La figura histórica de Jesús

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09.05.2013 Views

264 LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS biblioteca encontrada cerca de la ribera del mar Muerto. En algunos de estos documentos hay dos Mesías, uno hijo de David y otro hijo de Aarón, el primer sumo sacerdote. El segundo, el Mesías sacerdotal, está al mando. El otro Mesías no hace nada. Habrá una gran guerra -según uno de los manuscritos-, pero los Mesías no tomarán parte en ella. 2 No podemos leer estos textos y decir a continuación que sabemos lo que significaba "Mesías" y, por consiguiente, lo que pensaban los primitivos cristianos cuando llamaban a Jesús "Mesías" o "Cristo". Incluso "hijo de David" sigue siendo un poco vago. Tal vez apunte más claramente que "Mesías" a un caudillo militar y político, pero los manuscritos del mar Muerto demuestran que no exige tal definición. Todo lo que podemos saber realmente cuando vemos la palabra "Mesías" es que la persona a quien se aplicaba era considerada la "ungida" de Dios, ungida para alguna tarea especial. Los autores de los evangelios, y otros cristianos anteriores y también posteriores a ellos, pensaban que Jesús era el Mesías -es decir, que era alguna clase de Mesías-. Los pasajes de los sinópticos, sin embargo, hacen dudoso que Jesús se aplicase este término. En Cesárea de Filipo, en respuesta a la pregunta de Jesús: "¿Quién dice la gente que soy yo?", los discípulos contestaron: "Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elias; y otros, que uno de los profetas". Jesús insistió: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?", y Pedro contestó: "Tu eres el Mesías" {christos en griego). Jesús "les prohibió terminantemente que hablaran a nadie acerca de él" (Me 8,27-30), tal vez para evitar problemas o tal vez porque no estaba plenamente de acuerdo con que el título fuera apropiado. Entonces pasó a hablar de sí mismo como el Hijo del hombre (8,31). Cuando Jesús entró en Jerusalén para celebrar su última pascua, cabalgando sobre un borrico, algunos gritaron: "¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito el Reino que viene, el de nuestro padre David!" (Me 1 l,9s). Según Mateo, la multitud saludó a Jesús como "hijo de David" (21,9); según Lucas, como "rey" (19,38). Este pasaje no aporta datos suficientes para decir qué pensaba la multitud, ni podemos saber cómo consideJesús esas aclamaciones. Sin embargo, si Jesús decidió adrede entrar en Jerusalén montado en un burro para dar "cumplimiento" a Zac 9,9 ("porque se acerca tu rey... montado en un asno"), sabemos que no consideró "rey" totalmente inadecuado. 3 Pero esta palabra no 2 En este análisis supongo que el "Mesías de Israel" de la Regla de la Comunidad se ha de equiparar con el "retoño de David" del Midrás escatológico, aunque posiblemente sean dos figuras distintas. Para las referencias a los manuscritos del mar Muerto, véase P&B, pp. 295-298. } Véase más adelante, p. 278. LA VISIÓN QUE JESÚS TENÍA SOBRE SU PAPEL EN EL PLAN DE DIOS 265 tiene por qué arrastrar consigo toda la serie de características que los estudiosos imaginan implícitas en las expresiones "Mesías" e "hijo de David". Por el contrario, muchos judíos no querían un rey de tipo militarista. No es de ningún modo inconcebible que la entrada de Jesús montado en un borrico fuera una señal intencionada: "rey, sí, en cierto modo; conquistador militar, no". Cuando Jesús fue juzgado ante el sumo sacerdote, se le ordenó: "Dinos si eres el Mesías [christos], el Hijo del Bendito" (Me 14,61 y par.). Según Marcos contestó "sí", según Lucas eludió la pregunta, mientras que según Mateo en realidad dijo "no" (Me 14,62; Le 22,67s; Mt 26,64) . 4 De nuevo se refirió inmediatamente al Hijo del hombre (Me 14,62 y par.). Así, no hay certeza de que Jesús se considerase poseedor del título "Mesías". Al contrario, es improbable que pensara tal cosa: todos los escritores evangélicos lo creían "Mesías", pero pudieron aducir pocas pruebas directas de ello; solamente Marcos recoge un "sí" en la respuesta a la pregunta directa acerca de ese título. Pedro, que quizás pensaba más que Jesús desde una perspectiva mesiánica mundana, recibió esta reprensión: "¡Ponte detrás de mí, Satanás!" (Me 8,33). Jesús había conocido la tentación del éxito mundano (Mt 4,1-11), pero también en esa ocasión rechazó la oferta de Satanás. La verdadera pretensión de Jesús pudo ser, de hecho, más alta: no sólo portavoz de Dios, sino su virrey, y no simplemente en un reino político, sino en el Reino de Dios. Sabemos esto por lo que se desprende de la autoafirmación implícita que hemos analizado anteriormente, y no porque se diera un título explícito. Como la cuestión del significado del término "Mesías", aplicado a Jesús, es compleja, voy a enumerar las ideas principales a modo de resumen. 1) La literatura judía anterior a Jesús, o contemporánea suya, no ofrece una definición única de la palabra "Mesías". 2) Jesús probablemente no consideró "Mesías" como el título más adecuado para describir quién era él. 3) Después de su muerte y resurrección, sin embargo, los discípulos de Jesús decidieron que este título, uno de los más honoríficos que podían imaginar, le pertenecía. 4) En un sentido muy general, correspondía a la visión que tenía de sí mismo: sería el jefe en el Reino venidero. 5) Los discípulos también podían recordar, sin embargo, que rechazó 4 Sobre este diálogo, véanse infra pp. 270-271, 294.

