09.05.2013 Views

descargar libro

descargar libro

descargar libro

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

pudieran infligirme. Es usted el cerdo más cobarde y despreciable del que haya tenido<br />

noticia, Rokoff. Merece la muerte. Y me encantaría matarle.<br />

Tarzán se acercó al individuo.<br />

Rokoff estaba al borde del ataque de nervios. Al tiempo que lanzaba un chillido, saltó<br />

en dirección a la estancia contigua, pero el hombre mono ya se le había echado encima<br />

antes de que concluyera el salto. Unos dedos de acero buscaron la garganta del ruso y el<br />

cobarde estalló en gritos histéricos y agudos, como un cochino al que inmovilizan. Gritó<br />

hasta que Tarzán le cortó el resuello. El hombremono lo levantó en peso, sin dejar de<br />

estrangularle. El ruso se debatió inútilmente... bajo la poderosa presa de Tarzán de los<br />

Monos era como un niño recién nacido.<br />

Tarzán lo depositó en una silla y, antes de que el ruso muriera asfixiado, aflojó la<br />

presión de los dedos sobre la garganta de Rokoff. Cuando amainó la tos de éste, Tarzán<br />

volvió a hablarle.<br />

-Le he brindado un aperitivo para que saborease el gusto que tiene la muerte -dijo-.<br />

Pero no le mataré... por ahora. Esta vez le perdono la vida en atención a una mujer<br />

buena cuya enorme desgracia fue nacer de la misma madre que le alumbró a usted. Si<br />

no le mato ahora mismo es gracias a ella. Pero si me entero de que ha vuelto a<br />

molestarla, a ella o a su esposo, si vuelve a meterse conmigo... o si me entero de que ha<br />

regresado a Francia o a alguna posesión francesa, entonces me dedicaré exclusivamente<br />

a cumplir una sola tarea: buscarle, encontrarle y acabar de estrangularle, rematar lo que<br />

he empezado hoy.<br />

Se volvió hacia la mesa, en cuya superficie continuaban los dos trozos de papel.<br />

Rokoff se quedó boquiabierto de horror al ver que Tarzán se apoderaba de ellos.<br />

Uno de ellos era un cheque. Tarzán lo examinó e hizo lo mismo con el otro<br />

documento. Al ver la información que éste contenía Tarzán se quedó de una pieza.<br />

Rokoff había leído parte de aquella información, pero el hombre mono sabía que nadie<br />

era capaz de recordar, tras una breve mirada, los importantes datos y cifras escritos en<br />

aquel papel, que lo convertían en un documento de valor inconmensurable para<br />

cualquier enemigo de Francia.<br />

-Esto interesará mucho al jefe del Estado Mayor -comentó Tarzán, al tiempo que se<br />

los guardaba en el bolsillo.<br />

Rokoff gimió. No se atrevía a maldecir en voz alta.<br />

A la mañana siguiente Tarzán emprendió la marcha hacia el norte, en dirección a<br />

Buira y Argel. Cuando pasaba por delante del hotel, el teniente Gernois se encontraba<br />

de pie en el porche. Al ver a Tarzán, el oficial se puso blanco como la cal. El hombremono<br />

habría preferido que no le hubiese visto, pero le fue imposible evitarlo. Saludó a<br />

Gernois al paso. Mecánicamente, el oficial le devolvió el gesto, pero aquellos ojos<br />

terribles y desorbitados siguieron al jinete, inexpresivos por completo, a excepción del<br />

horror. Fue como si un cadáver contemplase a un fantasma.<br />

En Sidi Aisa, Tarzán se entrevistó con el oficial francés al que había conocido durante<br />

su reciente estancia en la ciudad.<br />

-¿Salió muy temprano de Bu Saada? -le preguntó el militar-. ¿No se ha enterado, pues,<br />

de lo del pobre Gernois?<br />

-Fue la última persona que vi, al abandonar la ciudad -respondió Tarzán-. ¿Qué ocurre<br />

con él?<br />

-Ha muerto. Se descerrajó un tiro hacia las ocho de esta mañana.<br />

Dos días después, Tarzán llegaba a Argel. Allí descubrió que tendría que aguardar<br />

otros dos días antes de poder subir a un barco con destino a Ciudad de El Cabo. Durante<br />

la espera redactó un informe completo de su misión. No incluyó en él los documentos<br />

secretos que había arrebatado a Rokoff, porque no se atrevió a confiar a nadie que los

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!