El relojero ciego - Fieras, alimañas y sabandijas
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o presas, correrían en circuios alrededor de los anteriores. No<br />
se trata de un experimento que pueda verificarse con facilidad,<br />
aunque algunas personas asuman que ciertas faunas remotas y<br />
aisladas, como las de Australia y Madagascar, puedan ser tratadas<br />
como si fuesen primitivas, como si un viaje a Australia fuese<br />
un viaje hacia el pasado en la máquina del tiempo. Esta gente<br />
piensa que las especies nativas australianas son conducidas hacia<br />
la extinción por competidores o enemigos superiores introducidos<br />
desde el mundo exterior, porque las especies nativas son<br />
«más antiguas», modelos «caducos», y presentan la misma posición<br />
frente a las especies invasoras que un barco de vela enfrentándose<br />
a un submarino nuclear. Pero el supuesto de que<br />
Australia tiene una fauna «fósil viviente» es difícil de justificar.<br />
Raramente podría constituir un buen ejemplo. Me temo que no<br />
sea más que el equivalente zoológico del esnobismo chauvinista,<br />
análogo a la actitud que ve a cada australiano como un tosco<br />
vagabundo con corchos colgando alrededor del ala de su sombrero<br />
y sin mucha sustancia debajo del mismo.<br />
<strong>El</strong> biólogo americano Leigh van Valen dio el memorable<br />
nombre de «efecto de la Reina Roja» al concepto de cambio<br />
cero en la proporción de éxitos, sin importar la magnitud del progreso<br />
evolutivo que sufre el equipamiento. En la obra A través<br />
del espejo (Through the Looking Glass), se recordará que la Reina<br />
Roja cogía a Alicia de una mano y la arrastraba, con una rapidez<br />
progresiva, a través de los campos, en una carrera frenética;<br />
pero, no importa lo rápido que corriesen, siempre estaban en el<br />
mismo sitio. Alicia, comprensiblemente confundida, dijo: «En<br />
nuestro país uno va generalmente a algún sitio, si corre tan rápido<br />
y durante tanto tiempo como lo hemos hecho nosotras.» «Un<br />
país lento», contestó la Reina. «Aquí, ya ves, necesitas correr<br />
todo lo que puedas, para mantenerte en el mismo sitio. Si quisieras<br />
ir a algún sitio, tendrías que correr por lo menos ¡el doble<br />
de rápido!»<br />
La indicación de la Reina Roja es divertida, pero puede resultar<br />
engañosa si se piensa (como a veces ocurre) que significa<br />
algo matemáticamente preciso, un progreso relativo cero. Otra<br />
equivocación es que, en la historia de Alicia, la afirmación de la<br />
Reina Roja es genuinamente paradójica, irreconciliable con el<br />
sentido común en un mundo físico real. Pero el efecto evolutivo<br />
de la Reina Roja de Van Valen no es paradójico. Está totalmente<br />
de acuerdo con el sentido común, en tanto éste se aplique<br />
de una manera inteligente. Aunque la carrera de armamentos<br />
no sea paradójica, puede dar lugar, sin embargo, a situaciones<br />
que choquen con la mentalidad económica de los seres humanos,<br />
dando la apariencia de ser ruinosas.<br />
¿Por qué son tan altos, por ejemplo, los árboles en los bosques?<br />
Una respuesta breve sería que los demás árboles son altos,<br />
de forma que ninguno puede permitirse no serlo. Sería eclipsado<br />
si no lo fuera. Esta verdad ofendería, sin embargo, a un ser<br />
humano con una mente economicista. Parece tan sin sentido,<br />
tan ruinoso. Si todos los árboles tuviesen la altura de la bóveda<br />
del bosque, estarían todos igualmente expuestos al sol, y ninguno<br />
podría permitirse ser más bajo. Pero si fuesen todos más<br />
bajos, si pudiera haber algún tipo de acuerdo sindical para reducir<br />
la altura de la bóveda de los bosques, todos los árboles se<br />
beneficiarían. Competirían entre sí en la bóveda por la misma<br />
cantidad de sol, pero habrían «pagado» todos un precio mucho<br />
menor para situarse allí. Se beneficiaría toda la economía del<br />
bosque, y la de cada árbol en particular. Desafortunadamente,<br />
la selección natural no se preocupa de las economías globales, y<br />
no tiene espacio para carteles y acuerdos. Ha habido una carrera<br />
de armamentos en la que los árboles del bosque se fueron<br />
haciendo más altos, a lo largo de muchas generaciones. En cada<br />
estadio de esta carrera no existía un beneficio intrínseco por el<br />
mero hecho de ser altos. <strong>El</strong> único objetivo de ser alto era ser<br />
relativamente más alto que los árboles vecinos.<br />
Según se fue agotando la carrera, se incrementó la altura<br />
media de la bóveda del bosque. Pero el beneficio obtenido por<br />
los árboles, por el hecho de ser más altos, no aumentó. En realidad,<br />
empeoró por el incremento del costo debido al crecimiento.<br />
Las generaciones sucesivas de árboles alcanzaron una altura<br />
mayor, pero al final podrían haber estado mejor, en cierto sentido,<br />
donde comenzaron. Así pues, aquí está la conexión con Alicia<br />
y la Reina Roja, aunque, como puede verse, en el caso de<br />
los árboles no es realmente paradójica. Es característica general<br />
de las carreras de armamentos, incluyendo las humanas, el hecho<br />
de que, aunque todos estarían mucho mejor si ninguno de ellos<br />
intensificase la guerra, en tanto uno de ellos lo haga, los demás<br />
no pueden permitirse el no hacerlo. Debo insistir, una vez más,<br />
en que he contado la historia de una manera demasiado simple.<br />
No quiero que parezca que estoy sugiriendo que los árboles de<br />
cada generación sean más altos que sus predecesores, ni que<br />
tenga que existir necesariamente una carrera de armamentos.<br />
Otro punto ilustrado por los árboles es que la carrera de armamentos<br />
no tiene que ser necesariamente entre miembros de<br />
distintas especies. Un árbol tiene la misma posibilidad de ser<br />
eclipsado por miembros de su propia especie como de otras. De<br />
hecho, es probable que más, ya que en general todos los organismos<br />
están más amenazados por la competitividad de su propia<br />
especie que por la de otras. Los miembros de una misma