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Desafíos constitucionales - Ministerio de Justicia, Derechos ...

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<strong>Desafíos</strong> <strong>constitucionales</strong><br />

La Constitución ecuatoriana <strong>de</strong>l 2008 en perspectiva


SERIE JUSTICIA Y DERECHOS HUMANOS<br />

NEOCONSTITUCIONALISMO Y SOCIEDAD<br />

<strong>Desafíos</strong> <strong>constitucionales</strong><br />

La Constitución ecuatoriana <strong>de</strong>l 2008 en perspectiva<br />

Ramiro Ávila Santamaría,<br />

Agustín Grijalva Jiménez y Rubén Martínez Dalmau<br />

Editores


Dr. Gustavo Jalkh Röbens<br />

Ministro <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong> y <strong>Derechos</strong> Humanos<br />

<strong>Ministerio</strong> <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong> y <strong>Derechos</strong> Humanos<br />

Av. Amazonas y Atahualpa<br />

Edif. Anexo al Ex Banco Popular<br />

Telf: (593) 2 2464 929<br />

Fax: 2469914<br />

www.minjustica-ddhh.gov.ec<br />

ISBN: 978-9978-92-651-2<br />

Derecho <strong>de</strong> autor: 029857<br />

Ramiro Ávila Santamaría, Agustín Grijalva Jiménez y Rubén Martínez Dalmau, Editores<br />

Imprenta: V&M Gráficas (02 3201 171)<br />

Quito, Ecuador, 2008<br />

1ra. edición: octubre 2008


Contenido<br />

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7<br />

Gustavo Jalkh Röbens, Ministro <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong> y <strong>Derechos</strong> Humanos<br />

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9<br />

Patricio Pazmiño Freire, Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l Tribunal Constitucional<br />

Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11<br />

Roberto Gargarella<br />

1. Principios, <strong>de</strong>rechos y garantías<br />

<strong>Derechos</strong>: enunciación y principios <strong>de</strong> aplicación . . . . . . . . . . . . .19<br />

Marco Aparicio Wilhelmi<br />

Constitucionalización <strong>de</strong> un sistema<br />

integral <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos sociales.<br />

De la Daseinsvorsorge al Sumak Kawsay . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .41<br />

Francisco Palacios Romeo<br />

El <strong>de</strong>recho propio: ¡<strong>de</strong>stapando la Caja <strong>de</strong> Pandora! . . . . . . . . . . .67<br />

Gina Chávez Vallejo<br />

Las garantías: herramientas imprescindibles<br />

para el cumplimiento <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos.<br />

Avances conceptuales en la Constitución <strong>de</strong>l 2008 . . . . . . . . . . . .89<br />

Ramiro Ávila Santamaría<br />

Valoración jurídico-política <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong>l 2008 . . . . . .111<br />

Carlos Castro Riera<br />

2. Funciones <strong>de</strong>l Estado<br />

Participación, Función Electoral y<br />

Función <strong>de</strong> Control y Transparencia Social . . . . . . . . . . . . . . . . .133<br />

Albert Noguera Fernán<strong>de</strong>z


La función legislativa en la nueva<br />

Constitución <strong>de</strong> Ecuador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .159<br />

Roberto Viciano Pastor<br />

Hacia un nuevo sistema <strong>de</strong> gobierno:<br />

diseño institucional <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>ncialismo<br />

en la nueva Constitución <strong>de</strong>l Estado ecuatoriano . . . . . . . . . . . .171<br />

Rafael Balda Santistevan<br />

La Función Judicial y la justicia indígena<br />

en la nueva Constitución ecuatoriana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .189<br />

Juan Montaña Pinto<br />

¿Hacia un nuevo or<strong>de</strong>namiento territorial?<br />

De la <strong>de</strong>scentralización a la carta a competencias<br />

explícitas y obligatorias. El régimen autónomo<br />

<strong>de</strong>scentralizado aprobado en Montecristi . . . . . . . . . . . . . . . . . .217<br />

Tania Arias Manzano<br />

Las Relaciones Internacionales en la<br />

Constitución <strong>de</strong>l 2008: un análisis sistemático . . . . . . . . . . . . . .241<br />

Xavier A. Flores Aguirre<br />

3. Supremacía <strong>de</strong> la Constitución<br />

Perspectivas y <strong>de</strong>safíos <strong>de</strong> la Corte Constitucional . . . . . . . . . . .257<br />

Agustín Grijalva Jiménez<br />

Supremacía <strong>de</strong> la Constitución, control <strong>de</strong> la<br />

constitucionalidad y reforma constitucional . . . . . . . . . . . . . . . .279<br />

Rubén Martínez Dalmau<br />

4. Anexo<br />

Constitución <strong>de</strong> la República <strong>de</strong>l Ecuador . . . . . . . . . . . . . . . . . .293


Presentación<br />

Ministro <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong> y <strong>Derechos</strong> Humanos<br />

Para construir una sociedad nueva, nadie <strong>de</strong>be olvidar los fundamentos<br />

que levantaron al ahora <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>nte neoliberalismo: <strong>de</strong>fensa a ultranza <strong>de</strong>l<br />

capital bajo formas individualistas <strong>de</strong> producción. Del Estado solamente se<br />

pedía no intervención, como si ello fuera suficiente para garantizar los <strong>de</strong>rechos<br />

humanos. No intervención era la fórmula con la que se hacía creer al<br />

pueblo que sus <strong>de</strong>rechos eran respetados. Aquella libertad trastocada, solamente<br />

luchaba por las formas, no por su materialidad. La libertad plena es<br />

la que hace que hombres y mujeres, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la intangibilidad <strong>de</strong> su dignidad,<br />

alcancen su realización, siendo dueños <strong>de</strong> su presente y <strong>de</strong> la forma que<br />

direccionan su futuro.<br />

Hablar sobre la Constitución <strong>de</strong>l 2008 y la teoría que la explica significa<br />

referirse a socieda<strong>de</strong>s nuevas, en las que la institucionalidad <strong>de</strong>l Estado<br />

está concebida para el respeto, protección y garantía <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos.<br />

Una institucionalidad que se levanta en normativa, políticas públicas,<br />

sentencias y cualquier otro acto estatal para el efectivo cumplimiento <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>rechos. Un Estado que <strong>de</strong>je <strong>de</strong> pensar que los <strong>de</strong>rechos humanos solamente<br />

sirven para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> ellos, y que empiece a creer en él mismo y<br />

en las personas que se encuentran bajo su jurisdicción, para juntos, en una<br />

actuación interactiva, empezar a construir el futuro.<br />

Hoy, en que bregamos para que los <strong>de</strong>rechos reconocidos en la<br />

Constitución se plasmen en la realidad, aún se escuchan voces temerosas <strong>de</strong>l<br />

cambio. Cuestionan las nuevas funciones <strong>de</strong>l Estado, cuestionan la creación<br />

<strong>de</strong> una Corte Constitucional fuerte, e inclusive cuestionan, incomprensiblemente,<br />

la extraordinaria amalgama que la nueva Constitución realiza <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>rechos, personas y grupos <strong>de</strong> atención prioritaria, y nuevas garantías<br />

<strong>constitucionales</strong> que amplían el horizonte <strong>de</strong> protección <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, no<br />

7


solo frente a las vulneraciones que puedan provenir <strong>de</strong>l Estado sino aún <strong>de</strong><br />

los particulares cuando se encuentren en una posición <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r frente al<br />

otro.<br />

Escribir seriamente sobre la Constitución <strong>de</strong>l 2008 implica tener una<br />

fuerza interna especial que se basa en la solidaridad. Escribir sobre neoconstitucionalismo<br />

<strong>de</strong> la forma que hoy se nos presenta significa tener un pensamiento<br />

nuevo que trascien<strong>de</strong> las viejas estructuras semi protectoras propias<br />

<strong>de</strong>l neoliberalismo <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>nte, en la que el Estado solamente aparecía<br />

como arma y escudo protector <strong>de</strong> los grupos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r.<br />

Escribir organizadamente y sin más interés que esforzarse en brindar<br />

elementos para <strong>de</strong>batir <strong>de</strong> forma seria y profunda sobre la Constitución <strong>de</strong>l<br />

2008, plasmando en este libro tan nuevas y contun<strong>de</strong>ntes i<strong>de</strong>as, da cuenta<br />

<strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> académicos interesados en que la Constitución sea mejor<br />

comprendida y aplicada.<br />

Felicitaciones a quienes con su fuerza mental y su corazón solidario<br />

lograron traspasar el reto impuesto para darnos ahora un magnífico logro.<br />

Tengan la seguridad que estas líneas que ahora nos presentan pasarán a ser<br />

una agenda <strong>de</strong> trabajo presente y futura <strong>de</strong>l <strong>Ministerio</strong> <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong> y<br />

<strong>Derechos</strong> Humanos y, con seguridad, <strong>de</strong> otras instituciones públicas que<br />

sabrán encontrar en el cambio que ha llegado, con nuevos retos para construir<br />

una sociedad nueva.<br />

Gustavo Jalkh Röbens<br />

MINISTRO DE JUSTICIA Y DERECHOS HUMANOS<br />

8


Presentación<br />

Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l Tribunal Constitucional<br />

En junio <strong>de</strong>l 2007, al llegar a la presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Tribunal Constitucional,<br />

me encontré con un panorama nada alentador: esta institución, lejos <strong>de</strong><br />

ser aquel magno recinto <strong>de</strong> garantía <strong>de</strong> la supremacía <strong>de</strong> la Constitución,<br />

con el que sueñan todos los constitucionalistas contemporáneos, era, en realidad,<br />

una instancia <strong>de</strong> gestión <strong>de</strong> los intereses corporativos <strong>de</strong> las elites <strong>de</strong>l<br />

po<strong>de</strong>r y un cuarto <strong>de</strong> a lado <strong>de</strong> los partidos tradicionales.<br />

Aunque asumí con entusiasmo la tarea <strong>de</strong> darle al Tr i b u n a l<br />

Constitucional la dignidad y el lustre que <strong>de</strong>be tener una instancia <strong>de</strong> esta<br />

naturaleza en el contexto <strong>de</strong>l cambio <strong>de</strong> época que vivimos, muy pronto me<br />

di cuenta que no bastaba con cambiar las formalida<strong>de</strong>s para crear un control<br />

constitucional respetable y eficaz. Paralelamente, era necesaria una<br />

revolución cultural, un cambio <strong>de</strong> mentalidad, que permitiera superar la<br />

cultura jurídica legalista imperante en Ecuador, para adoptar el llamado<br />

mo<strong>de</strong>lo constitucional garantista o sustancial1 que hiciera posible la supremacía<br />

<strong>de</strong> la Constitución y la prevalencia <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> los ciudadanos.<br />

Como se sabe, este paradigma Constitucional preten<strong>de</strong> convertir la<br />

Carta Fundamental en la “norma suprema” <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>namiento a través <strong>de</strong> la<br />

subordinación <strong>de</strong> todos los po<strong>de</strong>res públicos y <strong>de</strong> los particulares a la<br />

Constitución, y la garantía real <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> las personas por medio<br />

<strong>de</strong> un sistema <strong>de</strong> justicia eficaz, in<strong>de</strong>pendiente y especializado. Y es justamente<br />

este mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Constitución el que aprobó la Asamblea<br />

Constituyente, a iniciativa, entre otros, <strong>de</strong>l actual Tribunal Constitucional.<br />

Por supuesto, la adopción <strong>de</strong> tal tipo <strong>de</strong> Estado tiene consecuencias<br />

tanto en el plano social como en el terreno <strong>de</strong> la teoría jurídica. En el plano<br />

1 Sobre el particular, Ver: L. Ferrajoli, Derecho y razón, Madrid, Editorial Trotta, 1989.<br />

9


social, la asunción <strong>de</strong> dicho mo<strong>de</strong>lo genera una verda<strong>de</strong>ra revolución <strong>de</strong> la<br />

relación entre la Sociedad y el Estado ya que, una vez que se toma como<br />

propio el constitucionalismo garantista, la ciudadanía cambia <strong>de</strong> papel frente<br />

al texto <strong>de</strong> la Constitución y todas las personas se transforman en intérpretes<br />

y garantes <strong>de</strong> la Constitución. Por su parte, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva teórica,<br />

la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> la Asamblea Constituyente implica la eliminación <strong>de</strong>l<br />

Estado legislativo; el establecimiento <strong>de</strong> una verda<strong>de</strong>ra “jurisdicción” constitucional,<br />

que garantice la normatividad <strong>de</strong> la Constitución y permita el<br />

ejercicio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos 2 ; y la adopción <strong>de</strong> una nueva teoría <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho que<br />

asuma la función crítica y no solamente <strong>de</strong>scriptiva <strong>de</strong> lo jurídico 3 .<br />

En Ecuador no hay aún disponible una literatura nacional que facilite<br />

este empeño y permita enten<strong>de</strong>r la urgencia <strong>de</strong> estos cambios sociales y normativos.<br />

En nuestro país, la teoría <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho y el <strong>de</strong>recho constitucional<br />

siguen, por <strong>de</strong>sgracia, anclados a los presupuestos i<strong>de</strong>ológicos, teóricos y<br />

metodológicos <strong>de</strong>l positivismo jurídico y, por tanto, el constitucionalismo<br />

emancipador y la teoría crítica <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho son todavía una rareza bibliográfica<br />

solo asequible a unos pocos entendidos.<br />

No existe en el Ecuador un análisis sistemático y crítico <strong>de</strong>l constitucionalismo<br />

histórico ecuatoriano y mucho menos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho constitucional<br />

contemporáneo. En el caso <strong>de</strong> la nueva Constitución, la polarización polí-<br />

2 Esto a pesar que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1945 las constituciones ecuatorianas incorporan alguna forma <strong>de</strong> control<br />

judicial <strong>de</strong> la constitucionalidad, nunca, hasta ahora, ese control fue “eficaz “ y jamás estuvo vinculado<br />

con las necesida<strong>de</strong>s y expectativas <strong>de</strong> justicia <strong>de</strong> la población. Y no ha sido eficaz por varias<br />

razones: a) en primer lugar, hasta hace muy poco, hasta 1996, el antiguo Tribunal <strong>de</strong> Garantías<br />

Constitucionales solo podía <strong>de</strong>clarar la inconstitucionalidad <strong>de</strong> aquellas normas jurídicas que “no”<br />

tuvieran carácter legislativo; b) En segundo lugar, porque la justicia constitucional ecuatoriana<br />

anterior a la nueva Constitución, tenía una conformación corporativa ya que sus miembros eran<br />

elegidos por el Congreso Nacional <strong>de</strong> ternas provenientes <strong>de</strong> distintas instancias corporativas, entre<br />

ellas los sindicatos y las cámaras <strong>de</strong> la producción; y, finalmente, porque c) los ciudadanos no tenían<br />

acceso a ésta justicia, <strong>de</strong>bido al carácter restringido <strong>de</strong> la legitimación activa en materia constitucional.<br />

3 Como se sabe, en la teoría jurídica hace ya tiempo que se consi<strong>de</strong>ra que el <strong>de</strong>recho es una disciplina<br />

argumentativa, no una ciencia exacta don<strong>de</strong> la lógica formal tenga absoluto predominio. Y eso<br />

es un punto esencial <strong>de</strong> la propuesta <strong>de</strong> justicia constitucional que promovió el Tribunal<br />

Constitucional, y uno <strong>de</strong> los puntos <strong>de</strong> conflicto con los <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong>l conservadurismo jurídico<br />

ecuatoriano que siguen anclados en un entendimiento anacrónico y recalcitrante <strong>de</strong>l positivismo<br />

teórico.<br />

10


tica y los intereses partidistas que estuvieron en juego empobrecieron el<br />

<strong>de</strong>bate constitucional que, hasta el momento, en la gran mayoría <strong>de</strong> los<br />

casos, se ha limitado a la explosión <strong>de</strong> lemas y lugares comunes, sin que exista<br />

hasta ahora un mínimo acercamiento serio y doctrinario sobre las implicaciones<br />

políticas, jurídicas y sociales <strong>de</strong> la nueva estructura constitucional.<br />

En este contexto, uno <strong>de</strong> los principales empeños institucionales <strong>de</strong>l<br />

Tribunal Constitucional es precisamente ayudar a llenar este vacío, para lo<br />

cual se requiere un intenso proceso pedagógico que consiga transformar la<br />

cultura jurídica <strong>de</strong> los ecuatorianos, parte <strong>de</strong>l cual incluye la creación <strong>de</strong><br />

un fondo <strong>de</strong> publicaciones que difunda al público, tanto especializado<br />

como general, la filosofía política y praxis jurídica <strong>de</strong>l Tribunal. Justamente,<br />

el primer resultado <strong>de</strong> este esfuerzo <strong>de</strong> divulgación teórica es este libro, auspiciado<br />

conjuntamente por <strong>Ministerio</strong> <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong> y el Tr i b u n a l<br />

Constitucional. Texto cuyas características principales y virtu<strong>de</strong>s quiero<br />

<strong>de</strong>stacar:<br />

a) Se trata <strong>de</strong>l primer acercamiento técnico al texto constitucional ecuatoriano<br />

<strong>de</strong>l 2008, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva jurídico crítica y emancipatoria.<br />

b) El libro tiene <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> sí, y no busca escon<strong>de</strong>rlo, su i<strong>de</strong>ología política. Se<br />

trata <strong>de</strong> un libro comprometido, en el que se asumen explícitamente los<br />

p resupuestos metodológicos <strong>de</strong> lo que en la literatura jurídica se conoce<br />

como el neoconstitucionalismo o constitucionalismo <strong>de</strong> los <strong>de</strong>re c h o s 4 .<br />

c) Es un compendio <strong>de</strong> teoría jurídica pues tiene una vali<strong>de</strong>z práctica<br />

envidiable. Aborda los principales problemas jurídicos y políticos <strong>de</strong> la<br />

nueva Constitución y aporta i<strong>de</strong>as generales para el <strong>de</strong>sarrollo posterior<br />

<strong>de</strong> la doctrina constitucional.<br />

4 El neoconstitucionalismo es una i<strong>de</strong>ología, una teoría jurídica y una praxis social que busca establecer<br />

a los <strong>de</strong>rechos fundamentales, como el eje central <strong>de</strong>l sistema jurídico, y como sustento <strong>de</strong><br />

fundamentación y legitimidad <strong>de</strong>l Estado. Para ello, coloca a la Constitución como nuevo or<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong> valores que <strong>de</strong>ja atrás su función formal para convertirse en la norma orientadora y en el fundamento<br />

<strong>de</strong> la convivencia ciudadana <strong>de</strong> nuestros días. El neoconstitucionalismo preten<strong>de</strong>, entonces,<br />

perfeccionar al Estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, sometiendo todo po<strong>de</strong>r (legislador y ejecutivo, incluidos)<br />

a la Constitución y apelando a la constitucionalidad y no a la legalidad; vale <strong>de</strong>cir, que coloca a la<br />

jurisdicción constitucional como garante y última instancia <strong>de</strong> cualquier materia jurídica a evaluar<br />

y <strong>de</strong>cidir vicisitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> una nueva realidad política, económica y social.<br />

11


d) Está escrito a partir <strong>de</strong> la experiencia directa <strong>de</strong> los autores en el proceso<br />

constituyente, pues todos los que escriben en él fueron, en algún<br />

momento, protagonistas indirectos <strong>de</strong> la Asamblea Constituyente <strong>de</strong>l<br />

2008.<br />

e) Es un libro plural y joven, porque sus autores son jóvenes constitucionalistas<br />

ecuatorianos y extranjeros que, por su condición, aportan una<br />

visión diversa <strong>de</strong>l proceso constituyente ecuatoriano 2008, a partir <strong>de</strong><br />

su propia experiencia personal.<br />

f) Es un libro multipropósito, porque si bien fue redactado en un lenguaje<br />

sencillo, que resalta lo positivo e innovador <strong>de</strong>l nuevo texto constitucional,<br />

y analiza los aspectos más controvertidos <strong>de</strong> la Constitución,<br />

está escrito con el rigor técnico necesario para que interese a los especialistas.<br />

En <strong>de</strong>finitiva, estoy seguro que el texto que usted tiene en sus manos se<br />

convertirá en un valioso instrumento <strong>de</strong> análisis que dará pistas sobre algunos<br />

<strong>de</strong> los principales <strong>de</strong>safíos políticos y jurídicos <strong>de</strong> este proceso <strong>de</strong> transición<br />

que esperamos culmine con un cambio <strong>de</strong> época, esto es con una<br />

<strong>de</strong>mocracia para el siglo XXI: incluyente, participativa, garantista y profundamente<br />

humanista.<br />

Patricio Pazmiño Freire<br />

PRESIDENTE DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL<br />

12


Prólogo<br />

Roberto Gargarella<br />

La Constitución para el Ecuador se inscribe entre las varias e importantes<br />

iniciativas tomadas en la región, en los años recientes, <strong>de</strong>stinadas a<br />

reorganizar institucionalmente a nuestras comunida<strong>de</strong>s. El valor <strong>de</strong> este<br />

tipo <strong>de</strong> iniciativas se asienta en varias razones, que nos hablan <strong>de</strong> todo lo<br />

que hemos aprendido –y todo lo que aún nos resta por apren<strong>de</strong>r– en materia<br />

constitucional.<br />

En primer lugar, reformas <strong>constitucionales</strong> como la que aquí se examinan<br />

representan un <strong>de</strong>safío a la i<strong>de</strong>a establecida –y tradicionalmente incuestionada–<br />

conforme a la cual los problemas y venturas <strong>de</strong> nuestros países se<br />

vinculan con cuestiones sociales, económicas, políticas, culturales, pero<br />

nunca con temas institucionales.<br />

Prestar atención a la Constitución es un modo <strong>de</strong> reconocer, entonces,<br />

que parte <strong>de</strong> nuestras <strong>de</strong>sdichas, y parte <strong>de</strong> las soluciones a nuestras penas,<br />

se relacionan con los modos en que diseñamos nuestra estructura institucional<br />

básica. Afirmar esto, por supuesto, no implica la ingenuidad <strong>de</strong> afirmar<br />

lo opuesto, es <strong>de</strong>cir, consi<strong>de</strong>rar que cambiando la Constitución terminamos<br />

con la pobreza, con la <strong>de</strong>sigualdad, con la inestabilidad política, con los<br />

rezagos económicos que acosan a Latinoamérica. No. Se trata <strong>de</strong> colocar las<br />

cosas en su lugar: las Constituciones importan, porque pue<strong>de</strong>n facilitarnos<br />

la salida <strong>de</strong> una crisis, o retrasar el ingreso a ella; importan porque pue<strong>de</strong>n<br />

ser condición necesaria o <strong>de</strong>tonante <strong>de</strong> cambios sociales mayores; importan<br />

porque pue<strong>de</strong>n fijar i<strong>de</strong>ales y aspiraciones alcanzables y <strong>de</strong>seables; importan<br />

porque pue<strong>de</strong>n representar pequeños pero <strong>de</strong>cisivos pasos en pos <strong>de</strong> la autonomía<br />

individual y el autogobierno colectivo.<br />

La mayoría <strong>de</strong> nuestras nuevas Constituciones ganan en valor por el<br />

modo en que se toman en serio tanto los aspectos <strong>de</strong>mocráticos, como<br />

13


los relacionados con <strong>de</strong>rechos, <strong>de</strong> nuestra estructura institucional. Es<br />

d e c i r, hemos aprendido a re c o n o c e r, por un lado, que tiene sentido ajustar<br />

las tuercas y tornillos <strong>de</strong> nuestra maquinaria <strong>de</strong>mocrática, como que<br />

tiene hacerlo <strong>de</strong> un modo favorable a la intervención cívica en política:<br />

la política –nos interesa afirmar– es nuestra, <strong>de</strong> todos, y no <strong>de</strong> un gru p o ,<br />

o <strong>de</strong> una clase, o <strong>de</strong> los “ricos y bien nacidos” <strong>de</strong> los que se hablaba en<br />

el lenguaje constitucional <strong>de</strong> hace dos siglos –en la práctica, hace no<br />

tanto tiempo. Nuestras nuevas Constituciones son conscientes <strong>de</strong> ello y<br />

tal como la Constitución que aquí se analiza, insisten inequívo c a m e n t e<br />

en la urgencia <strong>de</strong> la inclusión social, tanto como en la apertura <strong>de</strong> nuevos<br />

y mayo res espacios para el activismo ciudadano. Por otro lado, esta<br />

re valorización <strong>de</strong> la política <strong>de</strong>mocrática, mayoritaria, viene <strong>de</strong> la mano<br />

<strong>de</strong> la reafirmación <strong>de</strong> nuestro compromiso con los <strong>de</strong>rechos que corre spon<strong>de</strong>n<br />

a todos y a cada individuo. Las largas y <strong>de</strong>talladas listas <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos<br />

individuales, sociales, económicos y culturales que incluyen nuestras<br />

nuevas Constituciones re p resentan, en tal sentido, una re a c c i ó n<br />

f rente a un constitucionalismo que, más que austero, era ava ro; más que<br />

mo<strong>de</strong>rado, reaccionario, un constitucionalismo que, con razón, podía<br />

ser acusado <strong>de</strong> estar al servicio <strong>de</strong> unos pocos, <strong>de</strong> sus privilegios y sus<br />

p ro p i e d a d e s .<br />

Este nuevo constitucionalismo regional, por lo <strong>de</strong>más, reafirma que<br />

hemos comenzado a reconocer, en este último tiempo, que pequeñas y aburridas<br />

reformas procesales pue<strong>de</strong>n gravitar extraordinariamente en nuestro<br />

acceso, individual y grupal, a la justicia; en la trasformación <strong>de</strong> una justicia<br />

<strong>de</strong> clase en una justicia forzada a aten<strong>de</strong>r los problemas <strong>de</strong> cualquiera; en el<br />

reconocimiento <strong>de</strong> nuestros intereses difusos, colectivos, compartidos.<br />

Por lo <strong>de</strong>más, a fuerza <strong>de</strong> violencias y abusos cotidianos, cometidos por<br />

manos públicas y privadas, comenzamos a valorar el sentido <strong>de</strong>l garantismo<br />

legal, y a asegurar las bases <strong>de</strong>l cuidado <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bido proceso para todos: los<br />

amigos y los que no lo son. Hemos comenzado a reconocer, por lo <strong>de</strong>más,<br />

la importancia <strong>de</strong> mirar a nuestras socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los ojos <strong>de</strong> los más <strong>de</strong>sfavorecidos.<br />

Y por ello, nuestras constituciones se muestran más sensibles,<br />

por fin, a los <strong>de</strong>rechos, prácticas y tradiciones <strong>de</strong> sus comunida<strong>de</strong>s originarias,<br />

y mejor predispuestas a proteger y satisfacer las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> grupos<br />

y minorías habitualmente perseguidas.<br />

14


También forma parte <strong>de</strong> nuestro aprendizaje regional el rescate <strong>de</strong>l valor<br />

<strong>de</strong>l medioambiente, el reconocimiento <strong>de</strong> los problemas que afectan a nuestras<br />

aguas y tierras, la necesidad <strong>de</strong> evitar a toda costa la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong><br />

nuestros recursos naturales. Hemos aprendido que nuestra vida en común<br />

es tan importante como el valor <strong>de</strong> las vidas <strong>de</strong> las generaciones que vendrán<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> nosotros. Hemos aprendido que todas estas vidas <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong> la calidad <strong>de</strong>l ámbito natural en el que nos movemos (la calidad <strong>de</strong>l<br />

ámbito natural en el que queremos seguir moviéndonos) y que, por tanto,<br />

él mismo no pue<strong>de</strong> ser tratado como una mercancía más, al alcance <strong>de</strong>l<br />

mejor postor, sujeto a los vaivenes <strong>de</strong>l mercado, abierto a su uso y abuso,<br />

dispuesto sin más para su explotación y saqueo. Y, a<strong>de</strong>más, hemos empezado<br />

a abrazar, <strong>de</strong>cididamente, perspectivas que trascien<strong>de</strong>n las <strong>de</strong> nuestras<br />

propias fronteras, reconociendo que el cuidado <strong>de</strong> nuestras vidas, nuestras<br />

<strong>de</strong>mocracias y nuestros <strong>de</strong>rechos necesitan, <strong>de</strong> modo muy especial <strong>de</strong> la<br />

ayuda posible, <strong>de</strong>seable y alcance, <strong>de</strong> las <strong>de</strong>más naciones latinoamericanas.<br />

¿Cuánto nos falta apren<strong>de</strong>r todavía, en temas <strong>constitucionales</strong>?, ¿cuántas<br />

materias tenemos pendientes, y cuántas seguimos reprobando?, ¿cuántas<br />

preguntas nos falta por respon<strong>de</strong>r y cuántas aún no nos hemos siquiera<br />

planteado?, ¿cuántos problemas hemos respondido o planteado mal, ¿cuántos<br />

no hemos querido ver, cuántos nos hemos ocultado? Es difícil <strong>de</strong>cirlo,<br />

pero el ejercicio <strong>de</strong> reflexión sigue siendo importante.<br />

En tal sentido, aquí va una lista posible <strong>de</strong> cuestiones sobre las que,<br />

según entiendo, los latinoamericanos tenemos que meditar con más cuidado<br />

y <strong>de</strong>cisión. Hemos optado por un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> constitucionalismo <strong>de</strong>tallado<br />

y minucioso, en respuesta a imperdonables olvidos, omisiones y fracasos<br />

<strong>constitucionales</strong>, una <strong>de</strong> las posibilida<strong>de</strong>s que teníamos abierta frente a<br />

nosotros. De todos modos, merece que nos preguntemos si la parquedad<br />

constitucional que combatimos no es compatible, también, con un constitucionalismo<br />

progresista y <strong>de</strong> avanzada. Necesitamos volver a plantearnos,<br />

por lo <strong>de</strong>más, el valor <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>ncialismo, su contribución a la transformación<br />

social y a la estabilidad política <strong>de</strong> la región, su relación <strong>de</strong> amistad o<br />

<strong>de</strong>finitiva tensión con los i<strong>de</strong>ales participativos que proclamamos.<br />

El conocimiento académico acumulado en la materia es extraordinario,<br />

y no po<strong>de</strong>mos darnos el lujo <strong>de</strong> ignorarlo. Necesitamos seguir pensando en<br />

Latinoamérica, como en todo el mundo, sobre los <strong>de</strong>talles <strong>de</strong>l mecanismo<br />

15


<strong>de</strong> “frenos y contrapesos” que hemos escogido; los modos <strong>de</strong> la interpretación<br />

constitucional; el valor <strong>de</strong> que la “última palabra” constitucional siga<br />

estando en boca <strong>de</strong>l pueblo. Necesitamos reflexionar sobre los modos capaces<br />

<strong>de</strong> transformar las oportunida<strong>de</strong>s e invitaciones a la participación colectiva,<br />

en acciones efectivas, propias <strong>de</strong> la intervención mayoritaria: ¿Cómo<br />

fomentar la virtud cívica que tales acciones requieren?, ¿qué particulares<br />

incentivos pue<strong>de</strong>n tornar realidad cotidiana el compromiso público con la<br />

política?, ¿qué nuevos foros necesitan las energías cívicas que hoy encallan<br />

en tierra seca?<br />

Todos nosotros, los que estamos comprometidos con el valor <strong>de</strong> la política<br />

mayoritaria, <strong>de</strong>bemos esforzarnos por asegurar que nunca se <strong>de</strong>sate el<br />

nudo que merece vincular a la participación con la <strong>de</strong>liberación, informada,<br />

transparente y accesible a todos: la participación sin <strong>de</strong>liberación es<br />

manipulable; la <strong>de</strong>liberación sin participación es el gobierno <strong>de</strong> las elites.<br />

Necesitamos trabajar por el igualitarismo económico, que haga posible y le<br />

dé sentido a la política colectiva. Necesitamos empezar a escuchar a las<br />

voces que habitualmente han sido silenciadas o no hemos querido o sabido<br />

escuchar. Necesitamos seguir aprendiendo, unos <strong>de</strong> otros, como seguimos<br />

necesitando, cada uno, <strong>de</strong> la fraternal ayuda <strong>de</strong> todos los <strong>de</strong>más.<br />

16


1<br />

Principios, <strong>Derechos</strong> y Garantías


<strong>Derechos</strong>: enunciación y principios <strong>de</strong> aplicación<br />

Marco Aparicio Wilhelmi*<br />

Sumario<br />

I. Introducción: el Ecuador como Estado constitucional <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos. II.<br />

<strong>Derechos</strong> y constitucionalismo material. III. Los principios <strong>de</strong> aplicación<br />

como anclajes <strong>de</strong> un sistema <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos. IV. Los <strong>de</strong>rechos como herramientas<br />

para una inclusión igualitaria<br />

I. Introducción:<br />

el Ecuador como Estado constitucional <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos<br />

Una <strong>de</strong> las primeras cuestiones que saltan a la vista al analizar el contenido<br />

<strong>de</strong> la nueva Constitución es el extraordinario peso que el texto conce<strong>de</strong> a los<br />

<strong>de</strong>rechos. Los títulos segundo y tercero que, respectivamente, recogen los<br />

<strong>de</strong>rechos y sus garantías, compren<strong>de</strong>n ochenta y cinco artículos, casi la<br />

quinta parte <strong>de</strong>l total. Pero lo más importante es que el protagonismo no<br />

solo es numérico sino que va mucho más allá.<br />

En primer lugar, se trata <strong>de</strong> una centralidad fundamentada en la osadía<br />

con la que se asume no un mero listado <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, sino un renovado y<br />

* Profesor <strong>de</strong> Derecho Constitucional en la Universidad <strong>de</strong> Girona. marco.aparicio@udg.edu<br />

19


MA R C O APA R I C I O WI L H E L M I<br />

renovador discurso <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, que <strong>de</strong>ja atrás el verso dominante que<br />

ha llevado a su <strong>de</strong>sustancialización, a la pérdida <strong>de</strong> su capacidad <strong>de</strong> confrontación<br />

y <strong>de</strong> cambio.<br />

En segundo término y relacionado con lo anterior, existe una obstinada<br />

<strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> asegurar la efectividad <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos. El texto constitucional<br />

no se limita a <strong>de</strong>clarar su existencia: abre cauces, establece procedimientos,<br />

concreta exigencias y prevé mecanismos para garantizar su cumplimento.<br />

La nueva Constitución incorpora garantías primarias, es <strong>de</strong>cir, establece<br />

mandatos y habilita a los po<strong>de</strong>res públicos, tanto Legislativo como<br />

Ejecutivo, para la puesta en marcha <strong>de</strong> las políticas que <strong>de</strong>ben generar las<br />

condiciones jurídicas y materiales <strong>de</strong> realización <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos. A tales<br />

garantías, se <strong>de</strong>dican íntegramente dos títulos: el sexto (“régimen <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo”)<br />

y séptimo (“régimen <strong>de</strong>l buen vivir”), que compren<strong>de</strong>n un total <strong>de</strong><br />

ciento cuarenta y ocho artículos. Por si éstas fallaran, se prevé un variado y<br />

bien armado régimen <strong>de</strong> garantías secundarias o jurisdiccionales, tanto en<br />

el ámbito <strong>de</strong> la Función Judicial como mediante distintas vías <strong>de</strong> acceso a<br />

la Corte Constitucional. Y, por último, el texto incorpora, explícitamente,<br />

mecanismos sociales <strong>de</strong> exigencia y control, por medio <strong>de</strong> la Función <strong>de</strong><br />

Transparencia y Control Social (capítulo quinto <strong>de</strong>l título IV), a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

las distintas formas <strong>de</strong> participación (capítulo primero <strong>de</strong>l título IV) y <strong>de</strong><br />

los <strong>de</strong>rechos que en sí mismos implican formas <strong>de</strong> exigencia y <strong>de</strong> control<br />

ciudadano (<strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> reunión y manifestación, <strong>de</strong> asociación, <strong>de</strong> expresión<br />

e información, etc.).<br />

En tercer lugar, la amplitud <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos recogidos coloca a la nueva<br />

Constitución en una posición <strong>de</strong> vanguardia, especialmente por la inclusión<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos esenciales <strong>de</strong> los que, sin embargo, apenas existen referentes<br />

normativos, como el <strong>de</strong>recho al agua o el <strong>de</strong>recho al hábitat.<br />

Pero más allá <strong>de</strong> esa riqueza, <strong>de</strong>staca por encima <strong>de</strong> todo la diversidad<br />

<strong>de</strong> sujetos. Los <strong>de</strong>rechos son referidos no solo a las personas individualmente<br />

consi<strong>de</strong>radas, sino que se consagra, <strong>de</strong> manera general, la dimensión<br />

colectiva <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos (artículos 10 y 11), sin perjuicio <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong><br />

un capítulo específico que contiene los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> “las comunida<strong>de</strong>s, pueblos<br />

y nacionalida<strong>de</strong>s” (capítulo cuarto <strong>de</strong>l título II). Por otro lado, se <strong>de</strong>dica<br />

un capítulo a los sujetos que merecen una atención prioritaria (capítulo<br />

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DE R E C H O S: E N U N C I A C I Ó N Y P R I N C I P I O S D E A P L I C A C I Ó N<br />

tercero <strong>de</strong>l título II), entre los que se encuentran las personas adultas mayores,<br />

jóvenes, niñas, niños y adolescentes, mujeres embarazadas, migrantes,<br />

personas con discapacidad o personas privadas <strong>de</strong> libertad.<br />

Por otra parte, como una <strong>de</strong> sus más sobresalientes noveda<strong>de</strong>s, la<br />

Constitución <strong>de</strong>l 2008 <strong>de</strong>dica un capítulo a los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> la naturaleza<br />

(capítulo séptimo <strong>de</strong>l título II). Con esta <strong>de</strong>cisión, la Asamblea<br />

Constituyente rompe con algunos <strong>de</strong> los esquemas más dogmáticos y conservadores<br />

en materia <strong>de</strong> titularidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, pues la entien<strong>de</strong> más allá<br />

<strong>de</strong> los seres humanos, abriendo así nuevas perspectivas sobre la concepción<br />

misma y la función <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos.<br />

Por último, el protagonismo <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, su consi<strong>de</strong>ración como<br />

verda<strong>de</strong>ro eje <strong>de</strong> todo la Constitución, se manifiesta con claridad en los<br />

principios generales <strong>de</strong> aplicación contemplados en el capítulo primero <strong>de</strong>l<br />

título II. Con precisión, el texto constitucional establece criterios llamados<br />

a evitar que los <strong>de</strong>rechos enunciados se que<strong>de</strong>n en meras aspiraciones, i<strong>de</strong>ales<br />

<strong>de</strong>smentidos en el contexto <strong>de</strong> las relaciones sociales y económicas y en<br />

el funcionamiento <strong>de</strong> las instituciones. Para ello, se consagran los principios<br />

<strong>de</strong> exigibilidad, tanto individual como colectiva, <strong>de</strong> igualdad, <strong>de</strong> directa e<br />

inmediata aplicabilidad, <strong>de</strong> plena justiciabilidad, la responsabilidad <strong>de</strong>l<br />

Estado tanto por las acciones como por las omisiones que provoquen vulneraciones<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, o el principio <strong>de</strong> no regresividad, que impi<strong>de</strong> cualquier<br />

acción u omisión que, <strong>de</strong> manera injustificada, menoscabe el contenido<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos ya reconocidos. A<strong>de</strong>más, se enuncia y <strong>de</strong>spués el sistema<br />

<strong>de</strong> garantías se encarga <strong>de</strong> asegurar, el carácter inalienable, irrenunciable,<br />

indivisible, inter<strong>de</strong>pendiente y la igual jerarquía <strong>de</strong> todos los <strong>de</strong>rechos.<br />

Como a continuación veremos, estos principios hablan <strong>de</strong> la <strong>de</strong>terminación<br />

con la que el texto constitucional consi<strong>de</strong>ra los <strong>de</strong>rechos y sus garantías; los<br />

<strong>de</strong>rechos se “toman en serio”, una seriedad que alcanza a todos los <strong>de</strong>rechos,<br />

sin distinciones.<br />

El hecho <strong>de</strong> que la nueva Constitución haya optado por separar los<br />

d e rechos en distintos capítulos no conlleva un trato diferente que implique<br />

una diferente jerarquía ni cuestiona la inter<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia que ha <strong>de</strong> vincular<br />

a todos los <strong>de</strong>rechos entre sí. En efecto, el título II contiene difere n t e s<br />

g rupos <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos: <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l buen vivir (capítulo segundo); <strong>de</strong>re c h o s<br />

<strong>de</strong> las personas y grupos <strong>de</strong> atención prioritaria (capítulo terc e ro); <strong>de</strong>re c h o s<br />

21


MA R C O APA R I C I O WI L H E L M I<br />

<strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s, pueblos y nacionalida<strong>de</strong>s (capítulo cuarto); <strong>de</strong>re c h o s<br />

<strong>de</strong> participación (capítulo quinto); <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> libertad (capítulo sexto);<br />

d e rechos <strong>de</strong> la naturaleza (capítulo séptimo); y <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> pro t e c c i ó n<br />

(capítulo octavo ) .<br />

Merece la pena subrayar que la terminología empleada, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ayudar<br />

a <strong>de</strong>finir con mayor claridad el contenido <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos a los que se<br />

refiere, sirve para reforzar la intención constituyente <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar atrás anteriores<br />

clasificaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos que sí han sido jerarquizantes. Al rechazar el<br />

empleo <strong>de</strong> la distinción entre <strong>de</strong>rechos civiles, políticos y sociales, se preten<strong>de</strong><br />

enterrar la doctrina <strong>de</strong> las generaciones y <strong>de</strong> la distinta estructura y valor<br />

que la lectura liberal dominante ha tratado <strong>de</strong> implantar dándola por<br />

supuesta. Así es: no se habla <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos civiles, <strong>de</strong>nominación muy vinculada<br />

a la tradición liberal <strong>de</strong>cimonónica, sino <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> libertad; por<br />

otra parte, se prefiere el término “<strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> participación” para subrayar<br />

el protagonismo activo <strong>de</strong> los distintos sujetos en la toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong>l<br />

ámbito político; asimismo, en lugar <strong>de</strong> hacer referencia a los tradicionalmente<br />

<strong>de</strong>bilitados <strong>de</strong>rechos sociales y económicos, se aporta la novedosa<br />

<strong>de</strong>nominación <strong>de</strong> “<strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l buen vivir”, la traducción <strong>de</strong>l sumak kawsay<br />

kichwa, que constata la presencia <strong>de</strong> las aportaciones <strong>de</strong> las culturas<br />

indígenas en la construcción <strong>de</strong> un proyecto <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo social centrado<br />

en una mejora <strong>de</strong> las condiciones <strong>de</strong> vida que no se <strong>de</strong>be medir en términos<br />

cuantitativos sino cualitativos.<br />

Los elementos recién expuestos, <strong>de</strong> manera general, vienen a llenar <strong>de</strong><br />

sentido la categorización que la nueva Constitución hace <strong>de</strong> la forma <strong>de</strong>l<br />

Estado, cuando se refiere al Ecuador como “Estado constitucional <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos”<br />

(art. 1). Se supera así la tradicional alusión a la conformación <strong>de</strong>l estado<br />

como “estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho”, anclada en la tradición liberal <strong>de</strong> sujeción <strong>de</strong><br />

los po<strong>de</strong>res públicos al or<strong>de</strong>namiento jurídico. El proyecto presupone esta<br />

sujeción pero va más allá y <strong>de</strong>fine al Estado ecuatoriano por su vinculación<br />

no al <strong>de</strong>recho sino a los <strong>de</strong>rechos. Con ello sitúa a sus titulares, a los sujetos,<br />

ya sean individuales o colectivos, como auténtica razón <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>l<br />

Estado y <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>namiento jurídico; como pieza básica, activa, y no como<br />

objeto <strong>de</strong> regulación. En <strong>de</strong>finitiva, con claridad, se marca el carácter instrumental<br />

<strong>de</strong> la organización política y <strong>de</strong> los mecanismos jurídicos para la<br />

protección <strong>de</strong> los intereses y la consecución <strong>de</strong> los proyectos <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> las<br />

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DE R E C H O S: E N U N C I A C I Ó N Y P R I N C I P I O S D E A P L I C A C I Ó N<br />

personas, <strong>de</strong> los grupos y <strong>de</strong> la naturaleza; se trata <strong>de</strong> las condiciones para la<br />

realización <strong>de</strong>l “buen vivir” o sumak kawsay que inunda el texto constitucional.<br />

II. <strong>Derechos</strong> y constitucionalismo material<br />

Merece la pena subrayar la trascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> las <strong>de</strong>cisiones adoptadas por la<br />

Asamblea Constituyente reunida en Montecristi. En efecto, como en ningún<br />

otro texto <strong>de</strong> la Constitución que analizamos, representa lo que ha<br />

venido a llamarse “neoconstitucionalismo”, entendiendo por tal aquél en el<br />

que las Constituciones “no se limitan a establecer competencias o a separar<br />

a los po<strong>de</strong>res públicos, sino que contienen altos niveles <strong>de</strong> normas «materiales»<br />

o sustantivas que condicionan la actuación <strong>de</strong>l Estado por medio <strong>de</strong><br />

la or<strong>de</strong>nación <strong>de</strong> ciertos fines y objetivos” 1 . Ejemplos <strong>de</strong> este nuevo constitucionalismo<br />

se suce<strong>de</strong>n especialmente a partir <strong>de</strong>l último tercio <strong>de</strong>l siglo<br />

pasado (España, 1978; Brasil, 1986; Colombia, 1991; Venezuela, 1999) y<br />

en el presente siglo con el texto constitucional boliviano <strong>de</strong> 2006, que se<br />

encuentra a la espera <strong>de</strong> su <strong>de</strong>finitiva aprobación en referéndum.<br />

El texto <strong>de</strong> Ciudad Alfaro supone una nueva vuelta <strong>de</strong> tuerca, un paso<br />

más en el camino <strong>de</strong> la “materialización” <strong>de</strong>l constitucionalismo, en directa<br />

confrontación con las ten<strong>de</strong>ncias cada vez más intensas que, en el marco <strong>de</strong><br />

los dictados <strong>de</strong>l proyecto neoliberal, potencian la procedimentalización <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>recho, es <strong>de</strong>cir, la reducción <strong>de</strong>l mismo, y con ella <strong>de</strong>l propio Estado, al<br />

papel <strong>de</strong> garante <strong>de</strong> un espacio, <strong>de</strong> formas o procedimientos, <strong>de</strong> negociación<br />

privada entre grupos <strong>de</strong> intereses 2 .<br />

1 M. Carbonell, “El neoconstitucionalismo en su laberinto”, en M. Carbonell (ed.), Teoría <strong>de</strong>l neoconstitucionalismo.<br />

Ensayos escogidos, Madrid, Trotta-IIJ (UNAM), 2007, p. 10.<br />

2 Sobre esta cuestión, Estévez Araujo señala que nos encontramos en un proceso caracterizado por<br />

“la transferencia en mayor o menor grado <strong>de</strong> la facultad <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminar el contenido <strong>de</strong> las normas<br />

jurídicas a los representantes <strong>de</strong> los grupos <strong>de</strong> intereses afectados. En esta modalidad, el Estado<br />

pue<strong>de</strong> reservarse más o menos po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> regulación <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión y aplicación: pue<strong>de</strong><br />

estar en condiciones <strong>de</strong> regular el proceso <strong>de</strong> negociación, pue<strong>de</strong> no ser sino una parte en ese<br />

mismo proceso, o pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar que los grupos <strong>de</strong> interés se auto-regulen y, luego, limitarse a poner<br />

el marchamo oficial a sus <strong>de</strong>cisiones”, J. A. Estévez Araujo, “La ciudadanía europea en el mundo<br />

<strong>de</strong> la globalización”, J. R. Capella (coord.), Transformaciones <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho en la mundialización,<br />

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MA R C O APA R I C I O WI L H E L M I<br />

El texto que analizamos reivindica el <strong>de</strong>recho constitucional como <strong>de</strong>recho<br />

axiológicamente comprometido, y no a partir <strong>de</strong> genéricos valores o<br />

principios consagrados <strong>de</strong> manera más o menos simbólica o difusa, sino a<br />

través <strong>de</strong> un prolijo listado <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, <strong>de</strong> un completo sistema <strong>de</strong> garantías<br />

y <strong>de</strong> un rico programa <strong>de</strong> intervención <strong>de</strong>l Estado en las condiciones<br />

que hacen posible la efectividad <strong>de</strong> tales <strong>de</strong>rechos.<br />

Como señala Ferrajoli, <strong>de</strong> entre los principios que generan la dimensión<br />

axiológica, sustancial, <strong>de</strong> los textos <strong>constitucionales</strong>, los más relevantes son<br />

los <strong>de</strong>rechos fundamentales, que conforman “vínculos sustanciales normativamente<br />

impuestos (...) tanto a las <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> la mayoría como <strong>de</strong>l libre<br />

mercado” y que no son el producto <strong>de</strong> autolimitaciones que consiente el<br />

Estado sino “<strong>de</strong>rechos hacia y, si es necesario, contra el Estado”, cuya protección<br />

constituye la causa <strong>de</strong>l pacto constitucional 3 . Los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>ben<br />

enten<strong>de</strong>rse, pues, en buena medida, como contrapo<strong>de</strong>res.<br />

Hablamos, así, <strong>de</strong> un pacto jurídico y político que expresa la soberanía<br />

popular en su dimensión constituyente, <strong>de</strong> ahí que el texto no se limite a<br />

establecer procedimientos sino que opte por condicionar materialmente lo<br />

que los po<strong>de</strong>res, públicos y privados, <strong>de</strong>ben hacer o <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> hacer. Por esta<br />

razón, la Constitución aprobada nos proporciona un texto <strong>de</strong> carácter abierto,<br />

resultado <strong>de</strong> un pacto político entre fuerzas heterogéneas. De ahí la ina<strong>de</strong>cuación<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados métodos <strong>de</strong> interpretación elaborados por el<br />

positivismo para la ley y la necesidad <strong>de</strong> manejar en su aplicación los criterios<br />

<strong>de</strong> pon<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos y bienes jurídicos o el juicio <strong>de</strong> proporcionalidad.<br />

En coherencia con el carácter marcadamente finalista <strong>de</strong>l texto otro<br />

<strong>de</strong> los criterios interpretativos imprescindibles será el criterio teleológico<br />

pues la nueva Constitución preten<strong>de</strong> fines para los que se arbitran procedi-<br />

Madrid, CGPJ, 1999, pp. 350-351.<br />

3 L. Ferrajoli, <strong>Derechos</strong> y garantías. La ley <strong>de</strong>l más débil, Madrid, Trotta, 2006, (5a ed.), pp. 52-53.<br />

De la omnipotencia <strong>de</strong>l legislador propia <strong>de</strong>l s. XIX se pasa a su sometimiento a principios y <strong>de</strong>rechos<br />

contenidos en la Constitución, auténtico cambio <strong>de</strong> paradigma que po<strong>de</strong>mos situar en el<br />

tiempo con el fin <strong>de</strong> la Segunda Guerra Mundial. “No se trata”, en palabras <strong>de</strong> Ferrajoli, “<strong>de</strong> eliminar<br />

o <strong>de</strong> poner en crisis la separación entre Derecho y moral realizada con el primer positivismo<br />

sino, por el contrario, <strong>de</strong> completar el paradigma positivista y al mismo tiempo el Estado <strong>de</strong><br />

Derecho. (...) El resultado es una alteración interna <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo positivista clásico (...). La jurisdicción<br />

ya no es la simple sumisión <strong>de</strong>l juez a la ley, sino también análisis crítico <strong>de</strong> su significado<br />

como medio <strong>de</strong> controlar o <strong>de</strong> su legitimidad constitucional”. Ibíd., pp. 66-67.<br />

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DE R E C H O S: E N U N C I A C I Ó N Y P R I N C I P I O S D E A P L I C A C I Ó N<br />

mientos, sin duda, pero, sobre todo, <strong>de</strong>rechos que son, al mismo tiempo,<br />

objetivos a cumplir y condiciones para la consecución <strong>de</strong> tales finalida<strong>de</strong>s.<br />

Todo lo anterior permite prever que la vigencia y aplicación <strong>de</strong> la<br />

Constitución ecuatoriana <strong>de</strong>l 2008 seguramente <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá, al menos en su<br />

fase inicial <strong>de</strong> andadura, <strong>de</strong> una activa participación <strong>de</strong> la Cort e<br />

Constitucional, como garante último <strong>de</strong> sus contenidos. Ahora bien, merece<br />

la pena advertir, <strong>de</strong>l mismo modo, que dicho protagonismo no <strong>de</strong>bería<br />

exten<strong>de</strong>rse hasta el punto <strong>de</strong> ensombrecer la centralidad <strong>de</strong> los procesos<br />

<strong>de</strong>liberativos en el marco <strong>de</strong> la Función Legislativa, representación directa<br />

<strong>de</strong> la soberanía popular.<br />

En <strong>de</strong>finitiva, a través <strong>de</strong> la nueva Constitución las asambleístas y los<br />

asambleístas <strong>de</strong> Ciudad Alfaro expresan una firme voluntad <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocratización<br />

material <strong>de</strong> la sociedad. En sus <strong>de</strong>cisiones late el rechazo <strong>de</strong> las visiones<br />

más procesuales <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong>mocrático y <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho constitucional,<br />

aquéllas que sitúan en el centro <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate los procedimientos para la toma<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones, olvidándose <strong>de</strong> las condiciones materiales que <strong>de</strong>ben garantizar<br />

que la participación sea verda<strong>de</strong>ramente plural. Tales condiciones materiales<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la efectividad <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, <strong>de</strong> todos ellos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su<br />

inter<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, su indivisibilidad y su igual jerarquía. Nos hablan, como<br />

hace De Sousa Santos, <strong>de</strong> un proceso social que asegure “la transformación<br />

<strong>de</strong> las relaciones <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r en relaciones <strong>de</strong> autoridad compartida” 4 .<br />

III. Los principios <strong>de</strong> aplicación como anclajes<br />

<strong>de</strong> un sistema <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos<br />

En su capítulo primero (título II), la nueva Constitución agrupa los principios<br />

que explican y dan coherencia sistémica al conjunto <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos constitucionalmente<br />

consagrados. Se trata <strong>de</strong> un listado completo <strong>de</strong> principios<br />

<strong>de</strong> aplicación, <strong>de</strong>terminante para la comprensión <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, tanto en<br />

el plano <strong>de</strong> sus garantías primarias como secundarias. Ya se han enunciado<br />

4 Así <strong>de</strong>fine De Sousa Santos el principio <strong>de</strong>mocrático visto, necesariamente, como proceso social.<br />

B. De Sousa Santos, La globalización <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho. Los nuevos caminos <strong>de</strong> la regulación y la emancipación,<br />

Bogotá, ILSA, 2002, p. 34.<br />

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MA R C O APA R I C I O WI L H E L M I<br />

anteriormente algunos <strong>de</strong> los principios más relevantes. Precisaremos ahora,<br />

<strong>de</strong> manera sucinta, su significación.<br />

La lectura <strong>de</strong>l listado <strong>de</strong> principios <strong>de</strong> aplicación nos arroja como primera<br />

conclusión que, en materia <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, la voluntad constituyente<br />

supone una <strong>de</strong>cidida reacción frente al carácter meramente programático,<br />

<strong>de</strong>clarativo <strong>de</strong>l reconocimiento <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos. Como sabemos, una <strong>de</strong> las<br />

carencias más significativas y preocupantes <strong>de</strong>l constitucionalismo <strong>de</strong> los<br />

últimos tiempos ha sido que la incorporación <strong>de</strong> nuevos <strong>de</strong>rechos, especialmente<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos sociales, económicos, culturales y ambientales, se ha producido<br />

a cambio <strong>de</strong> <strong>de</strong>bilitar, cuando no <strong>de</strong> hacer <strong>de</strong>saparecer, los mecanismos<br />

que aseguran su exigibilidad, esto es, su propio carácter constitucional.<br />

Como es conocido, la progresiva consagración <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos como<br />

auténticos <strong>de</strong>rechos <strong>constitucionales</strong> solo se ha perfeccionado, cuando así<br />

ha sido, respecto <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos más vinculados a los ámbitos civil y político.<br />

Los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> los ámbitos económico, social, cultural y ambiental,<br />

salvo excepciones como el <strong>de</strong>recho a la educación (en algunos textos y con<br />

matices), aunque formalmente incorporados al corpus constitucional a<br />

menudo han sido vaciados <strong>de</strong> garantías, hasta el punto <strong>de</strong> llegar a per<strong>de</strong>r la<br />

propia esencia constitucional, esto es, su especial capacidad <strong>de</strong> resistencia<br />

frente a la actuación <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res públicos y privados, incluida la propia<br />

Asamblea Legislativa. Esta capacidad <strong>de</strong> resistencia constitucional, obviamente,<br />

<strong>de</strong>be alcanzar la posibilidad <strong>de</strong> acce<strong>de</strong>r a órganos judiciales in<strong>de</strong>pendientes<br />

cuando cualquiera <strong>de</strong> los sujetos obligados, públicos o privados,<br />

incurre en vulneración <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, ya sea por acción o por omisión. Pues<br />

bien, la mayor parte <strong>de</strong> textos <strong>constitucionales</strong> (a partir <strong>de</strong> la interpretación<br />

que <strong>de</strong> los mismos se ha acabado imponiendo) han <strong>de</strong>sdibujado hasta<br />

hacerla irreconocible esta segunda dimensión constitucional que <strong>de</strong>bería<br />

referirse a todos los <strong>de</strong>rechos por igual.<br />

Frente a la <strong>de</strong>valuación <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos sociales y las razones esgrimidas<br />

por el discurso dominante, han surgido voces críticas que, al margen <strong>de</strong><br />

apuntar la necesidad <strong>de</strong> cambios <strong>constitucionales</strong>, han sabido avanzar en<br />

formas <strong>de</strong> exigibilidad, acogidas en algunos pronunciamientos jurispru<strong>de</strong>nciales,<br />

y en una fundamentación teórica que pone <strong>de</strong> manifiesto el carácter<br />

en buena medida prejuicioso y político <strong>de</strong> los pretendidos motivos “técnicos”<br />

o estructurales que aconsejarían mantener la división, jerárquica al fin,<br />

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DE R E C H O S: E N U N C I A C I Ó N Y P R I N C I P I O S D E A P L I C A C I Ó N<br />

entre <strong>de</strong>rechos civiles y políticos, <strong>de</strong> un lado, y <strong>de</strong>rechos sociales, económicos,<br />

culturales y ambientales 5 , por otro.<br />

Pues bien, el texto constitucional que analizamos reacciona frente a la<br />

situación recién <strong>de</strong>scrita con precisión y contun<strong>de</strong>ncia e incorpora, referidos<br />

a todos los <strong>de</strong>rechos sin distinción, los principios <strong>de</strong> exigibilidad, tanto<br />

individual como colectiva, <strong>de</strong> directa e inmediata aplicabilidad y <strong>de</strong> plena<br />

justiciabilidad (numeral tercero <strong>de</strong>l art. 11). Con ello, se cierra el paso a<br />

toda interpretación que busque <strong>de</strong>rivar la efectividad <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos<br />

consagrados a su posterior configuración legal, amparándose en razones<br />

<strong>de</strong> disponibilidad económica o <strong>de</strong> respeto <strong>de</strong> la discrecionalidad <strong>de</strong>l<br />

legislador a la hora <strong>de</strong> configurar el contenido amparado por los <strong>de</strong>rechos<br />

“<strong>de</strong>clarados” en el texto constitucional.<br />

Al referirse a la aplicabilidad directa e inmediata <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, se<br />

hace re f e rencia no solo a los consagrados constitucionalmente, sino también<br />

a los establecidos en los instrumentos internacionales <strong>de</strong> <strong>de</strong>re c h o s<br />

humanos, lo que incluye los <strong>de</strong>rechos contenidos en Declaraciones <strong>de</strong><br />

d e rechos humanos aprobadas por el Estado ecuatoriano, siempre y cuando<br />

contengan <strong>de</strong>rechos no previstos en el texto constitucional o un nivel <strong>de</strong><br />

p rotección más amplio que el dispuesto por el or<strong>de</strong>namiento interno. A<br />

esta previsión hay que añadirle la prevista por el numeral séptimo, conforme<br />

a la que “el reconocimiento <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos y garantías establecidos en<br />

la Constitución y en los instrumentos internacionales <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos<br />

no excluirá los <strong>de</strong>más <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> la dignidad <strong>de</strong> las personas,<br />

comunida<strong>de</strong>s, pueblos y nacionalida<strong>de</strong>s, que sean necesarios para su<br />

pleno <strong>de</strong>senvo l v i m i e n t o”. Se trata <strong>de</strong> la alusión a la existencia <strong>de</strong> <strong>de</strong>re c h o s<br />

implícitos. Para pre s e rvar su dimensión garantista este precepto, por lo<br />

<strong>de</strong>más común en la tradición constitucional latinoamericana, <strong>de</strong>bería ser<br />

i n t e r p retado como reconocimiento no <strong>de</strong> cualquier <strong>de</strong>recho no enunciado<br />

sino <strong>de</strong> aquellos que se <strong>de</strong>riven con claridad <strong>de</strong> los va l o res y principios contenidos<br />

en la Constitución.<br />

5 Merece la pena acudir a las obras <strong>de</strong> G. Pisarello, Los <strong>de</strong>rechos sociales y sus garantías. Elementos para<br />

una reconstrucción, Madrid, Trotta, 2007, <strong>de</strong> V. Abramovich y <strong>de</strong> Ch. Courtis, Los <strong>de</strong>rechos sociales<br />

como <strong>de</strong>rechos exigibles, Madrid, Trotta, 2004. Ver también A. Baldasarre, Los <strong>de</strong>rechos sociales,<br />

Bogotá, Universidad Externado, 2001. Como marco general, sin duda, L. Ferrajoli, <strong>Derechos</strong> y<br />

garantías..., ob. cit.<br />

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MA R C O APA R I C I O WI L H E L M I<br />

Las anteriores previsiones se complementan con una <strong>de</strong>claración general<br />

sobre el carácter inalienable, irrenunciable, indivisible, inter<strong>de</strong>pendiente<br />

y la igual jerarquía <strong>de</strong> todos los <strong>de</strong>rechos. Debe <strong>de</strong>stacarse que hasta el<br />

momento ningún texto constitucional ha recogido <strong>de</strong> manera tan clara y<br />

directa principios que apenas han logrado aparecer en el <strong>de</strong>recho internacional<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos hasta tiempos muy recientes y gracias al trabajo<br />

<strong>de</strong> las relatoras y relatores especiales <strong>de</strong> Naciones Unidas (NNUU), al<br />

Comité DESC <strong>de</strong> NNUU por medio <strong>de</strong> sus observaciones generales, o a<br />

textos como el la “Declaración y el Programa <strong>de</strong> Acción <strong>de</strong> Viena” (1993),<br />

firmada por 171 países que se comprometen a <strong>de</strong>sarrollar un plan para fortalecer<br />

la aplicación <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos partiendo <strong>de</strong> la universalidad,<br />

indivisibilidad e inter<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos civiles, culturales, económicos,<br />

políticos y sociales.<br />

En virtud <strong>de</strong> tales principios, los <strong>de</strong>rechos <strong>constitucionales</strong> no pue<strong>de</strong>n<br />

ser sustraídos o suspendidos individual o colectivamente sino es en virtud<br />

<strong>de</strong> las propias previsiones <strong>constitucionales</strong>; no pue<strong>de</strong>n ser, igualmente, objeto<br />

<strong>de</strong> renuncia previa por parte <strong>de</strong> sus titulares, <strong>de</strong> modo que en ninguna<br />

relación jurídica una <strong>de</strong> las partes podrá preten<strong>de</strong>r que la otra parte prescinda<br />

<strong>de</strong> ejercer alguno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos reconocidos por la Constitución.<br />

El principio <strong>de</strong> indivisibilidad <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos pue<strong>de</strong> aludir a dos<br />

dimensiones. Por un lado, pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos,<br />

perspectiva <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la que se exige que su cumplimiento se realice <strong>de</strong><br />

manera íntegra. En otras palabras, el contenido <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos es uno y no<br />

conoce <strong>de</strong> términos medios: cualquier menoscabo supone su vulneración.<br />

Pero es la dimensión conjunta <strong>de</strong> la indivisibilidad la más relevante: todos<br />

los <strong>de</strong>rechos, <strong>de</strong> manera inescindible, forman parte <strong>de</strong> un cuerpo integral <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>rechos que comparten las mismas características axiológicas y estructurales.<br />

Son <strong>de</strong>rechos, si se quiere, “híbridos”, pues todos ellos, cada uno con<br />

distintos matices e intensida<strong>de</strong>s, comportan las mismas obligaciones por<br />

parte <strong>de</strong> los po<strong>de</strong>res públicos y privados: obligaciones tanto <strong>de</strong> abstención<br />

como <strong>de</strong> prestación, <strong>de</strong> acción y <strong>de</strong> omisión, y en parte onerosas y en parte<br />

no onerosas.<br />

La indivisibilidad, así entendida, se engarza directamente con los principios<br />

<strong>de</strong> inter<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y <strong>de</strong> igual jerarquía, frecuentemente esgrimidos<br />

por quienes han perseguido una verda<strong>de</strong>ra constitucionalización <strong>de</strong> los<br />

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DE R E C H O S: E N U N C I A C I Ó N Y P R I N C I P I O S D E A P L I C A C I Ó N<br />

<strong>de</strong>rechos sociales, económicos, culturales y ambientales. En efecto, se ha<br />

insistido, y la práctica <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos así lo ha venido a constatar, que difícilmente<br />

los <strong>de</strong>rechos pue<strong>de</strong>n enten<strong>de</strong>rse como compartimentos estancos.<br />

La efectividad <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho redunda en la efectividad <strong>de</strong>l resto; el incumplimiento<br />

<strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho afecta directamente en las condiciones <strong>de</strong> ejercicio<br />

<strong>de</strong>l resto. Del disfrute <strong>de</strong> una vivienda digna <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> la efectividad <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos<br />

como la libertad <strong>de</strong> resi<strong>de</strong>ncia o <strong>de</strong> circulación y la intimidad personal<br />

y familiar, por hacer referencia a <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l ámbito civil. Cualquier restricción<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho a la asistencia sanitaria pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>rivar en una afectación<br />

directa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho a la integridad física e incluso <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho a la vida 6 .<br />

El corolario <strong>de</strong> los principios recién expuestos es el rechazo <strong>de</strong> cualquier<br />

tipo <strong>de</strong> relación jerárquica entre los <strong>de</strong>rechos. Con la inclusión <strong>de</strong> este principio,<br />

el texto entierra las dinámicas que han justificado la preterición <strong>de</strong><br />

unos <strong>de</strong>rechos por otros. El compromiso axiológico que la Constitución<br />

representa se extien<strong>de</strong> a una consi<strong>de</strong>ración igualitaria <strong>de</strong> las distintas necesida<strong>de</strong>s<br />

que los <strong>de</strong>rechos amparan. Los <strong>de</strong>rechos, en efecto, vienen a respon<strong>de</strong>r<br />

a la existencia <strong>de</strong> necesida<strong>de</strong>s o intereses amenazados y la Constitución<br />

opta por no distinguir distintos grados <strong>de</strong> importancia o la preferencia <strong>de</strong><br />

unos <strong>de</strong>rechos sobre otros. En caso <strong>de</strong> conflicto entre <strong>de</strong>rechos, <strong>de</strong>berá proce<strong>de</strong>rse<br />

a una pon<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> los intereses en juego, pon<strong>de</strong>ración que <strong>de</strong>berá<br />

aten<strong>de</strong>r al grado <strong>de</strong> afectación <strong>de</strong> tales intereses, valorando la posición <strong>de</strong><br />

mayor o menor vulnerabilidad que ocupe cada sujeto y en función, también,<br />

<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>raciones <strong>de</strong> tipo objetivo, esto es, que trasciendan la dimensión<br />

meramente subjetiva <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos para aten<strong>de</strong>r a necesida<strong>de</strong>s sociales<br />

y <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos en su conjunto.<br />

Junto con los principios recién comentados, el mismo art. 11 incorpora<br />

el principio <strong>de</strong> no regresividad, otro principio nacido <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la<br />

6 De hecho, la inter<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia entre los <strong>de</strong>rechos ha llevado a suplir el <strong>de</strong>bilitamiento <strong>de</strong> mecanismos<br />

<strong>de</strong> protección <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos sociales mediante fórmulas <strong>de</strong> protección indirecta, esto es, a<br />

través <strong>de</strong> su vinculación con la efectividad <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos civiles o políticos. Así, por ejemplo, en el<br />

contexto español, recientemente se impidió judicialmente el <strong>de</strong>salojo <strong>de</strong> una pareja anciana cuya<br />

vivienda estaba incluida en un plan urbanístico que preveía la construcción <strong>de</strong> un complejo habitacional<br />

<strong>de</strong> lujo. La medida judicial se fundamentó no en la aplicación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho constitucional<br />

a una vivienda digna, sino con base en el menoscabo que el <strong>de</strong>salojo iba a producir en la integridad<br />

física y psicológica <strong>de</strong> las personas afectadas.<br />

29


MA R C O APA R I C I O WI L H E L M I<br />

efectividad <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos sociales en un contexto adverso. Con él, el texto<br />

constitucional traslada a los po<strong>de</strong>res públicos no una obligación <strong>de</strong> irreversibilidad,<br />

esto es, <strong>de</strong> intangibilidad <strong>de</strong>l contenido <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos existente<br />

en un momento <strong>de</strong>terminado, sino más bien la proscripción <strong>de</strong> toda intervención<br />

que suponga un retroceso arbitrario en el nivel <strong>de</strong> protección que<br />

en cada momento se logre alcanzar. El principio <strong>de</strong> no regresividad se refiere<br />

especialmente al contenido prestacional <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos. De lo que se<br />

trata es <strong>de</strong> asegurar que una vez que la asamblea legislativa y los po<strong>de</strong>res<br />

públicos en general asumen compromisos para la prestación <strong>de</strong> los servicios<br />

que dan forma o acompañan la efectividad <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho, en el futuro no<br />

pueda existir una <strong>de</strong>satención o limitación arbitraria <strong>de</strong> los mismos.<br />

Tradicionalmente, la ten<strong>de</strong>ncia a la i<strong>de</strong>ntificación entre <strong>de</strong>rechos sociales<br />

con <strong>de</strong>rechos prestacionales ha llevado a que la no regresividad haya sido<br />

consi<strong>de</strong>rada como aspecto relativo a los <strong>de</strong>rechos sociales. Pero una vez rota<br />

esta simplista i<strong>de</strong>ntificación, esto es, una vez consagrada la indivisibilidad<br />

entre <strong>de</strong>rechos y la existencia <strong>de</strong> un contenido complejo, híbrido, <strong>de</strong> todo<br />

tipo <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, el principio <strong>de</strong> no regresividad <strong>de</strong>berá actuar allí don<strong>de</strong><br />

exista una actividad prestacional articulada como contenido <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho,<br />

sea <strong>de</strong>l ámbito que sea.<br />

Directamente vinculado al principio recién expuesto, se encuentra el<br />

carácter progresivo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, previsto en el mismo<br />

numeral. Lejos <strong>de</strong> suponer una vía <strong>de</strong> escape o aplazamiento <strong>de</strong> la responsabilidad<br />

<strong>de</strong> los po<strong>de</strong>res públicos, la alusión a que los <strong>de</strong>rechos <strong>constitucionales</strong><br />

se <strong>de</strong>sarrollarán <strong>de</strong> manera progresiva supone, simple y llanamente, la<br />

otra cara <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> no regresividad: los po<strong>de</strong>res públicos están llamados<br />

a asegurar el contenido <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, para lo cual <strong>de</strong>berán adoptar<br />

medidas conducentes a lograr su efectividad, medidas que irán asegurando,<br />

<strong>de</strong> manera progresiva -no regresiva-, las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ejercicio <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>rechos. En otras palabras: el principio <strong>de</strong> progresividad constata que los<br />

<strong>de</strong>rechos son expectativas perfectibles en el tiempo y susceptibles, por tanto,<br />

<strong>de</strong> permanente actualización y optimización. Progresividad, en cualquier<br />

caso, no equivale, como ha quedado claro en el <strong>de</strong>recho internacional <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>rechos humanos, a postergación o dilación “sine die” <strong>de</strong> la realización<br />

efectiva <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos. Por el contrario, los po<strong>de</strong>res públicos <strong>de</strong>berán<br />

<strong>de</strong>mostrar, <strong>de</strong> manera constante, que están realizando el máximo <strong>de</strong> esfuer-<br />

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DE R E C H O S: E N U N C I A C I Ó N Y P R I N C I P I O S D E A P L I C A C I Ó N<br />

zos y hasta el máximo <strong>de</strong> recursos disponibles, para cumplir con las obligaciones<br />

<strong>de</strong> respeto, protección y promoción.<br />

Siguiendo la línea <strong>de</strong> la máxima efectividad <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, el numeral<br />

quinto <strong>de</strong>l art. 11 recoge un principio que se ha <strong>de</strong>sarrollado en otros or<strong>de</strong>namientos,<br />

aunque a menudo <strong>de</strong> modo jurispru<strong>de</strong>ncial. Se trata <strong>de</strong>l principio<br />

según el cual “en materia <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos y garantías <strong>constitucionales</strong>, las<br />

servidoras y servidores públicos, administrativos o judiciales, <strong>de</strong>berán aplicar<br />

la norma y la interpretación que más favorezcan su efectiva vigencia”.<br />

Mediante este criterio, el margen <strong>de</strong> discrecionalidad en la aplicación normativa<br />

por parte <strong>de</strong> los órganos administrativos, en ocasiones fuente <strong>de</strong><br />

abusos difícilmente controlables, se ve notablemente limitado pues tan solo<br />

podrá esgrimirse cuando entre las distintas opciones aplicativas ninguna<br />

favorezca más que otra la vigencia <strong>de</strong> alguno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>constitucionales</strong>.<br />

Otra cuestión es que varios <strong>de</strong>rechos <strong>constitucionales</strong> puedan verse afectados<br />

<strong>de</strong> distinto modo por el margen aplicativo <strong>de</strong> una norma, en cuyo<br />

caso <strong>de</strong>berá combinarse el criterio <strong>de</strong> la máxima efectividad con los principios<br />

<strong>de</strong> pon<strong>de</strong>ración y <strong>de</strong> proporcionalidad, ya referidos.<br />

El último numeral <strong>de</strong>l art. 11 viene a culminar el celo garantista expresado<br />

en los anteriores mediante la especificación <strong>de</strong> la responsabilidad <strong>de</strong><br />

reparación <strong>de</strong> todo agente público, o <strong>de</strong> part i c u l a res que actúen en ejerc i c i o<br />

<strong>de</strong> potesta<strong>de</strong>s públicas, cuando se pro d u zca una vulneración <strong>de</strong> <strong>de</strong>re c h o s<br />

<strong>constitucionales</strong> por la falta o <strong>de</strong>ficiencia en la prestación <strong>de</strong> los serv i c i o s<br />

públicos o, en general, “por las acciones u omisiones <strong>de</strong> sus funcionarias y<br />

funcionarios y empleadas y empleados públicos en el <strong>de</strong>sempeño <strong>de</strong> sus carg<br />

o s”. A continuación, el principio <strong>de</strong> responsabilidad <strong>de</strong>l Estado se explicita<br />

en el ámbito judicial, con el claro objetivo <strong>de</strong> asegurar que la ca<strong>de</strong>na garantista<br />

no se rompa en su último eslabón. Concretamente, se pre vé la re s p o nsabilidad<br />

<strong>de</strong>l Estado, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los casos <strong>de</strong> <strong>de</strong>tenciones arbitrarias, por<br />

“e r ror judicial, re t a rdo injustificado o ina<strong>de</strong>cuada administración <strong>de</strong> justicia,<br />

violación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho a la tutela judicial efectiva, y por las violaciones <strong>de</strong> los<br />

principios y reglas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bido pro c e s o”. En los casos en que una persona haya<br />

sufrido pena por virtud <strong>de</strong> una sentencia con<strong>de</strong>natoria posteriormente re f o rmada<br />

o re vocada, se establece a<strong>de</strong>más que el Estado reparará a la persona y,<br />

“<strong>de</strong>clarada la responsabilidad por tales actos <strong>de</strong> servidoras o serv i d o res públicos,<br />

administrativos o judiciales, se repetirá en contra <strong>de</strong> ellos” .<br />

31


MA R C O APA R I C I O WI L H E L M I<br />

Hemos <strong>de</strong>jado para el final la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> la igualdad como principio<br />

aplicativo <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, recogido en el numeral segundo <strong>de</strong>l art. 11.<br />

Se trata, sin lugar a dudas, <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los principios fundacionales <strong>de</strong>l constitucionalismo<br />

<strong>de</strong>mocrático y, en consecuencia, una <strong>de</strong> las reglas <strong>constitucionales</strong><br />

más asentadas. Es más, la estructura misma <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos nos<br />

conduce a la igualdad frente al privilegio: un <strong>de</strong>recho no pue<strong>de</strong> ser una pretensión<br />

arbitraria e inmotivada, sino una expectativa que alega razones y<br />

argumentos, que se estima “fundada”, “legítima” y un indicio clave <strong>de</strong> esa<br />

legitimidad <strong>de</strong>be ser su carácter generalizable, es <strong>de</strong>cir, la posibilidad <strong>de</strong> que<br />

también los <strong>de</strong>más puedan alegar una pretensión similar en circunstancias<br />

similares. Este carácter generalizable liga la noción <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho a la <strong>de</strong> igualdad<br />

y lo confronta a la noción <strong>de</strong> privilegio. Mientras un <strong>de</strong>recho entraña<br />

una expectativa ten<strong>de</strong>ncialmente generalizable, inclusiva, igualitaria, un privilegio<br />

comporta una pretensión ten<strong>de</strong>ncialmente restrictiva, excluyente,<br />

<strong>de</strong>sigualitaria 7 .<br />

En el art. 11, el principio <strong>de</strong> igualdad aparece recogido como regla aplicativa<br />

pero es mucho más que eso puesto que, por las razones recién expuestas,<br />

acaba trasladándose al plano <strong>de</strong> la <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong>l contenido constitucional<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos: en la <strong>de</strong>limitación <strong>de</strong> las faculta<strong>de</strong>s que un <strong>de</strong>recho<br />

comporta, esto es, <strong>de</strong> su contenido, se aten<strong>de</strong>rá necesariamente a que<br />

éstas sean iguales para todos los sujetos que se hallen en las mismas circunstancias.<br />

No hay que per<strong>de</strong>r <strong>de</strong> vista, por otra parte, que el proyecto constitucional<br />

incorpora también el principio <strong>de</strong> igualdad en tanto que <strong>de</strong>recho<br />

subjetivo a la “igualdad formal, igualdad material y no discriminación”<br />

(numeral sexto <strong>de</strong>l art. 66, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> libertad), a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

otras referencias en distintos <strong>de</strong>rechos (en el marco <strong>de</strong> los procesos judiciales,<br />

<strong>de</strong>l matrimonio, en el trabajo o, en general, en el marco <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos<br />

<strong>de</strong> sujetos <strong>de</strong> atención prioritaria).<br />

No es el lugar para <strong>de</strong>sarrollar el extenso y complejo <strong>de</strong>bate sobre la<br />

inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> igualdad en los <strong>de</strong>rechos. Bastará con referirnos<br />

7 Estas cuestiones, junto con otras referidas al concepto <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, he tenido ocasión <strong>de</strong> abordarla<br />

con el profesor Gerardo Pisarello en M. Aparicio Wilhelmi y G. Pisarello Prados, “Los <strong>de</strong>rechos<br />

humanos y sus garantías: nociones básicas”, en V. M. Sánchez Sánchez y S. Bonet Pérez<br />

(coords.), <strong>Derechos</strong> humanos, Barcelona, Fundació per a la Universitat Oberta <strong>de</strong> Catalunya, 2006,<br />

pp. 1-28.<br />

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DE R E C H O S: E N U N C I A C I Ó N Y P R I N C I P I O S D E A P L I C A C I Ó N<br />

a los caracteres generales <strong>de</strong> su plasmación en el marco <strong>de</strong>l art. 11. La primera<br />

cuestión a resaltar es que, pese a ubicarse en el capítulo referido a los<br />

principios aplicativos, aparece más bien como principio general orientador<br />

<strong>de</strong> la actuación <strong>de</strong> todos los po<strong>de</strong>res públicos y también <strong>de</strong> los particulares.<br />

En segundo lugar, el precepto asume con claridad que el principio <strong>de</strong> igualdad<br />

no pue<strong>de</strong> ser restringido a su dimensión formal, esto es, al reconocimiento<br />

<strong>de</strong> los mismos <strong>de</strong>rechos sin atención <strong>de</strong> las circunstancias materiales<br />

que condicionan su ejercicio. Por ello, <strong>de</strong> un lado se habla <strong>de</strong> igualdad<br />

no solo <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos y <strong>de</strong>beres sino también <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>s y, <strong>de</strong> otro, se<br />

exige que el Estado adopte “medidas <strong>de</strong> acción afirmativa que promuevan<br />

la igualdad real en favor <strong>de</strong> los titulares <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos que se encuentren en<br />

situación <strong>de</strong> <strong>de</strong>sigualdad”. Se incorporan acciones afirmativas o positivas<br />

que obligan al Estado a aten<strong>de</strong>r a la marginación social real <strong>de</strong> individuos y<br />

grupos para revertirla mediante <strong>de</strong>rechos distintos, que no discriminatorios,<br />

en favor <strong>de</strong> dichos grupos.<br />

A<strong>de</strong>más, se prevé un listado <strong>de</strong> “categorías sospechosas” que, junto con<br />

una previsión abierta final referida a “cualquier otra distinción, personal o<br />

colectiva, temporal o permanente, que tenga por objeto o resultado menoscabar<br />

o anular el reconocimiento, goce o ejercicio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos”, advierte<br />

<strong>de</strong> cuáles circunstancias son especialmente merecedoras <strong>de</strong> atención a la<br />

hora <strong>de</strong> asegurar que no se produce ningún tipo <strong>de</strong> discriminación, ni <strong>de</strong><br />

manera directa ni indirecta.<br />

Debe <strong>de</strong>cirse que el listado apunta <strong>de</strong> modo valiente algunas <strong>de</strong> las razones<br />

<strong>de</strong> discriminación más preocupantes, pues al margen <strong>de</strong> las más frecuentemente<br />

reconocidas, se habla <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> género, orientación<br />

sexual, i<strong>de</strong>ntidad cultural, idioma, pasado judicial, condición socio-económica,<br />

condición migratoria, diferencia física o portar VIH.<br />

En <strong>de</strong>finitiva, por lo que ha sido señalado po<strong>de</strong>mos afirmar que la<br />

configuración <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> igualdad en el art. 11 va más allá <strong>de</strong> su<br />

dimensión aplicativa, apuntando los elementos <strong>de</strong> su comprensión como<br />

principio general <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>namiento y <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho constitucional en su<br />

c o n j u n t o.<br />

33


MA R C O APA R I C I O WI L H E L M I<br />

IV. Los <strong>de</strong>rechos como herramientas<br />

para una inclusión igualitaria<br />

La apuesta por los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> la nueva Constitución ecuatoriana es un<br />

pulso a las dinámicas <strong>de</strong> exclusión y <strong>de</strong> <strong>de</strong>sigualdad vigentes en nuestros sistemas<br />

socioeconómicos. Se trata <strong>de</strong> una herramienta jurídica con la que se<br />

busca <strong>de</strong>smontar los colonialismos, internos y externos, es <strong>de</strong>cir, con la que<br />

revertir las condiciones <strong>de</strong> dominación <strong>de</strong> unos sujetos, individuales y<br />

colectivos, sobre los <strong>de</strong>más.<br />

Con tal objetivo, el texto constitucional apunta los elementos esenciales<br />

<strong>de</strong> una concepción <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos que busca recuperar su fuerza discursiva<br />

frente a las situaciones <strong>de</strong> opresión y <strong>de</strong> privilegio que se hallan tras<br />

cualquiera <strong>de</strong> sus vulneraciones. La finalidad es superar la visión, hoy hegemónica,<br />

<strong>de</strong> que la vulneración <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse como<br />

algo fruto <strong>de</strong> puntuales coyunturas políticas o acci<strong>de</strong>ntes naturales, para<br />

pasar a situar en el punto <strong>de</strong> mira la posición <strong>de</strong>sigual que ocupan los distintos<br />

sujetos en la sociedad.<br />

Como bien sabemos, en las socieda<strong>de</strong>s actuales no todos los sujetos<br />

ocupan idéntica posición. Aunque los <strong>de</strong>rechos sean ten<strong>de</strong>ncialmente generalizables,<br />

y <strong>de</strong> ahí que el principio <strong>de</strong> igualdad ocupe una posición preferente,<br />

es evi<strong>de</strong>nte que incumben sobre todo a los sujetos más vulnerables,<br />

es <strong>de</strong>cir, a aquellos cuyas necesida<strong>de</strong>s o intereses se encuentran amenazados<br />

o insatisfechos a causa <strong>de</strong> la posición política, social, cultural o económica<br />

que ocupan en la comunidad. De manera correlativa, aunque los <strong>de</strong>beres,<br />

reverso <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, puedan ser ten<strong>de</strong>ncialmente generalizables, incumben<br />

especialmente a los sujetos con más po<strong>de</strong>r, esto es, a quienes, también<br />

por su posición política, social, cultural o económica, pue<strong>de</strong>n condicionar<br />

la satisfacción <strong>de</strong> los intereses o necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> otros. Los <strong>de</strong>rechos son, en<br />

<strong>de</strong>finitiva, contrapo<strong>de</strong>res, la “ley <strong>de</strong>l más débil”.<br />

Des<strong>de</strong> estos presupuestos, el texto constitucional ecuatoriano prevé una<br />

serie <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos específicos para los sujetos en una posición <strong>de</strong> mayor vulnerabilidad<br />

y, al mismo tiempo, refuerza el contenido y las garantías <strong>de</strong> la<br />

totalidad <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos para asegurar una real extensión a todos los sujetos.<br />

Es la otra cara <strong>de</strong> la moneda: el texto avanza en la concreción <strong>de</strong> límites<br />

y responsabilida<strong>de</strong>s en la actuación <strong>de</strong> los sujetos con más po<strong>de</strong>r, empe-<br />

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DE R E C H O S: E N U N C I A C I Ó N Y P R I N C I P I O S D E A P L I C A C I Ó N<br />

zando por el Estado, pero también con relación a los po<strong>de</strong>res privados, especialmente<br />

los <strong>de</strong> tipo económico, cuya inci<strong>de</strong>ncia directa en la vida <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>más no ha <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> crecer en los últimos tiempos.<br />

Así es: los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> protección (capítulo octavo <strong>de</strong>l título II) y, en<br />

general, el sistema <strong>de</strong> garantías <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos (cuyo contenido es analizado<br />

en el artículo <strong>de</strong> Ramiro Avila en este libro) tienen como objetivo <strong>de</strong>clarado<br />

lograr la plena efectividad <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos para todos los sujetos pero<br />

ello lleva a reforzar especialmente la posición <strong>de</strong> aquéllos cuyas condiciones<br />

sociales dificultan, en mayor medida, tanto el ejercicio directo <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos<br />

como el acceso a los mecanismos <strong>de</strong> protección en caso <strong>de</strong> vulneración.<br />

De ahí la importancia <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> protección y en especial <strong>de</strong>l acceso<br />

gratuito y pleno a la justicia y a la tutela efectiva (art. 75) o, en general,<br />

<strong>de</strong>l conjunto <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos procesales recogidos <strong>de</strong> manera amplia y altamente<br />

garantista en los artículos 76 y 77.<br />

La misma lógica se aplica, incluso con mayor empeño, tanto a los <strong>de</strong>re c h o s<br />

<strong>de</strong> participación (capítulo quinto), <strong>de</strong> libertad (capítulo sexto) y, <strong>de</strong> manera<br />

muy especial, respecto <strong>de</strong> los que más tienen que ver con las condiciones materiales<br />

que están <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> las posibilida<strong>de</strong>s reales <strong>de</strong> ejercicio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos: los<br />

d e rechos <strong>de</strong> los ámbitos social y económico, agrupados en el texto bajo la<br />

<strong>de</strong>nominación <strong>de</strong> “d e rechos <strong>de</strong>l buen vivir”. El carácter innovador y socialmente<br />

avanzado <strong>de</strong> algunas <strong>de</strong> las previsiones, su propia sistemática y el hecho<br />

<strong>de</strong> constituir uno <strong>de</strong> los ejes principales <strong>de</strong>l programa <strong>de</strong> transformación que<br />

la Constitución nos ofrece, han aconsejado que este libro le <strong>de</strong>dique (art í c u l o<br />

<strong>de</strong> Francisco Palacios) un análisis específico al que merece la pena acudir.<br />

Al mismo tiempo, como se ha señalado, el texto opta por constitucionalizar<br />

<strong>de</strong>rechos especiales, necesarios en contextos don<strong>de</strong> la <strong>de</strong>sigualdad y<br />

la exclusión sitúan a colectivos enteros fuera <strong>de</strong> la antesala <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos.<br />

Por ello, siguiendo con los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> protección recién referidos, se prevé<br />

en el art. 81 el establecimiento por ley “<strong>de</strong> procedimientos especiales y expeditos<br />

para el juzgamiento y sanción <strong>de</strong> los <strong>de</strong>litos <strong>de</strong> violencia intrafamiliar,<br />

sexual, crímenes <strong>de</strong> odio y los que se cometan contra niñas, niños, adolescentes,<br />

jóvenes, personas con discapacidad, adultas mayores y personas que,<br />

por sus particularida<strong>de</strong>s, requieren una mayor protección”.<br />

Por otro lado, como ya vimos, el texto constitucional <strong>de</strong>dica tres capítulos<br />

a sujetos caracterizados por hallarse en una posición <strong>de</strong> mayor vulne-<br />

35


MA R C O APA R I C I O WI L H E L M I<br />

rabilidad: <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> las personas y grupos <strong>de</strong> atención prioritaria (capítulo<br />

tercero <strong>de</strong>l título II); <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s, pueblos y nacionalida<strong>de</strong>s<br />

(capítulo cuarto); y <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> la naturaleza (capítulo séptimo).<br />

Cada uno <strong>de</strong> tales capítulos amerita un tipo <strong>de</strong> análisis que, por la reducida<br />

extensión <strong>de</strong>l presente trabajo, no es posible incorporar en estas páginas.<br />

El primero <strong>de</strong> estos capítulos, el referido a personas y grupos <strong>de</strong> atención<br />

prioritaria, nos llevaría al examen <strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> mecanismos <strong>de</strong> compensación<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong>sigualdad previstos, <strong>de</strong> sus garantías y, sobre todo, <strong>de</strong> la selección<br />

<strong>de</strong> sujetos consi<strong>de</strong>rados en dicha posición. Igualmente, la importancia<br />

tanto en el contexto ecuatoriano como mundial <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> las personas<br />

migrantes nos exigiría <strong>de</strong>dicar una atención especial a la sección <strong>de</strong>dicada<br />

a la movilidad humana y el reconocimiento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho a migrar.<br />

Por su parte, a nadie escapa la centralidad que en el proceso político que<br />

ha llevado a la celebración <strong>de</strong> la Asamblea Constituyente han tenido las re ivindicaciones<br />

y la movilización <strong>de</strong> los pueblos indígenas, afroecuatorianos y<br />

otras colectivida<strong>de</strong>s ancestrales. La refundación <strong>de</strong>l Estado mismo, la conformación<br />

<strong>de</strong> un nuevo pacto social entre individuos y colectivos en el Ec u a d o r<br />

no se entien<strong>de</strong> sin la participación central <strong>de</strong> los pueblos que dan forma a la<br />

sociedad ecuatoriana. Por esta razón, los <strong>de</strong>rechos incluidos en el capítulo<br />

c u a rto <strong>de</strong>l título II <strong>de</strong>ben ser entendidos como mecanismos para la inclusión<br />

social, cultural y política <strong>de</strong> los sujetos colectivos indígenas y afro e c u a t o r i anos<br />

mediante, básicamente pero no solo, dos gran<strong>de</strong>s vías: en primer lugar,<br />

el reconocimiento <strong>de</strong> la base <strong>de</strong> su existencia, re p roducción y <strong>de</strong>sarrollo, esto<br />

es, la recuperación y dominio sobre tierras, territorios y recursos (art. 56<br />

numerales cuarto, quinto, sexto, octavo y <strong>de</strong>cimosegundo) y las formas propias<br />

<strong>de</strong> organización (art. 56 numerales primero, noveno y décimo); en<br />

segundo lugar, mediante mecanismos <strong>de</strong> participación <strong>de</strong> los pueblos indígenas,<br />

en tanto que sujetos colectivos, en las instituciones y en los pro c e s o s<br />

<strong>de</strong> toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones, que <strong>de</strong>ben involucrar a la sociedad en su conjunto<br />

( a rt. 56 numerales <strong>de</strong>cimoquinto, <strong>de</strong>cimosexto y <strong>de</strong>cimoséptimo).<br />

El sentido que acompaña la incorporación <strong>de</strong> estos <strong>de</strong>rechos colectivos<br />

es claro: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva constitucional, el reconocimiento <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos<br />

respon<strong>de</strong> a la lógica contramayoritaria: se trata <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos que <strong>de</strong>ben<br />

marcar “la esfera <strong>de</strong> lo no <strong>de</strong>cidible” por las mayorías. Aquellos sujetos con<br />

menor capacidad <strong>de</strong> participación o influencia en las <strong>de</strong>cisiones colectivas<br />

36


DE R E C H O S: E N U N C I A C I Ó N Y P R I N C I P I O S D E A P L I C A C I Ó N<br />

<strong>de</strong>ben contar con <strong>de</strong>rechos que aseguren que la realización <strong>de</strong> sus intereses<br />

más elementales no va a ser menoscabada por la “voluntad general”.<br />

En esta lógica, la necesidad <strong>de</strong> contar con un amplio listado <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos<br />

<strong>de</strong> los pueblos indígenas, objetivo que el texto constitucional que analizamos<br />

no ha alcanzado <strong>de</strong>l todo 8 , respon<strong>de</strong> a un principio <strong>de</strong> cautela o <strong>de</strong><br />

conciencia sobre la necesidad <strong>de</strong> asegurar unas posiciones mínimas necesarias<br />

durante el “mientras tanto”: mientras no exista un espacio político, llámese<br />

Estado o no, en el que participen en pie <strong>de</strong> igualdad los distintos sujetos,<br />

individuales y colectivos, que conforman nuestras diversas socieda<strong>de</strong>s,<br />

<strong>de</strong>ben existir frenos, límites a lo <strong>de</strong>cidible por quienes mayor capacidad <strong>de</strong><br />

influencia tienen.<br />

Siguiendo esta pauta, <strong>de</strong>rechos como los <strong>de</strong> participación especial, diferenciada,<br />

<strong>de</strong> los pueblos indígenas en las instancias estatales, o incluso el<br />

mismo <strong>de</strong>recho a la consulta previa, son <strong>de</strong>rechos que se reivindican más<br />

necesarios cuanto más débiles sean el resto <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, y viceversa. Esta<br />

última i<strong>de</strong>a viene a subrayar que, finalmente, el punto <strong>de</strong> llegada no son los<br />

<strong>de</strong>rechos en sí mismo consi<strong>de</strong>rados, sino un marco <strong>de</strong> convivencia que asegure<br />

que los sujetos, individuales y colectivos, participan sin exclusiones en<br />

las <strong>de</strong>cisiones que les incumben.<br />

Otro <strong>de</strong> los aspectos centrales es, sin duda, el referido a los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong><br />

la naturaleza, llamados a constituir una <strong>de</strong> las ban<strong>de</strong>ras <strong>de</strong>l texto que analizamos<br />

fundamentalmente por dos razones: en primer lugar, porque con<strong>de</strong>nsan<br />

en un capítulo una <strong>de</strong> las notas que impregnan el conjunto <strong>de</strong>l texto<br />

constitucional, como es la preservación y restauración <strong>de</strong>l ambiente, los<br />

recursos naturales y la biodiversidad como presupuestos para un <strong>de</strong>sarrollo<br />

8 Pese a la importancia <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos constitucionalmente reconocidos, las cautelas y, en parte, los<br />

prejuicios, han frenado mayores avances. La cercanía <strong>de</strong> la aprobación por parte <strong>de</strong> la Asamblea<br />

General <strong>de</strong> Naciones Unidas <strong>de</strong> la Declaración <strong>de</strong> los <strong>Derechos</strong> <strong>de</strong> los Pueblos Indígenas podría<br />

haber servido <strong>de</strong> impulso, y, sin embargo, algunos <strong>de</strong> los contenidos más relevantes <strong>de</strong> esta<br />

Declaración no han sido trasladado al texto ecuatoriano. Cabe <strong>de</strong>stacar dos ejemplos: en primer<br />

lugar, no aparece en todo el capítulo cuarto ninguna referencia explícita al <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> libre <strong>de</strong>terminación<br />

<strong>de</strong> los pueblos indígenas, auténtico eje <strong>de</strong> la mencionada Declaración y “<strong>de</strong>manda<br />

madre” que alberga todas las <strong>de</strong>más; en segundo lugar, el <strong>de</strong>recho a la consulta previa con el fin <strong>de</strong><br />

obtener un consentimiento pleno, libre e informado queda <strong>de</strong>sdibujado hasta el punto <strong>de</strong> no existir<br />

un procedimiento especial para pueblos indígenas efectuándose una remisión a los cauces constitucionalmente<br />

previstos (en materia <strong>de</strong> afectación ambiental o <strong>de</strong> parques naturales protegidos).<br />

37


MA R C O APA R I C I O WI L H E L M I<br />

social sostenible, equilibrado e igualitario; en segundo término, porque<br />

implican no ya una especificación <strong>de</strong> nuevos <strong>de</strong>rechos o una ampliación <strong>de</strong>l<br />

contenido <strong>de</strong> los ya existentes, sino algo más relevante: la extensión <strong>de</strong> los<br />

sujetos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos.<br />

Avanzándonos a las reacciones <strong>de</strong> las posiciones más conservadoras, se<br />

pue<strong>de</strong> zanjar la cuestión señalando que siendo los <strong>de</strong>rechos mecanismos<br />

para la protección <strong>de</strong> intereses o necesida<strong>de</strong>s, nada impi<strong>de</strong> que éstos sean<br />

referidos a un sujeto distinto al ser humano. Podría ser el caso <strong>de</strong> los<br />

embriones, los animales, los bienes naturales o las generaciones futuras. La<br />

protección <strong>de</strong> estos sujetos podría justificarse en intereses relevantes, ya sean<br />

propios, como evitar el daño y el dolor, ya sean instrumentales para la satisfacción<br />

<strong>de</strong> otros específicamente humanos. Naturalmente, la falta <strong>de</strong><br />

“voluntad autónoma” <strong>de</strong> estos sujetos limita las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ejercicio <strong>de</strong><br />

los <strong>de</strong>rechos, pero no tiene por qué privarlos <strong>de</strong> su titularidad, ni impedir<br />

que el resto <strong>de</strong> la sociedad tenga <strong>de</strong>terminadas obligaciones respecto <strong>de</strong><br />

ellos, comenzando por la <strong>de</strong> minimizar el daño que se les pueda producir.<br />

Éste es el sentido, por ejemplo, <strong>de</strong> las leyes que protegen a los animales frente<br />

a maltratos; <strong>de</strong> las regulaciones ecológicas que restringen la apropiación<br />

privada <strong>de</strong> bienes comunes como el agua o las zonas ricas en biodiversidad;<br />

o <strong>de</strong> aquellas normas que limitan la experimentación con embriones a partir<br />

<strong>de</strong> un cierto nivel <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo 9 .<br />

Para concluir, <strong>de</strong>bemos insistir en una i<strong>de</strong>a: la Constitución <strong>de</strong>l 2008<br />

nos ofrece, a partir <strong>de</strong> un sistema <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, un cambio <strong>de</strong> paradigma<br />

constitucional que <strong>de</strong>ja atrás las concepciones dominantes que han llevado<br />

a la <strong>de</strong>sustancialización <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos y <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho constitucional en su<br />

conjunto. La apuesta pasa por enten<strong>de</strong>r los <strong>de</strong>rechos como instrumentos <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>mocratización y <strong>de</strong> igual inclusión. Para ello, se parte <strong>de</strong> una concepción<br />

<strong>de</strong> los mismos que es histórica y subjetiva: los <strong>de</strong>rechos son entendidos no<br />

como realida<strong>de</strong>s reveladas, abstractas, “objetivas”, sino como fruto <strong>de</strong> procesos<br />

<strong>de</strong> reivindicación y <strong>de</strong> lucha protagonizados por sujetos concretos,<br />

con una especial relevancia <strong>de</strong> aquéllos que se encuentran en una posición<br />

<strong>de</strong> mayor vulnerabilidad; en segundo lugar, los <strong>de</strong>rechos se entien<strong>de</strong>n <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

9 Esta cuestión se halla analizada en el texto, ya citado anteriormente, “Los <strong>de</strong>rechos humanos y sus<br />

garantías: nociones básicas”, op. cit.<br />

38


DE R E C H O S: E N U N C I A C I Ó N Y P R I N C I P I O S D E A P L I C A C I Ó N<br />

una perspectiva sustancial, esto es, a partir <strong>de</strong> las condiciones materiales que<br />

permiten su realización y no <strong>de</strong> un mero reconocimiento formal; en tercer<br />

lugar, los <strong>de</strong>rechos se abordan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su comprensión colectiva, es <strong>de</strong>cir, a<br />

partir <strong>de</strong>l contexto grupal en el que se encuentran los sujetos, algo que, lejos<br />

<strong>de</strong> establecer una jerarquía entre <strong>de</strong>rechos colectivos e individuales, nos<br />

lleva necesariamente al carácter inevitable y complementario <strong>de</strong> su relación.<br />

En <strong>de</strong>finitiva, el nuevo texto constitucional señala un anhelo: la consecución<br />

<strong>de</strong> una sociedad inclusiva social y culturalmente, y para ello diseña<br />

instituciones y procedimientos, pero no <strong>de</strong> manera abstracta sino en el<br />

marco <strong>de</strong> la exigencia previa <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, establecidos como condiciones<br />

materiales para todas y todos. Los <strong>de</strong>rechos, todos los <strong>de</strong>rechos, son entendidos,<br />

en consecuencia, como condiciones <strong>de</strong> participación en los procesos<br />

sociales y políticos; y la <strong>de</strong>mocracia se construye como conjunto <strong>de</strong> espacios<br />

<strong>de</strong> expresión, relación y <strong>de</strong>cisión compartida don<strong>de</strong> surgen, se actualizan y<br />

se transforman los <strong>de</strong>rechos.<br />

39


Constitucionalización <strong>de</strong> un sistema integral <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>rechos sociales. De la Daseinsvorsorge<br />

al Sumak Kawsay<br />

Francisco Palacios Romeo*<br />

Sumario<br />

I. Introducción. II. El Pacto Social Liberal como falacia y mecanismo <strong>de</strong><br />

expropiación. 2.1. El Estado Social como teoría y práctica <strong>de</strong> la reparación<br />

natural. 2.2. La Constitución <strong>de</strong>l 2008 como reivindicadora <strong>de</strong> la tradición<br />

jurídico-social. 2.3. Los sistemas <strong>de</strong> procura existencial y buen vivir como<br />

o b j e t i vos complementarios <strong>de</strong>l nuevo constitucionalismo. 2 . 4 .<br />

Constitucionalización <strong>de</strong>l sistema social: argumentario-normativo-internacional<br />

y teoría clásica. III. La construcción holista como sistema y referente<br />

constitucional. 3.1. Sistema <strong>de</strong> inclusión. 3.2. Sistema ecológico. IV.<br />

Breve conclusión: un nuevo y simbiótico paradigma constitucional.<br />

I. Introducción<br />

No es un capricho retórico incluir en el título dos acepciones ajenas al castellano.<br />

Las dos han marcado los parámetros sociales y jurídicos sobre los<br />

* Licenciado y Doctor en Derecho; Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología; Profesor <strong>de</strong> Teoría<br />

<strong>de</strong>l Estado y De recho Constitucional en la Un i versidad <strong>de</strong> Zaragoza (España).<br />

fpalacios@unizar.es<br />

41


FR A N C I S C O PA L A C I O S RO M E O<br />

cuales hablar <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos sociales. En el primer caso, la “daseinsvorsorge”<br />

(procura existencial) sintetizaba y concretaba la teoría jurídica <strong>de</strong>l Estado<br />

social en Europa a mediados <strong>de</strong>l siglo XX, justificando la prestación <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos<br />

sociales por parte <strong>de</strong>l Estado 1 . En el segundo caso, el “sumak kawsay”<br />

(buen vivir o vida digna), concreta toda la cosmogonía comunitarista <strong>de</strong><br />

origen indígena que se intenta proyectar, a nivel <strong>de</strong> Estado, en todo un sistema<br />

social y jurídico <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos y sociabilidad; y que se refleja en los últimos<br />

proyectos <strong>constitucionales</strong> <strong>de</strong>l continente americano <strong>de</strong> este siglo XXI.<br />

La procura existencial planteaba un sistema social que no llegó a plasmarse<br />

a nivel constitucional. Ahora el régimen <strong>de</strong>l buen vivir recoge el reto <strong>de</strong>l<br />

