Edición 141 – 06 Dic 2012 - Sociedad de Fomento de Carilo
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Literatura<br />
Literatura<br />
Escritores Escritores <strong>de</strong> <strong>de</strong> Madariaga Madariaga y y Capital Capital en<br />
en<br />
la la Biblioteca Biblioteca Popular Popular Manuel Manuel Belgrano<br />
Belgrano<br />
9<br />
Por Por Cristina Cristina Daniele Daniele<br />
Daniele<br />
Licenciada en letras<br />
El viernes 7 <strong>de</strong> diciembre, Maricló Díaz Saubi<strong>de</strong>t y Jorge Bach presentarán sus obras en la Biblio, una oportunidad para dialogar con los<br />
poetas <strong>de</strong> sus trabajos publicados, los inéditos y el proceso <strong>de</strong> la escritura.<br />
La La sal sal <strong>de</strong> <strong>de</strong> la la vida<br />
vida<br />
El poemario reunido<br />
en «Error en la proporción<br />
<strong>de</strong> sal», <strong>de</strong> Maricló<br />
Díaz Saubi<strong>de</strong>t, se concreta<br />
en la fusión <strong>de</strong> contrastes<br />
que, si bien percibidos en<br />
el mundo cotidiano, sugieren<br />
una segunda instancia<br />
en otro estadio, expresamente<br />
no dicho. Un<br />
modo peculiar <strong>de</strong> sustituciones<br />
que se apoyan en<br />
quiebres sintácticos, elipsis y juegos metafóricos. La escritora<br />
apela al lector mediante un juego discursivo que rescata el<br />
estilo directo y coloquial; con el ritmo <strong>de</strong>l lenguaje hablado, las<br />
imágenes retrotraen a la vida común y <strong>de</strong> allí sugieren la reflexión<br />
y la añoranza. Plantea el no <strong>de</strong>cir como herramienta <strong>de</strong><br />
connotación; la acechanza y el ro<strong>de</strong>o son los mecanismos para<br />
fijar el real objeto poetizado, objeto sobre el que pesa la interdicción<br />
<strong>de</strong> mirar. Entre suplantar y <strong>de</strong>splazar, <strong>de</strong> la metáfora a la<br />
metonimia, el movimiento es continuo.<br />
«El libro está dividido en tres partes.<br />
La primera le da título al libro. El poema<br />
inicial tiene una frase ‘a capite’ que dice:<br />
«La mujer <strong>de</strong> Lot miró para atrás y quedó<br />
convertida en estatua <strong>de</strong> sal», que es<br />
una cita <strong>de</strong> La Biblia. Cuando yo empecé<br />
a escribir lo hice mirando hacia atrás, pero<br />
no pasó nada raro, no me hizo mal ni me<br />
convertí en estatua <strong>de</strong> sal o paralizarme.<br />
Por eso, hubo un ‘error en la proporción<br />
<strong>de</strong> sal’. Toda la primera parte <strong>de</strong>l libro es, a su manera, una<br />
reunión <strong>de</strong> recuerdos <strong>de</strong> mi infancia, hechos poema. La segunda<br />
parte <strong>de</strong>l libro es «Naturaleza <strong>de</strong> las cosas». Poemas que fui<br />
escribiendo en don<strong>de</strong> me di cuenta que hablaba <strong>de</strong> asumir la<br />
realidad, afirmando que las cosas son como son, aunque uno<br />
pue<strong>de</strong> buscarles la vuelta y aprovecharlas. La última parte se<br />
llama «Secuencia arbitraria», que es el nombre <strong>de</strong> un poema<br />
también, y reúne cosas muy distintas en su materia, digamos:<br />
yo misma, el mundo, algunos sueños», manifestó la autora en<br />
un reportaje que le realizara Gustavo Dos Santos para El Mensajero<br />
<strong>de</strong> la Costa.<br />
La linealidad en la escritura <strong>de</strong> Maricló Díaz Saubi<strong>de</strong>t es<br />
aparente, sus vínculos sonoros, oposiciones y variantes conducen<br />
hacia y guían por otro camino, el <strong>de</strong> la puesta en escena<br />
<strong>de</strong> un imaginario particular y general, don<strong>de</strong> el límite entre la<br />
maldición y la bendición es impreciso, alerta sobre los peligros<br />
<strong>de</strong> la <strong>de</strong>sobediencia, hacer lo que no se <strong>de</strong>be o mirar hacia<br />
