La figura histórica de Jesús

La figura histórica de Jesús La figura histórica de Jesús

arminianos.files.wordpress.com
from arminianos.files.wordpress.com More from this publisher
09.05.2013 Views

130 LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS contacto con un cadáver. Dicha impureza, según la ley bíblica, no es pecado: se suponía que quienes permanecían vivos debían atender a los muertos, y por tanto incurrir en impureza. La purificación se conseguía mediante un rito que duraba siete días. La impureza únicamente impedía entrar en el Templo y participar en la cena pascual, y por tanto en Galilea no tenía efectos prácticos; pese a ello, muchos judíos piadosos no deseaban estar permanentemente en estado de impureza. La consecuencia era que la capital de Antipas atraía a los gentiles y a los judíos relativamente impíos; a algunos sólo les convenció para vivir allí el ofrecimiento gratuito de casas y tierras. Tiberíades, lo mismo que Séforis, probablemente era mirada con recelo por muchos judíos galileos. 14 Una tercera ciudad, Escitópolis, fue fundada como ciudad griega en el emplazamiento de la antigua Bet Sheán. Como ya hemos comentado, Escitópolis se encontraba en la Galilea geográfica, pero políticamente era independiente; no estaba gobernada por Antipas, y nunca había sido gobernada por Herodes. Era la única ciudad de la Decápolis situada al oeste del Jordán. Pese a su fundación helenística, en tiempos de Jesús Escitópolis tenía una población mixta. Cuando estalló la rebelión en el 66, los ciudadanos judíos (cuyo número era aproximadamente de 13.000) fueron obligados a ayudar a los gentiles a defender la ciudad contra los rebeldes judíos. Pese a ello, la población gentil de la ciudad masacró a los judíos {Vida 26). Lo más que podemos decir, basándonos en los evangelios, es que Jesús sólo conocía una verdadera ciudad, Jerusalén, aunque debió de visitar Séforis al menos ocasionalmente. No era un cosmopolita, sino que más bien centró su labor en los pueblos y aldeas de Galilea, especialmente en los de la ribera del mar. Aunque Jesús quedó desilusionado por el modo en que lo acogieron en las aldeas de Galilea -contra algunas de ellas pronunció un "ay" (como hemos visto)-, Séforis, Tiberíades y Escitópolis ni siquiera obtuvieron eso. Es difícil conocer exactamente por qué Jesús evitó (como parece que hizo) los núcleos urbanos. Más adelante veremos que ofreció el Reino a los marginados y los pecadores, incluidos los recaudadores de impuestos y las prostitutas. Cabría pensar que una misión así le habría llevado a Tiberíades, la capital. Podría haber ido a Séforis para protestar contra la riqueza de la aristocracia. Un deseo de convocar a todo Israel podría haberle encaminado a los grandes núcleos de población. Sin embargo, Jesús actuó entre los suyos: los habitantes de las aldeas, personas que eran pequeños artesanos, comerciantes, campesinos y pescadores. 14 Antipas pobló Tiberíades a la fuerza, reclutando para este propósito "una chusma promiscua", pero también algunas personas distinguidas {Antig. 18,36-38). EL ESCENARIO Y EL MÉTODO DEL MINISTERIO DE JESÚS 131 Tal vez obró así simplemente porque eran los suyos. Se identificó con los mansos y humildes, y ellos fueron el auténtico objetivo de su misión. Además, como muchos profetas y vaticinadores, no pensaba desde nuestras categorías. Las preguntas implícitas en el párrafo anterior -si quieres llamar a los pecadores, ¿por qué no ir a Tiberíades?— no se le plantearon de esta manera. Cuando pensaba en "todo Israel" no hacía recuento de los presentes, ni se preguntaba "¿cómo puedo llegar al mayor número de mis paisanos del modo más eficaz?". Ciertamente, pensaba con categorías simbólicas, y probablemente con categorías representativas —los doce discípulos simbolizaban a todo Israel y también lo representaban {infra, pp. 142, 206s)-. Algunos años más tarde, sabemos que Pablo, Pedro, Santiago y Juan pensaban de forma parecida. Dividieron la misión destinada al mundo -Pedro a los judíos, Pablo a los gentiles (Gal 2,9)-, pero ninguno de ellos fue a Alejandría. Tras fundar iglesias en quizás una docena de ciudades de Asia Menor y Grecia, Pablo dijo que había "completado" el anuncio del Evangelio y que no había más campo para trabajar en aquella región, de manera que tenía que pasar a España (Rom 15,19.23). Ese "completar" fue solamente simbólico y representativo. Así pues, Jesús, natural de una aldea de Galilea, actuó en otras aldeas o pueblos pequeños de esa región y en los campos vecinos —y sin embargo consideró que su ministerio era de trascendencia para todo Israel. Un movimiento itinerante Hemos visto que los evangelios presentan a Jesús y a sus discípulos como itinerantes. Algunos de ellos, quizás todos, tenían casa y familia, pero pasaban mucho tiempo por los caminos, y en ningún momento se dice que trabajaran durante la actividad pública de Jesús. En parte estaban ocupados proclamando el Reino; en parte, la condición del llamamiento de los discípulos íntimos era dejarlo todo. Sin embargo, debían contar con algún apoyo económico. Las aves del cielo comen gratis (Mt 6,26), pero los hombres no. En Mt 10 hay un encargo de misión a los discípulos. En su forma actual, el pasaje refleja el conocimiento de la Iglesia pospascual, pero puede proporcionar información, no obstante, de cómo se pensaba que debían vivir los seguidores de Jesús: "No llevéis oro, ni plata, ni dinero en el bolsillo; ni zurrón para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni cayado; porque el obrero tiene derecho a su sustento. Cuando lleguéis a un pueblo o aldea, averiguad quién hay en ella digno de recibiros y quedaos en su casa hasta que os marchéis" (Mt 10,9-11). Las cartas de Pablo demuestran que, después de la muerte de Jesús,