“ius publicismo” social pro g resista europeo <strong>de</strong>l siglo XX, con voluntad <strong>de</strong><br />

completar lo que supuso un intento básico <strong>de</strong> humanizar el engranaje jurídico<br />

mercantilista <strong>de</strong>l constitucionalismo liberal. Los <strong>de</strong>rechos sociales se mencionan<br />

en la nueva Constitución como De rechos <strong>de</strong>l Buen Vi v i r. La expresión<br />

“buen vivir” es traducción <strong>de</strong> la expresión quechua “sumak kawsay”, que<br />

apela a cómo los seres humanos <strong>de</strong>ben darse un sistema <strong>de</strong> convivencia integral<br />

que pro c u re la empatía colectiva como medio y como fin, basada en la<br />

formulación comunitaria, la importancia <strong>de</strong> los instrumentos, la relación con<br />

la naturaleza y un sentido profundo <strong>de</strong> la igualdad material y formal, bajo el<br />

permanente interrogante <strong>de</strong> si está habilitado un sistema <strong>de</strong> felicidad. Este<br />

texto supone un reto para su formulación y adaptación jurídica 2 .<br />

El nuevo texto constitucional <strong>de</strong> Ecuador tiene el más elevado número<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos y, más concretamente, <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos sociales <strong>de</strong> todo el constitucionalismo<br />

comparado. No solo eso, sino que se completa con una serie <strong>de</strong><br />

1 E. Forsthoff acuñaría el concepto recogiendo los elementos dispersos <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncias que reunían a<br />

las figuras más relevantes <strong>de</strong>l iuspublicismo europeo tales como E. Kaufmann, O. Mayer, F. Lasalle,<br />

H. Heller, H. Laski, P. Laband, R. Stein o R. Smend (Cfr. E. Forsthoff, El Estado <strong>de</strong> la sociedad<br />

industrial, Madrid, Instituto <strong>de</strong> Estudios Políticos, 1975).<br />

2 El sumak kawsay estaría relacionado con la “... armonía cósmica, una triple armonía ‘ecológica,<br />

social y ética’, a la vez que integradora en la Pacha. En esta perspectiva, con este anhelo, para esta<br />

utopía se afana el andino cuando se <strong>de</strong>dica a su diaria labor en la chakra. Sumak kawsay es su<br />

humil<strong>de</strong> esperanza y su gran meta cuando se <strong>de</strong>dica sin reservas a la crianza <strong>de</strong> la vida y cuando se<br />

siente crecer al <strong>de</strong>jarse criar por la vida...”. Para una <strong>de</strong>scripción, ver: J. Van Kessel y P. Enríquez,<br />

Señas y señaleros <strong>de</strong> la madre tierra, Abya Yala-IECTA, Quito, 2002, p. 259; D. Gonzales Holguin,<br />

Vocabulario <strong>de</strong> la lengua general <strong>de</strong> todo el Perú llamada Lengua Quichua, Lima UMNSM, 1989.<br />

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CO N S T I T U C I O N A L I Z A C I Ó N D E U N S I S T E M A I N T E G R A L D E D E R E C H O S S O C I A L E S<br />

nuevos sistemas sociales que también apelan al “sumak kawsay” 3 . Todo ello<br />

conforma un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> constitucionalismo social en línea con el nuevo<br />

constitucionalismo integral latinoamericano. Esta nueva articulación constitucional<br />

preten<strong>de</strong> facturar una cosmovisión antagónica <strong>de</strong>l postulado liberal<br />

y ha sido objeto crítico <strong>de</strong> los pregoneros y dogmáticos liberales. Por ello<br />

se hace necesaria su justificación en clave histórica y doctrinal.<br />

II. El Pacto Social Liberal como falacia<br />

y mecanismo <strong>de</strong> expropiación<br />

La legitimación <strong>de</strong> la procura existencial –<strong>de</strong>l Estado social– vendría dada<br />

por la inmensa falacia y la gran <strong>de</strong>bilidad sobre la que había estado montada<br />

toda la teoría <strong>de</strong>l Estado liberal-burguesa. El Estado liberal burgués reivindicaba<br />

al individuo pero, en la práctica, lo negaba a través <strong>de</strong> la implementación<br />

<strong>de</strong> una teoría <strong>de</strong> la soberanía que encerraba, <strong>de</strong> forma irremisible,<br />

a ese individuo bajo la lógica <strong>de</strong>l Estado propietarista. En teoría, la<br />

soberanía <strong>de</strong>l Estado era producto <strong>de</strong> la soberanía popular y la soberanía<br />

popular no era una entelequia sino producto <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong> cada ciudadano<br />

que, por sí mismo, <strong>de</strong>bía ser partícipe <strong>de</strong>l pacto social. Sin embargo,<br />

la gran falacia <strong>de</strong>l Estado y <strong>de</strong>l pacto liberal era que ese pacto no era con<br />

consentimiento explícito sino con una especie <strong>de</strong> consentimiento tácito,<br />

que hacía <strong>de</strong> cada persona un partícipe obligado, que le venía impuesto<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que nacía hasta que moría, sin posibilidad alguna <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>nunciarlo<br />

o revocarlo. Era una sujeción y con<strong>de</strong>na perpetua <strong>de</strong> cada persona<br />

sometida –o <strong>de</strong>vorada– por el gran Leviatán que or<strong>de</strong>naba y organizaba. Ese<br />

gran Leviatán, en virtud <strong>de</strong> ese pacto, se había arrogado la facultad <strong>de</strong><br />

expropiar y patrimonializar todo lo que había bajo sus límites fronterizos.<br />

Expropiaba, patrimonializaba y concedía sacrosantos <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> apropiación<br />

individual respecto a bienes y recursos. Para el liberalismo no existía<br />

3 El Título II (<strong>Derechos</strong>) contiene los artículos 12 a 83; los <strong>de</strong>rechos sociales (incluyendo “<strong>de</strong>rechos<br />

<strong>de</strong>l buen vivir” y “<strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> las personas y grupos <strong>de</strong> atención prioritaria”) incluyen los artículos<br />

12 a 55; el Régimen <strong>de</strong> Buen vivir (Título VII) incluye los artículos 340-415; el Régimen <strong>de</strong><br />

Desarrollo (Título VI) incluye los artículos 319 a 337 (referentes a sistemas sociales: trabajo, propiedad<br />

social, comercio justo).<br />

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FR A N C I S C O PA L A C I O S RO M E O<br />

nada más allá que una formal protección <strong>de</strong> la autonomía individual que se<br />

convertía en falaz.<br />

El liberalismo político y jurídico argumentaría que la felicidad <strong>de</strong> todos<br />

solo se podría alcanzar mediante la persecución individual <strong>de</strong>l placer, la<br />

ganancia y el beneficio, en competencia con todos los <strong>de</strong>más. A esto último<br />

se le llamó liberalismo y capitalismo y sobre estas bases se construyeron las<br />

socieda<strong>de</strong>s que el mundo conoce <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace ya más <strong>de</strong> dos siglos, si hablamos<br />

<strong>de</strong> liberalismo, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace más <strong>de</strong> cinco siglos si hablamos <strong>de</strong> la construcción<br />

<strong>de</strong>l Estado patrimonial-mercantilista y <strong>de</strong>l capitalismo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus<br />

orígenes. Los resultados, a lo largo <strong>de</strong> estos últimos cinco siglos están a la<br />

vista en un mundo que solo ha proporcionado satisfacción material y técnica<br />

a una minoría, miseria a una inmensa mayoría e infelicidad a una casi<br />

práctica totalidad.<br />

El mo<strong>de</strong>lo liberal constitucionalizó una serie <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos individuales.<br />

<strong>Derechos</strong> que quedaron en reconocimientos <strong>de</strong>clarativos que venían limitados<br />

por el imperio <strong>de</strong> la ley secundaria. Ley secundaria cuyos gestores venían<br />

a ser aquellas clases <strong>de</strong> individuos que habían ocupado el Estado merced<br />

a un nuevo título nobiliario centrado en la propiedad. La ley primera, la<br />

norma constitucional, el núcleo <strong>de</strong>l pacto social, quedaba subordinada al<br />

alcance imperial <strong>de</strong> toda la normativa secundaria facturada por una sola<br />

clase <strong>de</strong> personas, bajo la tutela <strong>de</strong> un Estado propietarista que fungía bajo<br />

etiqueta política e i<strong>de</strong>ología liberal 4 .<br />

El liberalismo, como mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Estado, fracasó porque generó el sistema<br />

<strong>de</strong> conflictos europeo <strong>de</strong>l siglo XIX, el estado <strong>de</strong> guerra colonial, las dos<br />

guerras mundiales, las reacciones autoritarias <strong>de</strong>l fascismo y <strong>de</strong>l burocratismo<br />

estalinista y, finalmente, su dirección hegemonista postcolonial en la<br />

conformación <strong>de</strong> Estados precarios, fallidos y miserables que contempló el<br />

siglo XX tras la <strong>de</strong>slocalización social, humana y cultural que había generado<br />

el propio colonialismo. Todo ese sistema fallido vino a ser avalado por<br />

un constitucionalismo ausente, organicista, omisivo y frígido que solo acogió<br />

una serie <strong>de</strong> liberta<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>rechos formales que, a<strong>de</strong>más, limitaba a<br />

aquellas personas dotadas <strong>de</strong> ciudadanía política eficazmente económica, lo<br />

que transformaba la <strong>de</strong>mocracia en una falacia.<br />

4 Cfr. H. Laski, El liberalismo, México, FCE, 1969.<br />

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CO N S T I T U C I O N A L I Z A C I Ó N D E U N S I S T E M A I N T E G R A L D E D E R E C H O S S O C I A L E S<br />

De esta situación fue consciente una buena parte <strong>de</strong>l “ius publicismo”<br />

europeo. Des<strong>de</strong> Lasalle a Von Stein, pasando por Heller y Gurvitch hasta<br />

llegar a Fortshoff. Todas estas posiciones críticas ante el Estado <strong>de</strong> cosas confluyeron<br />

en la propuesta <strong>de</strong> un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Estado social que superara la anemia<br />

constitucional <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo liberal. Des<strong>de</strong> mediados <strong>de</strong>l siglo XX la<br />

mejor justificación y legitimación <strong>de</strong> este mo<strong>de</strong>lo se hizo a través <strong>de</strong> la<br />

“daseinsvorsorge” o procura existencial. Con esta expresión se quería apelar<br />

a las amplias obligaciones sociales <strong>de</strong>l Estado respecto a los ciudadanos que<br />

tenía bajo su soberanía. En ella ya estaba implícita la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la integralidad<br />

o conexidad <strong>de</strong> todos los <strong>de</strong>rechos 5 .<br />

2.1. El Estado social como teoría y práctica <strong>de</strong> la reparación natural<br />

El Estado social y los <strong>de</strong>rechos sociales se justificaron en Europa por la<br />

orfandad <strong>de</strong>l individuo -grupos mayoritarios <strong>de</strong> individuos- ante la mencionada<br />

expropiación (eliminación) que <strong>de</strong> todos los espacios económicos y<br />

sociales les había efectuado el propio Estado y, paralelamente, la propia<br />

habilitación civil asignada por el Estado liberal como era el instituto <strong>de</strong> la<br />

propiedad privada. La orfandad social conllevaba situaciones <strong>de</strong> menesterosidad,<br />

tanto relativa como absoluta que, en sus grados más agudos, generaba<br />

indicadores <strong>de</strong> pobreza y <strong>de</strong> miseria. El Estado social viene a suplir la<br />

hipótesis por la cual un ciudadano -por el hecho <strong>de</strong> nacer igual y libre- tendría<br />

<strong>de</strong>recho (<strong>de</strong>recho natural) a una parte alícuota <strong>de</strong> la riqueza y <strong>de</strong> los<br />

espacios que hubiera en dicha sociedad. Hipótesis ésta inédita y fallida por<br />

la mencionada apropiación <strong>de</strong> los espacios que hace la propiedad privada<br />

(expansiva) y el Estado, y que dan lugar a las responsabilida<strong>de</strong>s materiales<br />

<strong>de</strong>l Estado habilitante <strong>de</strong> la expropiación. Por lo tanto, el Estado está en la<br />

obligación <strong>de</strong> suplir esa expropiación <strong>de</strong>l individuo, <strong>de</strong>volviéndola en <strong>de</strong>rechos<br />

sociales, retornándola bajo unas prestaciones mínimas o esenciales bajo<br />

una nueva estructura <strong>de</strong> espacio efectivo 6 .<br />

5 E. Forsthoff, op. cit. Resulta un buen referente el clásico estudio <strong>de</strong> L. Martín-Retortillo, “La configuración<br />

jurídica <strong>de</strong> la Administración Pública y el concepto <strong>de</strong> Daseinsvorsorge”, Revista <strong>de</strong><br />

Administración Pública Nº 38, Madrid, 1965, pp. 35-65.<br />

6 Argumentación base sobre procura existencial a la que se le ha añadido la presunción crítica que<br />

<strong>de</strong>l instituto <strong>de</strong> la propiedad privada expansiva se hizo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los orígenes <strong>de</strong>l Estado (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Tomás<br />

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FR A N C I S C O PA L A C I O S RO M E O<br />

La teoría <strong>de</strong>l Estado social argumentó a favor <strong>de</strong> la importancia <strong>de</strong>l<br />

Estado como motor eficiente. Demostró que ante la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> espacios<br />

autónomos, el Estado ha <strong>de</strong> acometer la tarea <strong>de</strong> su cobertura y organización.<br />

En caso contrario, no existe Estado sino una simple administración<br />

<strong>de</strong> las cosas o Estado fallido. Detrás <strong>de</strong>l Estado social y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mediados<br />

<strong>de</strong>l siglo XIX, se encontraba toda una amplia teoría política y jurídica<br />

<strong>de</strong>l socialismo, el sindicalismo y la <strong>de</strong>mocracia, que acogería a diferentes<br />

i<strong>de</strong>ologías: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el marxismo, el organicismo o el libertarismo hasta el cristianismo,<br />

el industrialismo solidario y el gremialismo.<br />

2. 2. La Constitución <strong>de</strong>l 2008 como reivindicadora<br />

<strong>de</strong> la tradición jurídico-social<br />

Reivindicando toda esta lógica, la nueva Constitución <strong>de</strong> Ecuador asume, a<br />

lo largo <strong>de</strong> todo su articulado, un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Estado social, activo, participativo<br />

y comunitario 7 . El régimen <strong>de</strong>l “buen vivir” intenta sintetizar un sistema<br />

social cualificado <strong>de</strong>l Estado social. Con dos diferencias importantes<br />

respecto al <strong>de</strong>curso histórico-social europeo: a) los <strong>de</strong>rechos sociales van a<br />

ser constitucionalizados; b) no se referencia en simples <strong>de</strong>rechos sociales<br />

individuales sino que tiene pretensión y vocación <strong>de</strong> sistema a través <strong>de</strong> la<br />

cual profundizar en la mencionada articulación <strong>de</strong> conexidad. Asignará un<br />

papel social pro-activo y promotor al Estado, una función positiva a la<br />

administración pública y un rol distinto al individuo; y, sobre todo, en paralelo,<br />

pone los cauces para dinamizar al tejido civil no <strong>de</strong> forma individual y<br />

competitiva sino solidaria y comunitaria. Se abre un mo<strong>de</strong>lo constitucional<br />

<strong>de</strong> omnicomprensión social e implicación individual y colectiva. Es un<br />

constitucionalismo social extenso, garantista, sincrético, reglamentista,<br />

Moro en Utopía al Manifiesto Comunista). Es especialmente reseñable el clásico análisis históricosocial<br />

<strong>de</strong> P. Kropotkin (1907) sobre la expropiación <strong>de</strong> espacios dominados y comunitarios, fundamentalmente<br />

la que hace alusión a la producida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la entronización <strong>de</strong>l Estado mo<strong>de</strong>rno<br />

hasta su exasperación <strong>de</strong>s<strong>de</strong> comienzos <strong>de</strong>l Estado liberal en el siglo XVIII. En él se <strong>de</strong>scriben formulaciones<br />

<strong>de</strong> comunitarismo social muy próximas a los significantes originarios <strong>de</strong>l sumak kawsay<br />

(P. Kropotkin, El apoyo mutuo. Un factor <strong>de</strong> la evolución, Madrid, Zero, 1978).<br />

7 Des<strong>de</strong> su artículo 1 se asumen los calificativos y elementos <strong>de</strong>mocrático, social, participativo y <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>rechos.<br />

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cuasi-administrativo y participativo. Militante en la lógica <strong>de</strong> la integralidad<br />

y la conexidad <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos. Novedoso. La nueva Constitución propone<br />

una parte social dogmática que recoge un elenco <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos sociales radicalmente<br />

amplio y ausente en el constitucionalismo social europeo que,<br />

a<strong>de</strong>más, consolida con una serie <strong>de</strong> sistemas operativos, que cubre con unos<br />

mecanismos garantistas absolutos e inéditos. Todo lo contrario <strong>de</strong> lo que<br />

supone la construcción <strong>de</strong> una estructura <strong>de</strong> mayor concentración <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />

y merma <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, garantías o controles.<br />

No se trata <strong>de</strong> ningún experimento excéntrico, populista o <strong>de</strong> aventurerismo<br />

revolucionario, sino que una simple reflexión sobre los contenidos<br />

<strong>de</strong>l texto constitucional nos conduce a la más clásica teorización “ius-publicista”<br />

<strong>de</strong> principios <strong>de</strong> siglo sobre generación <strong>de</strong> espacios sociales y aprovisionamiento<br />

individual <strong>de</strong> mínimos materiales vitales. Por ello –y con total<br />

premeditación didáctica– se ha partido <strong>de</strong> los dos gran<strong>de</strong>s tópicos <strong>de</strong> la<br />

construcción ius-social en la teoría <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho y en la teoría <strong>de</strong> la<br />

Constitución: el papel activo material <strong>de</strong>l Estado a favor <strong>de</strong>l individuo (“status<br />

positivus”) y el papel <strong>de</strong> un Estado planificador-aprovisionador a través<br />

<strong>de</strong> una administración pública eficazmente gestora que ponga en el centro<br />

<strong>de</strong> sus funciones la preocupación-previsión por la existencia humana, gestando<br />

un sistema <strong>de</strong> medidas (“daseinsvorsorge”) 8 .<br />

Esta i<strong>de</strong>a se plasmaría en la configuración <strong>de</strong> las mo<strong>de</strong>rnas administraciones<br />

públicas europeas. Se plasma en la práctica cotidiana que configura<br />

un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Estado social. Pero el Estado social no resistió y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la década<br />

<strong>de</strong> los setenta se asiste a su <strong>de</strong>valuación y adulteración. La configuración<br />

<strong>de</strong>l Estado occi<strong>de</strong>ntal, a esta fecha, dista mucho <strong>de</strong> la <strong>de</strong> hace treinta años<br />

aunque mantenga una serie <strong>de</strong> servicios sociales activos. El Estado se ha privatizado<br />

en gran medida, los sistemas <strong>de</strong> previsión y laborales han sufrido<br />

severos recortes y los servicios sociales esenciales han disminuido en calidad<br />

cuando no se han privatizado. El gasto público ha tomado un rumbo multiplicador<br />

y replicante <strong>de</strong>l capital privado y las políticas públicas han asumido<br />

sesgos asistencialistas. Las clases políticas orgánicas hablan <strong>de</strong> la “reconversión”<br />

<strong>de</strong>l Estado social por causas económicas, pero una arquitectura más<br />

8 Exposición concreta <strong>de</strong> esta vertiente <strong>de</strong>l concepto en E. Forsthoff, Sociedad industrial y… op. cit.,<br />

pp. 19-38.<br />

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FR A N C I S C O PA L A C I O S RO M E O<br />

sólida <strong>de</strong> elementos sociales e institucionales podría haber evitado el supuesto<br />

<strong>de</strong>terminismo economicista 9 .<br />

¿ Dón<strong>de</strong> pudo estar un problema <strong>de</strong>l Estado social en Eu ropa y que<br />

intenta superar la Constitución ecuatoriana y el nuevo constitucionalismo<br />

latinoamericano? En que el Estado europeo configura (asume <strong>de</strong>terminada<br />

forma social) pero no constru ye porque no constitucionaliza con<br />

v i g o r. Las constituciones europeas o americanas <strong>de</strong> posguerra no consol<br />

i d a ron <strong>de</strong>rechos sociales sino que apenas <strong>de</strong>jaron apuntada su pre s e n c i a<br />

y su va l i d ez como inspiración y marco hipotéticamente apre h e n d i b l e 1 0 .<br />

Sólo los textos <strong>de</strong> Po rtugal (1976), el <strong>de</strong> España en menor medida<br />

(1978), <strong>de</strong>sarro l l a ron una tabla <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos sociales básica 1 1 . El Estado<br />

social nació y creció bajo caligrafía exc l u s i vamente administrativa. El<br />

Estado liberal -el constitucionalismo liberal- <strong>de</strong>mostró una extraord i n aria<br />

resistencia para no asumir formulaciones sociales. Era un Estado<br />

9 No es éste lugar posible para un análisis pormenorizado <strong>de</strong> la <strong>de</strong>riva <strong>de</strong>l Estado social en<br />

Occi<strong>de</strong>nte. Para ello, ver, C. De Cabo, La crisis..., op. cit; A. Porras, Introducción a una teoría <strong>de</strong>l<br />

Estado postsocial, Barcelona, PPU, 1988.<br />

10 Es el caso <strong>de</strong> las paradigmáticas Constituciones <strong>de</strong> la República Fe<strong>de</strong>ral Alemana o Italia, que<br />

pasan por ser “configuradoras” <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Estado social. La Ley Fundamental <strong>de</strong> Bonn no llega<br />

a recoger una lista mínima <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos sociales, ni siquiera en lo relativo a servicios esenciales<br />

como educación o sanidad, <strong>de</strong>jando únicamente planteado el <strong>de</strong>recho en relación al instituto<br />

expropiatorio por parte <strong>de</strong>l Estado (Art. 15) o implícita la existencia <strong>de</strong> un sistema <strong>de</strong> previsión,<br />

con base a que viene simplemente aludido en algunos artículos relativos al hecho competencial. A<br />

dicha carta solo le es reconocible la plasmación <strong>de</strong> la acepción “Estado Social” (Arts. 20 y 28). En<br />

casos como el <strong>de</strong> Italia, o <strong>de</strong>l que fuera ejemplar Estado social <strong>de</strong> Suecia, el reconocimiento constitucional<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos sociales -en paralelo a la regulación <strong>de</strong> la actividad interventora <strong>de</strong>l Estadoapenas<br />

ocupan 10 y 3 artículos sin apelación alguna a su garantía.<br />

11 A ellos habría que sumar los textos pioneros <strong>de</strong> la revolución mexicana (1917), que sí estableció<br />

un marco <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos sociales focalizado principalmente en la problemática <strong>de</strong>l trabajador agrario,<br />

y el <strong>de</strong> la República <strong>de</strong> Weimar (1919). No obstante, tanto Weimar como el texto mexicano<br />

adolecerán <strong>de</strong> falta <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>ración garantista para su listado social y eso les incluye en un mo<strong>de</strong>lo<br />

<strong>de</strong> cláusula residual. El resto <strong>de</strong> la historia constitucional europea no contiene un ápice <strong>de</strong> textura<br />

social, salvo el criminalizado oasis jacobino que en la Constitución <strong>de</strong> 1793 (Art. 21) sí incorporó<br />

el primer artículo <strong>de</strong> compromiso social <strong>de</strong> una Administración Pública: “La beneficencia<br />

pública es una <strong>de</strong>uda sagrada. La sociedad <strong>de</strong>be asegurar la subsistencia a los ciudadanos <strong>de</strong>sgraciados,<br />

proporcionándoles trabajo o garantizando los medios <strong>de</strong> subsistencia a los que están incapacitados<br />

para trabajar” (cfr., J. Asensi, La época constitucional, Valencia,Tirant to blanch, pp. 157-<br />

158).<br />

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social bajo formulación jurídico-administrativa y jurídico-laboral 1 2 . La<br />

c o n s t rucción significa fuertes cimientos para que no se puedan <strong>de</strong>smoronar<br />

algunas <strong>de</strong> sus partes en coyunturas adversas o bajo presiones <strong>de</strong>terminadas.<br />

Esos cimientos solo los pue<strong>de</strong> pro p o rcionar el texto constitucional<br />

y el Estado social se formó sin base constitucional suficiente,<br />

comenzando por la no aplicación <strong>de</strong> la figura constitucional <strong>de</strong>l Estado<br />

a funciones más concretadas. Estado social europeo, presuntamente elíptico,<br />

en textos anclados en la pobre ingeniería constitucional <strong>de</strong> la antidiluviana<br />

división <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res, tras dos siglos <strong>de</strong> sequía científica constitucional.<br />

El Estado social quedaba sometido a la vinculación hipotética<br />

como “cláusula social”. El futuro <strong>de</strong>mostró que la cláusula era voluble e<br />

inconsistente y, por lo tanto, <strong>de</strong>stru i b l e 1 3 .<br />

El Estado social se facturó en Europa, a pesar <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo constitucional<br />

más que merced a este mo<strong>de</strong>lo 14 . Eso no significa algo positivo sino más<br />

bien lo contrario, ya que el propio Estado social, en todo lo no constitucionalizado,<br />

pasa a ser un estado frágil, vaporoso y en<strong>de</strong>ble. Los Estados europeos,<br />

cuatro décadas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> abrir la construcción <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo, se encontraron<br />

con serias dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> mantenimiento y a falta <strong>de</strong> criterios <strong>de</strong><br />

constitucionalización social, imperó y sigue imperando el <strong>de</strong>terminismo<br />

economicista. A<strong>de</strong>más, la cláusula Estado social no sería producto explícito<br />

fundamental <strong>de</strong> la mayoría <strong>de</strong> las Constituciones sino construcción a merced<br />

<strong>de</strong> la jurispru<strong>de</strong>ncia, <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados <strong>de</strong>sarrollos normativos y, fundamentalmente,<br />

<strong>de</strong> la capacidad reivindicativa <strong>de</strong>l tejido civil-popular. No ha<br />

llegado a ser una cláusula compromisoria <strong>de</strong> resultados fijos, sino una formulación<br />

con gran<strong>de</strong>s niveles <strong>de</strong> incertidumbre política y jurispru<strong>de</strong>ncial,<br />

12 Forsthoff lo expresaría con contun<strong>de</strong>ncia: “Casi todas las instituciones <strong>de</strong> nuestro Derecho público<br />

que han transformado al Estado en un Estado social existen <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>cenios sin que las<br />

Constituciones hayan tomado nota <strong>de</strong> ello” (en W. Abendroth, E. Forsthoff, K. Doehring, El<br />

Estado social, Madrid, Centro <strong>de</strong> Estudios Constitucionales, 1986, pp. 76 y ss.).<br />

13 Forsthoff criticaba la <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> la presencia constitucional <strong>de</strong>l Estado Social. Con ironía hablaba<br />

<strong>de</strong> los bienintencionados teóricos que intentaban “obtener para esa fórmula un contenido concreto,<br />

apreciable”. Y con dureza sentenciaba: “una fórmula vacía y una banalidad <strong>de</strong> arriba abajo”<br />

(E. Forsthoff, El Estado <strong>de</strong> la sociedad..., op. cit, pp. 108-109).<br />

14 En ningún caso se asigna un mecanismo concreto <strong>de</strong> tutela o amparo a los <strong>de</strong>rechos sociales. Solo<br />

en el tardío, peculiar y efímero caso <strong>de</strong> Portugal en don<strong>de</strong> la equiparación en tipos <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos<br />

<strong>de</strong>jó, en un principio, abierta una puerta al legislador.<br />

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FR A N C I S C O PA L A C I O S RO M E O<br />

cuando no <strong>de</strong> simple inconsistencia 15 . La prueba es que en cuanto la coyuntura<br />

económica y los grupos <strong>de</strong> presión hegemónicos actuaron sobre el<br />

Estado, la cláusula social no pudo evitar que: a) los contenidos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos<br />

sociales fueran <strong>de</strong>sustancializados; b) la legislación <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo sufriría<br />

recortes esenciales, tanto en cuanto a <strong>de</strong>rechos laborales como a <strong>de</strong>rechos<br />

<strong>de</strong> previsión; c) las políticas públicas conexas sufrirían fuertes quebrantos,<br />

en todas sus formulaciones, como consecuencia directa <strong>de</strong> la quiebra <strong>de</strong>l sistema<br />

jurídico-político anterior; d) se fortalecieran todas las áreas normativas<br />

que protegían la intangibilidad <strong>de</strong> la propiedad privada, favorecían la<br />

concentración oligopólica, propiciaban la especulación financiera y promovían<br />

la <strong>de</strong>slocalización 16 .<br />

El comienzo oficial <strong>de</strong> la crisis <strong>de</strong>l Estado social –la mal llamada crisis<br />

petrolera <strong>de</strong> 1973– <strong>de</strong>mostró que el Estado (social) no era una figura<br />

omnisciente y en plena disposición <strong>de</strong> su estatus soberano. El Estado social<br />

era Estado social administrativo y laboral y no Estado social constitucional.<br />

El Estado estaba sometido a fuerzas y factores <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r que se le escapaban,<br />

que no podían ser controlados y que, por lo tanto, en cualquier coyuntura<br />

hostil para los mismos, podía pasar a <strong>de</strong>terminar gravemente las <strong>de</strong>cisiones<br />

y las funciones soberanas <strong>de</strong> los distintos ámbitos <strong>de</strong> ese Estado. El mo<strong>de</strong>lo<br />

jurídico-constitucional <strong>de</strong>l Estado social se patentizó como absolutamente<br />

vulnerable. Se <strong>de</strong>mostró que un mo<strong>de</strong>lo constitucional socialmente concretado<br />

y garantista era imprescindible para, cuando menos, frenar la pretendida<br />

fuerza irresistible <strong>de</strong>l factor económico. El neoliberalismo se impondría<br />

en la crisis bajo la formulación <strong>de</strong> “eximente completa <strong>de</strong> fuerza irresistible”<br />

<strong>de</strong>l factor económico y <strong>de</strong>l elemento empresarial, bajo la que múltiples<br />

fuerzas sociales y políticas cedieron.<br />

15 Cfr. G. Pisarello, Los <strong>de</strong>rechos sociales y sus garantías, Madrid, Trotta, 2007, pp. 11 y ss.<br />

16 Cfr. C. De Cabo, La teoría constitucional <strong>de</strong> la solidaridad, Madrid, Marcial Pons, 2006, pp. 7-20.<br />

La llamada crisis <strong>de</strong>l Estado social ha patentizado cómo el sistema <strong>de</strong> garantías y controles para los<br />

<strong>de</strong>rechos sociales era cuasi-inexistente. Por el contrario, la crisis probó la fortaleza jurídica <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho<br />

patrimonial, ya que se <strong>de</strong>sarrollaron los bloques normativos y se incrementaron las formulaciones<br />

<strong>de</strong> tutela para todo tipo <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos mercantiles y para la intangibilidad <strong>de</strong> la propiedad<br />

privada. Y <strong>de</strong> esto hay múltiples ejemplos que van <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el quebranto <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadas tipologías<br />

<strong>de</strong> tributación –e incluso <strong>de</strong> figuras fiscales completas– hasta la <strong>de</strong>svinculación <strong>de</strong> múltiples obligaciones<br />

empresariales respecto al factor trabajo.<br />

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Ésta era la coyuntura <strong>de</strong> crisis <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo en la Europa <strong>de</strong> los setenta.<br />

La situación general <strong>de</strong> los Estados latinoamericanos, intoxicada por procesos<br />

<strong>de</strong> mo<strong>de</strong>rnización <strong>de</strong>svertebradores y hegemonías dominantes, es ahora<br />

incluso peor en cuanto a condiciones objetivas que la <strong>de</strong> la Europa <strong>de</strong> la<br />

postguerra. Por supuesto que es imposible hablar <strong>de</strong> Estado social e incluso<br />

pue<strong>de</strong> afirmarse que es complicado hablar <strong>de</strong> Estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho en muchas<br />

<strong>de</strong> las coyunturas. También se hace difícil catalogar como Estado los casos<br />

más extremos 17 . No solo Ecuador sino todos los países latinoamericanos<br />

conocían dos décadas <strong>de</strong> proyecto neoliberal cuya hipótesis constitucional<br />

radicaba en que la solución a todos los males endémicos <strong>de</strong> dichos Estados<br />

era su absoluta <strong>de</strong>sustancialización social y pública. Dicha <strong>de</strong>sustancialización<br />

<strong>de</strong>mostró lo contrario: las prácticas neoliberales sin un Estado mínimo<br />

conducían a una mucha mayor ineficacia <strong>de</strong>l Estado y a un mayor colapso<br />

económico-social. Las cifras y los resultados político-sociales <strong>de</strong> las décadas<br />

80-90 dan los saldos más negativos <strong>de</strong> todo el último medio siglo 18 .<br />

Por lo tanto, la Constitución <strong>de</strong>l 2008 –y en general el nuevo constitucionalismo<br />

latinoamericano– es una tarea que conecta con la aspiración teórica<br />

que se abrió en el campo jurídico europeo <strong>de</strong> dar soluciones a la orfandad<br />

<strong>de</strong>l individuo en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l Estado constitucional, tras la <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo liberal y su <strong>de</strong>smoronamiento, durante toda la primera<br />

mitad <strong>de</strong>l siglo XX. Tarea pendiente para el constitucionalismo comparado.<br />

La nueva Constitución prefigura un nuevo mo<strong>de</strong>lo constitucional-social no<br />

solo para referenciarse en la crisis <strong>de</strong>l Estado liberal sino también –ya con<br />

perspectiva histórica– intentar evitar las carencias y déficit <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong><br />

constitucionalismo social europeo <strong>de</strong> postguerra. Y lo hace <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el marco<br />

<strong>de</strong>l constitucionalismo <strong>de</strong>mocrático y <strong>de</strong>l constitucionalismo social. Esta<br />

constitucionalización básica solo tiene presencia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la oleada neoconsti-<br />

17 Cfr. Carlos <strong>de</strong> Cabo, “El mo<strong>de</strong>lo periférico <strong>de</strong> dominación: la inexistencia <strong>de</strong>l Estado Social” en<br />

La crisis... op. cit., pp. 97-124.<br />

18 Saldos negativos en todo el continente latinoamericano, con los crecimientos económicos y los<br />

i n d i c a d o res sociales más negativos en la casi práctica totalidad <strong>de</strong> los Estados (ve r :<br />

“Neoliberalismo, hegemonía y nuevo or<strong>de</strong>n a final <strong>de</strong> siglo. El caso <strong>de</strong> Latinoamérica como estrategia<br />

y resultante social” en F. Palacios, La civilización <strong>de</strong> choque. Hegemonía occi<strong>de</strong>ntal, mo<strong>de</strong>rnización<br />

y Estado periférico,Centro <strong>de</strong> Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 1998, pp. 361-<br />

401.).<br />

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FR A N C I S C O PA L A C I O S RO M E O<br />

tucional <strong>de</strong> finales <strong>de</strong> siglo: Nicaragua (1987), Colombia (1991), Ecuador<br />

(1998), Venezuela (1999).<br />

2. 3. Los sistemas <strong>de</strong> procura existencial y buen vivir como objetivos<br />

complementarios <strong>de</strong>l nuevo constitucionalismo<br />

Por ello, es importante la irrupción <strong>de</strong>l nuevo constitucionalismo latinoamericano,<br />

porque recoge no solo las insuficiencias <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo constitucional-social<br />

<strong>de</strong> postguerra, sino porque también cubre las posibles alternativas<br />

a un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Estado social recargado, burocratizado, asistencialista y, por<br />

lo tanto, débil y quebradizo. El mejor ejemplo es cómo el sistema social <strong>de</strong><br />

la nueva Constitución abarca dos objetivos:<br />

• Cimienta el nuevo mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Estado en un nuevo mo<strong>de</strong>lo constitucional<br />

que asume con complejidad y consistencia toda la dogmática<br />

jurídica <strong>de</strong> la procura existencial (“daseinsvorsorge”). Lo hace a través<br />

<strong>de</strong> una tabla omnicomprensiva <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos sociales y un estatuto<br />

constitucional económico. Se asume la protección y garantía <strong>de</strong><br />

los <strong>de</strong>rechos sociales como la principal función <strong>de</strong> un Estado y, por<br />

lo tanto, <strong>de</strong> una administración pública 19 .<br />

• Por primera vez no tien<strong>de</strong> a <strong>de</strong>positar todo el peso <strong>de</strong> la construcción<br />

social bajo la arquitectura directa <strong>de</strong>l Estado, ni le hace solitario responsable<br />

<strong>de</strong>l “daseinsvorsorge”. Es ahí don<strong>de</strong> cobra gran importancia<br />

el factor <strong>de</strong> construcción civil-comunitario <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo social que<br />

recoge los parámetros teóricos anteriormente mencionados en la<br />

taxonomía <strong>de</strong> Gurvitch, en las hipótesis <strong>de</strong> la escuela crítica y <strong>de</strong>l<br />

neocorporatismo extenso y participativo que tiene su novedosa adaptación<br />

a través <strong>de</strong>l “sumak kawsay”. No solo recoge estos dos paradigmas<br />

clásicos sino que plantea unas bases <strong>de</strong> participación que<br />

imbrican el elemento participación en el doble plano <strong>de</strong> lo micropolítico<br />

y <strong>de</strong> lo micro-económico. Una fórmula para <strong>de</strong>scongestionar<br />

el Estado y para distribuir la carga <strong>de</strong> responsabilidad y funciones.<br />

19 Teorización sobre garantismo en coherencia con el Proyecto en L. Ferrajoli, <strong>Derechos</strong> y garantías,<br />

Trotta, Madrid, 2006.<br />

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No hay dialéctica entre más Estado y sociedad civil (menos Estado).<br />

Se rompe el dogma liberal <strong>de</strong> esa inevitable dialéctica: la sociedad<br />

civil asume un papel <strong>de</strong> organización colectiva múltiple en simbiosis<br />

con el Estado. Supone una nueva forma <strong>de</strong> estructura político-social,<br />

don<strong>de</strong> se implementen nuevos mecanismos <strong>de</strong> participación política<br />

directa y organización económica solidaria. Técnicamente, supone<br />

más base y, por lo tanto, mayores dificulta<strong>de</strong>s por parte <strong>de</strong>l <strong>de</strong>terminismo<br />

economicista y <strong>de</strong> los po<strong>de</strong>res fácticos para limitar, condicionar<br />

o acabar con un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Estado social y comunitario 20 .<br />

Podría parecer muy pretencioso que cuando se está en presencia <strong>de</strong><br />

Estados precarios, que ni siquiera han consolidado <strong>de</strong>rechos civiles o políticos,<br />

se pretenda ya no solo construir un Estado social amplio, sino generar<br />

una estructura social comunitaria y <strong>de</strong>liberativa. No es contradictorio ni<br />

quimérico. Por una sencilla razón: el Estado periférico sufre tal <strong>de</strong>svertebración<br />

que por si solo no es instrumento suficiente para generar un mo<strong>de</strong>lo<br />

social y ni siquiera para consolidar un sistema civil y político. Necesita todo<br />

un amplio tejido social para afrontar esa tarea. Por ello, la nueva<br />

Constitución asumió el principio participativo que <strong>de</strong>sgrana a lo largo <strong>de</strong><br />

múltiples artículos con la incorporación <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> elementos:<br />

a) Mo<strong>de</strong>lo constitucional dogmático que implementa unas extensas<br />

tablas <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos fundamentales entre las que sobresale un exhaustivo<br />

articulado <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos sociales.<br />

b) Sistema maximalista <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos sociales bajo criterio <strong>de</strong> interpretación<br />

más favorable, fuente jurídico-internacional y principio iusnaturalista.<br />

c) Sistema <strong>de</strong> tutela <strong>de</strong> garantismo completo y omnicomprensivo con<br />

extensión en el control <strong>de</strong> las políticas públicas.<br />

d) <strong>Derechos</strong> sociales <strong>de</strong>tallados con técnica reglamentista.<br />

20 La generación <strong>de</strong> un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> participación completo, junto con la articulación <strong>de</strong> un sistema<br />

amplio <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos sociales, son elementos esenciales <strong>de</strong> un Estado Constitucional <strong>de</strong>mocrático<br />

(Cfr. F. Palacios, “El Estado Constitucional. Entre la <strong>de</strong>mocracia <strong>de</strong>liberativa y el autoritarismo<br />

institucional”, en A. García y C. Marcuello (coord..), Conceptos para pensar el siglo XXI, Catarata,<br />

Madrid, 2008, pp. 103-108 y 115-123).<br />

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e) <strong>Derechos</strong> sociales insertos en un mo<strong>de</strong>lo social-participativo y que<br />

genera un mo<strong>de</strong>lo constitucional <strong>de</strong> radical profundización <strong>de</strong>mocrática.<br />

f) <strong>Derechos</strong> bajo la doble lógica <strong>de</strong> un Estado y <strong>de</strong> un nuevo mo<strong>de</strong>lo<br />

<strong>de</strong> propiedad social.<br />

g) <strong>Derechos</strong> sociales integrados en una Constitución económica extensa<br />

(régimen <strong>de</strong> buen vivir y régimen <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo) como instrumento<br />

<strong>de</strong> profundización para la gestación <strong>de</strong> un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> economía<br />

comunitaria.<br />

El reglamentismo tiene una doble explicación. Por un lado, cubrir su<br />

eficacia en mayor grado, a sabiendas que dichos <strong>de</strong>rechos iban a ser muy<br />

nominales hasta que la reforma <strong>de</strong>l Estado y la nueva arquitectura legislativa<br />

pudieran darles una progresiva normatividad. También el exceso reglamentista<br />

tiene una segunda explicación: Ecuador parte <strong>de</strong> una situación en<br />

la que el Estado está por construir y la sociedad por vertebrar, y en esta tesitura<br />

se hace fundamental la comprensión por parte <strong>de</strong> la sociedad <strong>de</strong> los<br />

contornos básicos <strong>de</strong>l proceso. El nuevo constitucionalismo social preten<strong>de</strong><br />

ejercer un papel didáctico que va en paralelo a la función or<strong>de</strong>nadora.<br />

2. 4. Constitucionalización <strong>de</strong>l sistema social:<br />

argumentario-normativo-internacional y teoría clásica<br />

Finalmente, dos notas para los críticos. En primer lugar, cómo el hecho <strong>de</strong><br />

negar un planteamiento constitucional amplio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos sociales es<br />

<strong>de</strong>sconocer todo el <strong>de</strong>sarrollo normativo internacional que ha habido a<br />

favor <strong>de</strong> su cobertura amplia. La nueva Constitución se esfuerza por seguir<br />

los <strong>de</strong>lineamientos jurídico-programáticos <strong>de</strong> la comunidad internacional,<br />

al contrario <strong>de</strong> lo que intentan los planteamientos neoliberales. ¿Les sonarán<br />

a tales dichos pertinaces censores instrumentos jurídicos tales como El<br />

Protocolo <strong>de</strong> San Salvador o, cuando menos, el Pacto Internacional <strong>de</strong><br />

<strong>Derechos</strong> Económicos, Sociales y Culturales, la Carta Andina para la<br />

Promoción y Protección <strong>de</strong> los <strong>Derechos</strong> Humanos o el Documento final<br />

<strong>de</strong> la Conferencia Mundial <strong>de</strong> <strong>Derechos</strong> Humanos <strong>de</strong> Viena (Naciones<br />

Unidas, 1993) que viene a sancionar la necesaria conveniencia <strong>de</strong> la indivi-<br />

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sibilidad e integridad <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos? Des<strong>de</strong> la entrada en vigor<br />

<strong>de</strong>l Pacto Internacional <strong>de</strong> <strong>Derechos</strong> Económicos, Sociales y Culturales, los<br />

estados <strong>de</strong>bieron asumir un compromiso <strong>de</strong> base normativa respecto al muy<br />

amplio grupo <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos sociales que contempla el Pacto. El Pacto no<br />

parte <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a primera <strong>de</strong> asignar “más <strong>de</strong>rechos” sino <strong>de</strong> buscar las bases<br />

materiales necesarias para que sean hábiles, posibles, los <strong>de</strong>rechos civiles y<br />

políticos.<br />

Otra <strong>de</strong> las críticas más recurrentes en los <strong>de</strong>bates <strong>de</strong> la Asamblea<br />

Constituyente ha sido sobre la inadmisible sobrecarga <strong>de</strong>l Estado y las<br />

“excentricida<strong>de</strong>s sistémicas” que aporta el texto constitucional <strong>de</strong> dudosa<br />

puridad jurídica y doctrinal respecto a las configuraciones clásicas. Y es cierto<br />

que el nuevo texto propone un gran número <strong>de</strong> sistemas pero ello no<br />

<strong>de</strong>be ser sinónimo <strong>de</strong> sobrecarga <strong>de</strong>l Estado en un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> estructura<br />

civil participativa, don<strong>de</strong> nuevos motores <strong>de</strong>berían implicar a la sociedad<br />

civil en nuevas formas <strong>de</strong> organización y estructuración para la construcción<br />

<strong>de</strong> espacio vital efectivo y, en suma, para la generación <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos sociales<br />

básicos inaplazables. El régimen <strong>de</strong>l buen vivir y su sistema sería homologable<br />

en el campo <strong>de</strong> una <strong>de</strong>terminada arquitectura político-jurídica como<br />

sería el <strong>de</strong>l “asociacionismo mutualista” <strong>de</strong> Proudhon, la tradición jurídica<br />

<strong>de</strong> las “personalida<strong>de</strong>s colectivas complejas” <strong>de</strong> Gierke, o yendo a un plano<br />

más jurídico-administrativo, la “adjunción <strong>de</strong> profanos a las funciones<br />

administrativas” <strong>de</strong> Schmitt. A<strong>de</strong>más, la incorporación <strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong><br />

“sumak kawsay” supone un grado respecto a una procura existencial simplemente<br />

“pasiva” adhiriéndose a la antigua, aunque inédita, “auto<strong>de</strong>terminación<br />

social creativa” <strong>de</strong> Huber, en la que el Estado <strong>de</strong>be generar condiciones<br />

para estimular el <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> potencialida<strong>de</strong>s y no ser una simple retaguardia<br />

asistencial 21 . Decía Forsthoff que “la Administración aportadora <strong>de</strong><br />

prestaciones no está obligada, vinculada a las formas <strong>de</strong>l Derecho Público,<br />

y la elección <strong>de</strong> la forma jurídica –jurídico privada o jurídico pública–<br />

21 Para un estudio omnicomprensivo <strong>de</strong> la dogmática jurídica originaria en la construcción <strong>de</strong> una<br />

administración social bajo formulaciones <strong>de</strong> red, ver: G. Gurvitch, La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho social,<br />

Madrid, Comares, 2005). Las aplicaciones teóricas actuales podrían ser también numerosas, a título<br />

<strong>de</strong> ejemplo “la modificación <strong>de</strong>l habitus” <strong>de</strong> Bourdieu (cfr., A. García Inda, La violencia <strong>de</strong> las<br />

formas jurídicas. La sociología <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r y el Derecho <strong>de</strong> Pierre Bourdieu, Barcelona, Ce<strong>de</strong>cs, 1997).<br />

55


FR A N C I S C O PA L A C I O S RO M E O<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> factores que son irrelevantes para la relación primordial<br />

entre el individuo y la Administración” 22 .<br />

¿Asistencialismo? No, el asistencialismo viene caracterizado por una red<br />

estatal <strong>de</strong> donaciones materiales sin retorno y sin interacción. Donaciones<br />

individualizadas que se hacen individualizadas y adscritas en los casos más<br />

agudos <strong>de</strong> clientelismo. Sin embargo, los sistemas generados en el régimen<br />

<strong>de</strong> “sumak kawsay” <strong>de</strong>berán tener como objeto generar estructura comunitaria<br />

en los fines o en los mecanismos técnicos para su implementación,<br />

configurándose como elementos proactivos para el <strong>de</strong>sarrollo. Por lo tanto<br />

y parafraseando a Forsthoff, la administración tiene como función dar<br />

cobertura a lo que ahora no es ya ni “suficiente” ni “a<strong>de</strong>cuado” 23 . También<br />

se han levantado voces hablando que la nueva Constitución promueve<br />

mecanismos contra toda técnica jurídico-administrativa, cuando, sin<br />

embargo, no tiene por qué ser imposible la versatilidad <strong>de</strong> la administración<br />

pública, por <strong>de</strong>finición receptora permanente <strong>de</strong> cambios, respecto a: 1)<br />

múltiples <strong>de</strong>sdoblamientos verticales en función <strong>de</strong> las múltiples e infinitas<br />

casuísticas habidas en la configuración territorial <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los Estados;<br />

2) mutaciones radicales <strong>de</strong> las administraciones públicas en función <strong>de</strong> la<br />

transformación <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> Estado y <strong>de</strong> las circunstancias históricopolíticas,<br />

en las que la técnica era un instrumento mutable como ya se señaló<br />

en la originaria problemática <strong>de</strong>l cambio hacia un Estado social 24 .<br />

22 E. Forsthoff, Sociedad industrial..., op. cit., p. 21.<br />

23 Ibi<strong>de</strong>m, pp. 25-26.<br />

24 V. gr. Smend, Forshoff, Ripert o Triepel. Este último, allá por 1931, ya advertía respecto a la adjetivización<br />

minusvalorativa, limitativa y reductora <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> Derecho como liberal, burgués o<br />

incluso social (H. Triepel, Derecho público y política, Revista <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte, Madrid, 1974). En<br />

semejante sentido, M. García-Pelayo, Las transformaciones <strong>de</strong>l Estado contemporáneo, Madrid,<br />

Alianza, 1982 (capítulos I y V, “El Estado social y sus implicaciones” y “El crecimiento <strong>de</strong> la actividad<br />

estatal”).<br />

56


CO N S T I T U C I O N A L I Z A C I Ó N D E U N S I S T E M A I N T E G R A L D E D E R E C H O S S O C I A L E S<br />

III. La construcción holista como sistema<br />

y referente constitucional<br />

El régimen <strong>de</strong>l buen vivir <strong>de</strong> la nueva Constitución es, en <strong>de</strong>finitiva, el compendio<br />

<strong>de</strong> toda la construcción constitucional pero tiene su núcleo en una<br />

dogmática doble: a) sistema <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos sociales; b) estructura <strong>de</strong> sistemas.<br />

Hablamos <strong>de</strong> dogmática porque, en esta ocasión, la dogmática clásica es<br />

superada por un régimen más complejo, íntimamente relacionado, ya que<br />

a cada tipo <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos le correspon<strong>de</strong> un sistema. El régimen intenta superar<br />

el estatuto <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho individual, aislado, <strong>de</strong> disfrute egótico, incluso<br />

más allá <strong>de</strong> una simple conexidad <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos. El sistema habla <strong>de</strong> dos<br />

cosas: a) aplicación conjunta con lógica asociativa; b) <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> obligaciones<br />

concretas al Estado en forma <strong>de</strong> políticas públicas articuladas.<br />

Constitución holista porque el objetivo constitucional es articular un contrato<br />

social más allá <strong>de</strong> la suma simple <strong>de</strong> individuos e instituciones que<br />

componen el conjunto social. Se trataría <strong>de</strong> conformar una realidad orgánica,<br />

como un todo distinto <strong>de</strong> la suma <strong>de</strong> las partes que lo componen, aunque<br />

siempre <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el respeto fundamental a los <strong>de</strong>rechos individuales 25 .<br />

De esta forma, cada <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l buen vivir 26 se relaciona con un sistema<br />

<strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong>l buen vivir 27 en el que: a) se <strong>de</strong>sarrolla el concepto y contenidos<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho; b) se imponen obligaciones genéricas al Estado. El<br />

Régimen se va a dividir en dos sistemas principales: a) un sistema principal<br />

<strong>de</strong> inclusión, en el que se <strong>de</strong>scriben los principales sistemas <strong>de</strong> un Estado<br />

Social clásico 28 ; b) un sistema principal ecológico en el que se articulan<br />

varios otros sistemas relativos al medioambiente y a la soberanía alimentaria<br />

29 . El primero podría referenciarse en la hipótesis <strong>de</strong> la procura existen-<br />

25 El término holista que se barajó para varios artículos finalmente quedó contemplado en el Art. 27.<br />

26 <strong>Derechos</strong> <strong>de</strong>l Buen Vivir (título II, capítulo II, artículos 12-34).<br />

27 Régimen <strong>de</strong>l Buen Vivir (título VII, artículos 340-415).<br />

28 Este sistema principal <strong>de</strong> inclusión se <strong>de</strong>nomina “Inclusión y Equidad” (Capítulo Primero) y abarca<br />

los sistemas mayores <strong>de</strong> Educación, Salud, Seguridad Social, Hábitat y Vivienda. Así como los<br />

sistemas menores <strong>de</strong> Cultura, Cultura Física y Tiempo Libre, Comunicación Social, Ciencia,<br />

Tecnología y Saberes Ancestrales, así como un sistema <strong>de</strong> prevención (Gestión <strong>de</strong>l riesgo,<br />

Población y Movilidad Humana, Seguridad Humana y Transporte).<br />

29 Este sistema principal ecológico se <strong>de</strong>nomina “Biodiversidad y recursos naturales” (Capítulo<br />

Segundo) y también po<strong>de</strong>mos distinguir entre el Sistema Biodiversidad (Naturaleza y Ambiente,<br />

57


cial y el segundo vendría a incorporar la filosofía <strong>de</strong>l buen vivir. En todo<br />

caso, la nueva Constitución conforma unos contenidos muy maximalistas<br />

en coberturas y garantías.<br />

Obligaciones <strong>de</strong>l Estado que se completan con parte <strong>de</strong>l articulado <strong>de</strong>l<br />

régimen <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo (título VI) en el que se concretan las obligaciones <strong>de</strong><br />

las administraciones públicas y los <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> entes privados y sociales y, en<br />

este sentido, su primer artículo <strong>de</strong>termina que “el régimen <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo<br />

garantiza el buen vivir” 30 .<br />

3. 1. Sistema <strong>de</strong> inclusión<br />

FR A N C I S C O PA L A C I O S RO M E O<br />

El sistema <strong>de</strong> Educación se referencia en el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l mismo nombre. El<br />

<strong>de</strong>recho a la educación es universal y gratuito hasta la educación universitaria<br />

incluida. Está presente la libertad <strong>de</strong> elección <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>lo educativo en<br />

función <strong>de</strong> creencias y preferencias varias. Delimita unos perfiles que no<br />

podrán ser <strong>de</strong>sconsi<strong>de</strong>rados por los centros docentes y que vienen presididos<br />

por el “<strong>de</strong>sarrollo holístico <strong>de</strong>l ser humano” 31 .<br />

El sistema educativo queda <strong>de</strong>clarado servicio público. Se basa en la<br />

universalización, las priorida<strong>de</strong>s, la gratuidad y el pluralismo. Este último se<br />

proyecta en los mecanismos <strong>de</strong> gestión que pue<strong>de</strong>n ser públicos, privados,<br />

fiscomicionales y bajo lógica artesanal y comunitaria. Como prioridad se<br />

alu<strong>de</strong> a la erradicación <strong>de</strong>l analfabetismo. Un mo<strong>de</strong>lo don<strong>de</strong> el Estado pone<br />

todo el esfuerzo (gratuidad) requiere unos mecanismos <strong>de</strong> control exhaustivos<br />

como son un sistema nacional <strong>de</strong> evaluación <strong>de</strong> centros y carreras<br />

docentes, así como los marcos <strong>de</strong> la política salarial. En el sistema <strong>de</strong> educación<br />

superior se reconoce la autonomía universitaria pero, como servicio<br />

público, bajo las coor<strong>de</strong>nadas <strong>de</strong> un organismo público <strong>de</strong> regulación, fiscalización<br />

y <strong>de</strong> acreditación <strong>de</strong> titulaciones y profesorado 32 .<br />

Bi o d i versidad, Patrimonio Natural y Ecosistemas, Biosfera, Ecología Urbana y En e r g í a s<br />

Alternativas) y el Sistema <strong>de</strong> Recursos Naturales (Recursos Naturales, Suelo, Agua).<br />

30 El Régimen <strong>de</strong> Desarrollo (Título VI) se abre con un capítulo <strong>de</strong> “principios generales” que apela<br />

a la consecución <strong>de</strong>l buen vivir a través <strong>de</strong>l establecimiento <strong>de</strong> sistemas garantizados por el Estado.<br />

31 La educación será participativa, empática (<strong>de</strong> calidad y cali<strong>de</strong>z), estimuladora <strong>de</strong>l sentido crítico y<br />

la iniciativa comunitaria e individual (Arts. 26-29).<br />

32 Artículos 343-357. Se conforma como servicio público impropio, en el que los entes privados fun-<br />

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CO N S T I T U C I O N A L I Z A C I Ó N D E U N S I S T E M A I N T E G R A L D E D E R E C H O S S O C I A L E S<br />

La salud tiene un solo artículo con dos empeños: a) sentar los principios<br />

clásicos, entre los que <strong>de</strong>stacan la universalidad y la bioética; b) asumir<br />

una lógica <strong>de</strong> interrelación que se concreta en su vinculación a otros <strong>de</strong>rechos:<br />

agua, alimentación, educación, cultura física, trabajo, ecosistema 33 . El<br />

sistema <strong>de</strong> salud se <strong>de</strong>clara también servicio público, aunque con una red<br />

pública diferenciada <strong>de</strong> los entes privados bajo funcionamientos <strong>de</strong> servicio<br />

público impropio. La red pública es <strong>de</strong>clarada gratuita. El sistema pasa a responsabilizarse,<br />

promover e incluso garantizar elementos tan variados y<br />

amplios tales como la prevención, rehabilitación, salud ancestral y alternativa<br />

y salud sexual. Comentario aparte merece la <strong>de</strong>nominada promoción y<br />

producción nacional y “utilización <strong>de</strong> medicamentos genéricos” reforzada<br />

con una fórmula <strong>de</strong> interpretación bajo la que “en el acceso a medicamentos,<br />

los intereses <strong>de</strong> la salud pública prevalecerán sobre los económicos y<br />

comerciales” en una concreción <strong>de</strong>l espíritu <strong>de</strong> la nueva Constitución en la<br />

primacía <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho sobre la lógica <strong>de</strong> la ganancia, aunque sea bajo etiqueta<br />

<strong>de</strong> propiedad intelectual 34 .<br />

El Sistema <strong>de</strong> Previsión es constitucionalizado como imperativo categórico<br />

principal con una serie <strong>de</strong> elementos que sumados todos <strong>de</strong>mandan<br />

<strong>de</strong>l Estado conve rtirse en primera prioridad <strong>de</strong> las políticas públicas:<br />

a) universal y público; b) obligatorio; c) la universalización abarca todos<br />

los campos según preceptúa el enunciado <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho y <strong>de</strong>sarrolla el sistema:<br />

“enfermedad, maternidad, paternidad, riesgos <strong>de</strong> trabajo, cesantía,<br />

<strong>de</strong>sempleo, ve j ez, inva l i d ez, discapacidad, muert e”; d) estructura <strong>de</strong> obligaciones<br />

que implica a empleador, empleado y Estado; e) sometido a cláusula<br />

que prohíbe la privatización <strong>de</strong>l sistema; d) ruptura <strong>de</strong> la lógica <strong>de</strong><br />

caja única por la que la existencia <strong>de</strong>l sistema no <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá <strong>de</strong> su pro p i a<br />

contabilidad interna sino directamente <strong>de</strong> los presupuestos generales <strong>de</strong>l<br />

E s t a d o. Constitucionalización reglamentaria necesaria ante la laxitud <strong>de</strong><br />

cionarían bajo autorización. La financiación <strong>de</strong>l Estado supondrá que los centros renuncien a cualquier<br />

ánimo <strong>de</strong> lucro. En la educación superior los centros privados no podrán convertirse en<br />

reductos <strong>de</strong> exclusividad sino que <strong>de</strong>berán tener una política <strong>de</strong> becas inclusiva.<br />

33 Artículo 32, que subsume la interrelación bajo el término “buen vivir”.<br />

34 Artículos 358-366. Resulta <strong>de</strong>stacable el apunte reglamentista respecto a la omisión <strong>de</strong> socorro que<br />

es constitucionalizada en el artículo 365 ante los numerosos casos que se producen y ante la actitud<br />

“omisiva <strong>de</strong> la omisión” por parte <strong>de</strong> la administración pública y la judicatura.<br />

59


FR A N C I S C O PA L A C I O S RO M E O<br />

los textos <strong>constitucionales</strong> <strong>de</strong> anteriores generaciones que jamás se concretaban<br />

y la actitud contenida <strong>de</strong> la jurispru<strong>de</strong>ncia. Se introduce a<strong>de</strong>más<br />

una caligrafía constitucional blindada ante las nuevas lógicas <strong>de</strong> pre v i s i ó n<br />

n e o l i b e r a l 3 5 .<br />

El sistema <strong>de</strong> hábitat y vivienda irrumpe con una regulación nada habitual<br />

en los tópicos <strong>de</strong>l Estado social 36 . Es el Cuarto Jinete <strong>de</strong>l Apocalipsis<br />

social nunca contemplado por la lógica <strong>de</strong>l constitucionalismo liberal<br />

¿Razón? Es el mayor generador <strong>de</strong> plusvalías a todos los actores <strong>de</strong> los bloques<br />

hegemónicos sociales y políticos (empresa inmobiliaria, banca y clase<br />

política). El <strong>de</strong>recho recuerda explícitamente la función social y ambiental<br />

<strong>de</strong> la propiedad, la cual queda limitada como <strong>de</strong>recho “erga omnium”. La<br />

regulación parte <strong>de</strong> una premisa obvia pero nunca realizada en la práctica<br />

totalidad <strong>de</strong> Estados periféricos: el or<strong>de</strong>n administrativo básico a través <strong>de</strong><br />

la creación <strong>de</strong> un catastro nacional georreferenciado. Es especialmente reseñable<br />

como el articulado recuerda concretamente a los ayuntamientos la<br />

utilidad jurídica <strong>de</strong>l instituto expropiatorio. Lo que sí es <strong>de</strong> suma transcen<strong>de</strong>ncia<br />

es cómo el nuevo texto constitucional es el primero en prohibir la<br />

plusvalía urbanística bajo supuesto <strong>de</strong> simple modificación <strong>de</strong> estatus administrativo<br />

<strong>de</strong>l suelo 37 . El sistema se obliga a <strong>de</strong>sarrollar planes <strong>de</strong> financiación<br />

<strong>de</strong> vivienda <strong>de</strong> protección oficial tanto en régimen <strong>de</strong> propiedad como<br />

<strong>de</strong> alquiler. El enunciado <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho recuerda cómo la protección constitucional<br />

<strong>de</strong>l suelo no solo <strong>de</strong>be materializarse en el acceso al mismo sino en<br />

su salubridad, sustentabilidad y equilibrio urbano-rural en un afán constitucional<br />

por cubrir los criterios <strong>de</strong> calidad y empatía colectiva que prescribe<br />

el régimen <strong>de</strong>l buen vivir.<br />

Cabrá la pregunta <strong>de</strong> por qué se contempla una cláusula tan concreta y<br />

redundante con las obligaciones y garantías generales <strong>de</strong>l articulado tal<br />

35 El sistema incluye todos los supuestos posibles tales como autónomos, activida<strong>de</strong>s agrarias <strong>de</strong> autosustento<br />

y trabajo doméstico no remunerado. El sistema se regula en los artículos. 367-374 y el<br />

<strong>de</strong>recho en el artículo 34.<br />

36 Derecho <strong>de</strong> hábitat y vivienda (artçiculos 30-31); sistema <strong>de</strong> habitat y vivienda(artículos 375-376).<br />

37 El artículo 376 “prohíbe la obtención <strong>de</strong> beneficios a partir <strong>de</strong> prácticas especulativas sobre el uso<br />

<strong>de</strong>l suelo, en particular por el cambio <strong>de</strong> uso, <strong>de</strong> rústico a urbano o <strong>de</strong> público a privado”.<br />

Regulación inédita no solo en todo el constitucionalismo sino en la casi práctica totalidad <strong>de</strong> regulaciones<br />

administrativas.<br />

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CO N S T I T U C I O N A L I Z A C I Ó N D E U N S I S T E M A I N T E G R A L D E D E R E C H O S S O C I A L E S<br />

como la garantía <strong>de</strong> dotación ininterrumpida <strong>de</strong> los servicios <strong>de</strong> agua potable<br />

y electricidad a las escuelas y hospitales públicos. La razón es la precariedad<br />

en la que están instalados todos los Estados periféricos, no solventable<br />

a corto plazo. Por ello, hay que establecer una regulación constitucional<br />

<strong>de</strong> priorida<strong>de</strong>s incluso en lo que pudiera parecer el <strong>de</strong>tallismo reglamentista<br />

y contradictorio 38 .<br />

El <strong>de</strong>recho a la cultura y a la ciencia se correspon<strong>de</strong> con dos sistemas<br />

distintos aunque muy relacionados como son el sistema <strong>de</strong> cultura y el sistema<br />

<strong>de</strong> ciencia, tecnología, innovación y saberes ancestrales 39 . En el sistema<br />

<strong>de</strong> cultura sobresalen dos aspectos: a) concepto y contenido amplio <strong>de</strong><br />

cultura que incluye aspectos patrimoniales poco clásicos; b) responsabilidad<br />

concreta <strong>de</strong>l Estado para garantizar la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los operadores y<br />

creativos culturales respecto a ca<strong>de</strong>nas empresariales <strong>de</strong> distribución y producción.<br />

Se extraña un sistema <strong>de</strong> ocio anexo al sistema <strong>de</strong> cultura. El ocio<br />

(“tiempo libre”) queda relegado a un solo artículo cuando la recreación<br />

alternativa <strong>de</strong>l tiempo no laboral podría haber sido una <strong>de</strong> las principales<br />

noveda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l texto, máxime teniendo en cuenta su importancia en la generación<br />

<strong>de</strong> un régimen <strong>de</strong> “sumak kawsay” 40 . El sistema <strong>de</strong> ciencia y tecnología<br />

tiene una redacción <strong>de</strong>masiado formal y un mérito: el <strong>de</strong>sarrollo científico<br />

y la prioridad tecnológica siempre con base a la filosofía <strong>de</strong>l buen vivir<br />

y recuperando los saberes ancestrales 41 .<br />

Los otros sistemas menores son más <strong>de</strong> pre vención que <strong>de</strong> inclusión.<br />

Podría <strong>de</strong>cirse que configuran un sistema <strong>de</strong> pre vención y gestión <strong>de</strong> riesgos.<br />

Es éste otro <strong>de</strong> los puntos que podrían resultar exótico al constitucionalismo<br />

<strong>de</strong> salón pero que, sin embargo, no se constitucionalizan por<br />

capricho sino por la precariedad <strong>de</strong> todos los sistemas <strong>de</strong> seguridad, pre-<br />

38 Artículo 375.6. En semejante sentido podría argumentarse la habilitación <strong>de</strong> acceso público (perpendicular)<br />

obligatorio a playas, riberas o lagos (375.8). ¿Una Constitución <strong>de</strong>tallando pormenores<br />

que <strong>de</strong>berían pertenecer al <strong>de</strong>recho administrativo secundario? Sí, por la factura hegemonista<br />

que la propiedad privada ha tenido -y sigue teniendo- en todos los recovecos <strong>de</strong> los actuales mo<strong>de</strong>los<br />

<strong>de</strong> Estado.<br />

39 Derecho a la cultura y ciencia (artículos. 21-25).<br />

40 Sistema <strong>de</strong> cultura (artículos 377-380). Resulta poco sistemática la separación <strong>de</strong> la cultura física<br />

y el ocio en otra sección (Sección Sexta).<br />

41 Artículos 385-388.<br />

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FR A N C I S C O PA L A C I O S RO M E O<br />

vención e infraestructuras que, todavía, informan a múltiples Estados<br />

f a l l i d o s 4 2 .<br />

He querido <strong>de</strong>jar para el final el binomio <strong>de</strong> comunicación e información.<br />

Resulta paradójico el mo<strong>de</strong>lo ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se observa cómo el tamaño<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho quintuplica a la extensión <strong>de</strong>l hipotético sistema. Sí, hipotético,<br />

porque un sistema nunca pue<strong>de</strong> estar conformado por un solo elemento<br />

y mucho menos si ese elemento navega en generalida<strong>de</strong>s imposibles <strong>de</strong><br />

concretar 43 . Sin embargo, el <strong>de</strong>recho a la comunicación e información sí<br />

tiene una extensa regulación <strong>de</strong> buena factura. Incluso contiene una mayoría<br />

<strong>de</strong> elementos claramente pertenecientes a un sistema (y no a un <strong>de</strong>recho)<br />

tales como los artículos 17 y 19 en los que se <strong>de</strong>scribe cómo el Estado asigna<br />

frecuencias <strong>de</strong>l espectro radioeléctrico, facilita la creación <strong>de</strong> medios <strong>de</strong><br />

comunicación y evita prácticas oligopólicas (art. 17) o bien establece las<br />

políticas en regulación <strong>de</strong> contenidos mediáticos y publicidad (art. 19). La<br />

regulación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho a la comunicación también tiene otros dos artículos<br />

muy completos en los que se enuncia como participativa e igualitaria en la<br />

creación <strong>de</strong> medios y en el acceso plural a los mismos. El <strong>de</strong>recho a la información<br />

se dota <strong>de</strong> tres polémicos calificativos (veraz y verificada, contextualizada)<br />

pero que, sin duda, refuerzan la obligación <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> evitar<br />

la <strong>de</strong>sinformación y el libelo. ¿Qué falla en todo el bloque <strong>de</strong> comunicación?<br />

La ausencia <strong>de</strong> un Consejo ciudadano <strong>de</strong> participación y contraloría<br />

social. Precisamente porque los <strong>de</strong>rechos-sistema mencionados imponen al<br />

Estado una serie <strong>de</strong> gravosas y difíciles tareas en las que el equilibrio es muy<br />

necesario y, en segundo lugar, porque la <strong>de</strong>mocratización <strong>de</strong>l sector exige ese<br />

42 Textualmente, parte <strong>de</strong> ese reconocimiento el artículo 389 (“minimizar la condición <strong>de</strong> vulnerabilidad”).<br />

El sistema <strong>de</strong> prevención ocupa las secciones novena (“gestión <strong>de</strong> riesgo”), décima (“población<br />

y movilidad humana”), undécima (“seguridad humana”), duodécima (“transporte”).<br />

43 El Art. 384 reúne toda una serie <strong>de</strong> inconsistencias: En una primera parte se dice que el sistema<br />

“asegurará el ejercicio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos...” cuando asegurar el ejercicio <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho es tarea <strong>de</strong> la<br />

justicia y las garantías <strong>constitucionales</strong>. En una segunda parte se dice que el sistema se conformará<br />

“por las políticas y la normativa” a lo que hay que preguntarse ¿con qué si no?, para más a<strong>de</strong>lante<br />

establecer dudas sobre la conducta legal <strong>de</strong>l Estado y con un tono paternal apelar a que el<br />

“Estado formulará la política pública <strong>de</strong> comunicación con respeto irrestricto a la libertad <strong>de</strong><br />

expresión y <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> la comunicación consagrados en la Constitución y los instrumentos<br />

internacionales”. Termina el sistema con una línea sumamente creativa: “La ley <strong>de</strong>finirá su<br />

organización, funcionamiento y las formas <strong>de</strong> participación ciudadana”.<br />

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CO N S T I T U C I O N A L I Z A C I Ó N D E U N S I S T E M A I N T E G R A L D E D E R E C H O S S O C I A L E S<br />

Consejo si no se quiere propiciar una repetición en la estructura <strong>de</strong> oligarquización<br />

y oclusión que se dice querer evitar.<br />

3. 2. Sistema ecológico<br />

Los sistemas <strong>de</strong> biodiversidad y recursos naturales tienen correspon<strong>de</strong>ncia<br />

con los <strong>de</strong>rechos al agua, a la alimentación y al ambiente sano.<br />

El <strong>de</strong>recho a la alimentación abre un primer enunciado <strong>de</strong> la soberanía alimentaria,<br />

estrategia obligada para la garantía in<strong>de</strong>finida <strong>de</strong>l <strong>de</strong>re c h o. Ta m b i é n<br />

se da pre f e rencia a su localización comunitaria (“local” ) 4 4 . Está integrado en el<br />

sistema <strong>de</strong> biodiversidad (capítulo II) en el que se <strong>de</strong>sarrolla el criterio <strong>de</strong> soberanía<br />

alimentaria a través <strong>de</strong> la biodiversidad agrícola 4 5 , apelando también a un<br />

criterio cualitativo al sentar el primer ejemplo constitucional en la pro h i b i c i ó n<br />

<strong>de</strong> transgénicos 4 6 . En el subsistema <strong>de</strong> suelo también se recoge la protección <strong>de</strong><br />

los terrenos agrarios <strong>de</strong> forma suficiente como para cubrir el objetivo <strong>de</strong> soberanía<br />

alimentaria. Se habla <strong>de</strong> que el Estado “brindará apoyo” para la conservación<br />

y restauración <strong>de</strong> los suelos agrarios, quedando el criterio <strong>de</strong> interve nción<br />

corto pensando en los graves <strong>de</strong>sequilibrios que actualmente crea la conversión<br />

<strong>de</strong> suelo rural en urbano, industrial o extractivo 4 7 .<br />

El <strong>de</strong>recho al agua es otra <strong>de</strong> las noveda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l texto. Toda su generación,<br />

comercialización y distribución queda sometida al criterio <strong>de</strong> “patrimonio<br />

nacional estratégico <strong>de</strong> uso público” y se califica <strong>de</strong> “inalienable,<br />

imprescriptible e inembargable”, por lo que se supone se le constitucionaliza<br />

como servicio público. Queda la duda razonable <strong>de</strong> si su explotación<br />

<strong>de</strong>be quedar en manos <strong>de</strong> la gestión directa <strong>de</strong>l Estado o bien el régimen <strong>de</strong><br />

servicio público pue<strong>de</strong> ser indirecto 48 . El subsistema refuerza la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> su<br />

gestión pública 49 .<br />

44 Artículo 13 en la que la factura comunitaria <strong>de</strong>l eje productivo primario es reforzado cuando se<br />

apela a la correspon<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la producción con “i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s y tradiciones”.<br />

45 Soberanía sobre la biodiversidad, en particular la biodiversidad agrícola y silvestre y el patrimonio<br />

genético <strong>de</strong>l país (Art. 400).<br />

46 “Se <strong>de</strong>clara al Ecuador país libre <strong>de</strong> cultivos y semillas transgénicas (Art. 401).<br />

47 Artículo 410.<br />

48 Artículo 12.<br />

49 A través <strong>de</strong>l artículo 412.<br />

63


FR A N C I S C O PA L A C I O S RO M E O<br />

El <strong>de</strong>recho al ambiente sano se hace transversal a lo largo <strong>de</strong> todo el sistema.<br />

El artículo enumera los supuestos <strong>de</strong> prevención, preservación y reparación<br />

medioambiental, biodiversidad e integridad <strong>de</strong>l patrimonio genético.<br />

Desgrana una serie <strong>de</strong> prohibiciones que van <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la prohibición <strong>de</strong><br />

transgénicos al uso <strong>de</strong> armamento químico, biológico o nuclear 50 . Este<br />

<strong>de</strong>recho siendo importante para el sistema ecológico no lo es en la trascen<strong>de</strong>ncia<br />

que adquieren los nuevos <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> la naturaleza que no son rotulados<br />

concretamente como <strong>de</strong> “sumak kawsay” pero que, sin duda, forman<br />

parte esencial <strong>de</strong> su lógica. De hecho, todos los contenidos <strong>de</strong>l sistema están<br />

mucho mejor sintonizados con los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> la naturaleza. Los contenidos<br />

más novedosos <strong>de</strong>l sistema serían: a) la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>tallada <strong>de</strong> una<br />

lógica administrativa y judicial total en la prevención y articulación <strong>de</strong> la<br />

naturaleza; b) reparación integral <strong>de</strong> ecosistemas dañados; c) in<strong>de</strong>mnización<br />

<strong>de</strong> comunida<strong>de</strong>s; d) imprescriptibilidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lito ecológico; e) generación<br />

<strong>de</strong> mecanismos <strong>de</strong> participación e implicación activa <strong>de</strong> individuos y comunida<strong>de</strong>s;<br />

f) consulta informada y reglada a la comunidad sobre cualquier<br />

acción <strong>de</strong>l Estado que pudiera modificar el habitat; g) prohibición <strong>de</strong> la<br />

propiedad intelectual sobre conocimientos tradicionales colectivamente<br />

adquiridos; h) intangibilidad industrial extractiva <strong>de</strong> las áreas naturales protegidas;<br />

cláusula <strong>de</strong> cierre en contra <strong>de</strong> la firma <strong>de</strong> cualquier instrumento<br />

internacional que comprometiera alguno <strong>de</strong> los supuestos <strong>de</strong>l sistema.<br />

El sistema <strong>de</strong> biodiversidad y recursos naturales se cierra con un último<br />

capítulo en el que se contempla la ecología urbana. Queda corto un tema<br />

trascen<strong>de</strong>nte para la calidad <strong>de</strong> vida, para el “sumak kawsay”, como es el <strong>de</strong>l<br />

propio habitat urbano, el <strong>de</strong> la constitucionalización <strong>de</strong>l “manejo <strong>de</strong> la<br />

fauna urbana” como el propio texto indica. Queda en un solo artículo en el<br />

que prescribe políticas públicas generales sobre planificación urbanística,<br />

<strong>de</strong>nsidad poblacional y modulaciones, y sistemas <strong>de</strong> habitabilidad. Se echa<br />

en falta una sección completa que marque líneas más amplias sobre alternativas,<br />

sobre todo en la línea <strong>de</strong> posibilitar núcleos <strong>de</strong> convivencia habitacionales<br />

e industriales comunitarios ya que esa es la i<strong>de</strong>a matriz –comunidad,<br />

“sumak kawsay”– que impregna todo el texto constitucional 51 .<br />

50 Derecho al ambiente sano regulado en los artículos 14 y 15.<br />

51 La Sección séptima, si bien establece la mención a la ecología urbana, se queda corta en un solo<br />

64


CO N S T I T U C I O N A L I Z A C I Ó N D E U N S I S T E M A I N T E G R A L D E D E R E C H O S S O C I A L E S<br />

IV. Breve conclusión:<br />

un nuevo y simbiótico paradigma constitucional<br />

Ecuador, como Latinoamérica, ha tenido textos <strong>constitucionales</strong> como ha<br />

tenido instituciones y procesos electorales. El balance <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo respecto<br />

a los dos últimos siglos se hace una combinación <strong>de</strong> liberal, autoritario,<br />

militarista y oligarquizado, bajo un sistema <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos sociales radicalmente<br />

omisivo. El constitucionalismo semántico ha sido el santo y seña en la<br />

construcción <strong>de</strong> Estados precarios y fallidos. Las mismas elites que protagonizaron<br />

y presidieron dichos procesos <strong>de</strong> <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia política y jurídica<br />

ahora alertan sobre la inconveniencia <strong>de</strong> los nuevos procesos constituyentes.<br />

Sin embargo, la única opción que resta es el estímulo <strong>de</strong>l individuo, <strong>de</strong> los<br />

colectivos bajo sinergias sociales y estructuras <strong>de</strong> cobertura jurídica que puedan<br />

dinamizar la esclerotizada herencia <strong>de</strong> los agiotistas <strong>de</strong>l antes y agitadores<br />

<strong>de</strong>l ahora. La lucha por el nuevo Estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos es simbiótica, nunca<br />

podrá ser una actitud contemplativa porque dicho nuevo Estado va indisolublemente<br />

unido a un mo<strong>de</strong>lo sistémico <strong>de</strong> participación permanente. Éste<br />

es el nuevo reto constitucional.<br />

artículo (Art. 415) y, sin embargo, utiliza el resto en abundar respecto a lo ya dicho con anterioridad.<br />

65


El <strong>de</strong>recho propio:<br />

¡<strong>de</strong>stapando la Caja <strong>de</strong> Pandora!<br />

Gina Chávez Vallejo*<br />

Te doy el nombre <strong>de</strong> Pandora, ¡oh, graciosa doncella!<br />

–dijo Zeus–.<br />

Tu nombre significa la mujer “<strong>de</strong> todos los dones”.<br />

A los que acabas <strong>de</strong> recibir añado éste mío.<br />

Se trata <strong>de</strong> éste cofrecillo que llevarás contigo cuando bajes a la Tierra.<br />

Contiene todos los males que pue<strong>de</strong>n hacer llorar, sufrir, <strong>de</strong>strozar a los hombres.<br />

Guárdate, pues, <strong>de</strong> abrirlo por nada <strong>de</strong>l mundo.<br />

Si lo hicieras, los males se esparcirían por la Tierra, mientras que aquí<br />

permanecerán encerrados, eternamente presos, sin que puedan perjudicar a nadie...<br />

La curiosidad <strong>de</strong> Pandora, poco a poco, empezó a inquietar su pensamiento...<br />

Pandora levantó la tapa, e inclinó el rostro hacia la breve abertura,<br />

pero tuvo que apartarse rápidamente, presa <strong>de</strong>l mayor espanto.<br />

Un humo <strong>de</strong>nso, negro, acre, salía en enormes espirales <strong>de</strong>l cofre,<br />

mientras mil horribles fantasmas se dibujaban en aquellas<br />

tinieblas que invadían el Mundo y oscurecían el Sol.<br />

–Mitología Griega–<br />

* Doctora en Derecho, Master en Derecho Constitucional por la Universidad Andina “Simón<br />

Bolívar” se<strong>de</strong> Ecuador. Profesora adjunta <strong>de</strong> la Facultad Latinoamericana <strong>de</strong> Ciencias Sociales<br />

(FLACSO) se<strong>de</strong> Ecuador. Profesora invitada a la Facultad <strong>de</strong> Jurispru<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la Universidad<br />

Católica <strong>de</strong>l Ecuador. ginachv2@yahoo.es<br />

67


Sumario<br />

I. Introducción. II. El multiculturalismo global en ascenso y la interculturalidad<br />

proclamada. III. Derecho e interculturalidad. ¿Como el agua y el<br />

aceite? IV. Globalización y crítica al <strong>de</strong>recho. V. Pluralismo jurídico <strong>de</strong> tipo<br />

igualitario como contrato social. VI. Bibliografía.<br />

I. Introducción<br />

GI N A CH Á V E Z VA L L E J O<br />

La Constitución Política <strong>de</strong>l 2008 contiene verda<strong>de</strong>ras noveda<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

forma y <strong>de</strong> fondo en casi todos los ámbitos <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n político ecuatoriano.<br />

Uno <strong>de</strong> los aspectos que más llama la atención, entre afectos y <strong>de</strong>safectos,<br />

es la forma como está redactada. Parecería que el intento <strong>de</strong> que sea un<br />

canto a la vida, un gran poema social, un libro que pueda ser leído por un<br />

niño <strong>de</strong> sexto grado, habría fracasado <strong>de</strong> manera estruendosa por la cantidad<br />

<strong>de</strong> normas confusas, ambigüeda<strong>de</strong>s, inconsistencias y falta <strong>de</strong> técnica <strong>de</strong><br />

redacción jurídica que, dicen, contiene el documento.<br />

En tiempos en que la Constitución alcanza el rango <strong>de</strong> documento jurídico<br />

1 no sería, supuestamente, admisible que su lenguaje fuese otro que la<br />

más sobria y estricta jerga legalista, y que en el llamado “discurso <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho”<br />

solo quepa ese conjunto <strong>de</strong> prescripciones producidas por funcionarios<br />

autorizados que las organizan bajo la amenaza <strong>de</strong>l uso <strong>de</strong> la violencia y por<br />

una regla <strong>de</strong> reconocimiento que, a la vez, actúa como factor <strong>de</strong> reconocimiento<br />

“generalizado” <strong>de</strong>l discurso. 2.<br />

Para los pocos que solemos mantener un acercamiento al <strong>de</strong>recho –sea<br />

como instrumento <strong>de</strong> estudio, análisis, ejercicio <strong>de</strong> ciudadanía o práctica<br />

1 El entendimiento <strong>de</strong> la Constitución como pacto social, acuerdo político, hizo que se <strong>de</strong>sconociera<br />

por mucho tiempo su carácter normativo, el que estaba adjudicado a la ley entendida como la<br />

norma secundaria. Esto hizo <strong>de</strong> la ley secundaria la norma acatada y <strong>de</strong> la Constitución la norma<br />

ignorada.<br />

2 Cárcova, Carlos María, “Política <strong>de</strong> Derecho en tiempos <strong>de</strong> reconvención”, Crítica Jurídica No.<br />

15, México, UNAM, 1995.<br />

68


EL D E R E C H O P R O P I O: ¡D E S TA PA N D O L A CA J A D E PA N D O R A!<br />

profesional–, la Constitución es consi<strong>de</strong>rada un documento que encierra<br />

coherencia, racionalidad, unicidad, y cuanto calificativo se vincule a la i<strong>de</strong>a<br />

<strong>de</strong> Estado como un or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho.<br />

El or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho mantiene su eficacia, aunque no el mismo grado<br />

<strong>de</strong> legitimidad, porque entre otras cosas, ha sabido abstraerse <strong>de</strong>l mundo<br />

real, creando la sensación <strong>de</strong> unificación y hegemonía, al punto que para la<br />

segunda mitad <strong>de</strong>l siglo XX, a casi nadie se le ocurría pensar en la existencia<br />

<strong>de</strong> otros ór<strong>de</strong>nes jurídicos que no sea el <strong>de</strong>l Estado nacional.<br />

La hegemonía <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho estatal, sin embargo, no ha logrado aplacar<br />

ni la emergencia ni la disputa que sostienen otros ór<strong>de</strong>nes jurídicos que conviven<br />

en el espacio <strong>de</strong>l Estado nación, sean fruto <strong>de</strong> crisis sociales (Santi<br />

Romano, 1918) 3 , conflictos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r 4 o factores históricos, 5 amenazando el<br />

supremo or<strong>de</strong>n jurídico y la unidad jurisdiccional proclamados.<br />

Las <strong>de</strong>mandas emergentes <strong>de</strong> los <strong>de</strong>nominados nuevos movimientos<br />

sociales que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la década <strong>de</strong> los años 80, vienen disputando no solo la<br />

<strong>de</strong>mocratización <strong>de</strong> la sociedad sino la instauración <strong>de</strong> un sistema sociopolítico<br />

plural representan un ejemplo <strong>de</strong> la anterior afirmación. En este<br />

sentido, es relevante la lucha sostenida por el movimiento indígena ecuatoriano<br />

en el proceso <strong>de</strong> elaboración <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong>l 1998, fruto <strong>de</strong> lo<br />

cual se incorporó el reconocimiento <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos colectivos, entre ellos,<br />

la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l Estado como pluricultural y multiétnico y el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong><br />

sus autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ejercer funciones <strong>de</strong> justicia para resolver los conflictos<br />

internos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s y pueblos indígenas. Y lo es más aún la<br />

lucha sostenida por dicho movimiento en el proceso <strong>de</strong> elaboración <strong>de</strong> la<br />

constitución que acaba <strong>de</strong> entrar en vigencia, por la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l Estado<br />

como intercultural y plurinacional, y por el reconocimiento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho<br />

propio como base para el ejercicio jurisdiccional aplicable en la solución <strong>de</strong><br />

sus conflictos internos. Todo lo cual remueve las más sólidas certidumbres<br />

<strong>de</strong>l Derecho.<br />

3 Romano, Santi. El Or<strong>de</strong>namiento Jurídico. Instituto <strong>de</strong> Estudios Políticos. Traducción <strong>de</strong> Lorenzo<br />

Martín-Retartillo. Madrid-España. 1962.<br />

4 Erhlich, Eugen, Fundamentos <strong>de</strong> la Sociología <strong>de</strong>l Derecho, Brasilia: UnB, 1986.<br />

5 Bobbio, Norberto, Teoría General <strong>de</strong>l Derecho, Editorial Debate, 1980.<br />

69


GI N A CH Á V E Z VA L L E J O<br />

II. El multiculturalismo global en ascenso<br />

y la interculturalidad proclamada<br />

En la década <strong>de</strong> los ochentas, el país fue testigo <strong>de</strong> un cambio <strong>de</strong> fondo en<br />

las <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> los pueblos indígenas. De proponer la legalización <strong>de</strong> sus<br />

organizaciones gremiales pasaron a <strong>de</strong>mandar el reconocimiento <strong>de</strong> sus propias<br />

organizaciones en calidad <strong>de</strong> pueblos y nacionalida<strong>de</strong>s; <strong>de</strong> exigir créditos<br />

agropecuarios se optó por <strong>de</strong>mandar la capacidad <strong>de</strong> manejo autónomo<br />

<strong>de</strong> sus espacios <strong>de</strong> vida; <strong>de</strong> reivindicar el acceso a la tierra se <strong>de</strong>mandó el<br />

reconocimiento y adjudicación <strong>de</strong> territorios; se <strong>de</strong>mandó, a<strong>de</strong>más, el reconocimiento<br />

<strong>de</strong> autorida<strong>de</strong>s propias y <strong>de</strong> las formas propias <strong>de</strong> manejo y<br />

resolución <strong>de</strong> conflictos que ocurren entre sus miembros.<br />

Estas aspiraciones fueron vistas, inicialmente, como <strong>de</strong>spropósitos <strong>de</strong><br />

minorías sin futuro, hasta que la presión social <strong>de</strong>l recién conformado movimiento<br />

indígena, a lo largo <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> los noventas, conmovió a la opinión<br />

pública y a sectores sociales e intelectuales que le ofrecieron su respaldo.<br />

En un ambiente <strong>de</strong> conflictividad política vinculada con varias causas,<br />

en 1998, la Asamblea Nacional, auto<strong>de</strong>nominada Constituyente, incluyó,<br />

por primera vez en la historia ecuatoriana, un capítulo referente a los <strong>de</strong>rechos<br />

colectivos <strong>de</strong> los pueblos indígenas y un artículo, el 191, que otorgaba<br />

a las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los pueblos indígenas la facultad <strong>de</strong> ejercer funciones <strong>de</strong><br />

justicia, aplicando normas y procedimientos propios para la solución <strong>de</strong><br />

conflictos internos, <strong>de</strong> conformidad con sus costumbres y <strong>de</strong>recho consuetudinario,<br />

siempre que no sean contrarios a la Constitución y a las leyes.<br />

Sin mencionarlo <strong>de</strong> manera expresa, la Constitución <strong>de</strong>l 98 reconocía<br />

la existencia <strong>de</strong> un pluralismo jurídico al interior <strong>de</strong>l Estado ecuatoriano, no<br />

admitido, ni discutido por los <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho estatal y <strong>de</strong> la Teoría<br />

Pura <strong>de</strong>l Derecho, en los diez años <strong>de</strong> vigencia <strong>de</strong> la Carta Política <strong>de</strong> 1998.<br />

No obstante, es evi<strong>de</strong>nte que la Constitución ecuatoriana <strong>de</strong> 1998 se<br />

distancia <strong>de</strong>l integracionismo indigenista como política vigente <strong>de</strong>l Estado<br />

nacional hacia los pueblos indígenas 6 ; y <strong>de</strong> las políticas <strong>de</strong> igualación for-<br />

6 Recor<strong>de</strong>mos brevemente que la política estatal hacia pueblos indígenas fue here<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l tutelaje<br />

colonial que exigía la transculturalización <strong>de</strong>l indígena hacia la cultura colonial, como medio para<br />

alcanzar un estatus o “privilegia”. Conformado el Estado, el tutelaje fue ejercido, por <strong>de</strong>legación<br />

estatal, por la Iglesia. El integracionismo, el culturalismo étnico, el campesinismo fueron las polí-<br />

70


EL D E R E C H O P R O P I O: ¡D E S TA PA N D O L A CA J A D E PA N D O R A!<br />

mal, asumiendo un multiculturalismo 7 mo<strong>de</strong>rado que busca regularizar las<br />

<strong>de</strong>mandas étnicas y sociales surgidas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la década <strong>de</strong> los ochentas.<br />

Este multiculturalismo se refleja en la Carta Política en la adopción <strong>de</strong><br />

un igualitarismo proporcional que establece tratos diferentes a grupos diferenciados.<br />

A los <strong>de</strong>nominados grupos vulnerables (niños, discapacitados,<br />

tercera edad, mujeres embarazadas) les reconoce <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> protección<br />

especiales, y a los pueblos indígenas y afroecuatorianos, a<strong>de</strong>más, les otorga<br />

ciertas faculta<strong>de</strong>s autonómicas como medio para garantizar la diferencia<br />

cultural y étnica.<br />

En diez años, aunque consi<strong>de</strong>radas un importante avance, estas medidas<br />

no tuvieron el impacto que podía esperarse en las condiciones reales <strong>de</strong><br />

vida <strong>de</strong>l grueso <strong>de</strong> la población en general, menos aún en la población indígena,<br />

representando, por el contrario, lo que Catalina Botero califica como<br />

reconocimiento simbólico perverso que simplemente escon<strong>de</strong> la realidad<br />

contraria que preten<strong>de</strong> regular y refuerza la segregación que dice combatir. 8<br />

Esto ocurre porque una política multicultural, aunque llega a admitir la<br />

d i versidad cultural más allá <strong>de</strong> la tolerancia, reconoce igual dignidad a los pueb<br />

l o s 9 , acompaña su acción con políticas públicas <strong>de</strong> la difere n c i a 1 0 , e incluye<br />

una cierta eficacia jurídica 1 1 , no llega a modificar <strong>de</strong> manera sustancial la esen-<br />

ticas ensayadas por el po<strong>de</strong>r central para construir la cultura nacional y el estado unitario.<br />

7 Con el término multiculturalismo se expresa la convivencia <strong>de</strong> culturas diversas en un mismo espacio<br />

geo-político. Charles Taylor (Ta y l o r, Charles, El Mu l t i c u l t u ralismo y “La política <strong>de</strong>l<br />

Reconocimiento”, México, Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica. Traducción <strong>de</strong> Mónica Utrilla <strong>de</strong> Neira.),<br />

uno <strong>de</strong> los precursores <strong>de</strong>l término, se ampara en las controversias políticas sobre el nacionalismo,<br />

el feminismo y el multiculturalismo que ocurren en varios puntos <strong>de</strong>l planeta para plantear que<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las <strong>de</strong>mocracias liberales, el <strong>de</strong>splome <strong>de</strong> las jerarquías sociales estables vuelve común la<br />

exigencia <strong>de</strong> reconocimiento público <strong>de</strong> las diversida<strong>de</strong>s, junto con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> dignidad <strong>de</strong> todos<br />

los individuos.<br />

8 Botero, Catalina, “Jurispru<strong>de</strong>ncia constitucional y <strong>de</strong>recho indígena en América Latina”, en<br />

Fernando Flores Jiménez, coord., Constitución y Pluralismo Jurídico. Fortalecimiento <strong>de</strong> la <strong>Justicia</strong><br />

Constitucional en el Ecuador, Corporación Editora Nacional, 2002.<br />

9 Convenio 169 <strong>de</strong> la Organización Internacional <strong>de</strong>l Trabajo (OIT) referente a los <strong>Derechos</strong> <strong>de</strong> los<br />

Pueblos Indígenas y Tribales.<br />

10 Creación <strong>de</strong> espacios institucionales <strong>de</strong> representación propias <strong>de</strong> comunida<strong>de</strong>s étnicas y la implementación<br />

<strong>de</strong> políticas <strong>de</strong> inversión clientelar, poco o nada redistributiva, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> dichos espacios.<br />

11 Botero, al hacer referencia a la eficacia jurídica <strong>de</strong> las acciones <strong>de</strong> protección <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos colectivos,<br />

habla <strong>de</strong> aquella alcanzada mediante el ejercicio <strong>de</strong> la tutela colombiana que, aplicada <strong>de</strong><br />

71


GI N A CH Á V E Z VA L L E J O<br />

cia <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia y <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho formales. Sin embargo, se encuadra en la<br />

corriente <strong>de</strong>mocrática que buscan aplacar <strong>de</strong>mandas sociales emergentes fru t o<br />

<strong>de</strong> un mundo conflictivo, cambiante y en transformación, cooptándolas.<br />

Este multiculturalismo en ascenso morigera el positivismo jurídico<br />

incorporando normas y políticas <strong>de</strong> la diferencia al más alto nivel. Crea<br />

espacios <strong>de</strong> construcción <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s que no afectan <strong>de</strong> manera sustancial<br />

al or<strong>de</strong>n social nacional, modifica la imagen pública <strong>de</strong>l Estado con el<br />

objeto <strong>de</strong> sostener el “establishment”.<br />

No ocurre igual con la interculturalidad 12 proclamada en la nueva<br />

Constitución que propone una modificación sustancial <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> los<br />

elementos centrales <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho liberal.<br />

La nueva Constitución, no solo que ratifica disposiciones contenidas en la<br />

Constitución <strong>de</strong>l 98, respecto <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos multiculturales <strong>de</strong> manera general<br />

y <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> pueblos indígenas <strong>de</strong> manera part i c u l a r, sino que radicaliza<br />

su contenido. Un ejemplo <strong>de</strong> ello es el reconocimiento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> las<br />

comunida<strong>de</strong>s, pueblos y nacionalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> “Cre a r, <strong>de</strong>sarro l l a r, aplicar y practicar<br />

su <strong>de</strong>recho propio o consuetudinario. . .” (Art. 57, núm. 10), así como el<br />

otorgamiento <strong>de</strong> la facultad <strong>de</strong> sus autorida<strong>de</strong>s para ejercer funciones jurisdiccionales<br />

con base en sus tradiciones y <strong>de</strong>recho propio, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l ámbito territorial,<br />

manteniendo su ejercicio sin contrariar la Constitución y los <strong>de</strong>re c h o s<br />

humanos reconocidos en instrumentos internacionales (Art. 171).<br />

El artículo 171 hace parte <strong>de</strong>l capítulo Cuarto <strong>de</strong> la Función Judicial y<br />

<strong>Justicia</strong> Indígena, <strong>de</strong> la sección Segunda, <strong>Justicia</strong> indígena, ubicado luego <strong>de</strong><br />

la sección Principios <strong>de</strong> la administración <strong>de</strong> justicia y antes <strong>de</strong>l artículo<br />

188, que consagra el principio <strong>de</strong> unidad jurisdiccional operable <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />

la justicia ordinaria. Esto hace <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho indígena un componente <strong>de</strong> la<br />

superestructura <strong>de</strong> la Función Judicial, que opera <strong>de</strong> manera autónoma <strong>de</strong><br />

la justicia ordinaria y tiene por límite la Constitución y los <strong>de</strong>rechos huma-<br />

manera edificante por parte <strong>de</strong> la Corte Constitucional <strong>de</strong> ese país, logra una protección real, no<br />

simbólica, <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> los pueblos indígenas.<br />

12 García Canclini (2004) sostiene que lo intercultural alu<strong>de</strong> a un espacio <strong>de</strong> confrontación y entrelazamiento<br />

que no solo supone la aceptación <strong>de</strong>l heterogéneo sino que los diferentes son lo que<br />

son en relaciones <strong>de</strong> negociación, conflicto y préstamos recíprocos. García Canclini, Néstor.<br />

Diferentes, <strong>de</strong>siguales y <strong>de</strong>sconectados. Mapas <strong>de</strong> la interculturalidad. GEDISA Editorial. Barcelona,<br />

España, 2004.<br />

72


EL D E R E C H O P R O P I O: ¡D E S TA PA N D O L A CA J A D E PA N D O R A!<br />

nos reconocidos en instrumentos internacionales. El ejercicio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos<br />

consagrados se hará en el marco <strong>de</strong> unos diálogos interculturales <strong>de</strong><br />

dimensiones étnicas, <strong>de</strong> género, generacionales, físicos, sexuales y geográficos<br />

(Art. 28 <strong>de</strong> la nueva Constitución).<br />

Todo esto, a no dudarlo, instaura en el Ecuador un or<strong>de</strong>n jurídico plural<br />

que rompe no solo con el lenguaje y discurso normativo tradicional, sino<br />

que replantea el <strong>de</strong>recho como or<strong>de</strong>n social y jurídico único y unificado. ¡Se<br />

ha <strong>de</strong>stapado la caja <strong>de</strong> Pandora!<br />

III. Derecho e interculturalidad. ¿Como el agua y el aceite?<br />

La racionalidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho viene acompañada con un discurso y un lenguaje<br />

basado en la ficción 13 .<br />

La reducción <strong>de</strong> la conflictividad y diversidad reinantes al interior <strong>de</strong>l<br />

Estado nación se hace posible en base a la i<strong>de</strong>ología <strong>de</strong>l interés estatal colectivo,<br />

diseñado para encubrir el inevitable conjunto <strong>de</strong> intereses contrapuestos<br />

entre sí, conviviendo en un mismo Estado. Kelsen <strong>de</strong>cía: “Llamar interés<br />

<strong>de</strong> todos al expresado en el or<strong>de</strong>n jurídico, es una ficción, inclusive cuando<br />

ese or<strong>de</strong>n representa un compromiso entre los intereses <strong>de</strong> los grupos<br />

más importantes” 14 .<br />

13 Kelsen, Hans, Teoría General <strong>de</strong>l Derecho y <strong>de</strong>l Estado, Buenos Aires, Eu<strong>de</strong>ba, 1982. Kelsen terminó<br />

reconociendo, casi al final <strong>de</strong> su vida, que su teoría <strong>de</strong> la norma básica (“grundnorm”), fundante<br />

<strong>de</strong> la vali<strong>de</strong>z última <strong>de</strong> todo sistema jurídico, es una “ficción”. Recurrió para ello a la filosofía<br />

<strong>de</strong>l “como si” <strong>de</strong> Hans Vaihinger y lo expresó <strong>de</strong>l siguiente modo: “Según Vaihinger una ficción es<br />

un recurso <strong>de</strong>l que se vale el pensamiento cuando no logra alcanzar su objetivo con el material<br />

dado. El objetivo <strong>de</strong>l pensamiento en el caso <strong>de</strong> la norma básica es: fundamentar la vali<strong>de</strong>z <strong>de</strong> normas<br />

que configuran un or<strong>de</strong>n moral o legal positivo, o sea, interpretar el sentido subjetivo <strong>de</strong> los<br />

actos que establecen estas normas como su sentido objetivo; pero esto significa: interpretarlas<br />

como válidas y a los actos como normativos. Esta meta se alcanza únicamente por medio <strong>de</strong> una<br />

ficción”.<br />

14 Ibíd. Sostenía también Kelsen que “si el or<strong>de</strong>n jurídico fuese realmente la expresión <strong>de</strong> los intereses<br />

<strong>de</strong> todos, es <strong>de</strong>cir, si estuviese en completa armonía con los <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> todos los individuos<br />

sometidos a él, entonces podría contar con la obediencia voluntaria <strong>de</strong> todos sus súbditos; no necesitaría<br />

tener carácter coercitivo; y, siendo enteramente “justo”, tampoco necesitaría ostentar el<br />

carácter <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho”.<br />

73


GI N A CH Á V E Z VA L L E J O<br />

Es una ficción también la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que todos los ciudadanos sienten o<br />

piensan permanentemente <strong>de</strong>l mismo modo. Esta ficción es muy semejante,<br />

en palabras <strong>de</strong> Kelsen, a la i<strong>de</strong>a que implica la teoría <strong>de</strong> la acción recíproca.<br />

Para el caso <strong>de</strong> los mandatos emitidos “en nombre <strong>de</strong>l Estado”, éstos<br />

sustentan su vali<strong>de</strong>z en una suposición <strong>de</strong> que son imputables a la comunidad<br />

política.<br />

La noción <strong>de</strong> ciudadanía, la norma, la producción normativa, cumplen<br />

la función <strong>de</strong> reducir la conflictividad social a la aplicación <strong>de</strong> la ley, consagrando<br />

la máxima <strong>de</strong> que el <strong>de</strong>recho es la expresión pacífica <strong>de</strong> la guerra.<br />

Lo plural es admisible para la vida social, no para la fase <strong>de</strong> pro d u cción<br />

o aplicación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>re c h o. La pluralidad es resuelta mediante la aplicación<br />

imparcial <strong>de</strong> la ley y la adopción <strong>de</strong> políticas y medidas razo n ables.<br />

La etnicidad pue<strong>de</strong> ser sometida a un examen <strong>de</strong> discriminación, en<br />

el que dichos criterios están <strong>de</strong>limitados <strong>de</strong> manera razonable. Lo plural<br />

es un asunto <strong>de</strong>l mundo real, <strong>de</strong>l ser, no <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho, <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>ber ser.<br />

Las ficciones jurídicas fueron útiles, y aún lo siguen siendo, para eliminar<br />

la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> una dualidad entre Estado y Derecho proclamando<br />

su unicidad, y con ello, su hegemonía. En este sentido, Kelsen reflexiona<br />

que tal dualismo resulta <strong>de</strong> la ten<strong>de</strong>ncia a personificar e hipostasiar<br />

nuestras personificaciones, poniendo como ejemplo típico <strong>de</strong> tal ten<strong>de</strong>ncia<br />

la interpretación animista <strong>de</strong> la naturaleza <strong>de</strong>l hombre primitivo que entien<strong>de</strong><br />

a la naturaleza como animada, asumiendo que <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> cada cosa existe<br />

un alma, un espíritu, un dios.<br />

La hegemonía <strong>de</strong>l Estado y <strong>de</strong>l Derecho han sido posibles, entonces,<br />

por el sostenimiento <strong>de</strong> un discurso basado en la ficción, un ejercicio silogístico<br />