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LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS<br />

biblioteca encontrada cerca <strong>de</strong> la ribera <strong>de</strong>l mar Muerto. En algunos <strong>de</strong><br />

estos documentos hay dos Mesías, uno hijo <strong>de</strong> David y otro hijo <strong>de</strong> Aarón,<br />

el primer sumo sacerdote. El segundo, el Mesías sacerdotal, está al mando.<br />

El otro Mesías no hace nada. Habrá una gran guerra -según uno <strong>de</strong> los<br />

manuscritos-, pero los Mesías no tomarán parte en ella. 2<br />

No po<strong>de</strong>mos leer estos textos y <strong>de</strong>cir a continuación que sabemos lo<br />

que significaba "Mesías" y, por consiguiente, lo que pensaban los primitivos<br />

cristianos cuando llamaban a <strong>Jesús</strong> "Mesías" o "Cristo". Incluso "hijo<br />

<strong>de</strong> David" sigue siendo un poco vago. Tal vez apunte más claramente que<br />

"Mesías" a un caudillo militar y político, pero los manuscritos <strong>de</strong>l mar<br />

Muerto <strong>de</strong>muestran que no exige tal <strong>de</strong>finición. Todo lo que po<strong>de</strong>mos<br />

saber realmente cuando vemos la palabra "Mesías" es que la persona a<br />

quien se aplicaba era consi<strong>de</strong>rada la "ungida" <strong>de</strong> Dios, ungida para alguna<br />

tarea especial.<br />

Los autores <strong>de</strong> los evangelios, y otros cristianos anteriores y también<br />

posteriores a ellos, pensaban que <strong>Jesús</strong> era el Mesías -es <strong>de</strong>cir, que era<br />

alguna clase <strong>de</strong> Mesías-. Los pasajes <strong>de</strong> los sinópticos, sin embargo, hacen<br />

dudoso que <strong>Jesús</strong> se aplicase este término. En Cesárea <strong>de</strong> Filipo, en respuesta<br />

a la pregunta <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>: "¿Quién dice la gente que soy yo?", los<br />

discípulos contestaron: "Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elias; y<br />

otros, que uno <strong>de</strong> los profetas". <strong>Jesús</strong> insistió: "Y vosotros, ¿quién <strong>de</strong>cís<br />

que soy yo?", y Pedro contestó: "Tu eres el Mesías" {christos en griego).<br />

<strong>Jesús</strong> "les prohibió terminantemente que hablaran a nadie acerca <strong>de</strong> él"<br />

(Me 8,27-30), tal vez para evitar problemas o tal vez porque no estaba<br />

plenamente <strong>de</strong> acuerdo con que el título fuera apropiado. Entonces pasó<br />

a hablar <strong>de</strong> sí mismo como el Hijo <strong>de</strong>l hombre (8,31).<br />

Cuando <strong>Jesús</strong> entró en Jerusalén para celebrar su última pascua, cabalgando<br />

sobre un borrico, algunos gritaron: "¡Hosanna! ¡Bendito el que<br />

viene en nombre <strong>de</strong>l Señor! ¡Bendito el Reino que viene, el <strong>de</strong> nuestro<br />

padre David!" (Me 1 l,9s). Según Mateo, la multitud saludó a <strong>Jesús</strong> como<br />

"hijo <strong>de</strong> David" (21,9); según Lucas, como "rey" (19,38). Este pasaje no<br />

aporta datos suficientes para <strong>de</strong>cir qué pensaba la multitud, ni po<strong>de</strong>mos<br />

saber cómo consi<strong>de</strong>ró <strong>Jesús</strong> esas aclamaciones. Sin embargo, si <strong>Jesús</strong> <strong>de</strong>cidió<br />

adre<strong>de</strong> entrar en Jerusalén montado en un burro para dar "cumplimiento"<br />

a Zac 9,9 ("porque se acerca tu rey... montado en un asno"), sabemos<br />

que no consi<strong>de</strong>ró "rey" totalmente ina<strong>de</strong>cuado. 3 Pero esta palabra no<br />

