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LA FAMILIA PERICO: UN ESTUDIO DE CASO DE CÓMO EL ...

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REVISTA CIENTÍFICA <strong>EL</strong>ECTRÓNICA <strong>DE</strong> PSICOLOGÍA<br />

ICSa-UAEH<br />

No.4<br />

<strong>LA</strong> <strong>FAMILIA</strong> <strong>PERICO</strong>: <strong>UN</strong> <strong>ESTUDIO</strong> <strong>DE</strong> <strong>CASO</strong> <strong>DE</strong> <strong>CÓMO</strong> <strong>EL</strong><br />

NARCOMENU<strong>DE</strong>O SE INFILTRA EN <strong>LA</strong> RED <strong>FAMILIA</strong>R<br />

Zamudio-Angles Carlos Alberto<br />

INTRODUCCIÓN<br />

El objetivo de este artículo es presentar el estudio de caso de una familia<br />

marginada en la que se reproducen las actividades del narcomenudeo. Esto a<br />

partir de mostrar las distintas acciones y reacciones de los parientes que<br />

coadyuvan en la realización de tales actividades al interior de esta familia, la cual,<br />

por motivos de seguridad nombraremos Perico, precisamente por ser<br />

distribuidores de la droga conocida con ese apelativo.<br />

La información aquí presentada se recopiló mediante el uso de la observación<br />

participante en un expendio de drogas que comerciaba en una colonia marginada.<br />

La observación se llevó a cabo durante un período de un año nueve meses,<br />

aunque no de manera continua debido a los riesgos inherentes al fenómeno<br />

estudiado. Esto es, hubo períodos en que debido a operativos policíacos prefería<br />

ausentarme, tanto para no ser confundido por un policía por parte de los<br />

narcomenudistas, como para no ser aprehendido en caso de que alguno de los<br />

operativos llegara a la tiendita o expendio estudiado.<br />

Así, utilizando un árbol genealógico muestro como distintos integrantes de una<br />

familia extensa realizan diferentes actividades de lo que sería una “microempresa<br />

familiar”.<br />

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Se enfatiza en el uso de rasgos culturalmente atribuidos a los distintos grupos de<br />

edad: jóvenes, adultos y adultos mayores, para ocultar las actividades ilícitas. A<br />

continuación se presentan los resultados:<br />

<strong>LA</strong> <strong>FAMILIA</strong> <strong>PERICO</strong><br />

La Familia Perico, es una red familiar compuesta por 6 familias nucleares que<br />

participaban de manera directa o indirecta en el narcomenudeo; la red se densifica<br />

en uno de los núcleos, el 2, pues en éste cinco de sus seis miembros participan<br />

del comercio de cocaína y piedra. En la figura 1 se puede ver la genealogía de la<br />

Familia Perico: son 26 parientes vivos divididos en 4 generaciones, son 13<br />

jóvenes, 11 adultos, 2 niños y 1 adulta mayor; del total, 9 se encuentran<br />

relacionados directamente en el comercio y 1 más en la compra de objetos a<br />

consumidores adictos. De los relacionados con el comercio, 5 pertenecen a la<br />

generación de jóvenes, todos varones, y 4 a la generación de adultos, 2 hombres<br />

y 2 mujeres, una de las cuales dirige la empresa: La Jefa, madre del núcleo.<br />

Todos los hermanos de esa generación cuentan casa propia en el mismo barrio,<br />

tres de ellas en la misma calle, entre ellas la madre del núcleo B.<br />

La vecindad facilita la constante comunicación y en los otros dos hogares también<br />

hay miembros que participan del narcomenudeo, uno comerciando la droga y otro<br />

comprando objetos que consumidores adictos llevan con intenciones de cambiar<br />

por droga. La complicidad en familias como la Perico es un ejemplo de las redes<br />

familiares extensas que funcionan como unidades económicas, reminiscencia de<br />

lo que Bonfil Batalla nombraba como “cultura indiana” 10 . A continuación describo<br />

las actividades que cada uno de los integrantes de la familia Perico desempeñaba<br />

dentro de la empresa familiar. La descripción comienza con los miembros más<br />

jóvenes de la familia pues fue con ellos con quienes empecé a desarrollar la<br />

observación, siendo posterior la percepción de que también intervenían en el<br />