<strong>de</strong> la razón y la expulsión <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n jurídico <strong>de</strong> todo or<strong>de</strong>n normativo<br />

que no pertenezca, ni sea producido por el Estado.<br />

El ejercicio racional que se hace en el esfuerzo <strong>de</strong> sostener esta concepción<br />

<strong>de</strong> Estado y <strong>de</strong> Derecho, consiste en encontrar los puntos comunes, el<br />

consenso, el universalismo <strong>de</strong> los principios, valores y normas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho<br />

estatal.<br />

La libertad y la igualdad representan los principios organizadores <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>recho liberal, mientras que la razón no solo es el ejercicio intelectual sino<br />

la i<strong>de</strong>ología <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho.<br />

74


EL D E R E C H O P R O P I O: ¡D E S TA PA N D O L A CA J A D E PA N D O R A!<br />

La Teoría <strong>de</strong> la <strong>Justicia</strong> <strong>de</strong> John Rawls 1 5 evi<strong>de</strong>ncia el papel <strong>de</strong> la<br />

r a zón como i<strong>de</strong>ología <strong>de</strong>l Estado cuando tiene en el “e j e rcicio <strong>de</strong> la<br />

r a zó n” el elemento <strong>de</strong> unificación y encuentro entre los miembros <strong>de</strong> la<br />

sociedad, <strong>de</strong> ahí que su teoría se sustenta en i<strong>de</strong>ntificar aquellos principios<br />

básicos que suscitan un acuerdo racional entre personas razo n a b l e s ,<br />

lo dice, vengan <strong>de</strong> don<strong>de</strong> vengan. A esto se conoce como racionalismo<br />

c o n ve r g e n t i s t a .<br />

En esta concepción, no es la condición social, ni la división <strong>de</strong> clases, ni<br />

la diferencia cultural la que inci<strong>de</strong> en la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l contrato y en la<br />

obtención o no <strong>de</strong> justicia; son la razón y las personas razonables las únicas<br />

que pue<strong>de</strong>n suscitar acuerdos sobre principios universalmente aceptables.<br />

Quien produce una noción <strong>de</strong> verdad, 16 quien tiene en sus manos la<br />

garantía <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho a la auto<strong>de</strong>fensa y la prohibición <strong>de</strong> dañar, arbitraria o<br />

innecesariamente, a sus semejantes (Garzón Valdés, 2000) 17 , como principio<br />

<strong>de</strong> relación <strong>de</strong> culturas diferentes, son agentes racionales que ponen un<br />

parámetro, colocan un encuadre perfectamente medible y apreciable, para<br />

construir un “modus vivendi”, o espacio <strong>de</strong> equilibrio <strong>de</strong> fuerzas que tiene<br />

a la razón como el punto <strong>de</strong> equilibrio.<br />

Pero, ¿qué hacer cuando la prescripción constitucional otorga reconocimiento<br />

a una forma <strong>de</strong> producción normativa distinta <strong>de</strong> la <strong>de</strong>l Estado central,<br />

que a<strong>de</strong>más no es compatible con la razón silogística sobre la que se<br />

basa?<br />

¿Con el reconocimiento <strong>de</strong>l Derecho Propio <strong>de</strong> los pueblos indígenas<br />

estamos frente a la emergencia <strong>de</strong> un animismo arcaico que <strong>de</strong>stapa temidos<br />

oscurantismos que parecían haber quedado enterrados en la historia <strong>de</strong>l<br />

primitivo humano?<br />

15 La Teoría <strong>de</strong> la <strong>Justicia</strong> <strong>de</strong> John Rawls (1971), apoyado en las teorías <strong>de</strong>l contrato social y en el<br />

constructivismo kantiano, promueve la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> elevar al máximo el bien mediante un estricto e<br />

imparcial ejercicio <strong>de</strong> la justicia, como parte <strong>de</strong> una cooperación social. Bajo esta perspectiva, solo<br />

es viable el contrato social cuando actúan agentes racionales tomando <strong>de</strong>cisiones racionales. Señala<br />

que la inevitable vaguedad <strong>de</strong> las leyes, en general, y el amplio ámbito concedido a su interpretación,<br />

favorecen la arbitrariedad al tomar <strong>de</strong>cisiones que solo la lealtad a la justicia pue<strong>de</strong> mitigar.<br />

16 Habermas, Jürgen, Apel, 1985.<br />

17 Garzón Valdés, Ernesto. El consenso <strong>de</strong>mocrático: fundamento y límites <strong>de</strong>l papel <strong>de</strong> las minorías.<br />

Alicante. Biblioteca Virtual Miguel <strong>de</strong> Cervantes, 2005.<br />

75


GI N A CH Á V E Z VA L L E J O<br />

La interculturalidad es una vieja noción que pue<strong>de</strong> rastrearse <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

tiempos anteriores al Antiguo Testamento. De acuerdo a Otfried Hoffe, 18<br />

se remonta a la construcción <strong>de</strong> las nociones <strong>de</strong>l “yo y el otro”, la noción <strong>de</strong><br />

“extranjero”, la noción greco-romana <strong>de</strong> “bárbaro”, la comprensión <strong>de</strong>l<br />

“civilizado” y el “salvaje, el humano y el no humano”, y en el siglo XX, la<br />

teoría <strong>de</strong> la “raza”. La construcción <strong>de</strong> estas categorías conforma lo que algunos<br />

tratadistas <strong>de</strong>nominan el “Derecho intercultural”.<br />

De acuerdo a Hoffe, 19 el Derecho intercultural no es, precisamente, el<br />

“ius civile”, tampoco el “ius inter gentes”, o <strong>de</strong>recho público vigente entre<br />

los pueblos; es, más bien, en términos actuales, el <strong>de</strong>recho privado internacional<br />

o “ius gentium” romano que está integrado por un <strong>de</strong>recho material<br />

económico y comercial.<br />

La mo<strong>de</strong>rnidad cierra toda posibilidad <strong>de</strong> vigencia <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho intercultural<br />

al optar por la construcción <strong>de</strong> un estado y un <strong>de</strong>recho unificado,<br />

celular. A partir <strong>de</strong>l esto, el <strong>de</strong>recho será solo el <strong>de</strong>l Estado. Su producción,<br />

aplicación, vigencia y la estructura institucional <strong>de</strong>rivada <strong>de</strong> él estará concentrada<br />

y controlada en los límites <strong>de</strong>l Estado nacional y en los <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho<br />

como círculo cerrado. Con esto, el <strong>de</strong>recho solo será lo que diga el <strong>de</strong>recho<br />

qué es <strong>de</strong>recho.<br />

El mundo real, sin embargo, es esencialmente heterogéneo y plural, no<br />

solo en su composición social sino en la producción <strong>de</strong>l conocimiento y en<br />

la <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho.<br />

La teoría general <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho parece no resistir al embate <strong>de</strong> la globalización<br />

en ascenso, ni <strong>de</strong> la interculturalidad proclamada en la Constitución,<br />

en tanto re p resentaría juntar realida<strong>de</strong>s incompatibles e inviables así como<br />

mirar <strong>de</strong> un modo diferente la convivencia <strong>de</strong> dos <strong>de</strong>rechos o la pro d u c c i ó n<br />

social basada en la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l “Sumak Kawsay”. Requeriría la re i n vención <strong>de</strong><br />

significados menos siniestros que permitan mirar a los sapos, culebras y<br />

<strong>de</strong>monio que emergen <strong>de</strong> las profundida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la Caja <strong>de</strong> Pandora, sin los<br />

t e m o res que cobijaron respecto <strong>de</strong> las diversida<strong>de</strong>s, colectivismos y re c i p rocida<strong>de</strong>s,<br />

en la fase <strong>de</strong> superación <strong>de</strong> las monarquías y colonialismos.<br />

18 Hoffe, Otfried, Derecho Intercultural, Traducción <strong>de</strong> Rafael Sevilla, Barcelona-España, Ed. Gedisa,<br />

2002.<br />

19 Ibíd.<br />

76


EL D E R E C H O P R O P I O: ¡D E S TA PA N D O L A CA J A D E PA N D O R A!<br />

IV. Globalización y crítica al <strong>de</strong>recho<br />

Somos partícipes <strong>de</strong> un mundo en constante cambio. La globalización con<br />

sus efectos en la economía mundial, en la movilidad humana, en las formas<br />

<strong>de</strong> comunicación y en la construcción <strong>de</strong> nuevas diversida<strong>de</strong>s diferenciadas,<br />

movimientos feministas, gays, nacionalismos, minorías étnicas, comunida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> emigrantes, conforma la geografía <strong>de</strong>l mundo actual. Nunca como<br />

ahora se ha puesto en evi<strong>de</strong>ncia el carácter heterogéneo <strong>de</strong> los Estados<br />

mo<strong>de</strong>rnos.<br />

Los estados, las legislaciones nacionales, las políticas educativas y comunicacionales,<br />

como formas <strong>de</strong> producción social y organizadores <strong>de</strong> grupos<br />

coexistentes en territorios localizados parece haberse difuminado como<br />

medios para manejar y resolver las <strong>de</strong>mandas y conflictos que surgen <strong>de</strong><br />

estas nuevas i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s, generando fuertes crisis <strong>de</strong> legitimidad, conflictos<br />

sociales, cambios drásticos <strong>de</strong> la realidad.<br />

Estudios críticos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho han abordado el análisis <strong>de</strong> estos factores<br />

<strong>de</strong> cambio social actual y su impacto en el <strong>de</strong>recho, buscando elementos<br />

que ofrezcan respuestas y salidas. El <strong>de</strong>recho alternativo (B. <strong>de</strong> Carvalho,<br />

1997) 20 , el <strong>de</strong>recho vivo, el <strong>de</strong>recho emancipatorio 21 serán algunas <strong>de</strong> las<br />

corrientes <strong>de</strong> pensamiento que <strong>de</strong>ntro y fuera <strong>de</strong>l campo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho han<br />

abordado el estudio <strong>de</strong> formas <strong>de</strong> interpretación favorables a una coexistencia<br />

basadas en las nuevas realida<strong>de</strong>s plurales que vienen intensificando la<br />

competencia, oposición o neutralización entre ór<strong>de</strong>nes normativos.<br />

En la segunda mitad <strong>de</strong>l siglo XX, un importante intento por discutir<br />

el concepto <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, al interior <strong>de</strong> la Antropología, representó lo que se<br />

conoce como <strong>de</strong>bate Gluckman-Bohannan que, a <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> Santos, 22 es más<br />

fructífero por las cuestiones que ha suscitado que por los resultados a los<br />

que ha llegado.<br />

En una latente preocupación sobre el papel <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho estatal frente a<br />

los ór<strong>de</strong>nes normativos indígenas y tribales, el <strong>de</strong>bate Gluckman-Bohannan<br />

20 Bueno <strong>de</strong> Carvalho, Amilton. Dereito alternativo em movimiento. Río <strong>de</strong> Janeiro, Ed. LUAM,<br />

1997. Cárcova, Carlos María, “Política <strong>de</strong> Derecho en tiempos <strong>de</strong> reconvención”, Crítica Jurídica<br />

No. 15, México, UNAM, 1995.<br />

21 Santos, Boaventura <strong>de</strong> Sousa, Estado, <strong>de</strong>recho y luchas sociales, Bogotá-Colombia, ILSA, 1991.<br />

22 Ibíd.<br />

77


puso a discusión la cuestión <strong>de</strong> si es legítimo (Gluckman) o ilegítimo<br />

(Bohannan) usar en el análisis <strong>de</strong> otras socieda<strong>de</strong>s y culturas, conceptos<br />

como el <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho. Para el primero, los conceptos occi<strong>de</strong>ntales son utilizados<br />

por la Antropología previa una reducción analítica que los libera <strong>de</strong> las<br />

principales connotaciones etnocéntricas (i<strong>de</strong>ológicas) que impi<strong>de</strong>n el riesgo<br />

<strong>de</strong> occi<strong>de</strong>ntalizar o distorsionar las observaciones empíricas. Por el contrario,<br />

para Bohannan, dicho ejercicio no es posible por lo que para el análisis<br />

<strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s primitivas no hay más alternativa que utilizar los conceptos<br />

y categorías “nativas”.<br />

En medio <strong>de</strong> estas posiciones, surgen otras intermedias, que sostienen<br />

la existencia <strong>de</strong> conceptos culturalmente neutros para analizar comparativamente<br />

las socieda<strong>de</strong>s (L.A. Fallers); o las que sostienen que el <strong>de</strong>recho<br />

<strong>de</strong>finido en el mundo occi<strong>de</strong>ntal no existe en muchas socieda<strong>de</strong>s no occi<strong>de</strong>ntales,<br />

in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> que en ellas existan instituciones que,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista estructural-funcional, tengan contrapartes equivalentes<br />

(P. H. Gulliver).<br />

Un efecto <strong>de</strong> este <strong>de</strong>bate, según Santos (2005), es que algunos autore s<br />

(Laura Na d e r, P.H. Gu l l i ve r, R. Abel y W. Felstiner), re n u n c i a ron a una elaboración<br />

<strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, en cuanto unidad <strong>de</strong> análisis, optando<br />

por estudiar un fenómeno universal <strong>de</strong>l comportamiento colectivo en el cual<br />

el <strong>de</strong>recho, implícita o explícitamente, se objetiva en la disputa y el litigio.<br />

Santos reflexiona en el sentido <strong>de</strong> que la limitación <strong>de</strong> esta propuesta<br />

analítica consiste en que los estudios se limitan a las disputas con fundamentación<br />

normativa, y no a todo tipo <strong>de</strong> disputas, lo que significa que el<br />

concepto <strong>de</strong> “disputa” no es un concepto alternativo al concepto <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho<br />

sino una alternativa analítica. No obstante, los estudios <strong>de</strong> litigios y disputas<br />

han aportado significativamente en la comprensión acerca <strong>de</strong> los usos<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho y <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> ór<strong>de</strong>nes normativos distintos, basados en<br />

reglas <strong>de</strong> reconocimiento i<strong>de</strong>ntificables, operando en las <strong>de</strong>mocracias<br />

mo<strong>de</strong>rnas y los Estados actuales.<br />

Una apreciable línea <strong>de</strong> reflexión propone el análisis <strong>de</strong> la ubicación<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho indígena en relación a la Teoría General <strong>de</strong>l De recho (TG D ) ,<br />

y <strong>de</strong> los estudios jurídicos. André J. Hoekema (2002:67) evi<strong>de</strong>ncia que<br />

23 Ibíd.<br />

GI N A CH Á V E Z VA L L E J O<br />

78<br />

2 3


EL D E R E C H O P R O P I O: ¡D E S TA PA N D O L A CA J A D E PA N D O R A!<br />

mientras la TGD le asigna una categoría <strong>de</strong> costumbre, los estudios jurídicos<br />

lo ubican <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un gran grupo <strong>de</strong> “d e re c h o s” tipos, <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos no<br />

estatales, que se resumen a menudo bajo el lema “folk law”, <strong>de</strong>recho informal<br />

y otro s .<br />

Esta línea <strong>de</strong> análisis ha sido muy fructífera en términos <strong>de</strong> reflexión y<br />

crítica al <strong>de</strong>recho formal. Pone en tela <strong>de</strong> juicio la fundamentación misma<br />

<strong>de</strong> la TGD respecto <strong>de</strong> la <strong>de</strong>finición que ésta hace sobre el <strong>de</strong>recho, lo jurídico<br />

y la soberanía.<br />

Otra, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l campo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho, sostenida por Óscar Correas, parte<br />

<strong>de</strong> una postura fuertemente argumentativa sobre el <strong>de</strong>recho, para analizar<br />

los argumentos <strong>de</strong> Kelsen, sobre todos los relacionados con la noción <strong>de</strong><br />

norma fundante, que fueron ignorados por la TGD y que le hacen al <strong>de</strong>recho<br />

un discurso normativo <strong>de</strong>l ejercicio <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r, convirtiéndole en un<br />

observador occi<strong>de</strong>ntal-europeo <strong>de</strong>l fenómeno <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r y <strong>de</strong> su ejercicio a<br />

través <strong>de</strong> la normatividad. 24<br />

De acuerdo con Correas, el <strong>de</strong>recho alu<strong>de</strong> a un or<strong>de</strong>n normativo que<br />

organiza la violencia, cuyas normas son producidas por funcionarios autorizados<br />

por el mismo or<strong>de</strong>n, en la que existe una “Grundnorm” que lo legitima,<br />

puesto que es efectivo en el territorio en que preten<strong>de</strong> obediencia y<br />

respeto <strong>de</strong> los individuos a los que se dirige. 25 Sin embargo, este concepto<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>recho esbozado por Kelsen no fue <strong>de</strong>sarrollado por la misma TGD,<br />

limitándose a respaldar la necesidad hegemónica <strong>de</strong>l Estado nacional <strong>de</strong><br />

proclamar la unidad <strong>de</strong>l Estado y <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho, y expulsando <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n jurídico<br />

a toda prescripción normativa que no provenga <strong>de</strong>l Estado.<br />

Respecto a la soberanía, sostiene Correas que aunque en los orígenes <strong>de</strong>l<br />

concepto tuvo otro significado, el concepto mo<strong>de</strong>rno alu<strong>de</strong> a que la voluntad<br />

<strong>de</strong>l gobierno no sea <strong>de</strong>terminada por un po<strong>de</strong>r extranjero. 26 En términos<br />

<strong>de</strong> prescripción normativa significa que las normas que dicta un gobierno<br />

no están <strong>de</strong>terminadas por la voluntad, el po<strong>de</strong>r, la conveniencia <strong>de</strong> actores<br />

sociales extranjeros, dando la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que un país es soberano por ser el<br />

único que produce normas.<br />

24 C o r reas, Ós c a r, Pl u ralismo Jurídico y Teoría Ge n e ral <strong>de</strong>l De re c h o, México, Instituto <strong>de</strong><br />

Investigaciones Jurídicas-Universidad Nacional Autónoma <strong>de</strong> México, 1995.<br />

25 Ibíd., p. 218.<br />

26 Ibíd., pp. 237 y 238.<br />

79


Como corolario <strong>de</strong> estas críticas, Correas se pregunta ¿qué impi<strong>de</strong> que<br />

los sistemas normativos indígenas sean ór<strong>de</strong>nes normativos “jurídicos”? Y se<br />

respon<strong>de</strong> reconociendo que, en realidad, absolutamente nada, salvo esta<br />

i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> soberanía cuya función significativa ha quedado relegada totalmente<br />

al nivel <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ología <strong>de</strong> justificación <strong>de</strong>l estado mo<strong>de</strong>rno.<br />

El reconocimiento que hiciera la Constitución <strong>de</strong>l 98 <strong>de</strong> que las autorida<strong>de</strong>s<br />

indígenas ejercen funciones <strong>de</strong> justicia aplicando normas y procedimientos<br />

propios para la solución <strong>de</strong> conflictos internos <strong>de</strong> conformidad con<br />

sus costumbres o <strong>de</strong>recho consuetudinario, lo que hacía es acercar al <strong>de</strong>recho<br />

estatal a la realidad, lo que no necesariamente acortó las distancias y las<br />

diferencias con el mundo occi<strong>de</strong>ntal. Por el contrario, el escenario nacional<br />

se abrió a una exhibición obscena <strong>de</strong> muestras <strong>de</strong> la justicia indígena reducidas<br />

al ritual <strong>de</strong>l castigo, lo que contribuyó a su constante <strong>de</strong>sfiguración. El<br />

<strong>de</strong>bate ha sido limitado y el acercamiento entre los dos <strong>de</strong>rechos, nulo.<br />

V. Pluralismo jurídico <strong>de</strong> tipo igualitario<br />

como contrato social<br />

La Constitución 2008 asume para el Estado un pluralismo jurídico formal<br />

al reconocer el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> los pueblos indígenas <strong>de</strong> crear, <strong>de</strong>sarrollar, aplicar<br />

y practicar su <strong>de</strong>recho propio o consuetudinario, dotándoles <strong>de</strong> faculta<strong>de</strong>s<br />

a las autorida<strong>de</strong>s indígenas para que apliquen dicho <strong>de</strong>recho en la solución<br />

<strong>de</strong> los conflictos entre sus miembros, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sus territorios, observando<br />

la Constitución y los Tratados Internacionales <strong>de</strong> De re c h o s<br />

Humanos.<br />

Nos referimos a la existencia <strong>de</strong> un pluralismo jurídico cuando encontramos<br />

que en un espacio geo- político, el Estado-nación, hay más <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho<br />

u or<strong>de</strong>n jurídico. Para Cárc ova, el pluralismo jurídico re p resenta la coexistencia,<br />

en un mismo territorio, <strong>de</strong> dos o más sistemas jurídicos; es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong><br />

normas organizadas alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> distintas reglas <strong>de</strong> re c o n o c i m i e n t o.<br />

Santos entien<strong>de</strong> que dicha afirmación supone que el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong><br />

Pasárgada (localidad brasileña representada en el estudio <strong>de</strong> Santos) sea un<br />

27 Cárcova, Carlos María, op.cit., p. 100.<br />

GI N A CH Á V E Z VA L L E J O<br />

80<br />

2 7


EL D E R E C H O P R O P I O: ¡D E S TA PA N D O L A CA J A D E PA N D O R A!<br />

auténtico <strong>de</strong>recho, lo que pasa por una comprobación objetiva; 28 sin embargo,<br />

pasa también porque el <strong>de</strong>recho objetivo modifique su estructura<br />

monista para dar paso a un <strong>de</strong>recho objetivo plural <strong>de</strong> tipo igualitario. 29<br />

En el Ecuador, las indagaciones realizadas a partir <strong>de</strong> las reformas <strong>constitucionales</strong><br />

<strong>de</strong>l 98 arrojaron que los sistemas normativos vigentes en algunas<br />

comunida<strong>de</strong>s indígenas, por estar basadas en relaciones parentales,<br />

familiares y <strong>de</strong> alianzas pluriétnicas, generan escasas relaciones multidireccionales<br />

(contractuales, políticas, económicas, <strong>de</strong> agravio, etc), imprimiendo<br />

una característica, <strong>de</strong> partida, en la dinámica <strong>de</strong>l control social y en el<br />

tratamiento <strong>de</strong> conflictos internos. Estas particularida<strong>de</strong>s les aleja <strong>de</strong> los servicios<br />

legales gubernamentales sea por razones prácticas como las distancias,<br />

costos, idioma, <strong>de</strong>sconocimiento <strong>de</strong> procedimientos; o por razones i<strong>de</strong>ológicas<br />

como la participación <strong>de</strong> los actores en el proceso <strong>de</strong> tratamiento <strong>de</strong>l<br />

problema y búsqueda <strong>de</strong> soluciones, <strong>de</strong>legación <strong>de</strong>l tratamiento <strong>de</strong>l caso al<br />

juez y a los abogados, incredulidad en la eficacia <strong>de</strong>l sistema judicial oficial,<br />

entre otros. 30<br />

Los sistemas indígenas en el Ecuador actúan basados en una autoafirmación<br />

<strong>de</strong> que la vida familiar y comunitaria provoca armonía la misma<br />

que se rompe por la incursión <strong>de</strong>l “otro”, el foráneo, <strong>de</strong> ahí que tien<strong>de</strong>n a<br />

actúan <strong>de</strong> manera endógena. Como la armonía no implica ausencia <strong>de</strong> conflicto,<br />

cuando surge un “problema” éste es perfectamente manejable y solucionable<br />

a través <strong>de</strong> los estamentos comunitarios. El objetivo <strong>de</strong>l tratamiento<br />

<strong>de</strong> un problema o conflicto es buscar la “mejor solución” que logre restituir<br />

el buen nombre, el prestigio, el respeto y la reintegración social <strong>de</strong><br />

quien rompe la armonía. Entre los mecanismos para encontrar la mejor<br />

solución está el diálogo entre las partes, la negociación, la indagación, procesos<br />

en las que participan un amplio número <strong>de</strong> actores. La mejor solución<br />

busca liberar al responsable <strong>de</strong> aquellos elementos que le condujeron a<br />

28 Op.cit., p. 63.<br />

29 Hockeman, André J., “Hacia un pluralismo jurídico formal <strong>de</strong> tipo igualitario”, en Pluralismo<br />

Jurídico y Alternatividad Judicial, Bogotá-Colombia, 2002. Revista El Otro Derecho No. 26-27,<br />

ILSA.<br />

30 Chávez Gina, García Fernando. El <strong>de</strong>recho a ser: diversidad, i<strong>de</strong>ntidad y cambio. Etnográfica jurídica<br />

indígena y afroecuatoriana. Quito-Ecuador, 2004. Colección ATRIO, FLACSO Se<strong>de</strong> Ecuador,<br />

pp. 162-169.<br />

81


GI N A CH Á V E Z VA L L E J O<br />

cometer el “error” y a restaurar la armonía individual y comunitaria perdida;<br />

en este sentido la sanción actúa como mecanismo <strong>de</strong> sanación y no<br />

como pago <strong>de</strong> culpas o vindicta pública.<br />

Es evi<strong>de</strong>nte que los sistemas indígenas operan, mediante actos <strong>de</strong> diferenciación<br />

con el sistema legal gubernamental, aplicando mecanismos <strong>de</strong><br />

reajuste (aplicación <strong>de</strong>l diálogo y el consejo), reciprocidad (protección <strong>de</strong>l<br />

buen nombre y <strong>de</strong> la convivencia comunitaria) y solidaridad (búsqueda<br />

conjunta <strong>de</strong> soluciones satisfactorias para todos). La instauración <strong>de</strong> un<br />

pluralismo jurídico objetivo en la nueva Constitución se pone a tono con la<br />

comprobación objetiva <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> sistemas <strong>de</strong> justicia indígena, un<br />

<strong>de</strong>recho vivo.<br />

Con este reconocimiento, la Constitución <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> eludir el problema <strong>de</strong><br />

las fuentes <strong>de</strong> producción <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho para asumir que hay alguien más que<br />

el Estado nacional, los pueblos indígenas, que también lo producen y lo<br />

ejercen <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n social y político que les liga. Significa que el<br />

Estado ecuatoriano asume que el <strong>de</strong>recho indígena es un auténtico <strong>de</strong>recho,<br />

por lo cual modifica la estructura monista <strong>de</strong> su <strong>de</strong>recho central. Esto, no<br />

solo abre una vez más el <strong>de</strong>bate acerca <strong>de</strong>l pluralismo jurídico sino que lo<br />

instaura <strong>de</strong> manera objetiva, haciendo necesario una revisión <strong>de</strong> lo representa<br />

e implica para el país.<br />

El <strong>de</strong>bate acerca <strong>de</strong>l pluralismo jurídico tiene larga data en el contexto<br />

<strong>de</strong>l Estado nacional. Para solo referirnos al <strong>de</strong>bate en el siglo XX, Santi<br />

Romano, jurista italiano, en 1918, sostenía con vehemencia la falsedad histórica<br />

<strong>de</strong> la tesis <strong>de</strong>l monopolio <strong>de</strong> las fuentes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho por parte <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l Estado, argumentando que las normas estatales son solo una<br />

parte <strong>de</strong> las normas jurídicas existentes en el espacio <strong>de</strong>l Estado-nación. Para<br />

este jurista, las crisis sociales impulsan a grupos sociales a constituirse en círculos<br />

jurídicos in<strong>de</strong>pendientes, estableciéndose una relación entre crisis <strong>de</strong>l<br />

Estado nacional y pluralismo jurídico.<br />

Se volvería a discutir el pluralismo jurídico en la década <strong>de</strong> los 60 a partir<br />

<strong>de</strong>l planteamiento <strong>de</strong> antropólogos como Lévi-Burth y otros que sostenían<br />

la existencia <strong>de</strong> percepciones jurídicas no impuestas por la autoridad<br />

pública, lo que representaba un <strong>de</strong>recho que no emana <strong>de</strong> la sociedad global<br />

y tiene que ver con <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> tipo supranacional e infranacional. Marc<br />

Galanter (1981) sostenía que en el proceso <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>rnización <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho<br />

82


EL D E R E C H O P R O P I O: ¡D E S TA PA N D O L A CA J A D E PA N D O R A!<br />

se dan discrepancias entre el mo<strong>de</strong>lo hegemónico y multitud <strong>de</strong> prácticas<br />

sociales, locales, consuetudinarias y que en la sociedad hegemónica, el <strong>de</strong>recho,<br />

más que una aspiración <strong>de</strong>l pueblo es una aspiración <strong>de</strong> grupos hegemónicos.<br />

Luego <strong>de</strong> una nueva pausa en el <strong>de</strong>bate, Bobbio vuelve a poner a <strong>de</strong>bate<br />

el tema <strong>de</strong>l pluralismo jurídico al sostener que frente a la ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>recho estatal <strong>de</strong> absorber a otros or<strong>de</strong>namientos, persiste la producción<br />

preestatal y antiestatal <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho. 31 Más tar<strong>de</strong> Erhlich, sostendrá que a<br />

más <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho institucionalizado, preparado para regular conflictos, existe<br />

un “<strong>de</strong>recho vivo”; 32 que los usos <strong>de</strong> la vida social y prácticas comerciales<br />

son más <strong>de</strong>terminantes que el <strong>de</strong>recho mismo; que en el Estado nacional<br />

conviven asociaciones sociales <strong>de</strong> las que el Estado es una <strong>de</strong> ellas; y que los<br />

conflictos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r producen asociaciones.<br />

El pensamiento plural resurge ligado a crisis <strong>de</strong> legitimidad <strong>de</strong> lo público<br />

y lo institucional. En América Latina no se ha enfrentado abiertamente<br />

la construcción <strong>de</strong> estados plurales 33 , sin embargo se ha avanzado en el reconocimiento<br />

normativo <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s diferenciadas 34 , y en el diseño <strong>de</strong> la<br />

diferenciación, distintas <strong>de</strong> las políticas <strong>de</strong> clase o <strong>de</strong> distribución.<br />

En el Ecuador, el tema fue tratado por la Antropología y la Sociología<br />

Política, en el marco <strong>de</strong> la discusión sobre el colonialismo (años 70, 80).<br />

Una siguiente emergencia <strong>de</strong>l tema ocurrió en la década <strong>de</strong> los noventa, con<br />

el resurgimiento <strong>de</strong> las <strong>de</strong>mandas étnico-culturales y las <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>nominados “nuevos movimientos sociales” que operan a nivel nacional y<br />

transnacional.<br />

En la actualidad, el concepto <strong>de</strong> pluralismo jurídico es usado para i<strong>de</strong>ntificar<br />

dinámicas sociales <strong>de</strong> regulación entre las que se <strong>de</strong>stacan las que se<br />

31 Bobio, Norberto, op.cit.<br />

32 Erlich, Eugen, op.cit.<br />

33 Aunque los ejemplos <strong>de</strong> estados organizados en base a una diversidad étnica son numerosos, los<br />

ejemplos más cercanos son Canadá y Nicaragua en el continente americano y Bélgica en Europa.<br />

34 Las políticas <strong>de</strong> la diferenciación están basadas en la constatación <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s<br />

por razones económicas, físicas, <strong>de</strong> edad o condición étnica, lo que justifica que el Estado trate <strong>de</strong><br />

manera diferente a los distintos, si es el caso, adoptando medidas <strong>de</strong> protección especiales, que no<br />

toma respecto a otros grupos <strong>de</strong> la población. Las políticas <strong>de</strong> discriminación positiva entran <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong>l cuadro <strong>de</strong> la diferenciación que tiene como objetivo alcanzar una igualdad real, no formal,<br />

entre las personas.<br />

83


GI N A CH Á V E Z VA L L E J O<br />

dan al interior <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s tradicionales (indígenas), o en nuevas<br />

comunida<strong>de</strong>s excluidas o marginalizadas (formas <strong>de</strong> regulación en los cinturones<br />

<strong>de</strong> miseria <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s ciuda<strong>de</strong>s); las que emergen como resultado<br />

<strong>de</strong> la acción <strong>de</strong> los nuevos movimientos sociales (ecologistas, mujeres,<br />

etc., <strong>de</strong>mandando participación en la toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones públicas referentes<br />

al manejo <strong>de</strong> recursos naturales); las que se presentan en casos <strong>de</strong> crisis<br />

institucional e, incluso, las que son el resultado <strong>de</strong> los procesos <strong>de</strong> globalización<br />

<strong>de</strong>l capital (la “lex mercatoria”). 35<br />

En ve rdad, algunas <strong>de</strong> estas manifestaciones pluralistas no se <strong>de</strong>ben a una<br />

toma <strong>de</strong> conciencia <strong>de</strong> que sus comunida<strong>de</strong>s tengan <strong>de</strong>recho a ser difere n t e s<br />

d e n t ro <strong>de</strong> la sociedad mayo r, sino a consi<strong>de</strong>raciones y valoraciones <strong>de</strong> efectividad<br />

<strong>de</strong> las políticas públicas, tal es el caso <strong>de</strong> los modos normativos y re g ulatorios<br />

en los cinturones <strong>de</strong> miseria <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s ciuda<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> las <strong>de</strong>mandas<br />

<strong>de</strong> participación <strong>de</strong> los <strong>de</strong>nominados nuevos movimientos sociales.<br />

En síntesis, el <strong>de</strong>bate sobre el pluralismo jurídico no solo alu<strong>de</strong> a la coexistencia<br />

<strong>de</strong> dos o más ór<strong>de</strong>nes jurídicos conviviendo en un mismo espacio<br />

geo-político, sino que alu<strong>de</strong> también a la producción y aplicación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho,<br />

función que en el Estado mo<strong>de</strong>rno opera bajo la presunción <strong>de</strong> que la<br />

producción <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho solo pue<strong>de</strong> hacerla el Estado, i<strong>de</strong>a que a su vez está<br />

cada vez más <strong>de</strong>bilitada ante una palpable realidad social y normativa que<br />

supera la ficciones y miedos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho.<br />

El punto está en saber si se pue<strong>de</strong> lograr un consenso, un punto en<br />

común razonable (¿?), un “modus vivendi” plural.<br />

Hoekman mira que existen dos tipos u opciones <strong>de</strong> pluralismos jurídicos<br />

que pue<strong>de</strong>n ser construidas: un pluralismo <strong>de</strong> tipo unitario y uno <strong>de</strong><br />

tipo igualitario: en el pluralismo jurídico unitario coexisten dos o más sistemas<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos reconocidos en el <strong>de</strong>recho estatal, incluso en la misma<br />

Constitución, reservándose el <strong>de</strong>recho oficial la facultad <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminar unilateralmente<br />

la legitimidad y el ámbito <strong>de</strong> aplicación <strong>de</strong> los sistemas <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho<br />

reconocidos; 36 ejemplo, la Constitución ecuatoriana <strong>de</strong> 1998. En este<br />

tipo <strong>de</strong> pluralismo se ven algunos rasgos culturalmente distintos y se con-<br />

35 Ardila Amaya, Edgar, “Pluralismo jurídico: Apuntes para el Debate”, en Pluralismo Jurídico y<br />

Alternatividad Judicial. Bogotá-Colombia. Revista El Otro Derecho No. 26-27, ILSA, p. 53.<br />

36 Hockema, André, op.cit.<br />

84


EL D E R E C H O P R O P I O: ¡D E S TA PA N D O L A CA J A D E PA N D O R A!<br />

templa la multiculturalidad en leyes sin que se llegue a reconocer la existencia<br />

y vali<strong>de</strong>z <strong>de</strong> todo un sistema <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho indígena.<br />

En el pluralismo <strong>de</strong> tipo igualitario, el <strong>de</strong>recho oficial reconoce, a<strong>de</strong>más,<br />

la vali<strong>de</strong>z <strong>de</strong> normas <strong>de</strong> los diversos sistemas <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, su fuente en<br />

una comunidad especial que como tal conforma una parte diferenciada<br />

pero constitutiva <strong>de</strong> la sociedad entera y, por tanto, tiene capacidad para<br />

que su <strong>de</strong>recho sea reconocido como parte integral <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n legal nacional.<br />

37<br />

En un pluralismo igualitario reina, <strong>de</strong> acuerdo a Hoekman, una simultaneidad<br />

igualitaria <strong>de</strong> todos los sistemas <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, haciendo que el <strong>de</strong>recho<br />

indígena sustituya al <strong>de</strong>recho nacional en los ámbitos sociales don<strong>de</strong> su<br />

aplicabilidad es prevalente.<br />

Un ámbito intercultural pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar establecido el ámbito mínimo <strong>de</strong><br />

aplicación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho indígena, pero <strong>de</strong>berá centrarse, fundamentalmente,<br />

en <strong>de</strong>limitar reglas <strong>de</strong> tratamiento <strong>de</strong> los conflictos mixtos que no podrían<br />

ser tratados en el sistema nacional sino por un sistema <strong>de</strong> reglas interculturales<br />

especiales.<br />

Hoekman habla <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> reglas y procedimientos legales fe<strong>de</strong>rales,<br />

estructuradas a la manera <strong>de</strong> las reglas <strong>de</strong> conflicto vigentes en el <strong>de</strong>recho<br />

civil internacional, que incorporadas en el <strong>de</strong>recho formal nacional tengan<br />

la vocación <strong>de</strong> asegurar valor legal y <strong>de</strong>finitivo (caso juzgado) a soluciones<br />

y <strong>de</strong>cisiones producidas en y tomadas según las normas y los procedimientos<br />

propios <strong>de</strong> los sistemas <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos y autorida<strong>de</strong>s indígenas. 38<br />

Estas reglas también establecen los ámbitos <strong>de</strong> competencia <strong>de</strong> los mismos<br />

y las normas para dirimir conflictos <strong>de</strong> competencia así como las instancias<br />

y los procedimientos <strong>de</strong> apelación.<br />

Las experiencias vividas en el proceso constituyente pusieron en evi<strong>de</strong>ncia<br />

que la Constitución no es un tratado <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, mucho menos un<br />

ensayo jurídico experto, es el más gran<strong>de</strong> e importante acuerdo nacional<br />

que esta vez fue construido como consecuencia <strong>de</strong> sueños alimentados en la<br />

rabia <strong>de</strong> la injusticia, la ari<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l Derecho formal y la escasa i<strong>de</strong>ntificación<br />

con las salidas que se ofrecen.<br />

37 Ibíd., p. 71.<br />

38 Ibíd. p. 72.<br />

85


La nueva Constitución rompe con la forma y con el fondo <strong>de</strong> nuestra<br />

<strong>de</strong>mocracia <strong>de</strong> papel. La estructura <strong>de</strong>l texto resignifica los principios y<br />

valores comunes; el lenguaje que para algunos es poco elaborado significa<br />

una nueva formulación normativa; el reconocimiento <strong>de</strong> nuevos <strong>de</strong>rechos y<br />

nuevos roles institucionales re<strong>de</strong>finen la <strong>de</strong>mocracia, las instituciones y el<br />

rol <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r público; los <strong>de</strong>rechos ciudadanos relegitiman al Estado; el pluralismo<br />

jurídico que reconoce el <strong>de</strong>recho propio <strong>de</strong> los pueblos indígenas<br />

confiere un nuevo sentido al universalismo y positivismo. El cambio nos<br />

ofrece la posibilidad <strong>de</strong> amigarnos con los temores y angustias que acumuló<br />

un or<strong>de</strong>n jurídico-político que optó por la hegemonía y el sometimiento<br />

y <strong>de</strong>staparlos para conocerlos en sus auténticas dimensiones.<br />

VI. Bibliografía<br />

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<strong>de</strong> Neira.<br />

87


Las garantías: herramientas imprescindibles para el<br />

cumplimiento <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos.<br />

Avances conceptuales en la Constitución <strong>de</strong>l 2008<br />

Ramiro Ávila Santamaría*<br />

Sumario<br />

I. Introducción. II. La garantía. 2.1. La comprensión <strong>de</strong> la garantía. 2.2. La<br />

titularidad para po<strong>de</strong>r accionar. 2.3. La naturaleza <strong>de</strong> la garantía. 2.4. Los<br />

requisitos. 2.5. El <strong>de</strong>recho protegido. 2.6. El obligado. 2.7. La autoridad<br />

competente. 2.8. El procedimiento y la forma <strong>de</strong> terminarlo. 2.9. El result<br />

a d o. 2 . 1 0 . El cumplimiento. 2 . 1 1 . Las medidas cautelares. I I I .<br />

Conclusión.<br />

I. Introducción<br />

Las garantías <strong>constitucionales</strong> son los mecanismos que establece la<br />

Constitución para prevenir, cesar o enmedar la violación <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho que<br />

está reconocido en la misma Constitución. Sin las garantías, los <strong>de</strong>rechos<br />

* Doctor en Jurispru<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la PUCE, Master en Derecho <strong>de</strong> Columbia University (LLM, New<br />

York), Docente <strong>de</strong> la Universidad Andina Simón Bolívar y Profesor <strong>de</strong> <strong>Derechos</strong> Humanos <strong>de</strong> la<br />

PUCE. ravila@uasb.edu.ec<br />

89


RA M I R O ÁV I L A SA N TA M A R Í A<br />

serían meros enunciados líricos, que no tendrían eficacia jurídica alguna en<br />

la realidad 1 .<br />

Las garantías siempre han existido en las relaciones jurídicas, piénsese por<br />

ejemplo, en un contrato privado, que es un acuerdo <strong>de</strong> volunta<strong>de</strong>s entre dos<br />

p a rtes, en las que ambas se comprometen a realizar alguna actividad; normalmente,<br />

en los contratos se establece una cláusula <strong>de</strong> garantía en caso <strong>de</strong><br />

i n c u m p l i m i e n t o. Así suce<strong>de</strong> también en el <strong>de</strong>recho constitucional. La<br />

Constitución podría ser consi<strong>de</strong>rada como un pacto social, en el que constan<br />

responsabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las personas, como la limitación <strong>de</strong> la libertad cuando<br />

alguien viola <strong>de</strong>rechos protegidos penalmente o el pago <strong>de</strong> tributos y obligaciones<br />

<strong>de</strong>l Estado, que se manifiestan en la forma <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos fundamentales.<br />

Los <strong>de</strong>rechos y las garantías van <strong>de</strong> la mano. Las garantías frente a los<br />

<strong>de</strong>rechos podrían estar en tres situaciones en el sistema jurídico: (1) no hay<br />

garantías, pero hay <strong>de</strong>rechos; (2) hay garantías, pero <strong>de</strong>ficientemente diseñadas,<br />

y <strong>de</strong>rechos; (3) hay garantías a<strong>de</strong>cuadas para cada <strong>de</strong>recho.<br />

(1) El jurista H. Kelsen 2 , con absoluta claridad, <strong>de</strong>terminó que una<br />

norma jurídica <strong>de</strong>be contener una condición (hipótesis fáctica) y una obligación,<br />

<strong>de</strong> tal forma que cuando en la realidad se produce la condición, un<br />

juez, a través <strong>de</strong> la imputación, <strong>de</strong>termina la obligación. La garantía <strong>de</strong> los<br />

presupuestos estaban en la misma norma. Si no existía la obligación, en la<br />

lógica positivista, era imposible que un juez intervenga. Obligación y <strong>de</strong>recho<br />

se confun<strong>de</strong>n. Si no hay garantía, no existe <strong>de</strong>recho 3 . Un <strong>de</strong>recho que<br />

no establezca una garantía resulta una promesa ilusa e irrealizable y se <strong>de</strong>be<br />

evitar esta posibilidad.<br />

En la historia <strong>de</strong>l constitucionalismo, los <strong>de</strong>rechos fueron establecidos<br />

sin garantías <strong>constitucionales</strong>. Los únicos <strong>de</strong>rechos que se podían exigir<br />

1 Ver doctrina sobre garantías y su relación con el Estado y la teoría <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho: Antonio Manuel<br />

Peña Freire, La garantía en el Estado constitucional <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, Madrid, Trotta, 1997; Gerardo<br />

Pisarello, Los <strong>de</strong>rechos sociales y sus garantías, elementos para una reconstrucción, Madrid, Trotta,<br />

2007; Carolina Silva Portero, “Las garantías <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos ¿invención o reconstrucción?”, en<br />

Ramiro Avila Santamaría, Neoconstitucionalismo y sociedad, Quito, <strong>Ministerio</strong> <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong> y<br />

<strong>Derechos</strong> Humanos, 2008, pp. 51-84.<br />

2 Hans Kelsen, La teoría pura <strong>de</strong>l Derecho, Buenos Aires, Eu<strong>de</strong>ba, 4. ed., 2003.<br />

3 La teoría <strong>de</strong> Kelsen correspon<strong>de</strong> a presupuestos <strong>de</strong> la lógica simbólica. Si p entonces q; no q; por<br />

tanto, no p. “p” es la condición <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho, “q” es la obligación. Si no hay obligación, luego no<br />

hay <strong>de</strong>recho.<br />

90


LA S G A R A N T Í A S: H E R R A M I E N TA S I M P R E S C I N D I B L E S PA R A E L C U M P L I M I E N T O D E L O S D E R E C H O S<br />

fueron aquellos regulados por el <strong>de</strong>recho ordinario. Esta característica es<br />

propia <strong>de</strong> los estados legales <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, estados <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho o estados liberales.<br />

Por ejemplo, el <strong>de</strong>recho a la vida se podía garantizar a través <strong>de</strong> la tipificación<br />

en los códigos penales; el <strong>de</strong>recho a la propiedad y a la autonomía<br />

<strong>de</strong> la voluntad se garantizaba a través <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho civil. Quizá, a nivel constitucional,<br />

la única excepción era el <strong>de</strong>recho a la libertad <strong>de</strong> movimiento,<br />

que se garantizaba a través <strong>de</strong>l hábeas corpus.<br />

(2) En el siglo XX, las Constituciones en la tradición europea continental,<br />

<strong>de</strong> la que nosotros somos here<strong>de</strong>ros, establecen múltiples <strong>de</strong>rechos; los<br />

catálogos <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos aumentan consi<strong>de</strong>rablemente a finales <strong>de</strong>l<br />

siglo XX. En Ecuador, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1945, se reconocen progresivamente los <strong>de</strong>rechos<br />

sociales 4 . Constituciones como la ecuatoriana <strong>de</strong> 1929 reconocen múltiples<br />

<strong>de</strong>rechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y colectivos.<br />

Sin embargo, la garantía es <strong>de</strong>ficiente. Solo opera la garantía constitucional<br />

en casos excepcionales: cuando se trata <strong>de</strong> violaciones graves e inminentes<br />

a <strong>de</strong>rechos que sean (garantía cautelar) o cuando no exista otra vía<br />

para repararlos (garantía subsidiaria), cuando se trataba <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos civiles<br />

(garantía excluyente). Por eso, el llamado <strong>de</strong> N. Bobbio para evitar las discusiones<br />

sobre los fundamentos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, cuando ya están reconocidos<br />

y pensar en la forma eficaz <strong>de</strong> garantizarlos 5 .<br />

(3) Las garantías a<strong>de</strong>cuadas son aquellas que están diseñadas para todos<br />

los <strong>de</strong>rechos reconocidos y que son eficaces porque producen el resultado<br />

previsto, que es reparar la violación <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos 6 . Si la garantía está bien<br />

diseñada, el cumplimiento sería cabal. En la teoría garantista <strong>de</strong> L. Ferrajoli,<br />

la existencia <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>manda la creación <strong>de</strong> una garantía a<strong>de</strong>cuada 7 .<br />

Si no existe la garantía, hay una omisión <strong>de</strong> parte <strong>de</strong>l Estado, ya <strong>de</strong>l legislador,<br />

ya <strong>de</strong>l juzgador, que <strong>de</strong>be consi<strong>de</strong>rarse como una inconstitucionalidad.<br />

4 Juan J.Paz y Miño Cepeda y Diego Pazmiño, “El proceso constituyente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva histórica”,<br />

en Análisis Nueva Constitución, revista La Ten<strong>de</strong>ncia, Quito, ILDIS, 2008, p. 36.<br />

5 Ver Bobbio Norberto, “La era <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos”, en El tercero ausente, Ediciones Cátedra, 1997, pp.<br />

154-173.<br />

6 Ver Héctor Faún<strong>de</strong>z Le<strong>de</strong>sma, El Sistema Interamericano <strong>de</strong> protección <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos.<br />

Aspectos institucionales y procesales, IIDH, 3 edición, Costa Rica, 2004, pp. 303-316.<br />

7 Luigi Ferrajoli, “<strong>Derechos</strong> fundamentales y garantía “, en Los fundamentos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos fundamentales,<br />

Madrid-España, Editorial Trotta, 2001, p. 36.<br />

91


En la garantía a<strong>de</strong>cuada, todos y cada uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>berían tener<br />

un mecanismo para la reparación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho, con procedimientos <strong>constitucionales</strong><br />

cabales, sencillos y rápidos. En este supuesto, el procedimiento<br />

lleva a una solución <strong>de</strong> fondo, y no cautelar, subsidiaria o excluyente. Estas<br />

garantías son propias <strong>de</strong> los estados <strong>constitucionales</strong> y sociales <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho y,<br />

es más, el régimen <strong>de</strong> garantías para la totalidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos es el mejor<br />

modo <strong>de</strong> profundizar la <strong>de</strong>mocracia 8 .<br />

La Constitución <strong>de</strong> 1998 se encuentra, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> las violaciones<br />

a los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> que se trate, en el supuesto (1) y (2), por no regular garantía<br />

alguna, en ciertos casos como los <strong>de</strong>rechos sociales con dimensión colectiva<br />

y por regular las garantías <strong>de</strong> forma <strong>de</strong>ficiente, como el amparo para<br />

reparar integralmente una violación. La Constitución <strong>de</strong>l 2008, en cambio,<br />

se ubicaría en el supuesto (3), como se <strong>de</strong>mostrará.<br />

Para comparar las dos constituciones lo haremos <strong>de</strong> acuerdo con algunos<br />

parámetros: 2.1. la comprensión <strong>de</strong> la garantía; 2.2. la titularidad para<br />

po<strong>de</strong>r accionar; 2.3. la naturaleza <strong>de</strong> la garantía; 2.4. los requisitos; 2.5. el<br />

<strong>de</strong>recho protegido; 2.6. el obligado; 2.7. la autoridad competente; 2.8. el<br />

procedimiento y la forma <strong>de</strong> terminarlo; 2.9. el resultado; 2.10. el cumplimiento;<br />

y 2.11. las medidas cautelares.<br />

II. La garantía<br />

RA M I R O ÁV I L A SA N TA M A R Í A<br />

2.1. La comprensión <strong>de</strong> la garantía<br />

La garantía, en la Constitución <strong>de</strong> 1998, se la entien<strong>de</strong> ligada, fundamentalmente,<br />

a la acción judicial y subsumida en el título que reconoce los<br />

d e rechos. El capítulo VI <strong>de</strong> ésta, que se <strong>de</strong>nomina “<strong>de</strong> las garantías <strong>de</strong> los<br />

d e re c h o s”, enumera cuatro garantías: el hábeas corpus, el hábeas data, el<br />

a m p a ro y la <strong>de</strong>fensoría <strong>de</strong>l pueblo 9 . Aunque existe una norma que establece<br />

la obligación general <strong>de</strong> respeto a los <strong>de</strong>rechos humanos como el<br />

8 Perfecto Andrés Ibañez, “Garantismo: una teoría crítica <strong>de</strong> la jurisdicción”, en Miguel Carbonell<br />

y Pedro Salazar, Garantismo, estudios sobre el pensamiento jurídico <strong>de</strong> Luigi Ferajoli, Madrid, Trotta,<br />

2005, p. 60.<br />

9 Constitución <strong>de</strong> 1998, artículos 93 al 95.<br />

92


LA S G A R A N T Í A S: H E R R A M I E N TA S I M P R E S C I N D I B L E S PA R A E L C U M P L I M I E N T O D E L O S D E R E C H O S<br />

más alto <strong>de</strong>ber <strong>de</strong>l Estado 1 0 , esta norma no se operativiza como garantía<br />

sino a través <strong>de</strong> lo judicial. En este sentido, la concepción <strong>de</strong> la garantía<br />

es re s t r i c t i va .<br />

En cambio, la Constitución <strong>de</strong>l 2008 le da al tema una relevancia fundamental<br />

y lo concibe <strong>de</strong> manera integral. La garantía correspon<strong>de</strong> a un<br />

título in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos y no se restringe a lo judicial. Existen<br />

dos clasificaciones <strong>de</strong> las garantías. La una en función <strong>de</strong> los po<strong>de</strong>res <strong>de</strong>l<br />

Estado y la otra en relación a los <strong>de</strong>rechos y al rol <strong>de</strong> la justicia constitucional.<br />

En relación a la primera, las garantías son <strong>de</strong> tres tipos: normativas,<br />

políticas públicas y jurisdiccionales. Por las garantías normativas (Art. 84),<br />

cualquier autoridad <strong>de</strong>l Estado que tenga faculta<strong>de</strong>s para normar, como el<br />

parlamento al dictar leyes, el presi<strong>de</strong>nte al dictar reglamentos, los concejos<br />

municipales al dictar or<strong>de</strong>nanzas o los ministros al emitir una resolución,<br />

están obligados a a<strong>de</strong>cuar esa norma a la Constitución y a <strong>de</strong>sarrollar, en lo<br />

que se pueda y corresponda, los <strong>de</strong>rechos; por las garantías políticas (Art.<br />

85), cualquier autoridad que realice algún plan, programa o proyecto, <strong>de</strong><br />

igual modo, <strong>de</strong>be adaptar sus <strong>de</strong>cisiones hacia la realización <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos;<br />

finalmente, por las garantías jurisdiccionales (Art. 86-94), los jueces controlan<br />

que los actos públicos no violen <strong>de</strong>rechos. No existe, en otras palabras,<br />

po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Estado que no sea garante <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos reconocidos en la<br />

Constitución, y tampoco existe <strong>de</strong>recho alguno que no pueda ser exigido.<br />

De esta forma, el enunciado <strong>de</strong> que el máximo <strong>de</strong>ber <strong>de</strong>l Estado es proteger<br />

los <strong>de</strong>rechos (Art. 11.9) cobra sentido.<br />

Las garantías jurisdiccionales, a su vez, se clasifican en aquellas que protegen<br />

todos los <strong>de</strong>rechos, que se <strong>de</strong>nominan “<strong>de</strong> protección”, las que protegen<br />

el <strong>de</strong>recho a la libertad (privación arbitraria <strong>de</strong> libertad), integridad física<br />

(tortura) y vida (<strong>de</strong>saparición forzada), que se <strong>de</strong>nomina “hábeas corpus”,<br />

las que protegen el acceso a la información pública, las que protegen<br />

la intimidad, las que protegen la eficacia <strong>de</strong>l sistema jurídico, que se llaman<br />

“acción <strong>de</strong> cumplimiento” y, finalmente, aquellas que protegen los <strong>de</strong>rechos<br />

humanos en el ámbito judicial ordinario, que se <strong>de</strong>nomina “acción extraordinaria<br />

<strong>de</strong> protección”. A<strong>de</strong>más, tenemos las medidas cautelares, que equivaldrían<br />

al amparo <strong>de</strong> 1998.<br />

10 I<strong>de</strong>m artículo 16.<br />

93


RA M I R O ÁV I L A SA N TA M A R Í A<br />

2.2. La titularidad para po<strong>de</strong>r accionar<br />

La titularidad para accionar (acudir ante una autoridad judicial y poner en<br />

conocimiento la existencia <strong>de</strong> una violación <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos) se <strong>de</strong>nomina legitimidad<br />

activa. En el <strong>de</strong>recho clásico, vinculado con el <strong>de</strong>recho privado, la<br />

i<strong>de</strong>a dominante es que el titular <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho subjetivo es quien tiene <strong>de</strong>recho<br />

a presentar una acción. En el <strong>de</strong>recho público, en cambio, es <strong>de</strong> interés<br />

general que no se produzcan violaciones a los <strong>de</strong>rechos y, por tanto, la titularidad<br />

es popular (“actio popularis”).<br />

La Constitución <strong>de</strong> 1998 restringe la posibilidad <strong>de</strong> ejercer la acción<br />

constitucional exclusivamente a la persona que actúe “por sus propios <strong>de</strong>rechos”<br />

11 . El Tribunal Constitucional, en múltiples <strong>de</strong>cisiones, <strong>de</strong>terminó<br />

que se aplica la teoría <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho subjetivo. En otras palabras, tanto la<br />

Constitución como la jurispru<strong>de</strong>ncia restringieron la posibilidad <strong>de</strong> conocer<br />

y acce<strong>de</strong>r a la justicia constitucional.<br />

La Constitución <strong>de</strong>l 2008, en cambio, permite que “cualquier persona,<br />

grupo <strong>de</strong> personas, comunidad, pueblo o nacionalidad” (Art. 86.1) pueda<br />

proponer acciones <strong>constitucionales</strong>. La violación a los <strong>de</strong>rechos humanos<br />

no pue<strong>de</strong> ser ajena a persona o grupo <strong>de</strong> personas alguna. Al Estado y a la<br />

comunidad le interesa que se sepa cuándo hay violaciones y que se corrijan<br />

las actuaciones atentatorias a los <strong>de</strong>rechos. Este avance constitucional, que<br />

podría ocasionar escándalo a los tratadistas tradicionales <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho, no es<br />

nada nuevo en la legislación nacional y menos aún en el <strong>de</strong>recho internacional.<br />

A nivel constitucional, se ha establecido algo parecido para el hábeas<br />

corpus y en la práctica se admite que cualquier persona <strong>de</strong>man<strong>de</strong> la libertad<br />

<strong>de</strong> quien se encuentra privado ilegítimamente 1 2 y la misma<br />

Constitución <strong>de</strong> 1998, prevé que cualquier persona natural o jurídica, o<br />

grupo humano, pue<strong>de</strong> ejercer las acciones establecidas en el or<strong>de</strong>namiento<br />

jurídico <strong>de</strong>l país para la protección <strong>de</strong>l ambiente 13 . A nivel legal, en las normas<br />

procesales penales, se permite que cualquier persona pue<strong>de</strong> poner en<br />

conocimiento <strong>de</strong>l fiscal la existencia <strong>de</strong> una infracción penal. A nivel <strong>de</strong>l<br />

11 Constitución <strong>de</strong> 1998, artículo 95.<br />

12 Í<strong>de</strong>m, artículo 93.<br />

13 Í<strong>de</strong>m, artículo 91, último inciso.<br />

94


LA S G A R A N T Í A S: H E R R A M I E N TA S I M P R E S C I N D I B L E S PA R A E L C U M P L I M I E N T O D E L O S D E R E C H O S<br />

Derecho Internacional <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos, cualquier persona pue<strong>de</strong><br />

concurrir ante la Comisión <strong>de</strong> <strong>Derechos</strong> Humanos para <strong>de</strong>nunciar la violación<br />

a los <strong>de</strong>rechos humanos reconocidos en la Convención Americana <strong>de</strong><br />

<strong>Derechos</strong> Humanos 14 . Lo mismo que suce<strong>de</strong> con los atentados a la libertad,<br />

al ambiente, a los bienes jurídicos penalmente protegidos, a los <strong>de</strong>rechos<br />

reconocidos en la Convención Americana <strong>de</strong> <strong>Derechos</strong> Humanos, <strong>de</strong>be<br />

suce<strong>de</strong>r con las violaciones a los <strong>de</strong>rechos humanos constitucionalmente<br />

reconocidos. En otras palabras, no se pue<strong>de</strong> tolerar impasiblemente la violación<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos sin recurrir a las acciones <strong>constitucionales</strong><br />

para que se los respete.<br />

2.3. La naturaleza <strong>de</strong> la garantía<br />

La Constitución <strong>de</strong> 1998 al regular las garantías, particularmente el amparo<br />

y el hábeas corpus, lo hace como acciones cautelares. Esto es que solo<br />

proce<strong>de</strong>n excepcionalmente cuando se produce una violación <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos<br />

que tiene la característica <strong>de</strong> grave e inminente. Des<strong>de</strong> esta lógica, las violaciones<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos que no califican bajo estos parámetros, simplemente no<br />

son exigibles constitucionalmente. Se supondría que existe una acción en el<br />

<strong>de</strong>recho ordinario que <strong>de</strong>clararía la violación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho y la reparación.<br />

Esa acción, cuando el agente violador es el Estado, <strong>de</strong>bería encontrarse en<br />

el <strong>de</strong>recho administrativo. Sin embargo, el <strong>de</strong>recho administrativo en<br />

Ecuador no se ha <strong>de</strong>sarrollado ni tampoco se ha visto como un camino a<strong>de</strong>cuado<br />

para la exigibilidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos.<br />

En cambio, la Constitución <strong>de</strong>l 2008 precisa los conceptos y llena un<br />

vacío intolerable en el <strong>de</strong>recho ecuatoriano, al establecer que las garantías<br />

son tanto cautelares como <strong>de</strong> fondo o conocimiento. Se solicita la medida<br />

cautelar cuando se trata <strong>de</strong> evitar una violación, acción preventiva, o cuando<br />

se <strong>de</strong>be <strong>de</strong>tener el cometimiento <strong>de</strong> una violación <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, acción que<br />

hace cesar un acto; no importa la gravedad. Se solicita la acción <strong>de</strong> protección<br />

cuando la violación ya se ha consumado y es una acción reparadora.<br />

14 Convención Americana <strong>de</strong> <strong>Derechos</strong> Humanos, Art. 44: “Cualquier persona o grupo <strong>de</strong> personas,<br />

o entidad no gubernamental legalmente reconocida en uno o más Estados Miembros <strong>de</strong> la<br />

Organización, pue<strong>de</strong> presentar a la Comisión peticiones que contengan <strong>de</strong>nuncias o quejas <strong>de</strong> violación<br />

<strong>de</strong> esta Convención por un Estado Parte”.<br />

95


En la acción cautelar no existe procedimiento judicial y el juez <strong>de</strong>be actuar<br />

<strong>de</strong> inmediato y tomar cualquier medida siempre que sea efectiva; esto no<br />

suce<strong>de</strong> en la Constitución <strong>de</strong> 1998 que, a pesar <strong>de</strong> ser un proceso sumario,<br />

no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser un procedimiento burocrático, lento frente a la inminencia y<br />

en consecuencia inútil. En la acción <strong>de</strong> conocimiento el juez si comprueba<br />

la existencia <strong>de</strong> una violación, <strong>de</strong>be <strong>de</strong>clararla y reparar a la persona o colectivo<br />

que la ha sufrido.<br />

Acción cautelar Acción <strong>de</strong> conocimiento<br />

Objetivo Cesar o impedir<br />

violación <strong>de</strong> DD. HH. Reparar<br />

Procedimiento Informal Reglado<br />

Efecto Suspen<strong>de</strong>r un acto Declarar la violación<br />

<strong>de</strong> un DD. HH.<br />

Prueba No existe Debe existir<br />

Forma Resolución Sentencia<br />

2.4. Los requisitos<br />

RA M I R O ÁV I L A SA N TA M A R Í A<br />

La Constitución <strong>de</strong> 1998 <strong>de</strong>termina que <strong>de</strong>ben cumplirse tres requisitos<br />

para que el amparo proceda: un acto u omisión ilegítima <strong>de</strong> una autoridad<br />

pública, violación <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho consagrado en la Constitución y la existencia<br />

<strong>de</strong> un daño grave e inminente. Los tres requisitos, según ha aplicado<br />

el Tribunal Constitucional, <strong>de</strong>ben ser concurrentes y si falta uno, la acción<br />

<strong>de</strong> amparo es rechazada. La ilegitimidad se ha interpretado como el cumplimiento<br />

<strong>de</strong> todos los requisitos establecidos en la ley <strong>de</strong> manera formal; la<br />

gravedad se ha entendido como la producción <strong>de</strong> un daño consi<strong>de</strong>rable y la<br />

inminencia como un vínculo temporal entre el hecho y el daño, que <strong>de</strong>be<br />

ser inmediato. En la práctica, por ejemplo, si un agente <strong>de</strong>l Estado logra<br />

<strong>de</strong>mostrar que se ha cumplido todos los actos, no tiene sentido analizar los<br />

otros requisitos. Así, ante un reclamo por la construcción <strong>de</strong> una carretera<br />

96


LA S G A R A N T Í A S: H E R R A M I E N TA S I M P R E S C I N D I B L E S PA R A E L C U M P L I M I E N T O D E L O S D E R E C H O S<br />

en un área protegida (Parque Nacional Yasuní), el Tribunal consi<strong>de</strong>ró que al<br />

existir consulta previa y estudios <strong>de</strong> impacto ambiental, no tenía sentido<br />

analizar la violación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho y el daño, cuando lo que se <strong>de</strong>mostraba en<br />

la acción era precisamente el daño.<br />

El hábeas corpus, a su vez, proce<strong>de</strong> cuando se produce una ilegal privación<br />

<strong>de</strong> libertad (no exhibir la or<strong>de</strong>n, no cumplir requisitos legales, presentar<br />

vicios <strong>de</strong> procedimiento o si no justificar el fundamento <strong>de</strong>l recurso). En<br />

la práctica, cuando el agente <strong>de</strong> estado presenta la boleta <strong>de</strong> <strong>de</strong>tención con<br />

todos los requisitos formales, no proce<strong>de</strong> el recurso, aún cuando al momento<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong>tención no se haya presentado la boleta.<br />

En la Constitución <strong>de</strong>l 2008, en cambio, se requiere que exista una vulneración<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos reconocidos en la Constitución, no importa <strong>de</strong> qué<br />

tipo <strong>de</strong> acto provenga, <strong>de</strong> qué autoridad, ni qué condición tenga la persona<br />

víctima. Esto es, la violación <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos podría producirse por<br />

un acto administrativo, una norma, una política pública, un acto u omisión<br />

que proviene <strong>de</strong> un agente <strong>de</strong> Estado o <strong>de</strong> una persona particular.<br />

2.5. El <strong>de</strong>recho protegido<br />

La Constitución <strong>de</strong> 1998, en teoría, protegía “cualquier <strong>de</strong>recho consagrado<br />

en la Constitución” 15 . Sin embargo, por la restricción <strong>de</strong> que la persona<br />

<strong>de</strong>bía comparecer “por sus propios <strong>de</strong>rechos” y que éstos <strong>de</strong>bían provocar<br />

un daño grave e inminente, los <strong>de</strong>rechos protegidos se restringieron a los<br />

<strong>de</strong>rechos civiles, con particular énfasis los <strong>de</strong>rechos relacionados con la propiedad;<br />

lamentablemente, la litigación <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos que tenían dimensión<br />

colectiva, como el <strong>de</strong>recho a la atención inmediata <strong>de</strong> salud o el <strong>de</strong>recho<br />

a una educación <strong>de</strong> calidad, nunca pudieron ser exigibles. En estos<br />

casos, era difícil <strong>de</strong>mostrar el daño o la titularidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho. En la práctica,<br />

entonces, no se pudo exigir “cualquier” <strong>de</strong>recho.<br />

En la Constitución <strong>de</strong>l 2008, en cambio, tenemos una acción <strong>de</strong><br />

carácter general, que se pue<strong>de</strong> aplicar a cualquier <strong>de</strong>recho, y acciones especiales<br />

para <strong>de</strong>terminados <strong>de</strong>rechos específicos, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> la peculiaridad<br />

<strong>de</strong> las violaciones que se puedan producir.<br />

15 Constitución <strong>de</strong> 1998, artículo 95.<br />

97


RA M I R O ÁV I L A SA N TA M A R Í A<br />

Si hacemos un balance comparativo, tendríamos el siguiente resultado:<br />

Derecho protegido<br />

Violaciones graves e<br />

inminentes<br />

Todo <strong>de</strong>recho (fondo)<br />

Libertad<br />

(<strong>de</strong>tención arbitraria)<br />

Integridad física<br />

(tortura)<br />

Desaparición forzada<br />

Libertad<br />

(prisión preventiva)<br />

Acceso a la<br />

información pública<br />

Intimidad (protección<br />

información personal)<br />

Eficacia sistema<br />

jurídico<br />

DD.HH. y seguridad<br />

jurídica en lo judicial<br />

Garantía normativa<br />

Garantía <strong>de</strong><br />

política pública<br />

Total<br />

1998<br />

Amparo (Art. 95)<br />

No existe<br />

Hábeas Corpus<br />

No existe<br />

No existe<br />

No existe<br />

(amparo judicial en el<br />

código <strong>de</strong> procedimiento<br />

penal)<br />

No existe<br />

(ley orgánica <strong>de</strong> acceso<br />

a la información pública)<br />

Hábeas data<br />

No existe<br />

Expresamente<br />

prohibido<br />

No existe<br />

No existe<br />

Tres garantías<br />

98<br />

2008<br />

Medida cautelar<br />

(Art. 87)<br />

Acción <strong>de</strong> protección<br />

Hábeas Corpus<br />

Hábeas Corpus<br />

Hábeas Corpus<br />

Hábeas Corpus<br />

Acceso a la<br />

información pública<br />

Hábeas data<br />

Acción <strong>de</strong><br />

incumplimiento<br />

Acción extraordinaria<br />

<strong>de</strong> protección<br />

Garantías normativas<br />

Garantía <strong>de</strong><br />

política pública<br />

Doce garantías


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En la Constitución <strong>de</strong>l 2008 existe, por tanto, <strong>de</strong>rechos que tienen<br />

mecanismos <strong>de</strong> protección a<strong>de</strong>cuados.<br />

2.6. El obligado<br />

El obligado, el <strong>de</strong>stinatario <strong>de</strong> la acción constitucional, en la doctrina tradicional<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho, es el Estado y excepcionalmente las personas particulares.<br />

Así lo <strong>de</strong>termina la Constitución <strong>de</strong> 1998. En el hábeas corpus, la privación<br />

<strong>de</strong> libertad solo podría producirse por un funcionario o empleado<br />

estatal; en el hábeas data, se solicita al “funcionario respectivo”; en el amparo,<br />

se presenta la acción por las consecuencias <strong>de</strong> un acto u omisión <strong>de</strong> “una<br />

autoridad pública” y contra particulares cuando se afecte gravemente un<br />

interés colectivo, comunitario o difuso. En suma, la responsabilidad es vertical-pública.<br />

Cuando se trata <strong>de</strong> relaciones horizontales, entre iguales,<br />

opera el <strong>de</strong>recho ordinario.<br />

En la Constitución <strong>de</strong>l 2008, en cambio, encontramos lo que podríamos<br />

llamar responsabilidad vertical pública o privada. No me atrevo a <strong>de</strong>cir<br />

que la acción <strong>de</strong> protección proce<strong>de</strong> por cuestiones relacionadas con responsabilidad<br />

horizontal 16 . En realidad, la acción <strong>de</strong> protección no proce<strong>de</strong><br />

cuando las personas privadas están en condición <strong>de</strong> igualdad, por ejemplo,<br />

cuando hay incumplimiento <strong>de</strong> contratos. La acción solo proce<strong>de</strong> contra<br />

particulares cuando están en relación <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, uno pue<strong>de</strong> discriminar o<br />

está en situación <strong>de</strong> subordinación o in<strong>de</strong>fensión.<br />

2.7. La autoridad competente<br />

La Constitución <strong>de</strong> 1998 establece que salvo el hábeas corpus que lo<br />

conoce la persona que ejerce las funciones <strong>de</strong> alcal<strong>de</strong>, las garantías se presentan<br />

ante “el órgano <strong>de</strong> la Función Judicial <strong>de</strong>signado por la ley”. Ese<br />

órgano ha sido el juez <strong>de</strong> lo civil y los tribunales <strong>de</strong> lo contencioso admi-<br />

16 Sobre la responsabilidad horizontal en <strong>de</strong>rechos humanos <strong>de</strong> las personas particulares ver Thomas<br />

Pogge, “Los <strong>de</strong>rechos humanos” y “Cosmopolitismo institucional fundamentado en <strong>de</strong>rechos<br />

humanos”, en La pobreza en el mundo y los <strong>de</strong>rechos humanos, Barcelona, Paidós, 2005, pp. 65-73;<br />

pp. 216-226; Robert Alexy, “Efecto en terceros o efecto horizontal”, en Teoría <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos fundamentales,<br />

España, Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>constitucionales</strong>, 1997, pp. 506-524.<br />

99


RA M I R O ÁV I L A SA N TA M A R Í A<br />

n i s t r a t i vo y fiscal. Todas las garantías judiciales establecen que tienen apelación<br />

ante el Tribunal Constitucional. Dos críticas a este mo<strong>de</strong>lo. El<br />

alcal<strong>de</strong> o la alcal<strong>de</strong>sa son autorida<strong>de</strong>s que ejercen un cargo administrativo-político<br />

<strong>de</strong> elección popular, que no goza <strong>de</strong> la garantía <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />

e imparcialidad, respon<strong>de</strong>n a un programa <strong>de</strong> gobierno local y a un<br />

m ovimiento o partido político. En la práctica, la ejecución <strong>de</strong> la garantía<br />

es eficaz si la persona accionante es afín al alcal<strong>de</strong> o alcal<strong>de</strong>sa. La otra crítica<br />

tiene que ver con la segunda instancia. El Tribunal Constitucional ha<br />

estado con<strong>de</strong>nado a re c i b i r, indiscriminadamente, provenientes <strong>de</strong> todo el<br />

país, las apelaciones a las acciones <strong>constitucionales</strong> <strong>de</strong> protección <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos.<br />

Por esta razón, el Tribunal no ha podido re s o l ver oportunamente y,<br />

a<strong>de</strong>más, no pudo priorizar por importancia los casos que recibía. Las re s oluciones<br />

<strong>de</strong>l Tribunal Constitucional han estado con<strong>de</strong>nadas a ser mal<br />

argumentadas y bre ve s .<br />

La Constitución <strong>de</strong>l 2008, en cambio, <strong>de</strong>termina que toda acción constitucional<br />

<strong>de</strong>be ser conocida por un juez con competencia constitucional.<br />

Se suprime, por tanto, la competencia municipal para conocer el hábeas<br />

corpus. En la Asamblea hubo un intenso <strong>de</strong>bate sobre la necesidad <strong>de</strong> contar<br />

con jueces especializados en primera y en segunda instancia. Al final<br />

triunfó la posición <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar la primera y segunda instancia para el conocimiento<br />

<strong>de</strong> los jueces ordinarios. Algunas razones: la justicia especializada<br />

significa una erogación significativa en el presupuesto <strong>de</strong> la función judicial;<br />

si <strong>de</strong> lo que se trata es que todos los jueces puedan ejercer control constitucional<br />

en los casos que conocen, lo más práctico es que ellos, efectivamente,<br />

apliquen, en las acciones <strong>de</strong> protección <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, criterios y perspectivas<br />

constitucionalistas; no tiene sentido que exista una <strong>de</strong>sproporción<br />

entre jueces que resuelven asuntos relacionados con la propiedad y la autonomía<br />

<strong>de</strong> la voluntad y jueces que resuelven los otros <strong>de</strong>rechos humanos<br />

que son muchos más y <strong>de</strong> más personas; existe una capacidad instalada que<br />

pue<strong>de</strong> funcionar en cualquier momento, aunque, hay que reconocer, que<br />

los jueces <strong>de</strong>ben ser <strong>de</strong>bidamente capacitados para aplicar a<strong>de</strong>cuadamente<br />

la Constitución. En último término, todos los jueces, sin excepción, son<br />

garantes <strong>de</strong> que la Constitución sea aplicada.<br />

La segunda instancia es resuelta por las cortes provinciales <strong>de</strong> justicia.<br />

En esta instancia, que es mediadora entre la Corte Constitucional y los jue-<br />

100


LA S G A R A N T Í A S: H E R R A M I E N TA S I M P R E S C I N D I B L E S PA R A E L C U M P L I M I E N T O D E L O S D E R E C H O S<br />

ces <strong>de</strong> primera instancia, se espera que pueda incidir <strong>de</strong>terminantemente en<br />

que los fallos <strong>de</strong> la Corte sean efectivamente prece<strong>de</strong>ntes. Nada obsta para<br />

que se creen salas especializadas a este nivel. De este modo, la Corte<br />

Constitucional <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser la segunda instancia y pue<strong>de</strong> escoger los casos<br />

que sean relevantes para alterar una realidad <strong>de</strong> frecuentes violaciones a los<br />

<strong>de</strong>rechos humanos y corregir el funcionamiento <strong>de</strong> las instituciones que las<br />

provocan. Toda Corte que genera jurispru<strong>de</strong>ncia obligatoria, que tiene la<br />

última palabra en interpretación constitucional, no <strong>de</strong>be ser <strong>de</strong> fácil acceso.<br />

Para ello, no se tiene el <strong>de</strong>recho a que el caso sea obligatoriamente conocido<br />

por la Corte, se <strong>de</strong>be tener procedimientos rigurosos <strong>de</strong> admisibilidad y,<br />

finalmente, los casos <strong>de</strong>ben ser realmente paradigmáticos. Por citar algunos<br />

ejemplos <strong>de</strong> cortes que no conocen los casos en segunda instancia: la Corte<br />

Suprema <strong>de</strong> los Estados Unidos, la Corte Interamericana <strong>de</strong> <strong>Derechos</strong><br />

Humanos, la Corte Constitucional <strong>de</strong> Colombia.<br />

Existen algunos casos y situaciones en los que la Corte Constitucional<br />

re s u e l ve en última y única instancia: la acción <strong>de</strong> cumplimiento (Art. 93),<br />

la acción extraordinaria <strong>de</strong> protección (Art. 94), las acciones <strong>de</strong> inconstitucionalidad<br />

(Art. 436.2), la dirimencia <strong>de</strong> competencias <strong>de</strong> órganos establecidos<br />

constitucionalmente (Art. 436.7); los tres primeros casos, nos<br />

p a rece conveniente, <strong>de</strong>bió haberse <strong>de</strong>jado para el conocimiento <strong>de</strong> los jueces<br />

ordinarios con competencia constitucional. La Constitución <strong>de</strong>l 2008,<br />

a<strong>de</strong>más, establece el control concreto en casos judicializados en los que se<br />

existe contradicción con normas in<strong>constitucionales</strong>: el juez <strong>de</strong>be suspen<strong>de</strong>r<br />

el conocimiento <strong>de</strong> la causa y remitir el caso a la Corte Constitucional.<br />

Algunas ventajas y <strong>de</strong>sventajas <strong>de</strong> esta opción. En t re las ventajas po<strong>de</strong>mos<br />

mencionar que se garantiza una unidad <strong>de</strong> criterio para re s o l ver los casos;<br />

resulta intolerable que la misma ley sea consi<strong>de</strong>rada constitucional por la<br />

m a yoría <strong>de</strong> jueces e inconstitucional por unos pocos. En t re las <strong>de</strong>sve n t a j a s ,<br />

el juez pier<strong>de</strong> el po<strong>de</strong>r para aplicar directamente, en un caso, la<br />

Constitución y, a<strong>de</strong>más, podría re t a rdar la resolución <strong>de</strong> la causa. De todos<br />

modos, la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l prece<strong>de</strong>nte y <strong>de</strong> la máxima autoridad para interpretar la<br />

Constitución se fortalece. A pesar <strong>de</strong> la aparente restricción <strong>de</strong> aplicación<br />

d i recta <strong>de</strong> la Constitución en un caso concreto, creemos que el juez pue<strong>de</strong><br />

inaplicar una ley que consi<strong>de</strong>ra inconstitucional siempre que tenga la cert<br />

eza <strong>de</strong> que así fuere. “No s o t ros estamos convencidos <strong>de</strong> que en este<br />

101


RA M I R O ÁV I L A SA N TA M A R Í A<br />

supuesto el juez “d e b e” no aplicar la ley y no tiene obligación <strong>de</strong> plantear<br />

la cuestión” 1 7 .<br />

2.8. El procedimiento y la forma <strong>de</strong> terminarlo<br />

El procedimiento establecido en la Constitución 1998 para las garantías es<br />

propio <strong>de</strong> una acción cautelar, aunque atravesado por formalismos <strong>de</strong> carácter<br />

judicial: se requiere presentar por escrito y, por la ley <strong>de</strong> fe<strong>de</strong>ración <strong>de</strong><br />

abogados, se necesita un profesional <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho, la citación se la hace <strong>de</strong><br />

conformidad con el procedimiento civil al no explicitar la Constitución otra<br />

manera, audiencia pública en veinticuatro horas, resolución en cuarenta y<br />

ocho horas <strong>de</strong>spués. Este procedimiento merece algunos comentarios negativos.<br />

No resulta ser un procedimiento verda<strong>de</strong>ramente cautelar: veinticuatro<br />

horas pue<strong>de</strong> ser fatal para alguien que está siendo torturado, por ejemplo.<br />

Lo cautelar <strong>de</strong>be funcionar en el momento <strong>de</strong>l conocimiento <strong>de</strong> un<br />

hecho violatorio que se está produciendo o a punto <strong>de</strong> producirse. El procedimiento<br />

no menciona posibilidad alguna sobre la producción <strong>de</strong> pruebas<br />

y permite las prácticas formales <strong>de</strong> la justicia ordinaria: la citación hay<br />

que hacerla en compañía <strong>de</strong> un funcionario, las audiencias son meras formalida<strong>de</strong>s<br />

y la valoración <strong>de</strong> lo escrito es extrema.<br />

El procedimiento, en la Constitución <strong>de</strong>l 2008, en cambio, preten<strong>de</strong><br />

establecer un nuevo paradigma en la administración <strong>de</strong> justicia constitucional.<br />

Algunos hitos merecen ser explicados: el procedimiento es oral en todas<br />

sus fases, que es la única manera eficaz <strong>de</strong> garantizar la inmediación y el rol<br />

activo <strong>de</strong>l juez; el procedimiento <strong>de</strong>be ser sencillo, rápido y eficaz, que<br />

marca una distinción gran<strong>de</strong> con los procedimientos ordinarios que pue<strong>de</strong>n<br />

ser complejos, lentos y cerrados, en tanto encasillados en la solución establecida<br />

en la fórmula legal; se pue<strong>de</strong>n presentar las acciones <strong>de</strong> forma verbal,<br />

consecuencia también <strong>de</strong> la oralidad, y sin citar norma alguna; no se<br />

requiere la intermediación <strong>de</strong> un abogado o abogada, bajo la premisa <strong>de</strong> que<br />

la administración <strong>de</strong> justicia <strong>de</strong>be ser accesible, un abogado significa normalmente<br />

un costo pecuniario y el uso <strong>de</strong> tiempo, las notificaciones podrí-<br />

17 José Luis Serrano, Vali<strong>de</strong>z y vigencia, la aportación garantista a la teoría <strong>de</strong> la norma jurídica,<br />

Madrid, Trotta, 1999, p. 99.<br />

102


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an realizarse por cualquier medio, como el correo electrónico, el fax y hasta<br />

a través <strong>de</strong> una llamada telefónica. Se dirá que lo difícil será certificar la citación.<br />

Así como en el <strong>de</strong>recho mercantil existen formas <strong>de</strong> certificar los compromisos<br />

realizados electrónicamente, se pue<strong>de</strong>n reconocer formas en el<br />

procedimiento constitucional, por último, una llamada telefónica pue<strong>de</strong><br />

certificarse a través <strong>de</strong>l asentamiento <strong>de</strong> una razón en el expediente. El <strong>de</strong>recho<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos, en general, es un llamado a la creatividad <strong>de</strong><br />

los jueces, juezas, operadores <strong>de</strong> justicia, litigantes, víctimas. De lo que se<br />

trata es <strong>de</strong> que la justicia sea eficaz, que se resuelvan los conflictos y que se<br />

enmien<strong>de</strong>n las violaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos.<br />

La Constitución permite la práctica <strong>de</strong> pruebas y también <strong>de</strong> formas<br />

distintas a los procedimientos ordinarios. En cuestiones <strong>de</strong> <strong>Derechos</strong><br />

Humanos se presentan conflictos que son harto complejos, como aquellos<br />

relacionados a la justicia indígena, que requiere <strong>de</strong> peritajes antropológicos<br />

o aquellos en los que la prueba <strong>de</strong>be ser recogida <strong>de</strong> forma rápida y personal,<br />

por lo que pue<strong>de</strong> ser útil una comisión para recabarla. La comisión para<br />

recabar una prueba es totalmente distinta a las pruebas introducidas en<br />

otros procedimientos, en los que hay que solicitarlas, el juez <strong>de</strong>be autorizarlas,<br />

hay que citar y notificar y, finalmente, se <strong>de</strong>be hacer un acta en la que<br />

conste la realización <strong>de</strong> las diligencias. La comisión es una forma nueva,<br />

a<strong>de</strong>cuada para el procedimiento oral, por lo que en el acto, se pue<strong>de</strong> enviar<br />

a una persona para que practique la prueba. Pensemos en un hábeas corpus<br />

en un hospital psiquiátrico por tratos <strong>de</strong>gradantes a una persona. El juez<br />

personalmente acu<strong>de</strong> o <strong>de</strong>signa a un funcionario <strong>de</strong> su <strong>de</strong>spacho para que<br />

verifique el hecho, entreviste a los médicos y a los familiares y entregue un<br />

informe sobre el caso el mismo día. ¿Escándalo o eficiencia? Escándalo si el<br />

jurista está encerrado en el paradigma positivista, eficiencia si lo que se preten<strong>de</strong><br />

es tener acciones <strong>de</strong> protección <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos que funcionen. Este procedimiento<br />

<strong>de</strong> comisiones ha sido <strong>de</strong>sarrollado por la justicia internacional<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos; en estos procedimientos, llamados visita “in loco” o<br />

“in situ”, una <strong>de</strong>legación o uno <strong>de</strong> ellos se traslada a un país y verifica<br />

hechos 18 ; lo mismo sucedió, por ejemplo, con la visita “in situ” que realiza-<br />

18 Convención Americana sobre <strong>Derechos</strong> Humanos, Art. 48 (2); Reglamento <strong>de</strong> la Comisión<br />

Interamericana <strong>de</strong> <strong>Derechos</strong> Humanos, Art. 40.<br />

103


a el Relator <strong>de</strong> Naciones Unidas para la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> jueces y abogados,<br />

Leandro Despuy, cuando la Corte Suprema <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong> y el Tribunal<br />

Constitucional, contra procedimientos violatorios <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos,<br />

fueron cesadas por el Congreso en el año 2004.<br />

La forma <strong>de</strong> terminación <strong>de</strong>l amparo, en la Constitución <strong>de</strong> 1998, es la<br />

resolución y en la <strong>de</strong> 2008 es la sentencia. Realmente, en la resolución está<br />

implícita la no terminación judicial <strong>de</strong>l caso, por ello, el juez constitucional<br />

solo pue<strong>de</strong> suspen<strong>de</strong>r el acto que provoca la violación <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos. En la<br />

sentencia, en cambio, se <strong>de</strong>termina la existencia <strong>de</strong> una violación y continúa<br />

abierto el caso hasta el cumplimiento. En la resolución, el juez no<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>clarar que existió una violación <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho ni tampoco repararla;<br />

en la sentencia sí. En la resolución, el accionante <strong>de</strong>be acudir a otra instancia<br />

para buscar la solución <strong>de</strong>finitiva, en un proceso con formalida<strong>de</strong>s; en la<br />

sentencia, en el mismo procedimiento se resuelve el asunto <strong>de</strong> fondo. En la<br />

resolución, el juez constitucional tiene po<strong>de</strong>res sumamente limitados, porque<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> otro juez la solución final <strong>de</strong> una causa; en la sentencia el<br />

juez resuelve el conflicto.<br />

2.9. El resultado<br />

RA M I R O ÁV I L A SA N TA M A R Í A<br />

La Constitución <strong>de</strong> 1998 establece que el juez, “<strong>de</strong> existir fundamento,<br />

or<strong>de</strong>nará la suspensión <strong>de</strong> cualquier acto que pueda traducirse en violación<br />

<strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho”. Suspensión significa <strong>de</strong>jar provisionalmente sin efecto un<br />

acto. Por esta palabra, el Tribunal Constitucional llegó a limitarse calificándose<br />

como “legislador negativo”. En muchos casos, las resoluciones son tan<br />

escuetas que simplemente ha resuelto “aceptar el amparo”. Con las suspensiones<br />

<strong>de</strong> actos, propios <strong>de</strong> una medida cautelar no se ha solucionado real e<br />

integralmente una violación <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos.<br />

En cambio, en la Constitución <strong>de</strong>l 2008, el resultado <strong>de</strong> una acción <strong>de</strong><br />

protección es la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> la violación <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho, la reparación<br />

integral material e inmaterial, con especificación en la sentencia <strong>de</strong> las personas<br />

obligadas, <strong>de</strong> las acciones positivas y negativas y las circunstancias en<br />

que <strong>de</strong>ba cumplirse la sentencia (Art. 86). Abismal diferencia con la<br />

Constitución <strong>de</strong> 1998. La reparación integral ha tenido un <strong>de</strong>sarrollo consi<strong>de</strong>rable<br />

en el Derecho internacional <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos. El princi-<br />

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LA S G A R A N T Í A S: H E R R A M I E N TA S I M P R E S C I N D I B L E S PA R A E L C U M P L I M I E N T O D E L O S D E R E C H O S<br />

pio que guía la reparación integral es que hay que procurar la “restitutio in<br />

integris”: volver a las personas o pueblos al momento anterior <strong>de</strong> la violación<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos. Esto casi nunca es posible, pero ese es el parámetro<br />

con pretensión <strong>de</strong> objetividad 19 .<br />

La reparación, al contrario <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>mnización en lo civil, que es exclusivamente<br />

patrimonial, pue<strong>de</strong> ser material e inmaterial. Material es lo que<br />

se pue<strong>de</strong> cuantificar en dinero y que pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrarse a través <strong>de</strong> evi<strong>de</strong>ncias.<br />

Lo inmaterial es aquello que no pue<strong>de</strong> ser evaluado monetariamente,<br />

como el trauma sicológico, la necesidad <strong>de</strong> una disculpa, la restitución en<br />

un cargo público. En este aspecto, que <strong>de</strong>be contar con la opinión <strong>de</strong> la víctima,<br />

la creatividad también es un imperativo; hay veces que la sola sentencia<br />

pue<strong>de</strong> ser una reparación a<strong>de</strong>cuada y otras, en las que la reparación es<br />

tan compleja que requiere ser satisfecha en el tiempo, como la prevención<br />

<strong>de</strong> la tortura que requiere capacitación. Al especificar que las obligaciones<br />

que emanan <strong>de</strong> una violación <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos pue<strong>de</strong>n ser negativas y positivas,<br />

la Constitución rompe con la doctrina <strong>de</strong>l “juez negativo”. El juez no <strong>de</strong>be<br />

limitarse a suspen<strong>de</strong>r actos o normas, que sería una típica acción negativa,<br />

sino que <strong>de</strong>be or<strong>de</strong>nar hacer, como construir, corregir, pagar, disculpar, formar<br />

y más. Las circunstancias a las que hace referencia la norma constitucional<br />

se refiere a que el juez o jueza <strong>de</strong>ben consi<strong>de</strong>rar el contexto para las<br />

reparaciones; si a una persona, por ejemplo, se le afectó en una provincia no<br />

tiene sentido que las disculpas públicas se las haga en un medio <strong>de</strong> comunicación<br />

que no circula en ese lugar.<br />

2.10. El cumplimiento<br />

La Constitución <strong>de</strong> 1998 establece que “para asegurar el cumplimiento <strong>de</strong>l<br />

amparo, el juez podrá adoptar las medidas que consi<strong>de</strong>re pertinentes”.<br />

Podría enten<strong>de</strong>rse que, aplicando la invocada creatividad, el juez o jueza<br />

tenían todas las posibilida<strong>de</strong>s para ejecutar la resolución. Esto, lamentablemente,<br />

no ha sucedido. El juicio <strong>de</strong> garantías termina con la resolución, que<br />

19 La Corte Interamericana <strong>de</strong> <strong>Derechos</strong> Humanos, a partir <strong>de</strong>l caso Loayza Tamayo contra Perú, en<br />

la sentencia <strong>de</strong> Reparaciones <strong>de</strong> 27 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1998, ha <strong>de</strong>sarrollado, como parámetro <strong>de</strong><br />

reparación, la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> “proyecto <strong>de</strong> vida”. Ver también Héctor Faún<strong>de</strong>z Le<strong>de</strong>sma, op. cit., pp. 799<br />

en a<strong>de</strong>lante.<br />

105


no repara a<strong>de</strong>cuada e integralmente una violación a los <strong>de</strong>rechos. Un cambio<br />

<strong>de</strong> cultura se facilita, en parte, con una regulación que combata la práctica<br />

<strong>de</strong>fectuosa.<br />

La Constitución <strong>de</strong>l 2008 establece algo que podría <strong>de</strong>nominarse “jurisdicción<br />

abierta”: “los procesos judiciales solo finalizarán con la ejecución<br />

integral <strong>de</strong> la sentencia o resolución”. En otras palabras, la causa no termina<br />

con la expedición <strong>de</strong> la sentencia sino hasta que se haya cumplido todos<br />

los actos conducentes a la reparación integral. La sentencia no es el último<br />

paso sino uno más. Lo que importa es la persona, no el expediente. Este<br />

procedimiento también es común en el Derecho Internacional <strong>de</strong> los<br />

<strong>Derechos</strong> Humanos. La Corte Interamericana <strong>de</strong> <strong>Derechos</strong> Humanos, por<br />

ejemplo, no archiva las causas con la expedición <strong>de</strong> la sentencia sino hasta<br />

que el Estado certifique que ha cumplido a cabalidad una sentencia. La sentencia<br />

tampoco <strong>de</strong>be inhibir al juez a emitir autos posteriores que faciliten<br />

la ejecución <strong>de</strong> una sentencia. Un ejemplo claro es la sentencia sobre <strong>de</strong>splazamiento<br />

forzado emitida por la Corte Constitucional <strong>de</strong> Colombia. En<br />

esta sentencia ha tomado varios años la ejecución y varios autos que <strong>de</strong><br />

acuerdo a las circunstancias, se encaminan a que se ejecute la reparación<br />

establecida 20 .<br />

2.11. Las medidas cautelares<br />

RA M I R O ÁV I L A SA N TA M A R Í A<br />

Aunque se ha hecho referencia a la medida cautelar en párrafos anteriores,<br />

conviene enfatizar que en la Constitución <strong>de</strong>l 2008, el Art. 87 equivale al<br />

amparo establecido en el Art. 95 <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1998, salvo que la<br />

primera es más protectora porque no califica <strong>de</strong> grave la violación ni tampoco<br />

establece un procedimiento judicial.<br />

El requisito para que proceda la medida cautelar es simplemente la<br />

inminencia <strong>de</strong> que se va a cometer una violación o la violación se está cometiendo.<br />

La medida cautelar previene o <strong>de</strong>tiene una violación, no más. Si previene<br />

una violación, no tiene sentido que opere el procedimiento <strong>de</strong> protección<br />

<strong>de</strong> conocimiento o fondo, puesto que no se podría <strong>de</strong>clarar una violación<br />

que no ha ocurrido. Si <strong>de</strong>tiene una violación, seguramente, el juez<br />

20 Corte Constitucional <strong>de</strong> Colombia, Sentencia T-025-2004.<br />

106


LA S G A R A N T Í A S: H E R R A M I E N TA S I M P R E S C I N D I B L E S PA R A E L C U M P L I M I E N T O D E L O S D E R E C H O S<br />

<strong>de</strong>berá, a<strong>de</strong>más, <strong>de</strong> resolver la medida cautelar, iniciar un procedimiento<br />

para <strong>de</strong>terminar la violación y la reparación. Por estas distinciones, la<br />

Constitución establece que “se podrán or<strong>de</strong>nar medidas cautelares conjunta<br />

o in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> las acciones <strong>constitucionales</strong> <strong>de</strong> protección”<br />

(Art. 87).<br />

En cuanto al procedimiento, la Constitución <strong>de</strong> 1998 establece un procedimiento<br />

bre ve pero rígido, que no se compa<strong>de</strong>ce con la realidad <strong>de</strong> una<br />

violación a <strong>de</strong>rechos humanos que se está pro d u c i e n d o. Piénsese, por ejemplo,<br />

en la negativa <strong>de</strong> un hospital en admitir a un paciente que está muriendo<br />

porque no hay camas; el juez o a la jueza, en este caso, no pue<strong>de</strong>n esperar<br />

ve i n t i c u a t ro horas sino que <strong>de</strong>ben intervenir <strong>de</strong> inmediato. La Constitución<br />

<strong>de</strong>l 2008 no establece procedimiento alguno bajo la premisa que cualquiera<br />

vale siempre que sea efectivo y respetuoso <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos. Podría ser, por<br />

ejemplo, en el caso enunciado, una resolución que se envíe inmediatamente<br />

al director <strong>de</strong>l hospital, mediante fax y una llamada telefónica.<br />

En el procedimiento <strong>de</strong> medidas cautelares, que no está reglado, no<br />

existe citación, notificación, prueba, validación <strong>de</strong> lo dicho por el accionante,<br />

réplica, resolución formal, apelación. El juez o la jueza, <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar<br />

que el hecho narrado implica una violación que se está cometiendo o a<br />

punto <strong>de</strong> cometer, <strong>de</strong>be creer y actuar. La actuación <strong>de</strong>l juez no implica que<br />

tenga efectos posteriores en un posible caso <strong>de</strong> juicio <strong>de</strong> conocimiento en la<br />

acción <strong>de</strong> protección <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos. Por no ser un juicio contradictorio ni<br />

tener un procedimiento reglado, la resolución no equivale a prueba <strong>de</strong> un<br />

hecho violatorio o a <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> conducta alguna. De hecho, pue<strong>de</strong><br />

suce<strong>de</strong>r que lo <strong>de</strong>nunciado sea falso. En este caso, la resolución no <strong>de</strong>be<br />

cumplirse por no ser cierta.<br />

Las medidas cautelares tampoco son un invento ecuatoriano. Las medidas<br />

existen en el sistema <strong>de</strong> protección internacional <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos,<br />

tanto a nivel regional 21 como universal 22 . El procedimiento es sencillo y<br />

rápido. Se manda un fax <strong>de</strong>nunciando el hecho que está ocurriendo o por<br />

ocurrir y, <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar necesario, el órgano internacional inmediatamente<br />

21 Ver Héctor Fau<strong>de</strong>z Le<strong>de</strong>sma, op. cit., pp. 510-594.<br />

22 Ver Carlos Villán Durán, Curso <strong>de</strong> Derecho Interncional <strong>de</strong> los <strong>Derechos</strong> Humanos, Madrid, Trotta,<br />

2002, pp. 773-822.<br />

107


espon<strong>de</strong> para evitar que suceda o se <strong>de</strong>tenga el acto que provoca la violación<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos. El proceso cautelar, al igual que en el diseño ecuatoriano,<br />

no significa prejuzgar sobre el asunto <strong>de</strong> fondo.<br />

III. Conclusión<br />

RA M I R O ÁV I L A SA N TA M A R Í A<br />

La Constitución <strong>de</strong>l 2008 trae avances sustanciales en relación a la regulación<br />

<strong>de</strong> las garantías. Todos los <strong>de</strong>rechos y <strong>de</strong> todas las personas podrán ser<br />

exigidos. Se ha abierto una puerta tan gran<strong>de</strong> como numerosas son las violaciones<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos en el país. Es <strong>de</strong> esperar que la Cort e<br />

Constitucional y los jueces que ejercen competencia constitucional sepan<br />

distinguir entre los <strong>de</strong>rechos fundamentales y los <strong>de</strong>rechos que pue<strong>de</strong>n ser<br />

exigidos por la vía ordinaria; <strong>de</strong> igual modo, es <strong>de</strong> esperar que esta herramienta<br />

usen los más necesitados y no los que tienen mayor acceso a usar tradicionalmente<br />

la administración <strong>de</strong> justicia. Sin duda, las garantías han sido<br />

inspiradas en quienes sufren las violaciones y no en los abogados y abogadas<br />

que abusan <strong>de</strong> la herramienta. No podía ser <strong>de</strong> otro modo, si lo que se<br />

quiere es un verda<strong>de</strong>ro estado constitucional <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos.<br />

La famosa frase <strong>de</strong> Dworkin <strong>de</strong> que hay que tomar los <strong>de</strong>rechos en<br />

serio, ha sito reiteradamente usada en la aca<strong>de</strong>mia ecuatoriana para referirse<br />

también a tomar la Constitución en serio. Pues ahora la retomamos para<br />

hacer un llamado y tomar las garantías en serio.<br />

Las garantías corrigen las anomalías cometidas por los agentes <strong>de</strong> estado<br />

o por las personas que tienen po<strong>de</strong>r. A mayor respeto <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos,<br />

menor uso y menos necesidad <strong>de</strong> las garantías. Si alguna autoridad pública<br />

tiene miedo <strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r judicialmente, lo que <strong>de</strong>be temer, en realidad, es<br />

no provocar la necesidad <strong>de</strong> acudir a un juez.<br />

En Colombia existe un antes y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1991, no<br />

solo para la cultura jurídica por la renovada doctrina que aportó la Corte<br />

Constitucional, sino para la administración <strong>de</strong> justicia 23 . Los jueces y las<br />

23 Ver Mauricio García Villegas y César Rodríguez, “La acción <strong>de</strong> tutela”, en Boaventura <strong>de</strong> Sousa<br />

Santos y Mauricio García, El caleidoscopio <strong>de</strong> las justicias en Colombia, Tomo I, Bogotá, 1ra reimpresión,<br />

2004, pp. 423-454.<br />

108


LA S G A R A N T Í A S: H E R R A M I E N TA S I M P R E S C I N D I B L E S PA R A E L C U M P L I M I E N T O D E L O S D E R E C H O S<br />

juezas siempre han sido vistos como lejanos y percibidos como un actor <strong>de</strong>sconfiable.<br />

Los jueces y juezas tienen ahora la oportunidad, al aplicar los<br />

<strong>de</strong>rechos que están en la Constitución, <strong>de</strong> servir por fin al pueblo, al más<br />

vulnerable, al que enfrenta los abusos <strong>de</strong> autoridad y po<strong>de</strong>r y no a los abogados<br />

más prestigiosos, influyentes o que pue<strong>de</strong>n pagar.<br />

La Constitución <strong>de</strong>l 2008 exige jueces y juezas comprometidos, con<br />

consi<strong>de</strong>rables dosis <strong>de</strong> imaginación jurídica y hasta cierta inventiva judicial<br />

24 y activistas. Comprometidos no con la ley, sino con los <strong>de</strong>rechos. Las<br />

garantías permiten que los funcionarios <strong>de</strong> Estado, particularmente los jueces<br />

y juezas, puedan alterar la realidad <strong>de</strong> exclusión, discriminación y sufrimiento.<br />

24 Marina Gascón Avellan, “La teoría general <strong>de</strong>l garantismo”, en Miguel Carbonell y Pedro Salazar,<br />

Garantismo, estudios sobre el pensamiento jurídico <strong>de</strong> Luigi Ferajoli, Madrid, Trotta, 2005, p. 29.<br />

109


Valoración jurídico-política<br />

<strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong>l 2008<br />

Carlos Castro Riera*<br />

Sumario<br />

I. Una Constitución genuina. II. La transición al Estado Constitucional<br />

“garantista”. III. Vigencia y <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l Estado Constitucional. IV. La<br />

nueva <strong>de</strong>mocracia social. V. Desarrollo humano sustentable. VI. Una dirección<br />

humanista <strong>de</strong> la producción: la economía social y solidaria. VII.<br />

Concepción social y <strong>de</strong>mocrática <strong>de</strong> la soberanía alimentaria. VIII. Rescate<br />

<strong>de</strong>l patrimonio público y <strong>de</strong>l sentido <strong>de</strong>l Estado: la <strong>de</strong>mocratización <strong>de</strong> los<br />

factores <strong>de</strong> la producción. IX. Superación <strong>de</strong>l mercantilismo laboral: La dignificación<br />

<strong>de</strong>l trabajo. X. La integración <strong>de</strong> los sistemas institucionales para<br />

garantizar el buen vivir. XI. Educación para el <strong>de</strong>sarrollo integral <strong>de</strong> la personalidad<br />

y <strong>de</strong> la comunidad. XII. Conocimiento y <strong>de</strong>sarrollo. XIII.<br />

Concepción integral <strong>de</strong> la salud. XIV. Universalización <strong>de</strong> la seguridad<br />

social. XV. Control ciudadano <strong>de</strong>l Estado.<br />

* Doctor en Jurispru<strong>de</strong>ncia, catedrático <strong>de</strong> la Facultad <strong>de</strong> Jurispru<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong><br />

Cuenca, ex <strong>de</strong>cano <strong>de</strong> la misma Facultad, ex Ministro-conjuez <strong>de</strong> la Corte Superior y <strong>de</strong> la Corte<br />

Suprema <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong>. ccastroriera@hotmail.com<br />

111


CA R L O S CA S T R O RI E R A<br />

I. Una Constitución genuina<br />

La nueva Constitución es la expresión <strong>de</strong> un nuevo momento histórico por<br />

el que atraviesa la sociedad ecuatoriana, en un contexto mundial en el que<br />

los pueblos <strong>de</strong> la humanidad se enfrentan al dilema globalización-liberación,<br />

y que, en el caso <strong>de</strong> nuestro país, se expresa como superación <strong>de</strong> un<br />

mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> carácter neoliberal, para dar paso a un nuevo<br />

mo<strong>de</strong>lo basado en la concepción <strong>de</strong>l buen vivir.<br />