2 En este análisis supongo que el "Mesías <strong>de</strong> Israel" <strong>de</strong> la Regla <strong>de</strong> la Comunidad<br />

se ha <strong>de</strong> equiparar con el "retoño <strong>de</strong> David" <strong>de</strong>l Midrás escatológico, aunque<br />

posiblemente sean dos <strong>figura</strong>s distintas. Para las referencias a los manuscritos <strong>de</strong>l<br />

mar Muerto, véase P&B, pp. 295-298.<br />

} Véase más a<strong>de</strong>lante, p. 278.<br />

LA VISIÓN QUE JESÚS TENÍA SOBRE SU PAPEL EN EL PLAN DE DIOS<br />

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tiene por qué arrastrar consigo toda la serie <strong>de</strong> características que los estudiosos<br />

imaginan implícitas en las expresiones "Mesías" e "hijo <strong>de</strong> David".<br />

Por el contrario, muchos judíos no querían un rey <strong>de</strong> tipo militarista. No<br />

es <strong>de</strong> ningún modo inconcebible que la entrada <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> montado en un<br />

borrico fuera una señal intencionada: "rey, sí, en cierto modo; conquistador<br />

militar, no".<br />

Cuando <strong>Jesús</strong> fue juzgado ante el sumo sacerdote, se le or<strong>de</strong>nó: "Dinos<br />

si eres el Mesías [christos], el Hijo <strong>de</strong>l Bendito" (Me 14,61 y par.). Según<br />

Marcos contestó "sí", según Lucas eludió la pregunta, mientras que según<br />

Mateo en realidad dijo "no" (Me 14,62; Le 22,67s; Mt 26,64) . 4 De nuevo<br />

se refirió inmediatamente al Hijo <strong>de</strong>l hombre (Me 14,62 y par.).<br />

Así, no hay certeza <strong>de</strong> que <strong>Jesús</strong> se consi<strong>de</strong>rase poseedor <strong>de</strong>l título<br />

"Mesías". Al contrario, es improbable que pensara tal cosa: todos los escritores<br />

evangélicos lo creían "Mesías", pero pudieron aducir pocas pruebas<br />

directas <strong>de</strong> ello; solamente Marcos recoge un "sí" en la respuesta a la<br />

pregunta directa acerca <strong>de</strong> ese título. Pedro, que quizás pensaba más que<br />

<strong>Jesús</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva mesiánica mundana, recibió esta reprensión:<br />

"¡Ponte <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> mí, Satanás!" (Me 8,33). <strong>Jesús</strong> había conocido la tentación<br />

<strong>de</strong>l éxito mundano (Mt 4,1-11), pero también en esa ocasión rechazó<br />

la oferta <strong>de</strong> Satanás.<br />

<strong>La</strong> verda<strong>de</strong>ra pretensión <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> pudo ser, <strong>de</strong> hecho, más alta: no sólo<br />

portavoz <strong>de</strong> Dios, sino su virrey, y no simplemente en un reino político,<br />

sino en el Reino <strong>de</strong> Dios. Sabemos esto por lo que se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

la autoafirmación implícita que hemos analizado anteriormente, y no<br />

porque se diera un título explícito.<br />

Como la cuestión <strong>de</strong>l significado <strong>de</strong>l término "Mesías", aplicado a <strong>Jesús</strong>,<br />

es compleja, voy a enumerar las i<strong>de</strong>as principales a modo <strong>de</strong> resumen.<br />

1) <strong>La</strong> literatura judía anterior a <strong>Jesús</strong>, o contemporánea suya, no<br />

ofrece una <strong>de</strong>finición única <strong>de</strong> la palabra "Mesías".<br />

2) <strong>Jesús</strong> probablemente no consi<strong>de</strong>ró "Mesías" como el título más<br />

a<strong>de</strong>cuado para <strong>de</strong>scribir quién era él.<br />

3) Después <strong>de</strong> su muerte y resurrección, sin embargo, los discípulos<br />

<strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> <strong>de</strong>cidieron que este título, uno <strong>de</strong> los más honoríficos que<br />

podían imaginar, le pertenecía.<br />

4) En un sentido muy general, correspondía a la visión que tenía <strong>de</strong><br />

sí mismo: sería el jefe en el Reino veni<strong>de</strong>ro.<br />

5) Los discípulos también podían recordar, sin embargo, que rechazó<br />

4 Sobre este diálogo, véanse infra pp. 270-271, 294.

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