Relatos y pensamientos - cristobal holzapfel

13.El collar de la Reina
En el siglo XVIII hubo un estafador que provocó en Francia un escándalo de
tamañas proporciones. Se trataba de un hombre de origen italiano que se hacía
llamar Conde de Cagliostro y que en verdad era hijo de un posadero.
Supuestamente, así como Rasputín para los Romanov, realizaba curas
milagrosas. Asimismo se creía que era capaz de predecir el futuro y recibir
mensajes de los muertos. Su maquinación más famosa fue el asunto del “collar
de la reina”, en este caso de María Antonieta; y esto afectó tanto el prestigio de
la monarquía que lleva a sostener a algunos que éste fue unos de los tantos
fulminantes que indujeron al levantamiento de los revolucionarios. Cagliostro,
junto a otra aventurera aristócrata, la Condesa de la Mothe, convencieron al
príncipe y Cardenal de Rohan, que estaba enamorado de la bellísima Reina,
que si le regalaba un collar de brillantes, que costaba una suma fabulosa, ella
le otorgaría sus favores. Apenas el collar pasó por las manos de la pareja de
embaucadores, le arrancaron los diamantes que vendieron en Londres. Mas,
todo este asunto no pasó inadvertido, ya que tanto el complot como la
fascinación del cardenal por su mujer, llegaron a oídos del Rey, tras lo cual se
inició un juicio. Tanto Cagliostro como la Condesa de la Mothe fueron
sentenciados a prisión, mas lograron escapar. Cagliostro apareció
posteriormente en Roma donde fue nuevamente apresado y esta vez
condenado a muerte, en todo caso debido a algo completamente distinto:
pertenecer a la masonería. Esta sentencia fue conmutada, sin embargo, por la
de cadena perpetua.
(Jacques Barzun, Del amanecer a la decadencia, Edit. Taurus, Madrid, 2001).
14.Kant o la puntualidad del pensar.
Así titula su capitulo sobre Kant el filósofo Wilhelm Weischedel en su libro La
escalera trasera de la filosofía, en que, de acuerdo a este título, se trata de
ingresar no por el hall o el living de la filosofía, sino por la parte de atrás. Así
nos cuenta distintas anécdotas de la vida de Kant que hablan de su rigor, su
meticulosidad y orden prusiano. Dice que cuando, por ejemplo, una tijera o
algún objeto de uso diario no estaba en su lugar, o tan sólo estaba un poco
apartado de su lugar acostumbrado, pudiendo tratarse incluso de una silla en
una habitación, esto lo inquietaba inmediatamente y desesperaba.
Nada podía sacar más fuera de quicio a Kant que alguien alterara la
minuciosa regularidad de su vida. Así, por ejemplo, una vez un caballero noble
lo invitó a un paseo por el campo, cerca de Königsberg, la ciudad donde
siempre vivió el filósofo, y este paseo se extendió más de la cuenta. Recién a
las 10 de la noche Kant pudo volver a su hogar, y entonces como
filosóficamente se trataba de regirse en todo lo necesario por máximas
subjetivas, le dio expresión en consecuencia a una nueva máxima, que decía:
“no permitir nunca que alguien le llevara a uno de paseo”.
(WIlhelm Weischedel, Die philosophische Hintertreppe, dtv, München, 2003).
15.Pico de la Mirandola y su concepción del hombre como camaleón.
El filósofo florentino Giovanni Mirandola del siglo XV que viviera escasos 31
años, fue miembro de la “Academia Platónica” de Florencia, que fundara
Lorenzo de Medicis, publicó 900 Tesis acerca de cuestiones filosóficas y