La Constitución es la expresión <strong>de</strong> los nuevos actores y sujetos económicos,<br />

sociales y políticos que emergen en el escenario histórico como consecuencia<br />

<strong>de</strong> la globalización y un nuevo pensamiento social, en el que se<br />

fusionan y se re<strong>de</strong>finen elementos que tienen que ver con lo ecológico, lo<br />

social, lo popular y comunitario, lo inclusivo y solidario, elementos <strong>de</strong><br />

género, lo multiétnico, lo intercultural y lo plurinacional, que conducen a<br />

una nueva concepción <strong>de</strong> los sujetos <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, superando viejas concepciones<br />

<strong>de</strong>l individualismo y la ciudadanía liberal, para dar paso a las personas,<br />

comunida<strong>de</strong>s, pueblos y nacionalida<strong>de</strong>s.<br />

La nueva Constitución recoge y sintetiza las <strong>de</strong>mandas sociales acumuladas<br />

en más <strong>de</strong> dos décadas expresadas en los alzamientos indígenas, la<br />

lucha por la tierra, la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los territorios indígenas amazónicos, las<br />

luchas por la no privatización <strong>de</strong> los recursos naturales, empresas públicas,<br />

sectores estratégicos <strong>de</strong> la economía y el seguro social, la conservación <strong>de</strong>l<br />

seguro social campesino, por la igualdad <strong>de</strong> género, las movilizaciones ciudadanas<br />

contra la corrupción, la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la constitución y la <strong>de</strong>mocracia<br />

en el régimen <strong>de</strong> Gutiérrez, la resistencia popular ante el TLC, la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong><br />

la soberanía nacional, el medio ambiente y la reversión y revisión <strong>de</strong> las leoninas<br />

concesiones mineras e hidrocarburíferas.<br />

Es, por lo tanto, una Constitución eminentemente social y <strong>de</strong>mocrática,<br />

e x p resión <strong>de</strong> nuevos actores y <strong>de</strong> un nuevo pensamiento, superadora <strong>de</strong> viejos<br />

conceptos sociológicos correspondientes a otra era y que visibiliza, en<br />

gran forma, el espíritu <strong>de</strong> la época y <strong>de</strong>l pueblo ecuatoriano hoy en día; es,<br />

indudablemente, una Constitución genuina, muy ecuatoriana, pero también<br />

mo<strong>de</strong>rna y una <strong>de</strong> las más avanzadas <strong>de</strong>l mundo, en la que se integra una<br />

visión unitaria <strong>de</strong> la sociedad, el Estado, el mercado y la naturaleza y el “límit<br />

e” (más bien garantía) <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo humano es el respeto a la madre tierra.<br />

112


VA L O R A C I Ó N J U R Í D I C O-P O L Í T I C A D E L A CO N S T I T U C I Ó N D E L 2 0 0 8<br />

II. La transición al Estado Constitucional “garantista”<br />

Al formularse el carácter constitucional <strong>de</strong>l Estado, se incluye y se supera<br />

cualitativamente el Estado <strong>de</strong> legalidad y el Estado <strong>de</strong> Derecho, lo cual<br />

implica que la legalidad se vuelve un componente <strong>de</strong> la constitucionalidad<br />

y que la Constitución sea fuente <strong>de</strong> fuentes, instrumento <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos y<br />

distribuya las competencias normativas que se ejercerán bajo la vigilancia <strong>de</strong><br />

la Corte Constitucional, <strong>de</strong> tal manera que la Asamblea Nacional ni podrá<br />

exten<strong>de</strong>r sus competencias en <strong>de</strong>trimento <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r constituyente, ni restringirlas<br />

en beneficio <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r reglamentario, en tanto que el Presi<strong>de</strong>nte<br />

<strong>de</strong> la República se limitará a la ejecución <strong>de</strong> las leyes, la regularidad <strong>de</strong> sus<br />

actos administrativos y la justicia ordinaria aplicará, en forma inmediata y<br />

directa, la Constitución, haciendo prevalecer los <strong>de</strong>rechos fundamentales.<br />

Del régimen <strong>de</strong> la ley transitamos al régimen <strong>de</strong> la Constitución.<br />

Por lo tanto, los <strong>de</strong>rechos en general y particularmente los económicos<br />

y sociales y los mandatos <strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo, tendrán una mayor y<br />

eficaz garantía <strong>de</strong> ejecución, en virtud <strong>de</strong> que las autorida<strong>de</strong>s estatales, en<br />

general, <strong>de</strong>berán, en forma directa e inmediata, aplicar las disposiciones<br />

<strong>constitucionales</strong>, pues el texto constitucional, en muy raras ocasiones, en<br />

materia <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, acu<strong>de</strong> a su <strong>de</strong>sarrollo en la ley para condicionar su aplicación.<br />

Esta situación se ve favorecida por el sistema <strong>de</strong> garantías contemplado<br />

en la nueva Constitución, conformado por políticas públicas, servicios<br />

públicos, garantías administrativas, y judiciales, que implica la necesaria<br />

intervención <strong>de</strong> la voluntad política <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r, especialmente <strong>de</strong> la función<br />

Ejecutiva y la Jurisdiccional, para hacer efectivos el sistema <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, lo<br />

cual está asegurado por claros mandatos <strong>constitucionales</strong> <strong>de</strong> aplicación<br />

directa e inmediata.<br />

Si la fórmula Estado social <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, i<strong>de</strong>ada por Herman Heller,<br />

expresa la superación <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho acuñada por Robert von Mohl,<br />

el Estado constitucional incluye y supera al Estado social <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho.<br />

En efecto, el Estado social <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho fue resultado <strong>de</strong> las luchas obreras<br />

y sociales <strong>de</strong>l primer cuarto <strong>de</strong>l siglo XX, que perseguían limitar la economía<br />

liberal individualista, resultado <strong>de</strong> lo cual se asumieron correctivos<br />

<strong>de</strong> intervencionismo público y comunitario, viniendo a perfeccionarse y<br />

113


CA R L O S CA S T R O RI E R A<br />

unificarse los sistemas <strong>de</strong> seguridad social, llegando, en Inglaterra, J. M.<br />

Keynes a <strong>de</strong>sarrollar las técnicas <strong>de</strong> intervención estatal en los ciclos <strong>de</strong> la<br />

economía, por lo que se impulsó todo un proyecto <strong>de</strong> asistencia social a<br />

cargo <strong>de</strong>l Estado, más allá inclusive <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> Bienestar, mientras que<br />

en Francia, con el Plan Monnet, se aceptaba la economía planificada y en<br />

Alemania, los economistas socialcristianos asumen un mo<strong>de</strong>lo económico<br />

abierto a una función correctora y social, el cual se formuló en la Economía<br />

Social <strong>de</strong> Mercado, concepto que, a su vez, fue asaltado y vaciado <strong>de</strong> contenido<br />

por socialcristianos y <strong>de</strong>mócratas populares en el Ecuador, para imponer<br />

en la Constitución <strong>de</strong> 1998 el neoliberalismo económico.<br />

En el Estado constitucional <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos se parte <strong>de</strong> la distinción entre<br />

<strong>de</strong>mocracia formal y <strong>de</strong>mocracia sustancial, como dice Luigi Ferrajoli; se<br />

constituye todo un mo<strong>de</strong>lo garantista, para que el <strong>de</strong>recho y, por lo tanto,<br />

los <strong>de</strong>rechos no solo tengan vigencia y vali<strong>de</strong>z formal, sino vigencia y vali<strong>de</strong>z<br />

material, <strong>de</strong> manera que la forma y la sustancia, los signos y significados,<br />

la legitimidad formal y la legitimidad sustancial se correspondan en la<br />

realidad, lo cual implica que los llamados <strong>de</strong>rechos fundamentales tengan<br />

todo un sistema <strong>de</strong> garantías que atraviesa a todo el Estado en sus diversas<br />

funciones y en todo su actividad, <strong>de</strong> tal manera que el énfasis final supone<br />

el encuentro <strong>de</strong> la libertad y la igualdad, pero no solo en su forma sino en<br />

la materialidad, lo cual implica, a su vez, la construcción <strong>de</strong> una nueva<br />

sociedad, basada en un nuevo mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo y, por lo mismo, una<br />

nueva <strong>de</strong>mocracia social, cuyo cimiento solidario y humanista es la “ley <strong>de</strong>l<br />

más débil”.<br />

III. Vigencia y <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l Estado constitucional<br />

Uno <strong>de</strong> los avances históricos trascen<strong>de</strong>ntales <strong>de</strong> la nueva Constitución es la<br />

creación <strong>de</strong> la Corte Constitucional, que viene a ser la esencia y garantía <strong>de</strong><br />

la permanencia y vigencia <strong>de</strong>l Estado constitucional <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho.<br />

En efecto, el principio fundamental <strong>de</strong> la constitucionalidad no es, en<br />

estricto sentido, “Estado con Constitución” o “Estado con Parlamento”, lo<br />

es Estado con control y <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la constitucionalidad en la actuación <strong>de</strong><br />

los po<strong>de</strong>res públicos y <strong>de</strong> la propia ciudadanía, para que estén resguardados<br />

114


VA L O R A C I Ó N J U R Í D I C O-P O L Í T I C A D E L A CO N S T I T U C I Ó N D E L 2 0 0 8<br />

e incólumes los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> las personas, comunida<strong>de</strong>s, pueblos y nacionalida<strong>de</strong>s.<br />

En nuestro país, el control constitucional <strong>de</strong> los actos normativos radica<br />

hoy en día, por una parte, en un Tribunal Constitucional <strong>de</strong> origen político<br />

partidario que expi<strong>de</strong> “resoluciones” con efectos generales, en tanto que<br />

los jueces en las causas judiciales que conocen inaplican disposiciones que<br />

consi<strong>de</strong>ran in<strong>constitucionales</strong>, con efectos interpartes. Los Tr i b u n a l e s<br />

Constitucionales ni han sido in<strong>de</strong>pendientes ni imparciales, ni han actuado<br />

en puridad jurídica. Sus resoluciones, en los casos más trascen<strong>de</strong>ntales <strong>de</strong>l<br />

país, han sido políticas, atendiendo a los intereses en juego y a la correlación<br />

<strong>de</strong> fuerzas políticas, en tanto que los jueces <strong>de</strong> la justicia ordinaria -con<br />

rarísimas excepciones- nunca hicieron el esfuerzo suficiente para impartir<br />

justicia <strong>de</strong> cara a la Constitución; en ellos todavía impera la inercia <strong>de</strong> la<br />

legalidad tradicional, prefieren la aplicación <strong>de</strong>l ( “su” ) Código <strong>de</strong> la materia,<br />

antes que la Constitución.<br />

Hoy, en la nueva Constitución, partiendo <strong>de</strong> la distinción entre juez<br />

ordinario y juez constitucional, se crea una Corte Constitucional, sin origen<br />

político sino en base a los méritos, con concurso público, impugnación,<br />

veeduría ciudadana y con paridad <strong>de</strong> género, siendo su objeto el control,<br />

interpretación constitucional y administración <strong>de</strong> justicia constitucional;<br />

por tanto, se crea una Corte especializada, in<strong>de</strong>pendiente, imparcial, <strong>de</strong>l<br />

más alto rango, que expedirá “sentencias” <strong>de</strong> constitucionalidad y generará<br />

jurispru<strong>de</strong>ncia vinculante respecto <strong>de</strong> las acciones <strong>de</strong> protección, cumplimiento,<br />

hábeas corpus, hábeas data, acceso a la información pública y<br />

<strong>de</strong>más procesos <strong>constitucionales</strong>.<br />

Vamos, entonces, a superar una etapa <strong>de</strong> la aplicación fraccionada <strong>de</strong> la<br />

constitucionalidad, pues siendo la misma una sola, <strong>de</strong>be existir una interpretación<br />

uniforme <strong>de</strong> la constitucionalidad que vendrá dada por la Corte<br />

Constitucional.<br />

Los operadores <strong>de</strong> la justicia que no estábamos acostumbrados a aplicar<br />

d i rectamente las normas <strong>constitucionales</strong> a los actos administrativos y jurisdiccionales,<br />

vamos a tener que cambiar <strong>de</strong> estilo privilegiando la constitucionalidad<br />

e informarnos y formarnos en el De recho Constitucional<br />

Ju r i s p ru<strong>de</strong>ncial, pues en un sistema <strong>de</strong> justicia constitucional concentrado en<br />

la Corte Constitucional, será esta instancia la encargada <strong>de</strong> dar una interpre-<br />

115


CA R L O S CA S T R O RI E R A<br />

tación uniforme <strong>de</strong> la Constitución, lo cuál generará mayor seguridad jurídica<br />

y, poco a poco, iremos superando la inseguridad que causa la telaraña jurídica<br />

que ha sido fuente <strong>de</strong> corrupción. Más aplicación <strong>de</strong> la Constitución,<br />

menos leyes. Pe ro el efecto <strong>de</strong>l Estado Constitucional y la expansión <strong>de</strong> la<br />

constitucionalidad nos llevará también a un mayor <strong>de</strong>bate público y <strong>de</strong>mocrático<br />

y, por supuesto, al ejercicio <strong>de</strong> una nueva convivencia <strong>de</strong>mocrática.<br />

IV. La nueva <strong>de</strong>mocracia social<br />

En la nueva Constitución se perfila un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocracia que supera la<br />

<strong>de</strong>mocracia representativa y se avanza a una <strong>de</strong>mocracia social y participativa,<br />

en la que se vigoriza y encarna el concepto <strong>de</strong> crear ciudadanía en el ejercicio<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, <strong>de</strong>beres y responsabilida<strong>de</strong>s, pero también se complementa<br />

al concepto <strong>de</strong>l individuo ciudadano como sujeto <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, la<br />

noción <strong>de</strong> “personas, comunida<strong>de</strong>s, pueblos y nacionalida<strong>de</strong>s” dándoles,<br />

igualmente, la categoría <strong>de</strong> sujetos <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, lo cual implica conjugar<br />

armónicamente la dimensión individual y social <strong>de</strong>l ser humano como fundamento<br />

<strong>de</strong> la convivencia social y política y generar una <strong>de</strong>mocracia que<br />

se asiente sobre el reconocimiento <strong>de</strong> sujetos sociales históricamente constituidos<br />

y no a los seres humanos en un aislamiento fantástico.<br />

Esto implica haber consi<strong>de</strong>rado la estructuración <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia en<br />

un país geográfica, étnica, cultural, nacional y socialmente diverso y complejo<br />

y, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese consi<strong>de</strong>ración, hacer una propuesta inclusiva <strong>de</strong> todos los<br />

sujetos que interactúan en la realidad <strong>de</strong> nuestro país, superando las abstracciones<br />

interesadas en ver un país supuestamente homogéneo a partir <strong>de</strong>l<br />

mestizaje, lo que ocultaba las odiosas exclusiones sociales sacralizadas por el<br />

concepto formal <strong>de</strong> “igualdad ante la ley”, sin haber creado nunca las condiciones<br />

reales para dicha equiparación.<br />

La nueva <strong>de</strong>mocracia social se asienta no solo sobre la ampliación <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>rechos en general, sino sobre todo un sistema <strong>de</strong> garantías para efectivizarlos,<br />

así como el establecimiento <strong>de</strong> diversos mecanismos <strong>de</strong> participación<br />

social y ciudadana en todos los niveles <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong>l Estado central y sus<br />

<strong>de</strong>smembramientos territoriales y en el ejercicio <strong>de</strong>l control <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r político por parte <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r ciudadano. Antes se proponía<br />

116


VA L O R A C I Ó N J U R Í D I C O-P O L Í T I C A D E L A CO N S T I T U C I Ó N D E L 2 0 0 8<br />

“conscientemente” una separación entre la sociedad política y la sociedad<br />

civil, hoy la sociedad civil no <strong>de</strong>ja que se enajene el Estado, lo cual se encarna<br />

y concentra, fundamentalmente, en la ingeniería con la que se construyó<br />

la función <strong>de</strong> transparencia y control social.<br />

V. Desarrollo humano sustentable<br />

El mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo, en la Constitución <strong>de</strong>l 2008, se orienta por el objetivo<br />

<strong>de</strong>l buen vivir o “sumak kawsay”, <strong>de</strong> tal manera que los subsistemas<br />

económicos, políticos, socioculturales y ambientales, se integran en función<br />

<strong>de</strong> dicho objetivo y en el plano social se expresa en la efectivización <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> las personas, comunida<strong>de</strong>s, pueblos y nacionalida<strong>de</strong>s, en el<br />

marco <strong>de</strong> la interculturalidad, el respeto a sus diversida<strong>de</strong>s y la convivencia<br />

armónica con la naturaleza.<br />

Por lo tanto, el <strong>de</strong>sarrollo radica en un mo<strong>de</strong>lo que preten<strong>de</strong> superar<br />

objetivos meramente económicos por objetivos socialmente más inclusivos,<br />

integrales e integradores, como son mejorar la calidad y esperanza <strong>de</strong> vida,<br />

las capacida<strong>de</strong>s y potencialida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la población, la creación <strong>de</strong> un sistema<br />

económico justo, <strong>de</strong>mocrático, productivo, solidario y sostenible, la participación<br />

y el control social, la recuperación y conservación <strong>de</strong> la naturaleza<br />

y <strong>de</strong> un ambiente sano, garantizar la soberanía nacional, establecer un or<strong>de</strong>namiento<br />

territorial equitativo y equilibrado; y proteger y promover la<br />

diversidad cultural.<br />

Esta concepción <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo coloca como núcleo la dignidad y el<br />

<strong>de</strong>sarrollo integral <strong>de</strong> la personalidad humana pero no en un sentido abstracto,<br />

i<strong>de</strong>alizado y <strong>de</strong>sencarnado, sino la persona en su contexto real, material<br />

e histórico, esto es, en el seno <strong>de</strong> sus comunida<strong>de</strong>s, pueblos y nacionalida<strong>de</strong>s<br />

con toda sus realida<strong>de</strong>s vitales, lo cual implica partir <strong>de</strong> las diversida<strong>de</strong>s<br />

económicas, sociales, étnicas, culturales y nacionales y orientarse<br />

hacia la realización <strong>de</strong> un mo<strong>de</strong>lo enmarcado en la igualdad, libertad, interculturalidad,<br />

equidad <strong>de</strong> género, responsabilidad intergeneracional, cohesión<br />

e integración social y territorial que, a su vez, presupone la participación<br />

social en la gestión pública y el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> una economía con responsabilidad<br />

social y ambiental.<br />

117


CA R L O S CA S T R O RI E R A<br />

VI. Una dirección humanista <strong>de</strong> la producción:<br />

la economía social y solidaria<br />

Uno <strong>de</strong> los aspectos fundamentales <strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo constituye el<br />

sistema económico que <strong>de</strong>finido como social y solidario y, por tanto, alternativo<br />

al mo<strong>de</strong>lo neoliberal, comienza por señalar que el ser humano es su<br />

sujeto y fin, por lo que se establece la necesidad <strong>de</strong> armonizar la sociedad,<br />

el Estado, el mercado y la naturaleza, <strong>de</strong> tal manera que la producción y<br />

reproducción <strong>de</strong> las condiciones materiales e inmateriales <strong>de</strong> vida, posibiliten<br />

el buen vivir.<br />

Es un mo<strong>de</strong>lo que busca la satisfacción <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s humanas, utilizando<br />

el conocimiento, la ciencia y la tecnología, sin agotar la naturalez a ,<br />

esto es con respeto a los límites biofísicos, frente a un capitalismo salvaje neoliberal<br />

que, motivado por el consumismo y por el <strong>de</strong>mencial interés acumul<br />

a t i vo y <strong>de</strong> lucro, agota la naturaleza y conduce a la humanidad al comienzo<br />

<strong>de</strong> su final, expresado en el calentamiento global y el cambio climático.<br />

Es <strong>de</strong>s<strong>de</strong> estas motivaciones superiores, <strong>de</strong> dimensiones planetarias, que<br />

pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse el énfasis <strong>de</strong> la nueva Constitución por la protección <strong>de</strong><br />

la naturaleza, llegando inclusive a imputársele <strong>de</strong>rechos para po<strong>de</strong>r llegar a<br />

su máxima protección en interés <strong>de</strong>l conjunto <strong>de</strong>l género humano, lo cual<br />

se complementa con las garantías a la biodiversidad, ambiente, recursos<br />

naturales y más disposiciones particulares sobre el agua, suelo, biosfera y<br />

energías alternativas.<br />

El sistema plantea la integración <strong>de</strong> todas las formas <strong>de</strong> organización<br />

económica pública, privada, mixta, popular y solidaria, esta última integrada<br />

por los sectores cooperativistas, asociativos y comunitarios, <strong>de</strong>biendo<br />

propen<strong>de</strong>rse a incentivar la producción, la productividad y la competitividad,<br />

asegurar la soberanía alimentaria y energética, incorporar valor agregado<br />

con máxima eficiencia, impulsar el pleno empleo y el respeto a los <strong>de</strong>rechos<br />

laborales, intercambio justo y complementario <strong>de</strong> bienes y servicios en<br />

mercados transparentes, distribución equitativa y solidaria <strong>de</strong> los beneficios<br />

<strong>de</strong> la producción y consumo social y ambientalmente responsable.<br />

Para la integración <strong>de</strong> las diversas formas <strong>de</strong> organización económica, se<br />

establece en la Constitución el sistema nacional <strong>de</strong>scentralizado <strong>de</strong> planificación<br />

participativa para la formulación <strong>de</strong>l Plan Nacional <strong>de</strong> Desarrollo al<br />

118


VA L O R A C I Ó N J U R Í D I C O-P O L Í T I C A D E L A CO N S T I T U C I Ó N D E L 2 0 0 8<br />

que <strong>de</strong>be sujetarse la formulación y la ejecución <strong>de</strong>l Presupuesto General <strong>de</strong>l<br />

Estado, <strong>de</strong>biendo ajustarse a dichos instrumentos la planificación y los presupuestos<br />

<strong>de</strong> los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados y las <strong>de</strong>más entida<strong>de</strong>s<br />

públicas.<br />

En este contexto, la política económica se orienta a hacer efectivo el<br />

cumplimiento <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>constitucionales</strong>, los objetivos <strong>de</strong>l ré g i m e n<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo y <strong>de</strong>l Plan Nacional <strong>de</strong> De s a r rollo, a alcanzar la a<strong>de</strong>cuada<br />

distribución <strong>de</strong>l ingreso y la riqueza nacional y a mantener la estabilidad<br />

e c o n ó m i c a .<br />

El carácter social y solidario <strong>de</strong> la economía se refuerza y se complementa<br />

con una nueva arquitectura financiera, que persigue, en términos generales,<br />

ligar al sistema financiero al fortalecimiento <strong>de</strong>l aparato productivo y<br />

al tratamiento diferenciado y preferencial <strong>de</strong>l Estado al sector financiero<br />

popular y solidario, compuesto por las cooperativas <strong>de</strong> ahorro y crédito,<br />

entida<strong>de</strong>s asociativas o solidarias, cajas y bancos comunales y cajas <strong>de</strong> ahorro<br />

y crédito, llegando inclusive a establecer un control <strong>de</strong> sus activida<strong>de</strong>s,<br />

diferenciado <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong>l sistema financiero que se lo hace a través <strong>de</strong> la<br />

Superinten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Bancos, todo con la finalidad <strong>de</strong> disminuir los costos<br />

operativos <strong>de</strong>l sector financiero popular y solidario, pues en el mo<strong>de</strong>lo neoliberal<br />

se llevaba a dicho sector a la quiebra para favorecer a los grupos<br />

monopólicos <strong>de</strong> la banca y <strong>de</strong>más instituciones financieras.<br />

Para propiciar el intercambio justo y complementario <strong>de</strong> bienes y servicios<br />

en mercados transparentes, el Estado se reserva la regulación, control e<br />

intervención en las transacciones económicas para evitar la usura, el acaparamiento,<br />

simulación, intermediación especulativa <strong>de</strong> bienes y servicios, así<br />

como la práctica <strong>de</strong> monopolio y oligopolio privados o <strong>de</strong> abuso <strong>de</strong> posición<br />

<strong>de</strong> dominio en el mercado, con lo cual se protege al consumidor, esto<br />

es a la inmensa mayoría <strong>de</strong> la población ecuatoriana.<br />

VII. Concepción social y <strong>de</strong>mocrática<br />

<strong>de</strong> la soberanía alimentaria<br />

Por primera vez en la historia republicana se constitucionalizan normas para<br />

garantizar la soberanía alimentaria, aspecto trascen<strong>de</strong>ntal para el pueblo<br />

119


CA R L O S CA S T R O RI E R A<br />

ecuatoriano que mira a su propia supervivencia y que, por lo tanto, está<br />

directa e indisolublemente vinculado al <strong>de</strong>recho a la vida y a la salud.<br />

La soberanía alimentaria está consi<strong>de</strong>rada como un objetivo estratégico<br />

y una obligación <strong>de</strong>l Estado para garantizar a las personas, comunida<strong>de</strong>s,<br />

pueblos y nacionalida<strong>de</strong>s el acceso, <strong>de</strong> manera regular, libre y permanente,<br />

sea directamente o por cualquier medio legítimo, a una alimentación sana,<br />

suficiente, <strong>de</strong> buena calidad, a<strong>de</strong>cuada y que corresponda a la cultura <strong>de</strong> la<br />

población, que permita una vida física y psíquica, individual y colectiva,<br />

libre <strong>de</strong> angustias, satisfactoria y digna.<br />

Esta obligación <strong>de</strong>l Estado implica el reconocimiento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho y la<br />

capacidad <strong>de</strong>l pueblo ecuatoriano a <strong>de</strong>cidir soberanamente lo que produce<br />

para satisfacer y abastecer las necesida<strong>de</strong>s nacionales <strong>de</strong> alimentación y el<br />

<strong>de</strong>ber <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> proteger la producción nacional <strong>de</strong> alimentos y a la<br />

población <strong>de</strong> prácticas y políticas internacionales que atenten a su soberanía<br />

y seguridad alimentaria.<br />

Del texto constitucional se infiere que el Estado, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las políticas<br />

<strong>de</strong> soberanía alimentaria, estará obligado a dotar <strong>de</strong> alimentos a las poblaciones<br />

víctimas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sastres naturales, graves conflictos internos, enfrentamientos<br />

fronterizos y todo hecho o acto que ponga en riesgo el acceso a la<br />

alimentación; la prevención y protección a la población <strong>de</strong>l consumo <strong>de</strong> alimentos<br />

contaminados o que pongan en riesgo su salud o que la ciencia<br />

tenga incertidumbre respecto <strong>de</strong> sus efectos en el organismo humano e<br />

impactos en la naturaleza en general; asegurar la disponibilidad <strong>de</strong> alimentos<br />

sanos, inocuos y <strong>de</strong> calidad, la distribución <strong>de</strong> ellos, para que lleguen al<br />

consumidor final, la estabilidad y flujo permanente <strong>de</strong> alimentos, su acceso<br />

físico, económico y cultural, y su consumo a<strong>de</strong>cuado en calidad y cantidad<br />

por parte <strong>de</strong> la población.<br />

Para asegurar la soberanía alimentaria, se plantea impulsar la producción,<br />

transformación agroalimentaria y pesquera <strong>de</strong> las pequeñas y medianas<br />

unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> producción, la adopción <strong>de</strong> políticas fiscales, tributarias y<br />

arancelarias que protejan el sector agroalimentario y pesquero nacional, la<br />

promoción <strong>de</strong> políticas redistributivas que permitan el acceso <strong>de</strong>l campesinado<br />

a la tierra, al agua, crédito y otros recursos productivos; la preservación<br />

y recuperación <strong>de</strong> la agrodiversidad, <strong>de</strong> los saberes ancestrales, el uso,<br />

la conservación e intercambio libre <strong>de</strong> semillas; el fortalecimiento y <strong>de</strong>sarro-<br />

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VA L O R A C I Ó N J U R Í D I C O-P O L Í T I C A D E L A CO N S T I T U C I Ó N D E L 2 0 0 8<br />

llo <strong>de</strong> organizaciones y re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> productores y <strong>de</strong> consumidores, así como<br />

la comercialización y distribución <strong>de</strong> alimentos que promueva la equidad<br />

entre espacios urbanos y rurales y, por lo tanto, sistemas justos y solidarios<br />

<strong>de</strong> distribución y comercialización <strong>de</strong> alimentos, impidiendo prácticas<br />

monopolistas y especulativas.<br />

VIII. Rescate <strong>de</strong>l patrimonio público y <strong>de</strong>l sentido <strong>de</strong>l Estado:<br />

la <strong>de</strong>mocratización <strong>de</strong> los factores <strong>de</strong> la producción<br />

Para alcanzar los objetivos <strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo, la Constitución <strong>de</strong>l<br />

2008 se propuso, en su inicio mismo, esto es en su artículo uno, reivindicar<br />

los recursos naturales no renovables como pertenecientes al patrimonio<br />

inalienable, irrenunciable e imprescriptible <strong>de</strong>l Estado y, en concordancia<br />

con dicha disposición, se reserva para el Estado el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> administrar,<br />

regular, controlar y gestionar los sectores estratégicos, tales como la energía<br />

en todas sus formas, las telecomunicaciones, los recursos naturales no renovables,<br />

el transporte y la refinación <strong>de</strong> hidrocarburos, la biodiversidad y el<br />

patrimonio genético, el espectro electromagnético y el agua.<br />

Se complementa dicha reserva, al disponerse que el Estado será responsable<br />

<strong>de</strong> la provisión <strong>de</strong> los servicios públicos <strong>de</strong> agua potable y <strong>de</strong> riego,<br />

saneamiento, energía eléctrica, telecomunicaciones, vialidad, infraestructuras<br />

portuarias y aeroportuarias y otros que se <strong>de</strong>termine en la ley y para la<br />

gestión <strong>de</strong> sectores estratégicos, la prestación <strong>de</strong> servicios públicos, el aprovechamiento<br />

sustentable <strong>de</strong> recursos naturales o <strong>de</strong> bienes públicos y el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> otras activida<strong>de</strong>s económicas, el Estado constituirá empresas<br />

públicas, que funcionarán como socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho público, con criterios<br />

empresariales, económicos, sociales y ambientales y cuyos exce<strong>de</strong>ntes<br />

podrán <strong>de</strong>stinarse a la inversión y reinversión en las mismas empresas o sus<br />

subsidiarias, relacionadas o asociadas, <strong>de</strong> carácter público, y los exce<strong>de</strong>ntes<br />

que no fueran invertidos o reinvertidos se transferirán al Presupuesto<br />

General <strong>de</strong>l Estado.<br />

A lo anterior <strong>de</strong>be sumarse el contenido <strong>de</strong> aquellas disposiciones <strong>constitucionales</strong>,<br />

mediante las cuales se <strong>de</strong>mocratiza el acceso a la propiedad en<br />

general y particularmente el acceso a la tierra, al agua, a los sistemas <strong>de</strong><br />

121


CA R L O S CA S T R O RI E R A<br />

riego, infraestructura y tecnología agrícola, crédito, asistencia y servicios<br />

estatales para mejorar la producción y la productividad, así como la garantía<br />

<strong>de</strong> la posesión <strong>de</strong> las tierras y territorios comunales y ancestrales <strong>de</strong> las<br />

comunida<strong>de</strong>s, pueblos y nacionalida<strong>de</strong>s, todo lo cual permite constatar que<br />

la Constitución, logra estructurar todo un mo<strong>de</strong>lo alternativo al neoliberalismo,<br />

pues podríamos <strong>de</strong>cir que, en términos generales, se <strong>de</strong>mocratiza el<br />

acceso a la naturaleza, para el conjunto <strong>de</strong> los habitantes, rescatándola <strong>de</strong> la<br />

privatización, apropiación y mercantilización en función <strong>de</strong> una minoría.<br />

IX. Superación <strong>de</strong>l mercantilismo laboral:<br />

la dignificación <strong>de</strong>l trabajo<br />

Uno <strong>de</strong> los aspectos más importantes <strong>de</strong> la nueva Constitución es que confiere<br />

al trabajo una dimensión humana y <strong>de</strong> dignidad, rescatándole <strong>de</strong> la<br />

concepción mercantilizada neoliberal, en la que se consi<strong>de</strong>ra al trabajo y al<br />

trabajador, como una pieza más <strong>de</strong>l mecanismo <strong>de</strong> exacción y acumulación<br />

<strong>de</strong> la riqueza.<br />

En efecto, la dignidad humana, se basa en el concepto <strong>de</strong> que el ser<br />

humano es un fin en sí mismo, esto es un ser que tiene fines propios que<br />

cumplir por sí mismo, <strong>de</strong> tal manera que el hombre no <strong>de</strong>be ser un mero<br />

medio para fines extraños o ajenos a los suyos propios, por lo que el trabajo<br />

no es más que la dignidad humana en acto, que le permite al ser humano<br />

el <strong>de</strong>sarrollo integral <strong>de</strong> sus capacida<strong>de</strong>s y potencialida<strong>de</strong>s para alcanzar<br />

sus más gran<strong>de</strong>s valores vitales.<br />

Consecuentemente, en la nueva Constitución se dignifica el trabajo, al<br />

ro<strong>de</strong>arle <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> garantías que habían sido, poco a poco, erosionadas<br />

por el neoliberalismo, comenzando por reconocer las diversas modalida<strong>de</strong>s,<br />

incluidas las labores <strong>de</strong> autosustento y cuidado humano, la garantía<br />

a una remuneración justa, digna y que le permita el sustento <strong>de</strong> la familia,<br />

se incorporan todos los principios tutelares o protectores <strong>de</strong>l trabajador, se<br />

prohíbe toda forma <strong>de</strong> precarización como la intermediación laboral y la<br />

tercerización <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s propias y habituales <strong>de</strong>l empleador, la contratación<br />

por horas, se garantiza el trabajo <strong>de</strong> jóvenes y <strong>de</strong> personas con discapacidad,<br />

se protege a la mujer trabajadora, la organización <strong>de</strong> patronos y<br />

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VA L O R A C I Ó N J U R Í D I C O-P O L Í T I C A D E L A CO N S T I T U C I Ó N D E L 2 0 0 8<br />

trabajadores, la contratación colectiva y se garantiza el trabajo autónomo en<br />

los espacios públicos prohibiendo la confiscación <strong>de</strong> sus productos, materiales<br />

y herramientas <strong>de</strong> trabajo con sujeción a la ley, entre otros aspectos.<br />

X. La integración <strong>de</strong> los sistemas institucionales<br />

para garantizar el buen vivir<br />

Para garantizar el buen vivir, como objetivo <strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo, se<br />

establece en la Constitución el sistema nacional <strong>de</strong> inclusión y equidad<br />

social, que compren<strong>de</strong> los ámbitos <strong>de</strong> la educación, salud, seguridad social,<br />

gestión <strong>de</strong> riesgos, cultura física y <strong>de</strong>porte, hábitat y vivienda, cultura,<br />

comunicación e información, disfrute <strong>de</strong>l tiempo libre, ciencia y tecnología,<br />

seguridad humana y transporte, aspectos que están articulados al Plan<br />

Nacional <strong>de</strong> Desarrollo y al Presupuesto General <strong>de</strong>l Estado.<br />

Se parte <strong>de</strong> la protección integral <strong>de</strong> los habitantes a lo largo <strong>de</strong> toda la<br />

vida, asegurando la vigencia y goce <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos reconocidos en la<br />

Constitución, dando prioridad a aquellos grupos humanos que requieran<br />

consi<strong>de</strong>ración especial por la persistencia <strong>de</strong> <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s, exclusión, discriminación<br />

o violencia, o en virtud <strong>de</strong> su condición <strong>de</strong> edad, salud o <strong>de</strong> discapacidad,<br />

caso por ejemplo <strong>de</strong> la niñez y la adolescencia, para lo cual se ha<br />

establecido el sistema nacional <strong>de</strong>scentralizado <strong>de</strong> protección integral <strong>de</strong> la<br />

niñez y la adolescencia.<br />

XI. Educación para el <strong>de</strong>sarrollo integral<br />

<strong>de</strong> la personalidad y <strong>de</strong> la comunidad<br />

Uno <strong>de</strong> los elementos esenciales <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l sistema nacional <strong>de</strong> inclusión y<br />

calidad, constituye la educación como garantía <strong>de</strong> igualdad e inclusión,<br />

cuyo sistema nacional tiene como objetivo el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las capacida<strong>de</strong>s<br />

y potencialida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la población, para posibilitar el aprendizaje y la generación<br />

y utilización <strong>de</strong> conocimientos, técnicas, saberes, artes y cultura,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> una visión intercultural y multiétnica acor<strong>de</strong> con la diversidad geográfica,<br />

cultural y lingüística <strong>de</strong>l país.<br />

123


CA R L O S CA S T R O RI E R A<br />

Si bien se reconoce que este servicio público pue<strong>de</strong> prestarse a través <strong>de</strong><br />

instituciones públicas, fiscomicionales y particulares, se fortalece la educación<br />

pública <strong>de</strong> carácter universal, <strong>de</strong>mocrática, laica, obligatoria hasta el<br />

bachillerato y gratuita hasta el tercer nivel <strong>de</strong> educación superior inclusive,<br />

garantizándose la libertad <strong>de</strong> enseñanza y cátedra y el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> las personas<br />

<strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r en su propia lengua y ámbito cultural.<br />

El sistema propuesto garantiza las modalida<strong>de</strong>s formales y no formales<br />

<strong>de</strong> educación, la educación intercultural bilingüe, la educación permanente<br />

<strong>de</strong> adultos, alfabetización y post alfabetización, la educación especial, así<br />

como el financiamiento <strong>de</strong> la educación fiscomicional, artesanal y comunitaria<br />

que cumplan con la gratuidad, igualdad <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>s, rendición<br />

<strong>de</strong> cuentas <strong>de</strong> resultados educativos y estén calificadas legalmente.<br />

Para elevar la calidad <strong>de</strong> la educación se plantea ampliar la cobertura<br />

educativa, mejorar la infraestructura física y el equipamiento educativo,<br />

mejorar el nivel pedagógico y remunerativo <strong>de</strong> los docentes y la evaluación<br />

<strong>de</strong> su <strong>de</strong>sempeño, la integración activa <strong>de</strong> estudiantes, familias y docentes<br />

en los procesos educativos, la incorporación <strong>de</strong> las tecnologías <strong>de</strong> la información<br />

y la comunicación y la creación <strong>de</strong> una institución pública con<br />

autonomía para la evaluación integral interna y externa.<br />

Finalmente, el sistema propone el fortalecimiento <strong>de</strong> la educación en<br />

valores, centrándose en el ser humano, el respeto a los <strong>de</strong>rechos humanos,<br />

a la naturaleza, el impulso a la equidad <strong>de</strong> género, la justicia, la solidaridad,<br />

la paz, la construcción <strong>de</strong> un país soberano, <strong>de</strong>biéndose impartir como ejes<br />

transversales educación en ciudadanía, sexualidad, ambiente y la incorporación<br />

progresiva en el pensum <strong>de</strong> estudios al menos <strong>de</strong> una lengua ancestral.<br />

En cuanto al sistema <strong>de</strong> “educación superior”, integrado por las universida<strong>de</strong>s<br />

y escuelas politécnicas, institutos superiores técnicos, tecnológicos y<br />

pedagógicos y conservatorios <strong>de</strong> música y artes, se articula al sistema nacional<br />

<strong>de</strong> educación y al Plan Nacional <strong>de</strong> Desarrollo para contribuir a dar<br />

soluciones a los problemas <strong>de</strong>l país y relacionarse con los objetivos <strong>de</strong>l régimen<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo.<br />

En la nueva Constitución, se establece con claridad que las instituciones<br />

<strong>de</strong> educación superior, sean públicas o particulares, no tendrán fines <strong>de</strong><br />

lucro y se establece obligatoriamente la acreditación y la evaluación, a la vez<br />

que se sienta la reserva <strong>de</strong> ley para la creación <strong>de</strong> las universida<strong>de</strong>s y escue-<br />

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VA L O R A C I Ó N J U R Í D I C O-P O L Í T I C A D E L A CO N S T I T U C I Ó N D E L 2 0 0 8<br />

las politécnicas siempre y cuando cumplan con los requisitos expresamente<br />

<strong>de</strong>terminados, mientras que para el resto <strong>de</strong> instituciones <strong>de</strong>l sistema se<br />

señala otra forma <strong>de</strong> creación, con requisitos igualmente claros y precisos,<br />

sucediendo igual cosa para la suspensión <strong>de</strong> dichas instituciones <strong>de</strong>l sistema<br />

o para solicitar la <strong>de</strong>rogatoria <strong>de</strong> la ley <strong>de</strong> creación, lo cual refuerza el sistema<br />

<strong>de</strong> control <strong>de</strong> la calidad <strong>de</strong> la educación superior.<br />

La Constitución introduce el concepto <strong>de</strong> autonomía responsable <strong>de</strong> las<br />

u n i versida<strong>de</strong>s y escuelas politécnicas, <strong>de</strong> tal manera que el ejercicio <strong>de</strong> la autonomía<br />

académica, administrativa, financiera y orgánica no les exime <strong>de</strong> ser fiscalizadas,<br />

<strong>de</strong> la responsabilidad social, rendición <strong>de</strong> cuentas, gestión acord e<br />

con el régimen <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo y su participación en la planificación nacional.<br />

La garantía <strong>de</strong> la autonomía ejercida y comprendida <strong>de</strong> manera solidaria<br />

y responsable, se complementa con la <strong>de</strong> la inviolabilidad <strong>de</strong> sus recintos,<br />

la competencia y responsabilidad <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mantenimiento<br />

<strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n interno y la prohibición <strong>de</strong> privarlas <strong>de</strong> sus rentas o asignaciones<br />

presupuestarias o <strong>de</strong> clausurarlas o reorganizarlas.<br />

Constituye también una novedad en la Constitución <strong>de</strong>l 2008, el establecimiento<br />

<strong>de</strong> un sistema nacional <strong>de</strong> nivelación y admisión para regular el<br />

ingreso a las universida<strong>de</strong>s que será <strong>de</strong>terminado en la ley, la vinculación <strong>de</strong><br />

la gratuidad <strong>de</strong> la educación superior pública a la responsabilidad académica<br />

<strong>de</strong> los estudiantes, la garantía <strong>de</strong> igualdad <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>s en el acceso,<br />

permanencia movilidad y egreso in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong>l carácter público o<br />

particular <strong>de</strong>l establecimiento y la prohibición <strong>de</strong> que en el organismo técnico<br />

<strong>de</strong> acreditación y aseguramiento <strong>de</strong> la calidad <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> educación<br />

superior se conforme con representantes <strong>de</strong> las instituciones reguladas.<br />

XII. Conocimiento y <strong>de</strong>sarrollo<br />

En la nueva Constitución se da <strong>de</strong>bida importancia y atención a estos<br />

aspectos, estableciéndose el sistema nacional <strong>de</strong> cultura y el sistema nacional<br />

<strong>de</strong> ciencia, tecnología, innovación y saberes ancestrales.<br />

La cultura, como patrimonio material y espiritual <strong>de</strong>l pueblo, está consi<strong>de</strong>rada<br />

como factor fundamental <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad nacional, multiétnica,<br />

plurinacional y pluricultural, por lo que los bienes culturales patrimoniales<br />

125


CA R L O S CA S T R O RI E R A<br />

<strong>de</strong>l Estado son consi<strong>de</strong>rados inalienables, inembargables e imprescriptibles,<br />

estableciéndose la prelación <strong>de</strong>l Estado en la adquisición <strong>de</strong> dichos bienes y<br />

garantías para su protección.<br />

Por primera vez se explicita, en forma taxativa, todos los elementos que<br />

forman parte <strong>de</strong>l patrimonio cultural tangible e intangible y se <strong>de</strong>terminan<br />

con precisión las responsabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Estado frente a la cultura en cuanto<br />

a la i<strong>de</strong>ntificación, protección, <strong>de</strong>fensa, conservación, restauración, difusión<br />

y acrecentamiento <strong>de</strong>l patrimonio cultural.<br />

En el ámbito <strong>de</strong> la cultura física se establecen garantías, por primera vez,<br />

para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>porte, educación física y la recreación, ligando<br />

dichas activida<strong>de</strong>s al mantenimiento <strong>de</strong> la salud, la formación y <strong>de</strong>sarrollo<br />

integral <strong>de</strong> las personas, a la vez que se <strong>de</strong>linea una política <strong>de</strong> impulso al<br />

acceso masivo <strong>de</strong> <strong>de</strong>porte tanto a nivel <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>portivas, a nivel<br />

formativo, como barrial y parroquial, comprometiendo el auspicio <strong>de</strong>l<br />

Estado a los <strong>de</strong>portistas en competencias nacionales e internacionales,<br />

incluidos los juegos olímpicos y la participación <strong>de</strong> las personas con discapacidad<br />

en los eventos respectivos. A esto se suma la garantía a la autonomía<br />

<strong>de</strong> las organizaciones <strong>de</strong>portivas y <strong>de</strong> la administración <strong>de</strong> los escenarios<br />

<strong>de</strong>portivos y <strong>de</strong>más instalaciones <strong>de</strong>stinadas a la práctica <strong>de</strong>l <strong>de</strong>porte.<br />

En el ámbito <strong>de</strong>l sistema nacional <strong>de</strong> ciencia, tecnología, innovación y<br />

saberes ancestrales y en el marco <strong>de</strong>l respeto al ambiente, la naturaleza, la<br />

vida, las culturas y la soberanía, se preten<strong>de</strong> generar, adaptar y difundir<br />

conocimientos científicos y tecnológicos; recuperar, fortalecer y potenciar<br />

los saberes ancestrales; y <strong>de</strong>sarrollar tecnologías e innovaciones, la producción<br />

nacional, eleven la eficiencia y la productividad, mejoren la calidad <strong>de</strong><br />

vida y contribuyan a la realización <strong>de</strong>l buen vivir.<br />

Se preten<strong>de</strong>, por lo tanto, vincular la cultura, el conocimiento, la investigación,<br />

la ciencia, la tecnología y los saberes ancestrales a la producción <strong>de</strong><br />

bienes y servicios y la realización plena <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos.<br />

XIII. Concepción integral <strong>de</strong> la salud<br />

El sistema nacional <strong>de</strong> salud tiene como objetivo el <strong>de</strong>sarrollo, protección y<br />

recuperación <strong>de</strong> las capacida<strong>de</strong>s y potencialida<strong>de</strong>s para una vida saludable e<br />

126


VA L O R A C I Ó N J U R Í D I C O-P O L Í T I C A D E L A CO N S T I T U C I Ó N D E L 2 0 0 8<br />

integral y garantiza la promoción, prevención y atención integral, familiar<br />

y comunitaria <strong>de</strong> la salud con base en la atención primaria, la articulación<br />

<strong>de</strong> los diferentes niveles <strong>de</strong> atención y la complementariedad con las medicinas<br />

ancestrales y alternativas.<br />

La red pública integral <strong>de</strong> salud se conforma con los establecimientos<br />

estatales, la seguridad social y otros proveedores que pertenecen al Estado,<br />

en tanto que la atención <strong>de</strong> salud como servicio público será prestado por<br />

entida<strong>de</strong>s estatales, privadas, autónomas, comunitarias y las que ejercen las<br />

medicinas ancestrales y alternativas, bien entendido que los servicios públicos<br />

estatales <strong>de</strong> salud serán universales y gratuitos en todos los niveles <strong>de</strong><br />

atención incluyendo los procedimientos <strong>de</strong> diagnóstico, tratamiento, medicamentos<br />

y rehabilitación necesarios.<br />

El mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> salud prioriza los servicios públicos estatales <strong>de</strong> salud, re s c ata<br />

las medicinas ancestrales y alternativas, pro m u e ve la utilización <strong>de</strong> medicamentos<br />

genéricos <strong>de</strong> calidad y acor<strong>de</strong>s con las necesida<strong>de</strong>s epi<strong>de</strong>miológicas <strong>de</strong><br />

la población, consi<strong>de</strong>ra las adicciones como un problema <strong>de</strong> salud pública y se<br />

p ropone la pre vención y control <strong>de</strong>l consumo <strong>de</strong>l tabaco, alcohol, sustancias<br />

estupefacientes y psicotrópicas, pone énfasis en los servicios <strong>de</strong> salud sexual y<br />

re p ro d u c t i va, garantiza la salud integral y vida <strong>de</strong> las mujeres especialmente<br />

durante el embarazo, parto y postparto, obliga la atención <strong>de</strong> emergencias a los<br />

p rofesionales <strong>de</strong> salud y a los establecimientos públicos y priva d o s .<br />

XIV. Universalización <strong>de</strong> la seguridad social<br />

En la nueva Constitución el sistema <strong>de</strong> seguridad social es público y universal,<br />

no pue<strong>de</strong> privatizarse y la atención a las necesida<strong>de</strong>s contingentes <strong>de</strong> la<br />

población, tales como enfermedad, maternidad, riesgos laborales, cesantía,<br />

<strong>de</strong>sempleo, vejez, invali<strong>de</strong>z, discapacidad y muerte se hará a través <strong>de</strong>l seguro<br />

universal obligatorio, que se exten<strong>de</strong>rá a toda la población urbana y<br />

rural, con in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> su situación laboral, especificándose que las<br />

prestaciones para las personas que realizan trabajo doméstico no remunerado<br />

y tareas <strong>de</strong> cuidado se financiarán con aportes y contribuciones <strong>de</strong>l<br />

Estado que constarán cada año en el Presupuesto General <strong>de</strong>l Estado y serán<br />

transferidos oportunamente.<br />

127


CA R L O S CA S T R O RI E R A<br />

Junto al Instituto Ecuatoriano <strong>de</strong> Seguridad Social (IESS), que será<br />

responsable <strong>de</strong> las prestaciones <strong>de</strong>l seguro universal obligatorio a sus afiliados,<br />

existirán sendos institutos para la policía nacional y las fuerz a s<br />

armadas, en tanto que el seguro social campesino seguirá formando part e<br />

<strong>de</strong>l IESS con un régimen especial <strong>de</strong>l seguro universal obligatorio para<br />

p roteger a la población rural y los pescadores art e s a n a l e s .<br />

En la nueva Constitución se blindan los fondos y reservas <strong>de</strong>l seguro<br />

universal obligatorio, al prohibirse al Estado o a cualquier otra institución<br />

intervenir o disponer <strong>de</strong> sus fondos y reservas ni menoscabar su patrimonio,<br />

<strong>de</strong>biendo los fondos previsionales públicos y sus inversiones canalizarse a<br />

través <strong>de</strong> una institución financiera <strong>de</strong> propiedad <strong>de</strong>l IESS, cuya gestión se<br />

sujetará a los principios <strong>de</strong> seguridad, solvencia, eficiencia, rentabilidad y al<br />

control <strong>de</strong>l órgano competente.<br />

XV. Control ciudadano <strong>de</strong>l Estado<br />

El objetivo <strong>de</strong>l buen vivir, expresado en el mejoramiento <strong>de</strong> la calidad <strong>de</strong><br />

vida integral <strong>de</strong> las personas, comunida<strong>de</strong>s, pueblos y nacionalida<strong>de</strong>s no<br />

pue<strong>de</strong> hacerse efectivo sin la participación y control social, para lo cual justamente<br />

se crea en la Constitución toda una función <strong>de</strong>l Estado que tiene<br />

que ver con la transparencia y control social, con lo cual se hace realidad<br />

material lo que en el pasado se <strong>de</strong>nominaba como participación ciudadana<br />

que era un concepto abstracto y sin posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> realización material.<br />

El buen vivir presupone, a su vez, la garantía <strong>de</strong> la soberanía nacional y<br />

el hermanamiento con la comunidad latinoamericana, para insertarnos con<br />

ventaja en el contexto internacional, aspecto que se garantiza en la nueva<br />

Constitución estableciendo, en primer lugar, la soberanía sobre los recursos<br />

naturales y claros principios <strong>de</strong> orientación en nuestras relaciones internacionales.<br />

Finalmente, no pue<strong>de</strong> haber un <strong>de</strong>sarrollo integral <strong>de</strong> los pueblos, si no<br />

se tiene una organización equitativa <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r en le territorio y si no se acerca<br />

el po<strong>de</strong>r a las personas, comunida<strong>de</strong>s, pueblos y nacionalida<strong>de</strong>s, cuestión<br />

que se logra en la Constitución con un régimen <strong>de</strong> gobiernos autónomos y<br />

<strong>de</strong>scentralizados, con regímenes especiales <strong>de</strong> la Amazonía y Galápagos y el<br />

128


VA L O R A C I Ó N J U R Í D I C O-P O L Í T I C A D E L A CO N S T I T U C I Ó N D E L 2 0 0 8<br />

reconocimiento <strong>de</strong> gobiernos autónomos en los territorios indígenas o predominantemente<br />

indígenas.<br />

Por lo tanto, el régimen <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo centrado en el buen vivir, tiene<br />

condiciones y garantías en el tejido institucional <strong>de</strong>l Estado para po<strong>de</strong>r<br />

hacerse efectivo.<br />

129


2<br />

Funciones <strong>de</strong>l Estado


Participación, Función Electoral y<br />

Función <strong>de</strong> Control y Transparencia Social<br />

Albert Noguera Fernán<strong>de</strong>z*<br />

Sumario<br />

I. Introducción. II. El nuevo proyecto constitucional <strong>de</strong> 2008 y la relación<br />

intrínseca entre el Estado y la noción <strong>de</strong> “participación”. III. Superación <strong>de</strong><br />

la representación: los mecanismos <strong>de</strong> participación directa <strong>de</strong> los ciudadanos<br />

en la toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones. IV. Superación <strong>de</strong> la tripartición <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res:<br />

Función <strong>de</strong> control y transparencia social y Función electoral. V.<br />

Conclusiones.<br />

I. Introducción<br />

El concepto <strong>de</strong> participación popular está, en su esencia, estrechamente<br />

relacionado con dos <strong>de</strong> los anhelos <strong>de</strong>l ser humano: el reconocimiento <strong>de</strong> la<br />

i<strong>de</strong>ntidad y el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l individuo o los colectivos (formalmente anónimos<br />

pero al fin y al cabo verda<strong>de</strong>ros y reales protagonistas <strong>de</strong> la historia) <strong>de</strong><br />

po<strong>de</strong>r intervenir e influir en la toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones que afectan a su vida coti-<br />

* Doctor en Derecho por la Universidad <strong>de</strong> La Habana (Cuba) y la Universidad Jaume I <strong>de</strong><br />

Castellón (España). Licenciado en Derecho y en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma<br />

<strong>de</strong> Barcelona (España). albertnoguera78@hotmail.com<br />

133


AL B E R T NO G U E R A FE R N Á N D E Z<br />

diana. En el texto que presento a continuación, analizaré, señalando sus<br />

aspectos positivos y también sus aspectos no tan positivos, los principales<br />

mecanismos <strong>de</strong> participación ciudadana en la toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones públicas y<br />

<strong>de</strong> control <strong>de</strong>mocrático <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r, que se establecen en el nuevo proyecto<br />

constitucional ecuatoriano <strong>de</strong> 2008.<br />

II. La nueva Constitución <strong>de</strong>l 2008 y la relación intrínseca<br />

entre el Estado y la noción <strong>de</strong> “participación”<br />

Una primera consagración jurídica <strong>de</strong> los fundamentos <strong>de</strong> un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>mocracia superador <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo liberal burgués basado en la “representación”<br />

y la “tripartición <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res”, tuvo lugar en Ecuador con la<br />

Constitución <strong>de</strong> 1998. Esta Constitución reconoció ya mecanismos no sólo<br />

<strong>de</strong> la “<strong>de</strong>mocracia representativa”, sino también muchos <strong>de</strong> los llamados<br />

mecanismos <strong>de</strong> la “<strong>de</strong>mocracia participativa” 1 .<br />

Diez años <strong>de</strong>spués, la nueva Constitución <strong>de</strong>l 2008 supone una profundización<br />

en los mecanismos participativos <strong>de</strong>l sistema político <strong>de</strong>l país. A<br />

diferencia <strong>de</strong>l anterior artículo 1 <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1998, que señalaba<br />

que “la soberanía radica en el pueblo, (...) que la ejerce a través <strong>de</strong> los órganos<br />

<strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r público y <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong>mocráticos previstos en esta Constitución”,<br />

1 La Constitución ecuatoriana <strong>de</strong> 1998 reconocía ya la posibilidad <strong>de</strong> consulta popular en “asuntos<br />

<strong>de</strong> trascen<strong>de</strong>ntal importancia” para el país que no sean la reforma constitucional, convocada por el<br />

Presi<strong>de</strong>nte o por ciudadanos que representen el 8% <strong>de</strong>l padrón, la <strong>de</strong>cisión que surja <strong>de</strong> la votación<br />

es obligatoria (Arts. 104 y 105). Se regula también la iniciativa <strong>de</strong> proyectos <strong>de</strong> ley por personas<br />

que representan la cuarta parte <strong>de</strong>l 1% <strong>de</strong>l padrón, (o a través <strong>de</strong> “movimientos sociales <strong>de</strong><br />

carácter nacional”), y participar <strong>de</strong> los <strong>de</strong>bates parlamentarios apoyando el proyecto por medio <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>legados (Arts. 146 y 149). Asimismo, se prevé la revocatoria <strong>de</strong>l mandato <strong>de</strong> alcal<strong>de</strong>s, prefectos<br />

y diputados <strong>de</strong> su elección “por actos <strong>de</strong> corrupción o incumplimiento injustificado <strong>de</strong>l plan <strong>de</strong> trabajo”,<br />

convocándose a la ciudadanía si el pedido lo formula el 30% <strong>de</strong> los empadronados (Arts. 109<br />

y 110). En cuanto a la superación <strong>de</strong> la tripartición <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res, la Constitución <strong>de</strong> 1998 empezó<br />

a <strong>de</strong>limitar la reformulación <strong>de</strong> la división en tres po<strong>de</strong>res hacia los cinco po<strong>de</strong>res o funciones, aunque<br />

esta transición no queda todavía <strong>de</strong>l todo clara pues si bien, se ubican todos los organismos<br />

<strong>de</strong> los 5 po<strong>de</strong>res <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l Título <strong>de</strong> las instituciones <strong>de</strong>l Estado, al Ejecutivo, Legislativo y<br />

Judicial las <strong>de</strong>nomina funciones, mientras que a lo electoral o el control social no reciben todavía<br />

el nombre <strong>de</strong> “funciones” <strong>de</strong>l Estado, sino <strong>de</strong> “organismos”.<br />

134


PA R T I C I PA C I Ó N, FU N C I Ó N EL E C T O R A L Y FU N C I Ó N D E CO N T R O L Y TR A N S PA R E N C I A SO C I A L<br />

el nuevo texto constitucional sustituye el concepto <strong>de</strong> “medios <strong>de</strong>mocráticos”<br />

por el <strong>de</strong> “formas <strong>de</strong> participación dire c t a”. Esto, conjuntamente con el art ículo<br />

95 que afirma: “Las ciudadanas y ciudadanos, en forma individual y colect<br />

i va, part i c i p a rán <strong>de</strong> manera protagónica en la toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones, planificación<br />

y gestión <strong>de</strong> los asuntos públicos, y en el control popular <strong>de</strong> las instituciones <strong>de</strong>l<br />

Estado y la sociedad, y <strong>de</strong> sus re p resentantes, en un proceso permanente <strong>de</strong> const<br />

rucción <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r ciudadano” y la multiplicación <strong>de</strong> los mecanismos y espacios<br />

populares <strong>de</strong> toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones, <strong>de</strong>nota la voluntad <strong>de</strong>l nuevo constit<br />

u yente <strong>de</strong> dotar al sistema político ecuatoriano <strong>de</strong> una nueva naturaleza y<br />

colocar al Estado en una relación intrínseca con la noción <strong>de</strong> “p a rt i c i p a c i ó n” .<br />

Generalmente, la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> un Estado como “p a rt i c i p a t i vo” ha implicado<br />

que la participación popular impregna todo el articulado constitucional,<br />

el cual <strong>de</strong>be interpretarse en armonía con este fin. Y <strong>de</strong> hecho, <strong>de</strong> conformidad<br />

con esto, en el caso <strong>de</strong>l texto constitucional ecuatoriano <strong>de</strong> 2008, la<br />

n a t u r a l eza part i c i p a t i va <strong>de</strong>l Estado se transversaliza, como ve remos, a lo largo<br />

<strong>de</strong> todo el texto. Ejemplos claros <strong>de</strong> ello son el establecimiento <strong>de</strong> mecanismos<br />

<strong>de</strong> participación ciudadana en la formulación, ejecución, evaluación y<br />

c o n t rol <strong>de</strong> las políticas públicas y servicios públicos (Art. 85) 2 ; en la selección<br />

<strong>de</strong>l personal <strong>de</strong> la administración <strong>de</strong> justicia (Art. 170) 3 ; en la cre a c i ó n<br />

<strong>de</strong> instancias <strong>de</strong> participación en todos los niveles <strong>de</strong> gobierno para la elaboración<br />

<strong>de</strong> planes y políticas, presupuestos part i c i p a t i vos, etc. (Art. 100) 4 ; la<br />

existencia en las sesiones <strong>de</strong> los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados <strong>de</strong><br />

2 Art. 85: “(...). En la formulación, ejecución, evaluación y control <strong>de</strong> las políticas públicas y servicios<br />

públicos se garantizará la participación <strong>de</strong> las personas, comunida<strong>de</strong>s, pueblos y nacionalida<strong>de</strong>s”.<br />

3 Art. 170: “Para el ingreso a la Función Judicial se observarán los criterios <strong>de</strong> igualdad, equidad,<br />

probidad, oposición, méritos, publicidad, impugnación y participación ciudadana. (...)”.<br />

4 Art. 100: “En todos los niveles <strong>de</strong> gobierno se conformarán instancias <strong>de</strong> participación integradas<br />

por autorida<strong>de</strong>s electas, representantes <strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong>pendiente y representantes <strong>de</strong> la sociedad <strong>de</strong>l<br />

ámbito territorial <strong>de</strong> cada nivel <strong>de</strong> gobierno, que funcionarán regidas por principios <strong>de</strong>mocráticos.<br />

La participación en estas instancias se ejerce para: 1. Elaborar planes y políticas nacionales, locales<br />

y sectoriales entre los gobiernos y la ciudadanía; 2. Mejorar la calidad <strong>de</strong> la inversión pública y <strong>de</strong>finir<br />

agendas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo; 3. Elaborar presupuestos participativos <strong>de</strong> los gobiernos; 4. Fortalecer la<br />

<strong>de</strong>mocracia con mecanismos permanentes <strong>de</strong> transparencia, rendición <strong>de</strong> cuentas y control social;<br />

y, 5. Promover la formación ciudadana e impulsar procesos <strong>de</strong> comunicación; Para el ejercicio <strong>de</strong><br />

esta participación se organizarán audiencias públicas, veedurías, asambleas, cabildos populares,<br />

135


AL B E R T NO G U E R A FE R N Á N D E Z<br />

una “silla va c í a” que ocupará un re p resentante ciudadano en función <strong>de</strong> los<br />

temas a tratarse (Art. 101) 5 ; la constitucionalización <strong>de</strong> la participación activa<br />

<strong>de</strong> estudiantes, familias y docentes en los procesos educativos (Art .<br />

3 4 7 . 1 1 ) 6 ; la participación ciudadana y control social en el sistema nacional<br />

<strong>de</strong> salud (Art. 359) 7 ; la creación <strong>de</strong> concejos ciudadanos con un papel activo<br />

en la planificación para el <strong>de</strong>sarrollo a nivel nacional, regional, prov i n c i a l<br />

y local, lo que supone la generación <strong>de</strong> estructura comunitaria para la implementación<br />

<strong>de</strong> los planes <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo (Art. 279) 8 ; la explícita re f e rencia a<br />

p ro m over medidas especiales <strong>de</strong>stinadas a facilitar la participación política y<br />

social <strong>de</strong> grupos vulnerables (arts. 39 9 o 50.4 1 0 ); etc.<br />

En resumen, quedando manifiesta con los ejemplos expresados la clara<br />

voluntad <strong>de</strong>l constituyente <strong>de</strong> crear un nuevo mo<strong>de</strong>lo alternativo al <strong>de</strong>mocrático-liberal<br />

clásico <strong>de</strong> organización política <strong>de</strong>l Estado, veamos a conti-<br />

consejos consultivos, observatorios y las <strong>de</strong>más instancias que promueva la ciudadanía”.<br />

5 Art. 101: “Las sesiones <strong>de</strong> los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados serán públicas, y en ellas existirá<br />

la silla vacía que ocupará una representante o un representante ciudadano en función <strong>de</strong> los<br />

temas a tratarse, con el propósito <strong>de</strong> participar en su <strong>de</strong>bate y en la toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones”.<br />

6 Art. 347.11: “Será responsabilidad <strong>de</strong>l Estado: (...) garantizar la participación activa <strong>de</strong> estudiantes,<br />

familias y docentes en los procesos educativos”.<br />

7 Art. 359: “El sistema nacional <strong>de</strong> salud compren<strong>de</strong>rá las instituciones, programas, políticas, recursos,<br />

acciones y actores en salud; abarcará todas las dimensiones <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho a la salud; garantizará<br />

la promoción, prevención, recuperación y rehabilitación en todos los niveles; y propiciará la participación<br />

ciudadana y el control social”.<br />

8 Art. 279: “El sistema nacional <strong>de</strong>scentralizado <strong>de</strong> planificación participativa organizará la planificación<br />

para el <strong>de</strong>sarrollo. El sistema se conformará por un consejo nacional <strong>de</strong> planificación, que<br />

integrará a los distintos niveles <strong>de</strong> gobierno, con participación ciudadana, y tendrá una secretaría<br />

técnica, que lo coordinará. Este consejo tendrá por objetivo dictar los lineamientos y las políticas<br />

que orienten al sistema y aprobar el Plan Nacional <strong>de</strong> Desarrollo, y será presidido por la Presi<strong>de</strong>nta<br />

o Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República. Los consejos <strong>de</strong> planificación en los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados<br />

estarán presididos por sus máximos representantes e integrados <strong>de</strong> acuerdo con la ley. Los<br />

consejos ciudadanos serán instancias <strong>de</strong> <strong>de</strong>liberación y generación <strong>de</strong> lineamientos y consensos<br />

estratégicos <strong>de</strong> largo plazo, que orientarán el <strong>de</strong>sarrollo nacional”.<br />

9 Art. 39: “El Estado garantizará los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> las jóvenes y los jóvenes, y promoverá su efectivo<br />

ejercicio a través <strong>de</strong> políticas y programas, instituciones y recursos que aseguren y mantengan <strong>de</strong><br />

modo permanente su participación e inclusión en todos los ámbitos, en particular en los espacios<br />

<strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r público”.<br />

10 Art. 50.4: “El Estado adoptará a favor <strong>de</strong> las personas con discapacidad medidas que aseguren: (...)<br />

la participación política, que asegurará su representación, <strong>de</strong> acuerdo con la ley”.<br />

136


PA R T I C I PA C I Ó N, FU N C I Ó N EL E C T O R A L Y FU N C I Ó N D E CO N T R O L Y TR A N S PA R E N C I A SO C I A L<br />

nuación los instrumentos que el nuevo proyecto constitucional establece<br />

para superar las dos figuras tradicionales <strong>de</strong>l sistema político liberal: la<br />

“representación” y la “tripartición <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res”.<br />

III. Superación <strong>de</strong> la “representación”: los mecanismos<br />

<strong>de</strong> participación directa <strong>de</strong> los ciudadanos en la toma<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones<br />

Conjuntamente con los mecanismos tradicionales <strong>de</strong> “<strong>de</strong>mocracia representativa”<br />

(Art. 61.1) 11 , esto es el sufragio activo, regulado en los artículos <strong>de</strong>l<br />

62 al 65, y el sufragio pasivo, regulado en los Arts. 142 y 149, para el caso<br />

<strong>de</strong> los candidatos a Presi<strong>de</strong>nte y Vicepresi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República, y Art. 119,<br />

para los candidatos a diputados; el nuevo texto constitucional incorpora<br />

también todo un conjunto <strong>de</strong> mecanismos participativos <strong>de</strong>stinados a superar<br />

el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>mocrático liberal, basado únicamente en la representación,<br />

y establecer un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> ejercicio colectivo <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r.<br />

La representación es una figura originaria <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho privado, mediante<br />

la cual una persona llamada representante asume la voluntad <strong>de</strong> otra incapaz,<br />

llamada representado, y actúa en nombre <strong>de</strong> ella, con gran libertad, <strong>de</strong><br />

hecho el representante se subroga en la personalidad y en la voluntad <strong>de</strong>l<br />

representado, lo sustituye plenamente. En general requieren representante, los<br />

menores <strong>de</strong> edad y los incapacitados 12 . La organización <strong>de</strong> un sistema político<br />

alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong> la representación, mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>fendido originariamente<br />

por Montesquieu, concebía pues, al pueblo como una masa <strong>de</strong><br />

analfabetos incapaces <strong>de</strong> gobernarse sin caer en la anarquía o el caos, con lo<br />

cual la única manera <strong>de</strong> garantizar la gobernabilidad, la protección y la<br />

libertad era mediante la <strong>de</strong>legación <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r soberano en manos <strong>de</strong> los más<br />

capaces (supuestos representantes). 13<br />

11 El artículo 61.1 establece: “Todos los ecuatorianos y ecuatorianas gozan <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho a elegir y ser<br />

elegidos”.<br />

12 J.F. Bulté. “Democracia y República. Vacuida<strong>de</strong>s y falseda<strong>de</strong>s”. En Revista Temas. No. 36. Enero-<br />

Marzo. La Habana. 2004. p. 98.<br />

13 En su obra el “Espíritu <strong>de</strong> las Leyes”, Montesquieu, enemigo acérrimo <strong>de</strong> la república romana, criticó<br />

en todo momento la soberanía popular y vio en el ascenso <strong>de</strong> la clase plebeya al po<strong>de</strong>r en<br />

137


AL B E R T NO G U E R A FE R N Á N D E Z<br />

La tesis opuesta al constitucionalismo anglosajón montesquiano la<br />

mo<strong>de</strong>ló Rousseau, gran admirador <strong>de</strong> la República romana y <strong>de</strong> sus instituciones.<br />

Para Rousseau, inspirándose en Roma, la representación era la negación<br />

<strong>de</strong> la soberanía <strong>de</strong>l pueblo que no pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>legada. En contraposición<br />

a la figura <strong>de</strong> la representación, Rousseau <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> la figura <strong>de</strong>l mandato.<br />

14<br />

En el mandato, figura también originaria <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho privado, se produce<br />

un contrato consensual, por el que una persona llamada mandante,<br />

que dispone <strong>de</strong> total luci<strong>de</strong>z y capacidad, or<strong>de</strong>na a otra llamada mandatario<br />

que haga en su nombre tal o cual gestión. No obstante, el mandante no<br />

Roma, por medio <strong>de</strong> las magistraturas republicanas, hasta el Tribunado, la explicación <strong>de</strong>l supuesto<br />

<strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n anárquico que caracterizó, siempre según Montesquieu, a la República romana. En el<br />

mismo sentido que Montesquieu, Jean Bodin había señalado años antes: “¿Cómo pue<strong>de</strong> un pueblo,<br />

es <strong>de</strong>cir, un animal <strong>de</strong> muchas cabezas, sin entendimiento ni razón, aconsejar nada bueno?<br />

Pedir consejo al pueblo, como se hacía antiguamente en las repúblicas populares, significa tanto<br />

como pedir cordura al loco” (J. Bodin, citado por L.A. Demirdjian y S.T. González. “La República<br />

entre lo antiguo y lo mo<strong>de</strong>rno”. En “La Filosofía Política Mo<strong>de</strong>rna. De Hobbes a Marx”. comp.:<br />

Atilio Borón. CLACSO, Buenos Aires, 2003. p. 342). Años más tar<strong>de</strong>, y siguiendo también esta<br />

concepción, James Madison, uno <strong>de</strong> los padres fundadores <strong>de</strong>l nuevo país y presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Estados<br />

Unidos entre l809 y l817 escribió al finalizar la revolución norteamericana: “las <strong>de</strong>mocracias siempre<br />

han ofrecido el espectáculo <strong>de</strong> la turbulencia y <strong>de</strong> la discordia, se han mostrado siempre enemigas<br />

<strong>de</strong> cualquier forma <strong>de</strong> garantía en favor <strong>de</strong> las personas o <strong>de</strong> las cosas” (J. Madison. “El<br />

Fe<strong>de</strong>ralista”, traducción italiana <strong>de</strong> B.M. Te<strong>de</strong>schini Lalli. Pisa 1955. Citado por G. Lobrano.<br />

“Mo<strong>de</strong>lo romano y constitucionalismo mo<strong>de</strong>rnos”. Universidad Externado <strong>de</strong> Colombia, 1990. p.<br />

49), Howard Zinn en “La otra historia <strong>de</strong> los Estados Unidos (Des<strong>de</strong> 1492 hasta hoy)”, dice sobre<br />

esto: “Alexan<strong>de</strong>r Hamilton, ayudante <strong>de</strong> campo <strong>de</strong> Washington durante la guerra, era uno <strong>de</strong> los<br />

más influyentes y astutos lí<strong>de</strong>res <strong>de</strong> la nueva aristocracia. Expresó así su filosofía política: “Todas<br />

las comunida<strong>de</strong>s se divi<strong>de</strong>n entre los pocos y los muchos. Los primeros son los ricos y bien nacidos,<br />

los <strong>de</strong>más la masa <strong>de</strong>l pueblo....La gente es alborotadora y cambiante; rara vez juzgan o <strong>de</strong>terminan<br />

el bien. Hay que dar a la primera clase, pues, una participación importante y permanente<br />

en el gobierno....Sólo un cuerpo permanente pue<strong>de</strong> controlar la impru<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia”.<br />

(H. Zinn. “La otra historia <strong>de</strong> los Estados Unidos (Des<strong>de</strong> 1492 hasta hoy)”. Siete Cuentos<br />

Editorial. New York 2001).<br />

14 Rousseau, al hacer la crítica al mo<strong>de</strong>lo constitucional británico incorpora a la iuspublicística contemporánea<br />

la más consecuente crítica a la representación, <strong>de</strong>vela su esencia anti<strong>de</strong>mocrática y<br />

pone <strong>de</strong> relieve sus sillares teóricos, todos antipopulares. Rousseau ponía al pueblo inglés como<br />

ejemplo <strong>de</strong> la pérdida <strong>de</strong> la honra humana por medio <strong>de</strong> su absurdo gobierno, y <strong>de</strong>cía que el inglés<br />

se cree libre, pero en realidad sólo lo es durante la elección <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong>l parlamento, y <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> ésta se convierte en esclavo.<br />

138


PA R T I C I PA C I Ó N, FU N C I Ó N EL E C T O R A L Y FU N C I Ó N D E CO N T R O L Y TR A N S PA R E N C I A SO C I A L<br />

enajena su personalidad, ni voluntad, sino que simplemente ce<strong>de</strong> algo <strong>de</strong><br />

autoridad para que, en su nombre, el mandatario haga <strong>de</strong>terminadas diligencias<br />

y vigila constantemente el cumplimiento <strong>de</strong>l mandato, reservándose<br />

el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> rescindir el mandato en cualquier momento 15 .<br />

La Constitución ecuatoriana <strong>de</strong> 2008 recoge la posibilidad <strong>de</strong> los electores<br />

<strong>de</strong> revocar el mandato <strong>de</strong> los cargos públicos electos. El artículo 61.6<br />

establece: “los ecuatorianos y ecuatorianas gozan <strong>de</strong> los siguientes <strong>de</strong>rechos: (...)<br />

revocar el mandato que hayan conferido a las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> elección popular”.<br />

A diferencia <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1998 que reconocía también la posibilidad<br />

<strong>de</strong> revocatoria <strong>de</strong> mandato, pero sólo para los cargos <strong>de</strong> alcal<strong>de</strong>s, prefectos<br />

y diputados (Arts. 109 a 113 Constitución <strong>de</strong> 1998), la Constitución<br />

ecuatoriana <strong>de</strong> 2008, en la línea inaugurada por la Constitución venezolana<br />

<strong>de</strong> 1999 (Art. 72) y seguida por el proyecto boliviano <strong>de</strong> 2007 (Art.<br />

241.I), no establece con respecto a la posibilidad <strong>de</strong> revocación <strong>de</strong> mandato<br />

ninguna distinción <strong>de</strong> cargos electos, abarcándolos por tanto a todos,<br />

incluido el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República (Art. 145.6) 16 .<br />

Para el inicio <strong>de</strong> un proceso <strong>de</strong> revocatoria <strong>de</strong> mandato se exige el respaldo<br />

<strong>de</strong> un número no inferior al 10% <strong>de</strong> personas inscritas en el registro<br />

electoral correspondiente. Para el caso <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República se<br />

requerirá el respaldo <strong>de</strong> un número no inferior al 15% <strong>de</strong> inscritos en el<br />

registro electoral (Art. 105).<br />

El procedimiento para llevar a cabo el proceso <strong>de</strong> revocación <strong>de</strong> mandato<br />

se fija en los artículos 105 a 107. En ellos se exige que la solicitud <strong>de</strong><br />

revocatoria se presente una vez cumplido el primer año y antes <strong>de</strong>l último<br />

año <strong>de</strong>l período por el que fue elegido la autoridad cuestionada, pudiéndose<br />

realizar sólo un proceso <strong>de</strong> revocatoria <strong>de</strong> mandato en cada período <strong>de</strong><br />

gestión. Asimismo, el Consejo Nacional Electoral una vez acepte la solicitud<br />

presentada por la ciudadanía, convocará en el plazo <strong>de</strong> quince días a<br />

referendo revocatorio que <strong>de</strong>berá efectuarse en los siguientes sesenta días,<br />

siendo el pronunciamiento popular <strong>de</strong> obligatorio cumplimiento. En el<br />

caso <strong>de</strong> revocatoria <strong>de</strong>l mandato la autoridad cuestionada será cesada <strong>de</strong> su<br />

15 J.F. Bulté. Ob. Cit. p. 98.<br />

16 El artículo 145.6 establece: “La Presi<strong>de</strong>nta o Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República cesará en sus funciones y<br />

<strong>de</strong>jará vacante el cargo (...) por revocatoria <strong>de</strong>l mandato, <strong>de</strong> acuerdo con el procedimiento establecido<br />

en la Constitución”.<br />

139


AL B E R T NO G U E R A FE R N Á N D E Z<br />

cargo y será reemplazada. Si las figuras revocadas son la <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte y<br />

Vicepresi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República, el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Asamblea Nacional asumirá<br />

temporalmente la Presi<strong>de</strong>ncia, y en el término <strong>de</strong> cuarenta y ocho<br />

horas, el Consejo Nacional Electoral convocará a elección para dichos cargos.<br />

Quienes resulten elegidos ejercerán sus funciones hasta completar el<br />

período (Art. 146).<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la sustitución <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong> la “representación” por la <strong>de</strong>l<br />

“mandato”, el nuevo texto constitucional ecuatoriano reconoce también<br />

otro conjunto <strong>de</strong> mecanismos <strong>de</strong> la llamada <strong>de</strong>mocracia participativa. Estos<br />

son:<br />

La iniciativa popular normativa. Ésta abarca la facultad <strong>de</strong> los ciudadanos<br />

<strong>de</strong> promover la creación, la reforma o la <strong>de</strong>rogación <strong>de</strong> normas jurídicas<br />

(Art. 103).<br />

En cuanto a la creación <strong>de</strong> normas, los artículos 61.3, 103 y 134.5<br />

reconocen legitimación activa para pro m over la elaboración y apro b a c i ó n<br />

<strong>de</strong> una ley por la Asamblea Nacional a los ciudadanos que estén en goce<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos políticos y cuenten con el respaldo <strong>de</strong> un número no inferior<br />

al 0,25% <strong>de</strong> las personas inscritas en el re g i s t ro electoral, y a las organizaciones<br />

sociales que cuenten con el respaldo <strong>de</strong> por lo menos el 0,25%<br />

<strong>de</strong> los ciudadanos inscritos en el padrón electoral, otorgándoles la posibilidad<br />

<strong>de</strong> part i c i p a r, a través <strong>de</strong> re p resentantes, en los <strong>de</strong>bates que sobre el<br />

p royecto tengan lugar en la Asamblea Nacional. Sin embargo, y en esto<br />

no se ha sido capaz <strong>de</strong> superar la Constitución <strong>de</strong> 1998, se trata <strong>de</strong> una<br />

i n i c i a t i va legislativa popular limitada materialmente. A diferencia <strong>de</strong> la<br />

Constitución <strong>de</strong> Ve n ezuela <strong>de</strong> 1999 (Arts. 204.7 y 205) y <strong>de</strong>l proye c t o<br />

boliviano <strong>de</strong> 2007 (Arts. 163.I.1 y 164.2), que no establecen ningún tipo<br />

<strong>de</strong> límite material en la posibilidad <strong>de</strong> los ciudadanos <strong>de</strong> pro m over la elaboración<br />

<strong>de</strong> leyes, el nuevo proyecto constitucional ecuatoriano <strong>de</strong> 2008,<br />

al igual que su prece<strong>de</strong>nte (Art. 147 Constitución 1998) y otras como la<br />

Constitución española <strong>de</strong> 1978 (Art. 87.3) 1 7 , exc l u ye <strong>de</strong> la iniciativa ciu-<br />

17 Art. 87.3 Constitución española <strong>de</strong> 1978: “Una ley orgánica regulará las formas <strong>de</strong> ejercicio y<br />

requisitos <strong>de</strong> la iniciativa popular para la presentación <strong>de</strong> proposiciones <strong>de</strong> Ley. En todo caso se<br />

exigirán no menos <strong>de</strong> 500.000 firmas acreditadas. No proce<strong>de</strong>rá dicha iniciativa en materias propias<br />

<strong>de</strong> Ley orgánica, tributarias o <strong>de</strong> carácter internacional, ni en lo relativo a la prerrogativa <strong>de</strong><br />

140


PA R T I C I PA C I Ó N, FU N C I Ó N EL E C T O R A L Y FU N C I Ó N D E CO N T R O L Y TR A N S PA R E N C I A SO C I A L<br />

dadana <strong>de</strong>terminadas materias, consi<strong>de</strong>rando por tanto que hay cuestiones<br />

que no pue<strong>de</strong>n ser planteadas directamente por el soberano, concretamente,<br />

en el caso <strong>de</strong>l Ec u a d o r, “p royectos <strong>de</strong> ley que creen, modifiquen o<br />

supriman impuestos, aumenten el gasto público o modifiquen la división polít<br />

i c o - a d m i n i s t ra t i va <strong>de</strong>l país” ( A rt. 135) 1 8 . Sí se establece pero, cosa que no<br />

pasa en España don<strong>de</strong> se fija un “trámite <strong>de</strong> toma en consi<strong>de</strong>ración” <strong>de</strong><br />

la iniciativa por parte <strong>de</strong>l legislativo que pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar no a<strong>de</strong>cuada su<br />

tramitación, evitando así la discusión <strong>de</strong> los proyectos que no son <strong>de</strong>l<br />

agrado <strong>de</strong> la mayoría legislativa (Art. 5 LO R I P ) 1 9 , la obligatoriedad <strong>de</strong><br />

que la Asamblea Nacional trate los proyectos <strong>de</strong> ley presentados por los<br />

ciudadanos en el plazo máximo <strong>de</strong> 180 días, entrando directamente en<br />

vigor si no lo hace.<br />

Con respecto a la legitimación activa para solicitar a la Asamblea<br />

Nacional la reforma o <strong>de</strong>rogación <strong>de</strong> una normas jurídica, se exigirá también<br />

un respaldo <strong>de</strong> un número no inferior al 0,25% <strong>de</strong> las personas inscritas<br />

en el registro electoral. La propuesta <strong>de</strong>berá ser también obligatoriamente<br />

tratada por la Asamblea Nacional en el plazo <strong>de</strong> 180 días, entrando directamente<br />

en vigor si no lo hace.<br />

La consulta popular y el re f e ré n d u m. La consulta popular pue<strong>de</strong> ser convocada<br />

por el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República (Art. 147.14) “s o b re los asuntos que<br />

estime conve n i e n t e s” , por la máxima autoridad <strong>de</strong> los gobiernos <strong>de</strong>scentralizados<br />

autónomos, con la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> las 3/4 partes <strong>de</strong> los integrantes <strong>de</strong>l gobierno<br />

autonómico y “s o b re temas <strong>de</strong> interés para su jurisdicción” , o por iniciativa<br />

gracia”. A<strong>de</strong>más, la Ley Orgánica 3/1984, <strong>de</strong> 26 <strong>de</strong> marzo, sobre la Iniciativa Popular (LORIP),<br />

aña<strong>de</strong> otras materias resultantes <strong>de</strong> la reserva constitucional a favor <strong>de</strong>l Gobierno <strong>de</strong> la iniciativa<br />

legislativa: la iniciativa popular no podrá versar sobre proyectos <strong>de</strong> planificación económica (reservados<br />

al gobierno por el Art. 131 <strong>de</strong> la Constitución) ni sobre los presupuestos generales <strong>de</strong>l<br />

Estado (encomendados a la iniciativa gubernamental por el Art. 134.1 <strong>de</strong> la Constitución).<br />

18 Este artículo 135 es una copia literal <strong>de</strong>l artículo 147 <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1998.<br />

19 En España la iniciativa legislativa popular pue<strong>de</strong> ser no aceptada por la cámara legislativa si se<br />

encuentra en tramitación un proyecto o una proposición <strong>de</strong> ley sobre el mismo objeto, si es reproducción<br />

<strong>de</strong> otra iniciativa popular <strong>de</strong> contenido análogo presentada durante la misma legislatura,<br />

si el texto <strong>de</strong> la proposición verse sobre materias manifiestamente distintas y carentes <strong>de</strong> homogeneidad<br />

entre sí, o si existe previamente una proposición no <strong>de</strong> ley aprobada por una cámara que<br />

verse sobre la misma materia (Art. 5 LORIP).<br />

141


AL B E R T NO G U E R A FE R N Á N D E Z<br />

ciudadana “s o b re cualquier asunto” 2 0 ( A rt. 104). Este artículo fija como límite,<br />

la prohibición <strong>de</strong> los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados o la ciudadanía<br />

<strong>de</strong> solicitar la convocatoria <strong>de</strong> consultas populares referidas a asuntos re l at<br />

i vos a tributos o a la organización político administrativa <strong>de</strong>l país.<br />

En materia <strong>de</strong> organización territorial <strong>de</strong>l Estado, en el caso <strong>de</strong> que diferentes<br />

gobiernos provinciales quieran conformar una región autónoma,<br />

<strong>de</strong>berán elaborar un proyecto <strong>de</strong> ley <strong>de</strong> regionalización que propondrá la<br />

conformación territorial <strong>de</strong> la nueva región, así como un proyecto <strong>de</strong> estatuto<br />

<strong>de</strong> autonomía regional. Una vez aprobado por la Asamblea Nacional<br />

este proyecto <strong>de</strong> ley orgánica se convocará a consulta popular en las provincias<br />

que formarían la región, para que se pronuncien sobre el estatuto regional<br />

21 (Art. 245). Asimismo, las parroquias, cantones o provincias conformados<br />

mayoritariamente por comunida<strong>de</strong>s, pueblos o nacionalida<strong>de</strong>s indígenas,<br />

afroecuatorianos, montubios o ancestrales podrán convocar a consulta<br />

popular para adoptar, bajo la forma <strong>de</strong> circunscripción territorial indígena<br />

o afroecuatoriana, un régimen <strong>de</strong> administración especial (Art. 257).<br />

En todos los casos señalados, para proce<strong>de</strong>r a la convocatoria <strong>de</strong> la consulta<br />

se requerirá <strong>de</strong> control constitucional previo <strong>de</strong> la misma por parte <strong>de</strong><br />

la Corte Constitucional (Art. 438.2).<br />

En cuanto al referéndum, el artículo 420 dice que por solicitud ciudadana<br />

o <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República, se podrá exigir la realización <strong>de</strong> un<br />

referéndum para la ratificación <strong>de</strong> un tratado internacional. Y, los artículos<br />

441 y 442 al hacer referencia al procedimiento <strong>de</strong> reforma constitucional<br />

también hablan, como trataré más a<strong>de</strong>lante, <strong>de</strong> referéndum. Sin embargo, a<br />

diferencia <strong>de</strong> Constituciones como, por ejemplo, la cubana, el proyecto<br />

constitucional boliviano o la propia Constitución española don<strong>de</strong> la dife-<br />

20 En ultimo caso, cuando la consulta sea <strong>de</strong> carácter nacional, el petitorio <strong>de</strong>berá contar con el respaldo<br />

<strong>de</strong> un número no inferior al 5% <strong>de</strong> personas inscritas en el registro electoral, cuando sea <strong>de</strong><br />

carácter local el respaldo será <strong>de</strong> un número no inferior al 10% <strong>de</strong>l padrón correspondiente.<br />

Cuando la consulta sea solicitada por ecuatorianos en el exterior, para asuntos <strong>de</strong> su interés y relacionados<br />

con el Estado ecuatoriano, requerirá el respaldo <strong>de</strong> un número no inferior al 5% <strong>de</strong> los<br />

personas inscritas en el registro <strong>de</strong> la circunscripción especial (Art. 104).<br />

21 Si la consulta fuera aprobada por la mayoría absoluta <strong>de</strong> los votos válidamente emitidos en cada<br />

provincia, entrará en vigencia la ley y su estatuto, y se convocará a elecciones regionales en los<br />

siguientes cuarenta y cinco días para nombrar a las autorida<strong>de</strong>s y representantes correspondientes<br />

(Art. 245).<br />

142


PA R T I C I PA C I Ó N, FU N C I Ó N EL E C T O R A L Y FU N C I Ó N D E CO N T R O L Y TR A N S PA R E N C I A SO C I A L<br />

rencia entre la figura <strong>de</strong> la “consulta popular” y el “referéndum” esta <strong>de</strong>finida<br />

y clara 22 , en la Constitución ecuatoriana existe una cierta confusión<br />

22 La Constitución cubana <strong>de</strong> 1976, reformada en 1992 y 2002, habla <strong>de</strong> “referéndum” en su artículo<br />

75.u (<strong>de</strong>sarrollado en el título IX, Arts. 162 a 170, <strong>de</strong> la Ley Electoral No. 72/92) para referirse<br />

a un proceso <strong>de</strong> toma <strong>de</strong> una <strong>de</strong>cisión directa en las urnas, a favor o en contra <strong>de</strong> algo, por parte<br />

<strong>de</strong> la ciudadanía. Mientras que en su artículo 75.b <strong>de</strong> “consulta popular” para referirse a la puesta<br />

en discusión e intercambio <strong>de</strong> opiniones entorno a una ley antes <strong>de</strong> que la Asamblea Nacional la<br />

apruebe, modifique o <strong>de</strong>rogue, así por ejemplo, el propio anteproyecto <strong>de</strong> Constitución <strong>de</strong>l 76 fue<br />

discutido por 6.200.000 personas, agrupadas en las organizaciones políticas y <strong>de</strong> masas, así como<br />

los combatientes en las unida<strong>de</strong>s militares y los colectivos <strong>de</strong> las misiones en el exterior. Más <strong>de</strong><br />

16.000 personas propusieron modificaciones y adiciones, respaldadas por 600.000 participantes<br />

en asambleas, con respecto al preámbulo y a 60 <strong>de</strong> los 141 artículos <strong>de</strong>l anteproyecto. Con posterioridad,<br />

diferentes proyectos <strong>de</strong> Ley han sido también discutidos masivamente: la Ley No. 16 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>de</strong> la Niñez y la Juventud, <strong>de</strong> 28 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1978; la Ley No. 12 <strong>de</strong>l Código Penal, <strong>de</strong> 15<br />

<strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1979; la Ley No. 49 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Trabajo, <strong>de</strong> 28 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1984; o, la Ley<br />

No. 36 <strong>de</strong> Cooperativas <strong>de</strong> Producción Agropecuarias, <strong>de</strong> 22 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1982, y la Ley No. 48<br />

General <strong>de</strong> Viviendas, <strong>de</strong> 27 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1984 -estas dos últimas en sectores específicos y competentes<br />

para su contenido-. Los llamados “Parlamentos Obreros” -<strong>de</strong>bates efectuados por la<br />

Confe<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> Trabajadores <strong>de</strong> Cuba (CTC) en los centros <strong>de</strong> trabajo- se reunieron en 1993<br />

para discutir las medidas para enfrentar el Período Especial y en 1996 el alcance <strong>de</strong> la Ley No. 73<br />

<strong>de</strong>l Sistema Tributario <strong>de</strong> 1994. Las “Asambleas Campesinas” fueron consultadas en el año 2001<br />

sobre el proyecto <strong>de</strong> Ley <strong>de</strong> Cooperativas (Ver: A. Noguera. “La participación popular en Cuba.<br />

Análisis jurídico y propuestas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l contexto cubano para su perfeccionamiento”. En Foro<br />

Internacional. Centro <strong>de</strong> Estudios Internacionales. 185:XLV1-3. México. 2006. pp. 493-512).<br />

En el mismo sentido, el proyecto constitucional boliviano <strong>de</strong> 2007 habla <strong>de</strong> “referéndum” para<br />

referirse al proceso <strong>de</strong> dirimir una cuestión <strong>de</strong>terminada en las urnas por parte <strong>de</strong> los ciudadanos,<br />

mientras que habla <strong>de</strong> “consulta” para referirse a la discusión e intercambio <strong>de</strong> opiniones con la<br />

ciudadanía <strong>de</strong> forma previa a la toma <strong>de</strong> una <strong>de</strong>cisión por parte <strong>de</strong> las instituciones, así por ejemplo<br />

el Art. 316.I, dice: “La función <strong>de</strong>l Estado en la economía consiste en: Conducir el proceso <strong>de</strong><br />

planificación económica y social, con participación y consulta Ciudadana”, o el Art. 30.II.15,<br />

señala: “Los pueblos y naciones indígenas originarios campesinos tienen <strong>de</strong>recho a: (...)A ser consultados<br />

mediante procedimientos apropiados, y en particular a través <strong>de</strong> sus instituciones, cada<br />

vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles <strong>de</strong> afectarles. En este marco,<br />

se respetará y garantizará el <strong>de</strong>recho a la consulta previa obligatoria, realizada por el Estado, <strong>de</strong><br />

buena fe y concertada, respecto a la explotación <strong>de</strong> los recursos naturales no renovables en el territorio<br />

que habitan”.<br />

En la Constitución española <strong>de</strong> 1978 también se <strong>de</strong>ja clara esta distinción, el referéndum es el proceso<br />

electoral <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión ciudadana sobre un tema a través <strong>de</strong> las urnas y la consulta el proceso<br />

previo <strong>de</strong> intercambio <strong>de</strong> opiniones con los afectados antes <strong>de</strong> que la administración tome una<br />

<strong>de</strong>cisión. Pue<strong>de</strong> ser como señala el artículo 149.1.32 <strong>de</strong> la Constitución que la consulta popular<br />

previa se haga por medio <strong>de</strong> recurrir a las urnas, esto es por medio <strong>de</strong> referéndum: “El Estado tiene<br />

143


AL B E R T NO G U E R A FE R N Á N D E Z<br />

entre ambas figuras, no estando claro <strong>de</strong> porqué en <strong>de</strong>terminados artículos<br />

se usa la expresión “consulta popular” y en otros la <strong>de</strong> “referéndum” pues<br />

ambas figuras tienen en el texto idénticas características: pue<strong>de</strong>n ser convocadas<br />

por los mismos sujetos (Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República, gobiernos <strong>de</strong>scentralizados<br />

autónomos y ciudadanía); rigen, para su convocatoria, los mismos<br />

plazos y exigen la misma mayoría para que el asunto que proponen sea<br />

aprobado; y, su resultado es obligatorio y <strong>de</strong> inmediato cumplimiento (Art.<br />

106) 23 . Entonces, ¿dón<strong>de</strong> esta la diferencia entre ambas figuras y porque en<br />

unos lugares <strong>de</strong> habla <strong>de</strong> consulta popular y en otros <strong>de</strong> referéndum?<br />

Pe ro, al margen <strong>de</strong> esta cuestión, en lo re f e rente al uso <strong>de</strong>l re f e rendo para<br />

la ratificación <strong>de</strong> tratados internacionales, la nueva Constitución ecuatoriana<br />

queda lastimosamente lejos <strong>de</strong> los logros <strong>de</strong>mocráticos alcanzados por el proyecto<br />

<strong>de</strong> Constitución boliviana <strong>de</strong> 2007 que exige, en su artículo 258.II, la<br />

celebración obligatoria <strong>de</strong> re f e rendo para la ratificación <strong>de</strong> aquellos tratados<br />

que hacen re f e rencia a <strong>de</strong>terminadas materias 2 4 , así como cualquier otro<br />

cuando así lo solicite el 5% <strong>de</strong> los ciudadanos inscritos en el padrón electoral<br />

competencia exclusiva para autorizar la convocatoria <strong>de</strong> consultas populares por vía <strong>de</strong> referéndum”,<br />

por tanto se tiene claro que las <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> los ciudadanos sobre un tema concreto por vía<br />

<strong>de</strong> las urnas es un referéndum, la consulta hace referencia a otros procedimientos como encuestas,<br />

audiencias públicas, foros <strong>de</strong> participación, etc., el artículo 122 <strong>de</strong>l nuevo Estatuto <strong>de</strong> Autonomía<br />

<strong>de</strong> Cataluña, dice: “Correspon<strong>de</strong> a la Generalitat la competencia exclusiva para el establecimiento <strong>de</strong>l<br />

régimen jurídico, las modalida<strong>de</strong>s, el procedimiento y la convocatoria por la misma Generalitat o por<br />

los entes locales, en el ámbito <strong>de</strong> sus competencias, <strong>de</strong> encuestas, audiencias públicas, foros <strong>de</strong> participación<br />

y cualquier otro instrumento <strong>de</strong> consulta popular, salvo el que dispone el artículo 149.1.32 <strong>de</strong> la<br />

Constitución”.<br />

23 Art. 106: “El Consejo Nacional Electoral, una vez que conozca la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> la Presi<strong>de</strong>nta o<br />

Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República o <strong>de</strong> los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados, o acepte la solicitud<br />

presentada por la ciudadanía, convocará en el plazo <strong>de</strong> quince días a referéndum, consulta popular<br />

o revocatoria <strong>de</strong>l mandato, que <strong>de</strong>berá efectuarse en los siguientes sesenta días.<br />

Para la aprobación <strong>de</strong> un asunto propuesto a referéndum, consulta popular o revocatoria <strong>de</strong>l mandato,<br />

se requerirá la mayoría absoluta <strong>de</strong> los votos válidos, salvo la revocatoria <strong>de</strong> la Presi<strong>de</strong>nta o<br />

Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República en cuyo caso se requerirá la mayoría absoluta <strong>de</strong> los sufragantes.<br />

El pronunciamiento popular será <strong>de</strong> obligatorio e inmediato cumplimiento. En el caso <strong>de</strong> revocatoria<br />

<strong>de</strong>l mandato la autoridad cuestionada será cesada <strong>de</strong> su cargo y será reemplazada por quien<br />

corresponda <strong>de</strong> acuerdo con la Constitución”.<br />

24 Concretamente: integración monetaria, alteración <strong>de</strong> límites territoriales, integración económica<br />

estructural y cesión <strong>de</strong> competencias <strong>constitucionales</strong> a organismos internacionales o supranacionales.<br />

144


PA R T I C I PA C I Ó N, FU N C I Ó N EL E C T O R A L Y FU N C I Ó N D E CO N T R O L Y TR A N S PA R E N C I A SO C I A L<br />

o el 35% <strong>de</strong> los diputados (Art. 260). La Constitución ecuatoriana pre vé, en<br />

materia <strong>de</strong> ratificación <strong>de</strong> tratados internacionales, el uso <strong>de</strong>l re f e rendo como<br />

un mecanismo subsidiario, no obligatorio en ningún caso constitucionalmente<br />

preestablecido, sino cuando así lo <strong>de</strong>cida arbitrariamente el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la<br />

República o lo soliciten expresamente los ciudadanos (Art. 420) 2 5 .<br />

En Ecuador, la ratificación <strong>de</strong> los tratados sobre aquellas materias que<br />

en el proyecto boliviano exigen <strong>de</strong> referendo, más algunas otras 26 , exigirán<br />

sólo la ratificación <strong>de</strong>l legislativo (Art. 419). En el resto <strong>de</strong> tratados sobre<br />

otras materias, el nuevo proyecto otorga al Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República la<br />

potestad exclusiva <strong>de</strong> ratificar los tratados internacionales <strong>de</strong>biendo sólo<br />

informar <strong>de</strong> ello al legislativo (Art. 418).<br />

Si bien sí es cierto que el conjunto <strong>de</strong> materias que en la nueva<br />

Constitución ecuatoriana exigen <strong>de</strong> ratificación <strong>de</strong>l legislativo es lo suficientemente<br />

amplio para que pueda haber un real control <strong>de</strong>mocrático sobre la<br />

política exterior <strong>de</strong>l Ejecutivo, en tanto que los tratados internacionales no<br />

sólo implican <strong>de</strong>rechos y obligaciones para el Estado sino también <strong>de</strong>rechos<br />

y obligaciones para los ciudadanos, por lo tanto, comprometen al país en su<br />

máximo nivel, también es cierto que hubiera sido mucho mejor que este<br />

control, en aquellas materias <strong>de</strong> especial trascen<strong>de</strong>ncia, se tuviera que ejercer<br />

<strong>de</strong> manera obligatoria directamente por la ciudadanía mediante referéndum<br />

y no por el legislativo, como así establece el proyecto boliviano, y esto<br />

más allá <strong>de</strong> establecer la cláusula abierta que confiere la posibilidad <strong>de</strong> que<br />

el Presi<strong>de</strong>nte o los ciudadanos puedan solicitar la ratificación popular <strong>de</strong> un<br />

tratado en otras materias o, incluso los ciudadanos puedan solicitar al<br />

Ejecutivo que inicie las negociaciones para la adhesión al Tratado, como sí<br />

establece la nueva Constitución ecuatoriana.<br />

Las audiencias públicas, veedurías, asambleas, cabildos populares, consejos<br />

consultivos y observatorios. El artículo 100 establece la posibilidad <strong>de</strong><br />

25 En caso <strong>de</strong> <strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong> un tratado aprobado por la ciudadanía en referéndum se requerirá el<br />

mismo procedimiento que lo aprobó (Art. 420).<br />

26 Estas son: establecimiento <strong>de</strong> alianzas políticas y militares, cuando impliquen expedir, modificar o<br />

<strong>de</strong>rogar una ley, los referidos a <strong>de</strong>rechos y garantías <strong>constitucionales</strong> y a la política económica <strong>de</strong>l<br />

Estado y cuando comprometan el patrimonio natural, en especial el agua, la biodiversidad y su<br />

patrimonio genético.<br />

145


AL B E R T NO G U E R A FE R N Á N D E Z<br />

que para garantizar la participación ciudadana en la elaboración <strong>de</strong> planes y<br />

políticas nacionales, locales y sectoriales, para <strong>de</strong>finir agendas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo<br />

y elaborar presupuestos participativos en los distintos niveles <strong>de</strong> gobierno,<br />

así como para crear mecanismos <strong>de</strong> rendición <strong>de</strong> cuentas y control social, la<br />

ciudadanía pueda organizar audiencias públicas, veedurías, asambleas,<br />

cabildos populares, consejos consultivos, observatorios, así como otras instancias.<br />

La i n i c i a t i va popular <strong>de</strong> re f o rma constitucional y constituye n t e . L a<br />

n u e va Constitución establece dos modalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> reforma parcial <strong>de</strong> la<br />

Constitución. Una modalidad (Art. 442) que se re f i e re a la “re f o rma parcial<br />

que no suponga una restricción en los <strong>de</strong>rechos y garantías <strong>constitucionales</strong>,<br />

ni modifique el procedimiento <strong>de</strong> re f o rma <strong>de</strong> la Constitución” , re f o r m a<br />

que pue<strong>de</strong> ser pro m ovida por el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República, la Asamblea<br />

Nacional o los ciudadanos, siempre que cuenten con un respaldo <strong>de</strong> al<br />

menos el 1% <strong>de</strong> los inscritos en el censo electoral, y que una vez haya sido<br />

tramitada y aprobada en la Asamblea Nacional <strong>de</strong>be ser ratificada popularmente<br />

mediante re f e réndum. Este es un procedimiento que está en conc<br />

o rdancia con la línea establecida por las últimas Constituciones latinoamericanas,<br />

tanto por el elemento <strong>de</strong>mocrático plasmado en la obligación<br />

<strong>de</strong> ratificación popular <strong>de</strong> cualquier reforma <strong>de</strong>l texto constitucional 2 7 c o s a<br />

que las diferencia <strong>de</strong> las Constituciones europeas don<strong>de</strong> las reformas <strong>constitucionales</strong><br />

se hacen por el parlamento y <strong>de</strong> espaldas a la ciudadanía 2 8 ;<br />

27 El proyecto constitucional boliviano <strong>de</strong> 2007, en su artículo 411, dice: “(...) la reforma parcial<br />

podrá iniciarse por iniciativa popular, con la firma <strong>de</strong> al menos el 20% <strong>de</strong>l electorado, o por la<br />

