La figura histórica de Jesús

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09.05.2013 Views

146 LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS Asimismo dudo, sin embargo, de que antes de la crucifixión los discípulos llevaran a cabo una misión plenamente independiente. Su falta de comprensión y de fe sirve de contraste a otros, y la misión independiente sirve de guía para posteriores misioneros cristianos. La verdad histórica probablemente se encuentra en un punto intermedio: entendían a Jesús mejor de lo que Marcos pretende hacer pensar al lector, pero todavía no eran capaces de obrar por cuenta propia. Es interesante hacer conjeturas sobre por qué quiso Jesús tener discípulos. Supongo que parte de la respuesta es simplemente que quienes se sienten llamados a enseñar y a dirigir necesitan estudiantes y seguidores. Pese al retrato que de ellos hace Marcos, los discípulos aprendieron realmente cosas de Jesús, y cuando él no estuvo ya con ellos (salvo en espíritu) sacaron partido de lo aprendido. Además, ellos tenían mucho valor simbólico. Jesús habló de los doce para simbolizar la restauración venidera de Israel, y sus seguidores íntimos simbolizaban también su creencia de que el Reino de Dios abarcaría especialmente a los pobres, los mansos y los humildes. Tener discípulos cuya superioridad fuera patente para todos sin excepción habría transmitido lo contrario. Finalmente, sospecho que Jesús pensaba que sus seguidores desempeñarían un papel muy concreto en el Reino venidero, pero éste es un tema que abordaremos en el capítulo 11. 2) Ya hemos encontrado algunos otros "seguidores". Según Marcos y Lucas, un recaudador de impuestos llamado Leví siguió a Jesús, pero no era uno de los doce (Mateo, sin embargo, identifica al recaudador de impuestos con el discípulo Mateo). También siguieron a Jesús mujeres {supra, pp. 133-134). Dos de ellas eran madres de discípulos -la madre de los hijos de Zebedeo, y María la madre de Santiago y José (presumiblemente, éste es Santiago el hijo de Alfeo)-. Lucas, como hemos visto, menciona a la mujer de Cusa, el administrador de Antipas, y a Susana (8,3). Marcos también nombra a Salomé (15,40), y todos los sinópticos hacen referencia a otras mujeres. La mujer mejor atestiguada, sin embargo, es María Magdalena, que ocupa un puesto destacado en los cuatro evangelios. Las seguidoras desempeñan un papel absolutamente fundamental en los relatos evangélicos. Cuando Jesús fue detenido, los discípulos varones huyeron (Me 15,40s y par.). Fueron las mujeres quienes vieron la muerte de Jesús, quienes vieron la tumba en donde fue depositado, quienes vieron que la tumba estaba vacía y quienes vieron al Señor resucitado. Es decir, la identificación de la tumba de Jesús con la tumba vacía depende de su testimonio. Los autores de los evangelios estaban interesados en las mujeres porque desempeñaron este papel crucial. Es difícil estar seguro de la importancia que tuvieron para Jesús mientras EL COMIENZO DEL MINISTERIO DE JESÚS 147 vivió, pero pienso que su apoyo fue trascendental (como ya he indicado, pp. 134). Fueron presumiblemente estas mujeres las que se unieron a los discípulos en oración en la estancia superior, antes del primer sermón de Pedro (Hch 1,14). Nada más sabemos de ellas: la historia era entonces, como lo fue durante siglos antes y después, la historia de los varones, y, por lo general, las mujeres sólo desempeñan en ella papeles secundarios. Durante este breve período, crucial para el cristianismo, las seguidoras de Jesús están en el centro de atención. Según Lucas, Jesús tenía un grupo extenso de otros seguidores: después de la misión de los doce (Le 9,1-11), Jesús encargó a setenta que fueran por delante de él en su camino a Jerusalén, de dos en dos (10,1-16). Lucas coloca aquí parte del material incluido en la encomienda mateana de la misión a los doce (Mt 10,5-15). Los setenta volvieron informando de su éxito en las expulsiones de demonios (Le 10,17). Es difícil saber qué pensar de esto. Por una parte, esta historia refleja con exactitud el hecho de que Jesús tenía más de doce seguidores. Por otra, el relato de Lucas depende de la misión de los doce de Mateo: al parecer, no disponía de información de primera mano sobre la misión de los setenta. Tal vez Lucas, sabiendo que había más seguidores, deseara darles un papel concreto en vida de Jesús. Otro pasaje parece arrojar algo de luz sobre el número de seguidores de Jesús. Según una tradición citada por Pablo, después de la muerte de Jesús éste se apareció a "más de quinientos hermanos a la vez" (1 Cor 15,6). Esto apunta a un número amplio de personas que confiaban y creían en la misión de Jesús mientras aún vivía. Posiblemente, esos quinientos debían entrar en la categoría de "simpatizantes". Merece la pena reseñar que los familiares de Jesús no fueron seguidores suyos. José no aparece después de las narraciones del nacimiento. Pero la mayor parte del material recogido en los evangelios acerca de la madre y hermanos de Jesús es negativo. En determinado momento, los parientes de Jesús trataron de llevárselo, pues decían que estaba "trastornado" (Me 3,21). Según Me 3,31-35, la madre y los hermanos de Jesús se encontraban fuera de donde él estaba y le mandaron un mensaje. Replicó: "¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?", y mirando alrededor, a sus seguidores, añadió: "Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre". Otros dichos atribuidos a Jesús reflejan esta actitud crítica respecto a la familia. Así, Mt 10,35-37: "He venido a separar al hijo de su padre... El que ama a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí". Sin embargo, después de la resurrección, la madre y los hermanos de Jesús se unieron a los discípulos y a las seguidoras en su oración (Hch 1,14), y algunos de los hermanos de

