La figura histórica de Jesús

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09.05.2013 Views

100 LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS cretos. Aspiro a recuperar al Jesús histórico. Pero las dificultades entrañarán siempre que los resultados sean parciales, en el mejor de los casos. Un verdadero epígrafe de este proyecto sería "información básica sobre Jesús: los aspectos importantes de lo que hizo, lo que pensó y lo que otros pensaron de él". En la reconstrución de la historia, siempre debemos tener en cuenta el contexto y el contenido. Cuanto mejor sepamos relacionar ambos entre sí, más entenderemos. La razón por la que los políticos, entre otros, se quejan cuando los citan fuera de contexto es que el contexto importa tanto como las palabras citadas. Jesús dijo: "Amad a vuestros enemigos" (Mt 5,44 // Le 6,27). ¿Quiénes eran los enemigos de los oyentes? A menudo se dice que eran los soldados romanos. Jesús quiso decir, según eso, ama a los soldados romanos y, si te pegan, pon la otra mejilla. Pero en Galilea no había ni un soldado romano (a menos que estuvieran allí de vacaciones). Quizás el enemigo era el magistrado del pueblo o el que poseía más propiedades. "Amad a vuestros enemigos" se puede aplicar en los sermones a un montón de casos, y el contexto original no tiene por qué determinar la significación actual de ese dicho. Pero si queremos saber de qué era capaz Jesús, qué tenía en mente, qué clase de relaciones le preocupaban, en qué plano se dirigió a los demás -nacional, local o familiar—, necesitamos conocer el contexto tanto como las palabras. Nuestra tarea en general es buscar buenos ajustes entre las unidades que componen los evangelios sinópticos y el contexto de los tiempos de Jesús. Si somos capaces de hacerlo, sabremos muchas cosas sobre Jesús. 7 Dos contextos Hay contextos de todas las formas y tamaños. Hoy en día sabemos que vivimos en un universo enorme, que parece hacerse cada vez mayor. Al mismo tiempo, nuestro propio planeta encoge: cada vez es más difícil encontrar en él un rincón apartado. Biológicamente hablando, los seres humanos somos mamíferos. Estos son nuestros grandes contextos propios: somos seres vivos, concretamente mamíferos, que habitan en un rincón determinado de un vasto universo. Conocer estos contextos nos da perspectiva, y a veces una información muy directa sobre nuestro comportamiento. Los científicos explican a menudo el comportamiento común a todos los seres humanos poniéndolo en el contexto del comportamiento animal en general: protegemos nuestro territorio, resoplamos y enrojecemos cuando nos enfadamos, etc. Estas y otras reacciones ante el peligro y la hostilidad se explican haciendo referencia a un contexto muy amplio: somos animales. En el plano de la sabiduría popular, las personas a menudo utilizan un recurso explicativo parecido: se aduce que "así es la naturaleza humana" para explicar, y a veces excusar, los actos concretos que revelan codicia, egoísmo y otros rasgos poco amables. También vivimos en una parte determinada del mundo, en un tiempo determinado de su historia. Nuestras ciudades, distritos territoriales, Estados y países de origen nos proporcionan una miríada de contextos. Y luego, cerca de casa, están nuestras familias, amigos y compañeros. Todos estos contextos nos ayudan a ser lo que somos y contribuyen a explicar lo que hacemos. A menudo explicamos características como la atenuación, las fanfarronadas y la gesticulación atribuyéndolas al país del cual procede la persona: el británico atenúa las ideas, los téjanos fanfarronean, los italianos gesticulan. El poder explicativo de los contextos inmediatos es mayor aún. Recurrimos a la historia más reciente, o a situaciones que se prolongan, para entender más o menos todo. Un contexto muy amplio explica por qué mi

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LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS<br />

cretos. Aspiro a recuperar al <strong>Jesús</strong> histórico. Pero las dificulta<strong>de</strong>s entrañarán<br />

siempre que los resultados sean parciales, en el mejor <strong>de</strong> los casos. Un<br />

verda<strong>de</strong>ro epígrafe <strong>de</strong> este proyecto sería "información básica sobre <strong>Jesús</strong>:<br />

los aspectos importantes <strong>de</strong> lo que hizo, lo que pensó y lo que otros pensaron<br />