10 Bonfil Batalla, México profundo, México, Grijalbo.<br />

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narcomenudeo varios familiares adultos. Son 5 los jóvenes que participan del<br />

narcomenudeo, 3 de ellos pertenecen a la familia nuclear de referencia y otros 2<br />

son primos de distintos núcleos.<br />

z<br />

GI<br />

GII<br />

14<br />

14<br />

a) La generación joven<br />

La Familia Perico<br />

N1<br />

1<br />

1<br />

2<br />

N2 N3 N4<br />

N5<br />

N6<br />

3<br />

3 4<br />

4<br />

5 6<br />

6 7 8 9 10 11<br />

11 12 13<br />

GII<br />

GIII<br />

GIII<br />

GIV<br />

1. La Abuela<br />

2. El Abuelo<br />

3. El Don<br />

4. La Jefa<br />

5. El Padre<br />

6. El Tío<br />

7. Tía 1<br />

8. Tía 2<br />

9. Tío A<br />

15<br />

15<br />

16<br />

16 17 18 19 20<br />

20 21 22 23 24 25<br />

25<br />

26<br />

Parientes Perico<br />

10. Tía 3<br />

11. Tío Político B<br />

12. Tía 4<br />

13. Tío C<br />

14. El Yuko<br />

15. El Tigre<br />

16. El Guaguaras<br />

17. La hermana<br />

18. Primo A<br />

19. Prima 1<br />

20. Shoker<br />

21. Prima 2<br />

22. Primo C<br />

23. Primo D<br />

24. Prima 3<br />

25. Primo E<br />

26. Primo F<br />

27 y 28. Sobrinos<br />

El mayor de los hermanos Perico es Guaguaras, de 25 años, a los 10 años decidió<br />

abandonar el hogar cansado de la pobreza en que vivían, años después volvió<br />

para “hacer algo” por el bienestar familiar y le propuso a su madre vender drogas<br />

ilícitas. Al iniciar el negocio, hace más de 6 años ninguno de sus hermanos se<br />

atrevió a ir por la mercancía, en su papel de hermano mayor terminó yendo él, “un<br />

día que hubo retén en la [calzada] Zaragoza”, recuerda el temor sentido ese día,<br />

pero que no le haya pasado nada lo tomó como señal de buena suerte. Es en esta<br />

situación que Guaguaras sustenta su posición en la economía familiar, pues lo<br />

N7<br />

27<br />

28<br />

Generaciones<br />

GI. Primera generación<br />

GII. Segunda generación<br />

GIII. Tercera generación<br />

GIV. Cuarta generación<br />

Núcleos familiares<br />

N1. Núcleo 1<br />

N2. Núcleo 2<br />

N3. Núcleo 3<br />

N4. Núcleo 4<br />

N5. Núcleo 5<br />

N6. Núcleo 6<br />

N7. Núcleo 7<br />

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maneja como argumento para enfrentar al padrastro y a los hermanos en la<br />

pretensión de ser reconocido como el mero bueno. Durante mucho tiempo cubrió<br />

los horarios que consideraba más riesgosos, a partir de las 10 de la noche, ya que<br />

llegan consumidores habituales o que ya han consumido varias dosis el mismo<br />

día; decía haber llevado una vida “más dura” que la de sus hermanos, por lo que<br />

había aprendido “a enfrentar los peligros que acechan en la calle”, entre ellos los<br />

vinculados a los policías.<br />

El segundo hermano Perico es Tigre, de 23 años de edad. Lo conocí cuando salió<br />

de un anexo donde había estado unos meses, “de vacaciones” decía él, ya que<br />

había llegado al grado de delirar cuando dejaba de consumir piedra. Durante las<br />

primeras ocasiones que conversamos me cuestionó sobre mis actividades o hacia<br />

comentarios sobre la posibilidad de que fuera policía. Con el tiempo, conocí mejor<br />

sus actividades, entre las que destaca su función como repartidor semifijo; esto es,<br />

no sólo vendía en la tiendita sino que salía a vender a otros espacios de la<br />

comunidad. Esta variación en su manera de comerciar, en parte, fue propiciada<br />

por las reacciones precedentes en la red familiar, ya que cuando consumía varias<br />

dosis el mismo día quedaba imposibilitado para dar seguimiento al Orden<br />

Precautorio Básico, nombre que le he dado al código no escrito a través del cual<br />

se relacionan vendedores y consumidores de drogas.<br />

Poco después que la red familiar reaccionó internando al Tigre en un centro de<br />

ayuda, fue el momento en El Don y El Tío se hicieron responsables del turno de 7<br />

a 10 de la noche. Cuando Tigre retornó había perdido su turno y optó por<br />

comerciar en las fiestas los fines de semana, aunque entre semana vendía a<br />

quienes llegaban antes de las 7, abriendo el horario de venta a partir de las 5 de la<br />

tarde. Sin embargo, a pesar de la complicidad mantenida en su red familiar, Tigre<br />

no ha participado desde el principio en La Tiendita de la Jefa pues se había ido a<br />