130<br />

LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS<br />

contacto con un cadáver. Dicha impureza, según la ley bíblica, no es<br />

pecado: se suponía que quienes permanecían vivos <strong>de</strong>bían aten<strong>de</strong>r a los<br />

muertos, y por tanto incurrir en impureza. <strong>La</strong> purificación se conseguía<br />

mediante un rito que duraba siete días. <strong>La</strong> impureza únicamente impedía<br />

entrar en el Templo y participar en la cena pascual, y por tanto en Galilea<br />

no tenía efectos prácticos; pese a ello, muchos judíos piadosos no <strong>de</strong>seaban<br />

estar permanentemente en estado <strong>de</strong> impureza. <strong>La</strong> consecuencia era<br />

que la capital <strong>de</strong> Antipas atraía a los gentiles y a los judíos relativamente<br />

impíos; a algunos sólo les convenció para vivir allí el ofrecimiento gratuito<br />

<strong>de</strong> casas y tierras. Tibería<strong>de</strong>s, lo mismo que Séforis, probablemente era<br />

mirada con recelo por muchos judíos galileos. 14<br />

Una tercera ciudad, Escitópolis, fue fundada como ciudad griega en el<br />

emplazamiento <strong>de</strong> la antigua Bet Sheán. Como ya hemos comentado, Escitópolis<br />

se encontraba en la Galilea geográfica, pero políticamente era in<strong>de</strong>pendiente;<br />

no estaba gobernada por Antipas, y nunca había sido gobernada<br />

por Hero<strong>de</strong>s. Era la única ciudad <strong>de</strong> la Decápolis situada al oeste <strong>de</strong>l<br />

Jordán. Pese a su fundación helenística, en tiempos <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> Escitópolis<br />

tenía una población mixta. Cuando estalló la rebelión en el 66, los ciudadanos<br />

judíos (cuyo número era aproximadamente <strong>de</strong> 13.000) fueron obligados<br />

a ayudar a los gentiles a <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r la ciudad contra los rebel<strong>de</strong>s<br />

judíos. Pese a ello, la población gentil <strong>de</strong> la ciudad masacró a los judíos<br />

{Vida 26).<br />

Lo más que po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir, basándonos en los evangelios, es que <strong>Jesús</strong><br />

sólo conocía una verda<strong>de</strong>ra ciudad, Jerusalén, aunque <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> visitar<br />

Séforis al menos ocasionalmente. No era un cosmopolita, sino que más<br />

bien centró su labor en los pueblos y al<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Galilea, especialmente en<br />

los <strong>de</strong> la ribera <strong>de</strong>l mar. Aunque <strong>Jesús</strong> quedó <strong>de</strong>silusionado por el modo<br />

en que lo acogieron en las al<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Galilea -contra algunas <strong>de</strong> ellas pronunció<br />

un "ay" (como hemos visto)-, Séforis, Tibería<strong>de</strong>s y Escitópolis ni<br />

siquiera obtuvieron eso.<br />

Es difícil conocer exactamente por qué <strong>Jesús</strong> evitó (como parece que<br />

hizo) los núcleos urbanos. Más a<strong>de</strong>lante veremos que ofreció el Reino a los<br />

marginados y los pecadores, incluidos los recaudadores <strong>de</strong> impuestos y las<br />

prostitutas. Cabría pensar que una misión así le habría llevado a Tibería<strong>de</strong>s,<br />

la capital. Podría haber ido a Séforis para protestar contra la riqueza<br />

<strong>de</strong> la aristocracia. Un <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> convocar a todo Israel podría haberle encaminado<br />

a los gran<strong>de</strong>s núcleos <strong>de</strong> población. Sin embargo, <strong>Jesús</strong> actuó entre<br />

los suyos: los habitantes <strong>de</strong> las al<strong>de</strong>as, personas que eran pequeños artesanos,<br />

comerciantes, campesinos y pescadores.<br />

14 Antipas pobló Tibería<strong>de</strong>s a la fuerza, reclutando para este propósito "una<br />

chusma promiscua", pero también algunas personas distinguidas {Antig. 18,36-38).<br />