Asamblea Legislativa Plurinacional, mediante Ley <strong>de</strong> reforma constitucional aprobada por mayoría<br />

absoluta. Cualquier reforma parcial necesitará referendo constitucional aprobatorio”. En la<br />

misma dirección va la Constitución venezolana <strong>de</strong> 1999 (Art. 242-346).<br />

28 En muchas Constituciones europeas, amparándose en los mitos <strong>de</strong> la “representación=<strong>de</strong>mocracia”<br />

y “legalidad=legitimidad”, la competencia para modificar la Constitución recae en el parlamento<br />

sin intervención <strong>de</strong>l pueblo. Son ejemplos <strong>de</strong> ello: la Constitución portuguesa <strong>de</strong> 1976 que establece<br />

que la reforma constitucional <strong>de</strong>be ser aprobada por los dos tercios <strong>de</strong> los diputados en el<br />

cargo, no antes <strong>de</strong> que hayan transcurrido cinco años <strong>de</strong> la reforma prece<strong>de</strong>nte. Si no han transcurrido<br />

cinco años se necesita una mayoría <strong>de</strong> cuatro quintos (Arts. 284 y 286); o la Ley<br />

Fundamental Alemana que pue<strong>de</strong> ser modificada por una ley que cuente con la aprobación <strong>de</strong> con<br />

dos terceras partes <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong>l Bun<strong>de</strong>stag y con dos tercios <strong>de</strong> los votos <strong>de</strong>l Bun<strong>de</strong>srat<br />

146


PA R T I C I PA C I Ó N, FU N C I Ó N EL E C T O R A L Y FU N C I Ó N D E CO N T R O L Y TR A N S PA R E N C I A SO C I A L<br />

como por la garantía <strong>de</strong> prohibición <strong>de</strong> re g resividad <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos y garant<br />

í a s 2 9 .<br />

No obstante, el texto establece también otra modalidad (Art. 441), re f e r ida<br />

a “la enmienda <strong>de</strong> uno o varios artículos <strong>de</strong> la Constitución que no altere su<br />

e s t ru c t u ra fundamental, o el carácter y elementos constitutivos <strong>de</strong>l Es t a d o, que no<br />

e s t a b l e zca restricciones a los <strong>de</strong>rechos y garantías, o que no modifique el pro c e d imiento<br />

<strong>de</strong> re f o rma <strong>de</strong> la Constitución” . En este último caso, la reforma se podrá<br />

realizar: mediante re f e réndum solicitado por la Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República o<br />

por la ciudadanía con el respaldo <strong>de</strong> al menos el 8% <strong>de</strong> las personas inscritas<br />

en el padrón; o bien, por <strong>de</strong>cisión y aprobación <strong>de</strong> dos terceras partes <strong>de</strong> los<br />

m i e m b ros <strong>de</strong> la Asamblea Nacional, sin necesidad <strong>de</strong> re f e réndum ratificatorio.<br />

La introducción <strong>de</strong> esta segunda opción plantea diversos problemas<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la teoría constitucional <strong>de</strong>mocrática y <strong>de</strong> las<br />

garantías <strong>de</strong> respeto <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong>l constituyente.<br />

Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la teoría constitucional <strong>de</strong>mocrática, la<br />

actuación <strong>de</strong>l parlamento <strong>de</strong>be estar siempre limitada por el principio <strong>de</strong> la<br />

soberanía popular. La soberanía resi<strong>de</strong> en el pueblo y no en el parlamento<br />

que es sólo su representante, por eso, en aquellos supuestos don<strong>de</strong> ya se ha<br />

pronunciado directamente la soberanía popular, como es el caso <strong>de</strong> una<br />

aprobación <strong>de</strong> la Constitución por vía <strong>de</strong> referéndum, los parlamentos no<br />

pue<strong>de</strong>n actuar libremente, sino que necesitan <strong>de</strong> ratificación popular. Esto<br />

hace que cualquier posibilidad <strong>de</strong> reforma <strong>de</strong> la Constitución, expresión<br />

directa <strong>de</strong> la voluntad popular, por parte <strong>de</strong>l parlamento sin preguntarle a<br />

la ciudadanía sea inaceptable.<br />

(Art. 69). En otros casos, como la Constitución española <strong>de</strong> 1978, con excepción <strong>de</strong> los casos <strong>de</strong><br />

reforma total y <strong>de</strong> reforma <strong>de</strong> ciertas partes <strong>de</strong>licadas (entre ellas la relativa a los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> libertad)<br />

don<strong>de</strong> el procedimiento a seguir es más complejo, en el resto <strong>de</strong> casos, los proyectos <strong>de</strong> reforma<br />

son adoptados por las dos cámaras por una mayoría <strong>de</strong> tres quintos, y posteriormente sólo<br />

serán puestos a ratificación popular siempre que un décimo <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las dos<br />

cámaras así lo requiera, pero si estos no lo requieren, no (Art. 167).<br />

29 Tanto la Constitución venezolana <strong>de</strong> 1999 como el proyecto boliviano <strong>de</strong> 2007, reconocen en sus<br />

artículos 19 y 13.1 respectivamente, el principio <strong>de</strong> progresividad <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, <strong>de</strong>l cual se <strong>de</strong>riva<br />

la prohibición <strong>de</strong> regresividad <strong>de</strong> los mismos. A<strong>de</strong>más, estas Constituciones otorgan rango constitucional<br />

a los tratados internacionales <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos (Art. 23 Constitución venezolana y<br />

Art. 257.I <strong>de</strong>l proyecto boliviano), entre los que se encuentran algunos como el Protocolo <strong>de</strong> San<br />

Salvador que en su artículo 4 prohíbe la regresividad en materia <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos.<br />

147


AL B E R T NO G U E R A FE R N Á N D E Z<br />

Y, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> las garantías <strong>de</strong> respeto <strong>de</strong> la voluntad<br />

constituyente, la posibilidad <strong>de</strong> reforma constitucional unilateral por el parlamento,<br />

unido a que el artículo 443 dice que será la Corte Constitucional<br />

la que <strong>de</strong>cidirá cual <strong>de</strong> las dos modalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> reforma parcial <strong>de</strong> la<br />

Constitución opera en cada caso (esta interpreta cuando la reforma afecta<br />

o no a la estructura fundamental, al carácter y elementos constitutivos <strong>de</strong>l<br />

Estado o a la restricción <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos y garantías, y por tanto cuando pue<strong>de</strong><br />

activarse o no la segunda modalidad <strong>de</strong> reforma parcial aquí presentada),<br />

hace que en un posible futuro contexto <strong>de</strong> composición no progresista <strong>de</strong><br />

los magistrados <strong>de</strong> la Corte Constitucional ni <strong>de</strong> la Asamblea Nacional, esta<br />

última, con la connivencia <strong>de</strong> la Corte, pueda vaciar <strong>de</strong> contenido todo el<br />

texto constitucional. Un ejemplo claro <strong>de</strong> ello en los últimos años ha sido<br />

Brasil. La Constitución salida <strong>de</strong> la Asamblea Constituyente brasileña <strong>de</strong><br />

1988 era un texto <strong>de</strong> los más progresistas <strong>de</strong> su época, especialmente en<br />

materia <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos sociales, sin embargo, aunque el artículo 5.XXXVI<br />

reconocía: “La ley no perjudicará los <strong>de</strong>rechos adquiridos, los actos jurídicos<br />

perfectos ni la cosa juzgada”, el Tribunal Supremo Fe<strong>de</strong>ral, <strong>de</strong> composición<br />

conservadora, interpretó durante el período <strong>de</strong> reforma neoliberal <strong>de</strong>l país,<br />

que el término “ley” no abarcaba al procedimiento legislativo <strong>de</strong> aprobación<br />

<strong>de</strong> enmiendas <strong>constitucionales</strong> por el Congreso sino sólo a los procesos<br />

legislativos infra<strong>constitucionales</strong>, lo que permitió a este aprobar por dos tercios<br />

<strong>de</strong> sus miembros, y sin necesidad <strong>de</strong> preguntarle a la ciudadanía, todo<br />

un conjunto <strong>de</strong> enmiendas <strong>constitucionales</strong> que vaciaron <strong>de</strong> contenido los<br />

<strong>de</strong>rechos sociales originariamente reconocidos 30 .<br />

30 En marzo <strong>de</strong> 1994, tuvieron lugar las segundas elecciones presi<strong>de</strong>nciales <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el retorno <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>mocracia en Brasil, imponiéndose el candidato <strong>de</strong>l Partido <strong>de</strong> la Social Democracia Brasileña<br />

(PSDB), Fernando Henrique Cardoso, frente a su oponente Luís Inásio Lula da Silva, <strong>de</strong>l Partido<br />

<strong>de</strong> los Trabajadores (PT). Durante su mandato, Cardoso, que en 1997 presentó un proyecto <strong>de</strong><br />

Enmienda Constitucional, aprobada por las dos cámaras (EC No. 16 <strong>de</strong> 4 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1997), para<br />

permitir su reelección como Presi<strong>de</strong>nte, llevó a cabo una transformación económica neoliberal <strong>de</strong>l<br />

país sustentada sobre tres pilares estructurales complementarios. Dos los llevó a cabo a través <strong>de</strong><br />

enmiendas <strong>constitucionales</strong>, y la tercera a través <strong>de</strong> legislación infraconstitucional.<br />

La primera transformación sustantiva <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n económico fue la “extinción <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadas restricciones<br />

al capital extranjero”. La Enmienda Constitucional No. 6, <strong>de</strong> 15 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1995,<br />

suprimió el artículo 171 <strong>de</strong> la Constitución, que protegía la empresa nacional frente a la extranjera.<br />

Asimismo, la misma enmienda modificó la redacción <strong>de</strong>l artículo 176 para permitir que la<br />

148


PA R T I C I PA C I Ó N, FU N C I Ó N EL E C T O R A L Y FU N C I Ó N D E CO N T R O L Y TR A N S PA R E N C I A SO C I A L<br />

En consecuencia, hubiera sido mucho mejor establecer una sola opción<br />

<strong>de</strong> reforma parcial <strong>de</strong> la Constitución, manteniéndose la prohibición <strong>de</strong><br />

regresividad <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, con posibilidad <strong>de</strong> promoverla por el Presi<strong>de</strong>nte<br />

explotación y aprovechamiento <strong>de</strong> los recursos minerales y <strong>de</strong>l potencial <strong>de</strong> energía eléctrica,<br />

pudieran ser concedidos a empresas constituidas en virtud <strong>de</strong> las leyes brasileñas pero eximidas <strong>de</strong><br />

la obligación <strong>de</strong> estar bajo control <strong>de</strong> capital estatal.<br />

La segunda línea <strong>de</strong> reformas a nivel económico fue la llamada “flexibilización <strong>de</strong> los monopolios<br />

estatales”. La Enmienda Constitucional, No.5 <strong>de</strong> 15 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1995 alteró la redacción <strong>de</strong>l artículo<br />

25.2, abriendo a los Estados fe<strong>de</strong>rados la posibilidad <strong>de</strong> conce<strong>de</strong>r a empresas privadas la<br />

explotación <strong>de</strong> los servicios públicos locales <strong>de</strong> distribución <strong>de</strong> gas canalizado, que anteriormente<br />

solo podían ser <strong>de</strong>legados a empresas bajo el control accionario <strong>de</strong>l Estado. Lo mismo paso en relación<br />

con los servicios <strong>de</strong> telecomunicaciones y radiodifusión, en los que la En m i e n d a<br />

Constitucional No. 8, también <strong>de</strong> 15 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1995, modificó el texto <strong>de</strong> los incisos XI y XII<br />

<strong>de</strong>l artículo 21, que sólo admitían concesión a empresa estatal. En el área <strong>de</strong>l petróleo, la<br />

Enmienda Constitucional No. 9 rompió también el monopolio estatal permitiendo al Estado contratar<br />

con empresas privadas, lo que estaba prohibido por el Art. 177.1.<br />

Y, la tercera transformación económica <strong>de</strong> relevo, llamada “proceso <strong>de</strong> privatización”, se llevó a<br />

cabo sin modificación constitucional, sino a través principalmente <strong>de</strong> las Leyes 8.031 <strong>de</strong> 12 <strong>de</strong><br />

abril <strong>de</strong> 1990, que instituyó el “Programa Nacional <strong>de</strong> <strong>de</strong>sestatalización”, <strong>de</strong>spués sustituida por la<br />

Ley 9.491 <strong>de</strong> 9 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1997. Este programa supuso la venta al sector privado <strong>de</strong> entida<strong>de</strong>s<br />

estatales, tanto las que realizaban activida<strong>de</strong>s económicas como las que prestaban servicios públicos,<br />

así como la concesión administrativa <strong>de</strong> servicios públicos a empresas privadas. En el plano<br />

fe<strong>de</strong>ral fueron privatizadas empresas <strong>de</strong>l sector petroquímico, si<strong>de</strong>rúrgico, metalúrgico, <strong>de</strong> fertilizantes,<br />

<strong>de</strong> telecomunicaciones, etc.<br />

Evi<strong>de</strong>ntemente, estos pilares o medidas <strong>de</strong> transformación económica estructural <strong>de</strong>l país fueron<br />

acompañadas <strong>de</strong> otras reformas <strong>constitucionales</strong> ten<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> vaciar <strong>de</strong> contenido los <strong>de</strong>rechos<br />

sociales reconocidos por la Constitución <strong>de</strong> 1988. En el “Informe <strong>de</strong> la sociedad civil sobre el cumplimiento<br />

por parte <strong>de</strong> Brasil <strong>de</strong>l PIDESC”, realizado en el año 2000 por la Comisión <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos<br />

humanos <strong>de</strong> la Cámara <strong>de</strong> diputados <strong>de</strong> este país, se pone <strong>de</strong> manifiesto como durante la década<br />

<strong>de</strong> los 90 se llevó a cabo, por vía <strong>de</strong> enmiendas <strong>constitucionales</strong> aprobadas mediante el procedimiento<br />

legislativo establecido en el artículo 60, un proceso regresivo o <strong>de</strong> (<strong>de</strong>s)constitucionalización<br />

<strong>de</strong> gran parte <strong>de</strong>l contenido <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos sociales. Para poner sólo un ejemplo <strong>de</strong> las <strong>de</strong>cenas<br />

que hay, la Enmienda Constitucional No. 20 <strong>de</strong> 15 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1998, reformó la seguridad<br />

social suponiendo la implementación <strong>de</strong> la estrategia mercantilista el gobierno en el área <strong>de</strong> la<br />

seguridad social, así como la supresión <strong>de</strong>l carácter universal y humanitario <strong>de</strong> la seguridad social,<br />

dificultando la concesión <strong>de</strong> beneficios o eliminando su función social. Algunas <strong>de</strong> las medidas que<br />

esta enmienda constitucional implementó fueron: restricciones al gozo <strong>de</strong> beneficios assistenciales<br />

a discapacitados físicos y personas mayores necesitadas, mediante la fijación <strong>de</strong> criterios rigurosos<br />

para la concesión <strong>de</strong> beneficios; anulación <strong>de</strong> beneficios bajo alegación <strong>de</strong> frau<strong>de</strong>; imposición <strong>de</strong><br />

obligaciones tales como la realización <strong>de</strong> estudios periciales, realizados exclusivamente por el INSS,<br />

obligando a personas discapacitadas a <strong>de</strong>splazamientos en condiciones precarias a otras localida<strong>de</strong>s<br />

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AL B E R T NO G U E R A FE R N Á N D E Z<br />

<strong>de</strong> la República, los ciudadanos y la Asamblea Nacional, tramitada y aprobada<br />

por la Asamblea y ratificada mediante referéndum.<br />

Con respecto a la iniciativa constituyente, cualquier nueva Asamblea<br />

Constituyente <strong>de</strong>berá ser activada a través <strong>de</strong> consulta popular, que podrá<br />

ser promovida por el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República, dos terceras partes <strong>de</strong> la<br />

Asamblea Nacional o por el 12% <strong>de</strong> los ciudadanos inscritos en el registro<br />

electoral. La nueva Constitución para su entrada en vigencia <strong>de</strong>berá ser<br />

aprobada mediante referéndum popular (Art. 444).<br />

IV. Superación <strong>de</strong> la tripartición <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res: Función <strong>de</strong><br />

transparencia y control social y Función electoral<br />

Como corolario natural a la figura <strong>de</strong> la “representación” está la “tripartición<br />

<strong>de</strong> po<strong>de</strong>res”. Para evitar los posibles abusos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los representantes,<br />

lo que hay que hacer, <strong>de</strong>cía Montesquieu, era dividir el po<strong>de</strong>r en tres (legislativo,<br />

ejecutivo y judicial) con capacidad cada uno <strong>de</strong> ello <strong>de</strong> limitar el<br />

po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l otro. La tripartición <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res (cuyo origen está en la división<br />

<strong>de</strong> po<strong>de</strong>res en Inglaterra entre monarquía, nobleza y comunes o burguesía),<br />

es un sistema <strong>de</strong> autocontrol <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r, ejercida <strong>de</strong> manera separada <strong>de</strong>l<br />

pueblo, mediante unos mecanismos <strong>de</strong> “pesos y contrapesos” entre los<br />

po<strong>de</strong>res <strong>de</strong>l Estado 31 . Para Rousseau, la tripartición <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res era también<br />

don<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r hacerse estos estudios periciales; etc (Ver: L.R. Barroso. “Dez anos da Constituiçao<br />

<strong>de</strong> 1988 (Foi bom para voce também?)”. En VV.AA. “O direito público en tempos <strong>de</strong> crise”.<br />

Livreria do adrogado. Porto Alegre. 1999. pp. 199-203; D. Sarmiento. “Livres e iguais: Estudos <strong>de</strong><br />

direito constitucional”. Lumen Juris. Rio <strong>de</strong> Janiero. 2006. p. 24-30; y, Cámara dos diputados.<br />

Comissao <strong>de</strong> Direitos Humanos. “O Brasil e o pacto Internacional <strong>de</strong> Direitos Económicos,<br />

Sociais e Culturais”. Informe <strong>de</strong> la Sociedad Civil sobre el cumplimiento por Brasil <strong>de</strong>l PIDESC”.<br />

Brasilia. 2000).<br />

31 Hans Kelsen, gran crítico <strong>de</strong> la tripartición <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res, sentenció: “Pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento que las<br />

constituciones mo<strong>de</strong>rnas prohíben expresamente toda vinculación formal <strong>de</strong>l diputado a las instrucciones<br />

<strong>de</strong> sus electores, y hacen jurídicamente in<strong>de</strong>pendientes las resoluciones <strong>de</strong>l parlamento<br />

<strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong>l pueblo, pier<strong>de</strong> todo fundamento positivo la afirmación <strong>de</strong> que la voluntad <strong>de</strong>l<br />

parlamento es la voluntad <strong>de</strong>l pueblo, y se convierte en una pura ficción (inconciliable con la realidad<br />

jurídica. (...) Es una exigencia <strong>de</strong>mocrática evi<strong>de</strong>nte que al pueblo <strong>de</strong>be correspon<strong>de</strong>r no sólo<br />

la legislación, sino también una ejecución lo más directa posible. Así, pues, la separación <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res<br />

es contraria al principio <strong>de</strong>mocrático, que trata <strong>de</strong> unirlas todas en el pueblo” (H. Kelsen.<br />

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PA R T I C I PA C I Ó N, FU N C I Ó N EL E C T O R A L Y FU N C I Ó N D E CO N T R O L Y TR A N S PA R E N C I A SO C I A L<br />

un absurdo nacido <strong>de</strong> la estamentación feudal que no tenía razón <strong>de</strong> ser en<br />

la mo<strong>de</strong>rnidad, pues es absurdo que el control <strong>de</strong> los representantes lo ejerzan<br />

ellos mismos y no los propios representados directamente.<br />

En consecuencia, la única manera <strong>de</strong> establecer una Constitución<br />

<strong>de</strong>mocrática que organice un gobierno que jamás pueda superar la voluntad<br />

<strong>de</strong>l soberano popular, es mediante la creación en ella <strong>de</strong> un tipo <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />

popular autónomo no vinculado a los límites <strong>de</strong> la estructura <strong>de</strong> la tripartición<br />

<strong>de</strong> po<strong>de</strong>res, con capacidad <strong>de</strong> ejercer control <strong>de</strong>mocrático y “po<strong>de</strong>r<br />

negativo” 32 sobre los gobernantes. Esto permite romper el esquema que<br />

entien<strong>de</strong> la soberanía fundada sobre la representación política, e incorporar<br />

el equilibrio (bipartición) entre soberano popular (ciudadanos) y po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l<br />

gobierno.<br />

La nueva Constitución ecuatoriana rompe la estructura tradicional <strong>de</strong>l<br />

Estado liberal basada en la tripartición <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res y crea una estructura <strong>de</strong><br />

cinco po<strong>de</strong>res. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los tres tradicionales crea (en el Capítulo quinto<br />

<strong>de</strong>l Titulo IV “Participación y organización <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r”) este po<strong>de</strong>r popular<br />

autónomo <strong>de</strong> ejercicio <strong>de</strong> control <strong>de</strong>mocrático y po<strong>de</strong>r negativo al que<br />

<strong>de</strong>nomina Po<strong>de</strong>r o “Función <strong>de</strong> transparencia y control social” y a<strong>de</strong>más, el<br />

Po<strong>de</strong>r o “Función Electoral”, ubicado en el Capítulo sexto <strong>de</strong>l mismo<br />

Título.<br />

Los antece<strong>de</strong>ntes, en el continente americano, <strong>de</strong> esta estructura <strong>de</strong>l<br />

Estado rupturista con la tripartición <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res los encontramos ya en el<br />

“Teoría General <strong>de</strong>l Estado”. Editorial Labor, S.A. Barcelona-Madrid-Buenos Aires, 1934. pp. 402<br />

y 457).<br />

32 Cuando hablo <strong>de</strong> “po<strong>de</strong>r negativo” me refiero a una forma diversa <strong>de</strong> ejercicio (directo o indirecto)<br />

<strong>de</strong> la soberanía por parte <strong>de</strong>l pueblo: po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> impedir, <strong>de</strong>l todo o en parte, la creación y la<br />

aplicación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho; po<strong>de</strong>r que pue<strong>de</strong> llegar a “negar” el or<strong>de</strong>namiento jurídico (salvados sus<br />

principios fundamentales) e impedir su dominio y aplicación. Se podría hablar <strong>de</strong> “revolución<br />

constitucionalizada”. Las formas directas <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r negativo serían el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> resistencia y la<br />

huelga política, por citar dos. Las formas indirectas están relacionadas con las faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> oposición<br />

y veto <strong>de</strong> instituciones <strong>de</strong>fensoras <strong>de</strong> la soberanía popular que tuvieran su origen histórico en<br />

el Tribunado <strong>de</strong> la Plebe <strong>de</strong> la República Romana, y que en la actualidad pue<strong>de</strong>n y <strong>de</strong>ben tener<br />

otras formas contemporáneas <strong>de</strong> expresión, entre ellas las <strong>de</strong>l “Po<strong>de</strong>r Ciudadano” o en el caso ecuatoriano<br />

“Función o Po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> control y transparencia social” (Ver: P. Catalano. “”Un concepto olvidado<br />

“Po<strong>de</strong>r Negativo”. En “Costituzionalismo Latino I”. Istituto Universitario di Studi Europei-<br />

Torino, Consiglio Nazionale <strong>de</strong>lle Ricerche Progetto Italia-América Latina, 199l. p. 53).<br />

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AL B E R T NO G U E R A FE R N Á N D E Z<br />

constitucionalismo bolivariano y, más recientemente, en la Constitución<br />

venezolana <strong>de</strong> 1999.<br />

Como clave <strong>de</strong> la comprensión <strong>de</strong>l i<strong>de</strong>ario constitucional <strong>de</strong> Bolíva r<br />

está la Proyecto <strong>de</strong> Constitución <strong>de</strong> Bolivia <strong>de</strong> 1826, que en su Art. 8<br />

<strong>de</strong>claraba: “ El Po<strong>de</strong>r Su p remo se divi<strong>de</strong> para su ejercicio en cuatro secciones:<br />

El e c t o ral, Legislativa, Ej e c u t i va y Ju d i c i a l” . El Art. 19 a su vez significó<br />

“ El Po<strong>de</strong>r El e c t o ral lo ejercen inmediatamente los ciudadanos en ejerc<br />

i c i o, nombrando por cada ciento un elector” ( Aunque Bolívar hubiera<br />

p referido por cada diez, un elector, como lo pre veía en su proyecto). El<br />

A rt. 26 <strong>de</strong>claraba: “ El Po<strong>de</strong>r Legislativo emana inmediatamente <strong>de</strong> los<br />

cuerpos electorales nombrados por el pueblo; su ejercicio resi<strong>de</strong> en tre s<br />

Cá m a ras: Tribunos, Se n a d o res y Ce n s o re s” . Se pue<strong>de</strong> apreciar fácilmente<br />

que la concepción <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r popular está presente en el llamado po<strong>de</strong>r<br />

electoral, y que la utilización <strong>de</strong> los términos Tribunos, Se n a d o res y<br />

C e n s o res , no es una simple copia <strong>de</strong> las instituciones romanas, sin más<br />

lógica, sino una manera <strong>de</strong> lograr, con sus atribuciones propias, el juego<br />

<strong>de</strong> los límites <strong>de</strong> los po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> cada cual. Más recientemente, es la<br />

Constitución <strong>de</strong> Bolivariana <strong>de</strong> Ve n ezuela <strong>de</strong> 1999 la que en su art í c ulo<br />

136, establece: “ El Po<strong>de</strong>r Público se distribuye entre el Po<strong>de</strong>r Mu n i c i p a l ,<br />

el Po<strong>de</strong>r Estadal y el Po<strong>de</strong>r Nacional. El Po<strong>de</strong>r Público Nacional se divi<strong>de</strong><br />

en Legislativo, Ej e c u t i vo, Judicial, Ciudadano y El e c t o ra l” . En este caso, la<br />

concepción <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r popular está presente mediante el “po<strong>de</strong>r ciudadan<br />

o” (Capítulo IV) y el “po<strong>de</strong>r electoral” (Capítulo V). El órgano <strong>de</strong><br />

e x p resión <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r ciudadano es el “Consejo Moral Re p u b l i c a n o” ,<br />

integrado por la Defensoría <strong>de</strong>l Pueblo, el <strong>Ministerio</strong> Público y la<br />

Contraloría General <strong>de</strong> la Re p ú b l i c a .<br />

La Función <strong>de</strong> Transparencia y Control Social<br />

La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l Po<strong>de</strong>r popular como control <strong>de</strong>mocrático y po<strong>de</strong>r negativo <strong>de</strong>l<br />

pueblo sobre los gobernantes está presente en la nueva Cosntitución ecuatoriana<br />

mediante la llamada “Función <strong>de</strong> Transparencia y Control Social”.<br />

Esta función se conforma como una función in<strong>de</strong>pendiente y autónoma a<br />

nivel funcional, administrativo y financiero, respecto <strong>de</strong> los po<strong>de</strong>res <strong>de</strong>l<br />

Estado, que integra y <strong>de</strong>sarrolla su actividad sobre la base <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong><br />

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PA R T I C I PA C I Ó N, FU N C I Ó N EL E C T O R A L Y FU N C I Ó N D E CO N T R O L Y TR A N S PA R E N C I A SO C I A L<br />

control por parte <strong>de</strong>l pueblo sobre la actividad <strong>de</strong> los órganos estatales, los<br />

cargos públicos electos y los funcionarios (Art. 204) 33 .<br />

El órgano principal <strong>de</strong> la Función <strong>de</strong> Transparencia y Control Social es<br />

el “Consejo <strong>de</strong> Participación Ciudadana y Control Social”, instancia conformada<br />

por siete consejeros principales y siete suplentes, elegidos <strong>de</strong> entre<br />

los postulantes propuestos por las organizaciones sociales y la ciudadanía<br />

según concurso público <strong>de</strong> oposición y méritos, con veeduría y <strong>de</strong>recho <strong>de</strong><br />

impugnación ciudadana, organizado por el Consejo Nacional Electoral<br />

(Art. 207). Sus principales funciones son: la lucha contra la corrupción;<br />

establecer mecanismos <strong>de</strong> rendición <strong>de</strong> cuentas <strong>de</strong> las instituciones y entida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong>l sector público, y coadyuvar procesos <strong>de</strong> veeduría ciudadana y control<br />

social; investigar <strong>de</strong>nuncias sobre actos u omisiones que afecten a la participación<br />

ciudadana o generen corrupción; emitir informes que <strong>de</strong>terminen<br />

la existencia <strong>de</strong> indicios <strong>de</strong> responsabilidad, formular las recomendaciones<br />

necesarias e impulsar las acciones legales que correspondan; actuar<br />

como parte procesal en las causas que se instauren como consecuencia <strong>de</strong><br />

sus investigaciones; solicitar a cualquier entidad o funcionario <strong>de</strong> las instituciones<br />

<strong>de</strong>l Estado la información que consi<strong>de</strong>re necesaria para sus investigaciones<br />

o procesos; organizar el proceso y vigilar la transparencia en la<br />

ejecución <strong>de</strong> los actos <strong>de</strong> las comisiones ciudadanas <strong>de</strong> selección <strong>de</strong> autorida<strong>de</strong>s<br />

estatales; etc. (Art. 208).<br />

A<strong>de</strong>más, también correspon<strong>de</strong> al Consejo <strong>de</strong> Participación Ciudadana<br />

y Control Social <strong>de</strong>signar a aquellas autorida<strong>de</strong>s encargadas <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> la ciudadanía y a ejercer control sobre los órganos estatales,<br />

cargos públicos y funcionarios, esto es: la primera autoridad <strong>de</strong> la<br />

Procuradoría General <strong>de</strong>l Estado y <strong>de</strong> las superinten<strong>de</strong>ncias (<strong>de</strong>signados <strong>de</strong><br />

entre ternas presentadas por el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República), <strong>de</strong> la Defensoría<br />

<strong>de</strong>l Pueblo, Defensoría Pública, Fiscalía General <strong>de</strong>l Estado y Contraloría<br />

33 Art. 204: “El pueblo es el mandante y primer fiscalizador <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r público, en ejercicio <strong>de</strong> su<br />

<strong>de</strong>recho a la participación. La Función <strong>de</strong> Transparencia y Control Social promoverá e impulsará<br />

el control <strong>de</strong> las entida<strong>de</strong>s y organismos <strong>de</strong>l sector público, y <strong>de</strong> las personas naturales o jurídicas<br />

<strong>de</strong>l sector privado que presten servicios o <strong>de</strong>sarrollen activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> interés público, para que los<br />

realicen con responsabilidad, transparencia y equidad; fomentará e incentivará la participación ciudadana;<br />

protegerá el ejercicio y cumplimiento <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos; y prevendrá y combatirá la corrupción.<br />

(...)”.<br />

153


AL B E R T NO G U E R A FE R N Á N D E Z<br />

General <strong>de</strong>l Estado, y a los miembros <strong>de</strong>l Consejo Nacional Electoral,<br />

Tribunal Contencioso Electoral y Consejo <strong>de</strong> la Judicatura (estos últimos,<br />

<strong>de</strong>signados “luego <strong>de</strong> agotar el proceso <strong>de</strong> selección correspondiente”) (Art.<br />

208).<br />

La <strong>de</strong>signación <strong>de</strong> estas autorida<strong>de</strong>s por parte <strong>de</strong>l Consejo <strong>de</strong><br />

Participación Ciudadana y Control Social supone también una novedad <strong>de</strong><br />

relevante importancia. En los sistemas <strong>de</strong> tripartición <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res, las instituciones<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> la ciudadanía y <strong>de</strong> control son nombradas<br />

por los propios po<strong>de</strong>res a quienes tienen que controlar, en España<br />

por ejemplo, el Defensor <strong>de</strong>l Pueblo lo nombra el Parlamento, don<strong>de</strong> tiene<br />

mayoría el partido <strong>de</strong> gobierno y normalmente <strong>de</strong> entre un mismo miembro<br />

<strong>de</strong> su partido (Art. 54 Constitución española 1978), o el Fiscal General<br />

cuya función es promover la acción <strong>de</strong> justicia en <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong><br />

los ciudadanos y el interés colectivo, lo nombra y remueve el Ejecutivo (Art.<br />

124.4 Constitución española 1978). Esto hace que tales instituciones no<br />

representen al pueblo a pesar <strong>de</strong> que tienen las características propias <strong>de</strong> un<br />

representante. Estas no son más que parte <strong>de</strong>l funcionariado, altos funcionarios,<br />

pero al fin y al cabo, funcionarios y nada más, maniatados en la telaraña<br />

<strong>de</strong> la partidocracia y la tripartición <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res, con lo cual no cumplen<br />

a<strong>de</strong>cuadamente su función. En consecuencia, parece racional que si se quiere<br />

que tales instituciones actúen realmente como <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong> la ciudadanía,<br />

y no como abstracto mecanismo <strong>de</strong> la tecnocracia y la partidocracia,<br />

<strong>de</strong>ben vincularse y ser nombradas por la propia ciudadanía.<br />

De acuerdo con esta lógica, la nueva Constitución ecuatoriana establece<br />

que el Consejo <strong>de</strong> Participación Ciudadana y Control Social organizará<br />

para la <strong>de</strong>signación <strong>de</strong> estos cargos “comisiones ciudadanas <strong>de</strong> selección” 34<br />

encargadas <strong>de</strong> llevar a cabo concurso público <strong>de</strong> oposición y méritos con<br />

postulación, veeduría y <strong>de</strong>recho a impugnación ciudadana.<br />

En el caso <strong>de</strong>l Consejo <strong>de</strong> la Judicatura, que constituye el órgano <strong>de</strong><br />

gobierno <strong>de</strong> la Función judicial, en la mayoría <strong>de</strong> países don<strong>de</strong> existe este<br />

tipo <strong>de</strong> órgano, sus miembros son elegidos o bien por los jueces o bien por<br />

34 Las “Comisiones Ciudadanas <strong>de</strong> Selección” estarán integradas por por una <strong>de</strong>legada o <strong>de</strong>legado<br />

por cada Función <strong>de</strong>l Estado e igual número <strong>de</strong> representantes por las organizaciones sociales y la<br />

ciudadanía, escogidos en sorteo público <strong>de</strong> entre quienes se postulen y cumplan con los requisitos<br />

que <strong>de</strong>terminen el Consejo y la ley (Art. 209).<br />

154


PA R T I C I PA C I Ó N, FU N C I Ó N EL E C T O R A L Y FU N C I Ó N D E CO N T R O L Y TR A N S PA R E N C I A SO C I A L<br />

una combinación <strong>de</strong> elección por los jueces y por los órganos <strong>de</strong> las otras<br />

funciones <strong>de</strong>l Estado (básicamente el Legislativo y el Ejecutivo). Este mecanismo<br />

<strong>de</strong> selección tiene una doble problemática: 1. Por un lado, la elección<br />

solo por los jueces que componen la administración <strong>de</strong> justicia pue<strong>de</strong> conducir<br />

a dar un sesgo i<strong>de</strong>ológico <strong>de</strong>terminado al órgano <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r si la<br />

inmensa mayoría <strong>de</strong> jueces pertenecen a las mismas clases sociales y a la<br />

misma corriente i<strong>de</strong>ológica. Se facilita pues la <strong>de</strong>s-<strong>de</strong>mocratización <strong>de</strong> la<br />

dirección <strong>de</strong> la función judicial; y, 2. La elección por un procedimiento<br />

mixto aña<strong>de</strong> al mal <strong>de</strong>scrito anteriormente, la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los partidos<br />

políticos <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong>l Consejo que son <strong>de</strong>signados por los órganos<br />

<strong>de</strong> otras funciones <strong>de</strong>l Estado; Frente a estos mecanismos <strong>de</strong> elección, y con<br />

el fin <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocratizar la función judicial, el nuevo proyecto constitucional<br />

articula una nueva forma <strong>de</strong> elección <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong>l órgano <strong>de</strong> gobierno<br />

<strong>de</strong> la función judicial por parte <strong>de</strong> la ciudadanía mediante las citadas<br />

“comisiones ciudadanas <strong>de</strong> selección”.<br />

Sólo para el caso <strong>de</strong>l Procurador General <strong>de</strong>l Estado y <strong>de</strong> los superinten<strong>de</strong>ntes,<br />

el Consejo los <strong>de</strong>signará a partir <strong>de</strong> las ternas presentadas por el<br />

Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República. En estos dos casos parece normal que las ternas<br />

provengan <strong>de</strong>l Ejecutivo, en tanto estas instancias no actúan como estrictos<br />

representantes <strong>de</strong> la ciudadanía, las superinten<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n directamente<br />

<strong>de</strong> los ministerios y el Procurador es el abogado <strong>de</strong>l Estado cuya<br />

representación la <strong>de</strong>tenta el Ejecutivo, por tanto el Procurador es quien<br />

coordina los intereses jurídicos y políticos <strong>de</strong>l Ejecutivo.<br />

La Función Electoral<br />

Para garantizar el a<strong>de</strong>cuado funcionamiento <strong>de</strong> los mecanismos <strong>de</strong> participación<br />

<strong>de</strong>mocrática <strong>de</strong>l pueblo, la nueva Constitución genera una función<br />

<strong>de</strong>l Estado, in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> los partidos políticos y <strong>de</strong> las otras funciones<br />

<strong>de</strong>l Estado (la Función Electoral), que garantiza la imparcialidad en los procesos<br />

electorales tanto <strong>de</strong> los órganos <strong>de</strong>l Estado (Art. 219.1) 35 como <strong>de</strong> los<br />

35 Art. 219.1: “El Consejo Nacional Electoral tendrá, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las funciones que <strong>de</strong>termine la ley,<br />

las siguientes: Organizar, dirigir, vigilar y garantizar, <strong>de</strong> manera transparente, los procesos electorales,<br />

convocar a elecciones, realizar los cómputos electorales, proclamar los resultados, y posesionar<br />

a los ganadores <strong>de</strong> las elecciones”.<br />

155


AL B E R T NO G U E R A FE R N Á N D E Z<br />

procesos internos en instituciones semi-públicas o con inci<strong>de</strong>ncia en la actividad<br />

pública como colegios profesionales, organizaciones empresariales,<br />

sindicatos, organizaciones sociales con inci<strong>de</strong>ncia en el funcionamiento <strong>de</strong>l<br />

Estado, partidos políticos, etc... (Art. 219.4) 36 .<br />

De acuerdo con el artículo 217, la Función electoral está compuesta por<br />

dos órganos: el Consejo Nacional Electoral, encargado <strong>de</strong> organizar, dirigir,<br />

vigilar y garantizar los procesos electorales, así como <strong>de</strong> realizar los cómputos<br />

electorales, proclamar los resultados, y posesionar a los ganadores <strong>de</strong> las<br />

elecciones (Art. 219); y, el Tribunal Contencioso Electoral, encargado <strong>de</strong><br />

conocer y resolver los recursos electorales (Art. 221).<br />

Mucho se pue<strong>de</strong> discutir aquí sobre si realmente tiene sentido crear un<br />

Tribunal Contencioso Electoral al margen <strong>de</strong> los tribunales que componen<br />

la Función Judicial, para resolver los recursos y apelaciones que se presenten<br />

en contra <strong>de</strong> los resultados electorales en época <strong>de</strong> elecciones. La presentación<br />

<strong>de</strong> recursos y apelaciones electorales, tiene lugar solamente el día <strong>de</strong><br />

las elecciones o días <strong>de</strong>spués. A<strong>de</strong>más, el Tribunal <strong>de</strong>be resolver lo más rápidamente<br />

posible estos recursos para po<strong>de</strong>r proclamar los resultados electorales.<br />

Precisamente por esto, si se crea un Tribunal Contencioso Electoral<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la Función Electoral, cuya única función es resolver los recursos<br />

y apelaciones electorales, este solo trabajará, y más aun si tenemos en cuenta<br />

que la elección y mandatos <strong>de</strong>l Ejecutivo y <strong>de</strong>l legislativo son parejos 37 ,<br />

unas semanas cada 4 años. Durante el resto <strong>de</strong>l tiempo no tiene nada que<br />

hacer. Así pues, hubiera sido mucho mejor que la Función Electoral hubiera<br />

tenido un sólo órgano (el Consejo Nacional Electoral) y la resolución <strong>de</strong><br />

recursos electorales las hubiera emitido la jurisdicción contencioso-administrativa<br />

<strong>de</strong> la Función Judicial. Esta posibilidad hubiera permitido solventar<br />

algunos <strong>de</strong> los problemas que conlleva crear un tribunal electoral contencioso<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la Función Electoral y separado <strong>de</strong> la Función Judicial: mul-<br />

36 Art. 219.4: “El Consejo Nacional Electoral tendrá, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las funciones que <strong>de</strong>termine la ley,<br />

las siguientes: (...) Garantizar la transparencia y legalidad <strong>de</strong> los procesos electorales internos <strong>de</strong> las<br />

organizaciones políticas y las <strong>de</strong>más que señale la ley”.<br />

37 Tanto el mandato <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte y Vicepresi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República (Art. 144) como <strong>de</strong> los diputados<br />

<strong>de</strong> la Asamblea Nacional (Art. 118) es <strong>de</strong> 4 años. A<strong>de</strong>más, el Art. 144 establece: “El periodo<br />

<strong>de</strong> gobierno <strong>de</strong> la Presi<strong>de</strong>nta o Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República se iniciará <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los diez días posteriores<br />

a la instalación <strong>de</strong> la Asamblea Nacional, ante la cual prestará juramento. (...)”.<br />

156


PA R T I C I PA C I Ó N, FU N C I Ó N EL E C T O R A L Y FU N C I Ó N D E CO N T R O L Y TR A N S PA R E N C I A SO C I A L<br />

tiplicación innecesaria <strong>de</strong> órganos, inactividad en gran<strong>de</strong>s períodos <strong>de</strong> la<br />

legislatura, gran coste económico en el seno <strong>de</strong> un Estado pobre, etc.<br />

Si bien, a parte <strong>de</strong> otros argumentos menores como mayor especialización<br />

<strong>de</strong> los magistrados, el principal argumento para crear este tribunal electoral<br />

contencioso fue garantizar mayor rapi<strong>de</strong>z y sumariedad en la re s o l u c i ó n<br />

<strong>de</strong> conflictos electorales, evitando la lentitud <strong>de</strong>rivada <strong>de</strong> la acumulación <strong>de</strong><br />

trabajo <strong>de</strong> la jurisdicción contencioso-administrativa, esto se hubiera podido<br />

re s o l ver fijando en el propio texto constitucional un plazo máximo para la<br />

resolución <strong>de</strong> los recursos electorales por parte <strong>de</strong> esta jurisdicción.<br />

V. Conclusiones<br />

Al margen <strong>de</strong> las críticas señaladas, no cabe duda que la nueva Constitución<br />

ecuatoriana conforma un sistema político auténticamente <strong>de</strong>mocrático, en<br />

tanto rompe los límites <strong>de</strong> la representación liberal burguesa y la tripartición<br />

<strong>de</strong> po<strong>de</strong>res, y tal como expresa el propio texto se realiza como <strong>de</strong>mocracia<br />

que ejerce directamente el pueblo “en un proceso permanente <strong>de</strong> construcción<br />

<strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r ciudadano” (Art. 95).<br />

157


La función legislativa en la nueva<br />

Constitución <strong>de</strong> Ecuador<br />

Roberto Viciano Pastor*<br />

Sumario<br />

I. Introducción. II. La Función Legislativa en la Constitución <strong>de</strong>l 2008.<br />

2.1. Consi<strong>de</strong>raciones sobre la estructura y contenidos <strong>de</strong>l capítulo Segundo<br />

(Función Legislativa) <strong>de</strong>l título IV (Participación y organización <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r)<br />

<strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong>l 2008. 2.2. Aportes sobre la regulación <strong>de</strong> la composición<br />

y elección <strong>de</strong> la Asamblea Nacional. 2.3. Aportes sobre el estatuto <strong>de</strong><br />

asambleísta. 2.4. Aportes sobre las atribuciones <strong>de</strong> la Asamblea Nacional.<br />

2.5. Aportes sobre el régimen <strong>de</strong> funcionamiento <strong>de</strong> la Asamblea Nacional.<br />

2.6. Consi<strong>de</strong>raciones sobre los tipos <strong>de</strong> leyes. 2.7. Aportes sobre el procedimiento<br />

legislativo. III. Conclusiones.<br />

I. Introducción<br />

La regulación <strong>de</strong> la Función Legislativa que se realiza en la Constitución <strong>de</strong>l<br />

Ecuador <strong>de</strong> 2008 no pue<strong>de</strong> catalogarse <strong>de</strong> sustancialmente novedosa.<br />

* Roberto Viciano Pastor, Doctor (Phd) en Derecho y Profesor Titular <strong>de</strong> Derecho Constitucional<br />

<strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Valencia. Titular <strong>de</strong> la Cátedra Jean Monnet sobre instituciones políticas <strong>de</strong><br />

la Unión Europea <strong>de</strong> la citada universidad. roberto.viciano@uv.es<br />

159


RO B E R T O VI C I A N O PA S T O R<br />

Mantiene, básicamente, la normativa constitucional existente en la<br />

Constitución <strong>de</strong> 1998 aunque introduce algunas mejoras que permiten afirmar<br />

que, también en esta cuestión, se han producido avances, aunque no<br />

<strong>de</strong>l calado político, jurídico y social <strong>de</strong> otras partes <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong>l<br />

2008.<br />

Como manifestaremos oportunamente en esta primera valoración <strong>de</strong><br />

este apartado <strong>de</strong>l texto constitucional, se ha <strong>de</strong>sperdiciado la oportunidad<br />

<strong>de</strong> hacer un rediseño más a fondo <strong>de</strong> esta Función y se reiteran algunas<br />

regulaciones cuestionables que se encontraban en la Constitución <strong>de</strong> 1998.<br />

Para sistematizar los aportes que se han producido, así como los aspectos<br />

cuestionables, analizaremos la nueva regulación constitucional agrupándola<br />

alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s temas que se tratan en este capítulo <strong>de</strong> la<br />

nueva Constitución.<br />

II. La Función Legislativa en la Constitución <strong>de</strong>l 2008.<br />

2.1. Consi<strong>de</strong>raciones sobre la estructura y contenidos <strong>de</strong>l capítulo<br />

Segundo (Función Legislativa) <strong>de</strong>l título IV (Participación y<br />

organización <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r) <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong>l 2008.<br />

La nueva Constitución introduce dos gran<strong>de</strong>s noveda<strong>de</strong>s en cuanto al contenido<br />

y estructura <strong>de</strong>l capítulo consagrado a la regulación <strong>de</strong> la Función<br />

Legislativa. Se trata <strong>de</strong> la eliminación <strong>de</strong> dos apartados 1 que regulaban la<br />

Comisión <strong>de</strong> Legislación y Codificación que, al menos constitucionalmente,<br />

ha <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> existir; y <strong>de</strong>l traslado al nuevo título VIII (Relaciones<br />

Internacionales) <strong>de</strong>l capítulo <strong>de</strong>dicado a la regulación <strong>de</strong>l régimen constitucional<br />

<strong>de</strong> los tratados y convenios internacionales, que en la Constitución<br />

<strong>de</strong> 1998 estaba situado al interior <strong>de</strong> la regulación <strong>de</strong> la Función Legislativa.<br />

En el primero <strong>de</strong> los casos, la mayoría <strong>de</strong> la Asamblea Constituyente<br />

consi<strong>de</strong>ró que dicha institución, acusada <strong>de</strong> falta <strong>de</strong> transparencia en su tra-<br />

1 Se trata <strong>de</strong>l actual capítulo 4 (De la Comisión <strong>de</strong> Legislación y Codificación) <strong>de</strong>l título VI (De la<br />

Función Legislativa), que <strong>de</strong>finía la función y elección <strong>de</strong> la Comisión; y la sección quinta (Del<br />

trámite en la Comisión) <strong>de</strong>l capítulo 5 (De las leyes) que regulaba los principios <strong>constitucionales</strong><br />

<strong>de</strong>l procedimiento <strong>de</strong> trabajo <strong>de</strong> la citada Comisión.<br />

160


LA FU N C I Ó N L E G I S L AT I VA E N L A N U E VA CO N S T I T U C I Ó N D E EC U A D O R<br />

bajo, <strong>de</strong>jara, al menos, <strong>de</strong> tener reconocimiento constitucional. Lo cual no<br />

quiere <strong>de</strong>cir que no pueda seguir subsistiendo si así lo establece la Ley<br />

Orgánica reguladora <strong>de</strong> la Función Legislativa. Pero, en todo caso, parece<br />

razonable pensar que si el constituyente eliminó su regulación constitucional,<br />

se <strong>de</strong>be a su voluntad <strong>de</strong> que la institución se extinga con la nueva<br />

Constitución.<br />

En el segundo <strong>de</strong> los casos, la cuestión es más compleja. Por un lado, es<br />

cierto que los tratados internacionales son el producto <strong>de</strong> la negociación<br />

internacional <strong>de</strong>l gobierno nacional y, solo en algunos casos, ameritan <strong>de</strong> la<br />

aprobación legislativa. En ese sentido, resulta razonable sacar <strong>de</strong> la regulación<br />

<strong>de</strong> la Función Legislativa a una norma que en esta Constitución ni<br />

tiene rango <strong>de</strong> ley ni es <strong>de</strong> exclusiva tramitación parlamentaria.<br />

Sin embargo, no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> echarse en falta que en una Constitución <strong>de</strong>l<br />

siglo XXI no se haya realizado una regulación sistemática <strong>de</strong> la composición<br />

y jerarquía <strong>de</strong> las normas que integran el or<strong>de</strong>namiento jurídico <strong>de</strong>l Estado.<br />

Aunque la doctrina constitucional ha <strong>de</strong>bido hacer un esfuerzo <strong>de</strong> sistematización<br />

con el fin <strong>de</strong> agru p a r, para su estudio, a las fuentes <strong>de</strong>l De recho, sin<br />

embargo, la necesidad <strong>de</strong> un tratamiento unitario <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>namiento jurídico<br />

aún no ha calado en el constitucionalismo teórico y práctico.<br />

Por eso, aunque parece más a<strong>de</strong>cuada la colocación <strong>de</strong>l régimen constitucional<br />

<strong>de</strong> los tratados e instrumentos internacionales en el nuevo capítulo<br />

sobre las relaciones internacionales, no se pue<strong>de</strong> renunciar a <strong>de</strong>jar constancia<br />

<strong>de</strong> que, probablemente, el lugar idóneo <strong>de</strong> colocación <strong>de</strong> esta regulación<br />

hubiera sido un título específico <strong>de</strong>dicado a la estructuración y explicación<br />

<strong>de</strong> los componentes <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>namiento jurídico.<br />

Por lo <strong>de</strong>más, la estructura <strong>de</strong>terminada por el constituyente ecuatoriano<br />

tampoco ha sido <strong>de</strong>masiado feliz. La división <strong>de</strong>l capítulo en tres secciones<br />

ha provocado que en la primera (Asamblea Nacional) se fundan y confundan<br />

la composición, sistema <strong>de</strong> elección, atribuciones y funcionamiento<br />

<strong>de</strong> la Asamblea Nacional y el estatuto <strong>de</strong> asambleísta, cuestiones que, didáctica<br />

y técnicamente, <strong>de</strong>berían estar individualizadas. Pe ro, a<strong>de</strong>más, la sección<br />

segunda, intitulada íControl <strong>de</strong> la acción <strong>de</strong> gobiernoî, por un lado, no sería<br />

más que la agrupación <strong>de</strong> algunas <strong>de</strong> las atribuciones <strong>de</strong> la Asamblea<br />

Nacional y, por otra parte, incorpora en su seno mecanismos <strong>de</strong> contro l<br />

(enjuiciamiento político) sobre instituciones que, aunque en un sentido laxo<br />

161


RO B E R T O VI C I A N O PA S T O R<br />

podrían enten<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> gobierno, en un sentido técnico-jurídico no pert e n ecen<br />

a la esfera <strong>de</strong> la Función Ej e c u t i va en la que se resi<strong>de</strong>ncia el gobierno.<br />

Por último, la sección tercera, <strong>de</strong>nominada “Procedimiento legislativo”<br />

no sólo regula cuestiones relativas al procedimiento legislativo sino que<br />

<strong>de</strong>dica dos <strong>de</strong> los nueve artículos que componen el apartado a regular la<br />

reserva <strong>de</strong> ley ordinaria y la reserva <strong>de</strong> ley orgánica. Una vez más, cabría<br />

insistir en que el texto hubiera ganado bastante en sistemática si estos preceptos<br />

hubieran sido englobados en un título específico que regulara el<br />

or<strong>de</strong>namiento jurídico.<br />

Pero si estas consi<strong>de</strong>raciones sobre la estructura <strong>de</strong> la norma constitucional<br />

presentan un balance un tanto <strong>de</strong>sfavorable, la situación se revierte<br />

cuando pasamos a analizar los contenidos <strong>de</strong> la norma constitucional sobre<br />

la función legislativa.<br />

2.2. Aportes sobre la regulación <strong>de</strong> la composición y elección<br />

<strong>de</strong> la Asamblea Nacional<br />

La Constitución <strong>de</strong>l 2008 establece que la Función Legislativa la ejerce la<br />

Asamblea Nacional, nueva <strong>de</strong>nominación surgida, sin duda, <strong>de</strong>l rechazo<br />

que en la población ha adquirido el término Congreso Nacional.<br />

Aunque el constituyente señala que los asambleístas serán elegidos por<br />

un período <strong>de</strong> cuatro años, olvidó reseñar que dicha elección <strong>de</strong>be ser por<br />

sufragio universal, libre, directo y secreto, tal y como afirmaba acertadamente<br />

la Constitución <strong>de</strong> 1998. No cabe duda, al analizar sistemáticamente<br />

la Constitución, que esa <strong>de</strong>be ser la conclusión. Pero hubiera sido mejor<br />

que se hubiera especificado.<br />

La composición <strong>de</strong> la Asamblea Nacional varía sustancialmente respecto<br />

<strong>de</strong> la composición <strong>de</strong>l extinto Congreso. Mantiene los asambleístas provinciales<br />

(dos por provincia y uno más por cada doscientos mil habitantes<br />

o fracción que supere los ciento cincuenta mil), pero incorpora quince<br />

asambleístas elegidos por circunscripción nacional y un número <strong>de</strong> asambleístas,<br />

que la ley <strong>de</strong>terminará, que podrán ser elegidos por circunscripción<br />

regional, distrital metropolitana y exterior.<br />

La nueva composición <strong>de</strong>l legislativo nacional contiene el factor positivo,<br />

a nuestro enten<strong>de</strong>r, <strong>de</strong> contemplar la representación nacional (que per-<br />

162


LA FU N C I Ó N L E G I S L AT I VA E N L A N U E VA CO N S T I T U C I Ó N D E EC U A D O R<br />

mite compensar las disfunciones territoriales) y la representación <strong>de</strong> los<br />

migrantes. Sin embargo, todo ello, sumado a la posible existencia <strong>de</strong> asambleístas<br />

regionales y <strong>de</strong> los distritos metropolitanos, nos conduce a un<br />

número muy alto <strong>de</strong> integrantes <strong>de</strong>l legislativo. Este resultado colisiona con<br />

la voluntad popular, expresada en innumerables foros y encuestas <strong>de</strong> opinión,<br />

que parecía preten<strong>de</strong>r la reducción <strong>de</strong>l número <strong>de</strong> miembros <strong>de</strong>l<br />

Congreso.<br />

Pe ro, sin duda alguna, los gran<strong>de</strong>s aportes <strong>de</strong>l texto constitucional en<br />

este apartado son permitir que puedan ser candidatos a asambleísta los<br />

m a yo res <strong>de</strong> dieciocho años, reduciendo la actual limitación que fija la edad<br />

en veinticinco años y los nacionales ecuatorianos, sin necesidad <strong>de</strong> ser nacionales<br />

por nacimiento, tal y como establece el vigente texto constitucional.<br />

2.3. Aportes sobre el estatuto <strong>de</strong> asambleísta<br />

En cuanto al estatuto <strong>de</strong> asambleísta, aunque mantiene con carácter general,<br />

como ya se ha dicho, la regulación contemplada en la Constitución <strong>de</strong><br />

1998, establece algunas noveda<strong>de</strong>s que suponen avance en la regulación<br />

constitucional.<br />

Por un lado, exige a los asambleístas que rindan cuenta a sus mandantes,<br />

lo que unido a la regulación <strong>de</strong> la revocatoria <strong>de</strong>l mandato, en otro apartado<br />

<strong>de</strong> la Constitución, establece un marco <strong>de</strong> control sobre el representante<br />

que hasta el momento era inexistente.<br />

Por otro, se constitucionaliza que la autorización <strong>de</strong> la Asamblea<br />

Nacional para iniciar una causa penal contra un asambleísta solo será necesaria<br />

para los casos en que el presunto <strong>de</strong>lito cometido no esté en relación<br />

con el ejercicio <strong>de</strong> sus funciones. Con ello, se consigue reducir el ámbito <strong>de</strong><br />

las inmunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los asambleístas a aquellas que son lógicas por su<br />

misión, sin exten<strong>de</strong>r las mismas a otros supuestos en los que los asambleístas<br />

<strong>de</strong>ben ser tratados como cualquier otro ciudadano.<br />

2.4. Aportes sobre las atribuciones <strong>de</strong> la Asamblea Nacional<br />

En lo relativo a las atribuciones <strong>de</strong> la Asamblea Nacional, la nueva<br />

Constitución recoge, prácticamente, <strong>de</strong> manera literal, las atribuciones que<br />

163


RO B E R T O VI C I A N O PA S T O R<br />

la Constitución <strong>de</strong> 1998 establece para el Congreso, pero con algunas mejoras<br />

sustanciales.<br />

Por un lado, la Asamblea ya no es la encargada exc l u s i va <strong>de</strong> la re f o rma<br />

constitucional sino que es una institución que participa en el pro c eso,<br />

pero complementada con la participación directa <strong>de</strong> la ciudadanía<br />

que ha <strong>de</strong> aprobar la modificación <strong>de</strong>l texto constitucional, lo que supone<br />

la garantía <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r constituyente frente a los po<strong>de</strong>res constituidos,<br />

e n t re ellos, el propio legislativo. Y no solamente regula esto, también la<br />

n u e va redacción elimina la posibilidad <strong>de</strong> que el legislativo sea quien<br />

haga la interpretación <strong>de</strong> la Constitución “<strong>de</strong> manera generalmente oblig<br />

a t o r i a” como reza la Carta Magna <strong>de</strong> 1998. Pa rece absolutamente cong<br />

ruente con la teoría constitucional que un po<strong>de</strong>r constituido, limitado<br />

por la Constitución, no tenga atribuida la capacidad <strong>de</strong> dar la interpretación<br />

obligatoria <strong>de</strong> la misma. Esa práctica, que contribuía a diluir el<br />

valor <strong>de</strong> la Constitución y su efecto garantista, ha sido felizmente elimin<br />

a d a .<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> esto, la Asamblea <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser la instancia que nombra a un<br />

importante número <strong>de</strong> responsables <strong>de</strong> órganos <strong>de</strong>l Estado, pasando a ser<br />

simplemente quien los posesiona. Es <strong>de</strong> suponer que esto pueda producir<br />

un proceso <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> esas instituciones respecto <strong>de</strong> los partidos<br />

políticos, aspecto éste que aparecía como una <strong>de</strong> las exigencias ciudadanas<br />

al activar el proceso constituyente.<br />

Por último, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> atribuirle la competencia <strong>de</strong> aprobar el<br />

Presupuesto General <strong>de</strong>l Estado, establece que en el mismo <strong>de</strong>berá constar<br />

el límite <strong>de</strong>l en<strong>de</strong>udamiento público, cuestión ésta que ya está contemplada<br />

entre las atribuciones <strong>de</strong>l actual Congreso pero no vinculada al<br />

Presupuesto General <strong>de</strong>l Estado.<br />

Como ya se dijo, tres <strong>de</strong> sus atribuciones <strong>de</strong> control y responsabilidad<br />

han sido <strong>de</strong>sgajadas <strong>de</strong>l artículo en que se enumeran sus atribuciones,<br />

englobándolas en una nueva Sección <strong>de</strong>nominada “Control <strong>de</strong> la acción <strong>de</strong><br />

gobierno”. En ella se recoge el enjuiciamiento político a los titulares <strong>de</strong> la<br />

Presi<strong>de</strong>ncia y <strong>de</strong> la Vicepresi<strong>de</strong>ncia por la presunta comisión <strong>de</strong> algunos<br />

tipos <strong>de</strong> <strong>de</strong>litos (que se aumentan como veremos), nuevas causales <strong>de</strong> <strong>de</strong>stitución<br />

<strong>de</strong>l titular <strong>de</strong> la Presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la República y el enjuiciamiento político<br />

<strong>de</strong> los Ministros <strong>de</strong> Estado y otras altas autorida<strong>de</strong>s.<br />

164


LA FU N C I Ó N L E G I S L AT I VA E N L A N U E VA CO N S T I T U C I Ó N D E EC U A D O R<br />

Con respecto al enjuiciamiento político por la presunta comisión <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>terminados <strong>de</strong>litos, la nueva regulación constitucional aumenta el número<br />

<strong>de</strong> miembros <strong>de</strong>l legislativo que pue<strong>de</strong>n solicitar el inicio <strong>de</strong>l juicio político.<br />

La Constitución <strong>de</strong> 1998 establecía que podía ser activado por una<br />

cuarta parte <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong>l Parlamento; la actual Constitución fija en<br />

un tercio <strong>de</strong> sus miembros el número requerido para po<strong>de</strong>r instar el procedimiento.<br />

Pero lo más <strong>de</strong>stacado <strong>de</strong> la nueva regulación es que, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

contemplar la activación <strong>de</strong>l juicio político en los casos <strong>de</strong> <strong>de</strong>litos contra la<br />

seguridad <strong>de</strong>l Estado, concusión, cohecho, peculado o enriquecimiento ilícito<br />

(como ya está establecido), aña<strong>de</strong> también los <strong>de</strong>litos <strong>de</strong> genocidio, tortura,<br />

<strong>de</strong>saparición forzosa <strong>de</strong> personas y secuestro u homicidio por razones<br />

políticas o <strong>de</strong> conciencia.<br />

Pero no acaban ahí las noveda<strong>de</strong>s, pues se incorporan nuevas garantías<br />

procesales para el juicio político. Por un lado, que para iniciarse <strong>de</strong>be requerirse<br />

el dictamen <strong>de</strong> admisibilidad <strong>de</strong> la Corte Constitucional y, por otro,<br />

que culminado el procedimiento, la Asamblea <strong>de</strong>be <strong>de</strong>cidir sobre la censura<br />

y <strong>de</strong>stitución <strong>de</strong>l titular <strong>de</strong> la Presi<strong>de</strong>ncia o la Vicepresi<strong>de</strong>ncia en el plazo<br />

<strong>de</strong> setenta y dos horas, <strong>de</strong> manera motivada y atendiendo a las pruebas <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>scargo que éste haya presentado, con el fin <strong>de</strong> evitar la prolongación innecesaria<br />

<strong>de</strong> la crisis política.<br />

Junto con ello, el siguiente artículo <strong>de</strong> la nueva Constitución prevé dos<br />

causales nuevas <strong>de</strong> <strong>de</strong>stitución <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte o Presi<strong>de</strong>nta <strong>de</strong> la República:<br />

arrogarse funciones que no le competen constitucionalmente o ser causante<br />

<strong>de</strong> grave crisis política y conmoción interna. Para el primer caso, se<br />

requiere <strong>de</strong>l dictamen previo <strong>de</strong> la Corte Constitucional con el fin <strong>de</strong> evitar<br />

abusos parlamentarios. Para el segundo caso, <strong>de</strong>be subrayarse que son necesarias<br />

la concurrencia <strong>de</strong> los dos factores y no solo <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> ellos, pues así<br />

lo indica la presencia <strong>de</strong>l enlace copulativo “y” entre los términos “grave crisis<br />

política” y “conmoción interna”.<br />

Aunque en la regulación <strong>de</strong> esta nueva institución no se establece cuál<br />

es el número <strong>de</strong> asambleístas que pue<strong>de</strong>n promover el <strong>de</strong>bate sobre la <strong>de</strong>stitución,<br />

sí que se afirma que serán necesarias dos terceras partes <strong>de</strong> la<br />

Cámara para po<strong>de</strong>r proce<strong>de</strong>r a la <strong>de</strong>stitución.<br />

Se reiteran las garantías arriba señaladas para el juicio político por la<br />

presunta comisión <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados <strong>de</strong>litos y se aña<strong>de</strong> que esta facultad solo<br />

165


RO B E R T O VI C I A N O PA S T O R<br />

podrá ser ejercitada una sola vez durante el período legislativo y, por tanto,<br />

presi<strong>de</strong>ncial y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los tres primeros años <strong>de</strong>l mismo.<br />

Pero, sin duda, lo más interesante <strong>de</strong> esta novedosa regulación es que en<br />

el supuesto <strong>de</strong> que se <strong>de</strong>stituya al titular <strong>de</strong> la Presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la República,<br />

se disuelve la Asamblea Nacional pues el nuevo texto constitucional establece<br />

que íen el plazo máximo <strong>de</strong> siete días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la publicación <strong>de</strong> la resolución<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>stitución, el Consejo Nacional Electoral convocará para una<br />

misma fecha a elecciones legislativas y presi<strong>de</strong>nciales anticipadas para el<br />

resto <strong>de</strong> los respectivos períodosî, generando un mecanismo que frene el uso<br />

irresponsable <strong>de</strong> este procedimiento por los legisladores.<br />

Por último, el artículo 133 <strong>de</strong> la nueva Constitución prevé el juicio<br />

político por el incumplimiento <strong>de</strong> las funciones que les asignan la<br />

Constitución y las leyes contra Ministros <strong>de</strong> Estado y otras altas autorida<strong>de</strong>s<br />

2 . Se trata <strong>de</strong> una institución ya existente en la Constitución <strong>de</strong> 1998<br />

pero que ha incorporado mejoras. Por un lado, si es censurado un Ministro<br />

<strong>de</strong> Estado, el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República ya no pue<strong>de</strong> resistirse a su <strong>de</strong>stitución<br />

aunque para que prospere <strong>de</strong>ben conseguirse dos tercios <strong>de</strong> votos <strong>de</strong> la<br />

Asamblea Nacional. Por otro lado, se pue<strong>de</strong> realizar dicho juicio político<br />

contra los responsables <strong>de</strong>l órgano <strong>de</strong> gobierno <strong>de</strong> la función judicial pero<br />

no sobre los integrantes <strong>de</strong> órganos jurisdiccionales como la Corte Nacional<br />

<strong>de</strong> <strong>Justicia</strong> y la Corte Constitucional, cuando en la Constitución <strong>de</strong> 1998 sí<br />

era posible ejercer esa tarea <strong>de</strong> control y fiscalización sobre el órgano <strong>de</strong> control<br />

<strong>de</strong> constitucionalidad. Y en todos los casos, salvo el <strong>de</strong> los Ministros <strong>de</strong><br />

Estado, se requiere el voto favorable <strong>de</strong> la mayoría absoluta <strong>de</strong> los integrantes<br />

<strong>de</strong>l Parlamento, con el fin <strong>de</strong> evitar hostigamientos irresponsables y<br />

minoritarios a los gestores <strong>de</strong> tan importantes instancias <strong>de</strong>l Estado.<br />

2.5. Aportes sobre el régimen <strong>de</strong> funcionamiento<br />

<strong>de</strong> la Asamblea Nacional<br />

En lo referente a las reglas <strong>de</strong> funcionamiento <strong>de</strong> la Asamblea, se respeta<br />

2 En concreto, las máximas autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la Procuraduría General <strong>de</strong>l Estado, la Contraloría<br />

General <strong>de</strong>l Estado, la Defensoría <strong>de</strong>l Pueblo, la Defensoría Pública General, Superinten<strong>de</strong>ncias,<br />

Consejo Nacional Electoral, Tribunal Contencioso Electoral, Consejo <strong>de</strong> la Judicatura y Consejo<br />

<strong>de</strong> Participación Ciudadana y Control Social, más aquellas que la ley agregue.<br />

166


LA FU N C I Ó N L E G I S L AT I VA E N L A N U E VA CO N S T I T U C I Ó N D E EC U A D O R<br />

básicamente las que existen sobre el Congreso Nacional con algunas mejoras<br />

consistentes en lo siguiente:<br />

- Se acortan los períodos <strong>de</strong> receso <strong>de</strong>l legislativo <strong>de</strong> un mes a quince<br />

días.<br />

- Desaparecen las prohibiciones <strong>de</strong> creación <strong>de</strong> comisiones especiales o<br />

“ad hoc”, lo cual permite que se recuperen como instancias especializadas<br />

<strong>de</strong> investigación <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadas cuestiones cuya relevancia<br />

lo amerite.<br />

- Se incorpora la previsión <strong>de</strong> que el Secretario y el Prosecretario serán<br />

<strong>de</strong>signados <strong>de</strong> fuera <strong>de</strong> los integrantes <strong>de</strong> la Asamblea.<br />

- La convocatoria <strong>de</strong> un período extraordinario durante un receso <strong>de</strong><br />

la Asamblea pue<strong>de</strong> ser realizado, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la<br />

Asamblea que ya está facultado, por el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República o<br />

tan solo por la mayoría absoluta <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> la Cámara,<br />

reduciendo el número actual <strong>de</strong> dos tercios, lo que <strong>de</strong>mocratiza el<br />

criterio <strong>de</strong> convocatoria extraordinaria <strong>de</strong>l órgano en período <strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso.<br />

Sin embargo, también hay que <strong>de</strong>stacar algunas cuestiones que podían<br />

haberse mejorado <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1998 y que se han mantenido. Por<br />

un lado, la exigencia <strong>de</strong> que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> que exista un reglamento <strong>de</strong> la<br />

Cámara, ésta misma institución <strong>de</strong>ba aprobar una ley orgánica sobre la<br />

Función Legislativa. Se trata, evi<strong>de</strong>ntemente, <strong>de</strong> un error conceptual pues<br />

el reglamento parlamentario tiene fuerza y valor <strong>de</strong> ley, ya que es una norma<br />

jurídica que elabora el órgano legislativo en ejercicio <strong>de</strong> sus funciones. Por<br />

ello, con respecto a las <strong>de</strong>más funciones <strong>de</strong>l Estado, es lógico que el<br />

Parlamento elabore una ley orgánica que regule su funcionamiento y el <strong>de</strong><br />

sus órganos. Pero al tratarse la Función Legislativa <strong>de</strong> una actividad que solo<br />

pue<strong>de</strong> realizar el Parlamento, no tiene sentido la duplicidad ley<br />

orgánica/reglamento <strong>de</strong> funcionamiento.<br />

A<strong>de</strong>más, técnicamente, al tener que ser la ley <strong>de</strong> la Función Legislativa<br />

una ley orgánica, pues regula la organización <strong>de</strong> una función <strong>de</strong>l Estado,<br />

no hacía falta que se indicara que dicha ley <strong>de</strong>be ser aprobada y modificada<br />

por mayoría absoluta <strong>de</strong>l Parlamento. Y, por el contrario, al distinguir entre<br />

167


RO B E R T O VI C I A N O PA S T O R<br />

ley y reglamento, la nueva Constitución no prevé que el reglamento <strong>de</strong>ba<br />

ser aprobado o reformado por mayoría absoluta <strong>de</strong> la Cámara, como pareciera<br />

aconsejable para conseguir cierta estabilidad en las normas <strong>de</strong> funcionamiento<br />

interno <strong>de</strong> la Asamblea.<br />

Con todo, lo que parece más criticable <strong>de</strong>l nuevo texto constitucional<br />

en este tema es la eliminación <strong>de</strong> la reserva <strong>de</strong> algún puesto <strong>de</strong><br />

Vicepresi<strong>de</strong>nte para las minorías. La nueva redacción nada establece al respecto<br />

<strong>de</strong>jando, por tanto, abierta la posibilidad <strong>de</strong> que, en un juego <strong>de</strong><br />

alianzas, la mayoría parlamentaria con sus aliados pueda copar todos los<br />

puestos directivos <strong>de</strong> la Asamblea.<br />

2.6. Consi<strong>de</strong>raciones sobre los tipos <strong>de</strong> leyes<br />

En relación a la diferenciación entre leyes orgánicas y leyes ordinarias tampoco<br />

son mayores los aportes <strong>de</strong>l constituyente <strong>de</strong>l 2008, <strong>de</strong>biendo <strong>de</strong>stacarse<br />

que se perdió una oportunidad <strong>de</strong> enmendar un error conceptual que<br />

existe en la Constitución <strong>de</strong> 1998. Se trata <strong>de</strong>l hecho <strong>de</strong> atribuir jerarquía<br />

normativa a las leyes orgánicas sobre las leyes ordinarias cuando la lógica <strong>de</strong><br />

su diferenciación resi<strong>de</strong> tan solo en la materia regulada y en la mayoría<br />

requerida para aprobar la norma. La razón <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> las leyes orgánicas es<br />

simplemente que algunas leyes, por la importancia <strong>de</strong> su objeto, <strong>de</strong>ben contar<br />

con un apoyo parlamentario mayor que las leyes ord i n a r i a s .<br />

Evi<strong>de</strong>ntemente, lo establecido por una ley orgánica no pue<strong>de</strong> ser modificado<br />

por una ley ordinaria en las materias reservadas a ley orgánica. Pero no<br />

por ser jerárquicamente superior sino porque la ley ordinaria no pue<strong>de</strong><br />

regular esa materia, pues está reservada a la ley orgánica. Se trata <strong>de</strong> una<br />

cuestión <strong>de</strong> reserva por razón <strong>de</strong> materia y no <strong>de</strong> jerarquía normativa.<br />

2.7. Aportes sobre el procedimiento legislativo<br />

Con respecto a la regulación básica que el nuevo texto constitucional realiza<br />

sobre el procedimiento legislativo también el resultado es bastante continuista,<br />

aunque se realizan algunas mejoras.<br />

Sustancialmente, la iniciativa parlamentaria para presentar proyectos <strong>de</strong><br />

ley se atribuye al cinco por ciento <strong>de</strong> los integrantes <strong>de</strong> la Cámara en lugar<br />

168


<strong>de</strong> a un número exacto <strong>de</strong> miembros, permitiendo con ello una mayor flexibilidad<br />

a la hora <strong>de</strong> aumentar o disminuir el número <strong>de</strong> componentes <strong>de</strong><br />

la Asamblea mediante la ley <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la Función Legislativa.<br />

También se atribuye dicha iniciativa, en el ámbito <strong>de</strong> sus competencias, a<br />

las <strong>de</strong>más funciones <strong>de</strong>l Estado abriendo la legitimidad <strong>de</strong> presentar proye ctos<br />

<strong>de</strong> ley <strong>de</strong> una manera coherente con la nueva estructura pentagonal <strong>de</strong><br />

funciones. A este respecto tan solo queda por aclarar si en el caso <strong>de</strong> la<br />

Función Electoral y la Función Judicial, se atribuirá la facultad <strong>de</strong> pre s e n t a r<br />

p royectos <strong>de</strong> ley a los órganos <strong>de</strong> gobierno <strong>de</strong> dichas funciones (Consejo<br />

Nacional Electoral y Consejo <strong>de</strong> la Judicatura) y no a los órganos jurisdiccionales<br />

(Tribunal Contencioso Electoral y Corte Nacional <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong>) con el fin<br />

<strong>de</strong> evitar la inci<strong>de</strong>ncia en la legislación <strong>de</strong> los órganos que <strong>de</strong>ben aplicarla.<br />

Igualmente, aunque se reitera la posibilidad <strong>de</strong> que tengan iniciativa<br />

legislativa las organizaciones sociales, se les exige que tengan una mínima<br />

representatividad social fijada en el necesario respaldo <strong>de</strong> su iniciativa legislativa<br />

por el cero punto veinticinco por ciento <strong>de</strong> la ciudadanía ecuatoriana<br />

inscrita en el padrón electoral nacional. Todo ello con el fin <strong>de</strong> racionalizar<br />

el uso <strong>de</strong> la iniciativa legislativa popular, evitando una utilización torticera<br />

por parte <strong>de</strong> organizaciones con nula representatividad social.<br />

También a efectos <strong>de</strong> la clarificación <strong>de</strong>l impacto <strong>de</strong> dichas iniciativas<br />

legislativas, se exige que, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> tener que presentar un articulado completo,<br />

se señalen los artículos que con la nueva ley serán <strong>de</strong>rogados o modificados<br />

en esa o en otra ley.<br />

Por último, extien<strong>de</strong> el plazo para que el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República<br />

pueda presentar objeciones a una ley aprobada por la Asamblea, pasando <strong>de</strong><br />

los actuales diez días a treinta jornadas, lo que, sin duda, permitirá un mejor<br />

estudio <strong>de</strong> la norma por el máximo responsable <strong>de</strong> la Función Ejecutiva, lo<br />

que <strong>de</strong>biera redundar en una mayor capacidad <strong>de</strong> generar propuestas <strong>de</strong><br />

mejora <strong>de</strong> la ley.<br />

III. Conclusiones<br />

LA FU N C I Ó N L E G I S L AT I VA E N L A N U E VA CO N S T I T U C I Ó N D E EC U A D O R<br />

Del análisis <strong>de</strong> este capítulo <strong>de</strong> la nueva Constitución pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse<br />

que se trata <strong>de</strong> una regulación que no tiene gran<strong>de</strong>s innovaciones sobre el<br />

169


RO B E R T O VI C I A N O PA S T O R<br />

actual texto constitucional, y aunque presenta algunas <strong>de</strong>ficiencias <strong>de</strong><br />

estructura, aporta mejoras que redundan en la <strong>de</strong>mocratización <strong>de</strong> los procedimientos<br />

y, <strong>de</strong>sgraciadamente, no resuelve algunos <strong>de</strong>fectos presentes en<br />

la Constitución <strong>de</strong> 1998.<br />

Si realizamos una lectura sistemática <strong>de</strong> este capítulo con el que regula<br />

la Función Ejecutiva, podremos concluir que, en ningún caso, pue<strong>de</strong> ser<br />

calificado el texto constitucional como <strong>de</strong> hiper-presi<strong>de</strong>ncialista, como<br />

algunas fuerzas políticas y medios <strong>de</strong> comunicación han <strong>de</strong>fendido este<br />

punto <strong>de</strong> vista sin aportar, obviamente, argumentos jurídicos al respecto.<br />

170


Hacia un nuevo sistema <strong>de</strong> gobierno:<br />

diseño institucional <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>ncialismo en la<br />

nueva Constitución <strong>de</strong>l Estado ecuatoriano<br />

Rafael Balda Santistevan*<br />

Sumario<br />

I. Introducción. II. El sistema presi<strong>de</strong>ncialista. Características y <strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s.<br />

III. El diseño <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong>l 2008. IV. Los po<strong>de</strong>res <strong>constitucionales</strong><br />

<strong>de</strong>l Ejecutivo.<br />

I. Introducción<br />

Según la perspectiva teórica a la que se adhiera, los académicos brindan<br />

mayor o menor importancia a los factores contextuales, antropológicos, históricos<br />

o institucionales, sobre el <strong>de</strong>sempeño <strong>de</strong> los sistemas políticos y su<br />

inci<strong>de</strong>ncia en las condiciones integrales <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> los ciudadanos <strong>de</strong> una<br />

nación <strong>de</strong>terminada. Cualquiera sea el enfoque que se adopte, resulta imposible<br />

pasar por alto el impacto real y profundo que la elección <strong>de</strong> un sistema<br />

<strong>de</strong> gobierno, y la particular configuración institucional a través <strong>de</strong> la<br />

cual se articula, ejercen sobre las condiciones sociopolíticas <strong>de</strong> los países.<br />

* Politólogo, especialista en Relaciones Internacionales <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Palermo y Abogado<br />

e g resado <strong>de</strong> la Un i versidad Católica <strong>de</strong> Santiago <strong>de</strong> Guayaquil. Se c retario <strong>de</strong>l Consejo<br />

Latinoamericano <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong>l Derecho Internacional y Comparado, Capítulo Ecuador<br />

(COLADIC Ecuador). rafael.balda@gmail.com<br />

171


RA FA E L BA L D A SA N T I S T E VA N<br />

Después <strong>de</strong> todo, las instituciones conforman las reglas <strong>de</strong> juego <strong>de</strong> la sociedad;<br />

establecen limitaciones y restricciones al comportamiento humano al<br />

estructurarlo en base a incentivos y <strong>de</strong>sincentivos 1 . El sistema <strong>de</strong> gobierno,<br />

por su directa relación con la matriz <strong>de</strong> instituciones políticas que significa<br />

el Estado, necesariamente <strong>de</strong>be jugar un papel fundamental en este rubro.<br />

No es <strong>de</strong> extrañar, por tanto, que uno <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>bates <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />

la ciencia política contemporánea se haya centrado en las bonda<strong>de</strong>s o <strong>de</strong>fectos<br />

<strong>de</strong> los sistemas <strong>de</strong> gobierno. El análisis puntual <strong>de</strong> las <strong>de</strong>mocracias en<br />

América Latina encendió, a partir <strong>de</strong> los años 80 <strong>de</strong>l siglo pasado, una<br />

intensa discusión sobre si el sistema presi<strong>de</strong>ncialista podía ser uno <strong>de</strong> los factores<br />

<strong>de</strong> mayor responsabilidad en el fracaso <strong>de</strong> las <strong>de</strong>mocracias en esta<br />

región y en el aparente sino <strong>de</strong> inestabilidad y ruptura institucional que<br />

caracteriza la vida política <strong>de</strong> nuestros países. Esta lucha académica resultó<br />

en diversos estudios comparativos 2 que buscan resaltar los aspectos que<br />

hacen preferible al parlamentarismo sobre el presi<strong>de</strong>ncialismo o, por el contrario,<br />

niegan que el presi<strong>de</strong>ncialismo contenga un entramado institucional<br />

intrínsecamente generador <strong>de</strong> inestabilidad política.<br />

La nueva Constitución ecuatoriana agrega un nuevo y particular caso<br />

<strong>de</strong> estudio para el trabajo <strong>de</strong> los académicos alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l orbe: un presi<strong>de</strong>ncialismo<br />

sui géneris, estructurado con importantes variantes institucionales<br />

que lo separan <strong>de</strong>l canon tradicionalmente atribuido a esta forma <strong>de</strong><br />

gobierno.<br />

1 Para ahondar sobre las nuevas perspectivas institucionalistas pue<strong>de</strong> revisarse a B. Guy Peters, El<br />

nuevo institucionalismo: Teoría Institucional en Ciencia Política”, Gedisa, 2003 o Douglass C.<br />

North, Institutions, Institutional Change and Economic Performance, Cambridge University Press,<br />

1990.<br />

2 Véase, entre varios otros, Juan J. Linz, Democracia presi<strong>de</strong>ncial o parlamentaria: ¿Hace alguna diferencia?,<br />

Los peligros <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>ncialismo, y The virtues of parliamentarism; Juan J. Linz y Arturo<br />

Valenzuela (editores), “The failure of Presi<strong>de</strong>ntial Democracy”; Giovanni Sartori, Ingeniería constitucional<br />

comparada y Ni presi<strong>de</strong>ncialismo ni parlamentarismo; Jose Antonio Cheibub, Adam<br />

Przeworski y Fernando Papaterra Limongi Neto, What makes <strong>de</strong>mocracias endure ? ; S c o t t<br />

Mainwaring y Matthew Soberg Shugart, Juan J. Linz: Presi<strong>de</strong>ncialismo y <strong>de</strong>mocracia. Una revisión<br />

crítica, y Presi<strong>de</strong>ncialismo y <strong>de</strong>mocracia en América Latina: revisión <strong>de</strong> los términos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate;<br />

Matthew S. Shugart y John M. Carey, Presi<strong>de</strong>nts and Assemblies: Constitutional Design and Electoral<br />

Dynamics; Arend Lijphart, Mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocracia: Formas <strong>de</strong> gobierno y resultados en treinta y seis<br />

países; Dieter Nohlen, Presi<strong>de</strong>ncialismo versus parlamentarismo: dos enfoques contrapuestos.<br />

172


HA C I A U N N U E V O S I S T E M A D E G O B I E R N O<br />

Estas consi<strong>de</strong>raciones justifican un análisis, aun si breve, <strong>de</strong>l nuevo presi<strong>de</strong>ncialismo<br />

ecuatoriano y <strong>de</strong> los aspectos que lo vuelven tan singular. El<br />

presente trabajo preten<strong>de</strong> asumir esa tarea a través <strong>de</strong> una somera caracterización<br />

<strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>ncialismo, para proce<strong>de</strong>r, luego, a comparar el tipo establecido<br />

con el diseño institucional que propone la nueva Constitución <strong>de</strong>l<br />

Estado ecuatoriano. Por último, con el objetivo <strong>de</strong> presentar un cuadro más<br />

completo, i<strong>de</strong>ntificaremos los principales po<strong>de</strong>res <strong>constitucionales</strong> que la<br />

nueva Carta Magna otorga a la Función Ejecutiva, a partir <strong>de</strong> la tipología<br />

propuesta por Scott Mainwaring y Matthew Soberg Shugart 3 , y los compararemos<br />

con los que le confería la Constitución reformada y codificada en<br />

1998.<br />

II. El sistema presi<strong>de</strong>ncialista. Características y <strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s<br />

El presi<strong>de</strong>ncialismo, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l marco <strong>de</strong> una república <strong>de</strong>mocrática 4 , se<br />

caracteriza por tres rasgos esenciales: (i) la existencia <strong>de</strong> un cargo unipersonal<br />

que concentra las funciones <strong>de</strong> Jefe <strong>de</strong> Estado y Jefe <strong>de</strong> Gobierno –el<br />

cargo <strong>de</strong> presi<strong>de</strong>nte–, (ii) el presi<strong>de</strong>nte y la asamblea legislativa son elegidos<br />

por voto popular, y (iii) los mandatos, tanto <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte como <strong>de</strong> los<br />

miembros <strong>de</strong> la asamblea legislativa, están sujetos a términos fijos o rígidos<br />

y la “supervivencia <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> ellos en el cargo no <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong>l otro 5 ”.<br />

Adicionalmente, se suele anotar que en los sistemas presi<strong>de</strong>ncialistas, los<br />

ministros respon<strong>de</strong>n al presi<strong>de</strong>nte y solo pue<strong>de</strong>n ser <strong>de</strong>signados o <strong>de</strong>stituidos<br />

por él, y que el presi<strong>de</strong>nte no pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>stituido por la asamblea legislativa,<br />

salvo el caso <strong>de</strong> juicio político –en los países que existe.<br />

3 Scott Mainwaring y Matthew Soberg Shugart, “Presi<strong>de</strong>ncialismo y Democracia en América Latina:<br />

revisión <strong>de</strong> los términos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate”, en Presi<strong>de</strong>ncialismo y <strong>de</strong>mocracia en América Latina”, Scott<br />

Mainwaring y Matthew Soberg Shugart (compiladores), Paidós, 2002.<br />

4 Partiendo <strong>de</strong> la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> Schumpeter –en Capitalismo, Socialismo y Democracia– que la entien<strong>de</strong><br />

como el mecanismo institucional cuyo fin es llegar a <strong>de</strong>cisiones políticas, por el cual los individuos<br />

adquieren la facultad <strong>de</strong> <strong>de</strong>cidir mediante una lucha competitiva por el voto <strong>de</strong>l pueblo, consi<strong>de</strong>ramos<br />

como una <strong>de</strong>mocracia a aquella forma política <strong>de</strong> organización social que cumple los<br />

criterios para ser consi<strong>de</strong>rada un poliarquía, según los estableció Robert Dahl en Polyarchy:<br />

Participation and Opposition, Yale University Press, 1971.<br />

5 Scott Mainwaring y Matthew Soberg Shugart. op. cit., p. 25.<br />

173


RA FA E L BA L D A SA N T I S T E VA N<br />

Los rasgos que caracterizan al presi<strong>de</strong>ncialismo, a su vez, han dado pie<br />

a las principales críticas que ha recibido. Los argumentos contra el presi<strong>de</strong>ncialismo,<br />

expresados principalmente en el prolífico trabajo <strong>de</strong> Juan J. Linz 6 ,<br />

se pue<strong>de</strong>n resumir en los siguientes:<br />

(1) La “doble legitimidad”. Por esencia, el presi<strong>de</strong>ncialismo se fundamenta<br />

en la división clara <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res (o funciones). Así, tenemos un ejecutivo visiblemente<br />

separado <strong>de</strong>l legislativo. Sin embargo, ambos órganos pue<strong>de</strong>n<br />

reclamar el mismo origen y causa <strong>de</strong> su ejercicio político: el voto popular, y<br />

por extensión, el pueblo mismo. Ocurre, entonces, que existen dos instancias<br />

<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r que reclaman idénticamente la legitimidad <strong>de</strong> la representación<br />

popular. En momentos <strong>de</strong> alta tensión política, nos enfrentamos a reivindicaciones<br />

rivales <strong>de</strong> legitimidad, en que cada parte, presi<strong>de</strong>nte y asamblea<br />

legislativa, reclaman para sí el monopolio <strong>de</strong> la representación <strong>de</strong> los<br />

intereses <strong>de</strong>l pueblo. En el presi<strong>de</strong>ncialismo no habría ningún principio<br />

<strong>de</strong>mocrático para resolver este conflicto 7 , lo cual genera endémicas rupturas<br />

institucionales.<br />

(2) Los mandatos fijos generan una “rigi<strong>de</strong>z sistémica” que inhabilita a las<br />

<strong>de</strong>mocracias presi<strong>de</strong>ncialistas para lidiar con las crisis. Si el mandato <strong>de</strong> la<br />

asamblea legislativa o <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte es <strong>de</strong>, digamos, cuatro años, y surge<br />

una crisis a mitad <strong>de</strong> período, los actores políticos tienen dos opciones:<br />

esperar hasta el final <strong>de</strong> los respectivos períodos <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte y los representantes<br />

legislativos, o recurrir a arreglos anti<strong>de</strong>mocráticos o mecanismos<br />

para<strong>constitucionales</strong> para dar solución a las crisis 8 .<br />

6 Ver segunda nota al pie <strong>de</strong> página, para un referencia <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> los trabajos <strong>de</strong> Linz sobre esta<br />

temática.<br />

7 Juan J. Linz, “Presi<strong>de</strong>ntial or Parliamentary Democracy: Does It Make a Difference?”, en The<br />

Failure of Presi<strong>de</strong>ntial Democracy”, Juan J. Linz y Arturo Valenzuela (editores), John Hopkins<br />

University Press, 1994, p. 7.<br />

8 Una tercera opción, constitucionalmente habilitada es la conducción <strong>de</strong> un juicio político o<br />

“impeachment”, en el caso <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte. No obstante, el juicio político resulta <strong>de</strong> muy difícil<br />

convocatoria y aún más difícil resolución a favor <strong>de</strong> la <strong>de</strong>stitución, por la dureza <strong>de</strong> los requisitos<br />

exigidos. En muestra <strong>de</strong> ello, revísese la historia política ecuatoriana <strong>de</strong> los últimos 30 años; en ningún<br />

caso se condujo un verda<strong>de</strong>ro juicio político exitoso, sino que por el contrario, la solución a<br />

las crisis políticas se dio por vías <strong>de</strong> hecho o vías para<strong>constitucionales</strong>. En el resto <strong>de</strong> América, casos<br />

174


HA C I A U N N U E V O S I S T E M A D E G O B I E R N O<br />

(3) El problema <strong>de</strong> los mandatos fijos se acrecienta como resultado <strong>de</strong> la<br />

lógica <strong>de</strong> “juego <strong>de</strong> suma cero” <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>ncialismo, por la cual “el ganador<br />

se lleva todo”. Es que, en <strong>de</strong>finitiva, los actores políticos “que pier<strong>de</strong>n las<br />

elecciones para presi<strong>de</strong>nte, pier<strong>de</strong>n el premio más importante 9 ”. Los actores<br />

políticos per<strong>de</strong>dores tienen pocos incentivos para cooperar, pues el fracaso<br />

<strong>de</strong>l gobernante <strong>de</strong> turno significa el aumento <strong>de</strong> sus posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

éxito en las próximas elecciones en que esté en juego “el premio mayor”. En<br />

este contexto, los presi<strong>de</strong>ntes asumen el po<strong>de</strong>r en el marco <strong>de</strong> “una crisis <strong>de</strong><br />

po<strong>de</strong>res o ésta aflora a los pocos meses cuando es redituable atacarlos 10 ”.<br />

Unida esta circunstancia a los ya citados problemas <strong>de</strong> doble legitimidad y<br />

mandatos fijos, el bloqueo legislativo se vuelve inevitable.<br />

(4) Por último, se <strong>de</strong>staca la ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>ncialismo al “inmov i l i sm<br />

o”, una situación <strong>de</strong> inacción en la formulación y ejecución <strong>de</strong> políticas,<br />

o, en términos <strong>de</strong> David Easton, en “la asignación autoritativa <strong>de</strong> va l ore<br />

s 1 1 ”. El inmovilismo es producto (i) <strong>de</strong> la mayor inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> gobiernos<br />

divididos, es <strong>de</strong>cir, situaciones en las que el presi<strong>de</strong>nte no cuenta con el<br />

a p oyo <strong>de</strong> un bloque mayoritario en la asamblea legislativa, y (ii) <strong>de</strong> la incapacidad<br />

intrínseca <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>ncialismo para manejar estas situaciones en<br />

los casos en que se presentan –por los problemas arriba enunciados–. Si<br />

bien la dificultad <strong>de</strong> lograr un gobierno <strong>de</strong> mayoría es función principalmente<br />

<strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> partidos y el sistema electoral, las papeletas divididas<br />

en las elecciones <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>ncialismo acentúan la importancia <strong>de</strong> las cualida<strong>de</strong>s<br />

personales <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte, facilitando que el electorado disocie la<br />

elección <strong>de</strong> re p resentantes legislativos (en la que inci<strong>de</strong> más fuertemente la<br />

i<strong>de</strong>ntificación partidaria) <strong>de</strong> la <strong>de</strong>l jefe <strong>de</strong>l Ej e c u t i vo, y en consecuencia,<br />

coloque en el po<strong>de</strong>r a un presi<strong>de</strong>nte con escaso apoyo partidario en la<br />

asamblea legislativa .<br />

como las <strong>de</strong>stitución <strong>de</strong> Collor <strong>de</strong> Mello en Brasil son realmente excepcionales. En la práctica, los<br />

mecanismos para remover constitucionalmente al presi<strong>de</strong>nte han sido inexistentes o inoperantes.<br />

9 Rafael Balda Santistevan, “Cambio y continuidad: La vorágine <strong>de</strong> la relaciones Ejecutivo-<br />

Legislativo en el Ecuador”, Revista Guayaquil, septiembre <strong>de</strong> 2007.<br />

10 Ibí<strong>de</strong>m.<br />

11 David Easton. “Categorías para el análisis sistémico <strong>de</strong> la política”, en Diez textos básicos <strong>de</strong> ciencia<br />

política, Ariel, 2001, p. 224.<br />

175


RA FA E L BA L D A SA N T I S T E VA N<br />

Más allá <strong>de</strong> importantes contrargumentaciones sobre el tema, los problemas<br />

intrínsecos que presenta el sistema presi<strong>de</strong>ncialista no son pocos y<br />

tienen trascen<strong>de</strong>ntales consecuencias en la eficacia y efectividad <strong>de</strong>l ejercicio<br />

gubernamental. Un diseño institucional mo<strong>de</strong>rno no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong><br />

lado estas consi<strong>de</strong>raciones al plantear un nuevo esquema que rija el funcionamiento<br />

<strong>de</strong>l Estado y la vida política en general.<br />

III. El diseño <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong>l 2008<br />

El constituyente <strong>de</strong> Montecristi se hizo cargo <strong>de</strong>l fardo <strong>de</strong> las constantes<br />

rupturas institucionales que el Ecuador ha soportado en los últimos quince<br />

años, y <strong>de</strong>cidió, apostando por el mantenimiento <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>ncialismo,<br />

optar por nuevos mecanismos que permitan atenuar las <strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s intrínsecas<br />

al sistema. Estos nuevos mecanismos convierten a la futura forma <strong>de</strong><br />

gobierno <strong>de</strong>l Ecuador en un caso sui géneris <strong>de</strong> presi<strong>de</strong>ncialismo, uno que<br />

seguramente concitará más <strong>de</strong> un estudio y análisis por parte <strong>de</strong> la intelligentsia<br />

política internacional.<br />

Bajo el paraguas <strong>de</strong> un inconfundible sistema presi<strong>de</strong>ncialista, el nuevo<br />

diseño constitucional introduce mecanismos propios <strong>de</strong>l parlamentarismo y<br />

el semipresi<strong>de</strong>ncialismo, y se aventura incluso a implementar figuras ajenas<br />

a toda tradición institucional.<br />

Sin lugar a dudas, la principal innovación <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong>l 2008<br />

es la facultad <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte para disolver la Asamblea Nacional. La<br />

Asamblea, a su vez, ve agregarse a su clásica pero subutilizada potestad <strong>de</strong><br />

someter al Presi<strong>de</strong>nte a juicio político por la comisión <strong>de</strong> <strong>de</strong>litos, la <strong>de</strong> <strong>de</strong>stituirlo<br />

sin la necesidad <strong>de</strong> enjuiciamiento, cuando consi<strong>de</strong>re que existe una<br />

grave crisis política o conmoción interna. Esta misma fórmula <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>ncia,<br />

la existencia <strong>de</strong> una grave crisis política o conmoción interna, se contempla<br />

también en el caso <strong>de</strong> la disolución <strong>de</strong> la asamblea por el presi<strong>de</strong>nte.<br />

Como po<strong>de</strong>mos observar, el criterio <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>ncia es político, y se<br />

encuentra enteramente librado a la <strong>de</strong>cisión –también política– <strong>de</strong>l jefe <strong>de</strong>l<br />

ejecutivo o <strong>de</strong>l órgano legislativo. La existencia <strong>de</strong> otras causales que requieren<br />

dictamen previo <strong>de</strong> la Corte Constitucional es anecdótica; en última<br />

instancia, tanto el ejecutivo como el legislativo pue<strong>de</strong>n obviar ese procedi-<br />

176


HA C I A U N N U E V O S I S T E M A D E G O B I E R N O<br />

miento y recurrir a la causal política para lograr el objetivo <strong>de</strong> terminar el<br />

período <strong>de</strong> quienes ejerzan la titularidad <strong>de</strong>l otro po<strong>de</strong>r. En la nueva<br />

Constitución, la <strong>de</strong>stitución <strong>de</strong> un Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser un evento constitucionalmente<br />

excepcional –como en la abrumadora mayoría <strong>de</strong> los sistemas<br />

presi<strong>de</strong>ncialistas– y, por lo tanto, estrictamente normado en sus requisitos<br />

<strong>de</strong> procedibilidad, para convertirse en una posibilidad política tan factible<br />

como el voto <strong>de</strong> no confianza a un jefe <strong>de</strong> gobierno –con la salvedad<br />

<strong>de</strong>l quórum <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión reforzado que se exige en el sistema ecuatoriano.<br />

Esta última cuestión nos lleva a un rasgo saliente <strong>de</strong>l nuevo presi<strong>de</strong>ncialismo<br />

ecuatoriano. Veíamos anteriormente que el presi<strong>de</strong>ncialismo se caracterizaba,<br />

entre otras propieda<strong>de</strong>s, por la existencia <strong>de</strong> términos fijos <strong>de</strong> permanencia<br />

en los cargos, por lo que la supervivencia <strong>de</strong> un po<strong>de</strong>r no <strong>de</strong>pendía<br />

<strong>de</strong>l otro. El nuevo presi<strong>de</strong>ncialismo ecuatoriano invierte totalmente este<br />

principio. La disolución <strong>de</strong> la Asamblea Nacional y la <strong>de</strong>stitución <strong>de</strong>l<br />

Presi<strong>de</strong>nte sin enjuiciamiento político previo, colocan precisamente la<br />

supervivencia <strong>de</strong> un po<strong>de</strong>r en manos <strong>de</strong>l otro, con una salvedad: al <strong>de</strong>terminar<br />

el fin <strong>de</strong>l período <strong>de</strong> un po<strong>de</strong>r, el po<strong>de</strong>r que lo hace pone asimismo fin<br />

al suyo propio. Éste es el mecanismo que se ha dado en llamar “muerte cruzada”,<br />

y que pone un límite al abuso <strong>de</strong> esta nueva facultad, al atribuir un<br />

notable costo político a su utilización. La existencia <strong>de</strong> tan alto costo <strong>de</strong>bería<br />

estimular en los actores políticos una actitud cooperativa, <strong>de</strong> cara a un<br />

probable escenario <strong>de</strong> crisis <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res que únicamente pue<strong>de</strong> ser resuelto<br />

mediante la salida <strong>de</strong> ambos bandos en conflicto y el sometimiento a las<br />

reglas <strong>de</strong> una lid electoral.<br />

El mecanismo atado <strong>de</strong> <strong>de</strong>stitución o disolución e inmediato llamado a<br />

nuevas elecciones legislativas y presi<strong>de</strong>nciales para el resto <strong>de</strong>l período crea<br />

una peculiar mixtura <strong>de</strong> accountability horizontal y vertical 12 . La accountability<br />

horizontal opera mediante “la existencia <strong>de</strong> agencias estatales que tienen<br />

autoridad legal y están fácticamente dispuestas y capacitadas para<br />

empren<strong>de</strong>r acciones, que van <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el control rutinario hasta sanciones legales<br />

o incluso “<strong>de</strong>stitución”, en relación con actos u omisiones <strong>de</strong> otros agen-<br />

12 El término accountability, <strong>de</strong> difícil traducción al castellano, implica responsabilidad, en el sentido<br />

<strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r a alguien por el resultado <strong>de</strong> un trabajo o gestión, en términos similares a los establecidos,<br />

por ejemplo, en un contrato <strong>de</strong> mandato.<br />

177


RA FA E L BA L D A SA N T I S T E VA N<br />

tes o agencias <strong>de</strong>l estado que pue<strong>de</strong>n, en principio o presuntamente, ser calificadas<br />

como ilícitos 13 ”, mientras que la accountability vertical <strong>de</strong>riva “(d)el<br />

hecho <strong>de</strong> que periódicamente los gobernantes <strong>de</strong>ben rendir cuentas ante las<br />

urnas 14 ”. Así, mientras la accountability horizontal apunta al control institucional<br />

–en el caso <strong>de</strong> nuestro interés por parte <strong>de</strong>l Ejecutivo al Legislativo<br />

y viceversa–, la accountability vertical constituye un control popular a través<br />

<strong>de</strong> las elecciones periódicas.<br />

La Constitución <strong>de</strong> Montecristi funda ambas clases <strong>de</strong> accountability,<br />

al generar la necesidad <strong>de</strong> que los po<strong>de</strong>res ejecutivo y legislativo operen con<br />

responsabilidad el uno frente al otro, pues siempre permanece latente la<br />

eventualidad <strong>de</strong> ser controlados através <strong>de</strong> las potesta<strong>de</strong>s políticas <strong>de</strong> disolución<br />

y <strong>de</strong>stitución. Lo interesante es que cualquiera <strong>de</strong> los po<strong>de</strong>res -<br />

Ejecutivo o Legislativo- que ejerzan su potestad <strong>de</strong> terminar el mandato <strong>de</strong>l<br />

otro, en virtud <strong>de</strong> la muerte cruzada, <strong>de</strong>berán respon<strong>de</strong>r electoralmente por<br />

su <strong>de</strong>cisión, frente al soberano.<br />

Todo diseño institucional <strong>de</strong>be enfrentarse a ciertos límites; el diseño<br />

<strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong>l 2008 no es la excepción. Los problemas anejos a la<br />

n a t u r a l eza más íntima <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>ncialismo, tales como la doble legitimidad<br />

o la lógica <strong>de</strong> juego <strong>de</strong> suma cero no pue<strong>de</strong>n re s o l verse sin abandonar<br />

el marco <strong>de</strong>l sistema presi<strong>de</strong>ncial y caminar hacia algún tipo <strong>de</strong> semipresi<strong>de</strong>ncialismo,<br />

en el escenario más conserva d o r 1 5 . Sin embargo, la nueva<br />

Constitución realiza un esfuerzo genuino por re s o l ver –o al menos atenuar–<br />

los principales problemas que aquejan a la forma presi<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong><br />

gobierno, tales como la falta <strong>de</strong> adaptabilidad a circunstancias políticas<br />

a d versas, el bloqueo legislativo y el consecuente inmovilismo <strong>de</strong> la política<br />

y el gobierno.<br />

13 Guillermo O’Donnell, “Accountability horizontal”, en Revista Ágora, Nº 8/, Verano <strong>de</strong> 1998, p.<br />

19.<br />

14 Guillermo O’Donnell, “¿Democracia <strong>de</strong>legativa?”, Cap. 10, Contrapuntos, Editorial Paidós,<br />

1997, p. 296.<br />

15 La lógica <strong>de</strong> juego <strong>de</strong> suma cero se podría atenuar, por ejemplo, mediante la creación <strong>de</strong> un jefe<br />

<strong>de</strong> gabinete elegido por la asamblea, que maneje algunas verda<strong>de</strong>ras potesta<strong>de</strong>s ejecutivas.<br />