atrás, el riesgo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sequilibrar la balanza y el castigo a la<br />
curiosidad o el <strong>de</strong>safío.<br />
«Error en la proporción <strong>de</strong> sal» obtuvo el primer premio <strong>de</strong>l<br />
concurso organizado por la editorial Ruinas Circulares en 2011,<br />
los poemas reunidos en el libro muestran la búsqueda <strong>de</strong> la<br />
palabra justa, precisa, la que permita ver y nombrar lo prohibido.<br />
Eterno y circular, el cierre nos indica que se vuelve al inicio,<br />
no es posible liberarse <strong>de</strong> la historia, tampoco ignorarla.<br />
Emigrantes o<br />
La blusita con manga japonesa <strong>de</strong> la Marilú<br />
Por Maricló Díaz Saubi<strong>de</strong>t:<br />
«Perfetamente perfeto» <strong>de</strong>cía Luisa por el espejo, en chinelas<br />
y con la boca llena <strong>de</strong> alfileres que atravesaban terciopelo,<br />
o gasa, o seda salvaje. No era época aquella <strong>de</strong> lamé ni<br />
dorado ni plateado, sí <strong>de</strong> piedras y canutillos que Luisa cosía<br />
uno por uno, en los puños y al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> los escotes.<br />
Para la prueba Luisa bajaba la persiana -ninguna <strong>de</strong> nosotras<br />
se hubiera quedado «en viso» frente a esa ventana que<br />
daba a la vereda- pero <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un rato ya nos habíamos<br />
acostumbrado a la luz <strong>de</strong>l tubo fluorescente. Entretanto la madre,<br />
apoyada en el marco <strong>de</strong> la puerta <strong>de</strong> la cocina, nos miraba<br />
calladita.<br />
¿Nos miraba? O veía las calles <strong>de</strong> tierra <strong>de</strong>l pueblo, las<br />
lajas en cada esquina para po<strong>de</strong>r cruzar los días <strong>de</strong> barro, la<br />
casa cuadrada y gris, el patio, los macetones con falsos helechos<br />
<strong>de</strong> bolitas coloradas, el baúl don<strong>de</strong> Luisa -aunque más<br />
joven, ya en chinelas- nos <strong>de</strong>jaba buscar retazos (como ese <strong>de</strong><br />
«póplin» celeste y blanco a rayitas, que yo elegí para hacerle<br />
una blusa con manga japonesa a la Marilú).<br />
Hay quienes dicen que los fines <strong>de</strong> semana, Luisa apostaba<br />
a los caballos. Eso habría influido en la compra <strong>de</strong> esa planta<br />
baja en la calle San Benito <strong>de</strong> Palermo, entre las avenidas<br />
Libertador y Luis María Campos. Otros opinan que fue la insistencia<br />
<strong>de</strong> su hermana, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace años vivía en el edificio,<br />
lo que las <strong>de</strong>cidió a <strong>de</strong>jar su antigua casa en Pirán.<br />
Sea como sea, la cuestión es que nosotras para llegar<br />
hasta allí, tomábamos el tren y un colectivo que nos <strong>de</strong>jaba en<br />
la puerta <strong>de</strong>l Hospital Militar, luego teníamos que caminar cuatro<br />
o cinco cuadras más. Lo mismo para volver, salvo que a esa<br />
hora ni en el colectivo ni en el tren había lugar para sentarse y<br />
entonces, culpa <strong>de</strong> los tacos finitos y <strong>de</strong> las suelas <strong>de</strong> suela, al<br />
llegar a casa (por supuesto tampoco ya la <strong>de</strong> Pirán) siempre<br />
nos dolían los pies.<br />
Jazmines <strong>de</strong> la Calle Oscura<br />
Prólogo <strong>de</strong>l autor<br />
«Hoy comprendí El otro, <strong>de</strong> Borges.<br />
No lo comprendí a él, jamás podría;<br />
como tampoco podría hacerlo con el más<br />
insospechado <strong>de</strong> los seres humanos.<br />
Digo que comprendí El otro, el relato, y<br />
tal vez tampoco lo haya hecho, sino que<br />
le conferí alguna interpretación. Le obsequié<br />
al autor otro cuento <strong>de</strong> El otro<br />
que le atribuyen a Jorge Luis Borges. Pero no soy original,<br />
esto ya lo habría hecho Pierre Menard.<br />
