Relatos y pensamientos - cristobal holzapfel
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vale decir, que lo conlleva como lo que es esencial. A partir de ello se puede<br />
entender por qué la razón está siempre animada por la búsqueda del fundamento<br />
de esto o lo otro, de lo que se está preguntando en cada caso, y mientras no hay<br />
una respuesta (en términos de Leibniz una razón o fundamento siquiera<br />
suficiente) la razón no se acalla ni se tranquilizada. La razón está así, siempre y<br />
en todo momento por lo demás, bajo la obsesión del fundamento, que siempre<br />
tiene que haberlo. El principio de razón suficiente de Leibniz dice así:<br />
"/.../ principio de razón suficiente: que nunca acontece algo sin una<br />
causa o siquiera una razón determinada, esto es, sin una cierta razón a priori,<br />
por qué existe algo y no más bien no existe y por qué existe más bien de éste<br />
que de ningún otro modo. Este importante principio vale para todos los<br />
acontecimientos, y no se deja aducir ninguna prueba contraria". 19<br />
Que la razón sea a la vez fundamento, significa que al ir ella en pos del<br />
fundamento, lo que está haciendo en rigor corresponde a una introversión, la cual<br />
naturalmente a la vez se acompaña de una extroversión, de un mirar hacia fuera<br />
el fenómeno del cual busca su fundamento.<br />
Martin Heidegger desarrolla una interesante concepción del poder en la<br />
medida que lo asocia con el principio de razón suficiente. En efecto, puede<br />
decirse que con toda seguridad tras toda forma de poder está el mencionado<br />
principio. En cada caso, ya sea en el poder político, económico, social, técnico, o<br />
el poder del saber, se trata de si lo que se emprende, las decisiones que se<br />
toman, las nuevas inversiones que se hacen, si lo que se está fabricando, tiene o<br />
no fundamento, justificación. De este modo, puede decirse incluso que finalmente<br />
el poder es el principio de razón suficiente. Ahora bien, si como veíamos más<br />
arriba el mencionado principio no consiste en otra cosa que en la razón misma,<br />
entonces podemos decir que el poder es simplemente la razón.<br />
Mas, el problema viene a ser entonces cómo este poder de la razón se<br />
puede desvirtuar al rebajarse la razón a un mero cálculo de posibilidades, debido<br />
a lo cual se instrumentaliza y puede acabar justificando cosas aberrrantes y hasta<br />
horrorosas. Es por ello que cabe sostener que, si concebimos con Aristóteles al<br />
hombre como animal racional, se trata de que la razón nunca se aparte de lo<br />
humano, nunca se deshumanice. Éste ha de ser siempre nuestro Norte.<br />
354.Weimar, otrora ciudad-luz en Alemania.<br />
Tras la muerte de Heinrich Floris, el padre del filósofo Arthur Schopenhauer, la<br />
madre de este último – Johanna – el 21 de Septiembre de 1806 emprende viaje<br />
desde Hamburgo a Weimar, en aquel tiempo con la presencia de Goethe,<br />
Wieland, Herder, y otros intelectuales, la ciudad luz en Alemania. A Arthur,<br />
entonces un joven de 18 años, le deja la siguiente carta antes de su partida:<br />
“Recién te has ido; todavía huelo el humo de tu cigarro, y se que en mucho<br />
tiempo no te veré. Pasamos juntos la tarde muy contentos; deja que esto sea la<br />
despedida. Que te vaya bien mi bueno, querido Arthur, cuando tu recibas estas<br />
líneas, presumiblemente ya no estaré más aquí; pero aunque todavía estuviera,<br />
no vengas, no puedo soportar la despedida. Nos podemos pues volver a ver,<br />
cuando queramos; espero que no pasará mucho tiempo cuando nos permita la<br />
razón quererlo. Que te vaya bien, te defraudo por primera vez; había solicitado los<br />
caballos para las seis y media, espero que no te duela demasiado, que te haya<br />
19 Leibniz, Theodizee, Frankfurt am Main: Insel, 1986, I Parte, # 44, trad.m./ Ed. cast.: Teodicea, # 44, en:<br />
Obras, Tomo V, trad. de Patricio Azcárate, Casa Editorial de Medina, s/a.