Estados Unidos cuando la hermana vivía allá, pero cono no logró el éxito<br />

económico esperado se regresó “con sólo 50 dólares” ya que no le gustaban las<br />

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condiciones en que tenía que vivir. Frecuentemente decía que volvería a irse a los<br />

Estados Unidos, pero dudaba obtener la ganancia que obtenía en la venta de<br />

droga, especialmente por la facilidad con que lo ganaba; por otro lado, las<br />

condiciones en que viven ya no son las mismas de cuando se fue con la hermana,<br />

la ampliación de la casa ha permitido a cada hermano tener su propio espacio<br />

donde habitar.<br />

Con intención de alcanzar mayores ganancias Tigre y un vecino fueron un par de<br />

ocasiones a Michoacán, de allá traían marihuana para venderla “de un kilo<br />

pa’rriba”, pedían entre 600 y 800 pesos por kilo, “según el sapo la pedrada”; lo<br />

cual era más barato que en la zona central de la Delegación donde Aarón, otro<br />

informante, en ese mismo tiempo decía que sus compas vendían en 1000 pesos el<br />

kilo de “mostaza”.<br />

Posteriormente, cuando en La Tiendita de la Jefa despidieron a los repartidores<br />

que no eran parientes, Tigre se convirtió en quien atendía a la mayoría de los<br />

clientes, platicaba con ellos y los intentaba convencer de que compraban buen<br />

material; los clientes preferían comerciar con él que con cualquier otro repartidor<br />

de la tiendita. Para el final del trabajo de campo Tigre había recaído y volvió a<br />

consumir varias veces al día, entonces los clientes empezaron a preferir a Yuco o<br />

a Shocker.<br />

Yuco, de 21 años, es el menor de los hermanos Perico. Regularmente permanecía<br />

dentro de casa para servir de transmisor entre los repartidores y La Jefa a través<br />

de una rejilla. Después del cateo de la AFI, cuando despidieron a los no familiares,<br />

Yuco empezó a despachar antes de las siete, lo hacía a través de la rejilla y salía<br />

sólo en contadas ocasiones para recibir el dinero y entregar la mercancía.<br />

Después de las 7 compartía el horario con Tigre y El Tío. De los tres hermanos,<br />

Yuco era quien consumía menor cantidad de droga, en parte porque siempre<br />

estaba cerca su madre. Del núcleo 2 de la familia Perico, sólo de la hermana no<br />

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obtuve información que la vinculara con el comercio de drogas ilícitas, nunca<br />

observé que despachara y ninguno de sus parientes llegó a mencionar que<br />

participara. Poco después del cateo realizado por la AFI en la tiendita volvió a los<br />

Estados Unidos, lo que parece ser una reacción de rechazo ante los riesgos por<br />

las actividades efectuadas en su red familiar.<br />

En la misma generación que los hermanos Perico se encuentran otros 9 jóvenes,<br />

3 mujeres y 6 hombres; 2 de ellos, los primos B y E, también participaban en la<br />

tiendita. El primo B, conocido como Shoker, tenía 19 años y formaba parte del<br />

núcleo 4, se insertó en el narcomenudeo a partir de acompañar a Tigre a las<br />

fiestas del barrio y colonias aledañas. Con el despido de los no parientes empezó<br />

a acompañar a El Tío durante su horario de venta; ante ello, ninguno de los<br />

parientes de su núcleo reaccionó de manera negativa. Por su parte, el Primo E,<br />

Güero, acompañaba a Tigre a las fiestas desde adolescentes, juntos habían<br />

comenzado a comerciar de manera ambulante en ellas.<br />

b) La generación adulta<br />

La generación adulta de la familia Perico se compone de 4 hermanas, 1 hermano<br />

y sus parejas. La Jefa enviudó de su primer marido, el padre de los hermanos<br />

