Relatos y pensamientos - cristobal holzapfel

Es más, me atrevería a decir que siempre se presenta esta experiencia de la
ruindad de lo material. Y esta visión escéptica y pesimista igual cobra hoy nueva
fuerza, al observar tantos fenómenos de la cotidianidad: que alguien va a un
programa de la televisión a hablar de las infidelidades de su esposa (por lo cual
de seguro que más encima le pagan); que los escándalos en torno a la pedofilia
en los últimos años en el mundo han sido más allá de lo imaginable; que en los
actos terroristas mueren centenares y hasta miles de inocentes. Los ejemplos
obviamente sobran.
Mas, en el estoicismo la visión pesimista llega a ser tan extrema que es
reconocible en él el fenómeno de “des-mundanación” (“Entweltlichung”), olvido y
desprecio del mundo, así llamado por Karl Löwith, y que habría comenzado con el
supuesto de que hay otro mundo trascendente en el que estaría la verdad, el ser,
el bien e incluso el sentido último de la existencia humana. Pero, la atmósfera de
ese menosprecio por el mundo en Marco Aurelio y en el estoicismo no es
explicable en función del mentado establecimiento de la trascendencia, sino
únicamente de acuerdo a una mirada distanciada, escéptica y pesimista del
acontecer mundano presente y de todos los tiempos.
Aún así, cabe reconocer que el pesimismo fatalista en discusión es a ratos
aminorado por algunas observaciones, por lo cual no se tematiza únicamente una
resignación ante un fatalismo cerrado. Es así como encontramos igualmente
llamados a la acción en pro del bien común, superando así, al menos en parte,
otro de los rasgos aparentes de la escuela estoica: el quietismo. En este contexto
nos dice el filósofo-emperador romano que “el arte de vivir se asemeja más a la
lucha que a la danza” .
103.También en el estoicismo ya se trataba de “poner la otra mejilla”.
Aparentemente el estoico romano Séneca se habría convertido al cristianismo. En
todo caso, esto es algo que hasta el día de hoy sigue estando en discusión. Mas,
Marco Aurelio, el filósofo estoico que fuera también emperador de Roma, hizo
perseguir a los cristianos. Aún así, encontramos rasgos en su pensamiento que lo
acercan al cristianismo. Desde luego, cabe destacar en primer lugar en relación a
esto que el denominador común que puede haber entre ambos, se debe a que
ellos están bajo la influencia del platonismo. Ello se traduce en el reconocimiento
de que el hombre tendría que buscar la verdad en sí mismo y que ello a la vez es
únicamente posible en la medida en que ante todo se dedica a purificar su alma:
la catarsis. En efecto, estos rasgos platónicos se presentan tanto en el
cristianismo como en el estoicismo, aunque en cada uno se desarrollan en
distintas direcciones.
Y así también en el contexto del pensamiento platónico, en este caso, en
lo que corresponde a palabras de Sócrates, encontramos también una
anticipación de la propuesta cristiana del “poner la otra mejilla”; en efecto, en el
diálogo Gorgias de Platón leemos las palabras de su maestro que dicen que más
vale padecer injusticia que cometerla. Ello es desarrollado en el contexto de la
toma de conciencia de que si respondemos a la injusticia, supongamos aquella
suscitada por la violencia, con más violencia, entonces entramos en un círculo
infernal del que no hay salida. Únicamente en la medida en que estimamos como
más encomiable padecer la injusticia que cometerla, estamos en condiciones de
salir de aquel círculo infernal.