La figura histórica de Jesús

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09.05.2013 Views

216 LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS sino como un padre amoroso que cuidaba y buscaba el bien de cada persona. "Fijaos en las aves del cielo; ni siembran ni siegan ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta" (Mt 6,26). "¿No se vende un par de pájaros por muy poco dinero? Y, sin embargo, ni uno de ellos cae en tierra sin que lo permita vuestro Padre. En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados. No temáis, vosotros valéis más que todos los pájaros" (Mt 10,29-31). "No temáis, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha querido daros el Reino" (Le 12,32). Una parte considerable de la enseñanza de Jesús consiste en asegurar que Dios ama a cada individuo, sean cuales sean los fallos de la persona, y desea el regreso hasta de los peores. El amor de Dios a los marginados, incluso a los que por lo general no obedecen su voluntad, es el tema de algunas de las más grandes parábolas de Jesús. Vamos a fijarnos en éstas con mayor detalle en el capítulo siguiente; en este momento sólo voy a mencionar dos de ellas: Dios es como un pastor que va en busca de la oveja perdida; Dios es como un buen padre que acoge con júbilo a su hijo pródigo cuando éste regresa. En el lado humano, Jesús instó a la gente a mirar a Dios como un padre perfectamente fiable, a aceptar su amor y a responder con confianza. Puesto que Dios cuida incluso de los lirios del campo y de los gorriones, mucho más dará a sus hijos lo que necesiten. "Así que no os inquietéis diciendo: ¿Qué comeremos? ¿Qué beberemos? ¿Con qué nos vestiremos? Esas son las cosas por las que se preocupan los paganos. Ya sabe vuestro Padre celestial que las necesitáis. Buscad ante todo el Reino de Dios y lo que es propio de él, y Dios os dará lo demás" (Mt 6,31-33). "Pedid, y recibiréis; buscad, y encontraréis; llamad, y os abrirán... ¿Acaso si a alguno de vosotros su hijo le pide pan le da una piedra?, o si le pide un pez, ¿le da una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a lrfs que se las pidan!" (Mt 7,7-11). Gran parte de la enseñanza de Jesús —su esperanza de una era nueva venidera; su confianza en que Dios proveerá y salvará a sus hijos; su llamada a la gente a confiar en Dios y en obedecerle— se resume en la parte EL REINO: ISRAEL, LOS GENTILES Y LOS INDIVIDUOS 217 más repetida de su enseñanza: el Padrenuestro. Lo citaré en las dos versiones existentes: Padre nuesrro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo; danos hoy el pan que necesitamos; perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. (Mt 6,9-13) Padre, santificado sea tu nombre; venga tu Reino; danos cada día el pan que necesitamos; perdónanos nuesrros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos ofende, y no nos dejes caer en la tentación. (Le 11,2-4) Las ligeras variaciones significan que no podemos estar absolutamente seguros de los términos, pero podemos dar por sentado que aquí tenemos una oración que Jesús utilizó y enseñó a sus discípulos. Se trata de una oración que pueden rezar todos en cualquier momento. No menciona las doce tribus de Israel. El Jesús de esta oración es el Jesús que ha sido y es admirado umversalmente. No obstante, si queremos entenderlo como una figura histórica, debemos ver todos sus aspectos. Si todo lo que Jesús hubiera hecho hubiera sido crear tales palabras, no se habría creado enemigos, pero tuvo enemigos. Por el momento, señalamos que en esta última sección hemos visto uno de los aspectos de Jesús que le valió el adjetivo de "grande" entre creyentes y no creyentes.

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LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS<br />

sino como un padre amoroso que cuidaba y buscaba el bien <strong>de</strong> cada<br />

persona.<br />

"Fijaos en las aves <strong>de</strong>l cielo; ni siembran ni siegan ni recogen en graneros,<br />

y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta" (Mt 6,26).<br />

"¿No se ven<strong>de</strong> un par <strong>de</strong> pájaros por muy poco dinero? Y, sin embargo,<br />

ni uno <strong>de</strong> ellos cae en tierra sin que lo permita vuestro Padre. En cuanto<br />

a vosotros, hasta los cabellos <strong>de</strong> vuestra cabeza están contados. No<br />

temáis, vosotros valéis más que todos los pájaros" (Mt 10,29-31).<br />

"No temáis, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha querido daros el<br />

Reino" (Le 12,32).<br />

Una parte consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong> la enseñanza <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> consiste en asegurar<br />

que Dios ama a cada individuo, sean cuales sean los fallos <strong>de</strong> la persona, y<br />

