Relatos y pensamientos - cristobal holzapfel
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santidad, como que en ellas se trata única y exclusivamente de actuar en pos del<br />
bien del otro, sin tener para nada en cuenta el bien personal.<br />
Es así como, fijémonos bien, los primeros avances en esta "ética<br />
empírica" nos hacen ver que hurgando en las acciones humanas, y encontrando<br />
entre ellas unas que son preferibles, se nos ha colado imperceptiblemente la<br />
dimensión de lo ideal, a la que, al parecer, jamás podemos sustraernos.<br />
Pero, no nos apresuremos tanto en juzgar el planteamiento<br />
schopenhaueriano. Pensemos bien, y consideremos que a un pensador de su<br />
altura no se le escapa que,junto con proponer una ética empírica, apoyada en<br />
las acciones concretas, está proponiendo unas acciones que “deben ser”<br />
realizadas, y solamente éstas valen como fundamento de la moral.<br />
Evidentemente está pensando que, por escasas que sean las acciones<br />
puramente altruístas, éstas igualmente existen, aunque tengamos para ello que<br />
poner como ejemplo las acciones de un santo. Y, evidentemente también ocurre<br />
que esas acciones se justifica que junto con ser un modelo a emular, tengan al<br />
mismo tiempo el rango de fundamento de la moral.<br />
De todos modos cabe reconocer que esas acciones, dada su exigencia<br />
extrema de no incluir en ellas en absoluto la más mínima consideración de un<br />
bien propio, sino son imposibles, brillan entonces por una escasez tal que<br />
revisten al mismo tiempo de cierto carácter ideal. En efecto, tanto las acciones<br />
de un santo, como las de un héroe conllevan cierta dimensión ideal, en el sentido<br />
de ser acciones que implican a tal grado la entrega total a una causa, lo que<br />
incluye también la posibilidad de entregar la propia vida, que, por este mismo<br />
motivo, se elevan a una condición de ideales. Y es que los ideales desde luego<br />
no equivalen a meras abstracciones gratuitas, sino que están en íntima conexión<br />
con la realidad humana. Por de pronto, su papel consiste en conducir a ésta en<br />
una determinada dirección, sea ésta la del bien común, de la paz universal, de la<br />
solidaridad o de lo que represente el ideal en cuestión. Mas, por otro lado, los<br />
ideales es presumible que procedan de hechos excepcionales realizados por<br />
hombres también excepcionales, y que a través de su gesta han demostrado<br />
que aquellos ideales son posibles.<br />
353.El secreto de la razón.<br />
La palabra ‘razón’ proviene del latín ‘ratio’, significando esta última tanto ‘razón’<br />
como ‘fundamento’ y también ‘cuenta’ y ‘cálculo’. El verbo correspondiente es<br />
‘reri’, ‘pensar’, ‘calcular’. Y se agregan a ello muchos otros derivados como<br />
‘ración’, equivalente a ‘porción’, como también en el sentido de parte, ‘rata’, que<br />
tiene que ver con el ‘prorrateo’ que atañe, entre otros, a modalidades de<br />
compra. 17<br />
Este origen del término lo considera Heidegger, centrando su análisis en<br />
las dos primeras acepciones de ‘ratio’, ‘razón’ y ‘fundamento’, para mostrar con<br />
ello, y valiéndose de una metáfora, en La proposición del fundamento que se<br />
genera aquí una ‘horquilla’ (cfr. SvG, p. 173 ss.). Y el problema es entonces<br />
encontrar la unión entrambos, entre razón y fundamento.<br />
Sobre esto nos proponemos pensar en lo que sigue. 18 La cuestión central<br />
que ante todo corresponde reconocer es que la razón es a la vez fundamento,<br />
17 Joan Corominas, Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana, Madrid: Gredos, 1994.<br />
18 Heidegger, Der Satz vom Grund, Pfullingen: Neske, 1971. Ed. cast.: La proposición del fundamento,<br />
trad. de Félix Duque y Jorge Pérez de Tudela , Barcelona: Ediciones del Serbal-Guitard, 1991. Otra trad.:<br />
El principio de razón; en ¿Qué es filosofía?, trad. de José Luis Molinuelo, Madrid: Narcea, 1978.