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LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS<br />

Asimismo dudo, sin embargo, <strong>de</strong> que antes <strong>de</strong> la crucifixión los discípulos<br />

llevaran a cabo una misión plenamente in<strong>de</strong>pendiente. Su falta <strong>de</strong> comprensión<br />

y <strong>de</strong> fe sirve <strong>de</strong> contraste a otros, y la misión in<strong>de</strong>pendiente sirve<br />

<strong>de</strong> guía para posteriores misioneros cristianos. <strong>La</strong> verdad <strong>histórica</strong> probablemente<br />

se encuentra en un punto intermedio: entendían a <strong>Jesús</strong> mejor<br />

<strong>de</strong> lo que Marcos preten<strong>de</strong> hacer pensar al lector, pero todavía no eran<br />

capaces <strong>de</strong> obrar por cuenta propia.<br />

Es interesante hacer conjeturas sobre por qué quiso <strong>Jesús</strong> tener discípulos.<br />

Supongo que parte <strong>de</strong> la respuesta es simplemente que quienes<br />

se sienten llamados a enseñar y a dirigir necesitan estudiantes y seguidores.<br />

Pese al retrato que <strong>de</strong> ellos hace Marcos, los discípulos aprendieron<br />

realmente cosas <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>, y cuando él no estuvo ya con ellos (salvo en<br />

espíritu) sacaron partido <strong>de</strong> lo aprendido. A<strong>de</strong>más, ellos tenían mucho<br />

valor simbólico. <strong>Jesús</strong> habló <strong>de</strong> los doce para simbolizar la restauración<br />

veni<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> Israel, y sus seguidores íntimos simbolizaban también su<br />

creencia <strong>de</strong> que el Reino <strong>de</strong> Dios abarcaría especialmente a los pobres,<br />

los mansos y los humil<strong>de</strong>s. Tener discípulos cuya superioridad fuera<br />

patente para todos sin excepción habría transmitido lo contrario. Finalmente,<br />

sospecho que <strong>Jesús</strong> pensaba que sus seguidores <strong>de</strong>sempeñarían<br />

un papel muy concreto en el Reino veni<strong>de</strong>ro, pero éste es un tema que<br />

abordaremos en el capítulo 11.<br />

2) Ya hemos encontrado algunos otros "seguidores". Según Marcos<br />

y Lucas, un recaudador <strong>de</strong> impuestos llamado Leví siguió a <strong>Jesús</strong>,<br />

pero no era uno <strong>de</strong> los doce (Mateo, sin embargo, i<strong>de</strong>ntifica al recaudador<br />

<strong>de</strong> impuestos con el discípulo Mateo). También siguieron a <strong>Jesús</strong><br />

mujeres {supra, pp. 133-134). Dos <strong>de</strong> ellas eran madres <strong>de</strong> discípulos -la<br />

madre <strong>de</strong> los hijos <strong>de</strong> Zebe<strong>de</strong>o, y María la madre <strong>de</strong> Santiago y José (presumiblemente,<br />

éste es Santiago el hijo <strong>de</strong> Alfeo)-. Lucas, como hemos<br />

visto, menciona a la mujer <strong>de</strong> Cusa, el administrador <strong>de</strong> Antipas, y a<br />

Susana (8,3). Marcos también nombra a Salomé (15,40), y todos los<br />

sinópticos hacen referencia a otras mujeres. <strong>La</strong> mujer mejor atestiguada,<br />

sin embargo, es María Magdalena, que ocupa un puesto <strong>de</strong>stacado en los<br />

cuatro evangelios.<br />

<strong>La</strong>s seguidoras <strong>de</strong>sempeñan un papel absolutamente fundamental<br />

en los relatos evangélicos. Cuando <strong>Jesús</strong> fue <strong>de</strong>tenido, los discípulos<br />

varones huyeron (Me 15,40s y par.). Fueron las mujeres quienes vieron<br />

la muerte <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>, quienes vieron la tumba en don<strong>de</strong> fue <strong>de</strong>positado,<br />

quienes vieron que la tumba estaba vacía y quienes vieron al Señor<br />

resucitado. Es <strong>de</strong>cir, la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> la tumba <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> con la tumba<br />

vacía <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> su testimonio. Los autores <strong>de</strong> los evangelios estaban<br />

interesados en las mujeres porque <strong>de</strong>sempeñaron este papel crucial. Es<br />

difícil estar seguro <strong>de</strong> la importancia que tuvieron para <strong>Jesús</strong> mientras<br />

