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La figura histórica de Jesús

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LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS<br />

contiene muchos paralelos con los relatos sobre Moisés, también hay llamativas<br />

diferencias. <strong>Jesús</strong> no bajó <strong>de</strong> la montaña unas tablas <strong>de</strong> piedra; no<br />

se casó, como Moisés; <strong>Jesús</strong> no contaba con la ayuda <strong>de</strong> su hermano, como<br />

Moisés con la <strong>de</strong> Aarón; <strong>Jesús</strong> no vivió 120 años; no murió sin ser visto.<br />

Asimismo, los evangelios afirman una conexión entre <strong>Jesús</strong> y David, pero<br />

no presentan a <strong>Jesús</strong> como semejante en lo más mínimo a David. No existen<br />

paralelos reales: ni hay equivalentes <strong>de</strong> Saúl, Jonatán, Betsabé o Absalón,<br />

ni <strong>Jesús</strong> es un gran guerrero.<br />

El material evangélico no es el único que modifica la expectación tipológica<br />

judía para ajustarse a circunstancias cambiantes. Por el contrario,<br />

otros escritores <strong>de</strong> la época recurrían a la historia <strong>de</strong> la salvación utilizando<br />

nombres y títulos <strong>de</strong>l pasado, al tiempo que hacían cambios sustanciales.<br />

Voy a poner a continuación dos ejemplos sobre los que volveremos, dado<br />

que guardan relación con los títulos "Mesías" e "hijo <strong>de</strong> David". Un<br />

himno escrito aproximadamente en el 63 AEC, en tiempos <strong>de</strong> la conquista<br />

<strong>de</strong> Jerusalén por Pompeyo, se alegra <strong>de</strong> antemano por el tiempo en que un<br />

hijo <strong>de</strong> David limpiará <strong>de</strong> malvados Jerusalén. Este futuro hijo <strong>de</strong> David,<br />

sin embargo, "no confiará en caballos, jinetes ni arcos; ni atesorará oro y<br />

plata para la guerra" {Salmos <strong>de</strong> Salomón 17,33). Es <strong>de</strong>cir, será muy diferente<br />

<strong>de</strong>l David original. Asimismo, los sectarios conocidos por los manuscritos<br />

<strong>de</strong>l mar Muerto esperaban con ilusión dos mesías: uno, <strong>de</strong>scendiente<br />

<strong>de</strong> Aarón el sacerdote; el otro, <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> David. Al parecer, el<br />

hijo <strong>de</strong> David no hace nada en absoluto, y el mesías sacerdotal tiene verda<strong>de</strong>ra<br />

autoridad. Según uno <strong>de</strong> los manuscritos {Guerra <strong>de</strong> los hijos <strong>de</strong> la<br />

luz contra los hijos <strong>de</strong> las tinieblas), habrá una gran batalla, y los hijos <strong>de</strong> la<br />

luz trabarán combate con los hijos <strong>de</strong> las tinieblas. Ningún mesías davídico<br />

<strong>de</strong>sempeña papel alguno en la guerra. Los sacerdotes, sí: tocan las<br />

trompetas y dan ór<strong>de</strong>nes. Un ejército reunido <strong>de</strong> las doce tribus <strong>de</strong> Israel<br />

porta estandartes y marcha cerca. Pero la verda<strong>de</strong>ra lucha la llevan a cabo<br />

los ángeles, y el golpe final lo da el propio Dios. Así, otros judíos que esperaban<br />

con ilusión al Mesías <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> David no llevaban esta expectación<br />

hasta el punto <strong>de</strong> presentar esa <strong>figura</strong> futura a partir <strong>de</strong> los relatos<br />

bíblicos sobre David. El título —"Mesías" o "hijo <strong>de</strong> David"— era la única<br />

conexión.<br />

Los judíos que esperaban con ilusión un futuro mejor querían vincularlo<br />

con su historia, la historia <strong>de</strong> la relación <strong>de</strong> Dios con Israel, y por eso<br />

utilizaban nombres y títulos que eran eminentes en la Biblia. Pero los<br />

tiempos habían cambiado. Los romanos iban a ser mucho más duros <strong>de</strong><br />

pelar que los cananeos y los filisteos, y los judíos sabían que necesitaban<br />

que las huestes angélicas lucharan a su lado. Un simple David no bastaba.<br />

A<strong>de</strong>más, en tiempos <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> muchos judíos no querían una monarquía.<br />

