La figura histórica de Jesús
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Contienda y oposición en Galilea<br />
<strong>Jesús</strong> murió en una cruz romana, ejecutado como presunto "rey <strong>de</strong> los<br />
judíos". Cuando consi<strong>de</strong>ramos su mensaje —el amor universal <strong>de</strong> Dios, la<br />
necesidad <strong>de</strong> entregarse a él, amor mostrado a todos, incluso a los enemigos-,<br />
resulta difícil enten<strong>de</strong>r cómo acabó <strong>de</strong> esa manera.<br />
Volveremos sobre este problema general en el capítulo 16 y allí consi<strong>de</strong>raremos<br />
los acontecimientos que se produjeron en Jerusalén y que condujeron<br />
inmediatamente a la muerte <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>. Los evangelios, sin embargo,<br />
también nos ofrecen una serie <strong>de</strong> conflictos en medio <strong>de</strong> su ministerio en<br />
Galilea. Se estaba convirtiendo ya en una <strong>figura</strong> controvertida. Antipas<br />
oyó hablar <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> y pensó que quizás Juan el Bautista había resucitado<br />
(Me 6,14 y par.). Lucas aña<strong>de</strong> que, en un <strong>de</strong>terminado momento, algunos<br />
fariseos avisaron a <strong>Jesús</strong> <strong>de</strong> que Antipas quería matarlo (Le 13,31s). Pese a<br />
estos indicios, no parece que <strong>Jesús</strong> corriera serio peligro en Galilea. Probablemente<br />
atrajo menos la atención pública que Juan el Bautista, y no<br />
parece que atacara a Antipas ni a su gobierno. <strong>La</strong>s disputas <strong>de</strong> los evangelios<br />
tienen que ver con la ley judía, y los críticos <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> suelen ser escribas,<br />
fariseos, o ambas cosas a la vez.<br />
<strong>La</strong>s disputas sobre la ley eran parte esencial <strong>de</strong> la vida judía. En el judaismo,<br />
como ya he señalado anteriormente (pp. 59s), la ley divina abarcaba<br />
todos los aspectos <strong>de</strong> la vida. Puesto que Dios dio la ley, y ésta abarcaba<br />
tantos temas, las discrepancias podían ser bastante serias: cada una <strong>de</strong> las<br />
partes podía afirmar que estaba obe<strong>de</strong>ciendo la voluntad <strong>de</strong> Dios. Por<br />
tanto, resulta verosímil que <strong>Jesús</strong> tuviera conflictos importantes sobre<br />
cuestiones que a la mayoría <strong>de</strong> la gente <strong>de</strong> hoy en día le parecen carentes<br />
<strong>de</strong> importancia. Esto no significa que quienes discutían en el siglo I consi<strong>de</strong>raran<br />
invariablemente a sus adversarios como seguidores <strong>de</strong> Satanás, y<br />
no <strong>de</strong> Dios, y por tanto pensaran que <strong>de</strong>bían ser ejecutados. Por el contrario,<br />
había mucha tolerancia. Para evaluar los pasajes <strong>de</strong> los evangelios,<br />
necesitamos información acerca <strong>de</strong> los niveles tolerables <strong>de</strong> <strong>de</strong>sacuerdo en