Fui uno <strong>de</strong> los otros Jorge Bach en un sueño. El que no<br />
habría acabado su carrera, el que no habría sido amado por<br />
algunos <strong>de</strong> sus aciertos sino por sus inconsistencias. Fui el que<br />
no habría conocido a Giussepe Bonaviri ni <strong>de</strong>spertado con la<br />
melancolía <strong>de</strong> Coltrane. Fui el que no habría sido porque <strong>de</strong>trás<br />
<strong>de</strong> Bonaviri y <strong>de</strong> Coltrane y <strong>de</strong>l amor, existen otras personas<br />
y las mismas que son otras. Y sufro por la otra realidad que<br />
ahora ellas transitan; porque, tal vez, sean o no felices, el alcance<br />
<strong>de</strong> lo que soy, no lo advierto».<br />
(Del libro Jazmines <strong>de</strong> la calle oscura, <strong>de</strong> Jorge Bach)<br />
Graciela Maturo acerca <strong>de</strong><br />
Jazmines <strong>de</strong> la calle oscura<br />
«Jorge Bach hace su entrada en la poesía con este libro<br />
intenso y significativo. Su propia vida se<br />
le presenta como un texto a ser <strong>de</strong>scifrado,<br />
y afronta sus temores, sus nudos sin<br />
resolver, sus raíces. Recorre la calle<br />
oscura en busca <strong>de</strong> clarida<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> aromas,<br />
sin eludir la introspección y la plegaria.<br />
Lo vemos internarse en los pasadizos<br />
<strong>de</strong> la infancia, en los remansos <strong>de</strong>l<br />
amor, en experiencias próximas a la locura,<br />
creando un imaginario propio, un<br />
lenguaje personal. Le es dado revivir momentos únicos, esplen<strong>de</strong>ntes.<br />
Sus páginas se pueblan <strong>de</strong> ángeles y presencias<br />
amadas.<br />
Nuestro amigo hace suyo el viento, que pone a prueba a<br />
los tallos débiles, y aguarda el roce mágico <strong>de</strong> la infinitud.<br />
Conoce los misterios <strong>de</strong>l silencio y <strong>de</strong> la palabra, que se sostie-<br />
nen entre sí, y se presenta llagado, sangrando por sus heridas,<br />
fuerte y humil<strong>de</strong> en la tarea estoica <strong>de</strong>l vivir.<br />
El fondo religioso <strong>de</strong> estos poemas nos sorpren<strong>de</strong> en<br />
tiempos <strong>de</strong> dispersión. Tiene Jorge un modo muy personal <strong>de</strong><br />
vivir la fe, cara a cara con su <strong>de</strong>stino. Y sabe que la poesía lo<br />
resguarda <strong>de</strong>l tiempo».<br />
El cantar <strong>de</strong> los justos<br />
Por Jorge Bach<br />
Agasajé al sediento con el mejor vino;<br />
cubrí el pozo lúgubre con tesoros eternos;<br />
perfumé el cieno con incienso humeante;<br />
sucumbí frente a la flaqueza<br />
<strong>de</strong>l niño eximido <strong>de</strong> alegría;<br />
callé mi llanto frente a la mueca fría<br />
<strong>de</strong>l traidor artero;<br />
revestí mis manos con trabajo<br />
frente a la pereza astuta<br />
<strong>de</strong>l político lisonjero;<br />
y aquí estoy<br />
(llagado, traspasado por espinas,<br />
atravesado por la lanza<br />
que confirmó mi muerte)<br />
<strong>de</strong>vuelto a la vida;<br />
para que<br />
agasajes al sediento con el mejor vino;<br />
cubras el pozo lúgubre con tesoros eternos;<br />
perfumes el cieno con incienso humeante;<br />
sucumbas frente a la flaqueza<br />
<strong>de</strong>l niño eximido <strong>de</strong> alegría;<br />
calles tu llanto frente a la mueca fría<br />
<strong>de</strong>l traidor artero;<br />
revistas tus manos con trabajo<br />
frente a la pereza astuta<br />
<strong>de</strong>l político lisonjero.<br />
Y aquí estés<br />
(llagado, traspasado por espinas,<br />
atravesado por la lanza<br />
que confirmó mi muerte)<br />
<strong>de</strong>vuelto a la vida;<br />
para que<br />
otro agasaje al sediento<br />
con el mejor vino,<br />
<strong>de</strong>vuelto a la vida<br />
http:cristinadaniele.escritores<strong>de</strong>pinamar.com/<br />
6 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> <strong>2012</strong>