178


HA C I A U N N U E V O S I S T E M A D E G O B I E R N O<br />

IV. Los po<strong>de</strong>res <strong>constitucionales</strong> <strong>de</strong>l Ejecutivo<br />

El <strong>de</strong>sempeño <strong>de</strong> un gobierno –y un sistema <strong>de</strong> gobierno– <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> en<br />

buena medida <strong>de</strong> la relación entre los po<strong>de</strong>res Ejecutivo y Legislativo.<br />

Mecanismos como los analizados en la sección anterior permiten disminuir<br />

la expectativa <strong>de</strong> situaciones <strong>de</strong> parálisis en las cuales resulte imposible ejercer<br />

el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> forma eficaz y eficiente. Sin embargo, en los sistemas presi<strong>de</strong>ncialistas<br />

los jefes <strong>de</strong>l ejecutivo cuentan con varias herramientas más a su<br />

alcance para influir en las políticas públicas a través <strong>de</strong> procesos legislativos.<br />

Esas herramientas serán más o menos amplias en función <strong>de</strong>l catálogo <strong>de</strong><br />

po<strong>de</strong>res que la Constitución le asigne.<br />

En esta sección analizaremos los po<strong>de</strong>res <strong>constitucionales</strong> <strong>de</strong>l Ejecutivo<br />

recurriendo, en términos generales, a la tipología creada por Scott<br />

Mainwaring y Matthew Soberg Shugart 16 . Para estos autores, los po<strong>de</strong>res<br />

<strong>constitucionales</strong> son “po<strong>de</strong>res inherentes al cargo <strong>de</strong> Presi<strong>de</strong>nte que obligan<br />

a que sus preferencias sean tomadas en cuenta a la hora <strong>de</strong> aprobar leyes 17 ”.<br />

En base a su tipología, Mainwaring y Shugart i<strong>de</strong>ntifican dos tipos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res<br />

<strong>constitucionales</strong>: los po<strong>de</strong>res proactivos y los po<strong>de</strong>res reactivos.<br />

Los po<strong>de</strong>res proactivos son aquellos que permiten al Presi<strong>de</strong>nte modificar<br />

la situación imperante, es <strong>de</strong>cir, establecer un nuevo statu quo, o intentar<br />

hacerlo. Debemos recordar que las elites y actores políticos son, por<br />

esencia, conservadores <strong>de</strong>l statu quo, por lo que las políticas que pretendan<br />

modificar una situación dada ten<strong>de</strong>rán a encontrar oposición <strong>de</strong> los distintos<br />

“actores <strong>de</strong> veto 18 ”. Los po<strong>de</strong>res proactivos permiten al Presi<strong>de</strong>nte<br />

impulsar políticas legislativas anti stato quo, incluso frente a la oposición <strong>de</strong><br />

actores <strong>de</strong> veto institucionales.<br />

Los po<strong>de</strong>res reactivos, por el contrario, capacitan al Presi<strong>de</strong>nte para<br />

<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r el statu quo frente a los afanes reformistas <strong>de</strong> los diversos actores<br />

16 Scott Mainwaring y Matthew Soberg Shugart. op. cit., pp. 48 - 58.<br />

17 Op. cit., p. 49.<br />

18 Para más información sobre el concepto <strong>de</strong> actores <strong>de</strong> veto, estudiar la obra <strong>de</strong> George Tsebelis,<br />

e n t re otros: “Decisión Making in Political Systems: Veto Pl a yers in Pre s i d e n t i a l i s m ,<br />

Parliamentarism, Multicameralism and Multipartyism” en British Journal of Political Science, Vol<br />

25, No. 3, Jul. 1995; Veto Players: How Political Institutions Work, Princeton University Press,<br />

2002; y “Veto Players an Institucional Análisis”, en Governance, Volume 13, issue 4.<br />

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RA FA E L BA L D A SA N T I S T E VA N<br />

políticos y, <strong>de</strong> manera concreta, los <strong>de</strong> una mayoría legislativa.<br />

La figura 1 da cuenta <strong>de</strong> los principales po<strong>de</strong>res <strong>constitucionales</strong> proactivos<br />

que tiene a su disposición el Ejecutivo. El po<strong>de</strong>r proactivo más importante<br />

con el que pue<strong>de</strong> contar un Presi<strong>de</strong>nte es el <strong>de</strong> dictar <strong>de</strong>cretos que<br />

establezcan nueva legislación, sin que esa atribución provenga <strong>de</strong> una facultad<br />

<strong>de</strong>legada por el po<strong>de</strong>r legislativo 19 . En esos casos, el Ejecutivo se<br />

encuentra en capacidad <strong>de</strong> imponer su criterio y dictar una norma contra el<br />

parecer <strong>de</strong>l órgano legislativo –así sea temporalmente.<br />

El po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>de</strong>creto, en áreas diversas, lo ejercen, en mayor medida, los<br />

presi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> países como Argentina y Brasil 20 . En el Ecuador, la<br />

Constitución <strong>de</strong> 1998 constriñe el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>de</strong>creto <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte al ámbito<br />

<strong>de</strong> la administración pública y la expedición <strong>de</strong> reglamentos <strong>de</strong> aplicación<br />

<strong>de</strong> una ley. La figura <strong>de</strong>l <strong>de</strong>creto-ley se contempla tan solo como herramienta<br />

para la promulgación <strong>de</strong> una norma aprobada tácitamente por el<br />

ministerio <strong>de</strong> la ley (por el fenecimiento <strong>de</strong>l plazo otorgado al legislativo<br />

para pronunciarse) en los casos <strong>de</strong> proyectos <strong>de</strong> urgencia económica.<br />

La Constitución <strong>de</strong>l 2008 nos trae un caso <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>creto legislativo<br />

cuando el Presi<strong>de</strong>nte ha hecho uso <strong>de</strong> su potestad <strong>de</strong> disolver a la<br />

Asamblea Nacional. El Presi<strong>de</strong>nte podrá dictar leyes por <strong>de</strong>creto previo dictamen<br />

favorable <strong>de</strong> la Corte Constitucional, y únicamente hasta la instalación<br />

<strong>de</strong> la nueva Asamblea. Si bien es cierto que la nueva Asamblea pue<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>rogar mediante el trámite legislativo ordinario las leyes dictadas por el<br />

Presi<strong>de</strong>nte durante ese interregno, dicha tarea pue<strong>de</strong> dificultarse por la<br />

imposibilidad en conformar la mayoría necesaria, o por la cantidad <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>cretos que <strong>de</strong>berían ser revisados en perjuicio <strong>de</strong>l trámite <strong>de</strong> las propias<br />

iniciativas legislativas <strong>de</strong> la Asamblea. Todo esto otorga al Presi<strong>de</strong>nte una<br />

notable iniciativa en el evento <strong>de</strong> que <strong>de</strong>cida recurrir a la disolución <strong>de</strong> la<br />

Asamblea Nacional.<br />

19 Un ejemplo similar a la <strong>de</strong>legación <strong>de</strong> facultad legislativa es el Estatuto <strong>de</strong>l Régimen Jurídico<br />

Administrativo <strong>de</strong> la Función Ejecutiva -aunque no constituye propiamente una Ley-, cuya expedición<br />

fue <strong>de</strong>legada por la Ley <strong>de</strong> Mo<strong>de</strong>rnización <strong>de</strong>l Estado al Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República.<br />

20 Llamados, respectivamente, <strong>de</strong>cretos <strong>de</strong> necesidad y urgencia, y medidas provisorias.<br />

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Otro importante po<strong>de</strong>r proactivo es el <strong>de</strong> convocar a un referéndum<br />

aprobatorio <strong>de</strong> normas jurídicas sin necesidad <strong>de</strong> autorización externa o<br />

cumplimiento <strong>de</strong> requisitos especiales. La convocatoria a referéndum franquea<br />

una opción más para <strong>de</strong>strabar un bloqueo legislativo, sin necesidad<br />

<strong>de</strong> llegar a la medida extrema <strong>de</strong> disolver la Asamblea. El Presi<strong>de</strong>nte pue<strong>de</strong><br />

intentar el cambio <strong>de</strong>l statu quo a su sola <strong>de</strong>cisión, en espera <strong>de</strong> que el soberano<br />

apruebe su propuesta. Esta potestad se extien<strong>de</strong> a tratados internacionales<br />

y la enmienda <strong>de</strong> la propia Constitución. En el mismo ámbito <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>mocracia directa, el Presi<strong>de</strong>nte posee la tremenda atribución <strong>de</strong> convocar<br />

a una consulta popular sobre la instalación <strong>de</strong> una Asamblea Constituyente<br />

que reforme toda la Constitución, con la misma carencia <strong>de</strong> requisitos que<br />

en los casos anteriores.<br />

El principal po<strong>de</strong>r reactivo <strong>de</strong> un presi<strong>de</strong>nte es el <strong>de</strong> vetar las iniciativas<br />

aprobadas en el órgano legislativo. La efectividad <strong>de</strong> este po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> veto para<br />

impedir el cambio <strong>de</strong> statu quo <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá <strong>de</strong>l alcance que se dé a su ejecución<br />

y los parámetros establecidos para que el Legislativo pueda insistir en<br />

su iniciativa. En este plano, el Ecuador es uno <strong>de</strong> los países que más refuerza<br />

los po<strong>de</strong>res presi<strong>de</strong>nciales, al conce<strong>de</strong>r al Ejecutivo un po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> veto total<br />

que obliga a archivar la iniciativa por un año, y luego <strong>de</strong> transcurrido éste,<br />

impone a la legislatura reunir los votos <strong>de</strong> dos tercios <strong>de</strong> sus miembros para<br />

insistir en su propuesta. Así, mientras un veto que pue<strong>de</strong> ser superado inmediatamente<br />

con solo una mayoría simple <strong>de</strong> presentes tiene poca utilidad<br />

práctica para un Presi<strong>de</strong>nte, un veto total en el sentido que consta en nuestras<br />

constituciones le confiere un inmenso po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> conservación.<br />

En algunas constituciones el veto pue<strong>de</strong>, a<strong>de</strong>más, ser parcial 21 , esto es,<br />

admitir que el Presi<strong>de</strong>nte vete solo un parte <strong>de</strong>l proyecto a la vez que se allana<br />

al resto. El Presi<strong>de</strong>nte no pue<strong>de</strong> promulgar la parte <strong>de</strong>l proyecto con la<br />

que concuerda –como si pue<strong>de</strong> hacerlo en unos pocos países–; el proyecto<br />

regresa íntegro, con las observaciones realizadas por el Ejecutivo, para que<br />

la Asamblea Legislativa se pronuncie. En este punto, el veto ecuatoriano<br />

toma un giro particular, al mutar <strong>de</strong> un po<strong>de</strong>r reactivo a un po<strong>de</strong>r proactivo.<br />

En efecto, las observaciones <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte impi<strong>de</strong>n que se apruebe un<br />

proyecto como lo envía el Legislativo -y en ese sentido, mantienen el statu<br />

21 También llamado item veto, pues se vetan items o disposiciones específicas <strong>de</strong> una ley.<br />

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quo- pero, a la vez, esas observaciones se convierten en una nueva iniciativa<br />

legal por parte <strong>de</strong>l Ejecutivo, una iniciativa que nace en superioridad <strong>de</strong><br />

condiciones, pues para evitar que se apruebe, tácitamente la Asamblea <strong>de</strong>berá<br />

reunir un quórum <strong>de</strong>cisorio equivalente a dos tercios <strong>de</strong> sus miembros.<br />

Esta “iniciativa legal” tiene sus límites, pues <strong>de</strong>be circunscribirse a las materias<br />

contempladas en el proyecto. No obstante y a <strong>de</strong>specho <strong>de</strong> interpretaciones<br />

restrictivas que ha realizado el viejo Congreso Nacional, el Presi<strong>de</strong>nte<br />

tiene plena libertad para proponer nuevos artículos y disposiciones –un<br />

“texto alternativo”– <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l marco <strong>de</strong> las materias propias <strong>de</strong> la nueva<br />

Constitución.<br />

Estos po<strong>de</strong>res son virtualmente idénticos en la Constitución <strong>de</strong>l 2008 y<br />

la <strong>de</strong> 1998, como se muestra en la figura 2, que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>talla otros po<strong>de</strong>res<br />

reactivos <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte. La iniciativa legislativa exclusiva constituye<br />

materia <strong>de</strong> una singular especie <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r reactivo. A primera vista podría<br />

enten<strong>de</strong>rse que la iniciativa legal exclusiva es un po<strong>de</strong>r proactivo, por cuanto<br />

faculta establecer un nuevo statu quo. Si bien esto es correcto, predomina<br />

en este tipo <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r una faz reactiva. Es <strong>de</strong>l caso que la iniciativa legislativa<br />

exclusiva <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte, en ciertas materias, acarrea la imposibilidad<br />

<strong>de</strong> que se modifique el statu quo, puesto que el Presi<strong>de</strong>nte ostenta el monopolio<br />

legal <strong>de</strong>l impulso al cambio en las materias que la constitución le<br />

reserva. De esta forma, el Presi<strong>de</strong>nte tiene la última palabra y, por tanto, el<br />

veto (en su forma más dura) para los proyectos <strong>de</strong> cambio a una situación<br />

sobre la cual él ostenta la facultad exclusiva <strong>de</strong> promover transformaciones.<br />

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RA FA E L BA L D A SA N T I S T E VA N<br />

En el balance, la comparación entre los po<strong>de</strong>res <strong>constitucionales</strong> <strong>de</strong> la<br />

Constitución codificada en 1998 y la Constitución <strong>de</strong>l 2008 muestra que<br />

existe un reforzamiento <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>ncialismo a través <strong>de</strong>l aumento <strong>de</strong> potesta<strong>de</strong>s<br />

para influir en las políticas legislativas <strong>de</strong> forma proactiva o reactiva.<br />

Este reforzamiento <strong>de</strong> las faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte, no obstante, tiene como<br />

correlato un aumento <strong>de</strong> los controles institucionales a los que <strong>de</strong>be sujetarse<br />

y atenerse el Jefe <strong>de</strong>l Ejecutivo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l ejercicio <strong>de</strong> su cargo. El diseño<br />

institucional, en su conjunto, se dirige a asegurar la eficacia <strong>de</strong> las funciones<br />

<strong>de</strong> gobierno a través <strong>de</strong> mecanismos que favorezcan soluciones <strong>constitucionales</strong><br />

a las inevitables crisis políticas, y a prevenir en lo posible la emergencia<br />

<strong>de</strong> crisis cuando éstas sean evitables.<br />

El éxito <strong>de</strong>l diseño <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá no solo <strong>de</strong> sus características estructurales,<br />

sino a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> otros factores institucionales externos, <strong>de</strong>l comportamiento<br />

<strong>de</strong> los actores, y <strong>de</strong>l contexto que sirva <strong>de</strong> marco a su aplicación. El<br />

constituyente ha puesto sobre la mesa las cartas para lograr la estabilidad<br />

institucional <strong>de</strong>l Estado, correspon<strong>de</strong> ahora a los lí<strong>de</strong>res políticos y sociales<br />

y a una ciudadanía activa y participativa asumir el reto <strong>de</strong> construir una<br />

<strong>de</strong>mocracia a la altura <strong>de</strong> las expectativas <strong>de</strong> todos los ecuatorianos.<br />

188


La Función Judicial y la justicia indígena<br />

en la nueva Constitución ecuatoriana<br />

Juan Montaña Pinto*<br />

Sumario<br />

I. Introducción. II. La justicia en el Estado Constitucional <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos.<br />

III. Principios <strong>constitucionales</strong> relativos a la justicia. 3.1. La sujeción <strong>de</strong> la<br />

justicia a la Constitución. 3.2. La separación entre administración <strong>de</strong> justicia<br />

y función judicial. 3.3. La in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la justicia. 3.4. El principio<br />

<strong>de</strong> responsabilidad. 3.5. La unidad jurisdiccional. IV. La estructura <strong>de</strong><br />

la función judicial en la nueva Constitución. 4.1. La nueva justicia ordinaria.<br />

4.2. El Consejo <strong>de</strong> la Judicatura. 4.3. Los órganos autónomos. 4.4. Los<br />

órganos auxiliares <strong>de</strong> la justicia. V. La justicia indígena en la nueva<br />

Constitución.<br />

I. Introducción<br />

Uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>bates más acalorados y agrios <strong>de</strong> la Asamblea Constituyente,<br />

al punto <strong>de</strong> ser una <strong>de</strong> las causas <strong>de</strong> la renuncia <strong>de</strong> Alberto Acosta a la pre-<br />

* Abogado <strong>de</strong> la Universidad Externado <strong>de</strong> Colombia, especialista en <strong>de</strong>recho público <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong><br />

Estudios Constitucionales <strong>de</strong> Madrid, Master en Historia <strong>de</strong>l Derecho <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong><br />

Messina (Italia), doctor en Derecho Constitucional <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Alicante.<br />

biofilopanciasta@hotmail.com<br />

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JU A N MO N TA Ñ A PI N T O<br />

si<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la Asamblea, fue la regulación <strong>de</strong> la función judicial en la<br />

Constitución. En este <strong>de</strong>bate se mezclaron, en dosis inusitadas, intereses<br />

partidistas, consi<strong>de</strong>raciones personales y mentiras <strong>de</strong> la más diversa índole.<br />

Sin embargo, a lo largo <strong>de</strong> los ocho meses <strong>de</strong> la Asamblea, nunca se dio un<br />

<strong>de</strong>bate serio sobre las condiciones y necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la reforma <strong>de</strong> la justicia.<br />

El objetivo <strong>de</strong>l presente trabajo no es, por supuesto, suplir extemporáneamente<br />

esta carencia. No es ni el momento ni mucho menos el lugar <strong>de</strong><br />

hacerlo. Eso quedará al juicio <strong>de</strong> la historia como una <strong>de</strong> las <strong>de</strong>udas históricas<br />

<strong>de</strong> la Asamblea Constituyente. En lugar <strong>de</strong> eso, se preten<strong>de</strong> hacer una<br />

breve aproximación teórica al resultado <strong>de</strong> ese <strong>de</strong>bate constituyente, para lo<br />

cual se hará un análisis crítico <strong>de</strong>l capítulo relativo a la función judicial y a<br />

la justicia indígena en la Constitución.<br />

Para llevarlo a cabo, se ha dividido el texto en tres apartados. En el primero<br />

se hace un estudio teórico <strong>de</strong> lo que significa la justicia en el Nuevo<br />

Estado Constitucional <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, haciendo énfasis en las modificaciones<br />

que este mo<strong>de</strong>lo constitucional garantista aporta a la teoría clásica <strong>de</strong> la<br />

separación <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res, lo cual significa formular una suerte <strong>de</strong> marco teórico<br />

implícito en la propuesta constitucional sobre justicia. En un segundo<br />

capítulo, se hace un estudio panorámico <strong>de</strong> los principales principios que<br />

rigen la administración <strong>de</strong> justicia, <strong>de</strong>mostrando las limitaciones <strong>de</strong>l constituyente<br />

a la hora <strong>de</strong> separarse <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo tradicional <strong>de</strong> justicia liberal,<br />

centrado en el principio <strong>de</strong> unidad jurisdiccional. Un tercer acápite contiene<br />

algunas consi<strong>de</strong>raciones generales sobre las principales innovaciones<br />

<strong>constitucionales</strong> a la estructura orgánica <strong>de</strong> la función judicial. Y, finalmente,<br />

una última sección está <strong>de</strong>dicada a hacer una lectura muy crítica <strong>de</strong>l<br />

mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> justicia indígena que aprobó la Asamblea Constituyente que, a<br />

nuestro juicio, constituyen un franco retroceso <strong>de</strong> lo conseguido en la<br />

Constitución <strong>de</strong> 1998 y particularmente <strong>de</strong> la regulación <strong>de</strong> ese <strong>de</strong>recho<br />

colectivo en el Convenio 169 <strong>de</strong> la OIT. El constituyente ecuatoriano <strong>de</strong>l<br />

2007, por un equivocado sentido <strong>de</strong> ciudadanía liberal, <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> lado las últimas<br />

conquistas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho internacional <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos en<br />

materia indígena, situación que es una vergüenza si se tiene en cuenta que<br />

cerca <strong>de</strong>l diez por ciento <strong>de</strong> los ecuatorianos son y se auto<strong>de</strong>finen como<br />

indígenas.<br />

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LA FU N C I Ó N JU D I C I A L Y L A J U S T I C I A I N D Í G E N A E N L A N U E VA CO N S T I T U C I Ó N E C U AT O R I A N A<br />

II. La justicia en el Estado Constitucional <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos<br />

Según el artículo 1 <strong>de</strong> la nueva Constitución, preparado por la Asamblea<br />

Constituyente, el nuevo Estado ecuatoriano es un Estado Constitucional <strong>de</strong><br />

los <strong>Derechos</strong> y <strong>Justicia</strong>. Este cambio, aparentemente semántico, tiene, sin<br />

embargo, una significación enorme. Implica la superación <strong>de</strong>finitiva en el<br />

Ecuador <strong>de</strong>l tradicional Estado legalista o <strong>de</strong> legalidad 1 , que ha prevalecido<br />

en el país <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la formación <strong>de</strong> la República, para adoptar el llamado<br />

mo<strong>de</strong>lo constitucional garantista o garantizado 2 .<br />

Como se sabe, el paradigma constitucional garantista preten<strong>de</strong> “rematerializar”<br />

la Constitución 3 , convertirla en una verda<strong>de</strong>ra norma; y no en<br />

cualquier norma, sino en la “norma suprema” <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>namiento y a partir<br />

<strong>de</strong> allí, disciplinar a todos los po<strong>de</strong>res públicos y a los particulares a la Carta<br />

fundamental. Este mo<strong>de</strong>lo también busca la transformación <strong>de</strong> la teoría<br />

jurídica tradicional <strong>de</strong>bido a que la práctica judicial <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser una operación<br />

<strong>de</strong> subsunción lógica para convertirse en una operación <strong>de</strong> argumentación<br />

y <strong>de</strong> interpretación.<br />

El resultado es la configuración <strong>de</strong> una nueva versión <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong><br />

Derecho, <strong>de</strong>nominado “Estado constitucional <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos”, cuyos rasgos<br />

característicos son la garantía real <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> las personas, a través<br />

<strong>de</strong> un sistema <strong>de</strong> justicia eficaz, in<strong>de</strong>pendiente y especializado; y la<br />

metamorfosis <strong>de</strong>l rol <strong>de</strong> los jueces, que asumen un papel esencial en el proceso<br />

<strong>de</strong> creación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho 4 .<br />

1 El legalismo es uno <strong>de</strong> los fundamentos <strong>de</strong>l positivismo jurídico <strong>de</strong>cimonónico, según el cual, la<br />

ley es la única o en todo caso suprema fuente <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho. Esta supremacía tiene algunas consecuencias<br />

importantes: a) La reducción <strong>de</strong> todo el <strong>de</strong>recho a la ley; b) la supremacía <strong>de</strong>l parlamento<br />

sobre los otros po<strong>de</strong>res <strong>de</strong>l Estado porque es quien crea la ley; c) La subordinación a la ley <strong>de</strong><br />

los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> los ciudadanos; d) la limitación <strong>de</strong> la función judicial a una tarea exclusivamente<br />

aplicativa <strong>de</strong> la ley; y e) la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> la Constitución como un mero programa directivo que<br />

<strong>de</strong>be ser materializado por la ley.<br />

2 Sobre el particular, ver: L. Ferrajoli, Derecho y razón, Madrid, Editorial Trotta, 1989.<br />

3 So b re el concepto <strong>de</strong> rematerialización constitucional, ver: L. Prieto Sanchis, “Tr i b u n a l<br />

Constitucional y positivismo Jurídico”, en: Teoría <strong>de</strong> la Constitución, Ensayos Escogidos, México,<br />

Editorial Porrúa, 2005, pp. 305 a 342.<br />

4 El Estado constitucional <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos es la versión más mo<strong>de</strong>rna <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho y, en ese<br />

sentido, comparte con las versiones anteriores sus características: al igual que el Estado <strong>de</strong> legali-<br />

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JU A N MO N TA Ñ A PI N T O<br />

Eso, obviamente, implica una re volución copernicana en la estru c t u r a<br />

<strong>de</strong>l Estado, pues conlleva la superación <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> la separación <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res<br />

formulada por Montesquieu a fines <strong>de</strong>l siglo XVIII. Pa rticularmente en<br />

el plano judicial, la asunción <strong>de</strong> este mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Estado implica cambiar la<br />

imagen <strong>de</strong> los jueces como po<strong>de</strong>r “invisible y nulo” 5 , para transformarlo en<br />

el eje articulador y garantía básica <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong>l Estado, a través <strong>de</strong> la<br />

limitaciones al po<strong>de</strong>r normativo <strong>de</strong>l legislador por parte <strong>de</strong> la Constitución,<br />

las cuales solo pue<strong>de</strong>n ser aseguradas a través <strong>de</strong> los tribunales <strong>de</strong> justicia,<br />

“cuya obligación, nos dice Hamilton en El Fe<strong>de</strong>ralista, es <strong>de</strong>clarar nulos<br />

todos los actos contrarios al tenor manifiesto <strong>de</strong> la Constitución” 6 .<br />

Por supuesto que este mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Estado y <strong>de</strong> justicia choca, en el caso<br />

ecuatoriano, con la cultura y la tradición jurídicas dominantes en el país, al<br />

punto <strong>de</strong> que para algunos este paradigma estatal es consi<strong>de</strong>rado como una<br />

verda<strong>de</strong>ra herejía jurídica. En Ecuador, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> comienzos <strong>de</strong>l siglo XIX y<br />

hasta nuestros días, la teoría <strong>de</strong> la separación <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res diseñada por la<br />

Constitución americana <strong>de</strong> 1787 permanecerá ignorada 7 y <strong>de</strong>nostada en<br />

dad <strong>de</strong>l siglo XIX, está sustentado y limitado en su actividad por el <strong>de</strong>recho y, <strong>de</strong> igual manera que<br />

el Estado social, preten<strong>de</strong> garantizar la cobertura universal <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s básicas <strong>de</strong> la población,<br />

a través <strong>de</strong> la prestación directa <strong>de</strong> servicios públicos.<br />

5 Como se sabe, la teoría liberal <strong>de</strong> la división <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res es atribuida tradicionalmente a<br />

Montesquieu. Este autor consi<strong>de</strong>raba que en un Estado <strong>de</strong>bía haber tres clases <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res: “el legislativo”,<br />

el “po<strong>de</strong>r ejecutivo” <strong>de</strong> las cosas que hacen relación con el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> gentes y el po<strong>de</strong>r ejecutivo<br />

<strong>de</strong> las cosas que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho civil, o “po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> juzgar”. Mediante la primera, se<br />

hacen las leyes, mediante la segunda, se hace la paz y la guerra y se establecen relaciones internacionales,<br />

y mediante la tercera, se castiga los crímenes y se juzgan las diferencias entre particulares.<br />

Según Montesquieu, estas funciones no solo están separadas sino que se limitan unas a otras a través<br />

<strong>de</strong> la facultad <strong>de</strong> bloquearse mutuamente (“faculte <strong>de</strong> empechar”). En opinión <strong>de</strong><br />

Montesquieu, el po<strong>de</strong>r legislativo <strong>de</strong>be estar en manos <strong>de</strong> las cámaras legislativas, el ejecutivo en<br />

manos <strong>de</strong>l Monarca y el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> juzgar <strong>de</strong>be ser un po<strong>de</strong>r “invisible y nulo”, ejercido transitoriamente<br />

por personas extraídas <strong>de</strong>l pueblo especialmente para ello. Como se ve en realidad, la “teoría<br />

<strong>de</strong> la separación <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res” tal cual la conocemos en la actualidad tiene una relación muy lejana<br />

con esta teoría <strong>de</strong> Montesquieu. “El verda<strong>de</strong>ro origen <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong>mocrática <strong>de</strong> la división <strong>de</strong><br />

po<strong>de</strong>res”, como bien señala Javier Pérez Royo, es “la Constitución fe<strong>de</strong>ral <strong>de</strong> 1787” y concretamente<br />

en El Fe<strong>de</strong>ralista. Sobre el particular, ver: J. Pérez Royo, Curso <strong>de</strong> Derecho Constitucional,<br />

Madrid, Marcial Pons, 2003. pp. 739 y ss.<br />

6 Ibí<strong>de</strong>m, p. 741.<br />

7 La duración <strong>de</strong> este “olvido” en Ecuador es particularmente larga e intensa, pues aquí, a comienzos<br />

<strong>de</strong>l siglo XXI todavía no se ha producido la confluencia entre las tradiciones europeas y nor-<br />

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beneficio <strong>de</strong> la visión francesa <strong>de</strong>l Estado y <strong>de</strong> la separación <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res;<br />

visión que en su afán <strong>de</strong> sepultar el “antiguo régimen”, con<strong>de</strong>na a la función<br />

judicial a <strong>de</strong>sempeñar un rol absolutamente subsidiario y <strong>de</strong>pendiente frente<br />

a los otros po<strong>de</strong>res públicos.<br />

En efecto, a diferencia <strong>de</strong> lo que ha ocurrido con las otras dos funciones<br />

clásicas <strong>de</strong>l Estado, en Ecuador, la función Judicial ha sido concebida,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1830, como un po<strong>de</strong>r no solo subsidiario, sino<br />

realmente <strong>de</strong>sconectado <strong>de</strong> las otros dos. La “subsidiaridad” se consigue a<br />

partir <strong>de</strong> la adopción irreflexiva y acrítica <strong>de</strong> la teoría positivista <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho<br />

8 que consi<strong>de</strong>ra que el <strong>de</strong>recho, una vez creado por el legislador, <strong>de</strong>be ser<br />

aplicado <strong>de</strong> un modo mecánico por el juez 9 . La “<strong>de</strong>sconexión <strong>de</strong> la jurisdicción”<br />

respecto <strong>de</strong> las otras funciones <strong>de</strong>l Estado se consigue a partir <strong>de</strong> la<br />

consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> esta función como un po<strong>de</strong>r jurídico in<strong>de</strong>pendiente y<br />

aséptico, en el cual las razones políticas, que tanto influyen en los otros<br />

po<strong>de</strong>res, no entran en juego 10 . En este contexto, el juez ha sido presentado<br />

por la teoría jurídica nacional como un ser neutral, un verda<strong>de</strong>ro autómata,<br />

cuya subjetividad, moral o política, en nada inci<strong>de</strong> en sus <strong>de</strong>cisiones, y<br />

cuya función se reduce a conocer y encontrar aquella única respuesta correcta<br />

que necesariamente contiene el or<strong>de</strong>namiento jurídico.<br />

Pero ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los años 30 <strong>de</strong>l siglo pasado, cuando los realistas y antiformalistas<br />

norteamericanos hicieron sus críticas a la teoría positivista <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>recho, se <strong>de</strong>mostró que los jueces, en su trabajo cotidiano, no actúan<br />

teamericana <strong>de</strong> constitucionalismo, que se produjo en Europa a partir <strong>de</strong> las Constituciones <strong>de</strong> las<br />

entreguerras y particularmente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la Segunda Guerra Mundial.<br />

8 Como se sabe, Norberto Bobbio entien<strong>de</strong> que la expresión positivismo jurídico tiene tres significaciones<br />

o ámbitos <strong>de</strong> aplicación separados: el “positivismo metodológico”, que hace referencia a<br />

un método <strong>de</strong> estudio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho; el “positivismo teórico o teoría positivista <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho”, que<br />

consi<strong>de</strong>ra al <strong>de</strong>recho como sinónimo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l Estado y el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l Estado como equivalente<br />

a la ley; y positivismo i<strong>de</strong>ológico o i<strong>de</strong>ología positivista, que consi<strong>de</strong>ra que todo <strong>de</strong>recho<br />

positivo es justo por el solo hecho <strong>de</strong> haber sido adoptado <strong>de</strong> manera válida. Sobre el particular,<br />

ver: A. Squella, Positivismo jurídico y <strong>de</strong>mocracia, Santiago, Aca<strong>de</strong>mia Chilena <strong>de</strong> Ciencias Sociales,<br />

1989, pp. 3 a 20.<br />

9 Según la teoría jurídica positivista el Derecho es un sistema <strong>de</strong> normas autorreferente, coherente,<br />

único y Completo, que <strong>de</strong>be ser aplicado <strong>de</strong> un modo mecánico por el juez. Sobre el particular,<br />

ver: L. Prieto Sanchis, Teoría <strong>de</strong>l Derecho, Madrid, Editorial Trotta, 2005, pp. 323 a 325.<br />

10 Sobre la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> la función judicial como un po<strong>de</strong>r exclusivamente jurídico que ni interviene<br />

ni <strong>de</strong>be intervenir en el proceso político, ver: J. Pérez Royo, op. cit, p. 893.<br />

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como autómatas ciegos, ni la jurisdicción es ese “po<strong>de</strong>r nulo y terrible” alejado<br />

<strong>de</strong> la política <strong>de</strong>l que hablaba Montesquieu. Las prácticas <strong>de</strong> los tribunales<br />

y los principios y reglas que guían el tránsito <strong>de</strong> la regla general a la<br />

<strong>de</strong>cisión particular no son una operación <strong>de</strong> subsunción lógica, sino un proceso<br />

<strong>de</strong> interpretación y argumentación 11 racional <strong>de</strong> las <strong>de</strong>cisiones sobre la<br />

base <strong>de</strong>l sentido común, <strong>de</strong> los valores, <strong>de</strong>l balance <strong>de</strong> los intereses políticos<br />

y <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> justicia imperante en la sociedad 12 .<br />

Justamente es en este ámbito <strong>de</strong> la política jurídica don<strong>de</strong>, con in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> valoraciones políticas partidistas y <strong>de</strong> los intereses personales<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>fensores y contradictores <strong>de</strong>l proceso constituyente ecuatoriano<br />

<strong>de</strong>l 2008, la nueva Constitución refleja una ruptura epistemológica<br />

respecto <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> jurisdicción y <strong>de</strong> justicia a que nos hemos re f erido<br />

en los párrafos anteriores. En efecto, la Constitución, como part e<br />

<strong>de</strong> su perfil i<strong>de</strong>ológico, abandona conscientemente, y ojalá <strong>de</strong> manera<br />

d e f i n i t i va, la teoría jurídica positivista pre valeciente en Ec u a d o r, para<br />

ser reemplazada por un entendimiento complejo y sustancial <strong>de</strong> la<br />

d e m o c r a c i a 1 3 que, <strong>de</strong> hacerse efectiva, producirá la eliminación <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>sequilibrios existentes entre los distintos po<strong>de</strong>res públicos a través <strong>de</strong>l<br />

f o rtalecimiento <strong>de</strong>l papel <strong>de</strong> la rama judicial <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la arq u i t e c t u r a<br />

c o n s t i t u c i o n a l .<br />

En el caso ecuatoriano, el re c h a zo al presi<strong>de</strong>ncialismo patrimonialista<br />

que ha caracterizado la vida política <strong>de</strong>l país en los últimos cien años,<br />

unido a la profunda crisis <strong>de</strong> legitimidad que sufre el mo<strong>de</strong>lo parlamentario<br />

racionalizado imperante en el Ec u a d o r, ha producido un re d i m e nsionamiento<br />

<strong>de</strong> la función jurisdiccional <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la estructura <strong>de</strong>l<br />

Estado, la cual tiene en la nueva Carta un papel protagónico hasta ahora<br />

11 Sobre el particular, ver: A. Ross, Sobre el <strong>de</strong>recho y la justicia, Buenos Aires, Ediciones Eu<strong>de</strong>ba,<br />

1997, pp. 143 y ss.<br />

12 La ley, según esta concepción, no sería más que un intento, más o menos fructífero <strong>de</strong> llevar a la<br />

práctica esta i<strong>de</strong>a.<br />

13 Este entendimiento sustancial <strong>de</strong> la Democracia está basado en: a) la constitucionalización total<br />

<strong>de</strong>l or<strong>de</strong>namiento jurídico; b) la eficacia plena <strong>de</strong> <strong>de</strong> los valores jurídicos representados en los <strong>de</strong>rechos<br />

fundamentales; c) la transformación <strong>de</strong>l juez en el verda<strong>de</strong>ro artífice <strong>de</strong> la relaciones Estado -<br />

sociedad. Sobre el particular, ver: L. Ferrajoli, <strong>Derechos</strong> y garantías, Madrid, Editorial Trotta,<br />

2001, pp. 23 y ss.<br />

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<strong>de</strong>sconocido en la impulsión y efectivización <strong>de</strong>l conjunto <strong>de</strong> las tare a s<br />

estatales. Concretamente, la asunción por parte <strong>de</strong> los ord e n a m i e n t o s<br />

<strong>constitucionales</strong> <strong>de</strong>l carácter normativo <strong>de</strong> la totalidad <strong>de</strong> las normas<br />

<strong>constitucionales</strong> y la centralidad que ha asumido el capítulo <strong>de</strong> <strong>de</strong>re c h o s<br />

y garantías <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la Constitución, producirá la aplicación directa <strong>de</strong><br />

la mayoría <strong>de</strong> los preceptos <strong>constitucionales</strong>, con lo cual la justicia se<br />

transforma irremediablemente. El ejercicio <strong>de</strong> esta función ya no pue<strong>de</strong><br />

enten<strong>de</strong>rse como la simple sujeción <strong>de</strong>l juez a la ley, sino que la labor <strong>de</strong><br />

los jueces se transforma en el mecanismo <strong>de</strong> control <strong>de</strong> la legitimidad<br />

constitucional <strong>de</strong> los quehaceres <strong>de</strong>l Estado, lo cual quiere <strong>de</strong>cir que, a<br />

p a rtir <strong>de</strong> la aprobación popular <strong>de</strong> la nueva Constitución, los jueces no<br />

solo aplicarán la ley sino que a<strong>de</strong>más comenzarán a participar en la <strong>de</strong>finición<br />

y control <strong>de</strong> las políticas públicas e incluso, en casos extremos, los<br />

jueces <strong>de</strong>berán intervenir en la ejecución <strong>de</strong> tareas tan técnicas y especializadas<br />

como <strong>de</strong> programación y ejecución financiera y presupuestaria, a<br />

t r a vés <strong>de</strong>l control <strong>de</strong> la constitucionalidad <strong>de</strong> las normas por parte <strong>de</strong> la<br />

justicia constitucional y <strong>de</strong> la aplicación directa e interpretación <strong>de</strong> los<br />

d e rechos fundamentales por parte <strong>de</strong> los jueces ord i n a r i o s .<br />

Éste es el nuevo mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> justicia que recoge, no sin contradicciones<br />

y dificulta<strong>de</strong>s, el titulo cuarto <strong>de</strong> la nueva Constitución, capítulo cuyo examen<br />

proce<strong>de</strong>remos a hacer a continuación.<br />

III. Principios <strong>constitucionales</strong> relativos a la justicia<br />

Como se sabe, los fundamentos políticos e i<strong>de</strong>ológicos <strong>de</strong> la Constitución<br />

se concretan en las secciones que recogen los principios <strong>constitucionales</strong><br />

sobre <strong>de</strong>terminada materia. En el caso <strong>de</strong> la función judicial, los principios<br />

que reflejan la visión política <strong>de</strong> los constituyentes referente al po<strong>de</strong>r estatal<br />

<strong>de</strong>l juzgar se encuentran en el capítulo IV <strong>de</strong>l título IV <strong>de</strong> la nueva<br />

Constitución. Concretamente, las tres primeras secciones <strong>de</strong>l capítulo IV se<br />

ocupan <strong>de</strong> los principios <strong>de</strong> organización y funcionamiento <strong>de</strong> la administración<br />

<strong>de</strong> justicia y <strong>de</strong> la función judicial. Los más importantes principios<br />

son los siguientes:<br />

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JU A N MO N TA Ñ A PI N T O<br />

3.1. La sujeción <strong>de</strong> la justicia a la Constitución<br />

Si bien el principio <strong>de</strong> sujeción <strong>de</strong> la justicia a la Constitución no está explícitamente<br />

reconocido en el texto constitucional, o por lo menos no lo está<br />

en la sección relativa a los principios <strong>de</strong> administración <strong>de</strong> la justicia, eso no<br />

significa que el constituyente no lo haya consagrado. Lo que ocurre es que<br />

está erróneamente ubicado en la sección tercera <strong>de</strong>l capítulo 4, relativo a la<br />

función judicial, cuando <strong>de</strong>bería ser el primero <strong>de</strong> los principios <strong>de</strong> administración<br />

<strong>de</strong> justicia.<br />

En ese sentido, si hacemos caso omiso a las abundantes dificulta<strong>de</strong>s formales<br />

<strong>de</strong> la Constitución, <strong>de</strong>rivadas <strong>de</strong> su apresurada concordancia por<br />

parte <strong>de</strong> la Comisión <strong>de</strong> Redacción <strong>de</strong> la Asamblea Constituyente, po<strong>de</strong>mos<br />

concluir, sin forzar <strong>de</strong>masiado el texto constitucional, que el artículo 172,<br />

inciso 1, en realidad recoge el principio <strong>de</strong> sujeción <strong>de</strong> la administración <strong>de</strong><br />

justicia a la Constitución.<br />

De manera sencilla, este principio prescribe que en un Estado constitucional<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, como el ecuatoriano, todas las personas que administren<br />

justicia están sujetas y <strong>de</strong>berán atenerse preferentemente, en su actividad<br />

jurisdiccional, al texto <strong>de</strong> la Constitución, en tanto ésta es la norma<br />

jurídica más importante y la fuente <strong>de</strong> todas las <strong>de</strong>más.<br />

Su consagración literal en la nueva Constitución es muy importante por<br />

dos razones básicas:<br />

- Porque permite dotar <strong>de</strong> legitimidad <strong>de</strong>mocrática directa a las <strong>de</strong>cisiones<br />

<strong>de</strong> las personas, órganos e instituciones que administren justicia en<br />

tanto sus <strong>de</strong>cisiones se toman a nombre <strong>de</strong>l pueblo y por su autoridad<br />

y con base en la aplicación directa <strong>de</strong>l texto redactado por el constituyente<br />

primario 14 . En ese sentido, la legitimidad <strong>de</strong>mocrática <strong>de</strong> la justicia<br />

no es como hasta ahora, una legitimidad indirecta, a través <strong>de</strong> la<br />

ley como expresión <strong>de</strong> la voluntad general, sino que es una legitimación<br />

directa <strong>de</strong>rivada <strong>de</strong>l propio pueblo, a través <strong>de</strong> la Constitución.<br />

- Porque es la manifestación concreta <strong>de</strong> la superación <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong><br />

legalidad formal, o estricta legalidad, que ha imperado en Ecuador<br />

14 En relación con la legitimación supra jurídica <strong>de</strong> la Constitución, ver: I. De Otto, Derecho<br />

Constitucional, sistema <strong>de</strong> fuentes, Barcelona, Editorial Ariel, 1997, pp. 25 y 26.<br />

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<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo <strong>de</strong> la República, y que con<strong>de</strong>naba al juez, en sus<br />

<strong>de</strong>cisiones, a soportar una <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia material frente al legislador que,<br />

como se analizó más arriba, significaba el <strong>de</strong>sconocimiento real <strong>de</strong> la<br />

separación <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res. Tal legitimación <strong>de</strong>mocrática directa es muy<br />

importante porque sin ella toda la construcción i<strong>de</strong>ológica y jurídica <strong>de</strong>l<br />

Estado constitucional <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos se <strong>de</strong>svanecería pues solamente la<br />

vinculación <strong>de</strong> quienes administran justicia a la Constitución garantiza<br />

la eficacia plena <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, que es fundamento y fin último <strong>de</strong>l<br />

nuevo Estado ecuatoriano.<br />

3.2. La separación entre administración <strong>de</strong> justicia y función judicial<br />

En la historia constitucional iberoamericana, el po<strong>de</strong>r judicial ha recibido,<br />

alternativamente, como si <strong>de</strong> sinónimos se tratara, los nombres <strong>de</strong> administración<br />

<strong>de</strong> justicia y <strong>de</strong> función judicial, según se ponga el acento en la parte<br />

funcional u orgánica. Por otra parte, la <strong>de</strong>nominación po<strong>de</strong>r o función judicial<br />

se ha utilizado en las constituciones <strong>de</strong> carácter progresista y liberal,<br />

mientras que el nombre administración <strong>de</strong> justicia se ha esgrimido en aquellas<br />

cartas <strong>constitucionales</strong> <strong>de</strong> origen conservador o mo<strong>de</strong>rado 15 .<br />

El proyecto <strong>de</strong> nueva Constitución separa las nociones. La primera la<br />

utiliza para <strong>de</strong>signar la potestad general <strong>de</strong> impartir justicia, mientras que la<br />

segunda noción es usada para <strong>de</strong>scribir el aparato estatal <strong>de</strong> justicia. El constituyente<br />

<strong>de</strong>cidió abandonar la sinonimia a efectos <strong>de</strong> reconocer, constitucionalmente,<br />

el pluralismo jurídico propio <strong>de</strong>l Ecuador, sin tener que sacrificar<br />

el principio liberal <strong>de</strong> unidad jurisdiccional. Según el nuevo texto<br />

constitucional 16 , la potestad <strong>de</strong> administrar justicia es una atribución que<br />

pue<strong>de</strong> ser ejercida no solo por el Estado, a través <strong>de</strong> sus órganos y funciones,<br />

sino también por otros sujetos <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho como son los pueblos y<br />

comunida<strong>de</strong>s indígenas y las personas individualmente consi<strong>de</strong>radas 17 .<br />

15 Sobre el particular, ver: J. Pérez Royo, op. cit., p.897.<br />

16 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 167.<br />

17 En esto, la nueva Constitución ecuatoriana se inscribe formalmente en la línea política <strong>de</strong> lo que<br />

se conoce como nuevo paradigma constitucional o nuevo constitucionalismo latinoamericano que,<br />

como parte <strong>de</strong>l reconocimiento <strong>de</strong>l carácter plurinacional y pluricultural <strong>de</strong> los Estados latinoamericanos,<br />

y particularmente <strong>de</strong>l nuevo Estado ecuatoriano, hace un reconocimiento explicito <strong>de</strong>l<br />

197


JU A N MO N TA Ñ A PI N T O<br />

Si hacemos una lectura crítica <strong>de</strong>l texto constitucional, y como una cosa<br />

es la intención <strong>de</strong>l constituyente y otra diferente la norma finalmente aprobada,<br />

es obvio que la redacción final <strong>de</strong> la norma <strong>de</strong>sconoce la intención <strong>de</strong>l<br />

constituyente. Específicamente, el artículo 168 <strong>de</strong> la nueva Constitución<br />

preten<strong>de</strong> establecer cuáles son los principios rectores <strong>de</strong> la administración<br />

<strong>de</strong> justicia en general, lo cual significaría que buscaría <strong>de</strong>finir los principios<br />

que reglan la actividad jurisdiccional no solo <strong>de</strong> los órganos estatales que<br />

cumplen funciones judiciales, sino también <strong>de</strong> los particulares que administran<br />

justicia y <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> justicia indígena y comunitaria que reconoce<br />

la Constitución. Sin embargo, lo que hace es recoger los principios clásicos<br />

relativos al po<strong>de</strong>r judicial estatal que traen todas las constituciones <strong>de</strong>l<br />

mundo 18 .<br />

Sin olvidar la importancia <strong>de</strong> estos principios, es evi<strong>de</strong>nte que salvo el<br />

principio <strong>de</strong> acceso a la justicia, que tiene un carácter más amplio y general,<br />

los <strong>de</strong>más se refieren a la función judicial estatal, produciéndose una<br />

falta <strong>de</strong> coherencia que <strong>de</strong>nota las prisas con que se hizo la compilación final<br />

<strong>de</strong> la Constitución, o bien, <strong>de</strong>muestra la vaciedad <strong>de</strong>l discurso pluralista <strong>de</strong><br />

los redactores <strong>de</strong> la Constitución. En cualquier caso, la solución se <strong>de</strong>be<br />

buscar en la interpretación que la Corte Constitucional haga <strong>de</strong> tales principios.<br />

3.3. La in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la justicia<br />

La in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la justicia busca que aquellas personas que administren<br />

justicia, y particularmente los jueces, se sientan libres <strong>de</strong> tomar sus <strong>de</strong>cisiones<br />

sin temer retaliaciones <strong>de</strong> otros órganos o po<strong>de</strong>res. En el constitucionalismo<br />

histórico comparado, esta in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia era entendida como una<br />

garantía individual <strong>de</strong> que eran titulares los jueces en el ejercicio <strong>de</strong> sus funciones.<br />

<strong>de</strong>recho y la justicia indígenas como una justicia válida <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l Ecuador, sin que eso signifique<br />

que sea una justicia estatal o que tenga una relación jerárquica <strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia con el aparato judicial<br />

ordinario.<br />

18 El artículo 168 <strong>de</strong> la nueva Constitución habla <strong>de</strong> los principios <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y autonomía<br />

<strong>de</strong> los órganos <strong>de</strong> la función judicial, <strong>de</strong> unidad jurisdiccional, <strong>de</strong> acceso a la justicia, <strong>de</strong> la publicidad<br />

<strong>de</strong> los procesos y <strong>de</strong> la oralidad.<br />

198


LA FU N C I Ó N JU D I C I A L Y L A J U S T I C I A I N D Í G E N A E N L A N U E VA CO N S T I T U C I Ó N E C U AT O R I A N A<br />

Sin embargo, la tradicional comprensión <strong>de</strong> la función <strong>de</strong> juzgar como<br />

po<strong>de</strong>r “nulo e invisible” que, como se dijo, hizo fortuna en Ecuador, produjo,<br />

en lo concerniente a la aplicación <strong>de</strong> este principio, su vaciamiento, pues<br />

so pretexto <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia se llegó a la arbitrariedad absoluta <strong>de</strong> los<br />

jueces, quienes no respondían jurídicamente ante nada ni ante nadie. Por<br />

ello, uno <strong>de</strong> los propósitos centrales <strong>de</strong> la Asamblea Constituyente, en relación<br />

con la administración <strong>de</strong> justicia, fue la re-materialización <strong>de</strong>l principio<br />

<strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia para hacerlo operante y vinculado con el principio <strong>de</strong><br />

responsabilidad.<br />

Sin embargo, la nueva Constitución no se limitó a normativizar el principio<br />

<strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia individual <strong>de</strong> los jueces (llamada por la<br />

Constitución in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia interna), sino que le dio un sentido novedoso.<br />

Concretamente, el artículo 168 <strong>de</strong> la nueva Constitución cambia el alcance<br />

<strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> autonomía individual <strong>de</strong> los jueces para darle un contenido<br />

claramente institucional (in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia externa), <strong>de</strong> tal suerte que la<br />

afirmación <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia se hace <strong>de</strong> la justicia y no respecto<br />

<strong>de</strong>l juez 19 .<br />

Ahora bien, el alcance <strong>de</strong> esa autonomía e in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia externa no es<br />

idéntico para todas las personas e instituciones que administran justicia en<br />

el país. Mientras la autonomía <strong>de</strong> los particulares y <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s indígenas,<br />

cuando administran justicia, es casi total, pues pue<strong>de</strong>n incluso aplicar<br />

su <strong>de</strong>recho propio distinto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho nacional con la sola limitación<br />

<strong>de</strong> mantenerse en sus <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l amplio marco <strong>de</strong> la<br />

Constitución, y la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los órganos autónomos (la fiscalía y la<br />

<strong>de</strong>fensoría pública) es muy amplia, ya que abarca también la posibilidad <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>finir y manejar su propio presupuesto 20 ; el resto <strong>de</strong> los órganos <strong>de</strong> justicia<br />

tienen una autonomía bastante limitada porque la función judicial ecuatoriana<br />

es tan solo <strong>de</strong>sconcentrada y, por lo tanto, los distintos tribunales y<br />

juzgados <strong>de</strong> la justicia ordinaria <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n jerárquica, administrativa y presupuestariamente<br />

<strong>de</strong>l Consejo <strong>de</strong> la Judicatura, con lo que la citada in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />

queda limitada a garantizar la libertad <strong>de</strong>l juez frente a sus <strong>de</strong>ci-<br />

19 Eso es lo que expresa el numeral 2 <strong>de</strong>l artículo 168, cuando <strong>de</strong>termina que la justicia “gozará <strong>de</strong><br />

autonomía administrativa, económica y financiera” y que se concreta en la existencia y atribuciones<br />

<strong>de</strong>l Consejo <strong>de</strong> la Judicatura como órgano rector <strong>de</strong> la política pública <strong>de</strong> justicia <strong>de</strong>l país.<br />

20 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 181, numeral 2.<br />

199


siones, así como su inamovilidad una vez obtenido el cargo a través <strong>de</strong> un<br />

concurso público <strong>de</strong> méritos.<br />

3.4 El principio <strong>de</strong> responsabilidad<br />

JU A N MO N TA Ñ A PI N T O<br />

El principio <strong>de</strong> responsabilidad está estrechamente vinculado con el <strong>de</strong><br />

in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. La i<strong>de</strong>a que subyace es que el juez, en su accionar, no <strong>de</strong>be<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r más que <strong>de</strong> su propia conducta individual y <strong>de</strong> su sujeción a la<br />

letra <strong>de</strong> la ley.<br />

Sin embargo, la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los jueces fue tan mal entendida en<br />

el país que, con la excusa <strong>de</strong> la intangibilidad <strong>de</strong> las <strong>de</strong>cisiones judiciales,<br />

llegó a vulnerar, en muchos casos, la motivación <strong>de</strong> las sentencias, principio<br />

básico <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho liberal, que en Ecuador era, hasta hace muy poco, algo<br />

más que letra muerta. Adicionalmente, impidió el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> una justicia<br />

in<strong>de</strong>pendiente y convirtió al po<strong>de</strong>r judicial en un sistema politizado al servicio<br />

<strong>de</strong> los intereses <strong>de</strong> las clases dominantes.<br />

Por esta razón, los constituyentes consi<strong>de</strong>raron necesario establecer el<br />

principio <strong>de</strong> responsabilidad, <strong>de</strong> tal suerte que aquellos operadores <strong>de</strong> justicia<br />

que violen el principio <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia o <strong>de</strong>sconozcan sus obligaciones<br />

están sujetos a responsabilidad.<br />

Pero, ¿qué tipo <strong>de</strong> responsabilidad se pue<strong>de</strong> imputar a una persona que<br />

administre justicia? De acuerdo con la nueva Constitución, los operadores<br />

<strong>de</strong> justicia pue<strong>de</strong>n incurrir en responsabilidad penal, civil y administrativa.<br />

Obviamente, la responsabilidad penal es la que tiene más trascen<strong>de</strong>ncia al<br />

punto <strong>de</strong> que existe en el Código Penal un título <strong>de</strong> la parte especial <strong>de</strong>l<br />

código 21 <strong>de</strong>stinada a regular los <strong>de</strong>litos contra la administración pública,<br />

entre los que se encuentran algunos específicos contra la actividad judicial;<br />

pero la responsabilidad administrativa y disciplinaria es también esencial, a<br />

tal punto que una <strong>de</strong> las funciones mas importantes <strong>de</strong>l Consejo <strong>de</strong> la<br />

Judicatura es la facultad sancionatoria. La menos importante es la responsabilidad<br />

civil, aunque eventualmente los jueces pue<strong>de</strong>n causar un daño<br />

antijurídico y <strong>de</strong>berán repararlo <strong>de</strong> acuerdo con las reglas <strong>de</strong> la responsabilidad<br />

civil extracontractual.<br />

21 Código Penal, específicamente el título 3, artículos 218 y ss.<br />

200


LA FU N C I Ó N JU D I C I A L Y L A J U S T I C I A I N D Í G E N A E N L A N U E VA CO N S T I T U C I Ó N E C U AT O R I A N A<br />

3.5. La unidad jurisdiccional<br />

En virtud <strong>de</strong> este principio capital <strong>de</strong> la organización <strong>de</strong> la administración<br />

<strong>de</strong> justicia liberal, ninguna persona o autoridad podrá <strong>de</strong>sempeñar funciones<br />

judiciales a excepción <strong>de</strong> los jueces y funcionarios judiciales pertenecientes<br />

a la función judicial.<br />

Como se sabe, la adopción <strong>de</strong> este principio fue al comienzo <strong>de</strong>l Estado<br />

liberal europeo uno <strong>de</strong> los elementos más importantes que permitió luchar<br />

contra el régimen <strong>de</strong> privilegios que sustentaba el “antiguo régimen” y contra<br />

la utilización <strong>de</strong> la justicia como instrumento <strong>de</strong> venganza y persecución<br />

política. En la actualidad, este principio se manifiesta en la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que la<br />

justicia <strong>de</strong>be ser administrada única y exclusivamente por magistrados y jueces<br />

integrantes <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r judicial, <strong>de</strong> tal suerte que, en principio, no podría<br />

haber una sola manifestación <strong>de</strong> justicia que escapara <strong>de</strong> este precepto.<br />

En el caso <strong>de</strong> la nueva Constitución ecuatoriana, este principio, <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> un intenso <strong>de</strong>bate en las comisiones 3 y 8 <strong>de</strong> la Asamblea Constituyente,<br />

fue recogido en el numeral 3 <strong>de</strong>l artículo 168. Y el <strong>de</strong>bate se <strong>de</strong>bió justamente<br />

a que la adopción <strong>de</strong> este principio, si bien busca eliminar la existencia<br />

<strong>de</strong> fueros y tribunales especiales tales como la justicia militar 22 , sin<br />

embargo, al estar anclado en una concepción monista <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho, <strong>de</strong>sconoce,<br />

en la práctica, la realidad jurídica ecuatoriana, que es plural y pluralista.<br />

En ese sentido, los constituyentes ecuatorianos <strong>de</strong>l 2008 no solo olvidaron<br />

la ten<strong>de</strong>ncia universal <strong>de</strong>l constitucionalismo contemporáneo <strong>de</strong> relativizar<br />

este principio, sino que lo hicieron atentando directamente contra el<br />

proceso político y la realidad jurídica ecuatoriana, que nos muestra que existen<br />

no solo diferentes jurisdicciones, sino distintas justicias y sistemas <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>recho. La asunción constitucional <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> unidad jurisdiccional<br />

no solo contradice la propia realidad institucional creada por la<br />

Constitución que ha otorgado faculta<strong>de</strong>s judiciales a otros po<strong>de</strong>res <strong>de</strong>l<br />

Estado, como es el caso <strong>de</strong> la atribución <strong>de</strong> potesta<strong>de</strong>s judiciales al ejecuti-<br />

22 En el caso ecuatoriano, la nueva Constitución elimina el fuero militar al establecer en el artículo<br />

188 que los miembros <strong>de</strong> las fuerzas armadas y la policía nacional serán juzgados por la justicia<br />

ordinaria.<br />

201


JU A N MO N TA Ñ A PI N T O<br />

vo en el caso <strong>de</strong>l cobro coactivo <strong>de</strong> impuestos o el otorgamiento <strong>de</strong> funciones<br />

judiciales a la función electoral, sino que <strong>de</strong>sconoce el pluralismo jurídico<br />

y el carácter plurinacional y pluricultural <strong>de</strong>l Estado ecuatoriano.<br />

Y lo hace, a<strong>de</strong>más, <strong>de</strong> una forma contradictoria y antitécnica, porque lo<br />

hace reconociendo en la misma norma que existen potesta<strong>de</strong>s jurisdiccionales<br />

en se<strong>de</strong>s distintas a la justicia ordinaria. El resultado es un “frankenstein”<br />

jurídico que, en su afán <strong>de</strong> contentar a todos, no logra su objetivo y, por el<br />

contrario, <strong>de</strong>ja <strong>de</strong>scontentos a cada uno. Con in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la retórica<br />

constitucional, lo cierto es que, en la práctica, en Ecuador no existe unidad<br />

jurisdiccional y no pue<strong>de</strong> existir porque el constituyente olvida que en nuestro<br />

país coexisten múltiples <strong>de</strong>rechos y una variedad gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> culturas jurídicas<br />

reconocidas y validamente aplicables y, por lo tanto, el esfuerzo constituyente<br />

no es más que una quimera, un intento <strong>de</strong> “tapar el sol con los<br />

<strong>de</strong>dos”.<br />

IV. La estructura <strong>de</strong> la Función Judicial<br />

en la nueva Constitución<br />

En cuanto a la organización y funcionamiento <strong>de</strong> la justicia en el país, la<br />

Constitución incorpora un capítulo en el que se <strong>de</strong>sarrollan los principios<br />

<strong>de</strong> organización <strong>de</strong> la justicia estatal. Al respecto, la carta fundamental nos<br />

habla <strong>de</strong> que la función judicial se compone <strong>de</strong> órganos jurisdiccionales,<br />

órganos administrativos, órganos auxiliares y órganos autónomos, <strong>de</strong>jando<br />

al legislador ordinario un gran espacio <strong>de</strong> configuración.<br />

Entre los órganos jurisdiccionales, es <strong>de</strong>cir aquellos encargados <strong>de</strong><br />

administrar la justicia ordinaria, tenemos a la Corte Nacional <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong>, las<br />

Cortes Provinciales <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong>, los tribunales y juzgados y los jueces <strong>de</strong> paz;<br />

el órgano <strong>de</strong> gobierno y administración <strong>de</strong> la rama judicial es el Consejo <strong>de</strong><br />

la Judicatura; mientras los órganos auxiliares <strong>de</strong> la justicia son el servicio<br />

notarial y los martilladores y <strong>de</strong>positarios judiciales, y otros que la ley <strong>de</strong>termine;<br />

finalmente, los órganos autónomos son la Fiscalía General <strong>de</strong>l Estado<br />

y la <strong>de</strong>fensoría pública 23 .<br />

23 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 178.<br />

202


LA FU N C I Ó N JU D I C I A L Y L A J U S T I C I A I N D Í G E N A E N L A N U E VA CO N S T I T U C I Ó N E C U AT O R I A N A<br />

4.1. La nueva justicia ordinaria<br />

En cuanto a la justicia ordinaria, la principal innovación y punto <strong>de</strong> conflicto<br />

<strong>de</strong> la nueva Constitución, en materia <strong>de</strong> justicia, es la transformación<br />

<strong>de</strong> la antigua Corte Suprema <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong> en Corte Nacional <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong>.<br />

No se trata simplemente <strong>de</strong> un cambio semántico, sino que la nueva<br />

Constitución preten<strong>de</strong> revolucionar la concepción <strong>de</strong> la justicia y la cultura<br />

jurídica imperante en el país. In<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong>l carácter político partidista<br />

24 <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate, que en torno a la nueva justicia ordinaria se dio al interior<br />

<strong>de</strong> la Asamblea Constituyente, y <strong>de</strong>jando a un lado los evi<strong>de</strong>ntes intereses<br />

personales <strong>de</strong> perpetuación <strong>de</strong> las elites judiciales <strong>de</strong>l país, lo que hay<br />

<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la impugnación judicial a la nueva Constitución y al establecimiento<br />

<strong>de</strong> una justicia constitucional autónoma y po<strong>de</strong>rosa, es la lucha final<br />

<strong>de</strong>l positivismo jurídico criollo por impedir la constitucionalización <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>recho y la consolidación <strong>de</strong> la Constitución como norma.<br />

No hay que olvidar que la existencia <strong>de</strong> una Corte Suprema <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong>,<br />

la reducción <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate jurídico a los ámbitos <strong>de</strong> la estricta legalidad y la<br />

negativa furibunda <strong>de</strong> los jueces ordinarios a aceptar el control constitucional<br />

excepcional <strong>de</strong> los fallos judiciales garantizaba el mantenimiento <strong>de</strong> la<br />

ley como única fuente <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho. Lo que olvidan los <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong> esta<br />

posición jurídica es que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la aparición <strong>de</strong>l Estado social <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, en<br />

las constituciones <strong>de</strong> la primera post guerra mundial, pero especialmente<br />

con la adopción <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo garantista <strong>de</strong> constitucionalidad, la ley ha <strong>de</strong>jado<br />

<strong>de</strong> ser el centro <strong>de</strong> la normatividad estatal para <strong>de</strong>jar su lugar a la<br />

Constitución y, por consiguiente, los tribunales y cortes encargadas <strong>de</strong> tutelar<br />

el principio <strong>de</strong> legalidad <strong>de</strong>ben adaptar su estructura y funcionamiento<br />

a esta “nueva situación”.<br />

En el caso ecuatoriano, la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong>l constituyente <strong>de</strong> transformación<br />

<strong>de</strong>l constitucionalismo formal, anteriormente dominante, en un constitucionalismo<br />

sustancial y material pasa, necesariamente, por un rediseño institucional<br />

<strong>de</strong> la máxima Corte <strong>de</strong> la legalidad, parte <strong>de</strong>l cual implica cam-<br />

24 Aquí no hay que soslayar la evi<strong>de</strong>nte influencia que el partido Social Cristiano ha tenido y sigue<br />

teniendo en la composición y funcionamiento <strong>de</strong> la justicia ecuatoriana y la necesidad que tiene<br />

esta agrupación política <strong>de</strong> mantener el control sobre el ultimo reducto <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r, antes absolutamente<br />

incontrovertido y hoy en proceso <strong>de</strong> disolución.<br />

203


iar su nombre para <strong>de</strong>notar la inexistencia <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res supremos distintos<br />

a la propia Constitución. En ese sentido, la nueva Corte Nacional <strong>de</strong><br />

<strong>Justicia</strong> será un tribunal po<strong>de</strong>roso, con amplias atribuciones <strong>de</strong> control <strong>de</strong><br />

la legalidad, pero necesariamente vinculada a los principios y valores <strong>de</strong> la<br />

nueva Constitución.<br />

Pero los cambios no se quedan en el ámbito <strong>de</strong> la filosofía política <strong>de</strong> la<br />

nueva jurisdicción ordinaria. También hay importantes innovaciones en<br />

cuanto al funcionamiento <strong>de</strong>l sistema. La principal <strong>de</strong> ellas tiene que ver<br />

con el número <strong>de</strong> magistrados <strong>de</strong> la nueva Corte Nacional <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong> y con<br />

los mecanismos <strong>de</strong> <strong>de</strong>signación <strong>de</strong> los mismos. En relación con el número,<br />

la nueva Constitución racionaliza la cantidad <strong>de</strong> magistrados en función <strong>de</strong>l<br />

tamaño <strong>de</strong>l Ecuador y <strong>de</strong> las verda<strong>de</strong>ras necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> justicia <strong>de</strong>l país. Así<br />

mismo le <strong>de</strong>vuelve la dignidad y jerarquía al cargo <strong>de</strong> magistrado, porque<br />

solo muy pocos y exclusivamente los mejores juristas <strong>de</strong>l país podrán acce<strong>de</strong>r<br />

a tal investidura.<br />

Respecto <strong>de</strong> los mecanismos <strong>de</strong> <strong>de</strong>signación, el establecimiento <strong>de</strong> un<br />

período fijo <strong>de</strong> funciones 25 y la eliminación <strong>de</strong> la cooptación y su reemplazo<br />

por un sistema meritocrático es una mutación trascen<strong>de</strong>ntal que profesionalizará<br />

y <strong>de</strong>spolitizará al máximo la jurisdicción. Asimismo, se establecen<br />

procedimientos <strong>de</strong> fiscalización ciudadana a la labor <strong>de</strong> los jueces ordinarios,<br />

que legitiman popularmente la función judicial y llevan la <strong>de</strong>mocracia<br />

participativa a una función tradicionalmente oscura y alejada <strong>de</strong> los intereses<br />

populares.<br />

4.2. El Consejo <strong>de</strong> la Judicatura<br />

JU A N MO N TA Ñ A PI N T O<br />

Como se dijo más arriba, a las garantías clásicas (individuales) a la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> los jueces, la nueva Constitución, siguiendo el ejemplo <strong>de</strong> países<br />

con <strong>de</strong>mocracias consolidadas, como Italia, Portugal o España, ha consi<strong>de</strong>rado<br />

necesario diseñar una garantía institucional a la autonomía <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r<br />

judicial. Se trata <strong>de</strong>l Consejo <strong>de</strong> la Judicatura.<br />

A pesar <strong>de</strong> una redacción casuista y farragosa, que no <strong>de</strong>fine qué es el<br />

Consejo <strong>de</strong> la Judicatura, la nueva Constitución, en su artículo 181, <strong>de</strong>ter-<br />

25 Nueve años sin reelección.<br />

204


LA FU N C I Ó N JU D I C I A L Y L A J U S T I C I A I N D Í G E N A E N L A N U E VA CO N S T I T U C I Ó N E C U AT O R I A N A<br />

mina que es el órgano encargado <strong>de</strong> <strong>de</strong>finir y ejecutar las políticas <strong>de</strong><br />

mo<strong>de</strong>rnización <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r judicial, <strong>de</strong>finir el presupuesto <strong>de</strong> la rama, establecer<br />

las escuelas <strong>de</strong> formación <strong>de</strong> jueces y dirigir los procesos <strong>de</strong> selección<br />

pública <strong>de</strong> los funcionarios judiciales, lo que significa que este organismo es<br />

el ente encargado <strong>de</strong>l gobierno y administración <strong>de</strong> la justicia.<br />

Es, en últimas, un órgano especializado, creado por la Constitución<br />

para sustraer <strong>de</strong> la influencia <strong>de</strong>l Gobierno las competencias administrativas<br />

relativas a la justicia.<br />

En cuanto a su mecanismo <strong>de</strong> <strong>de</strong>signación y su composición, el artículo<br />

179 <strong>de</strong> la nueva Constitución nos dice que estará integrada por nueve<br />

vocales con sus respectivos suplentes, quienes serán <strong>de</strong>signados por concurso<br />

público <strong>de</strong> méritos, sujetos a veeduría ciudadana, para un período institucional<br />

<strong>de</strong> seis años, sin posibilidad <strong>de</strong> reelección. Norma que resalta el<br />

carácter técnico y administrativo <strong>de</strong>l Consejo <strong>de</strong> la Judicatura, pues sus integrantes<br />

no son jueces ni magistrados sino vocales, con una función gerencial<br />

y política nunca jurisdiccional.<br />

Finalmente, en cuanto se refiere al control <strong>de</strong> su actividad, el Consejo<br />

<strong>de</strong> la Judicatura no está sometido a ningún control político directo <strong>de</strong> otros<br />

po<strong>de</strong>res <strong>de</strong>l Estado, si bien presenta un informe anual ante la Asamblea<br />

Nacional, igual que ocurre con el resto <strong>de</strong> las entida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Estado ecuatoriano.<br />

Este sistema garantiza la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los vocales y promueva la<br />

profesionalización y <strong>de</strong>spartidización <strong>de</strong> la justicia en el Ecuador.<br />

Ahora bien, esta mutación en la concepción y en el ejercicio <strong>de</strong> la judicatura<br />

no ha sido un proceso pacífico. Los po<strong>de</strong>res públicos afectados por<br />

esta nueva cultura jurídica y especialmente el Ejecutivo, verán con profunda<br />

<strong>de</strong>sconfianza el nuevo rol <strong>de</strong>l Consejo <strong>de</strong> la Judicatura y <strong>de</strong> los jueces en<br />

general y más tar<strong>de</strong> o más temprano, plantearán la necesidad <strong>de</strong> realizar<br />

reformas <strong>constitucionales</strong> que limiten la autonomía <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r judicial y restauren<br />

el antiguo equilibro entre po<strong>de</strong>res, propio <strong>de</strong>l liberalismo <strong>de</strong>cimonónico,<br />

que circunscribía la acción institucional <strong>de</strong> los jueces a la simple función<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>clarar el <strong>de</strong>recho, mientras el ejecutivo y el legislativo se diputaban<br />

la función legislativa, especialmente en aquellas materias relacionadas<br />

con la efectivización <strong>de</strong> los mandatos programáticos establecidos constitucionalmente<br />

a través <strong>de</strong>l ejercicio <strong>de</strong> las potesta<strong>de</strong>s reglamentarias. La in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> la función judicial es una <strong>de</strong> las mayores victorias <strong>de</strong>l consti-<br />

205


tucionalismo <strong>de</strong>mocrático y <strong>de</strong>berá ser preservada con uñas y dientes ante<br />

los eventuales intentos <strong>de</strong> dar marcha atrás.<br />

4.3. Los órganos autónomos<br />

JU A N MO N TA Ñ A PI N T O<br />

La nueva Constitución establece dos órganos judiciales autónomos: la<br />

Fiscalía General <strong>de</strong>l Estado y la Defensoría Pública.<br />

En cuanto a la Fiscalía, el nuevo texto Constitucional, recogiendo un<br />

planteamiento <strong>de</strong>l Gobierno Nacional 26 <strong>de</strong> crear una fiscalía autónoma, <strong>de</strong><br />

naturaleza jurisdiccional, que reemplace al antiguo ministerio fiscal, que<br />

como se sabe es, según la Constitución <strong>de</strong> 1998 un órgano <strong>de</strong> Control, lo<br />

cual significa una racionalización muy importante <strong>de</strong> la estructura <strong>de</strong>l<br />

Estado, al <strong>de</strong>volver a su lugar natural una <strong>de</strong> las principales funciones <strong>de</strong>l<br />

Estado como es la dirección <strong>de</strong> la investigación y acusación penal y la responsabilidad<br />

<strong>de</strong> llevar a<strong>de</strong>lante, a nombre <strong>de</strong>l Estado, la acción pública.<br />

Adicionalmente la Constitución avanza en la <strong>de</strong>spartidización y <strong>de</strong>spolitización<br />

<strong>de</strong> la función acusatoria y fortalece la autonomía <strong>de</strong> la rama jurisdiccional<br />

al establecer un sistema meritocrático <strong>de</strong> <strong>de</strong>signación <strong>de</strong>l Fiscal<br />

General, proceso que <strong>de</strong>berá ser <strong>de</strong>sarrollado por la ley.<br />

En lo atinente a la Defensoría Pública, la nueva Carta fundamental<br />

constitucionaliza y fortalece este organismo como un medio <strong>de</strong> garantía institucional<br />

<strong>de</strong>l acceso a la justicia y como un instrumento <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo concreto<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho fundamental a la tutela judicial efectiva. La i<strong>de</strong>a es que<br />

todas las personas, sin importar su condición social, económica o cultural,<br />

tengan <strong>de</strong>recho al patrocinio <strong>de</strong> un abogado y acceso a una <strong>de</strong>fensa técnica<br />

y oportuna.<br />

4.4. Los órganos auxiliares <strong>de</strong> la justicia<br />

En el acápite <strong>de</strong>stinado a lo que el constituyente llama “órganos auxiliares<br />

<strong>de</strong> la justicia”, la nueva Carta trae una <strong>de</strong> las más importantes innovaciones<br />

orgánicas <strong>de</strong>l nuevo mo<strong>de</strong>lo constitucional ecuatoriano. Se trata <strong>de</strong> la con-<br />

26 Ver Documento Propuesta Constitucional <strong>de</strong>l Gobierno Nacional presentada a la Comisión <strong>de</strong>l<br />

CONESUP.<br />

206


LA FU N C I Ó N JU D I C I A L Y L A J U S T I C I A I N D Í G E N A E N L A N U E VA CO N S T I T U C I Ó N E C U AT O R I A N A<br />

versión <strong>de</strong> la función notarial en una función pública directamente prestada<br />

por el Estado.<br />

Como se sabe, el ejercicio <strong>de</strong> la fe pública en Ecuador, como resultado<br />

<strong>de</strong> una tradición hispánica funesta, que se remonta a la Edad Media, estaba<br />

entregada a los particulares, quienes prestaban el servicio notarial, sin apenas<br />

control por parte <strong>de</strong> nadie. Los notarios en Ecuador se comportaban<br />

como po<strong>de</strong>rosas y ricas “republicas in<strong>de</strong>pendientes” que no daban cuentas<br />

<strong>de</strong> nada ni a nadie. Las notarías, en Ecuador, eran el premio mayor, que permitía<br />

a políticos en retiro y familiares <strong>de</strong> los <strong>de</strong>tentadores <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r, enriquecerse<br />

y hacer inmensas fortunas a costa <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong> la ciudadanía.<br />

Aparte <strong>de</strong> correspon<strong>de</strong>r a un anacronismo jurídico, que tenía su razón<br />

<strong>de</strong> ser en la Edad Media castellana pero que <strong>de</strong>sconoce la realidad latinoamericana<br />

<strong>de</strong>l siglo XXI, en el caso ecuatoriano, la privatización <strong>de</strong> la función<br />

notarial era la muestra más evi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la inexistencia <strong>de</strong>l Estado ecuatoriano<br />

y, por consiguiente, la refundación <strong>de</strong>l Estado pasaba, necesariamente,<br />

por cambiar este estado <strong>de</strong> cosas.<br />

Aparte <strong>de</strong> la reinstitucionalización <strong>de</strong>l Estado, la principal ventaja <strong>de</strong>l<br />

nuevo sistema notarial que inaugura la nueva Constitución es que racionaliza<br />

los costes <strong>de</strong>l servicio y <strong>de</strong>vuelve al Presupuesto General <strong>de</strong>l Estado<br />

importantes recursos que antes quedaban íntegramente en manos <strong>de</strong> unos<br />

pocos privilegiados. Asimismo <strong>de</strong>mocratiza el acceso a esta función a través<br />

<strong>de</strong> la creación <strong>de</strong> una carrera notarial que <strong>de</strong>berá <strong>de</strong>terminar la ley.<br />

Sin embargo no todo son buenas cosas, en la nueva Constitución.<br />

Violando el principio <strong>de</strong> reserva <strong>de</strong> ley y la legitimidad <strong>de</strong>mocrática que<br />

<strong>de</strong>be tener toda función pública, inexplicablemente, la Constitución entrega<br />

al Consejo <strong>de</strong> la Judicatura la potestad <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminar el número <strong>de</strong> notarías<br />

y el régimen jurídico y <strong>de</strong> personal <strong>de</strong> la función notarial, generando un<br />

potencial foco <strong>de</strong> corrupción al interior <strong>de</strong> la administración pública.<br />

V. La justicia indígena en la nueva Constitución<br />

El último elemento <strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong> administración <strong>de</strong> justicia es la regulación<br />

constitucional <strong>de</strong> la justicia indígena, el cual está establecido lacónicamente<br />

en el artículo 171 <strong>de</strong> la nueva Carta. Este régimen constitucional, sin<br />

207


JU A N MO N TA Ñ A PI N T O<br />

lugar a dudas, es la principal <strong>de</strong>cepción <strong>de</strong> la nueva Constitución en materia<br />

<strong>de</strong> administración <strong>de</strong> justicia, por las razones que se explican a continuación.<br />

Como se sabe, el reconocimiento <strong>de</strong>l pluralismo jurídico es uno <strong>de</strong> los<br />

elementos más importantes <strong>de</strong>l nuevo mo<strong>de</strong>lo constitucional que se ha<br />

<strong>de</strong>sarrollado en América Latina en los últimos 20 años y uno <strong>de</strong> los fundamentos<br />

básicos <strong>de</strong>l nuevo Estado constitucional <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos. La principal<br />

consecuencia jurídico-constitucional <strong>de</strong> este reconocimiento lo encontramos<br />

en la modificación sustancial <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> fuentes que rigen en los<br />

sistemas <strong>constitucionales</strong> latinoamericanos a raíz <strong>de</strong>l reconocimiento <strong>de</strong>l<br />

pluralismo jurídico, característico <strong>de</strong> estas socieda<strong>de</strong>s, transformación que<br />

ha implicado hacer visibles y dotar <strong>de</strong> pleno valor jurídico a los distintos sistemas<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>recho que coexisten y se yuxtaponen al interior <strong>de</strong> estos or<strong>de</strong>namientos<br />

jurídicos.<br />

Así, por ejemplo, en el caso ecuatoriano, el pluralismo jurídico, reconocido<br />

en beneficio <strong>de</strong> los pueblos indígenas y otros pueblos y comunida<strong>de</strong>s<br />

ancestrales, implica la vigencia <strong>de</strong> tres ór<strong>de</strong>nes normativos o sistemas <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>recho que tienen como característica el ser diferentes y complementarios:<br />

- La legislación general, aplicable a todos los ecuatorianos, y en tal virtud<br />

a los miembros <strong>de</strong> los pueblos indígenas individualmente consi<strong>de</strong>rados,<br />

que en su calidad <strong>de</strong> ciudadanos gozan <strong>de</strong> todos los <strong>de</strong>rechos y están<br />

sujetos a similares obligaciones <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más nacionales, es <strong>de</strong>cir estamos<br />

hablando <strong>de</strong> la aplicación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho general con un relativo<br />

grado <strong>de</strong> a<strong>de</strong>cuación cultural.<br />

- La legislación especial indígena, que se ha <strong>de</strong>sarrollado como una medida<br />

<strong>de</strong> discriminación positiva favorecedora <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> igualdad, y<br />

que está compuesta por los Convenios y Tratados Internacionales que<br />

versan sobre <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> los pueblos indígenas y <strong>de</strong>más grupos étnicos<br />

y por normas <strong>constitucionales</strong>, legales y reglamentarias que establecen<br />

un conjunto <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos y garantías especiales en beneficio <strong>de</strong> los pueblos<br />

indígenas apelando a la realidad <strong>de</strong> las diferencias culturales existentes<br />

entre la cultura mayoritaria y las culturas originarias.<br />

- Y finalmente, los sistemas jurídicos propios que, como lo hemos dicho,<br />

en el caso ecuatoriano constituyen sistemas <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho reconocidos<br />

208


LA FU N C I Ó N JU D I C I A L Y L A J U S T I C I A I N D Í G E N A E N L A N U E VA CO N S T I T U C I Ó N E C U AT O R I A N A<br />

constitucionalmente y, en esa medida, válidamente aplicables en los<br />

territorios indígenas, los cuales están integrados por las normas, instituciones,<br />

usos, costumbres, procedimientos y métodos <strong>de</strong> control y regulación<br />

social propios <strong>de</strong> la tradición cultural <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los pueblos<br />

indígenas y que, como se sabe, están implícitos en su historia cultural,<br />

concepción espiritual, mitología y cosmovisión particulares, así como<br />

en sus sistemas <strong>de</strong> parentesco, formas <strong>de</strong> propiedad, uso aprovechamiento<br />

y conservación <strong>de</strong> sus territorios.<br />

Estos sistemas jurídicos se caracterizan por poseer concepciones particulares<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho, la justicia, la autoridad, el po<strong>de</strong>r y la representación,<br />

mediadas por instituciones culturales propias y <strong>de</strong>terminadas por los principios<br />

<strong>de</strong> armonía social y espiritual con la naturaleza, cuya principal fuente<br />

es la historia cultural propia contenida en las palabras y en la memoria <strong>de</strong><br />

sus ancianos, <strong>de</strong> tal manera que en la mayoría <strong>de</strong> las tradiciones indígenas,<br />

todos los instrumentos jurídicos tienen origen, espíritu, función y utilidad<br />

in<strong>de</strong>pendiente y autónoma <strong>de</strong>l ser humano individualmente consi<strong>de</strong>rado.<br />

En otras palabras, a partir <strong>de</strong>l reconocimiento <strong>de</strong> la diversidad cultural<br />

<strong>de</strong> las distintas naciones latinoamericanas, cuya composición es multiétnica,<br />

en estos países habría cobrado un nuevo significado aquella antigua teoría<br />

<strong>de</strong>l “equivalente jurisdiccional”, construida originariamente por los procesalistas<br />

italianos 27 , para resolver los problemas que generaba la aplicación<br />

<strong>de</strong> mandatos jurídicos provenientes <strong>de</strong> otros or<strong>de</strong>namientos fundados sobre<br />

principios e intereses distintos al Estado en que <strong>de</strong>bían cumplirse, y que<br />

condicionaba la eficacia <strong>de</strong> la <strong>de</strong>cisión extranjera a su homologación por los<br />

jueces nacionales; puesto que en el caso <strong>de</strong>l pluralismo jurídico <strong>de</strong>rivado <strong>de</strong>l<br />

reconocimiento <strong>de</strong> ciertos “<strong>de</strong>rechos colectivos” a los pueblos indígenas, no<br />

se produce, en estricto sentido, una homologación <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones al interior<br />

<strong>de</strong> un único or<strong>de</strong>n jurídico válido a través <strong>de</strong> la cual se <strong>de</strong>termina su posición<br />

en el or<strong>de</strong>namiento, sino que estamos en presencia <strong>de</strong> una yuxtaposición<br />

<strong>de</strong> diferentes ór<strong>de</strong>nes normativos in<strong>de</strong>pendientes, con lo cual la discusión<br />

pasa <strong>de</strong>l plano <strong>de</strong> la jerarquía normativa, al plano <strong>de</strong> la complementa-<br />

27 Ver: F. Carnelutti, Sistema <strong>de</strong> De recho Procesal Ci v i l , Tomo 1, Buenos Aires, Editorial Ut h e a ,<br />

1 9 9 4 .<br />

209


JU A N MO N TA Ñ A PI N T O<br />

riedad y colaboración horizontal entre ór<strong>de</strong>nes e instituciones jurídicas teóricamente<br />

iguales 28 .<br />

En ese sentido, la existencia <strong>de</strong> ese nuevo modo <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r el sistema<br />

<strong>de</strong> fuentes <strong>de</strong>muestra, no sin importantes tensiones, que el <strong>de</strong>recho nacional<br />

oficial, proveniente <strong>de</strong> la tradición filosófica <strong>de</strong>l constitucionalismo<br />

occi<strong>de</strong>ntal no monopoliza la realidad jurídica latinoamericana actual, es<br />

<strong>de</strong>cir que no existe en estos países un monopolio estatal <strong>de</strong> las fuentes <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>recho, ya que los distintos grupos sociales tienen faculta<strong>de</strong>s normativas<br />

autónomas en las esferas que les son propias, es <strong>de</strong>cir tienen la capacidad <strong>de</strong><br />

generar sus propios or<strong>de</strong>namientos jurídicos.<br />

La pregunta que inmediatamente surge es si existe o no la posibilidad<br />

<strong>de</strong> establecer principios y prácticas <strong>de</strong> coexistencia y <strong>de</strong> convivencia entre<br />

estas diferentes concepciones <strong>de</strong> justicia y <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho. La lectura <strong>de</strong> los<br />

or<strong>de</strong>namientos <strong>constitucionales</strong> parece indicar que constitucionalismo y<br />

multiculturalismo no son términos necesariamente excluyentes como piensan<br />

algunos representantes <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha europea 29 y que, por consiguiente,<br />

es posible establecer mecanismos <strong>de</strong> articulación entre las distintas tradiciones<br />

jurídicas que se yuxtaponen en la realidad geográfica ecuatoriana.<br />

Ahora bien, la frustración surge <strong>de</strong> la manera en que esa experiencia<br />

cultural fue valorada por la Asamblea Constituyente y plasmada normativamente<br />

en el artículo 171 <strong>de</strong> la nueva Constitución. Lamentablemente, en<br />

un retroceso <strong>de</strong>l propio articulo constitucional <strong>de</strong> 1998 y en una lectura<br />

etnocéntrica y culturalmente miope <strong>de</strong> lo que significa el constitucionalismo<br />

y los <strong>de</strong>rechos humanos, los redactores <strong>de</strong> la Constitución interpretaron<br />

el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s indígenas a tener su propio <strong>de</strong>recho en el<br />

sentido más restrictivo posible, interpretación que <strong>de</strong>sconoce los avances <strong>de</strong>l<br />

28 Como han resaltado los <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong>l pluralismo jurídico, éste se caracteriza por la ten<strong>de</strong>ncia a<br />

sustituir las clásicas relaciones <strong>de</strong> subordinación normativa, por relaciones basadas en la cooperación<br />

y en la coordinación, reemplazando la coerción vertical, por la reciprocidad y el entendimiento<br />

horizontal, con la importante consecuencia <strong>de</strong> que el or<strong>de</strong>namiento jurídico <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> privilegiar<br />

el elemento <strong>de</strong> la coerción y la fuerza para ser sustituido por el ámbito <strong>de</strong> la persuasión.<br />

29 Éste es el caso <strong>de</strong> Giovanni Sartori, quien en una <strong>de</strong> sus últimas obras plantea, <strong>de</strong> manera provocadora,<br />

la profunda contradicción que existe entre el valor <strong>de</strong>l pluralismo, sobre el cual se estructura<br />

el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la cultura constitucional, y el multiculturalismo entendido como un valor.<br />

Ver: G. Sartori, La sociedad multiétnica, pluralismo, multiculturalismo y extranjeros, Madrid,<br />

Editorial Taurus, 2001.<br />

210


LA FU N C I Ó N JU D I C I A L Y L A J U S T I C I A I N D Í G E N A E N L A N U E VA CO N S T I T U C I Ó N E C U AT O R I A N A<br />

multiculturalismo y <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho internacional <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos en<br />

los últimos veinte años.<br />

En ese sentido, a pesar <strong>de</strong> que Ecuador ha ratificado el convenio 169 <strong>de</strong><br />

la OIT y ha suscrito la Declaración Universal <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> los pueblos<br />

indígenas <strong>de</strong>l 2007, en el artículo citado, inexplicablemente, estableció<br />

lamentables limitaciones al ejercicio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho y las jurisdicción indígenas<br />

tales como:<br />

- Su constreñimiento a un supuesto ámbito territorial indígena, sin que<br />

previamente se hayan <strong>de</strong>finido <strong>de</strong> forma clara cuáles son los territorios<br />

indígenas en los que se pue<strong>de</strong> aplicar dicha jurisdicción.<br />

- Asimismo, se limita la aplicación <strong>de</strong> la justicia indígena a lo que en la<br />

antropología jurídica se conoce como conflictos intraétnicos, <strong>de</strong>sconociendo<br />

que en aquellos territorios <strong>de</strong> mayoría indígena viven también<br />

mestizos, que en la medida en que habitan estos territorios <strong>de</strong>berían<br />

sujetarse a las normas indígenas.<br />

- Finalmente, hacen <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r esta autonomía jurisdiccional <strong>de</strong> su sujeción<br />

a las disposiciones <strong>constitucionales</strong> y aquellas <strong>de</strong> los instrumentos<br />

internacionales <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos, la mayoría <strong>de</strong> los cuales fueron<br />

redactados en el escenario <strong>de</strong> la <strong>de</strong>scolonización <strong>de</strong>l tercer mundo y<br />

que, por tanto, obe<strong>de</strong>cen a una visión racista y monopólica <strong>de</strong> la cultura,<br />

que no toma en cuenta las realida<strong>de</strong>s multiculturales latinoamericanas<br />

y particularmente <strong>de</strong>l Ecuador.<br />

La muestra <strong>de</strong> las consecuencias in<strong>de</strong>seables <strong>de</strong> la redacción <strong>de</strong>l nuevo<br />

texto constitucional sobre la justicia indígena lo encontramos en un artículo<br />

en el diario El Comericio <strong>de</strong> Quito, <strong>de</strong>l constitucionalista ecuatoriano<br />

Fabián Corral, en el que se plantea la interpretación obvia <strong>de</strong> esta disposición.<br />

Dice el citado articulista:<br />

El proyecto <strong>de</strong> Constitución Política <strong>de</strong>l Estado contiene normas<br />

importantes sobre la justicia indígena, incluye po<strong>de</strong>res a favor <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s,<br />

pueblos y nacionalida<strong>de</strong>s, atribuye <strong>de</strong>rechos colectivos a esas entida<strong>de</strong>s,<br />

les entrega faculta<strong>de</strong>s sobre la explotación <strong>de</strong> recursos naturales, y<br />

expan<strong>de</strong> el tema <strong>de</strong> la justicia indígena.<br />

211


JU A N MO N TA Ñ A PI N T O<br />

1.- El Convenio OIT Nº 169 sobre pueblos indígenas y la Constitución <strong>de</strong><br />

1998.- El Ecuador forma parte <strong>de</strong>l Convenio 169 <strong>de</strong> la Organización<br />

Internacional <strong>de</strong>l Trabajo, que se refiere, entre otros temas, a la justicia<br />

indígena. Como <strong>de</strong>rivación y consecuencia <strong>de</strong> su ratificación, la<br />

Constitución <strong>de</strong> 1998 estableció, en el art. 191, la posibilidad <strong>de</strong> que<br />

las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los pueblos indígenas apliquen normas o procedimientos<br />

provenientes -exclusivamente- <strong>de</strong> su <strong>de</strong>recho consuetudinario,<br />

para la solución <strong>de</strong> conflictos internos, siempre que no sean contrarios<br />

a la Constitución y las leyes.<br />

Tanto el Convenio 169 como la Constitución <strong>de</strong> 1998 sujetan el <strong>de</strong>recho<br />

indígena a estas condiciones: (i) que el origen <strong>de</strong> las faculta<strong>de</strong>s sea<br />

exclusivamente la costumbre, <strong>de</strong>be ser por tanto un ‘<strong>de</strong>recho ancestral’<br />

evi<strong>de</strong>nte y probado; (ii) que se circunscriba a la solución <strong>de</strong> disputas<br />

internas entre los miembros <strong>de</strong> la comunidad ; (iii) que sus prácticas no<br />

violen los <strong>de</strong>rechos fundamentales, ni la Constitución ni las leyes. Se<br />

trata, por tanto, <strong>de</strong> costumbres legitimadas por el or<strong>de</strong>namiento jurídico<br />

y sometidas a él.<br />

2.- El proyecto <strong>de</strong> Constitución.- El primer inciso <strong>de</strong>l art. 171 <strong>de</strong>l proyecto<br />

dice: “Las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s, pueblos y nacionalida<strong>de</strong>s<br />

indígenas ejercerán funciones jurisdiccionales, con base en sus tradiciones<br />

ancestrales y su <strong>de</strong>recho propio, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su ámbito territorial, con<br />

garantía <strong>de</strong> participación y <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> las mujeres. Las autorida<strong>de</strong>s<br />

aplicarán normas y procedimientos propios para la solución <strong>de</strong> sus conflictos<br />

internos, y que no sean contrarios a la Constitución y a los <strong>de</strong>rechos<br />

humanos reconocidos en los instrumentos internacionales”.<br />

El proyecto contiene los siguientes cambios importantes (i) Se introduce<br />

una ‘potestad jurisdiccional’ en favor <strong>de</strong> la comunida<strong>de</strong>s, pueblos,<br />

etc. Jurisdicción es la potestad legal <strong>de</strong> juzgar y ejecutar lo que se juzga.<br />

Como la ‘jurisdicción’ proviene <strong>de</strong> la ley y es un concepto propio <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>recho procesal escrito y formal, hay dos posibilida<strong>de</strong>s: o la intención<br />

<strong>de</strong> los asambleístas fue exten<strong>de</strong>r las faculta<strong>de</strong>s indígenas hacia ámbitos<br />

que van más allá <strong>de</strong> las simples costumbres o ‘<strong>de</strong>recho ancestral’; o hay<br />

un grave error en el uso <strong>de</strong> conceptos técnico-jurídicos.<br />

(ii) La potestad <strong>de</strong> juzgar exce<strong>de</strong> ampliamente a la costumbre. El proyecto<br />

constitucional distingue claramente entre ‘tradiciones ances-<br />

212


LA FU N C I Ó N JU D I C I A L Y L A J U S T I C I A I N D Í G E N A E N L A N U E VA CO N S T I T U C I Ó N E C U AT O R I A N A<br />

trales’ y ‘<strong>de</strong>recho propio’ como dos fuentes distintas <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong><br />

juzgar. El art. 57, nº 10 <strong>de</strong>l proyecto establece que las comunida<strong>de</strong>s<br />

y pueblos tienen <strong>de</strong>recho a ‘crear su <strong>de</strong>recho propio’. Las preguntas<br />

que surgen son: ¿cuál <strong>de</strong>recho propio, un <strong>de</strong>recho escrito? ¿Tendrán<br />

las comunida<strong>de</strong>s o pueblos la potestad <strong>de</strong> ‘crear’, más allá <strong>de</strong> la costumbre,<br />

otro <strong>de</strong>recho, por ejemplo, por la vía <strong>de</strong> los reglamentos y<br />

<strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> asamblea <strong>de</strong> las comunas? ¿Se les está atribuyendo<br />

faculta<strong>de</strong>s legislativas paralelas?<br />

Si esa es la i<strong>de</strong>a -y no se trata <strong>de</strong> otro error- vendría un caos legal<br />

inmanejable, porque investidos <strong>de</strong> esas atribuciones, cada uno <strong>de</strong><br />

los pueblos, comunas, anejos o recintos preten<strong>de</strong>rán contar con su<br />

propia legislación, y tendremos, no dos or<strong>de</strong>namientos jurídicos,<br />

sino infinidad <strong>de</strong> sistemas paralelos en los más diversos asuntos.<br />

Uno será el régimen <strong>de</strong> propiedad aquí y otro más allá <strong>de</strong>l vecindario.<br />

Unas las reglas ambientales en Guamote y otras en Zumbahua.<br />

(iii) Las funciones jurisdiccionales <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s tendrían una ‘base<br />

t e r r i t o r i a l’, según el proye c t o. Eso implica, primero, que toda comuna<br />

tendrá ‘t e r r i t o r i o’, es <strong>de</strong>cir, ámbito geográfico en el cual se ejerc e n<br />

potesta<strong>de</strong>s públicas con autonomía y supremacía cuasi estatal. Pe ro ,<br />

a<strong>de</strong>más, el texto permitiría que incluso quienes no sean miembros <strong>de</strong><br />

la comuna ni indígenas sean juzgados por autorida<strong>de</strong>s comunales.<br />

Sería suficiente que el acusado esté en su ‘territorio’ o pase por allí,<br />

que la infracción se produzca en él o tenga efectos allí. ¿Será la i<strong>de</strong>a<br />

exten<strong>de</strong>r la justicia indígena a los no indígenas e incursionar con un<br />

<strong>de</strong>recho distinto, sancionador incluso, proveniente <strong>de</strong> las asambleas<br />

comunales y <strong>de</strong> sus dirigentes, en el mundo blanco mestizo? Esta<br />

incertidumbre se confirma cuando el art. 171 <strong>de</strong>l proyecto distingue<br />

la potestad juzgadora extendida, <strong>de</strong> los métodos <strong>de</strong> solución <strong>de</strong><br />

‘conflictos internos’ que el texto trata como tema diferente. Una es<br />

la potestad <strong>de</strong> juzgar y otra el método alternativo <strong>de</strong> solución <strong>de</strong><br />

disputas, en ese caso, sí, internas.<br />

(iv) Las <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> la jurisdicción indígena (sentencias) <strong>de</strong>ben ser<br />

cumplidas por el Estado, y por los sentenciados, sin posibilidad <strong>de</strong><br />

impugnación o apelación ante los jueces y tribunales comunes, ya<br />

que, a<strong>de</strong>más, esas <strong>de</strong>cisiones no son susceptibles <strong>de</strong> control <strong>de</strong> lega-<br />

213


JU A N MO N TA Ñ A PI N T O<br />

lidad (casación, por ejemplo) sino solamente <strong>de</strong> control <strong>de</strong> constitucionalidad<br />

(¿?).<br />

(v) Las <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> las ‘autorida<strong>de</strong>s indígenas’ no serán impugnables,<br />

ni siquiera por el Gobierno, ya que el art. 173 <strong>de</strong>l proyecto dice que<br />

solo son impugnables por vía administrativa o judicial, los “actos<br />

administrativos <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Estado”. Los dirigentes y las<br />

comunida<strong>de</strong>s no son el Estado. Su po<strong>de</strong>r confrontará con el <strong>de</strong> las<br />

autorida<strong>de</strong>s formales y municipales.<br />

3.- Los límites <strong>de</strong>l Convenio 169.- Se podrá argumentar que el proyecto<br />

cumple lo pactado en el Convenio 169 <strong>de</strong> la OIT. Pero una breve comparación<br />

indica que las normas propuestas van mucho más allá. Así, el<br />

art. 9, nº 1 <strong>de</strong>l Convenio textualmente dice: “En la medida que ello sea<br />

compatible con el sistema jurídico nacional, y con los <strong>de</strong>rechos humanos<br />

internacionalmente reconocidos, <strong>de</strong>berán respetarse los métodos a<br />

los que los pueblos interesados ocurren tradicionalmente para la represión<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>litos cometidos por sus miembros”.<br />

O sea, no alu<strong>de</strong> a la creación <strong>de</strong> otro ‘<strong>de</strong>recho propio’; la costumbre está<br />

sometida al <strong>de</strong>recho nacional y no sobre él; las costumbres se aplican solamente<br />

a los miembros <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s y no a los <strong>de</strong>más. El proyecto<br />

sugiere algo distinto y más extenso.<br />

En ese contexto negativo, para que la nueva Constitución no se convierta<br />

en un grave re t roceso a los <strong>de</strong>rechos étnicos y culturales, tal como lo plantea<br />

el artículo transcrito, es necesario re s o l ve r, a partir <strong>de</strong> un ejercicio <strong>de</strong> interp<br />

retación constitucional y pon<strong>de</strong>ración, las contradicciones implícitas en un<br />

texto constitucional que, por un lado, se sustenta en el valor intangible <strong>de</strong> los<br />

d e rechos fundamentales y, por el otro, reconoce el valor <strong>de</strong> la plurinacionalidad<br />

y <strong>de</strong>l pluralismo jurídico y ético, y esto solo es posible a partir <strong>de</strong> una<br />

d e c o n s t rucción y re c reación <strong>de</strong>l concepto mismo <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos,<br />

reformulándolo a partir <strong>de</strong> una lectura multicultural y pluriétnica 3 0 .<br />

30 Los más honestos esfuerzos <strong>de</strong> hacer una reconstrucción multicultural y pluriétnica <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos<br />

fundamentales en la cultura jurídica colombiana se le <strong>de</strong>ben al profesor y ex magistrado <strong>de</strong> la<br />

Corte Constitucional ya fallecido, Ciro Angarita. Una antología <strong>de</strong> los escritos jurídicos más<br />

importantes <strong>de</strong>l profesor Angarita en: J. Montoya y N. Remolina, El pensamiento jurídico <strong>de</strong> Ciro<br />

Angarita Baron, Bogotá, Ediciones Unian<strong>de</strong>s, 1999.<br />

214


LA FU N C I Ó N JU D I C I A L Y L A J U S T I C I A I N D Í G E N A E N L A N U E VA CO N S T I T U C I Ó N E C U AT O R I A N A<br />

Pero, adicionalmente, la vigencia <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho propio y el ejercicio <strong>de</strong> la<br />

justicia indígena no ha <strong>de</strong>pendido <strong>de</strong> una expresión normativa que reconozca<br />

y potencie a<strong>de</strong>cuadamente tal diversidad jurídica. Lo importante es la eliminación<br />

<strong>de</strong> las diferencias <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r entre los grupos <strong>de</strong> los que provienen<br />

los diferentes sistemas jurídicos, puesto que en la diferencia <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r y posibilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los distintos or<strong>de</strong>namientos normativos es don<strong>de</strong><br />

encontramos más claramente la trampa que actualmente enfrenta el dialogo<br />

multicultural referido al pluralismo jurídico. Cuando las culturas tienen<br />

po<strong>de</strong>res muy <strong>de</strong>siguales y si a<strong>de</strong>más existe, como en el caso <strong>de</strong> la relación<br />

entre los pueblos indígenas y la sociedad mestiza ecuatoriana, una secular<br />

historia <strong>de</strong> <strong>de</strong>sigualdad, el diálogo eficaz se hace imposible siendo reemplazado<br />

por la imposición <strong>de</strong> nuevas formas <strong>de</strong> aculturación y etnocidio.<br />

En <strong>de</strong>finitiva, la potencialidad emancipatoria y progresista <strong>de</strong>l multiculturalismo<br />

y <strong>de</strong>l pluralismo jurídico, no <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> tanto <strong>de</strong> la literalidad <strong>de</strong> los<br />

reconocimientos <strong>constitucionales</strong>, un primer paso importante que ya está<br />

dado, cuanto <strong>de</strong> la eliminación <strong>de</strong> las <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s materiales existentes en<br />

cada una <strong>de</strong> las culturas y esto, en Ecuador, está lejos <strong>de</strong> ser una realidad 31 .<br />

31 B.Santos, “Pluralismo jurídico y jurisdicción especial indígena”, en: AAVV., Del olvido surgimos<br />

para traer nuevas esperanzas (la Jurisdicción Especial Indígena), Bogotá, <strong>Ministerio</strong> <strong>de</strong>l Interior <strong>de</strong><br />

Colombia, 1997, pp. 206 y ss.<br />

215


¿Hacia un nuevo or<strong>de</strong>namiento territorial?<br />

De la <strong>de</strong>scentralización a la carta a competencias<br />

explícitas y obligatorias. El régimen autónomo<br />

<strong>de</strong>scentralizado aprobado en Montecristi<br />

Tania Arias Manzano*<br />

Sumario<br />

I . In t roducción. I I . Elementos <strong>constitucionales</strong> <strong>de</strong> contexto. I I I .<br />

Organización territorial <strong>de</strong>l Estado. 3.1. Mancomunida<strong>de</strong>s. 3.2. Regiones.<br />

3.3. Distritos Metropolitanos. 3.4. Unida<strong>de</strong>s básicas <strong>de</strong> participación. 3.5.<br />

Territorios fronterizos y Amazonía. 3.6. Gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados<br />

y regímenes especiales. 3.7. Régimen <strong>de</strong> competencias. 3.8. Recursos<br />

económicos. IV. A modo <strong>de</strong> conclusiones: los retos futuros.<br />