Algunos <strong>de</strong> ellos, como los sectarios <strong>de</strong>l mar Muerto, podían hablar todavía<br />

<strong>de</strong> "David", pero ni siquiera ellos parecían querer un reino como el<br />

DOS CONTEXTOS 113<br />

suyo. Los reyes tendían a ser dictatoriales, y los sectarios <strong>de</strong>l mar Muerto<br />

preferían una forma <strong>de</strong> gobierno más <strong>de</strong>mocrática y teocrática. 10<br />

Cuando los autores <strong>de</strong> los evangelios, pues, forjaron el relato sobre<br />

<strong>Jesús</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> la historia judía <strong>de</strong> la salvación, utilizaron<br />

motivos proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la Escritura, especialmente motivos conectados<br />

con Abraham, Moisés y David, pero no mol<strong>de</strong>aron su propio Mesías <strong>de</strong><br />

acuerdo con esos personajes <strong>de</strong> la Escritura. Ciertamente se conservó<br />

algo <strong>de</strong>l verda<strong>de</strong>ro <strong>Jesús</strong>, y los autores añadieron a<strong>de</strong>más sus propios i<strong>de</strong>ales,<br />

los que podían ser bastante diferentes <strong>de</strong> los <strong>de</strong> Génesis, Deuteronomio,<br />

2 Samuel o 1 Reyes. Pensaban que <strong>Jesús</strong> había superado a Moisés y<br />

era un rey <strong>de</strong> diferente clase que David. De modo que no recibimos una<br />

representación tridimensional en cartón <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> como nuevo Moisés o<br />

David.<br />

No hay signos absolutamente seguros que nos indiquen cuándo un<br />

pasaje evangélico ha sido inventado como paralelo <strong>de</strong> un estadio anterior<br />

<strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> la salvación, cuándo ha sido refundido para acentuar un<br />

paralelo real, ni cuándo <strong>Jesús</strong> mismo (o Juan el Bautista) creó intencionadamente<br />

una reminiscencia. Tenemos que estudiar el material, examinar<br />

hasta qué punto es estrecho el paralelo y utilizar el sentido común. Debemos<br />

ser siempre conscientes, no obstante, <strong>de</strong> que los autores no pretendieron<br />

escribir una historia académica. Es perfectamente razonable que<br />

nosotros intentemos sacar <strong>de</strong> ellos una historia así, pero no cabe esperar<br />

que nos presten su plena cooperación. Querían convencer a otros lectores<br />

<strong>de</strong> que <strong>Jesús</strong> cumplió las promesas <strong>de</strong> Dios a Israel. Dichas promesas<br />

incluían la re<strong>de</strong>nción <strong>de</strong>l pueblo <strong>de</strong> Israel, pero también la salvación <strong>de</strong><br />

los gentiles. Los evangelios presentan a <strong>Jesús</strong> como salvador <strong>de</strong>l mundo<br />

entero, pero es un salvador universal que encaja <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la historia judía<br />

<strong>de</strong> la salvación.<br />

Los autores querían que sus lectores creyeran que <strong>Jesús</strong> era el salvador<br />

judío universal porque creían que esto era absolutamente cierto. Pese a<br />

ello, como hemos visto, no estaban <strong>de</strong> acuerdo sobre puntos importantes<br />

(por ejemplo, si se <strong>de</strong>bía enten<strong>de</strong>r o no a <strong>Jesús</strong> como la realización <strong>de</strong>l<br />

"tipo" mosaico). Este <strong>de</strong>sacuerdo es aleccionador para el historiador. Seria<br />

disparatado que un historiador discutiera si el <strong>Jesús</strong> histórico recordaba o<br />

no a Moisés, y esperara zanjar la cuestión comparando Mateo y Lucas.<br />

Mateo concedía a la ley en la religión un papel mayor que el que le concedía<br />

Lucas, y, por consiguiente, su <strong>Jesús</strong> es más maestro <strong>de</strong> la ley que el<br />

<strong>de</strong> Lucas. Este <strong>de</strong>sacuerdo teológico se sitúa <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un acuerdo teoló-<br />

10 Sobre las opiniones antimonárquicas <strong>de</strong> la Biblia hebrea y Josefo, véanse<br />

supra p. 65 y nota 11 (p. 65).

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