EL COMIENZO DEL MINISTERIO DE JESÚS 147<br />

vivió, pero pienso que su apoyo fue trascen<strong>de</strong>ntal (como ya he indicado,<br />

pp. 134).<br />

Fueron presumiblemente estas mujeres las que se unieron a los discípulos<br />

en oración en la estancia superior, antes <strong>de</strong>l primer sermón <strong>de</strong> Pedro<br />

(Hch 1,14). Nada más sabemos <strong>de</strong> ellas: la historia era entonces, como lo<br />

fue durante siglos antes y <strong>de</strong>spués, la historia <strong>de</strong> los varones, y, por lo<br />

general, las mujeres sólo <strong>de</strong>sempeñan en ella papeles secundarios. Durante<br />

este breve período, crucial para el cristianismo, las seguidoras <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong><br />

están en el centro <strong>de</strong> atención.<br />

Según Lucas, <strong>Jesús</strong> tenía un grupo extenso <strong>de</strong> otros seguidores: <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> la misión <strong>de</strong> los doce (Le 9,1-11), <strong>Jesús</strong> encargó a setenta que fueran<br />

por <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> él en su camino a Jerusalén, <strong>de</strong> dos en dos (10,1-16).<br />

Lucas coloca aquí parte <strong>de</strong>l material incluido en la encomienda mateana<br />

<strong>de</strong> la misión a los doce (Mt 10,5-15). Los setenta volvieron informando<br />

<strong>de</strong> su éxito en las expulsiones <strong>de</strong> <strong>de</strong>monios (Le 10,17). Es difícil saber qué<br />

pensar <strong>de</strong> esto. Por una parte, esta historia refleja con exactitud el hecho<br />

<strong>de</strong> que <strong>Jesús</strong> tenía más <strong>de</strong> doce seguidores. Por otra, el relato <strong>de</strong> Lucas<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la misión <strong>de</strong> los doce <strong>de</strong> Mateo: al parecer, no disponía <strong>de</strong><br />

información <strong>de</strong> primera mano sobre la misión <strong>de</strong> los setenta. Tal vez<br />

Lucas, sabiendo que había más seguidores, <strong>de</strong>seara darles un papel concreto<br />

en vida <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>.<br />

Otro pasaje parece arrojar algo <strong>de</strong> luz sobre el número <strong>de</strong> seguidores <strong>de</strong><br />

<strong>Jesús</strong>. Según una tradición citada por Pablo, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong><br />

<strong>Jesús</strong> éste se apareció a "más <strong>de</strong> quinientos hermanos a la vez" (1 Cor 15,6).<br />

Esto apunta a un número amplio <strong>de</strong> personas que confiaban y creían en la<br />

misión <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> mientras aún vivía. Posiblemente, esos quinientos <strong>de</strong>bían<br />

entrar en la categoría <strong>de</strong> "simpatizantes".<br />

Merece la pena reseñar que los familiares <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> no fueron seguidores<br />

suyos. José no aparece <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> las narraciones <strong>de</strong>l nacimiento. Pero<br />

la mayor parte <strong>de</strong>l material recogido en los evangelios acerca <strong>de</strong> la madre<br />

y hermanos <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> es negativo. En <strong>de</strong>terminado momento, los parientes <strong>de</strong><br />

<strong>Jesús</strong> trataron <strong>de</strong> llevárselo, pues <strong>de</strong>cían que estaba "trastornado" (Me 3,21).<br />

Según Me 3,31-35, la madre y los hermanos <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> se encontraban fuera<br />

<strong>de</strong> don<strong>de</strong> él estaba y le mandaron un mensaje. Replicó: "¿Quiénes son mi<br />

madre y mis hermanos?", y mirando alre<strong>de</strong>dor, a sus seguidores, añadió:<br />

"Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad <strong>de</strong> Dios,<br />

ése es mi hermano, mi hermana y mi madre". Otros dichos atribuidos a<br />

<strong>Jesús</strong> reflejan esta actitud crítica respecto a la familia. Así, Mt 10,35-37:<br />

"He venido a separar al hijo <strong>de</strong> su padre... El que ama a su padre o a su<br />

madre más que a mí no es digno <strong>de</strong> mí". Sin embargo, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la resurrección,<br />

la madre y los hermanos <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> se unieron a los discípulos y a<br />

las seguidoras en su oración (Hch 1,14), y algunos <strong>de</strong> los hermanos <strong>de</strong>

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