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La miseria del decrecimiento - Renta Básica de las Iguales

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hombre mismo niegan la posibilidad real <strong>de</strong> la felicidad universal. <strong>La</strong> transformación <strong>de</strong> esta sociedad<br />

mediante su negación llega a convertirse en la única posibilidad <strong>de</strong> liberación” (Pág.87). 86<br />

Sobre la obra <strong>de</strong> este autor, M. Carmen López aña<strong>de</strong> como “Marcuse, en concreto, <strong>de</strong>nuncia lo que el<br />

mundo mo<strong>de</strong>rno ha tomado por razón: la dominación tecnológica carente <strong>de</strong> fines racionales que lo<br />

reduce todo a medios para ejercer el dominio, [incluyendo la <strong>de</strong>shumanización <strong><strong>de</strong>l</strong> ser humano]. De esta<br />

forma, la razón imposibilita la comprensión objetiva <strong>de</strong> la realidad y conduce a la subordinación al or<strong>de</strong>n<br />

existente. Se trata <strong>de</strong> una falsa racionalidad que encubre la carencia <strong>de</strong> libertad bajo la forma <strong>de</strong> múltiples<br />

comodida<strong>de</strong>s. A cambio <strong>de</strong> este aparente bienestar, la sociedad <strong>de</strong> consumo nos ofrece un creciente<br />

control sobre la vida, <strong>las</strong> necesida<strong>de</strong>s y <strong>las</strong> faculta<strong>de</strong>s humanas”. 87<br />

Finalmente, mencionar una obra <strong>de</strong> Eric Fromm, un marxista, cuyo título ya habla por sí sólo <strong>de</strong> si Marx<br />

y los marxistas han hecho o no “una crítica a la técnica capitalista: <strong>La</strong> revolución <strong>de</strong> la esperanza: hacia<br />

una tecnología humanizada. Yo diría, como resumen, que El capital, y otras obras <strong>de</strong> Marx, como <strong>La</strong><br />

Contribución a la Crítica <strong>de</strong> la Economía Política, o los Manuscritos: economía y filosofía, son una<br />

crítica a toda la sociedad capitalista, aunque para hacerla, hubiera <strong>de</strong> completarla con otros análisis<br />

parciales, como la teoría <strong>de</strong> valor trabajo, la presencia <strong>de</strong> <strong>las</strong> relaciones sociales en todas <strong>las</strong> socieda<strong>de</strong>s<br />

c<strong>las</strong>istas, el fetichismo <strong>de</strong> <strong>las</strong> mercancías, la importancia <strong>de</strong> la dialéctica y la historia para establecer su<br />

materialismo histórico y su dialéctica materialista, los conceptos <strong>de</strong> modos <strong>de</strong> producción y formaciones<br />

sociales, etc. Y lo que po<strong>de</strong>mos constatar es el tratamiento exhaustivo que se hace en estas obras <strong>de</strong> <strong>las</strong><br />

múltiples dimensiones <strong>de</strong> la producción capitalista, incluyendo la <strong>de</strong>gradación <strong>de</strong> la persona, en tanto y<br />

cuanto la convierte en una pura mercancía.<br />

En conclusión. Si CT leyese a K. Marx con una visión holista e histórica, como a este le agrada analizar<br />

<strong>las</strong> socieda<strong>de</strong>s, no podría <strong>de</strong>cir que no hace crítica <strong>de</strong> <strong>las</strong> técnicas y los productos fabricados, así como <strong>de</strong><br />

<strong>las</strong> consecuencias que tienen para el <strong>de</strong>sarrollo humano. Sino que repiense este párrafo: “el modo <strong>de</strong><br />

producción <strong>de</strong> la vida material condiciona el proceso <strong>de</strong> la vida social, política e intelectual en general.<br />

No es la conciencia <strong>de</strong> los hombres la que <strong>de</strong>termina su ser, sino a la inversa: es su ser social quien<br />

<strong>de</strong>termina su conciencia”. 88<br />

11. Los límites medio ambientales y los recursos <strong><strong>de</strong>l</strong> planeta<br />

En 1798, el clérigo ingles Thomas R. Malthus <strong>de</strong>jó saber, mediante un ensayo publicado, sus conclusiones<br />

acerca <strong>de</strong> la constante ten<strong>de</strong>ncia observada en la población a crecer por encima <strong>de</strong> la producción y la<br />

capacidad <strong>de</strong> abastecimiento <strong>de</strong> alimentos. Esta anomalía, sin un control a<strong>de</strong>cuado absolutamente<br />

necesario, siempre arrastraría a la masa humana al hambre, a la enfermedad y a la guerra. <strong>La</strong> pobreza era<br />

para él, en sus consi<strong>de</strong>raciones, un algo inevitable para la mayoría <strong>de</strong> los seres humanos. Pero también era<br />

ese mecanismo indispensable para evitar la sobrepoblación: sin abastecimiento <strong>de</strong> alimentos y sin<br />

atención sanitaria, se morirían irremisiblemente.<br />

Hablar <strong>de</strong> sobrepoblación sin mucho matiz y precaución es repetir <strong>las</strong> viejas tesis maltusianas. Porque,<br />

mientras los recursos <strong><strong>de</strong>l</strong> planeta indispensables para vivir estén controlados por <strong>las</strong> c<strong>las</strong>es que ejercen la<br />

propiedad privada sobre los mismos, estos siempre van a ser escasos, tanto<br />

para mantener los precios altos <strong>de</strong> los mismos, como para mantener a <strong>las</strong><br />

c<strong>las</strong>es pobres sin acceso a ellos, y limitar su capacidad autónoma <strong>de</strong><br />

sobrevivencia al margen <strong><strong>de</strong>l</strong> mercado laboral. El control <strong>de</strong> la población<br />

mundial se está haciendo en base a estos dos factores. De hecho, se ha dicho<br />

que en los países africanos sobran mercancías, lo que falta es po<strong>de</strong>r<br />

adquisitivo para comprar<strong>las</strong>. Y Alfredo Gran<strong>de</strong> sostiene que “no hay exceso <strong>de</strong><br />

hambrientos. [Lo que] hay es una planificada ausencia <strong>de</strong> alimentos. El<br />

asesinato serial se consuma por un exceso <strong>de</strong> falta, por un exceso <strong>de</strong> carencia. [Y se materializa] sin la<br />

presencia incómoda <strong>de</strong> armas [guerra y muerte], campos <strong>de</strong> exterminio, gases venenosos, calabozos que<br />

son <strong>las</strong> mazmorras <strong>de</strong> la posmo<strong>de</strong>rnidad. Asesinar 18.000 niños por día en todo el mundo es una<br />

86 Todos estos párrafos están copiados <strong>de</strong> Herbert Marcuse. Marx y el trabajo alienado. Ediciones CEPE 1972<br />

87 M. Carmen López Sáenz. <strong>La</strong> crítica <strong>de</strong> la racionalidad tecnológica en Herbert Marcuse.<br />

En http://ddd.uab.cat/pub/enrahonar/0211402Xn14p81.pdf .<br />

88 Karl Marx. Contribución a la Crítica <strong>de</strong> la Economía Política. Progreso. Moscú 1960<br />

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