La figura histórica de Jesús
La figura histórica de Jesús
La figura histórica de Jesús
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
118<br />
LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS<br />
Al principio <strong>de</strong> su trayectoria, pues, encontramos a <strong>Jesús</strong> aceptando la<br />
misión <strong>de</strong> Juan Bautista, quien <strong>de</strong>cía que el punto culminante <strong>de</strong> la historia<br />
estaba a punto <strong>de</strong> llegar. Apenas una década <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la ejecución <strong>de</strong><br />
<strong>Jesús</strong>, tenemos una prueba sólida <strong>de</strong> que sus seguidores esperaban ese<br />
acontecimiento espectacular para muy pronto. <strong>Jesús</strong> <strong>de</strong>be encajar en este<br />
contexto. Todavía carecemos <strong>de</strong> precisión y <strong>de</strong> matices. ¿Qué pensó exactamente<br />
que ocurriría? ¿Cuál había <strong>de</strong> ser su papel propio? Haremos lo que<br />
podamos para contestar a estas preguntas, aunque se <strong>de</strong>ben respon<strong>de</strong>r <strong>de</strong><br />
forma provisional, pues rara vez poseemos el contexto inmediato <strong>de</strong> un<br />
dicho particular. El contexto intermedio <strong>de</strong>l cual po<strong>de</strong>mos estar seguros<br />
-<strong>Jesús</strong> se sitúa entre Juan Bautista y el primitivo movimiento cristianonos<br />
proporciona una conclusión básica segura: <strong>Jesús</strong> pensaba que Dios<br />
pronto efectuaría un cambio <strong>de</strong>cisivo en el mundo. Este contexto es <strong>histórica</strong>mente<br />
crucial, puesto que es el marco <strong>de</strong> la misión global <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>:<br />
incluye al hombre que lo bautizó y también a sus seguidores.<br />
El escenario <strong>de</strong> la misión <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> es más importante para enten<strong>de</strong>r su<br />
vida y su obra que ningún otro contexto imaginable. Nos gustaría saber a<br />
quién se refería <strong>Jesús</strong> cuando dijo: "Amad a vuestros enemigos", y conocer<br />
las circunstancias precisas en las cuales lo dijo nos ayudaría muchísimo.<br />
Aunque no po<strong>de</strong>mos conocer la ocasión concreta en que se pronunció<br />
cada dicho (porque la gente les dio nuevas aplicaciones y nuevas ubicaciones),<br />
sí conocemos el contexto más vital para enten<strong>de</strong>r a <strong>Jesús</strong> como <strong>figura</strong><br />
<strong>histórica</strong>.<br />
Acabamos <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar dos clases diferentes <strong>de</strong> contexto: la perspectiva<br />
<strong>de</strong> los evangelios <strong>de</strong> que <strong>Jesús</strong> era el cumplimiento <strong>de</strong> la historia judía<br />
<strong>de</strong> salvación; y la perspectiva <strong>de</strong>l pre<strong>de</strong>cesor y los sucesores <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> <strong>de</strong> que<br />
el punto culminante <strong>de</strong> la historia estaba a punto <strong>de</strong> llegar. También<br />
hemos visto que esta segunda perspectiva se <strong>de</strong>be atribuir al mismo <strong>Jesús</strong>.<br />
En esta medida, es una concepción general <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la cual ocupará un<br />
puesto concreto la enseñanza propia <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>. Estos dos contextos coinci<strong>de</strong>n<br />
parcialmente: ambos son judíos, ambos están orientados hacia el<br />
futuro y ambos suponen que Dios hará en la historia algo que esté <strong>de</strong><br />
acuerdo con las <strong>de</strong>más cosas que ha hecho. En este plano absolutamente<br />
básico, todos han hablado <strong>de</strong> acuerdos: Juan el Bautista, <strong>Jesús</strong>, Pablo, los<br />
autores <strong>de</strong> los evangelios sinópticos, otros seguidores <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>. Lo que ocurría<br />
en realidad, pensaban, era que Dios estaba tramando algo muy especial.<br />
El Dios en el que creían era el Dios <strong>de</strong> Israel, el Dios que llamó a<br />
Abraham, dio la ley a Moisés y elevó a David a la realeza. Ese Dios llevaría<br />
ahora a cumplimineto su obra.<br />
En cierto sentido, pues, Mateo, Marcos y Lucas iban bien encaminados<br />
cuando colocaban a <strong>Jesús</strong> en el marco <strong>de</strong> la historia judía <strong>de</strong> la salva-<br />
DOS CONTEXTOS<br />
119<br />
ción. Así era como él mismo veía el mundo. Esto no significa que cada<br />
pasaje <strong>de</strong> los evangelios que contiene una reminiscencia o eco <strong>de</strong> la Escritura<br />
hebrea tuviera lugar realmente. Ni significa tampoco que <strong>Jesús</strong> tratase<br />
<strong>de</strong> imitar a David y a Moisés. Vamos a ver indicios <strong>de</strong> que criticó algunas<br />
tradiciones propias, aunque aceptaba su premisa fundamental (el Dios <strong>de</strong><br />
Israel redimiría a su pueblo). Tampoco significa que no necesitemos conocer<br />
el ambiente social y político <strong>de</strong> Galilea y Ju<strong>de</strong>a en los años veinte y<br />
treinta. <strong>La</strong>mento que los evangelios no nos hayan dicho más cosas sobre<br />
eso, y menos sobre supuestos paralelos entre <strong>figura</strong>s <strong>de</strong> la Biblia hebrea y<br />
<strong>Jesús</strong>. Sin embargo, ahora po<strong>de</strong>mos ver a los autores <strong>de</strong> los evangelios y su<br />
obra más claramente. Fueron i<strong>de</strong>alistas teológicos. Este libro, no obstante,<br />
trata <strong>de</strong> un i<strong>de</strong>alista teológico. Numerosos judíos y cristianos <strong>de</strong>l siglo I<br />
fueron i<strong>de</strong>alistas teológicos.<br />
En la sección anterior <strong>de</strong> este capítulo hemos visto que Mateo y Lucas<br />
situaban su relato en el contexto <strong>de</strong> la historia judía <strong>de</strong> la salvación, y yo<br />
indicaba que podíamos examinar los evangelios y extraer <strong>de</strong> ellos material<br />
que no <strong>de</strong>be su existencia a sus propias perspectivas particulares. Ahora<br />
vemos que no po<strong>de</strong>mos reducir el material evangélico a un núcleo no teológico<br />
y luego proclamar que hemos encontrado a <strong>Jesús</strong>, puesto que <strong>Jesús</strong><br />
mismo fue un teólogo. Sin embargo, lo mismo que Mateo y Lucas no<br />
están completamente <strong>de</strong> acuerdo uno con otro, también po<strong>de</strong>mos suponer<br />
que las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> tal vez fueran peculiares, o en parte peculiares, y<br />
que los evangelistas sobrepusieron algunas veces su teología a la <strong>de</strong> él.<br />
Po<strong>de</strong>mos esperar encontrar la teología <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los evangelios.<br />
Aclarar todo esto es, obviamente, una tarea difícil, y los resultados<br />
serán a menudo provisionales. Voy a repetir el objetivo <strong>de</strong> este libro: tratar<br />
<strong>de</strong> exponer lo que po<strong>de</strong>mos saber con gran confianza acerca <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> y<br />
separarlo <strong>de</strong> las <strong>de</strong>ducciones menos seguras.