I. Introducción<br />

Varios temas <strong>de</strong> trascen<strong>de</strong>ntal importancia para el futuro <strong>de</strong>l país, tratados<br />

en la Constitución elaborada en Montecristi, serán objeto <strong>de</strong> análisis y<br />

<strong>de</strong>bate pero, sin duda, uno <strong>de</strong> los más polémicos, que mayor nivel <strong>de</strong> negociación<br />

implicó en el proceso <strong>de</strong> redacción <strong>de</strong> los textos <strong>constitucionales</strong> y<br />

que, probablemente, incidirá claramente en la reconducción <strong>de</strong>l Estado y en<br />

* Doctora en Jurispru<strong>de</strong>ncia y Abogada por la Pontificia Universidad Católica <strong>de</strong>l Ecuador.<br />

Diplomado Superior <strong>de</strong> Especialización en Contratación Pública y Mo<strong>de</strong>rnización <strong>de</strong>l Estado, por<br />

la Universidad Andina Simón Bolívar. Profesora <strong>de</strong> Legislación <strong>de</strong> la Escuela Politécnica Nacional.<br />

tiarias@gmail.com<br />

217


TA N I A AR I A S MA N Z A N O<br />

la vida cotidiana <strong>de</strong> las ciudadanas y ciudadanos, es el complejo tema <strong>de</strong>l<br />

or<strong>de</strong>namiento territorial y el régimen <strong>de</strong> los <strong>de</strong>nominados gobiernos autónomos<br />

<strong>de</strong>scentralizados.<br />

Al menos son cuatro los aspectos contenidos en la Constitución que<br />

modificarán sustancialmente el or<strong>de</strong>namiento territorial, los niveles <strong>de</strong><br />

gobierno y los sentidos <strong>de</strong> la <strong>de</strong>scentralización: 1) la participación protagónica<br />

<strong>de</strong> la ciudadanía como un <strong>de</strong>recho en todos los asuntos <strong>de</strong> interés<br />

público 1 ; 2) la elección e integración <strong>de</strong> los gobiernos <strong>de</strong>scentralizados autónomos<br />

2 , cada uno con sus competencias; 3) la constitucionalización <strong>de</strong> unida<strong>de</strong>s<br />

básicas <strong>de</strong> participación; y 4) la conformación progresiva y obligatoria<br />

<strong>de</strong> regiones 3 .<br />

En este artículo se analizan estos temas innovadores junto con una recopilación<br />

<strong>de</strong> los elementos contextuales indispensables para completar un<br />

marco <strong>de</strong> análisis <strong>de</strong> la nueva Constitución hacía los <strong>de</strong>sarrollos legales<br />

necesarios para perfeccionarla. Para ello, proponemos una revisión <strong>de</strong>l conjunto<br />

<strong>de</strong> la Constitución, partiendo <strong>de</strong> un <strong>de</strong>talle más general <strong>de</strong> las normas<br />

contenidas en los títulos I, II, III, IV, VI y VII <strong>de</strong>l texto constitucional,<br />

<strong>de</strong>jando para el final el análisis más en particular <strong>de</strong>l título V <strong>de</strong> la<br />

“Organización Territorial”.<br />

Como antece<strong>de</strong>nte, recor<strong>de</strong>mos que la Constitución <strong>de</strong> 1998 promovió<br />

un mo<strong>de</strong>lo que ha sido <strong>de</strong>nominado como “<strong>de</strong>scentralización a la carta”, en<br />

el que la fuerza <strong>de</strong> negociación <strong>de</strong> los gobiernos locales, con mayor capacidad<br />

<strong>de</strong> movilización y exigencia, se imponía; que auspició, en <strong>de</strong>finitiva, un<br />

esquema que no disminuyó las inequida<strong>de</strong>s territoriales. La Asamblea<br />

Constituyente asumió el <strong>de</strong>bate sobre estos temas con un proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>scentralización<br />

agotado y con un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo económico no inclusivo,<br />

territorialmente <strong>de</strong>sequilibrado y sin capacidad <strong>de</strong> generar empleo productivo.<br />

La pregunta inmediata es: ¿será posible que el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> organización<br />

territorial, <strong>de</strong> <strong>de</strong>scentralización y autonomías que plantea la nueva<br />

Constitución pueda revertir esta situación? Ese será, seguramente, el reto<br />

1 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 95.<br />

2 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículos 252 y 253<br />

3 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 243 y transitoria primera, numeral nueve.<br />

218


para las leyes futuras y, especialmente para la gente <strong>de</strong> los distritos metropolitanos,<br />

<strong>de</strong> los cantones, <strong>de</strong> las fortalecidas parroquias, <strong>de</strong> las prometidas<br />

regiones, el reto <strong>de</strong> recrear, en los mecanismos <strong>de</strong> participación que se abren<br />

en los textos <strong>constitucionales</strong>, una innegable posibilidad efectiva <strong>de</strong> cambio.<br />

II. Elementos <strong>constitucionales</strong> <strong>de</strong> contexto<br />

2.1. Naturaleza <strong>de</strong>l Estado<br />

¿ HA C I A U N N U E V O O R D E N A M I E N T O T E R R I T O R I A L?<br />

La Constitución <strong>de</strong> Montecristi <strong>de</strong>clara al Ecuador como un Estado unitario,<br />

que se organiza en forma <strong>de</strong> república y se gobierna <strong>de</strong> manera <strong>de</strong>scentralizada<br />

4 . La Constitución <strong>de</strong> 1998 <strong>de</strong>finía al Estado como unitario y a su<br />

“gobierno” como <strong>de</strong> administración <strong>de</strong>scentralizada. Des<strong>de</strong> este inicio y tratando<br />

<strong>de</strong> encontrar diferencias, la nueva Constitución amplifica el panorama<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>scentralización, ya que no será solo “su gobierno”, entendido como<br />

“el ejecutivo”, el <strong>de</strong> administración <strong>de</strong>scentralizada, sino el Estado, en su<br />

conjunto, el que se gobierna <strong>de</strong> manera <strong>de</strong>scentralizada.<br />

Según el texto constitucional aprobado en el referéndum <strong>de</strong>l 28 <strong>de</strong> septiembre,<br />

el Estado tendrá entre sus <strong>de</strong>beres 5 : fortalecer la unidad nacional<br />

en la diversidad, planificar el <strong>de</strong>sarrollo nacional y promover el <strong>de</strong>sarrollo<br />

equitativo y solidario <strong>de</strong> todo el territorio, “mediante el fortalecimiento <strong>de</strong>l<br />

proceso <strong>de</strong> autonomías y <strong>de</strong>scentralización”. La Constitución <strong>de</strong>l 98 no<br />

estableció entre los <strong>de</strong>beres <strong>de</strong>l Estado ninguno referente al or<strong>de</strong>namiento<br />

territorial 6 .<br />

Al igual que en el 98, ahora se establece que el territorio <strong>de</strong>l Ecuador es<br />

inalienable, irreductible y, adicionalmente, inviolable; y se aña<strong>de</strong> una suerte<br />

<strong>de</strong> advertencia y prohibición, “nadie atentará contra la unidad territorial,<br />

se prohíbe la secesión” 7 . Este mismo mandato lo vamos a encontrar en el<br />

artículo 238, <strong>de</strong> los principios generales <strong>de</strong> la Organización Territorial <strong>de</strong>l<br />

Estado, que dice “En ningún caso el ejercicio <strong>de</strong> la autonomía permitirá la<br />

4 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 1.<br />

5 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 3, numerales 3, 5 y 6.<br />

6 Constitución <strong>de</strong> 1998, artículo 3.<br />

7 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 4.<br />

219


secesión <strong>de</strong>l territorio nacional”. Con esto, al mismo tiempo que se garantiza<br />

el proceso <strong>de</strong> autonomía, se preserva la unidad nacional.<br />

2.2. <strong>Derechos</strong> relacionados<br />

TA N I A AR I A S MA N Z A N O<br />

Entre los <strong>de</strong>rechos que encontramos en la parte orgánica <strong>de</strong> la Constitución<br />

<strong>de</strong>l 2008 <strong>de</strong>ben resaltarse, a efectos <strong>de</strong> completar los antece<strong>de</strong>ntes para el<br />

análisis <strong>de</strong> los sentidos que se construyen sobre el nuevo or<strong>de</strong>n territorial:<br />

los niveles <strong>de</strong> gobierno y el efecto sobre sus competencias; el <strong>de</strong>recho a la<br />

ciudad; los numerales referentes a tierras y territorios <strong>de</strong> propiedad ancestral<br />

que constan en los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s, pueblos y nacionalida<strong>de</strong>s<br />

indígenas; y algunos otros relacionados con <strong>de</strong>rechos que <strong>de</strong>berán traducirse<br />

en políticas y normas <strong>de</strong> responsabilidad <strong>de</strong> los distintos niveles <strong>de</strong><br />

gobierno.<br />

La vulneración <strong>de</strong> ciertos <strong>de</strong>rechos ya está relacionada con las concentraciones<br />

urbanas; esa realidad hace que la ciudad <strong>de</strong>ba pensarse como un<br />

espacio <strong>de</strong> garantismo jurídico. La Asamblea Constituyente, a partir <strong>de</strong> propuestas<br />

<strong>de</strong> organizaciones urbanas y <strong>de</strong> los postulados que plantean la Carta<br />

Mundial sobre el Derecho a la Ciudad y la Carta Europea <strong>de</strong> Salvaguardia<br />

<strong>de</strong> <strong>Derechos</strong> Humanos en la Ciudad, incorporó el novísimo “Derecho a la<br />

Ciudad”, que en el artículo 31, <strong>de</strong> la sección <strong>de</strong> “hábitat y vivienda”, se<br />

enuncia y <strong>de</strong>scribe como el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> las personas “al disfrute pleno <strong>de</strong> la<br />

ciudad y <strong>de</strong> sus espacios públicos, bajo principios <strong>de</strong> sustentabilidad, justicia<br />

social; el respeto a las culturas urbanas y equilibrio entre lo urbano y lo<br />

rural”. Se consigna el ejercicio <strong>de</strong> este <strong>de</strong>recho basado en la gestión <strong>de</strong>mocrática<br />

<strong>de</strong> la urbe en la función social y ambiental <strong>de</strong> la propiedad y <strong>de</strong> la<br />

ciudad.<br />

En la sección <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s, pueblos y nacionalida<strong>de</strong>s<br />

8 , se incluyen disposiciones sobre las tierras comunitarias consi<strong>de</strong>radas<br />

propiedad imprescriptible <strong>de</strong> los pueblos y nacionalida<strong>de</strong>s, el <strong>de</strong>recho a su<br />

posesión y a participar en el uso, usufructo, administración y conservación<br />

<strong>de</strong> los recursos naturales renovables que se hallen en sus tierras, así como la<br />

consulta previa, libre e informada, que <strong>de</strong>ban realizar las autorida<strong>de</strong>s com-<br />

8 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 56, numerales 4, 5, 6 y 7.<br />

220


petentes sobre planes o programas <strong>de</strong> prospección, explotación y comercialización<br />

<strong>de</strong> recursos no renovables en sus tierras. Estos <strong>de</strong>rechos ya consi<strong>de</strong>rados<br />

en la Constitución <strong>de</strong> 1998, se amplían a los pueblos ancestrales, afroecuatoriano<br />

y montubio, a los que, al igual que a las nacionalida<strong>de</strong>s indígenas,<br />

se les conce<strong>de</strong> la posibilidad <strong>de</strong> conformación <strong>de</strong> circunscripciones<br />

territoriales para la preservación <strong>de</strong> su cultura 9 . También se incluye el reconocimiento<br />

a las comunas como una forma ancestral <strong>de</strong> organización territorial<br />

con <strong>de</strong>recho a la propiedad colectiva <strong>de</strong> la tierra.<br />

Este <strong>de</strong>recho en específico, el <strong>de</strong> conformar circunscripciones territoriales,<br />

está en concordancia con lo previsto en el artículo 257 que consi<strong>de</strong>ra a<br />

las circunscripciones territoriales indígenas y pluriculturales como un régimen<br />

especial <strong>de</strong> administración, que podrá ejercer las competencias <strong>de</strong>l<br />

gobierno territorial autónomo correspondiente luego <strong>de</strong> un plebiscito en el<br />

que al menos dos terceras partes <strong>de</strong> los votos válidos <strong>de</strong> la comunidad consultada,<br />

así lo resolvieren 10 .<br />

2.3. Garantías <strong>constitucionales</strong> 11<br />

¿ HA C I A U N N U E V O O R D E N A M I E N T O T E R R I T O R I A L?<br />

El título tercero <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong>l 2008 contiene las garantías normativas<br />

y <strong>de</strong> políticas públicas. Las primeras disponen al legislativo nacional<br />

y a todo órgano con potestad normativa, la obligación <strong>de</strong> a<strong>de</strong>cuar las<br />

leyes y <strong>de</strong>más normas jurídicas a los <strong>de</strong>rechos previstos en la Constitución;<br />

las segundas crean la obligación <strong>de</strong> formular, ejecutar, evaluar y controlar las<br />

políticas y servicios públicos, con participación <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s, pueblos<br />

y nacionalida<strong>de</strong>s involucrados, como garantía <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos reconocidos<br />

en la Constitución. Estas dos garantías <strong>de</strong>berán ser concretamente<br />

observadas en el ámbito local, por las juntas parroquiales, los concejos cantonales<br />

y metropolitanos, los consejos provinciales y regionales, y por sus<br />

correspondientes autorida<strong>de</strong>s.<br />

9 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 60 “Los pueblos ancestrales, indígenas, afroecuatorianos y montubios<br />

podrán constituir circunscripciones territoriales para la preservación <strong>de</strong> su cultura. La ley<br />

regulará su conformación. Se reconoce a las comunas que tienen propiedad colectiva <strong>de</strong> la tierra,<br />

como una forma ancestral <strong>de</strong> organización territorial”.<br />

10 Ver 3.6.<br />

11 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículos 84 y 85.<br />

221


TA N I A AR I A S MA N Z A N O<br />

2.4. Participación en los niveles <strong>de</strong> Gobierno 12<br />

En la nueva constitución la participación <strong>de</strong> la ciudadanía en todos los<br />

asuntos <strong>de</strong> internes público es un <strong>de</strong>recho 13 que reconoce una diversidad <strong>de</strong><br />

actores sociales, y amplia el abanico <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> participación sectorial<br />

en educación, seguridad social, comunicación, ambiente. A parte <strong>de</strong><br />

agregar el <strong>de</strong>recho a la gestión <strong>de</strong>mocrática <strong>de</strong> la ciudad 14 , <strong>de</strong>sarrolla los<br />

<strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> las organizaciones populares y reconoce su facultad <strong>de</strong> autogestión<br />

e intervención en la política pública y promueve formas <strong>de</strong> organización<br />

<strong>de</strong> usuarios y consumidores.<br />

En el título IV <strong>de</strong> “Participación y organización <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r” se reconocen<br />

las formas <strong>de</strong> organización <strong>de</strong> la sociedad, para incidir en las <strong>de</strong>cisiones<br />

y políticas públicas y en el control social <strong>de</strong> todos los niveles <strong>de</strong> gobierno.<br />

Una sección específica sobre la participación en todos los niveles <strong>de</strong><br />

gobierno establece que <strong>de</strong>berán conformarse instancias <strong>de</strong> participación con<br />

re p resentantes <strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong>pendiente y <strong>de</strong> la sociedad para elaborar planes<br />

y políticas nacionales y locales, para mejorar la calidad <strong>de</strong> la inversión pública<br />

y <strong>de</strong>finir agendas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo, para elaborar presupuestos part i c i p a t i vo s .<br />

Audiencias públicas, veedurías, asambleas, cabildos populares, entre otro s ,<br />

serán los mecanismos para el ejercicio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho a la part i c i p a c i ó n .<br />

Una clara intención <strong>de</strong>l constituyente <strong>de</strong> promover la participación se<br />

revela en varios artículos <strong>de</strong> la Constitución como por ejemplo el mandato<br />

<strong>de</strong> que en las sesiones <strong>de</strong> los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados sean<br />

públicas y que en ellas existirá la <strong>de</strong>nominada “silla vacía”, que será ocupada<br />

por una representante o un representante ciudadano en función <strong>de</strong> los<br />

temas a tratarse, con el propósito <strong>de</strong> participar en su <strong>de</strong>bate y en la toma <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>cisiones; o la obligación a los niveles <strong>de</strong> gobierno <strong>de</strong> receptar las “propuestas<br />

y proyectos que las ecuatorianas y ecuatorianos presenten a través <strong>de</strong> los<br />

mecanismos previstos en la Constitución y en la ley”.<br />

12 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículos 95-102.<br />

13 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 61: Las ecuatorianas y ecuatorianos gozan <strong>de</strong> los siguientes <strong>de</strong>rechos:<br />

2. Participar en los asuntos <strong>de</strong> interés público; 3. Presentar proyectos <strong>de</strong> iniciativa popular<br />

normativa. 4. Ser consultados; 5. Fiscalizar los actos <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r público; 6. Revocar el mandato que<br />

hayan conferido a las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> elección popular.<br />

14 Ver 2.2.<br />

222


A diferencia <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1998 15 , los sujetos <strong>de</strong> la participación<br />

no son solo los ciudadanos a título individual sino, a<strong>de</strong>más, comunida<strong>de</strong>s,<br />

colectivos, nacionalida<strong>de</strong>s.<br />

2.5. Democracia directa<br />

En el artículo 103 se establece la iniciativa popular normativa, es <strong>de</strong>cir la<br />

facultad <strong>de</strong> los ciudadanos para proponer la creación, reforma o <strong>de</strong>rogatoria<br />

<strong>de</strong> normas jurídicas ante la Función Legislativa o cualquier otro órgano<br />

con competencia normativa. El artículo 104 contempla la posibilidad <strong>de</strong><br />

convocar a consulta popular, sea por iniciativa ciudadana o por disposición<br />

<strong>de</strong> los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados para resolver asuntos <strong>de</strong> interés<br />

local. Estas faculta<strong>de</strong>s ciudadanas en concordancia con las garantías normativas<br />

y <strong>de</strong> políticas públicas ya mencionadas, previstas en los artículos 84<br />

y 85, completan un panorama favorable para la participación.<br />

2.6. Ahorro e inversión<br />

La nueva Constitución, en su artículo 339, establece que las inve r s i o n e s<br />

<strong>de</strong>ben orientarse, entre otros, con criterios <strong>de</strong> equilibrios regionales y sectoriales.<br />

La inversión extranjera directa se “orientará según las necesida<strong>de</strong>s<br />

y priorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>finidas en el Plan Nacional <strong>de</strong> De s a r rollo, así como<br />

en los diversos planes <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scent<br />

r a l i z a d o s” .<br />

La inversión pública estará dirigida a cumplir los objetivos <strong>de</strong>l régimen<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo, en el marco <strong>de</strong> los planes <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo nacional y locales.<br />

2.7. Hábitat y vivienda<br />

¿ HA C I A U N N U E V O O R D E N A M I E N T O T E R R I T O R I A L?<br />

Para garantizar el <strong>de</strong>recho al hábitat y vivienda, todos los niveles <strong>de</strong> gobierno<br />

16 quedan comprometidos a <strong>de</strong>sarrollar una serie <strong>de</strong> acciones, como la<br />

15 La Constitución <strong>de</strong> 1998 reconoce y garantiza la participación en la vida política, cívica y comunitaria<br />

<strong>de</strong>l país en los artículos 97 numeral 17, 225, y 228.<br />

16 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 375.<br />

223


generación <strong>de</strong> información para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> programas sobre vivienda,<br />

servicios, espacio y transporte públicos, equipamiento y gestión <strong>de</strong>l suelo<br />

urbano, el mantenimiento <strong>de</strong> un catastro nacional integrado georreferenciado;<br />

elaboración <strong>de</strong> políticas, planes y programas <strong>de</strong> hábitat y acceso universal<br />

a la vivienda; mejoramiento <strong>de</strong> vivienda precaria; dotación <strong>de</strong> albergues;<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> planes y programas <strong>de</strong> financiamiento para vivienda <strong>de</strong> interés<br />

social; dotación ininterrumpida <strong>de</strong> los servicios básicos a las escuelas y<br />

hospitales públicos; control <strong>de</strong> arrendamiento a precios justos; acceso público<br />

a las playas <strong>de</strong> mar y riberas <strong>de</strong> ríos, lagos y lagunas, incluyendo la existencia<br />

<strong>de</strong> vías perpendiculares.<br />

Repitiendo la fórmula <strong>de</strong>l 98 17 , las municipalida<strong>de</strong>s podrán expropiar,<br />

reservar y controlar áreas para el <strong>de</strong>sarrollo futuro para hacer efectivo el<br />

<strong>de</strong>recho a la vivienda y el ambiente, añadiéndose el hábitat y la prohibición<br />

a las prácticas especulativas sobre el uso <strong>de</strong>l suelo.<br />

2.8. Población y movilidad humana<br />

Entre las garantías <strong>de</strong> acciones <strong>de</strong>l Estado sobre los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> movilidad<br />

humana 18 , se encuentran la generación y aplicación <strong>de</strong> políticas <strong>de</strong>mográficas<br />

que contribuyan a un <strong>de</strong>sarrollo territorial e intergeneracional equilibrado,<br />

la protección <strong>de</strong>l ambiente y la seguridad <strong>de</strong> la población.<br />

En coordinación con los distintos niveles <strong>de</strong> gobierno, el Estado central,<br />

que ejercerá la rectoría <strong>de</strong> la política migratoria, <strong>de</strong>berá velar por los<br />

<strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> las personas en movilidad humana.<br />

2.9. Seguridad humana<br />

TA N I A AR I A S MA N Z A N O<br />

Para garantizar la seguridad humana 19 , organismos especializados en los<br />

diferentes niveles <strong>de</strong> gobierno serán los encargados <strong>de</strong> la planificación y<br />

aplicación <strong>de</strong> políticas y acciones integradas, para asegurar la convivencia<br />

17 Constitución <strong>de</strong> 1998, artículo 32: “Para hacer efectivo el <strong>de</strong>recho a la vivienda y a la conservación<br />

<strong>de</strong>l medio ambiente, las municipalida<strong>de</strong>s podrán expropiar, reservar y controlar áreas para el<br />

<strong>de</strong>sarrollo futuro, <strong>de</strong> conformidad con la ley”.<br />

18 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículos 391 y 392.<br />

19 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 393.<br />

224


¿ HA C I A U N N U E V O O R D E N A M I E N T O T E R R I T O R I A L?<br />

pacífica <strong>de</strong> las personas, promover una cultura <strong>de</strong> paz y prevenir las formas<br />

<strong>de</strong> violencia y discriminación y la comisión <strong>de</strong> infracciones y <strong>de</strong>litos.<br />

2.10. Biosfera, ecología urbana y energías alternativas<br />

La nueva Constitución otorga responsabilida<strong>de</strong>s especiales a los gobiernos<br />

autónomos <strong>de</strong>scentralizados para la protección <strong>de</strong> la biosfera, la ecología<br />

urbana y la generación <strong>de</strong> energías alternativas. Éstos tendrán que adoptar<br />

políticas integrales y participativas <strong>de</strong> or<strong>de</strong>namiento territorial urbano y <strong>de</strong><br />

uso <strong>de</strong>l suelo para regular el crecimiento urbano, el manejo <strong>de</strong> la fauna<br />

urbana y el establecimiento <strong>de</strong> zonas ver<strong>de</strong>s; <strong>de</strong>berán <strong>de</strong>sarrollar programas<br />

<strong>de</strong> uso racional <strong>de</strong>l agua, y <strong>de</strong> reducción, reciclaje y tratamiento <strong>de</strong> <strong>de</strong>sechos.<br />

También estarán obligados a incentivar y facilitar el transporte terrestre<br />

no motorizado, en especial mediante el establecimiento <strong>de</strong> ciclovías 20 .<br />

2.11. Planificación participativa para el <strong>de</strong>sarrollo<br />

El sistema nacional <strong>de</strong>scentralizado <strong>de</strong> planificación participativa se conformará<br />

por un Consejo Nacional <strong>de</strong> Planificación que se integrará por los distintos<br />

niveles <strong>de</strong> gobierno, con participación ciudadana. Este Consejo dictará<br />

lineamientos y políticas que orienten al sistema, y aprobará el Plan<br />

Nacional <strong>de</strong> Desarrollo.<br />

La nueva Constitución crea consejos <strong>de</strong> planificación en los gobiernos<br />

autónomos <strong>de</strong>scentralizados y consejos ciudadanos como instancias <strong>de</strong><br />

“<strong>de</strong>liberación y generación <strong>de</strong> lineamientos y consensos estratégicos <strong>de</strong> largo<br />

plazo, que orientarán el <strong>de</strong>sarrollo nacional” 21 .<br />

Las políticas, programas y proyectos públicos, así como la programación<br />

y ejecución <strong>de</strong>l presupuesto <strong>de</strong>l Estado; la inversión y la asignación <strong>de</strong><br />

los recursos públicos; y la coordinación <strong>de</strong> competencias exclusivas entre el<br />

Estado central y los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados, se sujetarán al<br />

Plan Nacional <strong>de</strong> Desarrollo 22 .<br />

20 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 415.<br />

21 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 279.<br />

22 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 278.<br />

225


2.12. Política fiscal<br />

TA N I A AR I A S MA N Z A N O<br />

Entre las normas sobre la política fiscal, se establece que las finanzas públicas,<br />

en todos los niveles <strong>de</strong> gobierno 23 , se conducirán <strong>de</strong> forma sostenible,<br />

responsable y transparente.<br />

2.13. Presupuesto General <strong>de</strong>l Estado 24<br />

Los ingresos y egresos <strong>de</strong> los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados no serán<br />

p a rte <strong>de</strong>l Presupuesto General <strong>de</strong>l Estado. Los presupuestos <strong>de</strong> los gobiernos<br />

autónomos <strong>de</strong>scentralizados se ajustarán a los planes regionales, prov i n c i a l e s ,<br />

cantonales y parroquiales, re s p e c t i vamente, en el marco <strong>de</strong>l Plan Nacional <strong>de</strong><br />

De s a r rollo, sin menoscabo <strong>de</strong> sus competencias y su autonomía.<br />

Los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados se someterán a reglas fiscales<br />

y <strong>de</strong> en<strong>de</strong>udamiento interno, análogas a las <strong>de</strong>l Presupuesto General <strong>de</strong>l<br />

Estado, <strong>de</strong> acuerdo con la ley.<br />

Los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados presentarán cada semestre<br />

informes a sus correspondientes órganos <strong>de</strong> fiscalización sobre la ejecución<br />

<strong>de</strong> los presupuestos. La ley establecerá las sanciones en caso <strong>de</strong> incumplimiento.<br />

Se mantiene la preasignación presupuestaria para los gobiernos autónomos<br />

<strong>de</strong>scentralizados, aclarándose que las transferencias por este concepto<br />

serán pre<strong>de</strong>cibles y automáticas.<br />

III. Organización territorial <strong>de</strong>l Estado<br />

Hasta este punto hemos presentado una rápida pero exhaustiva y puntual<br />

recopilación y revisión <strong>de</strong>l articulado constitucional que tiene directa relación<br />

con el or<strong>de</strong>namiento territorial y las competencias <strong>de</strong> los distintos<br />

niveles <strong>de</strong> gobierno que no están en el título quinto 25 <strong>de</strong> la Constitución<br />

23 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 286.<br />

24 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículos 292-298.<br />

25 Este título va <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el artículo 238 al 274.<br />

226


¿ HA C I A U N N U E V O O R D E N A M I E N T O T E R R I T O R I A L?<br />

sobre “Organización Territorial <strong>de</strong>l Estado”. En este título se incluyen las<br />

normas sobre los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados 26 .<br />

La nueva Constitución reconoce la autonomía política, administrativa<br />

y financiera <strong>de</strong> los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados, en el marco <strong>de</strong><br />

un Estado unitario y <strong>de</strong>scentralizado, bajo los principios <strong>de</strong> solidaridad,<br />

subsidiariedad, equidad interterritorial, integración y participación ciudadana,<br />

como rectores <strong>de</strong>l nuevo mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> or<strong>de</strong>namiento territorial. Para<br />

complementar el esquema, se establece un Sistema Nacional <strong>de</strong><br />

Competencias que or<strong>de</strong>na las atribuciones <strong>de</strong> cada nivel <strong>de</strong> gobierno con un<br />

carácter obligatorio y progresivo.<br />

En el siguiente cuadro, se pue<strong>de</strong> observar un ejercicio <strong>de</strong> comparación<br />

entre la Constitución <strong>de</strong> 1998 y la Constitución <strong>de</strong>l 2008, sobre la organización<br />

territorial, los gobiernos seccionales autónomos y los niveles <strong>de</strong><br />

gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados que se proponen.<br />

26 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 238: “Los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados gozarán <strong>de</strong> autonomía<br />

política, administrativa y financiera, y se regirán por los principios <strong>de</strong> solidaridad, subsidiariedad,<br />

equidad interterritorial, integración y participación ciudadana”.<br />

227


1998<br />

Parroquia rural<br />

Cantón<br />

ORGANIZACIÓN TERRITORIAL<br />

Provincia<br />

-<br />

Regímenes especiales<br />

<strong>de</strong> administración<br />

territorial:<br />

-Provincia <strong>de</strong><br />

Galápagos<br />

-Distritos metropolitanos-Circunscripciones<br />

territoriales<br />

indígenas<br />

-Región<br />

Amazónica<br />

2008<br />

Parroquia rural<br />

Cantón<br />

Provincia<br />

Región<br />

Regímenes especiales:<br />

-Distritos metropolitanosautónomos<br />

-Galápagos<br />

-Circunscripciones<br />

territoriales<br />

indígenas y pluriculturales.<br />

Circunscripción<br />

territorial especial:<br />

territorio <strong>de</strong><br />

las provincias<br />

amazónicas.<br />

Unida<strong>de</strong>s básicas<br />

<strong>de</strong> participación:<br />

comunida<strong>de</strong>s,<br />

comunas, recintos,<br />

barrios,<br />

parroquias urbanas.<br />

TA N I A AR I A S MA N Z A N O<br />

228<br />

GOBIERNOS<br />

SECCIONALES<br />

AUTÓNOMOS<br />

1998<br />

Junta parroquial<br />

Concejo municipal<br />

Consejo prov i n c i a l<br />

Distritos metropolitanos<br />

27 y<br />

cualquier tipo <strong>de</strong><br />

organización<br />

especial.<br />

-<br />

GOBIERNOS DES-<br />

CENTRALIZADOS<br />

AUTONÓMOS<br />

2008<br />

Junta parroquial<br />

Concejo municipal<br />

Consejo prov i n c i a l<br />

Consejo regional<br />

Concejo<br />

metropolitano<br />

27 En los hechos solo operó con esta figura el Distrito Metropolitano <strong>de</strong> Quito en base a la Ley<br />

Orgánica <strong>de</strong>l Distrito Metropolitano <strong>de</strong> Quito. Ley No. 46. RO/280 <strong>de</strong> 8 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong>l 2001.


Los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados se regirán por una ley que<br />

establecerá un sistema <strong>de</strong> competencias, <strong>de</strong> carácter obligatorio y progresivo,<br />

y <strong>de</strong>finirá las políticas y mecanismos para compensar los <strong>de</strong>sequilibrios<br />

territoriales.<br />

Todos los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados ejercerán faculta<strong>de</strong>s<br />

ejecutivas en el ámbito <strong>de</strong> sus competencias y jurisdicciones territoriales;<br />

mientras que la facultad legislativa se reserva para las regiones, distritos<br />

metropolitanos, provincias y cantones; y a las juntas parroquiales rurales,<br />

específicamente, las reglamentarias. La planificación, en cambio, es obligatoria<br />

para todos los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados.<br />

La Constitución <strong>de</strong> Montecristi organiza territorialmente 28 al Estado<br />

en: 1) Regiones, 2) Provincias, 3) Cantones, 4) Parroquias rurales y 5) como<br />

una categoría excepcional, los “Regímenes especiales”, entre los que están:<br />

los distritos metropolitanos autónomos, la provincia <strong>de</strong> Galápagos, y las circunscripciones<br />

territoriales indígenas, afroecuatorianas, ancestrales o pluriculturales.<br />

Parte <strong>de</strong> las innovaciones <strong>de</strong>l nuevo texto constitucional son: la integración<br />

<strong>de</strong> “Regiones “ como un nuevo nivel <strong>de</strong> territorio; que Galápagos sin<br />

<strong>de</strong>jar <strong>de</strong> llamarse provincia, pasa a tener una “sui géneris” forma <strong>de</strong> gobierno<br />

sin Consejo Provincial; la posibilidad explícita <strong>de</strong> formación <strong>de</strong> mancomunida<strong>de</strong>s;<br />

la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> unida<strong>de</strong>s básicas <strong>de</strong> participación; que las<br />

antiguas circunscripciones territoriales indígenas (CTI), ya presentes en la<br />

Constitución <strong>de</strong> 1998, ahora <strong>de</strong>nominadas adicionalmente pluriculturales,<br />

cuentan con un mecanismo explícito <strong>de</strong> conformación 29 .<br />

3.1. Mancomunida<strong>de</strong>s<br />

¿ HA C I A U N N U E V O O R D E N A M I E N T O T E R R I T O R I A L?<br />

El artículo 243 <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong>l 2008 prevé que dos o más regiones,<br />

provincias, cantones o parroquias contiguas podrán agruparse y formar<br />

mancomunida<strong>de</strong>s con la finalidad <strong>de</strong> mejorar la gestión <strong>de</strong> sus competencias<br />

y favorecer sus procesos <strong>de</strong> integración. La ley será la que regule su creación,<br />

estructura y administración. En la Constitución <strong>de</strong>l 98, si bien no se<br />

28 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 242.<br />

29 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 257.<br />

229


menciona la posibilidad <strong>de</strong> conformar mancomunida<strong>de</strong>s 30 , sí se contempla<br />

en el artículo 229 que las “provincias, cantones y parroquias se podrán asociar<br />

para su <strong>de</strong>sarrollo económico y social y para el manejo <strong>de</strong> los recursos<br />

naturales”.<br />

3.2. Regiones<br />

TA N I A AR I A S MA N Z A N O<br />

Para la conformación <strong>de</strong> regiones, el artículo 244 remite a la ley la creación<br />

<strong>de</strong> incentivos económicos y <strong>de</strong> otra índole, a su vez las provincias integrantes<br />

<strong>de</strong> una futura región <strong>de</strong>berán reunir las siguientes condiciones:<br />

- Continuidad territorial.<br />

- Superficie regional mayor a veinte mil kilómetros cuadrados.<br />

- Número <strong>de</strong> habitantes que en conjunto sea superior al cinco por<br />

ciento <strong>de</strong> la población nacional.<br />

- Procurar el equilibrio interregional, la complementariedad ecológica<br />

y el manejo integrado <strong>de</strong> cuencas.<br />

El proceso para la conformación <strong>de</strong> regiones se inicia con la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong><br />

los gobiernos provinciales 31 , que <strong>de</strong>berán presentar un proyecto <strong>de</strong> ley <strong>de</strong><br />

regionalización, que propondrá la conformación territorial <strong>de</strong> la nueva<br />

región al legislativo y la propuesta <strong>de</strong> estatuto <strong>de</strong> autonomía a la Corte<br />

Constitucional. Según el artículo 246 el Estatuto <strong>de</strong>berá contener la <strong>de</strong>nominación,<br />

símbolos, principios, instituciones <strong>de</strong>l gobierno regional, la se<strong>de</strong>,<br />

la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> los bienes, rentas, recursos propios y la enumeración <strong>de</strong><br />

30 Sin embargo, la Ley <strong>de</strong> Descentralización <strong>de</strong>l Estado y Participación Social, 1997, artículos 10 y<br />

14, contempla los requisitos para la suscripción <strong>de</strong> convenios <strong>de</strong> mancomunidad. También el artículo<br />

13 <strong>de</strong> la Ley Orgánica <strong>de</strong> Régimen Municipal establece que las municipalida<strong>de</strong>s pue<strong>de</strong>n ejecutar<br />

obras o prestar servicios <strong>de</strong> forma asociada. Por su parte, la Ley Orgánica <strong>de</strong>l Régimen para<br />

el Distrito Metropolitano <strong>de</strong> Quito faculta a éste a establecer un régimen <strong>de</strong> mancomunidad urbana<br />

con los municipios circunvecinos (artículos 23-24). También el Reglamento <strong>de</strong>l Sistema Único<br />

<strong>de</strong> Manejo Ambiental (TULAS, libro iv. Art. 34), establece que una <strong>de</strong> las políticas en el ámbito<br />

institucional será el fomento a la creación <strong>de</strong> mancomunida<strong>de</strong>s entre gobiernos seccionales para la<br />

gestión integral <strong>de</strong> los residuos sólidos.<br />

31 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 245.<br />

230


las competencias que inicialmente asumirá; adicionalmente, <strong>de</strong> acuerdo al<br />

artículo 251, en las normas <strong>de</strong>l Estatuto regional <strong>de</strong>berán constar obligatoriamente<br />

el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los mecanismos <strong>de</strong> participación ciudadana previstos<br />

en la Constitución.<br />

Una vez obtenidos la aprobación <strong>de</strong> la ley y el dictamen favorable sobre<br />

la constitucionalidad <strong>de</strong>l Estatuto, éste será sometido a consulta popular en<br />

las provincias que formarán la región. Si en la consulta se aprueba la conformación<br />

<strong>de</strong> la región, se proce<strong>de</strong>rá inmediatamente a la elección <strong>de</strong> autorida<strong>de</strong>s<br />

regionales.<br />

El proceso <strong>de</strong> regionalización será progresivo pero obligatorio. Según la<br />

disposición transitoria primera, numeral nueve, el plazo para la conformación<br />

<strong>de</strong> regiones autónomas no podrá ser mayor <strong>de</strong> ocho años.<br />

3.3. Distritos Metropolitanos<br />

¿ HA C I A U N N U E V O O R D E N A M I E N T O T E R R I T O R I A L?<br />

A diferencia <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong>l 98, que solo menciona que la ley podrá<br />

crear distritos metropolitanos 32 , en la Constitución <strong>de</strong>l 2008 la creación <strong>de</strong><br />

distritos metropolitanos tiene un procedimiento explícito similar al <strong>de</strong> conformación<br />

<strong>de</strong> regiones. El artículo 247 establece que uno o más cantones<br />

que sean cantones contiguos, en los que existan conurbaciones y con un<br />

número <strong>de</strong> habitantes mayor al siete por ciento <strong>de</strong> la población nacional,<br />

podrán constituir distritos metropolitanos. Des<strong>de</strong> 1998 a la fecha, solo se<br />

creó por ley el Distrito Metropolitano <strong>de</strong> Quito 33 . Siguiendo el texto constitucional<br />

los distritos metropolitanos tendrán que dotarse <strong>de</strong> un Estatuto<br />

con los mismos requisitos y contenidos que acabamos <strong>de</strong> reseñar en el<br />

numeral anterior; y <strong>de</strong>berán seguir el mismo procedimiento que para la<br />

conformación <strong>de</strong> regiones, en este caso los concejos cantonales elaborarán<br />

una propuesta que contenga un proyecto <strong>de</strong> ley y un proyecto <strong>de</strong> estatuto<br />

<strong>de</strong> autonomía <strong>de</strong>l distrito metropolitano; le seguirá la aprobación <strong>de</strong>l legislativo<br />

y el dictamen constitucional; la consulta popular que apruebe o no el<br />

Estatuto; y en consecuencia elección <strong>de</strong> nuevas autorida<strong>de</strong>s metropolitanas.<br />

32 Constitución <strong>de</strong> 1998, artículo 238.<br />

33 Ley Orgánica <strong>de</strong>l Distrito Metropolitano <strong>de</strong> Quito. Ley No. 46. RO/280 <strong>de</strong> 8 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong>l<br />

2001.<br />

231


TA N I A AR I A S MA N Z A N O<br />

3.4. Unida<strong>de</strong>s básicas <strong>de</strong> participación<br />

El reconocimiento <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s, las comunas, los<br />

recintos, los barrios y las parroquias urbanas como unida<strong>de</strong>s básicas <strong>de</strong> participación,<br />

obligará a los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados y al Si s t e m a<br />

Nacional <strong>de</strong> Planificación a <strong>de</strong>finir e incentivar la organización ciudadana en<br />

estos espacios <strong>de</strong> participación y a establecer los mecanismos para que estas<br />

unida<strong>de</strong>s territoriales puedan intervenir en la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> las políticas<br />

públicas, los planes, programas, control social y rendición <strong>de</strong> cuentas, en<br />

c o n c o rdancia con los mandatos sobre la participación ciudadana que ya re v isamos<br />

y que se encuentran referidos en otros acápites <strong>de</strong> la Constitución.<br />

3.5. Territorios fronterizos y Amazonía<br />

El artículo 249 dispone que los cantones que se encuentren total o parcialmente<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una franja fronteriza <strong>de</strong> cuarenta kilómetros, recibirán<br />

atención preferencial para afianzar una cultura <strong>de</strong> paz y el <strong>de</strong>sarrollo socioeconómico.<br />

En tanto, en los artículos 250 y 259, reconociendo que el territorio<br />

<strong>de</strong> la Amazonía forma parte <strong>de</strong> un ecosistema necesario para el equilibrio<br />

ambiental <strong>de</strong>l planeta, se le cataloga como una circunscripción territorial<br />

especial, que <strong>de</strong>berá contar con una planificación integral que garantice<br />

la conservación y protección <strong>de</strong> sus ecosistemas, y con políticas para<br />

compensar las inequida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> su <strong>de</strong>sarrollo.<br />

3.6. Gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados y regímenes especiales<br />

En t re los artículos 251 y 259 encontramos la integración <strong>de</strong> los gobiernos autónomos<br />

<strong>de</strong>scentralizados y las especificida<strong>de</strong>s sobre los regímenes especiales.<br />

La Región contará con un Consejo Regional 34 , conformado por una<br />

gobernadora o gobernador regional y consejeros regionales elegidos <strong>de</strong><br />

forma proporcional a la población urbana y rural. Aquí observamos un<br />

cambio fundamental, la obligación <strong>de</strong> que los consejeros regionales representen<br />

tanto a la población urbana como a la rural.<br />

34 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 251.<br />

232


¿ HA C I A U N N U E V O O R D E N A M I E N T O T E R R I T O R I A L?<br />

En la provincia existirá un Consejo provincial integrado por un pre f e c t o ,<br />

por los alcal<strong>de</strong>s o vicealcal<strong>de</strong>s en re p resentación <strong>de</strong> los cantones; y por re p resentantes<br />

elegidos entre los presi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> las juntas parroquiales rurales. Esta<br />

n u e va conformación <strong>de</strong>l Consejo Provincial es uno <strong>de</strong> los cambios más notables.<br />

Los consejeros ya no serán <strong>de</strong> elección popular, serán, en <strong>de</strong>finitiva, los<br />

re p resentantes cantonales y parroquiales los que integrarán el Consejo. En los<br />

cantones habrá un Concejo integrado por el alcal<strong>de</strong> y los concejales elegidos<br />

por votación popular. La población cantonal urbana y rural estará re p re s e n t ada<br />

pro p o rcionalmente en dicho Concejo. Esta innovación que incorpora<br />

e x p resamente la re p resentación rural, contribuirá, sin duda, a ampliar la participación<br />

<strong>de</strong> sectores no urbanos en los gobiernos autónomos. Los distritos<br />

m e t ropolitanos contarán con un Concejo integrado por el alcal<strong>de</strong> y los concejales<br />

elegidos por votación popular. Las parroquias rurales tendrán una<br />

Junta parroquial conformada por vocales <strong>de</strong> elección popular.<br />

El artículo 257 indica que las circunscripciones territoriales indígenas y<br />

pluriculturales ejercerán las competencias <strong>de</strong>l gobierno territorial autónomo<br />

correspondiente. Las parroquias, cantones o provincias conformadas mayoritariamente<br />

por nacionalida<strong>de</strong>s, pueblos indígenas, afroecuatorianos o<br />

ancestrales podrán adoptar este régimen <strong>de</strong> administración especial, luego<br />

<strong>de</strong> un plebiscito en el que al menos dos terceras partes <strong>de</strong> los votos válidos<br />

así lo resolvieren.<br />

Según el artículo 258, la provincia <strong>de</strong> Galápagos tendrá un gobierno <strong>de</strong><br />

régimen especial. Su planificación y <strong>de</strong>sarrollo se organizará según principios<br />

<strong>de</strong> conservación <strong>de</strong>l patrimonio natural. Su administración estará a<br />

cargo <strong>de</strong> un Consejo <strong>de</strong> Gobierno que dictará las políticas en coordinación<br />

con los municipios y juntas parroquiales, quienes las ejecutarán. Al igual<br />

que en el 98, los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> migración interna, trabajo o cualquier otra<br />

actividad pública o privada que pueda afectar al ambiente, serán limitados.<br />

Como parte las noveda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la Constitución, para la articulación <strong>de</strong><br />

los gobiernos autónomos con el gobierno nacional, se crea el Gabinete<br />

Territorial 35 que lo integrarán gobernadores regionales y alcal<strong>de</strong>s metropolitanos,<br />

como una instancia <strong>de</strong> consulta regional que será convocada por el<br />

Ejecutivo.<br />

35 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 256.<br />

233


3.7. Régimen <strong>de</strong> competencias<br />

TA N I A AR I A S MA N Z A N O<br />

Al revisar los textos relativos al régimen <strong>de</strong> competencias, es palpable el reto<br />

que asumió la Asamblea Constituyente <strong>de</strong> construir la base <strong>de</strong> un proceso<br />

transparente y legítimo <strong>de</strong> competencias, que evitando la duplicación <strong>de</strong><br />

funciones permita las flexibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la concurrencia, la colaboración y<br />

complementariedad 36 .<br />

Se establece un sistema <strong>de</strong> competencias 37 con un organismo técnico<br />

que tendrá las funciones <strong>de</strong>: 1) regular el procedimiento y el plazo máximo<br />

<strong>de</strong> transferencia <strong>de</strong> las competencias exclusivas (asegurando condiciones<br />

inmediatas <strong>de</strong> traspaso para aquellos gobiernos que garanticen capacidad<br />

operativa); 2) regular la transferencia <strong>de</strong> las competencias adicionales; 3)<br />

regular la gestión <strong>de</strong> las competencias concurrentes entre los diferentes niveles<br />

<strong>de</strong> gobierno; 4) asignar competencias residuales; y 5) resolver en se<strong>de</strong><br />

administrativa los conflictos <strong>de</strong> competencia que surjan entre los distintos<br />

niveles <strong>de</strong> gobierno. Este organismo técnico estará conformado por un<br />

representante <strong>de</strong> cada nivel <strong>de</strong> gobierno.<br />

La omisión o <strong>de</strong>ficiente ejecución <strong>de</strong> una competencia 38 permitirá la<br />

intervención temporal y subsidiaria en la gestión específica <strong>de</strong>l gobierno<br />

autónomo <strong>de</strong>scentralizado; la ley será la que <strong>de</strong>termine los casos excepcionales,<br />

el procedimiento y la forma <strong>de</strong> control.<br />

En el cuadro que consta a continuación, se visualizan las competencias<br />

asignadas en el capítulo cuarto <strong>de</strong>l título V a cada uno <strong>de</strong> los niveles <strong>de</strong><br />

gobierno. A estas competencias hay que añadir las que constan en otras partes<br />

<strong>de</strong>l texto constitucional, como la posibilidad <strong>de</strong> administrar los centros<br />

<strong>de</strong> privación <strong>de</strong> libertad <strong>de</strong> acuerdo con la ley según el artículo 202 o la <strong>de</strong><br />

administración concurrente <strong>de</strong>l sistema público <strong>de</strong> registro <strong>de</strong> la propiedad<br />

previsto en el artículo 265, y otras que ya hemos reseñado anteriormente.<br />

36 El artículo 260 dice “El ejercicio <strong>de</strong> las competencias exclusivas no excluirá el ejercicio concurrente<br />

<strong>de</strong> la gestión en la prestación <strong>de</strong> servicios públicos y activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> colaboración y complementariedad<br />

entre los distintos niveles <strong>de</strong> gobierno”.<br />

37 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 269.<br />

38 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 268.<br />

234


¿ HA C I A U N N U E V O O R D E N A M I E N T O T E R R I T O R I A L?<br />

235


TA N I A AR I A S MA N Z A N O<br />

236


¿ HA C I A U N N U E V O O R D E N A M I E N T O T E R R I T O R I A L?<br />

237


3.8. Recursos económicos<br />

TA N I A AR I A S MA N Z A N O<br />

Los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados podrán generar sus propios<br />

recursos financieros y participarán <strong>de</strong> las rentas <strong>de</strong>l Estado, <strong>de</strong> acuerdo con<br />

principios <strong>de</strong> subsidiariedad, solidaridad y equidad. Se establece la participación<br />

en al menos el 15 por ciento <strong>de</strong> ingresos permanentes y <strong>de</strong> un monto<br />

no inferior al 5 por ciento <strong>de</strong> los no permanentes correspondientes al<br />

Estado central 40 . Se resalta que las asignaciones serán pre<strong>de</strong>cibles, directas,<br />

oportunas y automáticas, por transferencias <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cuenta única 41 .<br />

La distribución <strong>de</strong> los recursos 42 a los gobiernos autónomos será regulada<br />

por la ley <strong>de</strong> acuerdo a criterios <strong>de</strong> tamaño y <strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong> la población,<br />

necesida<strong>de</strong>s básicas insatisfechas, jerarquizadas y consi<strong>de</strong>radas en relación<br />

con la población, logros en el mejoramiento <strong>de</strong> los niveles <strong>de</strong> vida, esfuerzo<br />

fiscal y administrativo y cumplimiento <strong>de</strong> metas <strong>de</strong>l Plan Nacional <strong>de</strong><br />

Desarrollo y <strong>de</strong>l plan <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l gobierno autónomo <strong>de</strong>scentralizado.<br />

Los artículos 273 y 274 garantizan la transferencia <strong>de</strong> competencias a<br />

los gobiernos <strong>de</strong>scentralizados autónomos con los correspondientes y suficientes<br />

recursos. Un organismo técnico integrado <strong>de</strong> acuerdo con la ley,<br />

cuantificará los costos directos e indirectos <strong>de</strong>l ejercicio <strong>de</strong> las competencias<br />

<strong>de</strong>scentralizables. Las asignaciones discrecionales no permanentes solo serán<br />

posibles en caso <strong>de</strong> catástrofe. Finalmente, los GDA tendrán <strong>de</strong>recho a participar<br />

<strong>de</strong> las rentas que perciba el Estado por la explotación o industrialización<br />

<strong>de</strong> recursos naturales no renovables, que se hagan en sus territorios.<br />

IV. A modo <strong>de</strong> conclusiones: los retos futuros<br />

Al menos diez leyes vigentes 43 <strong>de</strong>berán ser reemplazadas o reformadas como<br />

resultado <strong>de</strong>l cumplimiento <strong>de</strong> las disposiciones <strong>de</strong> la Carta Constitucional<br />

40 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 271.<br />

41 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículos 270-271.<br />

42 Constitución <strong>de</strong>l 2008, artículo 272.<br />

43 La Ley Especial <strong>de</strong> Descentralización <strong>de</strong>l Estado y <strong>de</strong> Pa rticipación Social, la Ley <strong>de</strong><br />

Mo<strong>de</strong>rnización <strong>de</strong>l Estado, la Ley Especial <strong>de</strong> Distribución <strong>de</strong>l 15 por ciento <strong>de</strong>l Presupuesto<br />

Central a los Gobiernos Seccionales, la Ley Orgánica <strong>de</strong> Régimen Municipal, la Ley Orgánica <strong>de</strong><br />

238


¿ HA C I A U N N U E V O O R D E N A M I E N T O T E R R I T O R I A L?<br />

<strong>de</strong> Ciudad Alfaro. Las disposiciones transitorias establecen un cronograma<br />

<strong>de</strong> cumplimiento obligatorio para el órgano legislativo en un plazo que oscila<br />

entre 120 días siguientes a la proclamación <strong>de</strong> los resultados <strong>de</strong>l referéndum<br />

aprobatorio y la finalización <strong>de</strong>l primer período legislativo (4 años).<br />

Por ejemplo, en 120 días luego <strong>de</strong> la proclamación <strong>de</strong> resultados <strong>de</strong>l<br />

referéndum <strong>de</strong>l 28 <strong>de</strong> septiembre el órgano legislativo <strong>de</strong>berá aprobar la ley<br />

que regula el Consejo <strong>de</strong> Participación Ciudadana y Control Social y la ley<br />

electoral y en 360 días aprobar la “ley que regule la <strong>de</strong>scentralización territorial<br />

<strong>de</strong> los distintos niveles <strong>de</strong> gobierno y el sistema <strong>de</strong> competencias, que<br />

incorporará los procedimientos para el cálculo y distribución anual <strong>de</strong> los<br />

fondos que recibirán los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados <strong>de</strong>l<br />

Presupuesto General <strong>de</strong>l Estado. Esta ley fijará el plazo para la conformación<br />

<strong>de</strong> regiones autónomas, que en ningún caso exce<strong>de</strong>rá <strong>de</strong> ocho años”. Y<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los cuatro años <strong>de</strong>l primer período legislativo, todas las otras leyes<br />

necesarias para la aplicación <strong>de</strong> la Constitución.<br />

Decíamos al inicio <strong>de</strong> este análisis que al menos cuatro innovaciones<br />

<strong>de</strong>berían modificar sustancialmente el Estado. Sin duda, en la Constitución<br />

aprobada en el referéndum <strong>de</strong>l 28 <strong>de</strong> septiembre constan elementos innegables<br />

<strong>de</strong> ruptura con el viejo país que tanto hemos <strong>de</strong>mandado. Queda trazada<br />

la cancha para análisis y <strong>de</strong>bates <strong>constitucionales</strong> más profundos pero,<br />

fundamentalmente, queda abierta la puerta para modificar una realidad <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>sigual, centralismo e injusticia territorial; el reto será que esas<br />

normas <strong>constitucionales</strong> provoquen <strong>de</strong>sarrollos legales que permitan avanzar<br />

hacia un real proceso <strong>de</strong> autonomía, que inspiren comportamientos en<br />

correspon<strong>de</strong>ncia en servidores públicos a todo nivel; que promuevan efectivamente<br />

el involucramiento <strong>de</strong> la sociedad, que todas y todos los ecuatorianos<br />

usemos y potenciemos las instancias participativas creadas en la<br />

Constitución <strong>de</strong>l 2008.<br />

En <strong>de</strong>finitiva, aprobada la Constitución <strong>de</strong> Montecristi, quedan en<br />

nuestras manos las herramientas <strong>de</strong> una nueva visión <strong>de</strong> construcción <strong>de</strong>l<br />

Estado en todos sus niveles <strong>de</strong> gobierno, en el territorio con sus roles y com-<br />

Régimen Provincial, la Ley Orgánica <strong>de</strong>l Régimen para el Distrito Metropolitano <strong>de</strong> Quito, el<br />

Estatuto <strong>de</strong>l Régimen Jurídico Administrativo <strong>de</strong> la Función Ejecutiva, Ley <strong>de</strong> Desarrollo<br />

Seccional, Ley <strong>de</strong>l Fondo <strong>de</strong> Desarrollo Provincial, Ley <strong>de</strong> Régimen Especial para la Conservación<br />

y <strong>de</strong>sarrollo Sustentable <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong> Galápagos, Ley <strong>de</strong> Juntas Parroquiales.<br />

239


TA N I A AR I A S MA N Z A N O<br />

petencias claramente <strong>de</strong>finidos; el trazado <strong>de</strong> una ruta para la consolidación<br />

<strong>de</strong> autonomías regionales, bajo principios <strong>de</strong> solidaridad y equidad, como<br />

una modalidad concreta concebida como una estrategia clave para favorecer<br />

una más eficiente y participativa gestión pública, que busca aportar a un<br />

nuevo equilibrio territorial <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la potenciación <strong>de</strong> las capacida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los<br />

territorios, con criterios <strong>de</strong> complementariedad y reciprocidad; en <strong>de</strong>finitiva,<br />

queda <strong>de</strong>limitada una estrategia <strong>de</strong> regionalización que hace parte <strong>de</strong><br />

una nueva visión <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo y <strong>de</strong>l sistema político; nos quedan competencias<br />

exclusivas constitucionalizadas pero con capacidad <strong>de</strong> gestión coordinada;<br />

un sistema nacional <strong>de</strong> planificación <strong>de</strong>scentralizado con participación<br />

ciudadana; una mayor y obligatoria participación <strong>de</strong> la población<br />

rural; reconocimiento <strong>de</strong> unida<strong>de</strong>s básicas <strong>de</strong> participación a nivel urbano;<br />

recursos pre<strong>de</strong>cibles; coordinación entre territorios y gobiernos; circunscripciones<br />

territoriales indígenas o pluriculturales en el marco <strong>de</strong> la división<br />

político-administrativa y por medio <strong>de</strong> un proceso <strong>de</strong>mocrático <strong>de</strong> consulta;<br />

el mandato para todos los niveles <strong>de</strong> gobierno, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el nacional a los<br />

locales, <strong>de</strong> rea<strong>de</strong>cuar su institucionalidad abriendo canales efectivos <strong>de</strong> participación.<br />

La ruta está trazada, la tarea apenas inicia y requiere <strong>de</strong> muchas<br />

manos y volunta<strong>de</strong>s para continuarla y completarla.<br />

240


Las Relaciones Internacionales en la Constitución<br />

<strong>de</strong>l 2008: un análisis sistemático<br />

Xavier A. Flores Aguirre*<br />

Sumario<br />

I. Introducción. II. Principios <strong>de</strong> las relaciones internacionales. 2.1.<br />

Contenido. 2.2. Contraste con la Constitución Política <strong>de</strong> 1998. III.<br />

Tratados e instrumentos internacionales. 3.1. Aclaración. 3.2. Jerarquía<br />

normativa <strong>de</strong> los tratados internacionales. 3.3. Procedimiento <strong>de</strong> ratificación<br />

<strong>de</strong> un tratado internacional. 3.3.1. Definición <strong>de</strong> ratificación. 3.3.2.<br />

Solicitud. 3.3.3. Atribuciones <strong>de</strong> las funciones Ejecutiva y Legislativa.<br />

3.3.4. Denuncia. 3.4. Interpretación <strong>de</strong> los tratados e instrumentos internacionales.<br />

3.5. Casos específicos. IV. Integración latinoamericana.<br />

I. Introducción<br />

La Asamblea Nacional Constituyente aprobó el 24 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 2008 el proyecto<br />

<strong>de</strong> nueva Constitución. El título VIII <strong>de</strong> este proyecto regula las relaciones<br />

internacionales <strong>de</strong>l Estado ecuatoriano. Este título VIII contiene tres<br />

* Licenciado en Ciencias Sociales y Políticas y Abogado por la Universidad Católica <strong>de</strong> Santiago <strong>de</strong><br />

Guayaquil. Diplomado <strong>de</strong> Postítulo en <strong>Derechos</strong> Humanos y Procesos <strong>de</strong> Democratización por<br />

el Centro <strong>de</strong> <strong>Derechos</strong> Humanos <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Chile. Miembro <strong>de</strong> la Comisión Especial<br />

<strong>de</strong> Revisión y Redacción <strong>de</strong> la Nueva Constitución. xaflag@yahoo.com<br />

241


capítulos referidos a “los principios <strong>de</strong> las relaciones internacionales”, los<br />

“tratados e instrumentos internacionales” y “la integración latinoamericana”<br />

1 . El objeto <strong>de</strong> este artículo es analizar el contenido <strong>de</strong> esos capítulos<br />

como parte <strong>de</strong> un cuerpo constitucional coherente y contrastarlo, en varios<br />

<strong>de</strong> sus puntos, con el texto constitucional para cuyo reemplazo se propuso<br />

(la Constitución Política <strong>de</strong> 1998). El artículo se or<strong>de</strong>na <strong>de</strong> manera sencilla,<br />

en función <strong>de</strong>l análisis que amerita cada uno <strong>de</strong> los capítulos que componen<br />

este título VIII <strong>de</strong> la nueva Constitución.<br />

II. Principios <strong>de</strong> las relaciones internacionales<br />

2.1. Contenido<br />

XAV I E R A. FL O R E S AG U I R R E<br />

La nueva Constitución contiene los principios que el Estado ecuatoriano<br />

sostiene en materia <strong>de</strong> sus relaciones con la comunidad internacional en un<br />

solo artículo, el 416, cuyo encabezado establece que esas relaciones respon<strong>de</strong>rán<br />

a los intereses <strong>de</strong>l pueblo ecuatoriano al que se le rendirán cuentas por<br />

su ejercicio. El contenido <strong>de</strong> estos principios se <strong>de</strong>sarrolla en trece numerales<br />

que en un amplio número <strong>de</strong> casos reflejan principios generales <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>recho internacional 2 y en otros reflejan lo que el constituyente entien<strong>de</strong><br />

que son principios que representan los intereses <strong>de</strong>l pueblo ecuatoriano, en<br />

particular en materia <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo económico, <strong>de</strong>rechos humanos, migración<br />

y ambiente 3 .<br />

1 En adición, en otra parte <strong>de</strong>l proyecto <strong>de</strong> nueva Constitución se establece que el Estado tendrá<br />

competencias exclusivas sobre las relaciones internacionales. Cfr. artículo 261 numeral 2.<br />

2 Principios como la igualdad jurídica <strong>de</strong> los Estados (numeral 1), la cooperación internacional<br />

(numeral 1), la solución pacífica <strong>de</strong> las controversias (numeral 2), la prohibición <strong>de</strong> la amenaza y<br />

<strong>de</strong>l uso <strong>de</strong> la fuerza (numeral 2), el mantenimiento <strong>de</strong> la paz y seguridad internacionales (numeral<br />

4) y la libre <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> los pueblos (numeral 8).<br />

3 Así, en materia <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo económico (numerales 10, 11 y 12), <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos (numerales<br />

5 y 7), <strong>de</strong> migración (numerales 5 y 6), <strong>de</strong> ambiente (numeral 13).<br />

242


LA S RE L A C I O N E S IN T E R N A C I O N A L E S E N L A CO N S T I T U C I Ó N D E L 2 0 0 8<br />

2.2. Contraste con la Constitución Política <strong>de</strong> 1998<br />

El artículo 416 <strong>de</strong>l proyecto <strong>de</strong> la nueva Constitución se correspon<strong>de</strong>, en<br />

buena medida, con el artículo 4 <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1998, cuyo contenido<br />

se <strong>de</strong>sarrolla en seis numerales. Todos los numerales <strong>de</strong>l artículo 3 citado<br />

se contienen en el artículo 416 <strong>de</strong> nueva Constitución, con una redacción<br />

similar 4 . Es necesario <strong>de</strong>stacar, sin embargo, que la nueva Constitución<br />

sostiene nuevos principios rectores <strong>de</strong> las relaciones <strong>de</strong>l Estado con la comunidad<br />

internacional.<br />

Estos nuevos principios rectores perfilan la conducta <strong>de</strong>l Estado en esta<br />

materia tanto por lo que el Estado ecuatoriano con<strong>de</strong>na y rechaza, como la<br />

injerencia en los asuntos internos y cualquier forma <strong>de</strong> intervención (numeral<br />

3), el <strong>de</strong>sarrollo y uso <strong>de</strong> armas <strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción masiva y la imposición <strong>de</strong><br />

bases o instalaciones con propósitos militares (numeral 4), el racismo, la<br />

xenofobia y toda otra forma <strong>de</strong> discriminación (numeral 5), el que las controversias<br />

con personas privadas extranjeras se conviertan en conflictos entre<br />

Estados (numeral 12), como por lo que el Estado propone y afirma, como<br />

el reconocimiento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> los pueblos a mecanismos que expresen,<br />

preserven y protejan la diversidad <strong>de</strong> sus socieda<strong>de</strong>s (numeral 5), el respeto<br />

a los <strong>de</strong>rechos humanos, en particular <strong>de</strong> las personas migrantes (numeral<br />

7), la conformación <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n global multipolar y el fortalecimiento e<br />

relaciones horizontales (numeral 10) la integración política, cultural y económica<br />

<strong>de</strong> la región andina, <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur y <strong>de</strong> América latina (numeral<br />

11), un nuevo sistema <strong>de</strong> comercio e inversión (numeral 12) y la protección<br />

<strong>de</strong>l medio ambiente (numeral 13).<br />

Quiero no omitir <strong>de</strong> estos principios rectores que el que se establece en<br />

el numeral 4 <strong>de</strong> este artículo 416 <strong>de</strong>l proyecto <strong>de</strong> nueva Constitución se<br />

correspon<strong>de</strong> con el artículo 5 <strong>de</strong>l mismo instrumento jurídico, que establece:<br />

“El Ecuador es un territorio <strong>de</strong> paz. No se permitirá el establecimiento<br />

<strong>de</strong> bases militares extranjeras ni <strong>de</strong> instalaciones extranjeras con propósitos<br />

militares. Se prohíbe ce<strong>de</strong>r bases militares nacionales a fuerzas armadas o<br />

4 Así, el numeral 1 <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1998 se correspon<strong>de</strong> con los numerales 1 y 4 <strong>de</strong> la nueva<br />

Constitución; el numeral 2 con el numeral 2; el numeral 3 con los numerales 2 y 9; el numeral 4<br />

con el numeral 10; el numeral 5 con el numeral 11; el numeral 6 con el numeral 8.<br />

243


<strong>de</strong> seguridad extranjeras” y que su numeral 11 encuentra su <strong>de</strong>sarrollo en el<br />

capítulo III <strong>de</strong> este título VIII, cuyo análisis correspon<strong>de</strong> a la parte final <strong>de</strong><br />

este trabajo.<br />

III. Tratados e instrumentos internacionales<br />

3.1. Aclaración<br />

XAV I E R A. FL O R E S AG U I R R E<br />

El capítulo <strong>de</strong> “Tratados e instrumentos internacionales” merece una aclaración<br />

previa. La Constitución entien<strong>de</strong> que los “tratados internacional<br />

e s” son jurídicamente vinculantes para el Estado ecuatoriano, mientras<br />

que los “instrumentos internacionales” no lo son. En concordancia con<br />

esta consi<strong>de</strong>ración, el artículo 417 establece que son los tratados internacionales<br />

los que “se sujetarán a lo establecido en la Constitución”, con lo<br />

cual se los reconoce como parte <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>namiento jurídico interno y, en<br />

consecuencia, <strong>de</strong> obligatorio cumplimiento por parte <strong>de</strong> autorida<strong>de</strong>s y<br />

ciudadanos.<br />

Lo dicho sobre los tratados internacionales no implica, por supuesto,<br />

que los otros instrumentos internacionales carezcan <strong>de</strong> relevancia constitucional.<br />

La tienen, pero en el ámbito <strong>de</strong> la interpretación <strong>de</strong> la Constitución<br />

(como observaremos más a<strong>de</strong>lante) y no como parte <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>namiento jurídico<br />

<strong>de</strong>l Estado ecuatoriano, al que, en estricto <strong>de</strong>recho, no pertenecen.<br />

3.2. Jerarquía normativa <strong>de</strong> los tratados internacionales<br />

Los tratados internacionales son parte <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>namiento jurídico interno y<br />

ocupan un lugar <strong>de</strong> importancia en su or<strong>de</strong>n jerárquico. El artículo 417<br />

establece que los tratados internacionales se sujetarán a lo dispuesto en la<br />

Constitución. El artículo 424 confirma esta superioridad <strong>de</strong> la<br />

Constitución cuando afirma que “la Constitución es la norma suprema y<br />

prevalece sobre cualquier otra <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>namiento jurídico”. El artículo 425<br />

<strong>de</strong>scribe el or<strong>de</strong>n jerárquico <strong>de</strong> aplicación en el <strong>de</strong>recho interno, en el cual<br />

los tratados internacionales se sitúan, en concordancia con los artículos<br />

anteriores, por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la Constitución y por sobre toda otra norma <strong>de</strong>l<br />

244


or<strong>de</strong>namiento jurídico interno 5 . Por cierto, esta posición en la jerarquía<br />

normativa <strong>de</strong>l proyecto <strong>de</strong> nueva Constitución es análoga a la posición que<br />

ocupan los tratados internacionales en la Constitución Política <strong>de</strong> 1998, <strong>de</strong><br />

conformidad con sus artículos 163 y 272.<br />

3.3. Procedimiento <strong>de</strong> ratificación <strong>de</strong> un tratado internacional<br />

3.3.1. Definición <strong>de</strong> ratificación<br />

El término “ratificación” tiene un significado específico en el contexto <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>recho internacional. Ese significado se encuentra en la Convención <strong>de</strong><br />

Viena sobre el Derecho <strong>de</strong> los Tratados 6 , instrumento jurídico que forma<br />

p a rte <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>namiento jurídico interno 7 . De acuerdo con esta<br />

Convención, el término “ratificación” significa “el acto internacional [...]<br />

por el cual un Estado hace constar en el ámbito internacional su consentimiento<br />

en obligarse por un tratado” 8 .<br />

3.3.2. Solicitud<br />

LA S RE L A C I O N E S IN T E R N A C I O N A L E S E N L A CO N S T I T U C I Ó N D E L 2 0 0 8<br />

El procedimiento <strong>de</strong> ratificación se inicia con la solicitud <strong>de</strong> ratificación <strong>de</strong>l<br />

tratado internacional. Esta facultad se realiza, <strong>de</strong> conformidad con el artí-<br />

5 El artículo 425 establece lo que se conoce como la pirámi<strong>de</strong> <strong>de</strong> Kelsen, en los siguientes términos:<br />

“La Constitución; los tratados y convenios internacionales; las leyes orgánicas; las leyes ordinarias;<br />

las normas regionales y las or<strong>de</strong>nanzas distritales; los <strong>de</strong>cretos y reglamentos; las or<strong>de</strong>nanzas; los<br />

acuerdos y las resoluciones; y los <strong>de</strong>más actos y <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> los po<strong>de</strong>res públicos”.<br />

6 Esta convención se adoptó en Viena el 23 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1969 (U.N. Doc A/CONF.39/27 (1969),<br />

1155 U.N.T.S. 331) y entró en vigor el 27 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1980.<br />

7 La ratificación <strong>de</strong> la Convención <strong>de</strong> Viena sobre el Derecho <strong>de</strong> los Tratados se publicó en el<br />

Registro Oficial No 134 <strong>de</strong>l 28 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong>l 2003.<br />

8 Así, la ratificación pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finirse como “el acto formal internacional por el cual un Jefe <strong>de</strong> Estado,<br />

confirma la firma <strong>de</strong> su plenipotenciario y <strong>de</strong>clara que el tratado es tenido para el Estado que representa<br />

como jurídicamente obligatorio”, al haber sido aprobada por el (los) órgano que internamente<br />

está dotado <strong>de</strong> competencia”. Cfr. Novak Talavera, Fabián y García-Corrochano Moyano, Luis,<br />

Derecho Internacional Público. Tomo I. Introducción y Fuentes, Fondo Pontificia Universidad<br />

Católica <strong>de</strong>l Perú, Lima, Perú, 2003, Pág. 175, quienes citan en el texto transcrito a Luis Po<strong>de</strong>stá<br />

Costa y José María Ruda, Derecho Internacional Público, T. I, Pág. 137.<br />

245


XAV I E R A. FL O R E S AG U I R R E<br />

culo 420, “por referéndum, por iniciativa ciudadana o por la Presi<strong>de</strong>nte o<br />

Presi<strong>de</strong>nta <strong>de</strong> la República”. La Constitución Política <strong>de</strong> 1998 no regula<br />

este asunto.<br />

La solicitud <strong>de</strong> ratificación <strong>de</strong> un tratado internacional por la vía <strong>de</strong>l<br />

referéndum implica no sólo un mecanismo diferenciado para la concreción<br />

<strong>de</strong> esa solicitud sino la ampliación, <strong>de</strong> manera implícita, <strong>de</strong>l número <strong>de</strong><br />

sujetos con legitimación activa para solicitar esa ratificación. Así, el referéndum<br />

lo pue<strong>de</strong>n solicitar, <strong>de</strong> conformidad con el artículo 104 <strong>de</strong> la nueva<br />

Constitución, el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República, la máxima autoridad <strong>de</strong> los<br />

gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados y los ciudadanos 9 .<br />

Con fundamento en lo expuesto, la máxima autoridad <strong>de</strong> los gobiernos<br />

autónomos <strong>de</strong>scentralizados goza, en razón <strong>de</strong> una interpretación conjunta<br />

<strong>de</strong> los artículo 104 y 420 <strong>de</strong> la nueva Constitución, <strong>de</strong> una legitimación acotada:<br />

estas autorida<strong>de</strong>s pue<strong>de</strong>n solicitar la ratificación <strong>de</strong> un tratado internacional<br />

sólo mediante la vía <strong>de</strong>l re f e réndum. En contraste, el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la<br />

República y los ciudadanos pue<strong>de</strong>n utilizar la vía <strong>de</strong>l re f e réndum o re a l i z a r<br />

la solicitud <strong>de</strong> ratificación <strong>de</strong> manera directa. En todos los casos, sin embargo,<br />

cualquiera que sea el sujeto que solicite la ratificación y la vía que se utilice<br />

para canalizar esa solicitud, se requerirá el dictamen previo <strong>de</strong> la Cort e<br />

C o n s t i t u c i o n a l 1 0 “s o b re la constitucionalidad <strong>de</strong> las preguntas pro p u e s t a s”<br />

(para el caso que se utilice la vía <strong>de</strong>l re f e ré n d u m ) 1 1 y para la aprobación <strong>de</strong><br />

los tratados internacionales por la Asamblea Na c i o n a l 1 2 .<br />

En el caso <strong>de</strong> la solicitud que formulen los ciudadanos, esta solicitud se<br />

realizará <strong>de</strong> conformidad con el procedimiento que establece el artículo 104<br />

9 Lo dicho porque el referéndum es una especie <strong>de</strong>l género “consulta popular”, en concreto y en<br />

palabras <strong>de</strong>l Diccionario <strong>de</strong> la Real Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Lengua Española, aquel “por el que se someten<br />

a voto popular leyes o actos administrativos”. Cfr. www.rae.es [Última visita: 08 <strong>de</strong> septiembre<br />

<strong>de</strong> 2008].<br />

10 En puridad, sí existen casos en los que el dictamen previo <strong>de</strong> la Corte Constitucional no es necesario:<br />

cuando, <strong>de</strong> manera concurrente, la solicitud <strong>de</strong> ratificación no se realice por la vía <strong>de</strong>l referéndum<br />

y cuando esa solicitud no se refiera a ninguno <strong>de</strong> los ocho tipos <strong>de</strong> tratados que, en razón<br />

<strong>de</strong> su naturaleza, requieren <strong>de</strong> la aprobación <strong>de</strong> la Asamblea Nacional <strong>de</strong> conformidad con el artículo<br />

419 <strong>de</strong>l proyecto <strong>de</strong> nueva Constitución.<br />

11 Cfr. artículo 104 in fine y artículo 438 numeral 2 <strong>de</strong> la nueva Constitución.<br />

12 Cfr. artículo 438 numeral 1 <strong>de</strong> la nueva Constitución. En la redacción <strong>de</strong> este numeral se comete<br />

un gazapo y don<strong>de</strong> se lee “ratificación” <strong>de</strong>be leerse “aprobación”.<br />

246


LA S RE L A C I O N E S IN T E R N A C I O N A L E S E N L A CO N S T I T U C I Ó N D E L 2 0 0 8<br />

para los casos <strong>de</strong> convocatoria a consulta popular. En el caso <strong>de</strong> la solicitud<br />

que formule el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República, también <strong>de</strong> conformidad con el<br />

artículo 104, éste, a diferencia <strong>de</strong> los otros sujetos con legitimación para<br />

solicitar la ratificación, no pone en consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong>l Consejo Nacional<br />

Electoral su solicitud <strong>de</strong> ratificación, sino que emana una disposición que el<br />

Consejo Nacional Electoral no pue<strong>de</strong> sino acatar 13 .<br />

En conclusión, sobre la solicitud <strong>de</strong> ratificación <strong>de</strong> un tratado internacional<br />

existen tres sujetos con legitimación activa para realizarla (Presi<strong>de</strong>nte<br />

<strong>de</strong> la República, ciudadanía y máxima autoridad <strong>de</strong> los gobiernos autónomos<br />

<strong>de</strong>scentralizados) con sendas regulaciones para su ejercicio; existen dos<br />

mecanismos para materializar la solicitud, la vía directa y la vía <strong>de</strong>l referéndum,<br />

y existen otras instituciones que, según las circunstancias, intervienen<br />

en este proceso (el Consejo Nacional Electoral y la Corte Constitucional).<br />

3.3.3. Atribuciones <strong>de</strong> las funciones Ejecutiva y Legislativa<br />

El artículo 418 <strong>de</strong>l proyecto <strong>de</strong> nueva Constitución le atribuye al Presi<strong>de</strong>nte<br />

<strong>de</strong> la República la ratificación <strong>de</strong> los tratados e instrumentos internacionales.<br />

Esta atribución concuerda con el artículo 147 numeral 10 <strong>de</strong> este<br />

mismo instrumento jurídico que consagra entre las atribuciones y <strong>de</strong>beres<br />

<strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República el “<strong>de</strong>finir la política exterior, suscribir y ratificar<br />

los tratados internacionales y remover a embajadores y jefes <strong>de</strong><br />

misión”.<br />

El mismo artículo 418 establece una obligación concreta <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte<br />

<strong>de</strong> la República en relación específica con la ratificación <strong>de</strong> los tratados<br />

internacionales. (Nótese que esta obligación no existe en relación con instrumentos<br />

internacionales que no sean tratados). Esta obligación específica<br />

es informar “<strong>de</strong> manera inmediata a la Asamblea Nacional <strong>de</strong> todos los<br />

tratados que suscriba, con indicación precisa <strong>de</strong> su carácter y contenido.<br />

Un tratado sólo podrá ser ratificado, para su posterior canje y <strong>de</strong>pósito, diez<br />

días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que la Asamblea haya sido notificada sobre el mismo”.<br />

13 No <strong>de</strong> otra forma pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse el que “la Presi<strong>de</strong>nta o Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República dispondrá<br />

al Consejo Nacional Electoral que convoque a consulta popular sobre los asuntos que estime convenientes”.<br />

247


XAV I E R A. FL O R E S AG U I R R E<br />

El Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República <strong>de</strong>be cumplir esta obligación, <strong>de</strong> conformidad<br />

con el tenor literal <strong>de</strong>l artículo, para la ratificación <strong>de</strong> todos los tratados.<br />

En consecuencia, esta obligación <strong>de</strong>be cumplirse con in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> que para la recepción <strong>de</strong>l tratado internacional en el or<strong>de</strong>namiento jurídico<br />

<strong>de</strong>l Estado se requiera la aprobación previa <strong>de</strong> la Asamblea Nacional.<br />

El propósito <strong>de</strong> la obligación in comento es, entonces, en esencia informativo:<br />

sirve para controlar y llevar un registro <strong>de</strong> las obligaciones que el<br />

Estado asume en el ámbito <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho internacional.<br />

Como se anticipa en el párrafo anterior, la Asamblea Nacional tiene la<br />

importante atribución <strong>de</strong> aprobar e improbar los tratados internacionales<br />

<strong>de</strong> conformidad con el artículo 419 14 . Esos tratados internacionales que<br />

requieren la intervención <strong>de</strong> la Asamblea Nacional son aquellos que se refieran<br />

a materia territorial o <strong>de</strong> límites, los que establezcan alianzas políticas y<br />

militares, los que contengan el compromiso <strong>de</strong> expedir, modificar o <strong>de</strong>rogar<br />

una ley, los que se refieran a los <strong>de</strong>rechos y garantías establecidas en la<br />

Constitución, los que comprometan la política económica <strong>de</strong>l Estado establecida<br />

en su Plan Nacional <strong>de</strong> Desarrollo a condiciones <strong>de</strong> instituciones<br />

financieras internacionales o empresas transnacionales, las que comprometan<br />

al país en acuerdos <strong>de</strong> integración y <strong>de</strong> comercio, los que atribuyan<br />

competencias propias <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n jurídico interno a un organismo internacional<br />

o supranacional y los que comprometan el patrimonio natural y en especial<br />

el agua, la biodiversidad y su patrimonio genético.<br />

En total, el tipo <strong>de</strong> tratados cuya aprobación o improbación en razón<br />

<strong>de</strong> su naturaleza le correspon<strong>de</strong> a la Asamblea Nacional es <strong>de</strong> ocho. En contraste<br />

con la Constitución Política <strong>de</strong> 1998 se agregó en la nueva<br />

Constitución dos tipos <strong>de</strong> tratados que no constaban en ésta, y son los tratados<br />

que comprometan la política establecida en su Plan Nacional <strong>de</strong><br />

Desarrollo a condiciones <strong>de</strong> instituciones financieras internacionales o<br />

empresas transnacionales y los que comprometan el patrimonio natural y en<br />

especial el agua, la biodiversidad y su patrimonio genético. El resto <strong>de</strong> tratados<br />

constan todos en la Constitución Política <strong>de</strong> 1998, casi en idénticos<br />

14 Esta atribución se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>, asimismo, <strong>de</strong>l artículo 120 que establece las atribuciones y <strong>de</strong>beres<br />

<strong>de</strong> la Asamblea Nacional, entre las cuales el numeral 8 consagra el “aprobar e improbar los tratados<br />

internacionales en los casos que corresponda”.<br />

248


términos 15 . El agregado <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> tratados se <strong>de</strong>be a la importancia<br />

que la nueva Constitución le atribuye al cumplimiento <strong>de</strong>l Plan Nacional<br />

<strong>de</strong> Desarrollo y a la protección <strong>de</strong>l ambiente 16 .<br />

3.3.4. Denuncia<br />

LA S RE L A C I O N E S IN T E R N A C I O N A L E S E N L A CO N S T I T U C I Ó N D E L 2 0 0 8<br />

El artículo 419 <strong>de</strong> la nueva Constitución establece la obligación <strong>de</strong> intervenir<br />

la Asamblea Nacional en caso <strong>de</strong> preten<strong>de</strong>rse la <strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong> un tratado<br />

internacional. Esta obligación <strong>de</strong> la Asamblea Nacional no consta entre las<br />

atribuciones <strong>de</strong>l Congreso Nacional en la Constitución Política <strong>de</strong> 1998.<br />

Esta obligación <strong>de</strong> intervención <strong>de</strong> la Asamblea Nacional en el proceso <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong> un tratado internacional se dará en los mismos casos en que es<br />

necesaria para aprobar un tratado internacional. En el caso <strong>de</strong> los tratados<br />

cuya aprobación se haya realizado por la ciudadanía mediante referéndum,<br />

el artículo 420 <strong>de</strong> la nueva Constitución establece la obligación <strong>de</strong> requerir<br />

el mismo procedimiento que se siguió para su aprobación. En todos estos<br />

casos, sólo cuando se ha cumplido con estos presupuestos pue<strong>de</strong> el<br />

Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República proce<strong>de</strong>r a <strong>de</strong>nunciar el tratado. En todos los<br />

otros casos, el Presi<strong>de</strong>nte pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cidir, <strong>de</strong> manera autónoma, si proce<strong>de</strong> o<br />

no la <strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong>l tratado internacional.<br />

15 En efecto, la redacción <strong>de</strong> los numerales 1, 2 y 6 <strong>de</strong> la Constitución Política <strong>de</strong> 1998 se repite en<br />

los numerales 1, 2 y 3 <strong>de</strong> la nueva Constitución. En el mismo sentido comparativo, el numeral 3<br />

se replica en el numeral 6 con el añadido <strong>de</strong> “<strong>de</strong> comercio”; el numeral 4 se modifica <strong>de</strong> “competencias<br />

<strong>de</strong>rivadas <strong>de</strong> la Constitución o la ley” a “competencias propias <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n jurídico interno”<br />

y el numeral 5 se modifica <strong>de</strong> “<strong>de</strong>rechos y <strong>de</strong>beres fundamentales <strong>de</strong> las personas y a los <strong>de</strong>rechos<br />

colectivos” a “<strong>de</strong>rechos y garantías establecidas en la Constitución”. En <strong>de</strong>finitiva, se amplía un<br />

poco el ámbito <strong>de</strong> los tratados cuya aprobación e improbación le correspon<strong>de</strong> a la Asamblea<br />

Nacional.<br />

16 La importancia <strong>de</strong>l Plan Nacional <strong>de</strong> Desarrollo se refleja en la <strong>de</strong>finición que <strong>de</strong>l mismo realiza<br />

la nueva Constitución en su artículo 280: “El Plan Nacional <strong>de</strong> Desarrollo es el instrumento al que<br />

se sujetarán las políticas, programas y proyectos públicos; la programación y ejecución <strong>de</strong>l presupuesto<br />

<strong>de</strong>l Estado; y la inversión y la asignación <strong>de</strong> los recursos públicos; y coordinar las competencias<br />

exclusivas entre el Estado y los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados. Su observancia será<br />

<strong>de</strong> carácter obligatorio para el sector público e indicativa para los <strong>de</strong>más sectores”. La importancia<br />

<strong>de</strong>l ambiente en la nueva Constitución se enfatiza porque es transversal al texto <strong>de</strong>l proyecto<br />

<strong>de</strong> nueva Constitución. Valga, para <strong>de</strong>stacarlo, recordar la inclusión en el texto <strong>de</strong>l proyecto <strong>de</strong><br />

nueva Constitución <strong>de</strong> los polémicos “<strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> la naturaleza”.<br />

249


XAV I E R A. FL O R E S AG U I R R E<br />

3.4. Interpretación <strong>de</strong> los tratados e instrumentos internacionales<br />

El artículo 417 <strong>de</strong> la nueva Constitución establece que para la interpretación<br />

<strong>de</strong> los tratados e instrumentos internacionales se apliquen los principios<br />

pro ser humano, <strong>de</strong> no restricción <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, <strong>de</strong> aplicabilidad directa<br />

y <strong>de</strong> cláusula abierta, que el propio proyecto <strong>de</strong> nueva Constitución consagra<br />

<strong>de</strong> manera amplia y <strong>de</strong>tallada en su artículo 11. Es importante la<br />

inclusión en este artículo <strong>de</strong>l término “instrumentos internacionales” porque,<br />

a pesar <strong>de</strong> no tener carácter vinculante para el Estado ecuatoriano, sirven<br />

como elemento para interpretar el contenido <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos que establecen<br />

la Constitución y los tratados internacionales.<br />

El órgano a quien la nueva Constitución le atribuye, <strong>de</strong> conformidad<br />

con su artículo 436 numeral 1, la responsabilidad <strong>de</strong> interpretar los tratados<br />

internacionales es la Corte Constitucional 17 . A efectos <strong>de</strong> su interpretación<br />

es importante distinguir entre los tratados internacionales que establecen<br />

obligaciones en materia <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos y los otros tratados<br />

internacionales.<br />

En el primer caso, la nueva Constitución establece un rango incluso <strong>de</strong><br />

carácter supraconstitucional para la interpretación <strong>de</strong> los “tratados internacionales<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos que reconozcan <strong>de</strong>rechos más favorables a los<br />

contenidos en la Constitución” que “prevalecerán sobre cualquier otra<br />

norma jurídica o acto <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r público” 18 ; dichas normas jurídicas (las <strong>de</strong><br />

los tratados internacionales <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos) serán, en adición, directamente<br />

aplicables incluso ex officio 19 . En el segundo caso, la interpreta-<br />

17 En adición, a la Corte Constitucional también le correspon<strong>de</strong> el cumplimiento <strong>de</strong> las obligaciones<br />

que <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong> las sentencias o informes <strong>de</strong> organismos internacionales <strong>de</strong> protección <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos<br />

humanos (Corte Interamericana <strong>de</strong> <strong>Derechos</strong> Humanos, Comisión Interamericana <strong>de</strong><br />

<strong>Derechos</strong> Humanos, Comité <strong>de</strong> <strong>Derechos</strong> Humanos <strong>de</strong> la Organización <strong>de</strong> las Naciones Unidas)<br />

a cuyo cumplimiento el Estado se obliga por su ratificación <strong>de</strong> tratados internacionales (la<br />

Convención Americana sobre <strong>Derechos</strong> Humanos, el Pacto Internacional <strong>de</strong> <strong>Derechos</strong> Civiles y<br />

Políticos). Cfr. artículo 436 numeral 5 <strong>de</strong>l proyecto <strong>de</strong> nueva Constitución.<br />

18 Cfr. artículo 424 inciso segundo <strong>de</strong>l proyecto <strong>de</strong> nueva Constitución. En efecto, en la medida en<br />

que pue<strong>de</strong> entrar en contradicción con las normas <strong>constitucionales</strong> y que <strong>de</strong>be prevalecer sobre<br />

“cualquier otra norma jurídica” es forzoso concluir que el rango <strong>de</strong> los tratados internacionales, en<br />

este caso concreto, es supraconstitucional.<br />

19 Cfr. artículo 426 inciso segundo.<br />

250


ción <strong>de</strong> los tratados internacionales se sujeta al or<strong>de</strong>n jerárquico que <strong>de</strong>scribe<br />

el artículo 425 <strong>de</strong> la nueva Constitución.<br />

3.5. Casos específicos<br />

LA S RE L A C I O N E S IN T E R N A C I O N A L E S E N L A CO N S T I T U C I Ó N D E L 2 0 0 8<br />

La nueva Constitución establece algunas situaciones <strong>de</strong> singularidad. Su<br />

artículo 421 obliga a una interpretación <strong>de</strong> los instrumentos comerciales<br />

internacionales que no menoscabe “el <strong>de</strong>recho a la salud, el acceso a medicamentos,<br />

insumos, servicios, ni los avances científicos y tecnológicos”.<br />

Esta obligación <strong>de</strong> interpretación, en realidad, es evi<strong>de</strong>nte porque la<br />

Constitución es “la norma suprema y prevalece sobre cualquier otra <strong>de</strong>l<br />

or<strong>de</strong>namiento jurídico”, <strong>de</strong> conformidad con el artículo 424 <strong>de</strong> la nueva<br />

Constitución y este proyecto establece un amplio elenco en materia <strong>de</strong> salud<br />

(cuyo análisis no correspon<strong>de</strong> a este trabajo) cuya interpretar <strong>de</strong>be orientar<br />

la actuación <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s judiciales y administrativas 20 . Es evi<strong>de</strong>nte<br />

que esta obligación <strong>de</strong> interpretar el <strong>de</strong>recho a la salud en este sentido no<br />

impi<strong>de</strong> que se pueda adjudicar al Estado ecuatoriano responsabilidad internacional<br />

por el incumplimiento <strong>de</strong> sus obligaciones internacionales en<br />

materia <strong>de</strong> instrumentos comerciales internacionales 21 .<br />

De otro lado, el artículo 422 establece la imposibilidad <strong>de</strong> “celebrar tratados<br />

o instrumentos internacionales en los que el Estado ecuatoriano ceda<br />

jurisdicción soberana a instancias <strong>de</strong> arbitraje internacional, en controversias<br />

contractuales o <strong>de</strong> índole comercial, entre el Estado y personales naturales<br />

o jurídicas privadas” 22 con excepción <strong>de</strong> “los tratados e instrumentos<br />

internacionales que establezcan la solución <strong>de</strong> controversias entre Estados y<br />

ciudadanos en Latinoamérica por instancias arbitrales regionales o por órganos<br />

jurisdiccionales <strong>de</strong> <strong>de</strong>signación <strong>de</strong> los países signatarios”. El constituyente<br />

escribió este artículo en función <strong>de</strong> los procesos que el Estado ecua-<br />

20 El <strong>de</strong>recho a la salud es transversal al texto constitucional. Sin embargo tiene una consagración<br />

específica en el artículo 32 y en los artículos 358 a 366.<br />

21 Valga citar como referencia para sustentar este punto, el célebre artículo 27 <strong>de</strong> la Convención <strong>de</strong><br />

Viena sobre el Derecho <strong>de</strong> los Tratados: “Una parte no podrá invocar las disposiciones <strong>de</strong> su <strong>de</strong>recho<br />

interno como justificación <strong>de</strong>l incumplimiento <strong>de</strong> un tratado”.<br />

22 Otro gazapo. Solo pue<strong>de</strong> ce<strong>de</strong>rse jurisdicción soberana mediante un tratado internacional. En<br />

este contexto, el término “instrumento internacional” sobra.<br />

251


XAV I E R A. FL O R E S AG U I R R E<br />

toriano tiene en el Centro Internacional <strong>de</strong> Arreglo <strong>de</strong> Diferencias Relativas<br />

a Inversiones” (conocido por sus siglas en español como CIADI). La alternativa<br />

el Estado ecuatoriano adopta para no cerrarse a todo tipo <strong>de</strong> controversia<br />

internacional en materia contractual y comercial es congruente con<br />

su política <strong>de</strong> integración latinoamericana, que revisaremos a continuación.<br />

Finalmente, en el caso <strong>de</strong> controversias relacionadas con la <strong>de</strong>uda externa<br />

el artículo 22 <strong>de</strong>l proyecto <strong>de</strong> nueva Constitución establece que “el<br />

Estado ecuatoriano promoverá soluciones arbitrales en función <strong>de</strong>l origen<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda y con sujeción a los principios <strong>de</strong> transparencia, equidad y justicia<br />

internacional”.<br />

IV. Integración latinoamericana<br />

El numeral 11 <strong>de</strong>l artículo 416 <strong>de</strong> la nueva Constitución establece como un<br />

principio rector <strong>de</strong> sus relaciones internacionales el impulsar, <strong>de</strong> manera<br />

prioritaria, “la integración política, cultural y económica <strong>de</strong> la región andina,<br />

<strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur y <strong>de</strong> Latinoamérica”. Este numeral <strong>de</strong>l artículo 416<br />

halla su <strong>de</strong>sarrollo específico en el artículo 423 <strong>de</strong>l mismo instrumento jurídico,<br />

que establece que “la integración, en especial con los países <strong>de</strong><br />

Latinoamérica y el Caribe” constituye un “objetivo estratégico” <strong>de</strong>l Estado<br />

ecuatoriano. Esta afirmación sobre la integración regional se encuadra <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> un capítulo cuyo título es, per se, elocuente: “integración latinoamericana”<br />

23 .<br />

Es necesario, sin embargo, formular una aclaración sobre el contenido<br />

<strong>de</strong> este artículo 423 <strong>de</strong> la nueva Constitución. Su encabezado compromete<br />

al Estado para que en “todas las instancias y procesos <strong>de</strong> integración”<br />

<strong>de</strong>sarrolle los actos que mencionan los siete numerales que contiene este<br />

artículo. Este compromiso <strong>de</strong>l Estado ecuatoriano lo obliga en sus relaciones<br />

con la comunidad internacional in toto porque no <strong>de</strong> otra manera<br />

pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse la referencia a “en especial” en el encabezado <strong>de</strong>l artículo<br />

(con lo cual, a contrario, <strong>de</strong>be existir una integración “en general”) y el<br />

23 En adición, el artículo 276 <strong>de</strong>l proyecto <strong>de</strong> la nueva Constitución establece que el régimen <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo<br />

tiene como uno <strong>de</strong> sus objetivos el “promover la integración latinoamericana”.<br />

252


LA S RE L A C I O N E S IN T E R N A C I O N A L E S E N L A CO N S T I T U C I Ó N D E L 2 0 0 8<br />

enunciado general <strong>de</strong> comprometerse “en todas las instancias y procesos <strong>de</strong><br />

integración” sin referencia concreta a la integración con América latina y el<br />

Caribe.<br />

Por supuesto, el énfasis <strong>de</strong>l artículo se encuentra en la integración con<br />

Latinoamérica y el Caribe. Así, el numeral 1 referente a la integración económica,<br />

equitativa, solidaria y complementaria en el marco <strong>de</strong> la región; el<br />

numeral 4 que protege y promociona la cultura, la comunicación y la<br />

memoria común <strong>de</strong> América latina y el Caribe, el numeral 5 promociona la<br />

ciudadanía latinoamericana y caribeña, y la protección <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong><br />

los migrantes, el numeral 6 que impulsa una política común <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa y el<br />

numeral 7 que favorece la consolidación <strong>de</strong> organizaciones <strong>de</strong> carácter<br />

supranacional y la suscripción <strong>de</strong> tratados <strong>de</strong> integración regional.<br />

Los otros numerales <strong>de</strong> este artículo 423, i.e., los numerales 2 y 3 pue<strong>de</strong>n<br />

enten<strong>de</strong>rse con referencia a la integración con la comunidad internacional<br />

en general. Dichos numerales se refieren a materia ambiental, <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sarrollo científico y soberanía alimentaria (numeral 2) y a la armonización<br />

<strong>de</strong> las legislaciones nacionales <strong>de</strong> acuerdo con los principios <strong>de</strong> progresividad<br />

y no regresividad (numeral 3). El énfasis y la prioridad, sin embargo,<br />

en materia <strong>de</strong> la integración que propone el Estado ecuatoriano la tiene<br />

la integración con América latina.<br />

253


Anexo<br />

Constitución <strong>de</strong> la República <strong>de</strong>l Ecuador


Perspectivas y <strong>de</strong>safíos <strong>de</strong> la Corte Constitucional<br />

Agustín Grijalva Jiménez*<br />

Sumario<br />

I. Introducción. II. La Corte Constitucional: ¿Un superpo<strong>de</strong>r? III. Nuevas<br />

atribuciones <strong>de</strong> la Corte Constitucional. 3.1. Interpretación constitucional.<br />

3.2. Control abstracto. 3.3. Control constitucional <strong>de</strong> normas conexas.<br />

3.4. Control constitucional <strong>de</strong> actos administrativos. 3.5. Acción <strong>de</strong><br />

incumplimiento. 3.6. Jurispru<strong>de</strong>ncia obligatoria. 3.7. Conflictos <strong>de</strong> competencia.<br />

3 . 8 . Declaratoria <strong>de</strong> estados <strong>de</strong> excepción. 3 . 9 .<br />

Inconstitucionalidad por omisión. 3.10. Control constitucional previo y<br />

dictámenes <strong>de</strong> constitucionalidad. 3.11. Control difuso y control concentrado<br />

<strong>de</strong> constitucionalidad. 3.12. Sanción por incumplimiento. IV. El<br />

riesgo <strong>de</strong> una nueva instancia. V. La urgencia <strong>de</strong> una nueva Ley Orgánica<br />

<strong>de</strong> Control Constitucional. VI. La relación <strong>de</strong> la Corte Constitucional con<br />

la Función Legislativa. VII. Los objetivos y las condiciones políticas <strong>de</strong> la<br />

Constitución <strong>de</strong>l 2008.<br />

* Doctor en Jurispru<strong>de</strong>ncia (PUCE) y Politólogo (M.A University of Kansas; PH.D (c) University<br />

of Pittsburg). Docente <strong>de</strong>l Área <strong>de</strong> Derecho <strong>de</strong> la Universidad Andina Simón Bolívar Se<strong>de</strong><br />

Ecuador. grijalvaagustin@hotmail.com<br />

257


I. Introducción<br />

AG U S T Í N GR I J A LVA JI M É N E Z<br />

La propuesta <strong>de</strong> fortalecer al actual Tribunal Constitucional mediante una<br />

Corte Constitucional 1 con nueva integración, período y atribuciones fue<br />

uno <strong>de</strong> los temas <strong>de</strong> <strong>de</strong>bate durante el proceso constituyente.<br />

En muchos medios <strong>de</strong> comunicación han predominado las opiniones y<br />

evaluaciones negativas, que ven en la Corte Constitucional un peligroso instrumento<br />

<strong>de</strong> intervención política en la justicia ordinaria, una nueva instancia<br />

procesal atentatoria a la seguridad jurídica, y una superposición <strong>de</strong> un<br />

nuevo po<strong>de</strong>r sobre la actual Corte Suprema e incluso sobre el legislativo 2 .<br />

Estas críticas, sin embargo, han consistido más en afirmaciones generales<br />

que en argumentaciones o estudios elaborados. Pese a ello, algunas <strong>de</strong> estas<br />

críticas apuntan, como veremos, riesgos posibles que <strong>de</strong>ben ser analizados.<br />

El balance preliminar que aquí se presenta, evi<strong>de</strong>ncia que la<br />

Constitución <strong>de</strong>l 2008 realiza un importante fortalecimiento <strong>de</strong> la Corte<br />

Constitucional. El proyecto fortalece el control constitucional respecto a<br />

todas las funciones <strong>de</strong>l Estado y a la solución <strong>de</strong> ciertos conflictos entre<br />

éstas. La mayoría <strong>de</strong> las nuevas atribuciones <strong>de</strong> la Corte son pertinentes en<br />

el marco <strong>de</strong> un proceso <strong>de</strong> constitucionalización <strong>de</strong>l sistema jurídico y político.<br />

Sin embargo, el nuevo marco normativo constitucional, siendo necesario,<br />

no es suficiente para fortalecer la justicia constitucional en el Ecuador.<br />

Para este efecto son indispensables condiciones a<strong>de</strong>cuadas <strong>de</strong> tipo legislativo,<br />

político y cultural.<br />

En este ensayo nos concentramos en la propuesta <strong>de</strong> Cort e<br />

Constitucional y, específicamente, en sus atribuciones. Primero analizamos<br />

las críticas más razonables y recurrentes respecto a la configuración que hace<br />

la Constitución respecto <strong>de</strong> la Corte Constitucional; posteriormente, i<strong>de</strong>ntificamos<br />

y comentamos brevemente las nuevas atribuciones <strong>de</strong> la Corte<br />

Constitucional, <strong>de</strong>dicando mayor atención al control constitucional sobre<br />

1 Las <strong>de</strong>nominaciones <strong>de</strong> “Tribunal Constitucional” o “Corte Constitucional” son prácticamente<br />

equivalentes. La nueva Constitución adopta la <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong> Corte para enfatizar los cambios<br />

estructurales que introduce, entre los que <strong>de</strong>staca el fortalecimiento <strong>de</strong>l carácter jurisdiccional <strong>de</strong>l<br />

actual Tribunal Constitucional.<br />

2 La Corte Suprema <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong> ha tenido un rol protagónico en la formulación <strong>de</strong> estas críticas y en<br />

el señalamiento <strong>de</strong> los riesgos que plantea la Corte Constitucional.<br />

258


PE R S P E C T I VA S Y D E S A F Í O S D E L A CO RT E CO N S T I T U C I O N A L<br />

<strong>de</strong>cisiones judiciales. Finalmente, relacionamos estas disposiciones con las<br />

condiciones normativas y políticas para su concreción.<br />

II. La Corte Constitucional: ¿Un superpo<strong>de</strong>r?<br />

Una <strong>de</strong> las objeciones más frecuentes contra la propuesta <strong>de</strong> Corte<br />

Constitucional es la <strong>de</strong> que constituiría un superpo<strong>de</strong>r por sobre todas las<br />

<strong>de</strong>más funciones y órganos <strong>de</strong>l Estado, un superpo<strong>de</strong>r que no respon<strong>de</strong>ría<br />

por nada ni ante nadie. Como elementos que evi<strong>de</strong>ncian este excesivo po<strong>de</strong>r<br />

se alu<strong>de</strong> a las atribuciones <strong>de</strong> la institución, su período y la eliminación <strong>de</strong>l<br />

juicio político, lo cual analizaremos más a<strong>de</strong>lante.<br />

En este punto conviene, primeramente, <strong>de</strong>stacar que el fortalecimiento<br />

<strong>de</strong> los Tribunales o Cortes <strong>constitucionales</strong> y <strong>de</strong> la justicia constitucional, en<br />

general, no es en absoluto un proceso local y reciente sino que, prácticamente,<br />

es un fenómeno mundial 3 . Es un proceso global iniciado en los años<br />

<strong>de</strong> la segunda postguerra en el caso <strong>de</strong> Europa Occi<strong>de</strong>ntal 4 y en los años<br />

ochenta y noventa <strong>de</strong>l siglo veinte, paralelamente a los procesos <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocratización<br />

en regiones tan diversas como Asia, América Latina 5 y Europa<br />

Oriental. Este proceso respon<strong>de</strong> a la necesidad <strong>de</strong> que se asegure jurídicamente,<br />

mediante jueces especializados, procedimientos y normas, la supremacía<br />

<strong>de</strong> la Constitución, es <strong>de</strong>cir el predominio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos<br />

y <strong>de</strong> los procedimientos <strong>de</strong>mocráticos, incluso por sobre la voluntad coyuntural<br />

<strong>de</strong> la mayorías políticas.<br />

Sin embargo, en el caso ecuatoriano existen antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> un Tr i b u n a l<br />

o Corte Constitucional <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el año 1945 en que se creó el Tribunal <strong>de</strong><br />

3 En algunos países el control constitucional se ha fortalecido en manos <strong>de</strong> la Corte Suprema, tal es<br />

el caso <strong>de</strong> Argentina, México o Costa Rica en América Latina.<br />

4 Una obra que <strong>de</strong>muestra cómo tal proceso se inscribe en un verda<strong>de</strong>ro cambio <strong>de</strong> paradigma jurídico,<br />

especialmente en Europa Occi<strong>de</strong>ntal es Gustavo Zagrebelsky, El <strong>de</strong>recho dúctil, Madrid,<br />

