La figura histórica de Jesús
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LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS<br />
temporáneos <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> concluían que un taumaturgo era el Mesías. Esta<br />
i<strong>de</strong>a es incorrecta. <strong>La</strong>s pocas referencias a un Mesías veni<strong>de</strong>ro existentes en<br />
la literatura judía no lo presentan como un taumaturgo. No existía ninguna<br />
expectativa en absoluto <strong>de</strong> un veni<strong>de</strong>ro Hijo <strong>de</strong> Dios. Como otros<br />
pueblos antiguos, los judíos creían en los milagros, pero no pensaban que<br />
la capacidad para hacerlos <strong>de</strong>mostrase la posesión <strong>de</strong> una condición<br />
sublime. 1 <strong>La</strong> combinación <strong>de</strong> los títulos "Mesías" e "Hijo <strong>de</strong> Dios" con la<br />
capacidad <strong>de</strong> obrar milagros es cristiana: es el resultado <strong>de</strong> asignar ambos<br />
títulos a <strong>Jesús</strong>, que en su día fue conocido como taumaturgo.<br />
El análisis <strong>de</strong> este tema resulta complicado porque en él hay muchos<br />
problemas que se superponen, y las cuestiones estrictamente <strong>histórica</strong>s se<br />
entrelazan, más <strong>de</strong> lo habitual incluso, con lo que la gente <strong>de</strong> hoy en día<br />
piensa y cree. En los tres párrafos anteriores he aludido a varios temas diferentes,<br />
y las cosas serán más sencillas si los enumeramos. Al estudiar los<br />
milagros <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> <strong>de</strong>bemos tener presentes numerosos puntos <strong>de</strong> vista,<br />
unos antiguos y otros mo<strong>de</strong>rnos:<br />
1) Antiguos:<br />
a) lo que los antiguos pensaban acerca <strong>de</strong> los milagros en<br />
general;<br />
b) lo que los judíos que no aceptaban a <strong>Jesús</strong> pensaban <strong>de</strong> sus<br />
milagros;<br />
c) lo que pensaban los judíos que lo aceptaban;<br />
2) Mo<strong>de</strong>rnos:<br />
d) lo que la gente <strong>de</strong> hoy piensa acerca <strong>de</strong> los milagros en<br />
general;<br />
e) lo que piensan sobre los milagros <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> (1/ si son cristianos;<br />
11/ si no son cristianos);<br />
f) la importancia que, en su opinión, daban los seguidores <strong>de</strong><br />
<strong>Jesús</strong> a sus milagros;<br />
g) lo que piensan que supuestamente han <strong>de</strong> creer los cristianos<br />
sobre los milagros <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>.<br />
Nuestro interés en este capítulo se limita a los temas <strong>de</strong>l n° 1: lo que<br />
la gente pensaba entonces. Es difícil estudiar <strong>histórica</strong>mente los milagros<br />
<strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>, sin embargo, porque las convicciones acerca <strong>de</strong> lo que los cristianos<br />
creen, o <strong>de</strong>ben creer, interviene <strong>de</strong> forma muy po<strong>de</strong>rosa. Voy a <strong>de</strong>dicar<br />
una página al tema <strong>de</strong>l n° 2. Con ello pretendo únicamente <strong>de</strong>spejar<br />
el terreno e intento <strong>de</strong>mostrar que los milagros <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> se han <strong>de</strong> estudiar<br />
1 "Mesías" e "Hijo <strong>de</strong> Dios" se analizarán con más <strong>de</strong>talle infra, pp. 183-185,<br />
263-268.<br />
LOS MILAGROS<br />
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a la luz <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más milagros <strong>de</strong> su época, no en el contexto <strong>de</strong> la doctrina<br />
cristiana posterior, según la cual <strong>Jesús</strong> era tanto humano como<br />
divino.<br />
Muchos cristianos, y posiblemente un número aún mayor <strong>de</strong> no cristianos,<br />
