Relatos y pensamientos - cristobal holzapfel

Y el “poner la otra mejilla” encuentra también en los Soliloquios su
expresión. Escuchemos con la particular delicadeza y fina consideración moral
con que expresa esto su autor, Marco Aurelio:
“¿Me despreciará alguien? El verá. Yo, por mi parte, estaré a la
expectativa para no ser sorprendido haciendo o diciendo algo merecedor de
desprecio. ¿Me odiará? El verá. Pero yo seré benévolo y afable con todo el
mundo, e incluso con ese mismo estaré dispuesto a demostrarle lo que
menosprecia, sin insolencia, sin tampoco hacer alarde de mi tolerancia, sino
sincera y amigablemente /.../”.
104.La forma particular de relacionarse el estoicismo con la muerte.
Los estoicos tuvieron una relación tan peculiar con la muerte que parte de su
doctrina incluía el suicidio. Y como su filosofía era significativamente una forma
de vida, de formación del alma y de un modo de ser, precisamente estoico, en
consecuencia con ello, ellos también hacían efectivamente la aceptación del
suicidio y muchos de ellos se suicidaban.
Mas, el trasfondo que hay en esta aceptación del suicidio es su idea de un
memento mori, equivaliendo esto último a una expresión que se ha constituido en
parte de la terminología filosófica, y que significa “¡Recuerda que has de morir!”.
Pues bien, lo sustancial de este memento mori estoico se manifiesta como una
perpetua preparación a morir, mas ello a su vez en el sentido de estar a tal punto
completo, entero, íntegro, con el alma cabalmente purificada, que puedas morir
aunque ello tenga que suceder en el acto.
Si el pensamiento filosófico del estoicismo tuvo en su época una
extraordinaria fuerza que permitió que no solamente alguien que estaba
destinado a ser emperador de Roma, como Marco Aurelio, sino también un
esclavo liberto, como Epicteto se formaran y vivieran de acuerdo con los
preceptos de la Escuela del Pórtico, ello sin duda se debe también a este
particular memento mori: debes estar tan entero que estés preparado para morir
en el acto y en cualquier instante.
Y así podemos imaginarnos a Marco Aurelio en sus incesantes campañas
militares, librando batallas en las orillas del Danubio, dirigiéndose a Siria, o en las
cercanías de Viena, siempre preparado para morir, y será en este último lugar
donde finalmente en efecto morirá. En su obra, Soliloquios, se presenta esta idea
de la perpetua preparación a la muerte como asociada con la propiedad del alma
del completarse, al poder siempre recoger sus frutos. Escuchemos:
"Las propiedades del alma racional: se ve a sí misma, se analiza a sí
misma, se desarrolla como quiere, recoge ella misma el fruto que produce
(porque los frutos de las plantas y los productos de los animales otros los
recogen), alcanza su propio fin, en cualquier momento que se presente el fin de
su vida. No queda incompleta la acción entera /.../, sino que en todas partes y
dondequiera que se la sorprenda, colma y cumple sin deficiencias su propósito,
de modo que puede afirmar: "Recojo lo mío"" (S, XI, 1, p. 193).
105.En lo fundamental, Heráclito desarrolló argumentos de enlace.
Chaim Perelman en su Tratado de la argumentación plantea como cada cual
construye su mundo, lo que para él importa, le inquieta, le preocupa, le atrae o
le repele, sobre la base de la argumentación. Él distingue entre muchas