús</strong> era híbrido porque,<br />

para muchos —cristianos y no cristianos—, eso es lo que los cristianos<br />

creen. Mateo y Lucas, en sus narraciones sobre el nacimiento, siembran <strong>de</strong><br />

hecho las semillas <strong>de</strong> esta opinión, pero ni siquiera esos relatos suponen <strong>de</strong><br />

manera sistemática que Dios engendrara directamente a <strong>Jesús</strong>, puesto que<br />

las genealogías rastrean el linaje <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> David a través <strong>de</strong> José<br />

(Mt 1,2-16; Le 3,23-38). En cualquier caso, las narraciones sobre el nacimiento<br />

no mol<strong>de</strong>aron el primer concepto cristiano <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> como "Hijo <strong>de</strong><br />

Dios"; en el resto <strong>de</strong> la literatura cristiana primitiva -incluido el resto <strong>de</strong>l<br />

material <strong>de</strong> Mateo y Lucas- el título es menos toscamente literal. <strong>Jesús</strong> es<br />

un "Hijo <strong>de</strong> Dios" especial, que vive en una nación <strong>de</strong> "Hijos <strong>de</strong> Dios".<br />

Debo también recordar al lector una i<strong>de</strong>a establecida con anterioridad<br />

(pp. 157-158): los credos cristianos, una vez que los Padres <strong>de</strong> la Iglesia llegaron<br />

por fin a <strong>de</strong>finir "Hijo <strong>de</strong> Dios", están en su totalidad contra la <strong>de</strong>finición<br />

"mitad y mitad". Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista confesional, es una herejía.<br />

Los evangelios sinópticos aplican "Hijo <strong>de</strong> Dios" a <strong>Jesús</strong> en algunos<br />

contextos importantes, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> en los relatos sobre el nacimiento. Ya<br />

hemos señalado algunos <strong>de</strong> ellos, pero por razones <strong>de</strong> comodidad y claridad<br />

voy a reunir aquí todos los pasajes importantes:<br />

1) la voz <strong>de</strong>l cielo llama a <strong>Jesús</strong> "Hijo" en el bautismo (Me 1,11 y par.),<br />

<strong>de</strong>claración que se repite en la historia <strong>de</strong> la trans<strong>figura</strong>ción (Me 9,7 y par.);<br />

2) los <strong>de</strong>monios le llaman "Hijo <strong>de</strong> Dios" (Me 3,11; Le 4,41 y otros<br />

lugares);<br />

3) en las historias <strong>de</strong> Mateo y Lucas sobre las tentaciones, el diablo se<br />

dirige a <strong>Jesús</strong> como el posible Hijo <strong>de</strong> Dios ("si tú eres el Hijo <strong>de</strong> Dios":<br />

Mt 4,3-7 // Le 4,3-9);<br />

4) en el juicio a <strong>Jesús</strong>, el sumo sacerdote pregunta si él es el Hijo <strong>de</strong><br />

Dios (Me 14,61 y par.);<br />

5) el centurión que vio morir a <strong>Jesús</strong> confiesa que era Hijo <strong>de</strong> Dios<br />

(Me 15,39//Mt 27,54).<br />

El único pasaje que podría tener un significado "metafi'sico" —<strong>Jesús</strong> no<br />

era meramente humano- es la pregunta hecha en el juicio, pues tras ella el<br />

sumo sacerdote grita "blasfemia" cuando <strong>Jesús</strong> no rechaza el título. Volve-<br />

LA VISIÓN QUE JESÚS TENÍA SOBRE SU PAPEL EN EL PLAN DE DIOS<br />

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remos sobre este pasaje en el capítulo siguiente. Con respecto a los <strong>de</strong>más<br />

contextos, vemos que el título significa que <strong>Jesús</strong> tenía una categoría especial<br />

y el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> expulsar <strong>de</strong>monios; eso no significa que no fuera plenamente<br />

humano. A<strong>de</strong>más, sólo cabe preguntarse lo que otros pudieron querer<br />