Perico, quien falleció poco antes que Guaguaras volviera con su familia, no<br />

comentaron más sobre el asunto. Los 10 adultos vivos son los padres de familia<br />

de 5 núcleos, 3 de los cuales: 2, 4 y 5, se encuentran en la calle donde se ubica<br />

La Tiendita de la Jefa. Sólo tres de los adultos participaban del narcomenudeo: La<br />

Jefa y El Don del núcleo 2, y El Tío del núcleo 3, ninguno como consumidor. En la<br />

casa del núcleo 2 era donde se escondía la droga que se vendía, en ese mismo<br />

núcleo se encontraban la mitad de los parientes vinculados al comercio y era el<br />

único donde participaban más de un pariente; era pues la base de la red familiar<br />

que participa del narcomenudeo.<br />

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La Jefa es el nódulo central de la red de relaciones familiares vinculadas al<br />

narcomenudeo, no solamente era la dueña de la casa donde escondían la droga<br />

sino que también era quien se encargaba de organizar y administrar la empresa.<br />

Yuco decía que ella sabía que sus 3 hijos consumían y por eso era quien pesaba,<br />

envolvía y guardaba la droga, y no se las daba hasta que le entregaban el dinero<br />

del cliente. De esta manera La Jefa evitaba que sus hijos cargaran el cuerpo del<br />

delito en caso de ser aprehendidos, además de evitar que tuvieran la tentación de<br />

ser quienes consumieran la cocaína o la piedra. Esta medida también se extendía<br />

a Tigre cuando repartía en las fiestas, por lo que sólo llevaba unos pocos papeles<br />

y tenía que volver constantemente por más.<br />

Con la participación de la Jefa, el negocio de la familia Perico parecía tener mayor<br />

fortaleza que otras tienditas de la zona de estudio que habían funcionado menos<br />

tiempo, incluso se sobrepuso a un cateo policial. Esta fortaleza no sólo muestra<br />

una de las dificultades que encuentra el Estado para enfrentar las actividades del<br />

narcomenudeo: las relaciones de complicidad entre parientes, también difiere un<br />

poco de lo planteado por Monod, cuando escribe que “los jóvenes delincuentes<br />

son el subproducto de una estructura social en desintegración. Sus mismos<br />

padres son personas inadaptadas” 11 , pues en el caso de la familia Perico<br />

encontramos a una madre plenamente adaptada a las condiciones marginales del<br />

entorno, lo que permitía a los miembros de la red familiar extensa perdurar como<br />

participantes del narcomenudeo.<br />

El Don es el segundo esposo de la Jefa y padrastro de los hermanos Perico.<br />

Cuando lo conocí comerciaba la droga en el horario de 7 a 10 de la noche, pero<br />

después del cateo de la AFI regresó a trabajar a una ruta de camiones en la que<br />

había laborado previamente; con ello intentaba ocultar el origen ilícito de los<br />

ingresos familiares. El Don intentaba ocupar la posición de el mero bueno, en ese<br />

papel había organizado una serie de acciones que habían ayudado a perdurar en<br />

11 Monod, Jean, Los Barjots. Etnología de bandas juveniles, Barcelona, Ariel, 2002, 33p.<br />

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el comercio; entre éstas acciones se encontraban vender sólo durante unas horas<br />

y contratar a jóvenes que servían de intermediarios con los clientes, a la vez que<br />

ayudaban en la vigilancia. El Don había hecho valer sus propuestas argumentando<br />

que los jóvenes Perico descuidaban el negocio por consumir la droga que debían<br />

repartir. La posición de mero bueno era dada por los clientes a Negro, quien era el<br />

principal vendedor de los que tenían contratados; Negro era empleado para cubrir<br />

el horario entre las 7 y las 12, por lo que no sólo ayudaba a El Don sino también al<br />

Guaguaras, pero al cubrir más tiempo que cualquiera de la familia muchos clientes<br />

lo confundían con el mero bueno, situación a la que contribuía diciendo que él era<br />

el bueno cuando no había familiares Perico que lo escucharan. Al darse cuenta de<br />

la situación El Don le ordenó a Negro que dijera a los clientes que él era el bueno,<br />

incluso llegó a negarles la atención hasta que lo reconociesen.<br />

El Tío es el único varón de los hermanos que conforman la generación de Pericos<br />

adultos. Aunque no vive en la calle en la que se encontraba La Tiendita de la Jefa<br />

llegaba todos los días a cubrir el horario de 7 a 10 de la noche, el cual compartía<br />

con otros miembros de la familia; hubo un tiempo en que acompañaba a El Don,<br />

otro en que fue acompañado por Guaguaras y otro más por Shoker. Sin embargo,<br />

