Relatos y pensamientos - cristobal holzapfel

dejan de ser tales en la geometría no euclidanea, en lo macrocósmico, ya que
el espacio sería curvo.
Ello nos permite darnos cuenta que aquello que Kuhn ha pensado como
cambio de paradigmas en la ciencia supone al mismo tiempo que al
determinismo se lo va reconociendo en órdenes cada vez más amplios, como
lo que sucede en el paso del geocentrismo al heliocentrismo, y de ahí al
supuesto de que la vía láctea sería el centro, para aterrizar finalmente, como
sería lo válido en la actualidad, en un sistema sin centro. Mas, en principio es
perfectamente posible que a futuro se descubra algún centro del universo, tal
vez en un hoyo negro, debido a lo cual advertiríamos que estamos desde ese
momento en adelante bajo otra legalidad y otra forma de determinismo.
Estas consideraciones en torno al ajedrez y la ciencia nos llevan al final
a una reflexión más radical, y que es la siguiente: el determinismo se deja
conocer porque por cierto se describe una determinada regularidad de
fenómenos, mas esta regularidad de fenómenos es a su vez el resultado de
regularidades que se explican a partir de órdenes también deterministas
superiores, y en principio esto no tendría por qué detenerse, de tal manera que
esos órdenes serían infinitos. Esto significa que lo que haya definitivamente
tras la legalidad universal, esos determinismos superpuestos, en principio
incluso infinitos, no se deje conocer jamás.
Si se quiere, lo que se descubre con ello es en definitiva el misterio de lo
que los griegos llamaron lógos, la razón de la cual participa el hombre y que lo
hace ser un “animal racional”, un “animal poseedor de logos”, pero ello en tanto
nada más participa del logos cósmico universal.
102.¿Pesimismo en el estoicismo?
Tal vez como una herencia del pesimismo que encontramos en la Grecia
antigua, el estoicismo romano tiene significativamente esta impronta. En los
Soliloquios de Marco Aurelio encontramos muchos pensamientos que trasuntan
esa visión pesimista del mundo. Escuchemos:
“Pues bien, encamina tus pasos a los objetos sometidos a la experiencia;
¡cuán efímeros son, sin valor y capaces de estar en posesión de un libertino, de
una prostituta o de un pirata! A continuación, pasa a indagar el carácter de los
que contigo viven: a duras penas se puede soportar al más agradable de éstos,
por no decir que incluso a sí mismo se soporta uno con dificultad. Así, pues, en
medio de tal oscuridad y suciedad, y de tan gran flujo de la sustancia y del
tiempo, del movimiento y de los objetos movidos, no concibo qué cosa puede ser
especialmente estimada o, en suma, objeto de nuestros afanes. Por el contrario,
es preciso exhortarse a sí mismo y esperar la desintegración natural, y no
inquietarse por su demora/.../”.
Más aún, hay un aire de desprecio por el mundo, por la ruindad de lo
material. Marco Aurelio: “Todo es lo mismo; habitual por la experiencia, efímero
por el tiempo y ruin por la materia” (S, IX, 14, p. 166).
Igual, cómo no reconocer que estas reflexiones siempre le han dicho
mucho al hombre. Por eso no es casual que el tango en general y en particular el
tango “Cambalache” se nos venga a la memoria al leer esos pasajes aurelianos.