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La figura histórica de Jesús

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LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS<br />

normal esperaría que quienes consi<strong>de</strong>raban a <strong>Jesús</strong> "rey" hablaran <strong>de</strong> él a<br />

la luz <strong>de</strong> reyes más recientes que David -Hero<strong>de</strong>s, por ejemplo, o uno <strong>de</strong><br />

los asmoneos—. En la historia <strong>de</strong> la salvación, el número <strong>de</strong> siglos no<br />

importa, puesto que Dios está al mando. Según una cronología bíblica tradicional<br />

que data la creación en el año 4004 a.C, Dios llamó a Abraham<br />

en el 1921 a.C, Moisés sacó a los israelitas <strong>de</strong> Egipto hacia el 1500 a.C,<br />

y David prosperó en torno al 1030 a.C. Estos fueron los pre<strong>de</strong>cesores<br />

principales <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> en la historia <strong>de</strong> la salvación. Hoy, un paralelo aproximado<br />

<strong>de</strong>l tratamiento que los evangelios hacen <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> sería presentar a<br />

Isabel II diciendo que es here<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l trono <strong>de</strong> Guillermo el Conquistador,<br />

que cumple la promesa <strong>de</strong>l rey Arturo y que es lo que su nombre<br />

implica, una segunda Isabel, y por tanto es como Isabel I; y a<strong>de</strong>más, hacer<br />

tal presentación sin <strong>de</strong>cir nada sobre el <strong>de</strong>rrocamiento <strong>de</strong> Carlos I por<br />

parte <strong>de</strong> Cromwell, la restauración <strong>de</strong> Carlos II, la revolución incruenta<br />

que llevó a Guillermo <strong>de</strong> Orange y a María al trono <strong>de</strong> Inglaterra, el modo<br />

en el cual el monarca se vio sometido a un gobierno elegido, etc.<br />

El historiador mo<strong>de</strong>rno quiere conocer las circunstancias en las que<br />

trabajó <strong>Jesús</strong>, por qué sus esfuerzos a veces tuvieron éxito y a veces fracasaron,<br />

por qué el movimiento cristiano evolucionó como lo hizo, y cosas<br />

por el estilo. Los evangelios contestan: en este momento Dios <strong>de</strong>cidió llevar<br />

a su culminación el proceso <strong>de</strong> salvación iniciado con la llamada a<br />

Abraham. El plan <strong>de</strong> Dios es difícil <strong>de</strong> estudiar para un historiador. Por<br />

seguir con nuestra analogía, supongamos que, hoy en día, alguien plenamente<br />

convencido <strong>de</strong> que Isabel II cumple las promesas <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>za<br />

futura insinuadas en las historias <strong>de</strong> Arturo, el Conquistador e Isabel I,<br />

escribe un relato <strong>de</strong> Isabel II basado en parte en las historias concernientes<br />

a sus pre<strong>de</strong>cesores. En este punto nuestra analogía empieza a fallar,<br />

puesto que sabemos muchísimas cosas sobre Isabel II. Un autor que escribiera<br />

<strong>de</strong> ella que es virgen (como Isabel I), que su espada se llama Excalibur<br />

(como la <strong>de</strong> Arturo), que su primera lengua es el francés (como Guillermo<br />

el Conquistador), no sería creído. Nuestro supuesto autor podría,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, recurrir a paralelos auténticos para apoyar su argumento:<br />

en la actualidad hay problemas con los irlan<strong>de</strong>ses, como en los días <strong>de</strong> Isabel<br />

I; Isabel II sabe hablar francés. Estos paralelos, sin embargo, no nos<br />

probarían que los <strong>de</strong>más aspectos <strong>de</strong>l reinado <strong>de</strong> Isabel I, o <strong>de</strong> Guillermo<br />

el Conquistador, <strong>de</strong>ben proporcionarnos información sobre Isabel II.<br />

Los autores <strong>de</strong> los evangelios ofrecen esta clase <strong>de</strong> información sobre<br />

<strong>Jesús</strong>, información basada en la suposición <strong>de</strong> que el cumplió las <strong>de</strong>claraciones<br />

bíblicas. Esto no prueba que fueran historiadores poco honrados.<br />

No eran historiadores en absoluto, salvo acci<strong>de</strong>ntalmente (aunque Lucas<br />

tenía algunos <strong>de</strong> los atributos <strong>de</strong>l historiador helenístico). Y no fueron<br />

poco honrados. Creían que <strong>Jesús</strong> cumplió realmente y <strong>de</strong> verdad las promesas<br />

