El relojero ciego - Fieras, alimañas y sabandijas
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to de micrófonos diferentes, en este caso sintonizados política<br />
en lugar de religiosamente.<br />
Lo que es preciso ahora, alto y claro, es la verdad: que la<br />
teoría del equilibrio interrumpido descansa con firmeza en la síntesis<br />
neodarwinista. Siempre lo hizo. Se tardará tiempo en deshacer<br />
el daño fraguado por la retórica pomposa, pero se logrará.<br />
La teoría del equilibrio interrumpido llegará a verse en proporción<br />
como una arruga interesante pero de poca importancia sobre<br />
la superficie de la teoría neodarwinista. No facilita ninguna base<br />
para un «deterioro en la moral neodarwinista», ni tampoco para<br />
la demanda de Gould, de que la teoría sintética (otro nombre<br />
para el neodarwinismo) «está, efectivamente, muerta». Es como<br />
si se diese al descubrimiento de que la Tierra no es una esfera<br />
perfecta sino un esferoide ligeramente aplanado, un tratamiento<br />
de primera página con el siguiente encabezamiento:<br />
COPÉRNICO EQUIVOCADO. REIVINDICADA LA TEORÍA<br />
DE QUE LA TIERRA ES PLANA<br />
Pero, para ser justo, la observación de Gould no estaba dirigida<br />
tanto hacia el supuesto «gradualismo» de la síntesis darwi¬<br />
nista como hacia otras de sus reclamaciones. Ésta es la afirmación,<br />
que discuten <strong>El</strong>dredge y Gould, de que toda la evolución,<br />
incluso en la escala de tiempo geológico más grande, es una extrapolación<br />
de sucesos que tienen lugar dentro de las poblaciones<br />
o de las especies. <strong>El</strong>los creen que existe una forma más elevada<br />
de selección, que llaman «selección de especies». Pospongo<br />
este tema hasta el próximo capítulo, el cual será también el<br />
sitio para enfrentarse con otra escuela de biólogos que, sobre<br />
una base igualmente endeble, han pasado en algunos casos como<br />
antidarwinistas, los llamados «cladistas transformados». Pertenecen<br />
al campo general de la taxonomía, la ciencia que se ocupa<br />
de la clasificación.<br />
10. EL VERDADERO ÁRBOL DE LA VIDA<br />
Este libro trata principalmente de la evolución como solu¬<br />
ción ai complejo problema del «diseño»; como verdadera explicación<br />
de los fenómenos que Paley pensó que probaban la existencia<br />
de un <strong>relojero</strong> divino. Por eso sigo hablando de ojos y<br />
ecolocalización. Pero hay otra variedad de cosas que la teoría<br />
de la evolución explica. Son los fenómenos de la diversidad; los<br />
patrones que muestran los distintos tipos de animales y plantas<br />
distribuidos por el mundo, y la distribución de características<br />
entre ellos. Aunque estoy interesado principalmente en los ojos<br />
y otras piezas de la compleja maquinaria, no debo ignorar este<br />
otro aspecto del papel de la evolución, el cual nos ayuda a comprender<br />
la naturaleza. Así pues, este capítulo trata sobre taxonomía-<br />
La taxonomía es la ciencia de la clasificación. Para algunas<br />
personas, tiene la inmerecida reputación de aburrida, una asociación<br />
subconsciente con museos polvorientos y con el olor de<br />
los líquidos preservantes, casi como si se confundiera con la ta¬<br />
xidermia. De hecho, es cualquier cosa menos aburrida. Es, por<br />
razones que no comprendo en su totalidad, una de las áreas más<br />
controvertidas de la biología. Tiene interés para los filósofos y<br />
para los historiadores. Tiene un papel importante que jugar en<br />
cualquier discusión sobre la evolución. Y desde sus filas han llegado<br />
algunos de los más osados biólogos modernos de los que<br />
pretenden ser antidarwinistas.<br />
Aunque los taxonomistas estudian en especial animales y<br />
plantas, cualquier tipo de cosas puede clasificarse: rocas, buques<br />
de guerra, libros, estrellas, idiomas. Clasificar con orden puede<br />
muy bien representar una medida de conveniencia, una necesidad<br />
práctica y, en parte, es verdad. Los libros de una biblioteca<br />
no tienen prácticamente utilidad a menos que estén organiza¬