<strong>de</strong>sea el regreso hasta <strong>de</strong> los peores. El amor <strong>de</strong> Dios a los marginados,<br />

incluso a los que por lo general no obe<strong>de</strong>cen su voluntad, es el tema <strong>de</strong><br />

algunas <strong>de</strong> las más gran<strong>de</strong>s parábolas <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>. Vamos a fijarnos en éstas<br />

con mayor <strong>de</strong>talle en el capítulo siguiente; en este momento sólo voy a<br />

mencionar dos <strong>de</strong> ellas: Dios es como un pastor que va en busca <strong>de</strong> la oveja<br />

perdida; Dios es como un buen padre que acoge con júbilo a su hijo pródigo<br />

cuando éste regresa.<br />

En el lado humano, <strong>Jesús</strong> instó a la gente a mirar a Dios como un<br />

padre perfectamente fiable, a aceptar su amor y a respon<strong>de</strong>r con confianza.<br />

Puesto que Dios cuida incluso <strong>de</strong> los lirios <strong>de</strong>l campo y <strong>de</strong> los gorriones,<br />

mucho más dará a sus hijos lo que necesiten.<br />

"Así que no os inquietéis diciendo: ¿Qué comeremos? ¿Qué beberemos?<br />

¿Con qué nos vestiremos? Esas son las cosas por las que se preocupan los<br />

paganos. Ya sabe vuestro Padre celestial que las necesitáis. Buscad ante<br />

todo el Reino <strong>de</strong> Dios y lo que es propio <strong>de</strong> él, y Dios os dará lo <strong>de</strong>más"<br />

(Mt 6,31-33).<br />

"Pedid, y recibiréis; buscad, y encontraréis; llamad, y os abrirán...<br />

¿Acaso si a alguno <strong>de</strong> vosotros su hijo le pi<strong>de</strong> pan le da una piedra?,<br />

o si le pi<strong>de</strong> un pez, ¿le da una serpiente? Pues si vosotros, que sois<br />

malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro<br />

Padre que está en los cielos dará cosas buenas a lrfs que se las pidan!"<br />

(Mt 7,7-11).<br />

Gran parte <strong>de</strong> la enseñanza <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> —su esperanza <strong>de</strong> una era nueva<br />

veni<strong>de</strong>ra; su confianza en que Dios proveerá y salvará a sus hijos; su llamada<br />

a la gente a confiar en Dios y en obe<strong>de</strong>cerle— se resume en la parte<br />

EL REINO: ISRAEL, LOS GENTILES Y LOS INDIVIDUOS 217<br />

más repetida <strong>de</strong> su enseñanza: el Padrenuestro. Lo citaré en las dos versiones<br />

existentes:<br />

Padre nuesrro, que estás en el cielo,<br />

santificado sea tu nombre; venga tu<br />

Reino; hágase tu voluntad en la tierra<br />

como en el cielo; danos hoy el pan<br />

que necesitamos; perdónanos<br />

nuestras ofensas, como también<br />

nosotros perdonamos a los que nos<br />

ofen<strong>de</strong>n; no nos <strong>de</strong>jes caer en la<br />

tentación, y líbranos <strong>de</strong>l mal.<br />

(Mt 6,9-13)<br />

Padre, santificado sea tu nombre;<br />

venga tu Reino; danos cada día el pan<br />

que necesitamos; perdónanos<br />

nuesrros pecados, porque también<br />

nosotros perdonamos a todo el que<br />

nos ofen<strong>de</strong>, y no nos <strong>de</strong>jes caer en<br />

la tentación.<br />

(Le 11,2-4)<br />

<strong>La</strong>s ligeras variaciones significan que no po<strong>de</strong>mos estar absolutamente<br />

seguros <strong>de</strong> los términos, pero po<strong>de</strong>mos dar por sentado que aquí tenemos<br />

una oración que <strong>Jesús</strong> utilizó y enseñó a sus discípulos. Se trata <strong>de</strong> una oración<br />

que pue<strong>de</strong>n rezar todos en cualquier momento. No menciona las<br />

doce tribus <strong>de</strong> Israel. El <strong>Jesús</strong> <strong>de</strong> esta oración es el <strong>Jesús</strong> que ha sido y es<br />

admirado umversalmente. No obstante, si queremos enten<strong>de</strong>rlo como una<br />

<strong>figura</strong> <strong>histórica</strong>, <strong>de</strong>bemos ver todos sus aspectos. Si todo lo que <strong>Jesús</strong><br />

hubiera hecho hubiera sido crear tales palabras, no se habría creado enemigos,<br />

pero tuvo enemigos. Por el momento, señalamos que en esta última<br />

sección hemos visto uno <strong>de</strong> los aspectos <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> que le valió el adjetivo <strong>de</strong><br />

"gran<strong>de</strong>" entre creyentes y no creyentes.

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