EL ESCENARIO Y EL MÉTODO DEL MINISTERIO DE JESÚS<br />

131<br />

Tal vez obró así simplemente porque eran los suyos. Se i<strong>de</strong>ntificó con<br />

los mansos y humil<strong>de</strong>s, y ellos fueron el auténtico objetivo <strong>de</strong> su misión.<br />

A<strong>de</strong>más, como muchos profetas y vaticinadores, no pensaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestras<br />

categorías. <strong>La</strong>s preguntas implícitas en el párrafo anterior -si quieres<br />

llamar a los pecadores, ¿por qué no ir a Tibería<strong>de</strong>s?— no se le plantearon<br />

<strong>de</strong> esta manera. Cuando pensaba en "todo Israel" no hacía recuento <strong>de</strong> los<br />

presentes, ni se preguntaba "¿cómo puedo llegar al mayor número <strong>de</strong> mis<br />

paisanos <strong>de</strong>l modo más eficaz?". Ciertamente, pensaba con categorías simbólicas,<br />

y probablemente con categorías representativas —los doce discípulos<br />

simbolizaban a todo Israel y también lo representaban {infra, pp. 142,<br />

206s)-. Algunos años más tar<strong>de</strong>, sabemos que Pablo, Pedro, Santiago y<br />

Juan pensaban <strong>de</strong> forma parecida. Dividieron la misión <strong>de</strong>stinada al<br />

mundo -Pedro a los judíos, Pablo a los gentiles (Gal 2,9)-, pero ninguno<br />

<strong>de</strong> ellos fue a Alejandría. Tras fundar iglesias en quizás una docena <strong>de</strong> ciuda<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> Asia Menor y Grecia, Pablo dijo que había "completado" el anuncio<br />

<strong>de</strong>l Evangelio y que no había más campo para trabajar en aquella<br />

región, <strong>de</strong> manera que tenía que pasar a España (Rom 15,19.23). Ese<br />

"completar" fue solamente simbólico y representativo.<br />

Así pues, <strong>Jesús</strong>, natural <strong>de</strong> una al<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Galilea, actuó en otras al<strong>de</strong>as<br />

o pueblos pequeños <strong>de</strong> esa región y en los campos vecinos —y sin embargo<br />

consi<strong>de</strong>ró que su ministerio era <strong>de</strong> trascen<strong>de</strong>ncia para todo Israel.<br />

Un movimiento itinerante<br />

Hemos visto que los evangelios presentan a <strong>Jesús</strong> y a sus discípulos<br />

como itinerantes. Algunos <strong>de</strong> ellos, quizás todos, tenían casa y familia,<br />

pero pasaban mucho tiempo por los caminos, y en ningún momento se<br />

dice que trabajaran durante la actividad pública <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>. En parte estaban<br />

ocupados proclamando el Reino; en parte, la condición <strong>de</strong>l llamamiento<br />

<strong>de</strong> los discípulos íntimos era <strong>de</strong>jarlo todo. Sin embargo, <strong>de</strong>bían contar con<br />

algún apoyo económico. <strong>La</strong>s aves <strong>de</strong>l cielo comen gratis (Mt 6,26), pero<br />

los hombres no. En Mt 10 hay un encargo <strong>de</strong> misión a los discípulos. En<br />

su forma actual, el pasaje refleja el conocimiento <strong>de</strong> la Iglesia pospascual,<br />

pero pue<strong>de</strong> proporcionar información, no obstante, <strong>de</strong> cómo se pensaba<br />

que <strong>de</strong>bían vivir los seguidores <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>:<br />

"No llevéis oro, ni plata, ni dinero en el bolsillo; ni zurrón para el<br />

camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni cayado; porque el obrero tiene<br />

<strong>de</strong>recho a su sustento. Cuando lleguéis a un pueblo o al<strong>de</strong>a, averiguad<br />

quién hay en ella digno <strong>de</strong> recibiros y quedaos en su casa hasta que os<br />

marchéis" (Mt 10,9-11).<br />

<strong>La</strong>s cartas <strong>de</strong> Pablo <strong>de</strong>muestran que, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!