09.05.2013 Views

El relojero ciego - Fieras, alimañas y sabandijas

El relojero ciego - Fieras, alimañas y sabandijas

El relojero ciego - Fieras, alimañas y sabandijas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

milada por la noción que mucha gente tenía del proceso evolutivo.<br />

Llegado este punto, no puedo resistir llamar la atención hacia<br />

la ironía del desafio que les gusta lanzar a los creacionistas contra<br />

los evolucionistas: «Producid vuestras categorías intermedias.<br />

Si la evolución fuese cierta, debería haber animales que estuviesen<br />

a medio camino entre un gato y un perro, o entre una rana<br />

y un elefante. Pero ¿alguien ha visto alguna vez un ranolefan¬<br />

te?» Me han enviado panfletos creacionistas que intentan ridiculizar<br />

la evolución con dibujos de grotescas quimeras, la parte<br />

trasera de un caballo unida, por ejemplo, a la parte anterior de<br />

un perro. Los autores parecen imaginar que los evolucionistas<br />

deberían creer que existen estos animales intermedios. Esto no<br />

sólo no comprende el verdadero sentido de la evolución, sino<br />

que es su exacta antítesis. Una de las mayores expectativas que<br />

nos aporta la teoría de la evolución es que no deberían existir<br />

animales intermedios de esta clase. Aquí es donde descansa el<br />

peso de mi comparación entre los animales y los libros de una<br />

biblioteca.<br />

La taxonomía de los seres vivos evolucionados tiene, entonces,<br />

la propiedad única de facilitar un acuerdo perfecto en un<br />

mundo con una información perfecta. Es lo que quiero decir<br />

cuando advierto que podrían aplicarse palabras como «verdadero»<br />

o «falso» a las afirmaciones de la taxonomía cladística, aunque<br />

no a las de la taxonomía de cualquier bibliotecario. Debemos<br />

establecer dos condiciones. Primero, en el mundo real no<br />

tenemos una información perfecta. Los biólogos pueden estar<br />

en desacuerdo sobre los linajes, y las disputas pueden ser difíciles<br />

de resolver debido a la información tan imperfecta: decimos<br />

que no hay suficientes fósiles. Volveré sobre esto. Segundo, si<br />

tenemos demasiados fósiles, se origina otro tipo de problemas.<br />

La discontinuidad nítida y definida de la clasificación se evaporará<br />

si tratamos de incluir a todos los animales que han vivido<br />

en algún momento, en lugar de incluir sólo los actuales. <strong>El</strong> motivo<br />

se debe a que no importa a qué distancia se encuentren<br />

entre sí dos animales modernos -un pájaro y un mamífero-,<br />

en algún momento tuvieron un antepasado común. Si nos enfrentamos<br />

con el problema de tratar de encajar a este antepasado<br />

dentro de nuestra clasificación moderna, podemos tener problemas.<br />

En cuanto comencemos a considerar los animales extinguidos<br />

ya no será cierto que no hay animales intermedios. Por el<br />

contrario, ahora tenemos que enfrentarnos con una serie potencialmente<br />

continua de animales intermedios. La distinción entre<br />

los pájaros actuales, y otros animales actuales que no son pája­<br />

ros, como los mamíferos, está bien definida porque los estadios<br />

intermedios que convergen hacia atrás en un antepasado común<br />

están todos muertos. Para reforzar este punto, habría que pensar<br />

de nuevo en una naturaleza hipotéticamente «amable», que<br />

nos facilitase un registro completo de fósiles, con un fósil de<br />

cada animal que haya vivido. Cuando introduje esta fantasía en<br />

el capítulo anterior, mencioné que, de alguna manera, la naturaleza<br />

era bastante poco amable. Pensaba entonces en el trabajo<br />

de estudiar y describir todos los fósiles, pero ahora llegamos a<br />

otro aspecto de esta paradójica falta de amabilidad. Un registro<br />

fósil completo haría muy difícil la clasificación de animales en<br />

grupos distintos a los que se pudiera dar un nombre. Si tuviéramos<br />

un registro fósil completo, tendríamos que renunciar a los<br />

nombres concretos y recurrir a algún tipo de notación matemática<br />

o gráfica para describir las escalas imperceptibles. La mente<br />

humana prefiere los nombres concretos, de manera que no está<br />

mal que el registro fósil sea escaso.<br />

Si consideramos todos los animales que han vivido en un<br />

momento dado, en lugar de considerar sólo los animales modernos,<br />

palabras como «hombre» y «pájaro» llegarían a ser tan<br />

difusas y poco claras como «alto» y «gordo». Los zoólogos pueden<br />

discutir, sin llegar a un acuerdo, si un fósil determinado es<br />

o no un pájaro. Con frecuencia, discuten esta misma cuestión<br />

acerca del famoso fósil Archaeopteryx. Si la distinción entre «pájaro/no<br />

pájaro» es más clara que la distinción entre «alto/bajo»,<br />

es sólo porque en el primer caso los estadios intermedios extraños<br />

están lodos muertos. Si llegase una plaga curiosamente selectiva<br />

y matase a todas las personas de talla media, «alto» y<br />

«bajo» llegarían a tener un significado tan preciso como «pájaro»<br />

o «mamífero».<br />

No sólo es la clasificación zoológica la que se ha salvado de<br />

una extraña ambigüedad por el hecho conveniente de que la mayoría<br />

de los animales intermedios se hayan extinguido. Lo mismo<br />

ocurre con la ética y las leyes humanas. Nuestros sistemas legales<br />

y morales están muy ligados a la especie. <strong>El</strong> director de un<br />

zoológico está legalmente autorizado a «suprimir» un chimpancé<br />

que represente un excedente para sus necesidades, mientras<br />

que cualquier sugerencia de «suprimir» un guardián o un vendedor<br />

de entradas prescindible se recibiría con gritos de verdadera<br />

indignación. <strong>El</strong> chimpancé es propiedad del zoo. Los hombres,<br />

se supone, no son propiedad de nadie y, aun así, el razonamiento<br />

para discriminar de este modo a los chimpancés<br />

no se explica con claridad, ni creo que pueda hacerse. Lo mismo<br />

ocurre con el soberbio clasismo de nuestra actitud inspirada en<br />

el cristianismo, el aborto de un solo zigoto humano (la mayoría

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!