<strong>de</strong>cir al utilizarlo, pues <strong>Jesús</strong> no se llama a sí mismo "Hijo <strong>de</strong> Dios"<br />

(salvo en la escena marcana <strong>de</strong>l juicio, analizada en el capítulo siguiente).<br />

El tercer título principal <strong>de</strong> los sinópticos es Hijo <strong>de</strong>l hombre. En la<br />

Escritura judía, esta expresión tiene varios significados. En Ezequiel, "Hijo<br />

<strong>de</strong> hombre" es simplemente el modo en que el profeta se <strong>de</strong>signa a sí mismo:<br />

Dios le habla como "Hijo <strong>de</strong> hombre" —que una versión inglesa (NRSV) traduce,<br />

muy a<strong>de</strong>cuadamente, "mortal" (por ejemplo, Ez 12,2)-. En Daniel, la<br />

expresión "alguien semejante a un hijo <strong>de</strong> hombre" se refiere a la nación <strong>de</strong><br />

Israel o quizás a su representante angélico. En las visiones <strong>de</strong> esta parte <strong>de</strong><br />

Daniel, los otros reinos <strong>de</strong>l mundo son representados por bestias fantásticas;<br />

Israel, por contraste, es representado por una <strong>figura</strong> con aspecto humano<br />

(Dn 7,1-14). En una <strong>de</strong> las partes que constituyen la obra apócrifa 1 Henoc,<br />

el Hijo <strong>de</strong>l hombre es una <strong>figura</strong> celestial que juzga al mundo (por ejemplo,<br />

1 Henoc, capítulos 46, 48 y 69,26-29). Esta parte <strong>de</strong> 1 Henoc, sin embargo,<br />

es la única sección que no se pue<strong>de</strong> probar que sea precristiana. 8 Así, no<br />

po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que la escatología judía había establecido ya la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que<br />

una <strong>figura</strong> celestial llamada "el Hijo <strong>de</strong>l hombre" juzgaría a la humanidad al<br />

final <strong>de</strong> la historia normal, aunque cabe que fuera así.<br />

"Hijo <strong>de</strong>l hombre" se usa en los evangelios <strong>de</strong> tres maneras principales:<br />

1) A veces es un circunloquio para <strong>de</strong>notar "una persona" o el que<br />

habla, "yo": "El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el<br />

hombre para el sábado. Así que el Hijo <strong>de</strong>l hombre también es<br />

señor <strong>de</strong>l sábado" (Me 2,28). Aquí la expresión podría significar<br />

"yo mismo", pero es más probable que simplemente sea<br />

paralela <strong>de</strong> la palabra "hombre" que prece<strong>de</strong>, <strong>de</strong> modo que significará<br />

"un hombre es señor <strong>de</strong>l sábado". En otros casos, sin<br />

embargo, "Hijo <strong>de</strong>l hombre" ciertamente significa <strong>Jesús</strong> mismo:<br />

<strong>Jesús</strong> dijo a uno que aspiraba a seguirlo: "<strong>La</strong>s zorras tienen<br />

madrigueras y los pájaros <strong>de</strong>l cielo nidos, pero el Hijo <strong>de</strong>l hombre<br />

no tiene dón<strong>de</strong> reclinar la cabeza" (Mt 8,20 // Le 9,58). Se<br />

trata <strong>de</strong> una advertencia <strong>de</strong> la dureza que entraña seguir a <strong>Jesús</strong>.<br />

8 1 Henoc es una obra compuesta, constituida por cinco secciones principales.<br />

Los textos <strong>de</strong> todas ellas, salvo el Libro <strong>de</strong> las parábolas (caps. 37-71), se han encontrado<br />

en Qumrán, lo que establece que esas cuatro partes son anteriores al 70. Los<br />

especialistas andan divididos a propósito <strong>de</strong> la cuestión <strong>de</strong> la fecha <strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong> las<br />

parábolas. En mi opinión, en él se aprecia el trabajo <strong>de</strong> revisores cristianos.

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