<strong>de</strong> la Escritura hebrea. Si lo hizo en un caso, presumiblemente lo<br />

DOS CONTEXTOS<br />

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hizo también en otro. Había algunas coinci<strong>de</strong>ncias parciales auténticas, y<br />

esto hizo que fuera muy fácil para los primeros cristianos añadir hechos<br />

nuevos sacados <strong>de</strong> la Escritura judía. Este proceso todavía estaba en marcha<br />

en un momento tan tardío como el <strong>de</strong> la redacción <strong>de</strong>l Pseudo Mateo,<br />

que leyó en Isaías que el buey y el asno conocen a su amo, y por tanto,<br />

añadió a la escena <strong>de</strong> la natividad estos animales {supra, p. 98).<br />

Esta manera <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r y usar la Biblia es, en lenguaje técnico,<br />

"tipológica". Una persona o acontecimiento <strong>de</strong> la Escritura judía constituye<br />

un "tipo", en el sentido <strong>de</strong> arquetipo o prototipo. Algo o alguien es<br />

más tar<strong>de</strong> la realización <strong>de</strong>l tipo, y el acontecimiento anterior da información<br />

sobre el posterior. Pablo utiliza este término: el pueblo que salió <strong>de</strong><br />

Egipto siguiendo a Moisés, pero que luego pecó y fue castigado con la<br />

muerte, es un "tipo para nosotros", un "tipo" que preten<strong>de</strong> "avisarnos"<br />

para que no pequemos <strong>de</strong>l mismo modo (1 Cor 10,1-12) . 6 "Todas estas<br />

cosas que les sucedieron a ellos eran como un tipo para nosotros y se han<br />

escrito para escarmiento nuestro" (1 Cor 10,11). <strong>La</strong> perspectiva <strong>de</strong> los<br />

evangelios sobre la promesa y su cumplimiento funciona en gran parte <strong>de</strong><br />

la misma manera.<br />

Este modo <strong>de</strong> ver la historia fue <strong>de</strong> gran ayuda para los autores <strong>de</strong> los<br />

evangelios. Les permitía rellenar algunos <strong>de</strong> los espacios en blanco <strong>de</strong> la<br />

historia <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>. Probablemente los orientaron en esta dirección los paralelos<br />

auténticos existentes entre Juan el Bautista y <strong>Jesús</strong>, por un lado, y<br />

los personajes o predicciones bíblicos, por el otro. Esto es, los judíos <strong>de</strong>l<br />

siglo I a veces mo<strong>de</strong>laban intencionadamente sus propios actos <strong>de</strong> acuerdo<br />

con los <strong>de</strong> <strong>figura</strong>s bíblicas. Bien pue<strong>de</strong> ser que Juan el Bautista realmente<br />

vistiera como Elias. Es probable que <strong>Jesús</strong> entrara en Jerusalén cabalgando<br />

sobre un asno, recordando así conscientemente la profecía <strong>de</strong> Zacarías<br />

(véase Mt 21,4s, don<strong>de</strong> se cita Zac). Existen indicios ciertos <strong>de</strong> que, más<br />

0 menos una década <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>, otros profetas actuaron<br />

intencionadamente <strong>de</strong> maneras que recordaban historias <strong>de</strong> acontecimientos<br />

bíblicos ocurridos siglos antes {supra, pp. 49s). No fueron únicamente<br />

Mateo, Marcos y Lucas quienes vieron que el auténtico contexto <strong>de</strong><br />

<strong>Jesús</strong> era la historia salvífica <strong>de</strong> Israel, ni fue Pablo el único judío <strong>de</strong>l siglo<br />

1 que pensó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una óptica <strong>de</strong> "tipos" y cumplimiento; otros, entre ellos<br />

muy posiblemente <strong>Jesús</strong>, pensaban <strong>de</strong>l mismo modo.<br />

Cuantos más paralelos hubiera entre <strong>Jesús</strong> y los personajes o profecías<br />

<strong>de</strong> la Escritura hebrea, más probable era que Mateo, Marcos y Lucas<br />

inventaran aún más. Tal vez pensaran que si había seis semejanzas, probablemente<br />

había habido una séptima. Creo que no hay duda <strong>de</strong> que inven-<br />

6 Typos en 1 Cor 10,6 se traduce generalmente como "ejemplo" o "aviso", lo<br />

cual comunica el sentido correcto, pero oscurece la terminología.

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