<strong>de</strong> él".<br />

En la reconstrución <strong>de</strong> la historia, siempre <strong>de</strong>bemos tener en cuenta el<br />

contexto y el contenido. Cuanto mejor sepamos relacionar ambos entre<br />

sí, más enten<strong>de</strong>remos. <strong>La</strong> razón por la que los políticos, entre otros, se<br />

quejan cuando los citan fuera <strong>de</strong> contexto es que el contexto importa<br />

tanto como las palabras citadas. <strong>Jesús</strong> dijo: "Amad a vuestros enemigos"<br />

(Mt 5,44 // Le 6,27). ¿Quiénes eran los enemigos <strong>de</strong> los oyentes? A<br />

menudo se dice que eran los soldados romanos. <strong>Jesús</strong> quiso <strong>de</strong>cir, según<br />

eso, ama a los soldados romanos y, si te pegan, pon la otra mejilla. Pero en<br />

Galilea no había ni un soldado romano (a menos que estuvieran allí <strong>de</strong><br />

vacaciones). Quizás el enemigo era el magistrado <strong>de</strong>l pueblo o el que<br />

poseía más propieda<strong>de</strong>s. "Amad a vuestros enemigos" se pue<strong>de</strong> aplicar en<br />

los sermones a un montón <strong>de</strong> casos, y el contexto original no tiene por qué<br />

<strong>de</strong>terminar la significación actual <strong>de</strong> ese dicho. Pero si queremos saber <strong>de</strong><br />

qué era capaz <strong>Jesús</strong>, qué tenía en mente, qué clase <strong>de</strong> relaciones le preocupaban,<br />

en qué plano se dirigió a los <strong>de</strong>más -nacional, local o familiar—,<br />

necesitamos conocer el contexto tanto como las palabras. Nuestra tarea en<br />

general es buscar buenos ajustes entre las unida<strong>de</strong>s que componen los<br />

evangelios sinópticos y el contexto <strong>de</strong> los tiempos <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>. Si somos capaces<br />

<strong>de</strong> hacerlo, sabremos muchas cosas sobre <strong>Jesús</strong>.<br />

7<br />

Dos contextos<br />

Hay contextos <strong>de</strong> todas las formas y tamaños. Hoy en día sabemos que<br />

vivimos en un universo enorme, que parece hacerse cada vez mayor. Al<br />

mismo tiempo, nuestro propio planeta encoge: cada vez es más difícil<br />

encontrar en él un rincón apartado. Biológicamente hablando, los seres<br />

humanos somos mamíferos. Estos son nuestros gran<strong>de</strong>s contextos propios:<br />

somos seres vivos, concretamente mamíferos, que habitan en un rincón<br />

<strong>de</strong>terminado <strong>de</strong> un vasto universo. Conocer estos contextos nos da perspectiva,<br />

y a veces una información muy directa sobre nuestro comportamiento.<br />

Los científicos explican a menudo el comportamiento común a<br />

todos los seres humanos poniéndolo en el contexto <strong>de</strong>l comportamiento<br />

animal en general: protegemos nuestro territorio, resoplamos y enrojecemos<br />

cuando nos enfadamos, etc. Estas y otras reacciones ante el peligro y<br />

la hostilidad se explican haciendo referencia a un contexto muy amplio:<br />

somos animales. En el plano <strong>de</strong> la sabiduría popular, las personas a<br />

menudo utilizan un recurso explicativo parecido: se aduce que "así es la<br />

naturaleza humana" para explicar, y a veces excusar, los actos concretos que<br />

revelan codicia, egoísmo y otros rasgos poco amables.<br />

También vivimos en una parte <strong>de</strong>terminada <strong>de</strong>l mundo, en un tiempo<br />

<strong>de</strong>terminado <strong>de</strong> su historia. Nuestras ciuda<strong>de</strong>s, distritos territoriales, Estados<br />

y países <strong>de</strong> origen nos proporcionan una miríada <strong>de</strong> contextos. Y<br />

luego, cerca <strong>de</strong> casa, están nuestras familias, amigos y compañeros. Todos<br />

estos contextos nos ayudan a ser lo que somos y contribuyen a explicar lo<br />

que hacemos. A menudo explicamos características como la atenuación,<br />

las fanfarronadas y la gesticulación atribuyéndolas al país <strong>de</strong>l cual proce<strong>de</strong><br />

la persona: el británico atenúa las i<strong>de</strong>as, los téjanos fanfarronean, los<br />

italianos gesticulan.<br />

El po<strong>de</strong>r explicativo <strong>de</strong> los contextos inmediatos es mayor aún. Recurrimos<br />

a la historia más reciente, o a situaciones que se prolongan, para<br />

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