El relojero ciego - Fieras, alimañas y sabandijas
El relojero ciego - Fieras, alimañas y sabandijas
El relojero ciego - Fieras, alimañas y sabandijas
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
son mucho más rápidas. Podemos verlas transcurrir, en realidad,<br />
de año en año. Por el contrario, en el caso de una carrera<br />
de armamentos biológicos, sólo podemos ver los productos finales.<br />
Muy raramente se fosiliza un animal muerto o una planta,<br />
y entonces es posible ver, a veces, un poco más directamente<br />
los estadios progresivos de la carrera de armamentos entre<br />
animales. Uno de los ejemplos más interesantes está relacionado<br />
con la carrera de armas electrónicas, como lo demuestran<br />
los tamaños de los cerebros de los fósiles animales.<br />
Los cerebros no se fosilizan pero los cráneos si, y la cavidad<br />
en la que estaba albergado el cerebro -el estuche del cerebro-,<br />
si se interpreta con cuidado, puede suministrar una buena indicación<br />
de su tamaño. He dicho «si se interpreta con cuidado», y<br />
esta condición es importante. Entre otros muchos problemas está<br />
el siguiente. Los grandes animales tienen tendencia a tener grandes<br />
cerebros, en parte porque son grandes, pero eso no significa<br />
necesariamente que sean «más listos». Los elefantes tienen<br />
cerebros más grandes que los seres humanos pero, probablemente<br />
con cierta justicia, nos gusta pensar que somos más listos que<br />
ellos y que nuestros cerebros son «realmente» más grandes, si<br />
tenemos en cuenta que somos animales mucho más pequeños.<br />
Nuestros cerebros ocupan una proporción mucho mayor de nuestro<br />
cuerpo que los de los elefantes, como evidencia la forma<br />
abultada de nuestros cráneos. Esto no es sólo una vanidad de<br />
especie. Presumiblemente, se necesita una fracción sustancial de<br />
cualquier cerebro para realizar las operaciones rutinarias de mantenimiento<br />
del cuerpo y, por tanto, un cuerpo grande necesitará<br />
un cerebro grande. Debemos encontrar alguna forma de extraer<br />
de nuestros cálculos esta fracción de cerebro que puede atribuirse<br />
simplemente al tamaño del cuerpo, de manera que podamos<br />
comparar el resto como la verdadera «cerebración» de los animales.<br />
Ésta es otra forma de decir que necesitamos una manera<br />
de definir con exactitud lo que queremos decir por verdadera<br />
cerebración. Diferentes personas se han tomado la libertad de<br />
producir distintos métodos para realizar los cálculos, pero el índice<br />
más autorizado tal vez sea el «cociente de encefalización»<br />
o EQ, utilizado por Harry Jerison, una de las primeras autoridades<br />
americanas en historia del cerebro.<br />
<strong>El</strong> EQ se calcula de una manera bastante complicada, utilizando<br />
logaritmos del peso del cerebro y del peso del cuerpo, y<br />
estandarizándolo frente a las cifras medias de un grupo mayor,<br />
como el de los mamíferos en su totalidad. Así como el cociente<br />
de inteligencia o IQ utilizado (o mal utilizado) por los psicólogos<br />
está estandarizado frente a la media de una población, el<br />
EQ lo está frente a la totalidad de los mamíferos. Así como un<br />
IQ de 100 significa, por definición, un IQ idéntico a la media de<br />
la población, un EQ de 1 significa, por definición, un EQ idéntico<br />
a la media de los mamíferos de ese tamaño. Los detalles de<br />
la técnica matemática no son relevantes. En otras palabras, el<br />
EQ de una especie determinada, un rinoceronte o un gato, es<br />
una medida de la mayor (o menor) dimensión del cerebro del<br />
animal, respecto a lo que esperamos que sea, dado su tamaño<br />
corporal. La manera de calcular esta expectativa está abierta a<br />
toda crítica. <strong>El</strong> hecho de que los seres humanos tengan un EQ<br />
de 7 y los hipopótamos un EQ de 0,3 no significa que sean 23<br />
veces más inteligentes que los hipopótamos. Pero el EQ medido<br />
nos está diciendo algo sobre cuánto «poder de computación»<br />
tiene un animal en su cabeza, por encima del mínimo indispensable<br />
necesario para el funcionamiento rutinario de su cuerpo,<br />
grande o pequeño.<br />
Los EQ medidos entre mamíferos modernos son muy variados.<br />
Las ratas tienen un EQ de alrededor de 0,8. ligeramente<br />
inferior a la media de todos los mamíferos. Las ardillas lo tienen<br />
algo más alto, alrededor de 1,5. Quizás el mundo tridimensional<br />
de los árboles requiere un poder de computación adicional<br />
para controlar la precisión de los saltos, e incluso para pensar<br />
en las vías más eficientes a través de los laberintos de ramas<br />
que puedan estar conectadas, o no, más adelante. Los monos<br />
están bastante por encima de la media, y los simios (especialmente<br />
nosotros) incluso más arriba. Dentro de los monos resulta<br />
que algunos tipos tienen EQ más altos que otros y que<br />
existe alguna conexión con la forma de vida: los monos que<br />
comen insectos y los que comen frutas tienen cerebros más grandes,<br />
para su tamaño, que los que comen hojas. Tiene algún sentido<br />
argumentar que un animal necesita menos poder de computación<br />
para encontrar hojas, que abundan, que para encontrar<br />
fruta, que hay que buscarla, o para cazar insectos, que necesita<br />
una intervención activa. Desafortunadamente, se contempla ahora<br />
como si la verdadera historia fuese más completa, y otras variables,<br />
como el ritmo metabólico, pudiesen ser más importantes.<br />
En los mamíferos contemplados en su totalidad, los carnívoros<br />
tienen un EQ ligeramente más alto que los hervíboros que cazan.<br />
Puede que el lector tenga alguna idea sobre la causa, pero es<br />
difícil probarlo. Ahora bien, cualquiera que sea la razón, parece<br />
que es un hecho.<br />
Hasta aquí, los animales modernos. Lo que hizo Jerison fue<br />
reconstruir el EQ probable de los animales extinguidos, que<br />
ahora existen sólo como fósiles. Calculó el tamaño del cerebro<br />
haciendo moldes de escayola del interior de los estuches cerebrales.<br />
Hay bastantes conjeturas y estimaciones sobre esto, pero