El Tío no despachaba drogas sino que solamente permanecía en el lugar para<br />

supervisar las acciones y reacciones de repartidores y clientes; de esta manera El<br />

Tío hacía una especie de presencia que tenía como objetivo que los clientes<br />

desistieran de cualquier posibilidad de salirse del OPB. Cuando lo conocí, El Tío<br />

llevaba a la tiendita una bolsa con dulces, chicles y otras golosinas que vendía a<br />

diez pesos por paquete, sin embargo nunca los ofrecía pero decía que los vendía<br />

en el metro durante la tarde. Tiempo después empezó a vender pollo en su casa,<br />

decía que no sabía del negocio pero otro vendedor le enseñó a cortar el pollo y<br />

despacharlo, con lo que no sólo obtenía mayores ganancias sino que también<br />

disfrazaba los ingresos ilícitos.<br />

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Había un Tío político que participaba de manera indirecta en el narcomenudeo, no<br />

consumía ni repartía sino que compraba algunos artículos llevados por<br />

consumidores crónicos cuando ya no tenían dinero para comprar más droga;<br />

generalmente celulares, calculadoras y relojes, que tienen la ventaja de tener<br />

buena demanda en el mercado negro ya que el comprador puede verificar si<br />

funciona o no antes de llevar a cabo la compra, así “no hay queja”, aspecto de<br />

suma importancia en este tipo de negocios donde “nadie conoce a nadie”. Hay que<br />

tomar en cuenta que solo si el comprador vende rápido el objeto habrá ganancias,<br />

pues si se llega a rezagar el artículo tenderá a devaluarse.<br />

Conforme a los parámetros culturales típicos de la familia mexicana los varones<br />

laboran en la parte pública del negocio, la calle, mientras que las mujeres realizan<br />

su parte al interior del hogar. Es así que para la venta de drogas los hombres<br />

Perico se turnaban para estar en la calle, esto tenía dos razones netamente<br />

económicas: la primera fundada en que el responsable del horario se quedaba con<br />

una parte de la ganancia de cada papel que vendía, si vendía un papel de 60 se<br />

quedaba con 10, si era de 30 se quedaba con 5 y así; la segunda razón estaba<br />

fundada en el riesgo, cuya percepción dependía del horario, decían que en la<br />

madrugada el comercio es más riesgoso que en la tarde o en las primeras horas<br />

de la noche, ya que para tales horas muchos clientes ya han consumido<br />

previamente varias dosis de piedra, alcohol y quizás otras sustancias, por lo que<br />

suponían que podían actuar inesperadamente.<br />

c) La generación adulta mayor<br />

La Abuela es la única integrante de la generación de adultos mayores, ella<br />

también participaba del narcomenudeo, no comerciando ni consumiendo drogas<br />

sino transportándola desde el lugar donde la compraban hasta La Tiendita de la<br />

Jefa. Los parientes Perico confiaban en que la Abuela difícilmente despertaría<br />

sospechas como para ser registrada por la policía, además que la gente del barrio<br />

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no permitiría que registrasen a una anciana sin razón aparente. Así la familia<br />

Perico utilizaba este aspecto de nuestra cultura para disminuir los riesgos en el<br />

transporte de la mercancía, situación que tiene antecedentes en ‘El Apando’,<br />

novela de José Revueltas que fue llevada a la pantalla grande.<br />

Concluyendo con la Familia Perico, se puede observar una serie de situaciones<br />

que propician la complicidad entre sus miembros y la persistencia de la red familiar<br />

en el narcomenudeo, así como la evolución de sus estrategias para enfrentar los<br />

obstáculos puestos por las leyes en la materia, lo cual es ejemplo de lo<br />

establecido por Lomnitz cuando menciona que “existen indicios de que su<br />

evolución y persistencia en la barriada obedece a necesidades de supervivencia<br />

económica y social” 12 . Situación que fortalece la hipótesis acerca de que el<br />

narcomenudeo se inserta en redes sociales previamente establecidas, siendo la<br />

familia una de las más importantes de estas redes, especialmente por las<br />

dificultades que pueden poner ante quienes se oponen al narcomenudeo, como<br />

autoridades y vecinos inconformes.<br />

Quiero resaltar el reforzamiento de la red familiar a través del parentesco ritual que<br />

significa el compadrazgo; durante el tiempo de observación, la hija de El Tío<br />

cumplió 15 años y éste le hizo una fiesta de celebración, en ella participaron El<br />