Editorial Trotta, 2005.<br />

5 Para una visión general <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la justicia constitucional en Latinoamérica y en relación<br />

a otras regiones <strong>de</strong>l mundo, véase Héctor Fix Zamudio, “<strong>Justicia</strong> constitucional y <strong>de</strong>rechos humanos<br />

en Latinoamérica”, en Luis López Guerra, La justicia constitucional en la actualidad, Quito,<br />

Corporación Editora Nacional, 2002.<br />

259


AG U S T Í N GR I J A LVA JI M É N E Z<br />

Garantías Constitucionales. Pese a estos remotos orígenes y a cierto pro g reso<br />

a partir <strong>de</strong> 1998, el Tribunal Constitucional no ha obtenido hasta hoy la<br />

legitimidad, nivel profesional e in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia que <strong>de</strong>berían caracterizarle.<br />

En balance, es una institución controlada por partidos políticos, gremios y<br />

asociaciones, influenciada por la corrupción, y en los últimos años sujeta a<br />

permanente remoción <strong>de</strong> sus vocales por parte <strong>de</strong>l Congre s o. La Cort e<br />

Constitucional parte <strong>de</strong> esta realidad para formular un proyecto <strong>de</strong> cambio.<br />

En segundo lugar, la crítica <strong>de</strong> que la Corte Constitucional constituye<br />

un superpo<strong>de</strong>r es inexacta puesto que las atribuciones <strong>de</strong> la Corte<br />

Constitucional, como las <strong>de</strong> cualquier órgano público, se hallan explícitamente<br />

establecidas, principalmente en el artículo 436 <strong>de</strong> la nueva<br />

Constitución. Es cierto que estas atribuciones se fortalecen respecto a las<br />

que tenía el Tribunal Constitucional en la Constitución <strong>de</strong> 1998, pero la<br />

gran mayoría <strong>de</strong> las competencias nuevas son propias <strong>de</strong> las cortes <strong>constitucionales</strong><br />

a nivel comparado, comenzando por el control constitucional <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>cisiones judiciales, que analizamos más a<strong>de</strong>lante, la inconstitucionalidad<br />

por omisión o la generación <strong>de</strong> jurispru<strong>de</strong>ncia obligatoria.<br />

En tercer lugar, los magistrados <strong>de</strong> la Corte Constitucional “sí respon<strong>de</strong>n<br />

por sus actos”, según lo establece el artículo 431, pudiendo ser acusados<br />

por el Fiscal General, enjuiciados por la Corte Nacional <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong> y<br />

<strong>de</strong>stituidos por el pleno <strong>de</strong> la propia Corte Constitucional. Sin embargo, no<br />

respon<strong>de</strong>n ante los órganos políticos que los nombran ni pue<strong>de</strong>n ser removidos<br />

ni reelegidos por ellos, e incluso duran períodos más extensos que los<br />

mismos, porque lo que se busca es que la Corte sea in<strong>de</strong>pendiente 6 .<br />

Ciertamente, esta in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> no solo <strong>de</strong> las normas <strong>de</strong> la<br />

Constitución sino <strong>de</strong> una <strong>de</strong>finida voluntad política, como analizamos al<br />

final <strong>de</strong>l presente ensayo.<br />

En conclusión, una Corte Constitucional tiene y re q u i e re límites a su<br />

p o d e r. Este órgano, como cualquier otro, pue<strong>de</strong> verse <strong>de</strong>formado por una<br />

6 Para una revisión histórica <strong>de</strong> la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia política <strong>de</strong>l Tribunal Constitucional respecto al<br />

Congreso y el corporatismo en el Ecuador, pue<strong>de</strong>n verse mis artículos: Agustín Grijalva,<br />

“Constitucionalidad, institucionalidad y Derecho en el Ecuador”, publicado en Ecuador Debate<br />

Nro 71 - Derecho, Reforma Política y Estado, Quito, CAAP, 2007. Así como Agustín Grijalva,<br />

“¿Constitución sin constitucionalismo?: urgencia <strong>de</strong> un Tribunal Constitucional in<strong>de</strong>pendiente”,<br />

publicado en Revista <strong>de</strong> Derecho Foro No. 7, Quito, Corporación Editora Nacional, 2007.<br />

260


PE R S P E C T I VA S Y D E S A F Í O S D E L A CO RT E CO N S T I T U C I O N A L<br />

extralimitación en el ejercicio <strong>de</strong> sus competencias. Sin embargo, hay fact<br />

o res jurídicos y políticos que la limitan, tales como la enunciación explícita<br />

<strong>de</strong> sus atribuciones en la Constitución y en la ley, la posibilidad <strong>de</strong> que<br />

el Congreso, ante un <strong>de</strong>sacuerdo con sus interpretaciones, reforme la<br />

Constitución, la necesidad <strong>de</strong> consistencia <strong>de</strong> la propia jurispru d e n c i a<br />

constitucional y <strong>de</strong> que sus sentencias sean obe<strong>de</strong>cidas, la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la<br />

opinión publica sobre la legitimidad <strong>de</strong> la Corte e incluso la posibilidad <strong>de</strong><br />

que sentencias arbitrarias sean revisadas por cortes internacionales <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos<br />

humanos. Por éstas y otras razones, cuando una Cort e<br />

Constitucional se integra con profesionales idóneos e in<strong>de</strong>pendientes, es<br />

f recuente el ejercicio <strong>de</strong> una pru<strong>de</strong>nte auto-limitación en el ejercicio <strong>de</strong> sus<br />

funciones.<br />

III. Nuevas atribuciones <strong>de</strong> la Corte Constitucional<br />

A más <strong>de</strong>l control constitucional <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones judiciales, que examinamos<br />

en un apartado específico más a<strong>de</strong>lante, hay otras innovaciones importantes<br />

entre las atribuciones <strong>de</strong> la Corte Constitucional si se las compara a las<br />

establecidas para el Tribunal Constitucional en la Constitución <strong>de</strong> 1998.<br />

3.1. Interpretación constitucional<br />

Conforme a los artículos 429 y 436 <strong>de</strong> la nueva Constitución, la Corte es<br />

la máxima instancia <strong>de</strong> interpretación <strong>de</strong> la Constitución y <strong>de</strong> los tratados<br />

internacionales <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos ratificados por el Estado.<br />

En cuanto a lo primero, esto es “la interpretación obligatoria y general<br />

<strong>de</strong> la Constitución por parte <strong>de</strong> la Corte Constitucional”, esta atribución ha<br />

sido cuestionada por cuanto la misma correspondía al Congreso según el<br />

artículo 284 <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1998 y hoy se apunta como anti<strong>de</strong>mocrático<br />

que una corte, al final un reducido número <strong>de</strong> magistrados, reemplace<br />

al Congreso en ésta función. Esta crítica <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> visto técnico<br />

es simplemente anacrónica. No hay forma <strong>de</strong> asegurar control jurídico<br />

<strong>de</strong> la constitucionalidad <strong>de</strong> las normas, y en particular <strong>de</strong> la ley, sin un<br />

órgano distinto al Congreso y <strong>de</strong> carácter jurisdiccional que realice tal con-<br />

261


trol. Mal pue<strong>de</strong> el Congreso o Asamblea Nacional dictar las leyes y al<br />

mismo tiempo, vía interpretación <strong>de</strong> la Constitución, <strong>de</strong>cidir si son <strong>constitucionales</strong><br />

o no, es <strong>de</strong>cir ser juez y parte. Por esta razón, aunque todos los<br />

órganos y autorida<strong>de</strong>s públicas pue<strong>de</strong>n requerir interpretar la Constitución,<br />

es necesario un órgano jurisdiccional competente para realizar una interpretación<br />

jurídica obligatoria. En todo caso, más a<strong>de</strong>lante se exponen algunas<br />

i<strong>de</strong>as adicionales sobre la relación entre Legislativo y Corte Constitucional.<br />

Respecto a lo segundo, esto es la “interpretación <strong>de</strong> los tratados internacionales<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos”, habría que precisar que estos mismos tratados<br />

suelen establecer los órganos jurisdiccionales competentes para interpretar<br />

sus normas, es <strong>de</strong>cir para <strong>de</strong>sarrollar la respectiva jurispru<strong>de</strong>ncia, una<br />

competencia que el Estado ecuatoriano, en varios casos, reconoce. En todo<br />

caso, los tribunales internacionales <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos y las cortes <strong>constitucionales</strong><br />

van <strong>de</strong>sarrollando una dinámica comunicación jurispru<strong>de</strong>ncial,<br />

y, en este sentido habría que enten<strong>de</strong>r esta nueva atribución.<br />

3.2. Control abstracto<br />

AG U S T Í N GR I J A LVA JI M É N E Z<br />

En esta materia, el cambio esencial está dado por la ampliación <strong>de</strong> la legitimación<br />

activa establecida en el artículo 439. Mientras que el artículo 277<br />

<strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1998 lo limitaba al Presi<strong>de</strong>nte, el Congreso, la Corte<br />

Suprema, los gobiernos seccionales, mil ciudadanos o cualquier persona con<br />

informe favorable <strong>de</strong>l Defensor <strong>de</strong>l Pueblo, la Constitución <strong>de</strong>l 2008 adopta<br />

el sistema <strong>de</strong> “acción popular”, <strong>de</strong> forma que la acción pue<strong>de</strong> ser propuesta<br />

por “cualquier ciudadano o ciudadana individual o colectivamente” <strong>de</strong><br />

forma directa, es <strong>de</strong>cir sin necesidad <strong>de</strong>l informe positivo <strong>de</strong>l Defensor <strong>de</strong>l<br />

Pueblo. Éste es el sistema más abierto <strong>de</strong> acceso a la justicia constitucional<br />

en esta materia, adoptado, por ejemplo, también en Colombia. Siendo el<br />

más <strong>de</strong>mocrático, exigirá <strong>de</strong> la Corte Constitucional <strong>de</strong>sarrollar a<strong>de</strong>cuadas<br />

estructuras institucionales que permitan calificar, con criterio y agilidad, la<br />

admisibilidad <strong>de</strong> tales acciones.<br />

Otro cambio o precisión <strong>de</strong> importancia está dado por los efectos jurídicos<br />

<strong>de</strong> las <strong>de</strong>claratorias <strong>de</strong> inconstitucionalidad <strong>de</strong> actos normativos.<br />

Mientras que los artículos 276-1 y 278 <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1998 establecían<br />

que se “suspen<strong>de</strong>n totalmente o parcialmente los efectos <strong>de</strong> las normas<br />

262


PE R S P E C T I VA S Y D E S A F Í O S D E L A CO RT E CO N S T I T U C I O N A L<br />

<strong>de</strong>claradas in<strong>constitucionales</strong>” por el Tribunal Constitucional, el artículo<br />

436-2 <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong>l 2008 establece que la <strong>de</strong>claratoria <strong>de</strong> inconstitucionalidad<br />

tendrá como efecto la “invali<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l acto normativo impugnado”.<br />

La <strong>de</strong>finición adoptada por la nueva Constitución es técnicamente<br />

mucho más a<strong>de</strong>cuada puesto que el control <strong>de</strong> constitucionalidad no busca<br />

ninguna “suspensión <strong>de</strong> normas” sino su expulsión <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n jurídico una<br />

vez verificada su incompatibilidad con la Constitución 7 .<br />

3.3. Control constitucional <strong>de</strong> normas conexas<br />

El numeral 3 <strong>de</strong>l artículo 436 <strong>de</strong> la nueva Constitución establece que la<br />

Corte Constitucional podrá <strong>de</strong>clarar, <strong>de</strong> oficio, la “inconstitucionalidad <strong>de</strong><br />

normas conexas en los casos sometidos a su conocimiento”. Esta atribución<br />

permitirá a la Corte no permanecer impasible e impotente cuando <strong>de</strong>tecte<br />

normas jurídicas in<strong>constitucionales</strong> relacionadas directamente con normas<br />

jurídicas <strong>de</strong> las cuales se ha <strong>de</strong>mandado su inconstitucionalidad. La actuación<br />

<strong>de</strong> oficio por un Tribunal Constitucional, como se sabe, es excepcional,<br />

pero en este caso la excepción es razonable puesto que si los jueces ordinarios<br />

pue<strong>de</strong>n suspen<strong>de</strong>r o inaplicar una norma jurídica en una causa, con<br />

mayor razón la Corte Constitucional <strong>de</strong>be estar facultada para realizar tal<br />

control, pero con efectos <strong>de</strong>finitivos dado su carácter <strong>de</strong> órgano <strong>de</strong> cierre 8 .<br />

3.4. Control constitucional <strong>de</strong> actos administrativos<br />

En esta materia, la Constitución <strong>de</strong>l 2008 es más precisa que la <strong>de</strong> 1998. El<br />

artículo 276-2 <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1998 hacia referencia a “actos administrativos<br />

<strong>de</strong> toda autoridad pública”, mientras que el artículo 436-4 se<br />

7 Para comentarios doctrinales sobre esta incoherencia en la Constitución <strong>de</strong> 1998 ver: Jorge Zavala<br />

Egas, Derecho Constitucional, Tomo 1, Guayaquil, Edino, 1999, p. 192. Luis Ávila, Efectos <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>claratoria <strong>de</strong> inconstitucionalidad en el Ecuador, Quito, Corporación <strong>de</strong> Estudios y Publicaciones,<br />

2004, p. 51.<br />

8 El Derecho Comparado muestra el sentido lógico <strong>de</strong> esta atribución, así por ejemplo el artículo 78<br />

<strong>de</strong>l Código Procesal Constitucional <strong>de</strong>l Perú establece una facultad similar cuando establece: “La<br />

sentencia que <strong>de</strong>clare la ilegalidad o inconstitucionalidad <strong>de</strong> la norma impugnada <strong>de</strong>clarará igualmente<br />

la <strong>de</strong> aquella otra a la que <strong>de</strong>be exten<strong>de</strong>rse por conexión o consecuencia”.<br />

263


efiere a actos “administrativos con efectos generales emitidos por toda<br />

autoridad pública”. La inclusión <strong>de</strong> los efectos generales es pertinente y aclaratoria,<br />

puesto que si los efectos <strong>de</strong>l acto administrativo son individuales, lo<br />

que proce<strong>de</strong> no es la acción pública <strong>de</strong> inconstitucionalidad sino el amparo<br />

o recurso <strong>de</strong> protección.<br />

3.5. Acción <strong>de</strong> incumplimiento<br />

El artículo 436-5 atribuye a la Corte el conocimiento, a petición <strong>de</strong> parte,<br />

<strong>de</strong> acciones por incumplimiento <strong>de</strong> actos administrativos así como sentencias<br />

o informes <strong>de</strong> organismos internacionales <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos. El<br />

artículo 93 <strong>de</strong> la nueva Constitución también se refiere a esta atribución<br />

aunque en términos amplios puesto que alu<strong>de</strong>, <strong>de</strong> forma muy general, a<br />

“normas que integran el sistema jurídico”. La acción por incumplimiento<br />

en países como Colombia o Perú tiene un ámbito más restringido, en tanto<br />

se limita a leyes y actos administrativos 9 , aunque esto plantea la paradoja <strong>de</strong><br />

la ausencia <strong>de</strong> esta acción para normas <strong>de</strong> rango constitucional. Tampoco es<br />

<strong>de</strong>l todo claro que esta función corresponda, <strong>de</strong> forma específica o exclusiva,<br />

a la Corte Constitucional. En todo caso, <strong>de</strong>berá ser la propia Corte la<br />

que, mediante su jurispru<strong>de</strong>ncia y consi<strong>de</strong>rando los requisitos <strong>de</strong> cumplimiento<br />

<strong>de</strong> obligación clara, expresa y exigible <strong>de</strong>l artículo 93 <strong>de</strong> la nueva<br />

Constitución, <strong>de</strong>limite, en términos operativos, esta atribución.<br />

3.6. Jurispru<strong>de</strong>ncia obligatoria<br />

AG U S T Í N GR I J A LVA JI M É N E Z<br />

Una innovación fundamental entre las atribuciones <strong>de</strong> la Cort e<br />

Constitucional consiste en la facultad para establecer “jurispru<strong>de</strong>ncia constitucional<br />

obligatoria”, conforme al artículo 436-6 y el artículo 86-5. En<br />

efecto, la Constitución <strong>de</strong>l 2008, en el artículo 86-3 segundo inciso, esta-<br />

9 En el caso peruano, el articulo 66 <strong>de</strong>l Código Procesal Constitucional establece como objeto <strong>de</strong><br />

esta acción que el funcionario cumpla una norma legal o ejecute un acto administrativo, o que se<br />

pronuncie expresamente cuando las normas legales le or<strong>de</strong>nan emitir una resolución administrativa<br />

o dictar un reglamento. En Colombia, el artículo 87 <strong>de</strong> la Constitución establece que toda persona<br />

podrá acudir ante la autoridad judicial para hacer efectivo el cumplimiento <strong>de</strong> una ley o un<br />

acto administrativo.<br />

264


PE R S P E C T I VA S Y D E S A F Í O S D E L A CO RT E CO N S T I T U C I O N A L<br />

blece que las sentencias <strong>de</strong> primera instancia sobre garantías jurisdiccionales<br />

podrán ser apeladas, no ante el Tribunal Constitucional sino “ante la<br />

corte provincial”, transformando así a una corte <strong>de</strong> instancia o apelación<br />

como actualmente lo es el Tribunal Constitucional, en una Corte para sentar<br />

jurispru<strong>de</strong>ncia obligatoria 1 0 . En otras palabras, a la Cort e<br />

Constitucional no se podrá apelar <strong>de</strong> todas las sentencias <strong>de</strong> primera instancia,<br />

sino que será la propia Corte la que, con el fin <strong>de</strong> establecer jurispru<strong>de</strong>ncia<br />

obligatoria, seleccionará casos tipo o especialmente complejos.<br />

Esta innovación tiene, en el caso ecuatoriano, importantes antece<strong>de</strong>ntes.<br />

Probablemente, los más remotos remiten a la jurispru<strong>de</strong>ncia obligatoria<br />

<strong>de</strong>l Tribunal Fiscal en los años sesenta <strong>de</strong>l siglo veinte; otro antece<strong>de</strong>nte más<br />

reciente está dado por la obligatoriedad <strong>de</strong> los fallos <strong>de</strong> triple reiteración dictados<br />

por la Corte Suprema en materia <strong>de</strong> casación a partir <strong>de</strong> los años<br />

noventa 11 . Sin embargo, en materia constitucional, la obligatoriedad <strong>de</strong> la<br />

jurispru<strong>de</strong>ncia marca un giro estructural.<br />

La facultad <strong>de</strong> interpretación obligatoria <strong>de</strong> la Constitución por parte<br />

<strong>de</strong> la Corte Constitucional encuentra su proyección más concreta y, a su<br />

vez, más general, justamente en la posibilidad <strong>de</strong> dictar jurispru<strong>de</strong>ncia obligatoria.<br />

En otras palabras, los numerales uno y seis <strong>de</strong>l artículo 436 están<br />

estructuralmente vinculados.<br />

Esta situación se visualiza claramente, por ejemplo, en el caso <strong>de</strong> las sentencias<br />

<strong>de</strong> amparo o acción <strong>de</strong> protección. Cuando la Corte dicta estas sentencias<br />

incluye en su parte motiva o “ratio <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>ndi” una interpretación <strong>de</strong>l<br />

contenido o alcance <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho o los <strong>de</strong>rechos <strong>constitucionales</strong> correspondientes.<br />

Puesto que pue<strong>de</strong> haber incluso cientos <strong>de</strong> amparos similares presentados<br />

ante los jueces <strong>constitucionales</strong> 12 , la interpretación <strong>de</strong> la Corte<br />

<strong>de</strong>be proyectarse en el razonamiento judicial aplicado a todos estos casos<br />

similares. Este cambio no significa la migración completa a otra familia jurídica,<br />

al sistema <strong>de</strong> prece<strong>de</strong>nte anglosajón. Sin negar la interacción entre éste<br />

10 Un cambio comparable al que se realizó con la Corte Suprema en la justicia ordinaria, cuando se<br />

la transformó <strong>de</strong> corte <strong>de</strong> instancia a corte <strong>de</strong> casación.<br />

11 Ver Santiago Andra<strong>de</strong>, La casación civil en el Ecuador, Quito, Andra<strong>de</strong> y Asociados, 2005. Luis F.<br />

Ávila, Jurispru<strong>de</strong>ncia obligatoria: fallos <strong>de</strong> triple reiteración <strong>de</strong> la Corte Suprema <strong>de</strong>l Ecuador, Quito,<br />

Corporación <strong>de</strong> Estudios y Publicaciones, 2006.<br />

12 Nos referimos a los jueces ordinarios que realizan funciones <strong>de</strong> justicia constitucional.<br />

265


y el <strong>de</strong>recho continental, lo que implica es un fortalecimiento <strong>de</strong> la jurispru<strong>de</strong>ncia<br />

como fuente <strong>de</strong> Derecho 13 , un reconocimiento <strong>de</strong>l rol activo y a<br />

veces creativo, pero jamás arbitrario, <strong>de</strong>l juez en la dilucidación <strong>de</strong>l sentido<br />

<strong>de</strong> las normas a la luz <strong>de</strong> su confrontación con casos concretos.<br />

3.7. Conflictos <strong>de</strong> competencia<br />

AG U S T Í N GR I J A LVA JI M É N E Z<br />

La función establecida en el artículo 436-7 para dirimir conflictos <strong>de</strong> competencias<br />

o <strong>de</strong> atribuciones <strong>de</strong> funciones <strong>de</strong>l Estado u otros órganos establecidos<br />

en la Constitución ya constaba entre las funciones <strong>de</strong>l Tr i b u n a l<br />

Constitucional en la Constitución <strong>de</strong> 1998, así como en el artículo 29 <strong>de</strong><br />

la Ley <strong>de</strong> Control Constitucional. Sin embargo, con la nueva y más compleja<br />

organización territorial <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> la nueva Constitución, esta atribución<br />

se fortalece puesto que según el artículo 269-5 los conflictos entre<br />

n i veles <strong>de</strong> gobierno, sin perjuicio <strong>de</strong> ser resueltos en se<strong>de</strong> administrativa ,<br />

pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>rivar en acciones ante la Corte Constitucional. Asimismo,<br />

c o r respon<strong>de</strong> a esta Corte revisar la constitucionalidad <strong>de</strong> los proyectos <strong>de</strong><br />

estatutos <strong>de</strong> autonomía regional presentados por los gobiernos prov i n c i ales<br />

que <strong>de</strong>seen constituir una región, así como <strong>de</strong> las reformas a estos estatutos<br />

una vez aprobados (artículos 245 inciso 3 y 246). Estas funciones,<br />

por cierto, no son extrañas a las Cortes Constitucionales en Estados fe<strong>de</strong>rales<br />

o autonómicos como lo ejemplifican los correspondientes casos <strong>de</strong><br />

Alemania y España.<br />

3.8. Declaratoria <strong>de</strong> estados <strong>de</strong> excepción<br />

Según el artículo 166 <strong>de</strong> la nueva Constitución, la Corte Constitucional<br />

está facultada para pronunciarse sobre la constitucionalidad <strong>de</strong> los <strong>de</strong>cretos<br />

presi<strong>de</strong>nciales <strong>de</strong>claratorios <strong>de</strong> Estados <strong>de</strong> excepción. Esta facultad no existe<br />

en la Constitución <strong>de</strong> 1998 que atribuye la capacidad <strong>de</strong> revocar tales<br />

<strong>de</strong>cretos exclusivamente al legislativo. Empero, tiene sentido que el control<br />

constitucional opere también sobre tales <strong>de</strong>cretos en vista <strong>de</strong> su efecto rela-<br />

13 Un texto ilustrativo al respecto es el <strong>de</strong> Carlos Bernal Pulido, El <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, Bogotá,<br />

Universidad Externado <strong>de</strong> Colombia, 2005, capítulos 5 y 6.<br />

266


PE R S P E C T I VA S Y D E S A F Í O S D E L A CO RT E CO N S T I T U C I O N A L<br />

tivamente limitativo sobre los <strong>de</strong>rechos y garantías <strong>constitucionales</strong> que la<br />

Corte <strong>de</strong>be resguardar.<br />

3.9. Inconstitucionalidad por omisión<br />

Otra innovación consiste en la facultad <strong>de</strong> la Corte Constitucional para<br />

controlar las inconstitucionalida<strong>de</strong>s por omisión establecida en el artículo<br />

436-10 <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong>l 2008. Aquí, el principio base radica en que<br />

la Constitución se pue<strong>de</strong> violar no solo por lo que se hace sino por lo que<br />

se <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> hacer. Esto suce<strong>de</strong> cuando es la propia Constitución la que incluye<br />

un mandato específico a cumplirse en un plazo <strong>de</strong>terminado, como por<br />

ejemplo la obligación <strong>de</strong> dictar <strong>de</strong>terminada ley en un año. Si el legislador<br />

omite hacerlo viola la Constitución. En tal situación, la Corte, según la<br />

nueva Constitución, podría dictar una normativa provisional. La inconstitucionalidad<br />

por omisión ha sido reconocida y regulada vía normativa o<br />

jurispru<strong>de</strong>ncial en varios países, tales como Brasil, Costa Rica, Portugal,<br />

Venezuela, Colombia, España, Italia y Alemania 14 .<br />

3.10. Control constitucional previo y dictámenes<br />

<strong>de</strong> constitucionalidad<br />

El artículo 438 <strong>de</strong> la nueva Constitución mantiene el control previo <strong>de</strong> tratados<br />

internacionales y objeciones presi<strong>de</strong>nciales por inconstitucionalidad<br />

establecido en la Constitución <strong>de</strong> 1998. Empero, en la Constitución <strong>de</strong>l<br />

2008 este tipo <strong>de</strong> control por parte <strong>de</strong> la Corte Constitucional se fortalece<br />

significativamente, ampliándolo a diversos ámbitos. Así, a diferencia <strong>de</strong> la<br />

Constitución <strong>de</strong> 1998, se contempla el “control previo <strong>de</strong> la constitucionalidad<br />

<strong>de</strong> las preguntas propuestas para consultas populares” <strong>de</strong> carácter<br />

nacional o a nivel <strong>de</strong> los gobiernos autónomos <strong>de</strong>scentralizados (Art. 104<br />

inciso final), así como “la calificación por parte <strong>de</strong> la Corte Constitucional<br />

<strong>de</strong>l procedimiento pertinente para la reforma constitucional” (Art. 443).<br />

14 Sobre el tema pue<strong>de</strong> verse Iván Castro Patiño, “Inconstitucionalidad por omisión”, en Varios,<br />

Jornadas Internacionales <strong>de</strong> Derecho Constitucional, Quito, Tribunal Constitucional, 2006. Así<br />

como también Diego Andrés Parra, “El control <strong>de</strong> constitucionalidad <strong>de</strong> las omisiones legislativas”<br />

publicado en Revista Foro No. 4, 2005, Quito, Universidad Andina.<br />

267


AG U S T Í N GR I J A LVA JI M É N E Z<br />

También se requiere <strong>de</strong> dictamen previo <strong>de</strong> “admisibilidad” por parte <strong>de</strong><br />

la Corte Constitucional para que la Asamblea Nacional pueda proce<strong>de</strong>r al<br />

“enjuiciamiento político <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte” <strong>de</strong> la República por las causales <strong>de</strong>l<br />

artículo 129, así como para su “<strong>de</strong>stitución por arrogarse funciones que no<br />

le correspon<strong>de</strong>n” según el artículo 130. Correlativamente, correspon<strong>de</strong> también<br />

a la Corte verificar la “constitucionalidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>creto presi<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong><br />

disolución <strong>de</strong> la Asamblea” Nacional por parte <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la<br />

República cuando, en cambio, éste consi<strong>de</strong>re que la Asamblea se ha arrogado<br />

funciones que no le competen constitucionalmente (Art. 148).<br />

Finalmente, el artículo 145 establece las “causales por las cuales el<br />

Presi<strong>de</strong>nte cesa en sus funciones”. En t re ellas, la establecida en el numeral<br />

cinco se re f i e re al “abandono <strong>de</strong>l cargo”. Correspon<strong>de</strong>, en estos casos, a la<br />

C o rte Constitucional comprobar tal abandono antes <strong>de</strong> que la Asamblea<br />

Nacional lo <strong>de</strong>clare con los votos <strong>de</strong> las dos terceras partes <strong>de</strong> sus integrantes.<br />

Como pue<strong>de</strong> apreciarse, estas innovaciones apuntan a someter a control<br />

constitucional, tanto las reformas <strong>constitucionales</strong> como algunas <strong>de</strong>cisiones<br />

políticas cruciales en los conflictos entre legislativo y ejecutivo. Esta canalización<br />

constitucional <strong>de</strong> los conflictos políticos es positiva en tanto en<br />

cuanto la Corte Constitucional active, efectivamente, un control jurídico<br />

in<strong>de</strong>pendiente. Se requiere, en consecuencia, una efectiva sujeción <strong>de</strong> los<br />

actores políticos - Asamblea y Ejecutivo - a tal control.<br />

3.11. Control difuso y control concentrado <strong>de</strong> constitucionalidad<br />

El artículo 428 otorga a la Corte la facultad <strong>de</strong> <strong>de</strong>cidir sobre la constitucionalidad<br />

<strong>de</strong> normas a las que los jueces consi<strong>de</strong>ren in<strong>constitucionales</strong> en el<br />

curso <strong>de</strong> un proceso, <strong>de</strong>biendo, en este caso, suspen<strong>de</strong>r tal proceso hasta que<br />

la Corte Constitucional resuelva <strong>de</strong> forma general. En contraste, según el<br />

artículo 274 <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1998, el juez inaplicaba la norma<br />

inconstitucional y fallaba en la causa con in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l criterio que<br />

ulteriormente emitiera, sobre el asunto, el Tribunal Constitucional. Se ha<br />

dicho que esta reforma elimina así el control difuso y generará retardo procesal.<br />

Sin embargo, esta eliminación no es tan clara puesto que los artículos<br />

425 y 426 <strong>de</strong> la nueva Constitución mantienen en los jueces la facultad <strong>de</strong><br />

inaplicar normas in<strong>constitucionales</strong>. En consecuencia, la Ley Orgánica <strong>de</strong><br />

268


PE R S P E C T I VA S Y D E S A F Í O S D E L A CO RT E CO N S T I T U C I O N A L<br />

Control Constitucional y la jurispru<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>berán clarificar en qué casos<br />

los jueces pue<strong>de</strong>n o <strong>de</strong>ben optar por la suspensión o la inaplicabilidad.<br />

3.12. Sanción por incumplimiento<br />

El artículo 436 numeral 9 da a la Corte Constitucional la facultad <strong>de</strong> conocer<br />

y sancionar el incumplimiento <strong>de</strong> las sentencias y dictámenes <strong>constitucionales</strong>.<br />

Esta norma tiene un alcance más amplio que el artículo 278<br />

numeral 2 <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1998 que hacia referencia a sanciones solo<br />

en los casos <strong>de</strong> incumplimiento <strong>de</strong> la <strong>de</strong>claratoria <strong>de</strong> inconstitucionalidad.<br />

Será la nueva Ley Orgánica <strong>de</strong> Control Constitucional y la jurispru<strong>de</strong>ncia<br />

constitucional la que precise los alcances <strong>de</strong> esta facultad. En todo caso, está<br />

claro que hay una ten<strong>de</strong>ncia a incrementar los medios jurídicos coercitivos<br />

<strong>de</strong> que dispone la justicia constitucional para que se acaten sus <strong>de</strong>cisiones.<br />

En este mismo sentido apunta, por ejemplo, el artículo 86-4 que faculta a<br />

los jueces <strong>constitucionales</strong> que conocen y resuelven a garantías para que <strong>de</strong>stituyan<br />

a los funcionarios públicos que <strong>de</strong>sacaten sus fallos, sin perjuicio <strong>de</strong><br />

la responsabilidad civil o penal a que haya lugar.<br />

IV. El riesgo <strong>de</strong> una nueva instancia<br />

La nueva Constitución (Art. 439) faculta a la Corte Constitucional para<br />

conocer acciones extraordinarias <strong>de</strong> protección (es <strong>de</strong>cir lo que antes se<br />

<strong>de</strong>nominaba amparo) contra sentencias, autos <strong>de</strong>finitivos y resoluciones con<br />

fuerza <strong>de</strong> sentencia, firmes o ejecutoriados, cuando aquellos violan el <strong>de</strong>bido<br />

proceso u otros <strong>de</strong>rechos fundamentales. Ésta ha sido una <strong>de</strong> las innovaciones<br />

más atacadas por cuanto se ve en ella una innecesaria y peligrosa prolongación<br />

<strong>de</strong> los procesos judiciales mediante una nueva instancia, que<br />

supuestamente no encuentra paralelo en el Derecho Comparado.<br />

Es una innovación innecesaria, afirman los críticos, porque son o <strong>de</strong>ben ser<br />

los propios jueces los que re s g u a rdan en el trámite <strong>de</strong> las causas el <strong>de</strong>bido proc<br />

e s o. Es peligrosa porque abre la posibilidad <strong>de</strong> que muchos abogados re c u r r a n<br />

a este amparo extraordinario para dilatar aun más los procesos judiciales, atacando<br />

incluso la cosa juzgada <strong>de</strong> las sentencias y, por tanto, la seguridad jurídica.<br />

269


AG U S T Í N GR I J A LVA JI M É N E Z<br />

Los riesgos, según estos críticos, van más allá, puesto que al ser el<br />

Tribunal o Corte Constitucional una institución politizada, con esta facultad<br />

se convierte en un instrumento <strong>de</strong> intervención política directa en la<br />

justicia ordinaria. En tal sentido, incluso la Corte Suprema (que pasa a<br />

<strong>de</strong>nominarse Corte Nacional <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong>) pier<strong>de</strong> su carácter <strong>de</strong> tribunal<br />

máximo <strong>de</strong> la justicia ordinaria y queda subordinada a estos <strong>de</strong>signios políticos.<br />

Respecto a estas críticas, hay que señalar, primero, que la institución <strong>de</strong><br />

“control constitucional <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones judiciales” no es, como algunos han<br />

dicho, una novelería o extravagancia. Por el contrario, la institución existe<br />

en muchos países con sistemas jurídicos similares al nuestro. Así, por ejemplo,<br />

existe con mayor o menor amplitud en todos los <strong>de</strong>más países <strong>de</strong> la<br />

Comunidad Andina, así como en Chile, España o Alemania por citar algunos.<br />

A nivel <strong>de</strong>l Derecho Comparado, lo extraño, más bien, es la prohibición<br />

absoluta que establece la Constitución ecuatoriana <strong>de</strong> 1998, como lo<br />

expresa la Comisión Andina <strong>de</strong> Juristas: “De los países <strong>de</strong> la región, Ecuador<br />

es el único que contiene una restricción absoluta a la posibilidad <strong>de</strong> iniciar<br />

un proceso <strong>de</strong> amparo contra una resolución judicial” 15 .<br />

En efecto, la creciente difusión internacional <strong>de</strong>l control constitucional<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones judiciales respon<strong>de</strong> a una lógica incontrastable y a una necesidad<br />

estructural. Si en un país regido por una Constitución, el Tribunal o<br />

Corte Constitucional es el máximo órgano <strong>de</strong> interpretación y control constitucional,<br />

para cumplir esta función <strong>de</strong>be tener también la posibilidad <strong>de</strong><br />

controlar la constitucionalidad <strong>de</strong> actos <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r judicial. Para tal objetivo,<br />

<strong>de</strong>be actuar estrictamente cuando hay realmente un problema constitucional,<br />

como la violación al <strong>de</strong>bido proceso, pues <strong>de</strong> otra manera violaría el<br />

principio <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia judicial y se arrogaría funciones <strong>de</strong> la justicia<br />

ordinaria.<br />

No obstante, algunos ministros <strong>de</strong> la actual Corte Suprema han esgrimido<br />

el argumento <strong>de</strong> que en el caso <strong>de</strong> los jueces son ellos mismos los que<br />

controlan el <strong>de</strong>bido proceso y protegen los <strong>de</strong>rechos fundamentales en las<br />

causas que conocen. Ciertamente, esto es lo que “<strong>de</strong>be suce<strong>de</strong>r” pero no lo<br />

15 Comisión Andina <strong>de</strong> Juristas, Los procesos <strong>de</strong> amparo y hábeas corpus: un análisis comparado, Lima,<br />

2000.<br />

270


PE R S P E C T I VA S Y D E S A F Í O S D E L A CO RT E CO N S T I T U C I O N A L<br />

que “siempre suce<strong>de</strong>”. Y es justamente para la segunda situación que existe<br />

el control constitucional <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones judiciales y otros actos <strong>de</strong> autoridad<br />

pública.<br />

Los jueces ordinarios no solo que están obligados a actuar en el marco<br />

<strong>de</strong> la Constitución, como lo está cualquier autoridad pública, sino que<br />

cumplen funciones <strong>de</strong> protección <strong>de</strong> la Carta Fundamental mediante instituciones<br />

como las garantías jurisdiccionales (amparo, hábeas corpus, hábeas<br />

data, etc.) y el examen <strong>de</strong> la constitucionalidad <strong>de</strong> las normas legales e<br />

infralegales que aplican en el proceso. Esta sujeción <strong>de</strong> todas las funciones,<br />

órganos y autorida<strong>de</strong>s públicas a la Constitución es lo que <strong>de</strong>fine al Estado<br />

Constitucional mo<strong>de</strong>rno 16 . Por supuesto, se podría esperar <strong>de</strong> los jueces,<br />

por sus propios conocimientos y experiencia, un auto-control constitucional<br />

más estricto, más eficiente, pero no perfecto.<br />

Ahora bien, incluso bajo el supuesto, más bien i<strong>de</strong>al, <strong>de</strong> que los jueces<br />

ordinarios cumplan siempre con el <strong>de</strong>bido proceso, bien pue<strong>de</strong>n surgir diferencias<br />

entre ellos respecto a la interpretación constitucional <strong>de</strong> ciertos principios<br />

o ciertos <strong>de</strong>rechos. ¿Quién pue<strong>de</strong> unificar criterios en estos casos?<br />

Una posibilidad sería que lo haga la actual Corte Suprema o Corte Nacional<br />

<strong>de</strong> <strong>Justicia</strong>. Pero, en tal caso, surgirían inevitablemente contradicciones con<br />

la interpretación y jurispru<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la Corte Constitucional.<br />

En un sistema <strong>de</strong> control constitucional mixto como el nuestro, en el<br />

que hay elementos <strong>de</strong> control concentrado, es necesario que un único tribunal<br />

actúe como órgano <strong>de</strong> cierre <strong>de</strong>l sistema y supere estas diferencias<br />

interpretativas mediante una jurispru<strong>de</strong>ncia única y obligatoria. La falta <strong>de</strong><br />

unidad y claridad en la interpretación <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos fundamentales es claramente<br />

una situación atentatoria a la seguridad jurídica <strong>de</strong> los ciudadanos<br />

y por ello se requiere esta labor unificadora <strong>de</strong> la Corte Constitucional 17 .<br />

Son razonables las críticas en el sentido <strong>de</strong> que una atribución <strong>de</strong> este<br />

tipo crearía una nueva instancia y dilataría los procesos, pero lo son única-<br />

16 Un interesante libro que muestra sistemáticamente la necesidad lógica y política <strong>de</strong> esta sujeción<br />

es el <strong>de</strong> Manuel Antonio Peña Freire, La garantía en el Estado Constitucional <strong>de</strong> Derecho, Madrid,<br />

Editorial Trotta, 1997.<br />

17 Esta necesidad ha sido bastante <strong>de</strong>batida en el caso colombiano; véase Catalina Botero y otros,<br />

Tutela contra sentencias: documentos para el <strong>de</strong>bate, Centro <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> Derecho, <strong>Justicia</strong> y<br />

Sociedad http://<strong>de</strong>justicia.org/<br />

271


AG U S T Í N GR I J A LVA JI M É N E Z<br />

mente bajo el supuesto <strong>de</strong> una ina<strong>de</strong>cuada regulación legal <strong>de</strong> tal atribución<br />

y un verda<strong>de</strong>ro abuso <strong>de</strong> aquella por parte <strong>de</strong> la Corte Constitucional. Por<br />

el contrario, si la Corte Constitucional se limita estrictamente a examinar<br />

las violaciones al <strong>de</strong>bido proceso constitucional u otras evi<strong>de</strong>ntes violaciones<br />

al contenido esencial <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos fundamentales, tal control contribuye<br />

antes que dificulta el correcto funcionamiento <strong>de</strong> la justicia ordinaria.<br />

En efecto, la propuesta constituyente apunta a una estricta regulación<br />

<strong>de</strong> tal atribución, y la Corte Constitucional in<strong>de</strong>pendiente y profesional que<br />

la nueva Constitución busca regularía adicionalmente esta facultad mediante<br />

su propia jurispru<strong>de</strong>ncia. Según la nueva Constitución, esta atribución <strong>de</strong><br />

la Corte Constitucional se ejerce “solo cuando los autos y sentencias sean<br />

<strong>de</strong>finitivos y se hayan agotado todos los recursos ordinarios y extraordinarios<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l término legal, a menos que la interposición no fuera atribuible<br />

a negligencia <strong>de</strong>l titular <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho violado”. A estas regulaciones habrá<br />

que agregar las que <strong>de</strong>sarrolle la nueva Ley Orgánica <strong>de</strong> Contro l<br />

Constitucional en relación a plazos y otros requisitos que posibiliten un<br />

razonable y a<strong>de</strong>cuado funcionamiento <strong>de</strong> la institución. En <strong>de</strong>finitiva, esta<br />

atribución <strong>de</strong> la Corte Constitucional no es absoluta o incondicionada sino<br />

que, más bien, tendrá un carácter reglado y excepcional.<br />

De hecho, la estricta regulación legal y jurispru<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong><br />

control, y no su exclusión, ha sido la solución que se ha implementado en<br />

países como Colombia, Perú o España.<br />

Es cierto también que una facultad <strong>de</strong> este tipo, en manos <strong>de</strong> una Corte<br />

Constitucional manipulada políticamente o corrupta, implica gran<strong>de</strong>s riesgos,<br />

puesto que convertiría a la Corte en un instrumento <strong>de</strong> ilegítima intervención<br />

en la justicia ordinaria. Pero la solución a tal problema no es atrofiar<br />

el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la justicia constitucional en el país sino luchar por una<br />

Corte in<strong>de</strong>pendiente y profesional.<br />

No es aceptable <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar las instituciones que el país necesita<br />

para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> sus ciudadanos bajo el argumento <strong>de</strong> que<br />

tales instituciones han funcionado mal o <strong>de</strong> que pue<strong>de</strong>n ser manipuladas<br />

por el gobierno <strong>de</strong> turno o por partidos y movimientos políticos. Si tal fuera<br />

el caso, habría que eliminar también otras atribuciones <strong>de</strong> la Corte<br />

Constitucional igual <strong>de</strong> importantes respecto al control constitucional sobre<br />

normas generales o actos <strong>de</strong> autoridad pública. Es más, en esa misma lógi-<br />

272


PE R S P E C T I VA S Y D E S A F Í O S D E L A CO RT E CO N S T I T U C I O N A L<br />

ca, otras funciones o instituciones <strong>de</strong>ficientes como el propio Congreso<br />

(actual Asamblea Nacional), la Defensoría <strong>de</strong>l Pueblo, la Fiscalía o la propia<br />

Corte Suprema <strong>de</strong>berían, para subsistir o mejorar, ser privadas <strong>de</strong> funciones<br />

que le son propias.<br />

El control <strong>de</strong> constitucionalidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones judiciales lo que exige es<br />

un serio compromiso político con el Estado Constitucional y, por tanto,<br />

con la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y profesionalismo <strong>de</strong> la Corte Constitucional 18 . Es<br />

esta <strong>de</strong>cisión y compromiso político y no la eliminación o <strong>de</strong>bilitamiento<br />

<strong>de</strong> la Corte lo que pue<strong>de</strong> fortalecer el Estado Constitucional <strong>de</strong> Derecho en<br />

el Ecuador. En todo caso, más a<strong>de</strong>lante en este ensayo volveremos sobre las<br />

condiciones políticas <strong>de</strong> la nueva Constitución.<br />

V. La urgencia <strong>de</strong> una nueva<br />

Ley Orgánica <strong>de</strong> Control Constitucional<br />

Una <strong>de</strong> las principales <strong>de</strong>ficiencias legislativas que menguaron la eficacia <strong>de</strong><br />

la Constitución <strong>de</strong> 1998 fue la ausencia <strong>de</strong> una nueva Ley <strong>de</strong> Control<br />

Constitucional. La Ley vigente <strong>de</strong> Control Constitucional se dictó en 1997,<br />

es <strong>de</strong>cir, con anterioridad a la Constitución <strong>de</strong> 1998, y presenta, por tanto,<br />

importantes <strong>de</strong>sajustes con la Carta Fundamental. Para eliminar o al menos<br />

reducir tales <strong>de</strong>sajustes se produjeron, en los últimos diez años, varios intentos<br />

<strong>de</strong> reforma <strong>de</strong> la actual Ley <strong>de</strong> Control Constitucional, pero ninguna <strong>de</strong><br />

estas reformas llegó a concretarse.<br />

Una prolongada ausencia <strong>de</strong> una nueva Ley Orgánica <strong>de</strong> Control constitucional<br />

generaría una situación inmanejable con la Constitución <strong>de</strong>l 2008<br />

puesto que la profundidad <strong>de</strong> las reformas a la justicia y al control constitucional<br />

convierte a esta nueva ley orgánica en una necesidad urgente e ineludible.<br />

En consecuencia, la disposición transitoria primera <strong>de</strong> la Constitución<br />

<strong>de</strong>l 2008 establece un plazo máximo <strong>de</strong> trescientos sesenta días para la aprobación<br />

<strong>de</strong> la nueva ley. Si el Legislativo no aprueba la nueva ley en este plazo<br />

18 He examinado estas condiciones políticas en mi artículo “In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, acceso y legitimidad <strong>de</strong><br />

la Corte Constitucional” publicado en Varios, Un cambio ineludible: La Corte Constitucional,<br />

Quito, Tribunal Constitucional, 2007.<br />

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AG U S T Í N GR I J A LVA JI M É N E Z<br />

máximo se produciría un caso <strong>de</strong> inconstitucionalidad por omisión y sería la<br />

p ropia Corte Constitucional la que <strong>de</strong>bería dictar una normativa prov i s i o n a l<br />

<strong>de</strong> conformidad con el artículo 436 numeral 10 <strong>de</strong> la nueva Constitución.<br />

La nueva Ley <strong>de</strong> Control Constitucional, como se <strong>de</strong>cía anteriormente,<br />

es clave para la a<strong>de</strong>cuada regulación <strong>de</strong>l control constitucional sobre <strong>de</strong>cisiones<br />

judiciales. Asimismo, todas las nuevas atribuciones <strong>de</strong> la Corte, así<br />

como las reformas a las hoy existentes, requieren, en mayor o menor grado,<br />

una a<strong>de</strong>cuada regulación legal. Es también esencial que esta ley regule<br />

aspectos <strong>de</strong> organización interna <strong>de</strong> la Corte que le permitan un funcionamiento<br />

y <strong>de</strong>sarrollo institucional acor<strong>de</strong> a estas nuevas funciones. Aspectos<br />

como el alto perfil técnico <strong>de</strong>l personal <strong>de</strong> la Corte o la integración <strong>de</strong> una<br />

administración eficiente y diferenciada <strong>de</strong> la actividad jurisdiccional son<br />

fundamentales para la obtención <strong>de</strong> buenos resultados.<br />

Por otra parte, el enfoque <strong>de</strong> la nueva Ley <strong>de</strong> Control Constitucional<br />

no pue<strong>de</strong> sino correspon<strong>de</strong>r al carácter garantista <strong>de</strong> la nueva Constitución.<br />

Así, por ejemplo, la Carta <strong>de</strong>l 2008 se caracteriza por <strong>de</strong>s-formalizar las<br />

garantías jurisdiccionales (amparo o acción <strong>de</strong> protección, hábeas corpus,<br />

hábeas data, entre otras), así como ampliar tanto su objeto como la legitimación<br />

activa. Siguiendo tales lineamientos, la nueva Ley Orgánica <strong>de</strong><br />

Control Constitucional <strong>de</strong>be diseñarse <strong>de</strong> forma que regule pero no restrinja<br />

inconstitucionalmente estas garantías.<br />

La importancia <strong>de</strong> la Ley Orgánica, en todo caso, no sustituye ni disminuye<br />

el rol que la nueva jurispru<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la Corte Constitucional <strong>de</strong>berá<br />

también jugar en la precisión y regulación <strong>de</strong> las garantías jurisdiccionales,<br />

la reglamentación <strong>de</strong> sus competencias y la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l contenido <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>rechos <strong>constitucionales</strong>. La Ley Orgánica, siendo vital para el nuevo control<br />

constitucional, no pue<strong>de</strong> reemplazar la experiencia práctica y el estudio<br />

doctrinal <strong>de</strong> los que <strong>de</strong>berá <strong>de</strong>rivar la jurispru<strong>de</strong>ncia obligatoria <strong>de</strong> la Corte.<br />

VI. La relación <strong>de</strong> la Corte Constitucional<br />

con la Función Legislativa<br />

Otras críticas a la Corte Constitucional provinieron incluso <strong>de</strong> algunos<br />

asambleístas <strong>de</strong> Alianza País durante los <strong>de</strong>bates y hacían relación al rol <strong>de</strong><br />

274


PE R S P E C T I VA S Y D E S A F Í O S D E L A CO RT E CO N S T I T U C I O N A L<br />

la Corte frente al Legislativo. La preocupación fundamental es la <strong>de</strong> que la<br />

Corte, al actuar como intérprete máximo <strong>de</strong> la Constitución coarte, disminuya<br />

o <strong>de</strong>splace la discusión y <strong>de</strong>finiciones <strong>de</strong>mocráticas que <strong>de</strong>ben tener<br />

lugar en el legislativo.<br />

Éste, en realidad, es un viejo y permanente <strong>de</strong>bate que persigue a las<br />

cortes <strong>constitucionales</strong> alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l mundo. El problema radica en la amenaza<br />

<strong>de</strong> aristocracia judicial que supone un Tribunal Constitucional no elegido<br />

popularmente y que pue<strong>de</strong> imponerse a la voluntad <strong>de</strong> representantes<br />

elegidos por millones <strong>de</strong> electores. No tenemos aquí espacio para reproducir<br />

los fuertes argumentos a favor y en contra <strong>de</strong> las cortes <strong>constitucionales</strong><br />

a este respecto 19 . Pero sí pue<strong>de</strong> afirmarse que va <strong>de</strong>sarrollándose un creciente<br />

consenso que plantea que en el Estado constitucional mo<strong>de</strong>rno, la función<br />

legislativa y el control constitucional son dos realida<strong>de</strong>s en tensión<br />

pero complementarias.<br />

En efecto, sin un control constitucional que resguar<strong>de</strong> los procedimientos,<br />

<strong>de</strong>rechos y limites inherentes al proceso <strong>de</strong>mocrático, la actuación<br />

legislativa pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>rivar en un autoritarismo mayoritario que diluya el propio<br />

marco constitucional. Inversamente, una Corte Constitucional extremadamente<br />

formalista e insensible a las ten<strong>de</strong>ncias políticas <strong>de</strong>mocráticas<br />

prevalecientes en un momento dado pue<strong>de</strong> convertirse en un grave obstáculo<br />

a cambios legítimos y necesarios. Un Estado constitucional requiere,<br />

entonces, pese a las inevitables tensiones, un trabajo <strong>de</strong> cooperación y complementariedad<br />

entre legislativo y Corte Constitucional.<br />

VII. Los objetivos y las condiciones políticas<br />

<strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong>l 2008<br />

Como pue<strong>de</strong> apreciarse, el proyecto <strong>de</strong> fortalecer el Tribunal o Corte<br />

Constitucional se inscribe en un proceso más amplio <strong>de</strong> fortalecimiento <strong>de</strong><br />

19 Pue<strong>de</strong> examinarse al respecto Ro b e rto Ga r g a rella, “Las amenazas <strong>de</strong>l constitucionalismo.<br />

Constitucionalismo, <strong>de</strong>rechos y <strong>de</strong>mocracia”, en Marcelo Alegre et al., Los <strong>de</strong>rechos fundamentales,<br />

Buenos Aires, Editores <strong>de</strong>l Puerto, 2003. Una mo<strong>de</strong>rna <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l constitucionalismo se encuentra<br />

en Luigi Ferrajoli, “La <strong>de</strong>mocracia constitucional” en Christian Courtis (compilador), Des<strong>de</strong><br />

otra mirada, Buenos Aires, Eu<strong>de</strong>ba, 2001.<br />

275


AG U S T Í N GR I J A LVA JI M É N E Z<br />

la justicia constitucional en su conjunto. No se trata, como se ha afirmado,<br />

<strong>de</strong> hacer <strong>de</strong> la Corte un superpo<strong>de</strong>r, sino <strong>de</strong> constituirla en un órgano verda<strong>de</strong>ramente<br />

jurisdiccional <strong>de</strong> control e interpretación constitucional. Para<br />

el efecto, se fortalecen tanto los <strong>de</strong>rechos como las garantías <strong>constitucionales</strong>.<br />

Un funcionamiento a<strong>de</strong>cuado <strong>de</strong> estas instituciones <strong>de</strong>bería distribuir y<br />

limitar el po<strong>de</strong>r antes que concentrarlo.<br />

Las críticas a la propuesta <strong>de</strong> Corte Constitucional han confundido sistemáticamente<br />

dos asuntos profundamente relacionados pero claramente<br />

diversos; una cosa es el diseño normativo <strong>de</strong> la Corte que consta en la nueva<br />

Constitución y otro las condiciones políticas para su implementación.<br />

En cuanto al diseño, contrariamente a lo que afirman numerosas criticas<br />

<strong>de</strong>sinformadas y poco cuidadosas, no hay nada en la conformación <strong>de</strong> la<br />

C o rte Constitucional que sea absurdo, mera novelería o infantilismo para usar<br />

algunas <strong>de</strong> las calificaciones usadas al respecto con exc e s i va facilidad en la pre nsa,<br />

especialmente en varios editoriales. Las atribuciones, composición y períodos<br />

<strong>de</strong> la Corte Constitucional son comunes en el De recho Comparado puesto<br />

que son necesarias y coherentes en un Estado Constitucional.<br />

Pese a lo razonable, el mo<strong>de</strong>lo mismo <strong>de</strong> la Corte ha sido duramente<br />

atacado por parte <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación y por la oposición calificándolo<br />

como parte <strong>de</strong> un proyecto autoritario <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong> Correa, un<br />

mecanismo <strong>de</strong> concentración <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r y <strong>de</strong> intervención política en el sistema<br />

judicial. Empero, la <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> los argumentos contra el mo<strong>de</strong>lo en<br />

sí, revela que la verda<strong>de</strong>ra preocupación <strong>de</strong> los críticos es respecto a las condiciones<br />

políticas en que surge, es <strong>de</strong>cir la implementación <strong>de</strong>l mismo.<br />

A este respecto, hay que aclarar, primero, que el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Corte<br />

Constitucional no surge originariamente <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong> Correa sino <strong>de</strong> la<br />

Comisión <strong>de</strong> Juristas <strong>de</strong>l CONESUP que pre p a ró el proyecto <strong>de</strong><br />

Constitución; tiene, por tanto, un origen académico y técnico antes que<br />

político. La propuesta <strong>de</strong> Corte Constitucional no es resultado <strong>de</strong> ninguna<br />

novelería sino <strong>de</strong> un proceso <strong>de</strong> estudio e investigación en el Derecho<br />

Comparado y la historia constitucional ecuatoriana, investigación que<br />

incluso antecedió a la Constituyente por varios meses Es cierto que en este<br />

proceso también intervino el Tribunal Constitucional mediante una propuesta<br />

oficial, pero esta propuesta, en buena parte, siguió las líneas matrices<br />

originales <strong>de</strong>l proyecto CONESUP.<br />

276


PE R S P E C T I VA S Y D E S A F Í O S D E L A CO RT E CO N S T I T U C I O N A L<br />

Sin embargo, la propuesta <strong>de</strong> <strong>de</strong>s-partidización <strong>de</strong> cortes, jueces y organismos<br />

<strong>de</strong> control sí ha sido un eje esencial <strong>de</strong> la propuesta <strong>de</strong> Alianza País,<br />

incluso <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la campaña presi<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong> Rafael Correa. Éste es un compromiso<br />

político e histórico <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong> Alianza País con el pueblo <strong>de</strong>l<br />

Ecuador. Así, por ejemplo, en noviembre <strong>de</strong>l 2007, el Presi<strong>de</strong>nte Correa<br />

expresaba ante un amplio auditorio nacional e internacional:<br />

...el Gobierno propen<strong>de</strong>rá a una Corte Constitucional integrada por los<br />

mejores juristas <strong>de</strong>l país, elegidos <strong>de</strong> preferencia mediante un procedimiento<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>signación meritocrática, justo y transparente, <strong>de</strong> acuerdo con<br />

rigurosos criterios <strong>de</strong> selección. Igualmente es necesaria la generación <strong>de</strong><br />

una nueva estructura para la jurisdicción constitucional a fin <strong>de</strong> garantizar<br />

su in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, autonomía y plena eficacia en la realización <strong>de</strong> su función<br />

como máximo guardián <strong>de</strong> la supremacía <strong>de</strong> la Constitución 20 .<br />

Este compromiso político plantea, sin duda, el problema <strong>de</strong> la forma <strong>de</strong><br />

nombramiento o <strong>de</strong>signación <strong>de</strong> los magistrados. El asunto fue discutido<br />

por meses, incluso <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el tiempo <strong>de</strong> la Comisión <strong>de</strong>l CONESUP. La conclusión,<br />

a la luz <strong>de</strong> la experiencia ecuatoriana y <strong>de</strong> otros países latinoamericanos,<br />

fue la <strong>de</strong> que el proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>signación <strong>de</strong>bía complementar los<br />

aspectos meritocráticos y políticos. ¿Qué significa esto? Que la <strong>de</strong>signación<br />

<strong>de</strong>be, por un lado, ser política, aunque no partidista, a efectos <strong>de</strong> dar legitimidad<br />

a la Corte Constitucional mediante nombramientos realizados por<br />

autorida<strong>de</strong>s popularmente electas. En segundo lugar, estas autorida<strong>de</strong>s no<br />

pue<strong>de</strong>n ni <strong>de</strong>ben elegir a cualquiera como magistrado, sino que <strong>de</strong>ben seleccionar<br />

solo entre quienes tengan los méritos profesionales y éticos para esta<br />

función. La valoración <strong>de</strong> estos méritos <strong>de</strong>be hacerse <strong>de</strong> cara al país, bajo<br />

procesos <strong>de</strong> veeduría e impugnación ciudadana.<br />

En general, todo sistema <strong>de</strong> <strong>de</strong>signación <strong>de</strong> cortes <strong>constitucionales</strong> es<br />

imperfecto. Ahora bien, si el Ejecutivo tiene mayoría en la Asamblea<br />

Nacional y <strong>de</strong>sarrolla un control directo sobre la Función <strong>de</strong> Transparencia<br />

y Control Social, el sistema <strong>de</strong> <strong>de</strong>signación propuesto por la nueva<br />

20 Varios, Un cambio ineludible: La Corte Constitucional, Quito, Tribunal Constitucional, 2007, p.<br />

17.<br />

277


AG U S T Í N GR I J A LVA JI M É N E Z<br />

Constitución no es el más equilibrado. Sin embargo, el mejor sistema, sea<br />

cual fuere, es aquel en el que quienes nombran asumen responsablemente<br />

esta función y no como un mecanismo <strong>de</strong> manipulación política 21 . En todo<br />

caso, la nueva Constitución plantea para los magistrados un período largo<br />

sin reelección, <strong>de</strong> renovación por tercios, sin juicio político o posibilidad <strong>de</strong><br />

remoción por parte <strong>de</strong> quienes los nombran. Estas condiciones, conforme a<br />

estudios <strong>de</strong> Derecho y políticas comparadas, favorecen la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong><br />

los magistrados.<br />

Por otra parte, es esencial aclarar que una Corte Constitucional subordinada<br />

al Ejecutivo, integrada por magistrados políticamente serviles, es<br />

<strong>de</strong>cir éticamente y profesionalmente cuestionables, es algo absolutamente<br />

contrario a la propuesta o mo<strong>de</strong>lo normativo que se viene comentando. La<br />

Corte Constitucional tiene como su función inherente la <strong>de</strong> limitar el po<strong>de</strong>r<br />

<strong>de</strong>l ejecutivo y <strong>de</strong>l legislativo mediante la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos fundamentales<br />

y <strong>de</strong> la división <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r que la Constitución establece. Una<br />

orientación autoritaria <strong>de</strong> cualquier gobierno es consustancialmente contraria<br />

y excluyente <strong>de</strong> una Corte Constitucional en serio.<br />

En consecuencia, las fuerzas <strong>de</strong>mocráticas en el país <strong>de</strong>ben <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r y<br />

exigir que la Corte Constitucional sea realmente in<strong>de</strong>pendiente y profesional<br />

en lugar <strong>de</strong> atacar la propuesta misma <strong>de</strong> tal tipo <strong>de</strong> Corte. La Corte<br />

Constitucional pue<strong>de</strong> y <strong>de</strong>be operar como un contrapeso legítimo al po<strong>de</strong>r<br />

<strong>de</strong>l Ejecutivo y <strong>de</strong> la Asamblea Nacional, un contrapeso orientado no a obstaculizar<br />

sino a coordinar y complementar la actividad <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte y <strong>de</strong><br />

los legisladores <strong>de</strong> forma que la actividad <strong>de</strong> éstos esté constitucionalmente<br />

canalizada; se requiere, entonces, una Corte <strong>de</strong>cidida a limitar claramente<br />

las crónicas violaciones a la Constitución a que se ha acostumbrado la clase<br />

política en Ecuador.<br />

21 Pensemos en sistemas en que la <strong>de</strong>signación se concentra casi totalmente en el Presi<strong>de</strong>nte, como el<br />

caso <strong>de</strong> la Corte Suprema <strong>de</strong> Estados Unidos. Ello muestra que más importante que quien nombra<br />

es a quien se nombra, bajo qué criterios y en qué condiciones se <strong>de</strong>sempeña la magistratura.<br />

278


Supremacía <strong>de</strong> la Constitución, control <strong>de</strong> la<br />

constitucionalidad y reforma constitucional<br />

Rubén Martínez Dalmau*<br />

Sumario<br />

I. La fuerza <strong>de</strong> las constituciones <strong>de</strong>l Estado constitucional. II. La supremacía<br />

<strong>de</strong> la Constitución, garantía <strong>de</strong> su cumplimiento. III. El control concentrado<br />

<strong>de</strong> constitucionalidad: la protección <strong>de</strong> la Constitución. I V.<br />

Democracia y soberanía en los mecanismos <strong>de</strong> reforma <strong>de</strong> la Constitución.<br />

V. Conclusión.<br />

I. La fuerza <strong>de</strong> las constituciones <strong>de</strong>l Estado constitucional<br />

La constitución <strong>de</strong>l Estado constitucional no es, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, cualquier<br />

constitución. Debe tratarse <strong>de</strong> un texto amplio, contun<strong>de</strong>nte a la hora <strong>de</strong><br />

hacer efectivas las <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r constituyente y capaz <strong>de</strong> colocar a la<br />

constitución en el centro <strong>de</strong> la vida pública y, en buena medida, en la privada<br />

<strong>de</strong>l país. Pero es obvio que esa misma fuerza requiere <strong>de</strong> un mayor<br />

empeño para conseguir su materialización.<br />

* Profesor <strong>de</strong> Derecho Constitucional en la Universidad <strong>de</strong> Valencia. Doctor en Derecho por la<br />

Universidad <strong>de</strong> Valencia. Diploma <strong>de</strong> Estudios Avanzados en Ciencias Políticas por la UNED.<br />

ruben.martinez@uv.es<br />

279


RU B É N MA RT Í N E Z DA L M A U<br />

Como se ha <strong>de</strong>mostrado durante la historia <strong>de</strong>l constitucionalismo, las<br />

constituciones ambiguas y vagas pue<strong>de</strong>n aplicarse con facilidad; las que<br />

diseñan, innovan y preten<strong>de</strong>n ser inmanentes a la cotidianeidad en una<br />

sociedad <strong>de</strong>mocrática requieren <strong>de</strong> un esfuerzo suplementario para ser aplicadas.<br />

Si, como afirma Guastini, generalmente los problemas fundamentales<br />

<strong>de</strong> toda interpretación nacen <strong>de</strong> la ambigüedad y la vaguedad <strong>de</strong> los textos<br />

sujetos a interpretación 1 , justamente el Estado constitucional quiere<br />

apartarse <strong>de</strong> esta huída <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r constituyente, que se ha<br />

mostrado fácil en otros estadios <strong>de</strong>l constitucionalismo.<br />

Por esta razón, la fuerza <strong>de</strong> las constituciones <strong>de</strong>l Estado constitucional<br />

no se encuentra únicamente en su capacidad material <strong>de</strong> transformación y,<br />

por lo tanto, en su contenido, sino también en los elementos que garantizan<br />

su cumplimiento. De poco serviría la constitución más avanzada si<br />

resultara inaplicable, como <strong>de</strong> poco sirvió durante el nominalismo <strong>de</strong>cimonónico<br />

un concepto <strong>de</strong> constitución maleable y <strong>de</strong>sprovisto <strong>de</strong> sus efectos<br />

jurídicos -y, por lo tanto, también políticos-, al menos directamente.<br />

El constitucionalismo revolucionario no podría haber cumplido sus primeros<br />

objetivos sin el carácter plenamente vinculante <strong>de</strong> sus disposiciones.<br />

Solo <strong>de</strong> esa manera, legitimado políticamente a través <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r constituyente<br />

y concretado jurídicamente por medio <strong>de</strong> la norma –la diferencia<br />

rousseauniana entre pacto y contrato 2 – podía este nuevo movimiento trasladar<br />

la soberanía <strong>de</strong>l rey al pueblo.<br />

La Constitución <strong>de</strong> Ecuador <strong>de</strong> 2008 incorpora un buen número <strong>de</strong><br />

disposiciones que coinci<strong>de</strong>n con el objetivo <strong>de</strong> reivindicar esta “fuerza”<br />

constitucional, como referencia principal que es en estos momentos <strong>de</strong>l<br />

nuevo constitucionalismo latinoamericano 3 . Des<strong>de</strong> su artículo primero,<br />

1 Riccardo Guastini, “Problemas <strong>de</strong> interpretación”, Isonomía No. 7, octubre 1997, pp.. 123 y ss.<br />

2 Distinción por la cual “el pacto social otorga al cuerpo político un po<strong>de</strong>r absoluto sobre todos los<br />

suyos, y este mismo po<strong>de</strong>r es el que, dirigido por la voluntad general, lleva el nombre <strong>de</strong> soberanía”<br />

(Jean Jacques Rousseau, El contrato social, Madrid, Tecnos, 1988, p. 32); soberanía que se<br />

materializa, en el ámbito jurídico, en el contrato, que posteriormente recibiría la <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong><br />

“constitución”.<br />

3 En general, cfr. Rubén Martínez Dalmau, “El proyecto <strong>de</strong> Constitución <strong>de</strong> Ecuador como último<br />

ejemplo <strong>de</strong>l nuevoconstitucionalismo latinoamericano”, Entrevoces No. 15, agosto-septiembre<br />

2008, pp. 67-71.<br />

280


SU P R E M A C Í A D E L A CO N S T I T U C I Ó N<br />

califica a Ecuador como un “Estado constitucional <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos y <strong>de</strong> justicia”.<br />

La <strong>de</strong>nominación, por ella misma, es bien <strong>de</strong>scriptiva <strong>de</strong> la voluntad<br />

<strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r constituyente <strong>de</strong> trascen<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Estado social y <strong>de</strong>mocrático <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>recho. Esta penúltima fase en la evolución <strong>de</strong>l Estado no consiguió garantizar<br />

plenamente los <strong>de</strong>rechos sociales pese a que éstos formaban el núcleo<br />

<strong>de</strong>l cambio entre el Estado <strong>de</strong>mocrático y el Estado social. El calificativo<br />

Estado constitucional 4 , con fundamentos en la doctrina pero apenas incorporado<br />

formalmente a los textos jurídicos, preten<strong>de</strong> superar al Estado social<br />

y <strong>de</strong>mocrático <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho en varias <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s. Justo porque proviene<br />

<strong>de</strong> ese “continuum” evolutivo, los avances <strong>de</strong>l Estado social y <strong>de</strong>mocrático<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>recho se incluyen en la noción <strong>de</strong> Estado constitucional. Claro<br />

está que la consecución <strong>de</strong>l Estado constitucional no se consigue sin más<br />

con la incorporación formal <strong>de</strong>l término, pero ésta, en su caso, será norma<br />

constitucional y <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo jurispru<strong>de</strong>ncial respecto a los alcances <strong>de</strong> su<br />

contenido. Se trata, por lo tanto, <strong>de</strong> un aporte <strong>de</strong> primera importancia al<br />

Derecho constitucional comparado.<br />

La “constitucionalización” efectiva <strong>de</strong>l Estado constitucional requiere<br />

<strong>de</strong> contenidos materiales <strong>de</strong>sarrollados en los 444 artículos y <strong>de</strong>más disposiciones<br />

<strong>de</strong>l texto; pero también <strong>de</strong> elementos formales que <strong>de</strong>splieguen con<br />

rotundidad la fuerza <strong>de</strong> la Constitución en los términos ya referidos. Estos<br />

aspectos apuntan directamente hacia tres previsiones <strong>constitucionales</strong> cuyo<br />

común <strong>de</strong>nominador es proteger la Constitución y hacerla efectiva en toda<br />

su amplitud: la consagración <strong>de</strong> la supremacía constitucional, la protección<br />

<strong>de</strong> la Constitución, y la relación entre soberanía, <strong>de</strong>mocracia y reforma<br />

constitucional.<br />

4 El artículo 1 <strong>de</strong> la nueva Constitución se refiere al “Estado constitucional <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos y justicia”,<br />

pero <strong>de</strong>be hacerse notar que el atributo “<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos” no se refiere al tradicional concepto <strong>de</strong><br />

Estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho -ya incorporado en el <strong>de</strong> Estado constitucional-, sino que hace énfasis en la<br />

labor <strong>de</strong> protección constitucional <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos. También “Estado <strong>de</strong> justicia” cuenta con prece<strong>de</strong>ntes<br />

comparados (v. gr., Constitución <strong>de</strong> Venezuela, artículo 2, <strong>de</strong> 1999).<br />

281


RU B É N MA RT Í N E Z DA L M A U<br />

II. La supremacía <strong>de</strong> la Constitución,<br />

garantía <strong>de</strong> su cumplimiento<br />

Que la Constitución es la norma suprema <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>namiento jurídico no es<br />

una afirmación gratuita, en primer lugar, porque no siempre ha sido así,<br />

aunque hoy nos resulte un lugar común en el pensamiento jurídico 5 . Los<br />

intentos <strong>de</strong>l positivismo reduccionista en oprimir el concepto <strong>de</strong> constitución<br />

aún permanecen en varias posiciones que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n dos conceptos <strong>de</strong><br />

constitución, formal y material. El Estado constitucional no pue<strong>de</strong> admitir<br />

esta diferenciación; únicamente existe constitución don<strong>de</strong> hay constitución<br />

material, lo que exige su carácter no solo <strong>de</strong> mandato político, sino –y en<br />

un plano similar– el <strong>de</strong> norma jurídica. A<strong>de</strong>más, si algo nos ha enseñado el<br />

<strong>de</strong>sarrollo constitucional europeo es que, pese a que se ha prodigado el<br />

carácter vinculante <strong>de</strong>l texto, las propias disposiciones <strong>constitucionales</strong> han<br />

incorporado fórmulas que han puesto en cuestionamiento su eficacia 6 .<br />

Por esa razón, el artículo 424 <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong>l 2008 es taxativo:<br />

“La Constitución es la norma suprema y prevalece sobre cualquier otra <strong>de</strong>l<br />

or<strong>de</strong>namiento jurídico. Las normas y los actos <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r público <strong>de</strong>berán<br />

mantener conformidad con las disposiciones <strong>constitucionales</strong>; en caso contrario<br />

carecerán <strong>de</strong> eficacia jurídica”. No hay excepción al artículo, y <strong>de</strong><br />

hecho el mandato se <strong>de</strong>talla en los artículos prece<strong>de</strong>ntes: el artículo 425,<br />

cuando señala a la Constitución como la primera en el or<strong>de</strong>n jerárquico <strong>de</strong><br />

aplicación <strong>de</strong> las normas; el 426, que <strong>de</strong>termina que todas las personas,<br />

autorida<strong>de</strong>s e instituciones están sujetas a la Constitución, que <strong>de</strong>be ser<br />

5 Manuel Aragón Reyes, “La Constitución como paradigma”, en Miguel Carbonell(ed.), Teoría <strong>de</strong>l<br />

neoconstitucionalismo, Madrid, Trotta, 2007, p. 32.<br />

6 Por ejemplo, el artículo 9.1 <strong>de</strong> la Constitución española <strong>de</strong> 1978 afirma que “Los ciudadanos y los<br />

po<strong>de</strong>res públicos están sujetos a la Constitución y al resto <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>namiento jurídico”. Pero, acto<br />

seguido, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> mencionar los <strong>de</strong>rechos sociales, la Constitución afirma que su reconocimiento,<br />

respeto y protección <strong>de</strong> los principios “informará la legislación positiva, la práctica judicial y la<br />

actuación <strong>de</strong> los po<strong>de</strong>res públicos. Solo podrán ser alegados ante la Jurisdicción ordinaria <strong>de</strong> acuerdo<br />

con lo que dispongan las Leyes que los <strong>de</strong>sarrollen” (artículo 53.3) por lo que, en este ámbito,<br />

la Constitución renuncia a su carácter <strong>de</strong> norma suprema. Se trata, en términos <strong>de</strong> Favoreau, <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>rechos-crédito o <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos programáticos, que pier<strong>de</strong>n cuando se comparan con otros textos<br />

<strong>constitucionales</strong> europeos, como el francés (Louis Favoreau, “El bloque <strong>de</strong> la constitucionalidad”,<br />

Revista <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong> Estudios Constitucionales No. 5, enero-marzo 1990, p. 50.).<br />

282


SU P R E M A C Í A D E L A CO N S T I T U C I Ó N<br />

aplicable directamente por los jueces y autorida<strong>de</strong>s públicas; y como corolario,<br />

la disposición <strong>de</strong>rogatoria, cuando afirma, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> invalidar la<br />

Constitución <strong>de</strong> 1998, que “el resto <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>namiento jurídico permanecerá<br />

vigente en cuanto no sea contrario a la Constitución”. Queda, por lo<br />

tanto, manifiesta la preocupación <strong>de</strong>l constituyente por consagrar el carácter<br />

“fuerte” en la aplicación <strong>de</strong> la Constitución; esfuerzo que no podrá<br />

obviar el <strong>de</strong>sarrollo posterior, tanto legislativo como jurispru<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong> la<br />

Constitución. De hecho, el artículo 11.3 <strong>de</strong> la nueva Constitución insiste<br />

en la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> aplicabilidad directa, esta vez <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, justamente para<br />

alejar cualquier posibilidad <strong>de</strong> excusar su aplicación por razones tradicionalmente<br />

aducidas, como la ausencia <strong>de</strong> legislación o la incapacidad económica<br />

<strong>de</strong>l Estado.<br />

La única excepción –que propiamente no es tal– <strong>de</strong> la aplicación <strong>de</strong> una<br />

norma sobre el texto constitucional es la prevista en el mismo artículo 424:<br />

“La Constitución y los tratados internacionales <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos ratificados<br />

por el Estado que reconozcan <strong>de</strong>rechos más favorables a los contenidos<br />

en la Constitución, prevalecerán sobre cualquier otra norma jurídica<br />

o acto <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r público”. El texto dice bien: no se trata <strong>de</strong> un problema <strong>de</strong><br />

“jerarquía”, sino <strong>de</strong> “aplicación” 7 . Las normas internacionales que beneficien<br />

a los <strong>de</strong>rechos se “aplican” preferentemente porque así se ha incorporado<br />

en la Constitución, que funciona, una vez más, como legitimadora, lo<br />

que guarda consonancia con el principio <strong>de</strong>mocrático y <strong>de</strong> prevalencia<br />

constitucional.<br />

7 El texto está en consonancia con el artículo 257 <strong>de</strong>l proyecto <strong>de</strong> Proyecto <strong>de</strong> Constitución <strong>de</strong><br />

Bolivia <strong>de</strong> 2007: “Los tratados e instrumentos internacionales en materia <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos<br />

que hayan sido firmados, ratificados o a los que se hubiera adherido el Estado, que <strong>de</strong>claren <strong>de</strong>rechos<br />

más favorables a los contenidos en la Constitución, se aplicarán <strong>de</strong> manera preferente sobre<br />

ésta”. El artículo 93 <strong>de</strong> la Constitución colombiana <strong>de</strong> 1991 utiliza el término “prevalecer”, que<br />

pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse como sinónimo <strong>de</strong>l anterior. No obstante, el problema jerarquía/aplicabilidad<br />

no se resuelve bien en otras constituciones, como la venezolana, que confun<strong>de</strong> el significado <strong>de</strong> los<br />

términos (artículo 23: “Los tratados, pactos y convenciones relativos a <strong>de</strong>rechos humanos, suscritos<br />

y ratificados por Venezuela, tienen jerarquía constitucional y prevalecen en el or<strong>de</strong>n interno,<br />

en la medida en que contengan normas sobre su goce y ejercicio más favorables a las establecidas<br />

en esta Constitución y en las leyes <strong>de</strong> la República, y son <strong>de</strong> aplicación inmediata y directa por los<br />

tribunales y <strong>de</strong>más órganos <strong>de</strong>l Po<strong>de</strong>r Público”).<br />

283


RU B É N MA RT Í N E Z DA L M A U<br />

III. El control concentrado <strong>de</strong> constitucionalidad:<br />

la protección judicial <strong>de</strong> la Constitución<br />

Una <strong>de</strong> las modificaciones más re l e vantes que incorpora la Constitución <strong>de</strong>l<br />

2008 es el cambio <strong>de</strong> un sistema <strong>de</strong> control difuso a un sistema <strong>de</strong> contro l<br />

concentrado <strong>de</strong> la constitucionalidad. En efecto, a diferencia <strong>de</strong> la<br />

Constitución <strong>de</strong> 1998, que en su artículo 274 habilitaba a cualquier juez a<br />

<strong>de</strong>clarar inaplicable, por <strong>de</strong>cisión propia, una norma que consi<strong>de</strong>rara contraria<br />

a la Constitución, el artículo 428 <strong>de</strong> la nueva Constitución introduce un<br />

cambio sustancial ante un suceso <strong>de</strong> estas características: el juez <strong>de</strong>berá re m itir<br />

la norma sobre la cual existan dudas acerca <strong>de</strong> su constitucionalidad a la<br />

C o rte Constitucional, que <strong>de</strong>berá re s o l ver al respecto en un plazo máximo<br />

<strong>de</strong> cuarenta y cinco días. Se trata, a todas luces, <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las innova c i o n e s<br />

<strong>de</strong> primera magnitud introducidas por el constituyente, con el propósito <strong>de</strong><br />

f o rtalecer la justicia constitucional por medio <strong>de</strong>l control concentrado <strong>de</strong> la<br />

constitucionalidad, responsabilidad <strong>de</strong> la Corte Constitucional.<br />

Con in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los <strong>de</strong>bates sobre las ventajas y <strong>de</strong>sventajas entre<br />

los sistemas difusos, mixtos y concentrados, lo cierto es que las nuevas ten<strong>de</strong>ncias<br />

<strong>de</strong>l constitucionalismo avanzan hacia fórmulas mixtas o concentradas<br />

8 . El control difuso aparece históricamente en el constitucionalismo norteamericano<br />

por vía jurispru<strong>de</strong>ncial, justamente porque la Constitución<br />

norteamericana <strong>de</strong> 1787 no preveía la garantía <strong>de</strong> la Constitución. Garantía<br />

que fue asumida <strong>de</strong> hecho por el juez ordinario, con capacidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong><br />

aplicar una ley al caso concreto por consi<strong>de</strong>rarla inconstitucional, y que partía<br />

<strong>de</strong> la base no solo <strong>de</strong> la imprevisión constitucional, sino <strong>de</strong>l –en términos<br />

<strong>de</strong> Pegoraro– background político-jurídico 9 y <strong>de</strong> las características <strong>de</strong> la<br />

Constitución <strong>de</strong> 1787 que, en buena medida, han marcado su futuro 10 . La<br />

influencia norteamericana sobre las constituciones latinoamericanas fue<br />

8 El último ejemplo es el <strong>de</strong>l proyecto <strong>de</strong> Proyecto <strong>de</strong> Constitución <strong>de</strong> Bolivia, cuyo Tribunal<br />

Constitucional Plurinacional “ejerce el control <strong>de</strong> constitucionalidad” y resuelve acerca <strong>de</strong> las<br />

“acciones directas e indirectas <strong>de</strong> inconstitucionalidad” (artículos 197 y 203).<br />

9 Lucio Pegoraro, La justicia constitucional. Una perspectiva comparada, Madrid, Dykinson, 2004,<br />

p. 33.<br />

10 Estas características han producido, en opinión <strong>de</strong> Acosta, “la atrofia <strong>de</strong>l amending power, regulado<br />

en el artículo 5 <strong>de</strong> la Constitución, cuya rigi<strong>de</strong>z y premeditadas dificulta<strong>de</strong>s solo han permiti-<br />

284


SU P R E M A C Í A D E L A CO N S T I T U C I Ó N<br />

particularmente clara en aspectos como la conformación <strong>de</strong>l legislativo, el<br />

presi<strong>de</strong>ncialismo y la asunción <strong>de</strong>l control difuso 11 . Los sistemas concentrados,<br />

una vez puestos en práctica en el constitucionalismo europeo ya entrado<br />

el siglo XX, tardaron décadas en ser consi<strong>de</strong>rados en América Latina, y<br />

solo lo fueron seriamente cuando se <strong>de</strong>mostró su utilidad en el marco <strong>de</strong> la<br />

garantía <strong>de</strong> unas constituciones como las europeas, sustancialmente más<br />

cercanas al nuevo constitucionalismo latinoamericano. Hoy en día, el papel<br />

<strong>de</strong> los jueces <strong>constitucionales</strong> en el control concentrado <strong>de</strong> constitucionalidad,<br />

aunque no exentos <strong>de</strong> problemas, es una característica intrínseca al<br />

propio concepto <strong>de</strong> Estado constitucional.<br />

Al respecto, uno <strong>de</strong> los principales retos que se plantean actualmente las<br />

ciencias jurídicas en general y el <strong>de</strong>recho constitucional en particular, es el<br />

perfeccionamiento <strong>de</strong> este control concentrado <strong>de</strong> constitucionalidad. El<br />

mecanismo, aunque supone un avance frente a mo<strong>de</strong>los anteriores, es claramente<br />

mejorable y se ha enfrentado es menos <strong>de</strong> un siglo <strong>de</strong> historia a<br />

multitud <strong>de</strong> problemas que el mo<strong>de</strong>lo teórico kelseniano no supo o no<br />

pudo dar respuesta. Uno <strong>de</strong> estos problemas, quizás aún lejos <strong>de</strong> contar con<br />

una solución ampliamente satisfactoria, es el <strong>de</strong> la legitimidad <strong>de</strong>mocrática<br />

<strong>de</strong> los tribunales <strong>constitucionales</strong>, que no pue<strong>de</strong> ser únicamente sobre su<br />

origen –elección <strong>de</strong>mocrática <strong>de</strong> los miembros–, sino que <strong>de</strong>be exten<strong>de</strong>rse<br />

a su actuación, puesto que el control <strong>de</strong>mocrático forma parte intrínseca <strong>de</strong>l<br />

concepto <strong>de</strong> soberanía <strong>de</strong>l pueblo y, por lo tanto, <strong>de</strong> constitución 12 .<br />

do 15 enmiendas en los últimos 130 años (algunas tan obvias como la abolición <strong>de</strong> la esclavitud y<br />

el <strong>de</strong>recho al voto <strong>de</strong> las personas <strong>de</strong> color y otras tan irrelevantes como las <strong>de</strong>l consumo <strong>de</strong> alcohol);<br />

b) el dinamismo constitucional <strong>de</strong> los Estados miembros <strong>de</strong> la Unión, que ha suplido al artritismo<br />

<strong>de</strong> la Constitución fe<strong>de</strong>ral y servido <strong>de</strong> amortiguador a las <strong>de</strong>mandas y conflictos nacionales;<br />

y c) el papel crucial <strong>de</strong>l Tribunal Supremo como productor incesante <strong>de</strong>l Constitución material<br />

durante sus largos ciclos <strong>de</strong> activismo”, y que ha provocado una metamorfosis <strong>de</strong>l Derecho<br />

constitucional estadouni<strong>de</strong>nse (José Acosta Sánchez, “Transformaciones <strong>de</strong> la Constitución en el<br />

siglo XX”, Revista <strong>de</strong> Estudios Políticos No. 100, abril-junio 1998, p. 59.<br />

11 En general, cfr. Thomas Buergenthal, Jorge Mario García Laguardia, y Rodolfo Piza Rocafort, La<br />

Constitución norteamericana y su influencia en Latinoamérica (200 años 1787-1987), San José <strong>de</strong><br />

Costa Rica, CAPEL, 1987.<br />

12 Como afirma Aragón, el único concepto <strong>de</strong> Constitución «constitucionalmente a<strong>de</strong>cuado», es<br />

<strong>de</strong>cir, el único capaz <strong>de</strong> dotar a la Constitución <strong>de</strong> fuerza “normativa”, en cuanto que <strong>de</strong>scansa en<br />

la limitación “<strong>de</strong>l” Estado y no en su mera “autolimitación”, es el que se articula, teóricamente,<br />

285


RU B É N MA RT Í N E Z DA L M A U<br />

La legitimidad <strong>de</strong> origen, aunque no asume opciones tan drásticas como<br />

la elección directa <strong>de</strong> la Corte Constitucional 1 3 , encuentra en la nueva<br />

Constitución su anclaje con el principio <strong>de</strong>mocrático a través <strong>de</strong> la elección<br />

<strong>de</strong> los magistrados por fórmulas <strong>de</strong>mocráticas indirectas, con la part i c i p a c i ó n<br />

<strong>de</strong> las funciones Legislativa, Ej e c u t i va y <strong>de</strong> Tr a n s p a rencia y Control So c i a l .<br />

La búsqueda <strong>de</strong> mecanismos <strong>de</strong> control <strong>de</strong> su actuación no se <strong>de</strong>termina solo<br />

por las diferentes responsabilida<strong>de</strong>s previstas en la Constitución –art í c u l o<br />

431–, sino en los criterios <strong>de</strong> interpretación que <strong>de</strong>be aplicar la Cort e<br />

Constitucional en el ejercicio <strong>de</strong> sus funciones. De esta manera, el art í c u l o<br />

427, siguiendo algunos prece<strong>de</strong>ntes comparados 1 4 , introduce un elemento<br />

<strong>de</strong> control <strong>de</strong> la actividad interpre t a t i va vinculante: “Las normas <strong>constitucionales</strong><br />

se interpretarán por el tenor literal que más se ajuste a la Constitución<br />

en su integralidad. En caso <strong>de</strong> duda, se interpretarán en el sentido que más<br />

f a vo rezca a la plena vigencia <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos y que mejor respete la vo l u n t a d<br />

<strong>de</strong>l constituyente, y <strong>de</strong> acuerdo con los principios generales <strong>de</strong> la interpre t ación<br />

constitucional”. No se trata <strong>de</strong> un “n ú m e rus clausus” <strong>de</strong> criterios interp<br />

re t a t i vos, pero sí <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadas guías <strong>de</strong> aplicación <strong>de</strong>stinadas a que la<br />

i n t e r p retación constitucional no pueda <strong>de</strong>svirtuar los avances intro d u c i d o s<br />

en el texto <strong>de</strong> la Constitución, como ha ocurrido en el pasado en difere n t e s<br />

contextos históricos 1 5 . Se quiere poner punto y final <strong>de</strong> esta manera al “ré f éré<br />

legislatif” que pre vé la Constitución <strong>de</strong> 1998 1 6 .<br />

sobre el principio <strong>de</strong>mocrático (la soberanía <strong>de</strong>l pueblo), principio que no es solo <strong>de</strong> carácter político,<br />

sino también jurídico, pues las consecuencias que para el mundo <strong>de</strong>l Derecho se <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong><br />

concebir a la Constitución como expresión <strong>de</strong> la “auto<strong>de</strong>terminación” popular son extraordinariamente<br />

relevantes”. (Manuel Aragón Reyes, “El control como elemento inseparable <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong><br />

Constitución”, Revista Española <strong>de</strong> Derecho Constitucional No. 19, enero-abril 1987, pág. 49.).<br />

13 Opción que sí tomó la Asamblea Constituyente boliviana cuando <strong>de</strong>cidió la elección directa <strong>de</strong> los<br />

miembros <strong>de</strong>l Tribunal Constitucional Plurinacional (artículo 199 <strong>de</strong>l proyecto boliviano <strong>de</strong><br />

Constitución), junto con otros altos órganos <strong>de</strong>l Estado, como el Tribunal Supremo <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong> o<br />

el Control Administrativo Disciplinario <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong>.<br />

14 El último caso <strong>de</strong>l proyecto <strong>de</strong> Constitución boliviana, cuyo artículo 197.II <strong>de</strong>termina que “En su<br />

función interpretativa, el Tribunal Constitucional Plurinacional aplicará como criterio <strong>de</strong> interpretación,<br />

con preferencia, la voluntad <strong>de</strong>l constituyente, <strong>de</strong> acuerdo con sus documentos, actas y<br />

resoluciones, así como el tenor literal <strong>de</strong>l texto”.<br />

15 En general, cfr. María Luisa Balaguer Callejón, Interpretación <strong>de</strong> la Constitución y or<strong>de</strong>namiento<br />

jurídico, Madrid, Tecnos, 1997.<br />

16 El artículo 284 <strong>de</strong> la Constitución <strong>de</strong> 1998 <strong>de</strong>ja en manos <strong>de</strong>l Congreso Nacional la interpreta-<br />

286


SU P R E M A C Í A D E L A CO N S T I T U C I Ó N<br />

IV. Democracia y soberanía en los mecanismos<br />

<strong>de</strong> reforma <strong>de</strong> la Constitución<br />

En <strong>de</strong>finitiva, qué duda cabe acerca <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong> una presencia efectiva<br />

<strong>de</strong>l principio <strong>de</strong>mocrático en la configuración <strong>de</strong>l Estado constitucional;<br />

un principio enraizado en la resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la soberanía en el pueblo 1 7 y que<br />

<strong>de</strong>be alcanzar no solo a la legitimidad <strong>de</strong>mocrática –incluido el control– <strong>de</strong><br />

los órganos públicos, sino también a la reforma constitucional. Es justamente<br />

la existencia <strong>de</strong> una Constitución rígida la primera condición <strong>de</strong>l Estado<br />

constitucional a la que alu<strong>de</strong> Gu a s t i n i 1 8 . No se trata <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r la rigi<strong>de</strong>z<br />

en sentido clásico, aquel que se refería principalmente a los complejos procedimientos<br />

para la reforma constitucional, principalmente en el marco <strong>de</strong><br />

los po<strong>de</strong>res constituidos 1 9 . Se trata <strong>de</strong> una rigi<strong>de</strong>z “m a t e r i a l”, por la cual los<br />

a rtículos <strong>de</strong> la Constitución no pue<strong>de</strong>n ser modificados sin la aprobación <strong>de</strong>l<br />

po<strong>de</strong>r constituyente, esto es, <strong>de</strong>l pueblo soberano; es <strong>de</strong>cir, la erradicación <strong>de</strong><br />

los sucesivos intentos <strong>de</strong> la “re p re s e n t a c i ó n” <strong>de</strong> encerrar al po<strong>de</strong>r constituye nt<br />

e 2 0 , lo que lleva marginación <strong>de</strong>l “po<strong>de</strong>r constituyente constituido”, un contrasentido<br />

en los términos <strong>de</strong>l nominalismo que perdura, y que pier<strong>de</strong> por<br />

fin todo el sentido en el marco <strong>de</strong>l Estado constitucional.<br />

ción general y obligatoria <strong>de</strong> las normas <strong>constitucionales</strong>, para lo cual era suficiente con el trámite<br />

legislativo ordinario, y requería <strong>de</strong> la aprobación <strong>de</strong> las dos terceras partes <strong>de</strong>l Legislativo.<br />

17 Principio materialmente presente en toda la Constitución, pero formalmente previsto en el artículo<br />

1: “La soberanía radica en el pueblo, cuya voluntad es el fundamento <strong>de</strong> la autoridad, y se ejerce<br />

a través <strong>de</strong> los órganos <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r público y <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> participación directa previstas en la<br />

Constitución”. El ejercicio <strong>de</strong> la soberanía por los órganos <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r público se refiere, no obstante,<br />

más a un efecto <strong>de</strong> la soberanía que a una verda<strong>de</strong>ra función, que por su propio carácter solo<br />

pue<strong>de</strong> ser directa; las otras formas <strong>de</strong> participación hacen alusión a la posibilidad <strong>de</strong> activación<br />

directa <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r constituyente.<br />

18 Ricardo Guastini, “La constitucionalización <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>namiento jurídico: el caso italiano”, en<br />

Miguel Carbonell, Neoconstitucionalismo(s), Madrid,Trotta, 2003, pp.. 50 y ss.<br />

19 Al respecto, el referente sigue siendo James Bryce, Constituciones flexibles y constituciones rígidas,<br />

Madrid, Centro <strong>de</strong> Estudios Políticos y Constitucionales, 1988.<br />

20 “Encerrar al po<strong>de</strong>r constituyente en la representación –se pregunta Negri– (...) ¿qué otra cosa es<br />

sino la negación <strong>de</strong> la realidad <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r constituyente, su fijación en un sistema estático, la restauración<br />

<strong>de</strong> la soberanía tradicional contra la innovación <strong>de</strong>mocrática?”. Antonio Negri, El po<strong>de</strong>r<br />

constituyente. Ensayo sobre las alternativas <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad, Madrid Libertarias/prodhufi, 1994,<br />

p. 20.<br />

287


RU B É N MA RT Í N E Z DA L M A U<br />

En el caso <strong>de</strong> la nueva Constitución <strong>de</strong>l 2008, no solo el pueblo pue<strong>de</strong><br />

directamente activar el po<strong>de</strong>r constituyente, sino que la mayor parte –y la<br />

más relevante– <strong>de</strong> la Constitución no pue<strong>de</strong> modificarse sin la aprobación<br />

en referéndum <strong>de</strong>l pueblo ecuatoriano, lo que margina el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> reforma<br />

que, hasta el momento, se ha situado, con pocos límites, en las manos <strong>de</strong>l<br />

po<strong>de</strong>r constituido 21 ; no en vano la regulación <strong>de</strong> la reforma constitucional<br />

prevista en la Constitución <strong>de</strong> 1998 ha sido acusada <strong>de</strong> “restrictiva” 22 . El<br />

artículo 441 <strong>de</strong> la nueva Constitución establece el procedimiento <strong>de</strong><br />

enmienda <strong>de</strong> la misma, <strong>de</strong> ámbito material restringido, aunque constituye<br />

el único caso que no requiere necesariamente <strong>de</strong> referéndum aprobatorio<br />

final 23 , y el artículo 442 regula el procedimiento <strong>de</strong> reforma, <strong>de</strong> mayor<br />

envergadura que la anterior 24 . Por último, el artículo 444 –final <strong>de</strong>l texto–<br />

21 La Constitución <strong>de</strong> 1998, por ejemplo, preveía una importante función <strong>de</strong> los po<strong>de</strong>res constituidos<br />

en la reforma constitucional, tanto si ésta correspondía al Legislativo –don<strong>de</strong> se preveía un<br />

método rígido en su sentido clásico: mayorías cualificadas y un período mínimo <strong>de</strong> un año entre<br />

las lecturas parlamentarias– como al mismo pueblo, cuya consulta popular solo podía ser convocada<br />

por el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República y con calificación previa <strong>de</strong> urgencia por el Congreso<br />

Nacional, o en caso <strong>de</strong> que el Legislativo no se hubiera ocupado <strong>de</strong> las reformas durante los ciento<br />

veinte días siguientes al año <strong>de</strong>l primer <strong>de</strong>bate (artículos 289-283).<br />

22 Roberto Viciano Pastor, “El sistema <strong>de</strong> fuentes <strong>de</strong>l Derecho en la Constitución Política <strong>de</strong> la<br />

República <strong>de</strong>l Ecuador”, en Santiago Andra<strong>de</strong> Ubidia, Julio César Trujillo y Roberto Viciano<br />

Pastor, La estructura constitucional <strong>de</strong>l Estado ecuatoriano, Quito, Universidad Andina Simón<br />

Bolívar, 2004, p. 65.<br />

23 “La enmienda <strong>de</strong> uno o varios artículos <strong>de</strong> la Constitución que no altere su estructura fundamental,<br />

o el carácter y elementos constitutivos <strong>de</strong>l Estado, que no establezca restricciones a los <strong>de</strong>rechos<br />

y garantías, o que no modifique el procedimiento <strong>de</strong> reforma <strong>de</strong> la Constitución, se realizará:<br />

1. Mediante referéndum solicitado por la Presi<strong>de</strong>nta o Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República, o por la ciudadanía<br />

con el respaldo <strong>de</strong> al menos el ocho por ciento <strong>de</strong> las personas inscritas en el registro electoral.<br />

2. Por iniciativa <strong>de</strong> un número no inferior a la tercera parte <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> la Asamblea<br />

Nacional. El proyecto se tramitará en dos <strong>de</strong>bates; el segundo <strong>de</strong>bate se realizará <strong>de</strong> modo impostergable<br />

en los treinta días siguientes al año <strong>de</strong> realizado el primero. La reforma solo se aprobará si<br />

obtiene el respaldo <strong>de</strong> las dos terceras partes <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> la Asamblea Nacional”.<br />

24 “La reforma parcial que no suponga una restricción en los <strong>de</strong>rechos y garantías <strong>constitucionales</strong>,<br />

ni modifique el procedimiento <strong>de</strong> reforma <strong>de</strong> la Constitución tendrá lugar por iniciativa <strong>de</strong> la<br />

Presi<strong>de</strong>nta o Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República, o a solicitud <strong>de</strong> la ciudadanía con el respaldo <strong>de</strong> al menos<br />

el uno por ciento <strong>de</strong> ciudadanas y ciudadanos inscritos en el registro electoral, o mediante resolución<br />

aprobada por la mayoría <strong>de</strong> los integrantes <strong>de</strong> la Asamblea Nacional. La iniciativa <strong>de</strong> reforma<br />

constitucional será tramitada por la Asamblea Nacional en al menos dos <strong>de</strong>bates. El segundo <strong>de</strong>bate<br />

se realizará al menos noventa días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l primero. El proyecto <strong>de</strong> reforma se aprobará por<br />

288


SU P R E M A C Í A D E L A CO N S T I T U C I Ó N<br />

<strong>de</strong>termina, <strong>de</strong> forma fiel, al estricto sentido <strong>de</strong>mocrático, que únicamente<br />

el pueblo, en ejercicio <strong>de</strong> su soberanía, pue<strong>de</strong> convocar a la Asamblea<br />

Constituyente, por su naturaleza plenipotenciaria 25 . Se garantiza, <strong>de</strong> esta<br />

manera, la aplicación <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong>mocrático en su más radical sentido<br />

en cualquier revisión profunda <strong>de</strong>l texto.<br />

No obstante, como pue<strong>de</strong> observarse en la regulación <strong>de</strong> la enmienda<br />

constitucional (artículo 441), el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> reforma <strong>de</strong>legado en los órganos<br />

constituidos no ha quedado conjurado <strong>de</strong>l todo en la nueva Constitución,<br />

y una parte <strong>de</strong> la Constitución –aquella que no altere su estructura fundamental,<br />

o el carácter y elementos constitutivos <strong>de</strong>l Estado, que no establezca<br />

restricciones a los <strong>de</strong>rechos y garantías, o que no modifique el procedimiento<br />

<strong>de</strong> reforma <strong>de</strong> la Constitución– podrá ser modificada por el<br />

Parlamento, es <strong>de</strong>cir, por el po<strong>de</strong>r constituido. Se trata <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las sombras<br />

<strong>de</strong> la Constitución, y un paso atrás respecto a los avances en el nuevo<br />

constitucionalismo latinoamericano 26 . Aunque la previsión es menos grave<br />

<strong>de</strong> lo que pudiera haber sido –y, en todo caso, una mejora sustancial respecto<br />

a la Constitución <strong>de</strong> 1998– porque, por una parte, sustrae <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r<br />

constituido la posibilidad <strong>de</strong> modificar aspectos sustanciales <strong>de</strong>l texto, y, por<br />

otra, incorpora la iniciativa popular tanto para la propuesta <strong>de</strong> enmiendas y<br />

reformas <strong>constitucionales</strong>, como para convocar al máximo exponente <strong>de</strong>l<br />

cambio constitucional: la Asamblea Constituyente.<br />

la Asamblea Nacional. Una vez aprobado el proyecto <strong>de</strong> reforma constitucional se convocará a referéndum<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los cuarenta y cinco días siguientes. Para la aprobación en referéndum se requerirá<br />

al menos la mitad más uno <strong>de</strong> los votos válidos emitidos. Una vez aprobada la reforma en referéndum,<br />

y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los siete días siguientes, el Consejo Nacional Electoral dispondrá su publicación.<br />

25 “La asamblea constituyente sólo podrá ser convocada a través <strong>de</strong> consulta popular. Esta consulta<br />

podrá ser solicitada por la Presi<strong>de</strong>nta o Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República, por las dos terceras partes <strong>de</strong> la<br />

Asamblea Nacional, o por el doce por ciento <strong>de</strong> las personas inscritas en el registro electoral. La<br />

consulta <strong>de</strong>berá incluir la forma <strong>de</strong> elección <strong>de</strong> las representantes y los representantes y las reglas<br />

<strong>de</strong>l proceso electoral. La nueva Constitución, para su entrada en vigencia, requerirá ser aprobada<br />

mediante referéndum con la mitad más uno <strong>de</strong> los votos válidos”.<br />

26 En efecto, tanto la Constitución venezolana <strong>de</strong> 1998 (artículos 342-346) como el proyecto <strong>de</strong><br />

Proyecto <strong>de</strong> Constitución <strong>de</strong> Bolivia <strong>de</strong>l 2007 (artículo 411) habían marginado completamente al<br />

po<strong>de</strong>r constituyente constituido.<br />

289


V. Conclusión<br />

RU B É N MA RT Í N E Z DA L M A U<br />

Con la Constitución <strong>de</strong>l 2008, la Asamblea Constituyente ecuatoriana dio<br />

un paso firme hacia la creación <strong>de</strong> un Estado Constitucional en el país. Con<br />

sus <strong>de</strong>fectos –algunos <strong>de</strong> ellos comprensibles en el marco <strong>de</strong> un proceso <strong>de</strong><br />

cambio; otros como la permanencia <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r constituyente constituido,<br />

entendibles con más dificultad–, la Constitución es un buen ejemplo <strong>de</strong>l<br />

avance <strong>de</strong>l constitucionalismo <strong>de</strong>mocrático: a la vez que es here<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> la<br />

evolución constitucional, en particular <strong>de</strong>l nuevo constitucionalismo latinoamericano,<br />

ofrece también al futuro constituyente, tanto regional como<br />

mundial, formas originales, novedosas y valientes <strong>de</strong> enfrentar los problemas<br />

<strong>de</strong>l país, y que no son esencialmente diferentes a los que <strong>de</strong>ben enfrentar<br />

otras socieda<strong>de</strong>s.<br />

La creación <strong>de</strong>l Estado constitucional pasa, como se ha analizado, por<br />

el establecimiento <strong>de</strong> una Constitución fuerte. No cabe duda que es ese el<br />

empeño <strong>de</strong>l constituyente ecuatoriano, esfuerzo que, en los aspectos formales,<br />

se <strong>de</strong>muestra en la apuesta firme por una Constitución normativa y plenamente<br />

aplicable, la conformación <strong>de</strong> nuevas formas <strong>de</strong> control <strong>de</strong> la constitucionalidad<br />

y la primacía <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong>mocrático con la “cuasimarginación”<br />

<strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r constituyente constituido. Pero no cabe <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> ver el<br />

carácter evolutivo <strong>de</strong>l nuevo constitucionalismo latinoamericano, traducido<br />

en lo que se ha <strong>de</strong>nominado “constitucionalismo <strong>de</strong> transición”. Por esa<br />

razón, el pueblo ecuatoriano, que ha protagonizado el primer ejemplo <strong>de</strong><br />

revisión <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l nuevo constitucionalismo latinoamericano, tendrá que<br />

ser capaz <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r cuándo hará falta profundizar <strong>de</strong>terminados aspectos,<br />

ampliar ciertos <strong>de</strong>rechos o avanzar hacia la consolidación <strong>de</strong>l Estado<br />

Constitucional, lo que supone compren<strong>de</strong>r que la Constitución <strong>de</strong>l 2008,<br />

no es una Constitución “sin errores”, sino, sencillamente, un texto constitucional<br />

necesario en el tiempo histórico que vive el país.<br />

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