piensan que en el cristianismo es fundamental la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que <strong>Jesús</strong><br />
podía obrar milagros porque era más que un simple ser humano. Tomemos<br />
como ejemplo su marcha sobre el agua. Una gran mayoría <strong>de</strong> personas<br />
piensa hoy que es imposible caminar sobre el agua. Algunos cristianos,<br />
pero no todos, ni mucho menos, piensan que se íes exige que crean que<br />
<strong>Jesús</strong> podía hacerlo; esa capacidad estaba limitada a él, pues era más que<br />
humano. Muchos no cristianos también piensan que los cristianos <strong>de</strong>ben<br />
creer esto. A<strong>de</strong>más, muchos cristianos y no cristianos piensan que la fe <strong>de</strong><br />
los primeros cristianos <strong>de</strong>pendía <strong>de</strong> los milagros <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>.<br />
Históricamente hablando, nada <strong>de</strong> esto es exacto. En la parte central<br />
<strong>de</strong> este capítulo veremos que, en el siglo I, los milagros <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> no eran<br />
<strong>de</strong>cisivos para <strong>de</strong>cidir aceptar o no aceptar su mensaje; y también, que no<br />
"probaban" a sus contemporáneos que fuera sobrehumano. <strong>La</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que<br />
no fue un verda<strong>de</strong>ro ser humano surgió en el siglo II y continuó durante<br />
algún tiempo, pero finalmente fue con<strong>de</strong>nada como herejía. Des<strong>de</strong> el siglo<br />
V -en que el problema quedó oficialmente zanjado—, los cristianos ortodoxos<br />
han creído siempre que <strong>Jesús</strong> fue "hombre verda<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> hombre<br />
verda<strong>de</strong>ro" y que su divinidad —que también afirman- no se combinó con<br />
su humanidad ni estorbó a ésta: no fue una mezcla extraña. Es herético<br />
<strong>de</strong>cir que su divinidad lo mantuvo a flote mientras sus pies humanos rozaban<br />
ligeramente el agua. <strong>La</strong> afirmación <strong>de</strong>finitiva sobre este tema es que él<br />
"es <strong>de</strong> la misma sustancia que nosotros en lo tocante a su humanidad;<br />
como nosotros en todo, salvo en el pecado", no "salvo en la capacidad para<br />
caminar sobre el agua".<br />
Está más allá <strong>de</strong> mis exiguas aptitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> intérprete <strong>de</strong> teología dogmática<br />
explicar cómo es posible que una persona sea cien por cien humana<br />
y cien por cien divina sin que una cosa estorbe a la otra. <strong>La</strong> <strong>de</strong>finición <strong>de</strong><br />
Calcedonia (451 EC), que he citado, es en su mayor parte <strong>de</strong>fensiva, no<br />
constructiva. Con ella, los creyentes ortodoxos apren<strong>de</strong>n más sobre lo que<br />
no hay que <strong>de</strong>cir acerca <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> que sobre el modo <strong>de</strong> hablar <strong>de</strong> él <strong>de</strong><br />
forma significativa. Los padres <strong>de</strong> la Iglesia creyeron que era perjudicial<br />
negar que <strong>Jesús</strong> fuese humano, y así lo afirmaron; y que también lo era<br />
negar que fuera divino, y así lo afirmaron también. El estudio <strong>de</strong> por qué<br />
consi<strong>de</strong>raron erróneas ambas negaciones es muy interesante, pero su exposición<br />
<strong>de</strong>sborda con mucho el ámbito <strong>de</strong> este libro. Sólo me voy a permitir<br />
dos frases: la negación <strong>de</strong> la verda<strong>de</strong>ra y plena humanidad <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong><br />
habría <strong>de</strong>sembocado en una <strong>de</strong>gradación <strong>de</strong>l valor <strong>de</strong>l mundo físico, y<br />
afortunadamente, los cristianos ortodoxos se aferraron a la opinión <strong>de</strong>