Don y La Jefa como padrinos principales, por lo que además de hermana y<br />

cuñado se hicieron compadres de El Tío, quien a partir de entonces se convirtió en<br />

socio del negocio, aunque continuó cubriendo el horario de 7 a 10 de la noche. Por<br />

último, quiero enfatizar en que los jóvenes Perico que comercian también son<br />

consumidores mientras que los adultos se limitan al comercio de droga que sirve<br />

de base a la economía familiar y ven en su consumo un desperdicio de dinero<br />

además de un daño para la salud. Al no consumir drogas, los adultos podían<br />

continuar vendiéndolas cuando los jóvenes pasaban por etapas de consumo<br />

crónico, o por el anexo, de esta forma la tiendita permanecía funcionando a pesar<br />

12 Adler de Lomnitz, L. Cómo sobreviven los marginados, México, Siglo XXI, 1977, p. 100.<br />

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de los retiros temporales de alguno de los jóvenes repartidores. El que La Tiendita<br />

de la Jefa hubiera perdurado varios años repercutía en que la continuaran<br />

frecuentando muchos clientes que la conocían desde años antes, los cuales<br />

regresaban a buscar los puntos de venta conocidos después de haber pasado por<br />

etapas de anexamiento.<br />

Desde un a posición funcionalista, Merton “Propone 5 tipos de adaptación<br />

individual, en una sociedad competitiva, donde el éxito monetario es el principal<br />

objetivo cultural”: conformidad, innovación, ritualismo, retraimiento y rebelión 13 ;<br />

cada uno de ellos cuenta con distinto grado de aceptación y/o rechazo por parte<br />

de la sociedad y sus instituciones. Según este mismo autor es en el retraimiento<br />

donde se encuentran “los psicóticos, los egoístas, los parias, los proscritos, los<br />

vagabundos, los borrachos crónicos y los drogados. Todos ellos han renunciado a<br />

los objetivos culturalmente previstos y su conducta no concuerda con las normas<br />

institucionales” 14 . Sin embargo, según lo mostrado y más allá del plano individual<br />

en que se queda el citado autor, tanto la rebelión habida en el acto de quebrar las<br />

leyes que prohíben el comercio de drogas como la innovación con nuevas<br />

acciones para disminuir riesgos pueden ser vistas en las redes familiares<br />

marginadas como actitudes colectivas alternativas en la búsqueda de superar la<br />

precariedad en que viven.<br />

En todo caso, las reacciones familiares de complicidad son un caso extremo de lo<br />

observado por Thoumi en redes familiares de otros países de América Latina,<br />

donde “al avanzar en el proceso de modernización, la familia nuclear y extensa se<br />

ha debilitado, la gente frecuentemente se aleja de sus comunidades natales donde<br />

las instituciones locales restringen muchos comportamientos... y la<br />

13 Merton, Robert K., “Estructura social y anomia: Revisión y ampliación”, en: Parsons, Fromm, Horkheimer y otros, La<br />

familia, Barcelona, Península, 1970, p.80<br />

14 Ibid p. 97<br />

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responsabilidad de controlar comportamientos considerados desviados se<br />

concentra en el Estado” 15 .<br />

CONCLUSIONES<br />

El narcomenudeo es un fenómeno social que se inserta en la red familiar de<br />

distintas maneras y no sólo a través de los jóvenes usuarios de drogas. Por tanto,<br />

el enfatizar en programas de salud y seguridad pública en que se encuentra en los<br />

jóvenes como el origen de todos los males no sólo es erróneo sino que es utilizado<br />

por diferentes personas que ven en ellas una oportunidad para pasar<br />

desapercibidos. Así mismo, este estudio de caso muestra como el fenómeno del<br />

narcomenudeo se convierte en una alternativa de obtención de ingresos, aún a<br />

costa de los riesgos que implican para la salud y seguridad de sus integrantes.<br />

15 Thoumi, El imperio de la droga, IEPRI, Bogotá, 2003, p. 87<br />

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